CONVOCATORIA MARCHA 1 DE MAYO 2011

CONPHASMPTFSNP

CONVOCATORIA MARCHA 1 DE MAYO:
“Frente al alto costo de la vida y la situación nacional,
Exigimos a los grandes empresarios cumplir su responsabilidad con el cambio que el pueblo decidió”

Las organizaciones populares, sociales integrantes de la Concertación Popular por un País Sin Hambre y Seguro (CONPHAS), el Movimiento Patria para Todos (MPT) y el Frente Social por un Nuevo País (FSNP), convocamos a las organizaciones populares, sociales y ciudadanas hermanas y al pueblo salvadoreño y al partido FMLN que aun estando en el Gobierno para nosotros sigue siendo el partido del pueblo a celebrar todos juntos este

1 de mayo Día de los Trabajadoras y Trabajadores

participando en la

Marcha: “Frente al alto costo de la vida y la situación nacional,
Exigimos a los grandes empresarios asumir su responsabilidad con el cambio que el pueblo decidió”

Este 1 de Mayo, los trabajadores y trabajadoras marcharemos para:

1. Celebrar el 125 aniversario de la gesta heroica de los Mártires de Chicago.

2. Exigir a los grandes empresarios que asuman la responsabilidad que les corresponde en relación al alto costo de la vida y la situación nacional, específicamente pagando los impuestos que por ley tienen que pagar.

3. Exigir el incremento del salario mínimo urbano para los trabajadores del sector privado al vigente en el sector público de $300 para cubrir el costo de la Canasta Básica Ampliada Urbana y del salario mínimo rural a $200.80 para cubrir el costo de la Canasta Básica Ampliada a nivel rural.

4. Exhortar al Presidente Mauricio Funes a impulsar una Reforma Fiscal, en la que “el que tiene mas, pague mas”, que combata efectivamente la evasión y elusión fiscal y el contrabando incrementando los ingresos del Estado para impulsar la reactivación económica y el desarrollo social y que fomente una política agropecuaria que abra camino hacia una soberanía alimentaria.

5. Exigir a la Asamblea Legislativa, al Presidente Funes y a la Corte Suprema de Justicia la implementación de una reforma electoral que respete el derecho de los y las ciudadanos a emitir nuestro voto explícito por plataformas programáticas, expresado en un voto por banderas, y no obligar a limitarnos a votar simplemente por personas. La personalización exclusiva de nuestro voto fomentaría más el clientelismo, el individualismo, el personalismo y la ley de mercado desenfrenado en la política (quien paga más gana más) con lo que se impulsaría aún más el transfugismo o la corrupción. Exhortamos además a que en la reforma se respete las cuotas de mujeres y de jóvenes en las listas, siempre y cuando los partidos hayan establecidos tales en sus propuestas de candidatos y candidatas.

Los problemas que nuestro país enfrenta de alto costo de la vida, altos niveles de pobreza, migración, altísima dependencia alimentaria, inseguridad ciudadana, y corrupción que carcome la institucionalidad democrática son el resultado del modelo económico neoliberal (liberalización de precios, privatizaciones, apertura externa, eliminación de impuestos y abandono total del agro), impulsado durante los 20 años del gobiernos de ARENA y en beneficio de los grandes empresarios aglutinados en la Asociación Nacional de la Empresa Privada ANEP.

Esta situación se ve agravada por los altos niveles de evasión y elusión fiscal por parte de los grandes empresarios aglutinados en la ANEP quienes aún cuando el pueblo decidió por un cambio, pretenden seguir gozando de los privilegios que han tenido históricamente, y de manera especifica durante los últimos 20 años.

Una de las manifestaciones de esta situación es la grave crisis fiscal por la que atraviesa nuestro país, situación que le impide al actual gobierno contar con los recursos adecuados para poder abordar adecuadamente los problemas económicos y sociales que nuestro país enfrenta.

Pero los grandes empresarios, pretenden seguir con los mismos privilegios tales como:

No pago de los impuestos que por ley deben de pagar (Evasión y elusión fiscal)

Pago de salarios de hambre y elevados niveles de explotación de los trabajadores/as.

Inversión profundamente limitada invirtiendo sus capitales fuera de El Salvador.

No generación de empleos decentes.

No declaración fiscal del patrimonio acumulado.

Por lo tanto, este 1 de mayo exigimos a la ANEP asumir una actitud patriótica, y contribuir de manera decidida con el cambio de verdad, a través del pago de sus impuestos, el pago de salarios dignos, la inversión productiva, la generación de empleos decentes, reactivación económica y el desarrollo nacional.

15 de abril de 2011

CONPHAS MPT FSNP

Notas sobre la izquierda salvadoreña…

Notas sobre la izquierda salvadoreña…

Al iniciar la segunda década de este siglo XXI el panorama de la izquierda salvadoreña luce abigarrado y sorpresivamente diverso, lo cual es muy positivo. Y es un fenómeno que también afecta a la derecha: que va desde el PDC, pasando por el PCN, por GANA hasta llegar a ARENA. Terminaron los tiempos del monolitismo ideológico.

En la izquierda hay seis embarcaciones ideológicas y políticas principales que navegan dentro de los cauces de ese río: la izquierda socialdemócrata con presencia en el gobierno y en el parlamento: el Centro Democrático, CD y el Partido Social Demócrata, PSD; la izquierda institucional, con fuerte arraigo de masas, representada por el FMLN, el partido que derrotó a ARENA y se transformó en partido de gobierno; la izquierda movimentista representada por la Tendencia Revolucionaria, TR y el recién creado Movimiento por la Democracia Representativa, MDP; la izquierda comunista que milita en el Movimiento de Unidad Revolucionaria, MUR y el hace seis años refundado Partido Comunista, PCS; la izquierda trotskista del Bloque Popular Juvenil, BPJ y del Partido Socialista Centro Americano, PSOCA; y finalmente, la izquierda anarquista, representada en la Coordinadora Anarquista, CA.

Cada una de estas fuerzas, independientemente de su origen, trayectoria e impacto nacional, que es en algunas de estas formaciones modesto y en otras extenso e imponente, influye en diverso grado sobre el movimiento popular y social. Sus valoraciones y conductas impactan la vida del conglomerado de ONGs, y del movimiento obrero, sindical, campesino, cooperativista, estudiantil, indígena, de mujeres, jóvenes, iglesias, profesionales, e incluso de la diáspora progresista.

Y existen marcadas diferencias, especialmente sobre la actitud hacia el Gobierno Funes y sobre los teatros de lucha. Particularmente sobre la lucha parlamentaria. En el Parlamento es claro, deben estar algunos, algunos de los mejores cuadros políticos de la izquierda, pero no todos o la mayoría de los cuadros políticos porque se distorsionan la función del Partido y se descuidan peligrosamente o se abandonan otras áreas vitales del trabajo revolucionario, como son el fortalecimiento orgánico, teórico, ideológico y la conducción del movimiento popular y social, entre otros.

Orígenes de la actual izquierda

El Centro Democrático, creado en el 2005, es una acumulación histórica y sus orígenes se remontan a tres vertientes: el Movimiento Popular Social Cristiano, MPSC, surgido en febrero de 1980 como una escisión del Partido Demócrata Cristiano, PDC. Su figura principal fue el Dr. Ruben Zamora. La segunda vertiente es el partido Movimiento Nacional Revolucionario, MNR, de naturaleza socialdemócrata, surgido en 1968. Su figura principal fue el Dr. Guillermo Manuel Ungo (1931-1991). Y la tercera vertiente fue el partido Unión Democrática Nacionalista, UDN, bajo la dirección de Mario Aguiñada, y que estuvo vinculado al PCS. El MPSC y el MNR formaban parte desde abril de 1980 del Frente Democrático Revolucionario, FDR, que mantenía una alianza con el FMLN. Estos tres partidos junto con el Partido Social Demócrata, PSD de Reni Roldan, forman en 1988 la Convergencia Democrática. En 1999 Convergencia Democrática adopta el nombre de Centro Democrático Unido, CDU. Del CDU surge el CD.

El actual Partido Social Demócrata, PSD, dirigido por Jorge Meléndez, tiene sus orígenes en el Ejercito Revolucionario del Pueblo, ERP; una de las cinco fuerzas fundadoras del FMLN. Su antecedente inmediato se encuentra en el Partido Demócrata, surgido en 1994 y de corta vida. Desde 2007 viene luchando por su legalización.

El FMLN es en estos momentos la principal organización de izquierda, con presencia territorial nacional. Surge en octubre de 1980 como resultado de una alianza de fuerzas político-militares, surgidas en la década de 1970. Estas son el PCS, dirigido desde 1970 por Schafik Jorge Handal (1930-2006), las FPL, fundada por Salvador Cayetano Carpio y dirigida desde 1983 por Salvador Sánchez Ceren, el ERP, dirigido durante la guerra por Joaquín Villalobos; la RN, dirigida por Eduardo Sancho y el PRTC, conducido por Francisco Jovel. Básicamente el FMLN es una acumulación histórica de 40 años. E incluso uno de sus integrantes, el PCS; nace en 1930. Estos cinco partidos que dieron origen al FMLN conservan sus estructuras durante toda la guerra y se disuelven hasta 1995, luego de los Acuerdos de Paz. La actual conducción del FMLN es fundamentalmente una alianza entre sectores del PCS y de las FPL, con algunas expresiones simbólicas de las otras tres fuerzas.

La Tendencia Revolucionaria es una organización que surge en 1994-1995 como una tendencia al interior del FMLN y que en noviembre del 2001 decide separarse para constituirse en parte “del nuevo sujeto en construcción, de la revolución.” Su principal dirigente es Dagoberto Gutiérrez. Últimamente han impulsado la creación del Movimiento por una Democracia Participativa, MDP. Priorizan el desarrollo de un movimiento social independiente que luche por un nuevo estado. Publican el periódico Nuevo Rumbo.

El Partido Comunista de El Salvador fue refundado en el 2005, luego de diez años de haber sido disuelto, por un acuerdo tomado al interior del FMLN. Su actual secretario general es Juan Antonio González. Su antecedente se encuentra en un grupo de comunistas que se aglutinaron en el Movimiento de Unidad Revolucionaria, MUR, en enero del año 2000, como una reacción ante la “derechización” del FMLN de esa época, que era conducido por Facundo Guardado. El MUR publica un boletín mensual llamado Revolución.

El Bloque Popular Juvenil surge en el 2001-2002 al calor de las luchas contra la privatización de la salud, de sectores ligados a la lucha social de la juventud del FMLN, vinculados al Bloque Popular Social, BPS. Dirigen en la UES el Frente de Acción Universitaria (FAU) y a nivel de bachillerato la Fuerza de Estudiantes Revolucionarios de Secundaria (FERS-20). En el 2008 deciden afiliarse a la trotskista Corriente Marxista Internacional, CMI.
El Partido Socialista Centro Americano surge en 2009 con expresiones en los cinco países centroamericanos. El antecedente en El Salvador es el Partido Revolucionario de los Trabajadores, PRT, surgido en el año 2000. Combina una visión de lucha regional desde una perspectiva trotskista. Publican El Socialista Centroamericano. Su lema es: Por la reunificación socialista de la Patria centroamericana.
La Coordinadora Anarquista surge en 2008 al unificarse las agrupaciones KASA, KRL, AD, KAL, CRAS y Movimiento Universitario Revolucionario de Estudiantes. Mártires del 32 (MURE 32) y participar en la marcha del 1 de mayo. En la marcha del 1 de mayo del 2010 algunos anarquistas fueron capturados por la PNC.
Ellos denunciaron el hecho diciendo que “el autoritarismo demostrado por el FMLN solo demuestra la enfermedad que este sistema esta forjando marginando y repudiando así a los que nos son o piensan como ellos…mientras celebraban que Funes se sentó en la cilla (sic) presidencial, cómodamente lanzaron sus perros represivos a la caza de los verdaderos revolucionarios, a las compañeras y compañeros anarquistas. (Contra toda forma de gobierno, contra toda autoridad, punksluchando.blogspot.com)

Todas estas formaciones de la izquierda, a excepción claro de los anarquistas, aplaudieron la llegada del periodista Mauricio Funes a la presidencia. También hubo una lejana voz trotskista desde la Argentina se alzó para alertar sobre la defensa de la independencia de clase. Para el FMLN con Mauricio Funes “nace la esperanza, viene el cambio.”Era su candidato ganador y se adelantaron a lanzarlo a la palestra pública. Y su apoyo fue creciendo como espuma. Hasta lograr la histórica victoria del 15 de marzo de 2009.

Roberto Pineda
San Salvador, 9 de abril de 2011

La crisis historica del régimen

Lunes, 11 de Abril de 2011 / 11:24 h
La crisis historica del regimen

Dagoberto Gutiérrez
El régimen político de El Salvador sufre un momento de quiebres en distintos órdenes, que se corresponden con importante armonía con actuales acontecimientos planetarios. Ocurre que las clases dominantes de El Salvador se han caracterizado por su entreguismo a fuerzas externas, por su falta de patriotismo y su vulnerabilidad ante los factores internacionales. De aquí se desprende el primer quiebre que tiene que ver con el agotamiento del dominio imperial del mercado sobre los Estados.

Recientemente, el Presidente del Fondo Monetario Internacional afirmó que el llamada Consenso de Washington, una especie de biblia para los oligarcas salvadoreños, es cosa de la historia pasada, y afirmó que el Estado debe pasar a regular al mercado; esto equivale a un quiebre teórico que deja a los sectores oligárquicos sin filosofía y sin base teórica que fundamente su política. Al mismo tiempo, resulta notorio el fenómeno de la transnacionalización de la riqueza en virtud de la cual, la riqueza producida en el país ha pasado bajo control de empresas transnacionales y de poderosos inversionistas planetarios, dejando a la cúpula empresarial local sin poder económico considerable y como factores minoritarios carentes de importancia y peso económico. Mientras que algunos nombres y personajes locales son inversionistas en el extranjero, y, en todo caso, sin ser de los más poderosos.

El histórico quiebre del poder de los cafetaleros y del café como producto de exportación, abrió el camino para este proceso al que nos estamos refiriendo. Tradicionalmente, los sectores dominantes usaron a otros sectores como fuerzas gobernantes; por ejemplo a la fuerza armada desde 1932. Y los militares usaron a los partidos políticos como sus instrumentos para el trabajo ideológico de control del pueblo y para ejecutar los procesos electorales, así aparecieron los partidos del Pro Patria, con Maximiliano Hernández Martínez; el PRUD (Partido Revolucionario de Unificación Democrática), con Oscar Osorio; por los años 50´s del siglo pasado. Y el PCN, por los años 60 también del siglo pasado.
El partido ARENA nace en otro contexto, como organización de sectores agrarios y como fuerza anticomunista en momentos de crisis política. Pero es hasta 1983, en plena guerra civil, cuando la Constitución Política de ese año convierte a los partidos políticos, en su artículo 85, en un monopolio de la “representación del pueblo dentro del gobierno”.

A partir de este momento, todas las instancias del aparato estatal pasan a ser controlados por partidos políticos, y no existe ninguna esquina ni rincón institucional que escape al control partidario, y, por supuesto que se trata de un control autorizado por la Constitución. Pues bien, la transnacionalización de la riqueza y la crisis del Estado, al convertirse en siervo del mercado, han arrastrado a los partidos políticos al mismo foso y a enfrentarse al mismo péndulo. Los partidos políticos, y sobre todo los más grandes, FMLN y ARENA, carecen de todo prestigio político e intelectual, de toda confianza orientadora; y al pasar de ser partido político a ser partidos que renuncian a hacer política, operan más bien, como empresas mercantiles y sus cúpulas pasan a actuar como empresarios pero gozando de la ventaja que da el control del aparato estatal.

Tenemos, entonces, una ecuación que ofrece, por un lado, a las cúpulas empresariales, venidas de menos, y a las cúpulas partidarias convertidas en empresariales.

Y los partidos políticos, que eran antiguamente instrumentos políticos de la fuerza armada y de los oligarcas, dejan de ser instrumentos y pasan a ser fines en sí mismo, al mismo tiempo que dejan de representar los intereses de sectores sociales, pasan a representar los intereses de sus respectivas cúpulas, y en cierto modo, a competir con las cúpulas empresariales que, al igual que el pueblo, no parecen, ni aparecen representadas por partido político alguno.

Importantes empresarios están opinando que “tenemos que evitar que los partidos políticos mantengan secuestrado el poder”.

Se trata del agotamiento del monopolio partidario, establecido en 1983, de la derrota del modelo neoliberal, de una enfermedad terminal del mercado total y del predominio de las transnacionales sobre las oligarquías locales. Todo este entramado constituye una crisis histórica del régimen político.

Para el caso, la Corte Suprema de Justicia, que es un ente partidario como todos, tiene hoy una Sala de lo Constitucional que no aparece encadenada a dictados partidarios. Porque al erosionar ese control partidario, las instituciones pueden retomar las funciones que la Constitución les establece. Esto es, precisamente, lo que ocurre con la Sala de lo Constitucional, y este es el rostro verdadero de la independencia de los poderes.

En la coyuntura que comentamos, la cúpula del partido FMLN es la que por encima de todos los partidos ha aprovechado muy bien el momento para parecer como una cúpula conservadora, derechista y decidida a impedir que el pueblo se libere de las coyundas partidarias que tanto impiden la democratización de la democracia. Por supuesto que esta cúpula presenta esta coyuntura como una conspiración de la derecha o del Presidente Funes contra ese partido para amenazar sus intereses electorales y hasta la gobernabilidad.

El argumento de la conspiración que evita la reflexión sobre la realidad es un conocido argumento de las derechas, pero sirve a esta cúpula para asustar a parte de su membresía, y para darle alguna justificación a su política. En realidad se trata de un magnífico momento de quiebre de los fundamentos del régimen político y de oportunidad para una salida popular a la crisis.

El Salvador: momento de definiciones

A medida que se avanza hacia el 1 de junio, que será el segundo aniversario del gobierno de centro-izquierda, conducido por Mauricio Funes y el FMLN, surge la necesidad apremiante de definir el rumbo del barco y el puerto de destino. ¿Hacia donde navega este gobierno? ¿Hacia el desmontaje real del modelo neo-liberal o hacia la continuidad del modelo con un tímido barniz izquierdista? ¿Hacia su estancamiento o radicalización?

La respuesta a estas interrogantes esta determinada por la correlación de fuerzas políticas y sociales existente, por el entorno internacional, por el estado de animo de los sectores populares, y su reacción ante el agravamiento de la crisis socio-económica. La gente esta pasando del descontento a la protesta. Y este aspecto de la lucha social hoy manejable, puede crecer y convertirse en determinante. Esa es nuestra apuesta como movimiento popular.

La lucha de clases se ha agudizado y ha tomado caminos insospechados, que reflejan las fortalezas y debilidades de las fuerzas que aspiran a cambios estructurales y que hoy se enfrentan a las estrategias de la oligarquía transnacionalizada, así como a la diplomacia “inteligente” del imperio conducido por Barack Obama.

Es por lo tanto crucial identificar los intereses de clase que explican los virajes de las diversas fuerzas en contienda y sus posiciones publicas, como es el caso de la ANEP, la cabeza de la oligarquía, que últimamente aparece calzando comunicados al lado de organizaciones de la sociedad civil, algunas de pasado progresista. Preguntémonos: ¿ha cambiado la ANEP? ¡Claro que no! ¿Han cambiado estas organizaciones? No sabemos.

Lo que si podemos asegurar es que la ANEP si esta clara de sus intereses de clase y contra quien debe dirigir sus baterías. ¿Es la ANEP partidaria de la democracia? La ANEP es partidaria de cualquier régimen que defienda su sistema de explotación capitalista, sea del color que sea. Ayer apoyó a la dictadura militar, a los gobiernos areneros, hoy apoyará a quienes sirvan a sus intereses. En esto no podemos perdernos o fingir amnesia. Dime con quien firmas comunicados, y te diré quien eres.

Es evidente el esfuerzo de la oligarquía transnacionalizada, mediante la ANEP, de posicionarse y bajo el disfraz de “sociedad civil” atacar al FMLN y sus avances, neutralizar a sectores del movimiento social y atraer hacia sus posiciones al Gobierno Funes. El esfuerzo de la derecha por separar al FMLN del presidente Funes lleva ya casi dos años, pero da la impresión de ser un matrimonio con muchas peleas y diferencias, pero sólidamente unido en la defensa de su hogar. No han logrado separarlos y esto habla positivamente de la madurez de ambos cónyuges.

Para ubicarnos en esta vorágine de acontecimientos y posiciones es preciso recurrir a la brújula probada del análisis de clase, y observar la realidad bajo el prisma de los intereses de los sectores populares. Cada una de las piezas de este rompecabezas esta unida por múltiples hilos y nudos, los cuales debemos de ir desatando. Usáremos el método del análisis de sus contradicciones.

La contradicción principal de nuestro país

La contradicción principal es la existente entre los intereses de la oligarquía transnacionalizada y el imperio y los intereses de los sectores populares. Alrededor de esta contradicción principal se ubican los enfrentamientos de las diferentes clases y sus instrumentos políticos, ideológicos y gremiales. Estos enfrentamientos se desarrollan en cuatro grandes escenarios: el de la gestión gubernamental, el de los partidos políticos, el de la derecha empresarial y el de los sectores populares.

En cada uno de estos escenarios los diferentes actores, a partir de sus intereses, impulsan su agenda política para impactar a la sociedad y determinarla. En cada uno de estos sectores existen contradicciones de diversa naturaleza. Y no obstante, estar conectados, por razones didácticas, los separamos para el análisis.

En el escenario de la gestión gubernamental existe la contradicción entre el presidente Funes y el FMLN; entre el presidente Funes y la derecha; entre el FMLN y la derecha; entre el presidente Funes y los sectores populares, y otras. Y los diversos hechos políticos más relevantes de las últimas semanas han sido en este escenario y están determinados por estas contradicciones.

Podemos señalar siete hechos políticos relevantes: la distribución por segundo año consecutivo de útiles, uniformes y zapatos a los niños y niñas del país; la focalización del subsidio del gas licuado; la salida del transporte publico del Centro Histórico; la convocatoria para un consejo consultivo de expresidentes; la visita del presidente estadounidense Barack Obama; la inauguración en Lourdes de Ciudad Mujer; y la captura por corrupción de un exministro de Salud.

Cada uno de estos hechos políticos ha permitido el avance del proyecto del Gobierno Funes, beneficiando – o en algunos casos dañando- tanto al mismo presidente como al partido de gobierno, el FMLN. Son hechos que en general, han perjudicado a la derecha y han beneficiado a los sectores populares.

¿Cuáles son los intereses en juego?

¿Qué persigue el presidente Funes? La agenda del presidente Funes consiste en que su barco navegue en aguas tranquilas, bajo la protección de un acorazado estadounidense, y que llegue a puerto seguro, evitando las peligrosas tormentas sociales. Es una visión socialdemócrata que aspira a desarrollar el país por medio de lograr la conciliación de clases con el apoyo de EE.UU. Lamentablemente es una receta que ya fracasó muchas veces. Y desde hace cincuenta años, con la Alianza para el Progreso. Es más de lo mismo.

¿Qué persigue el FMLN? La agenda del FMLN consiste en ir acumulando gradual y pacientemente poder institucional (Ejecutivo, Legislativo, CSJ, Fiscalía, Corte de Cuentas, TSE, Alcaldías) a la vez que fortalece su aparato político electoral, que le permite mantenerse como primera fuerza política, hasta alcanzar el control del Ejecutivo. Ya llegó cerca.

¿Qué persigue el gobierno USA? La agenda de la Administración Obama consiste en evitar que el Gobierno Funes estreche vínculos con el gobierno de Venezuela y se afilie al ALBA, y lograr que se mantenga como fiel aliado internacional. Y para lograr esto fortalecerán sus niveles de cooperación. Ya lo están haciendo.

¿Que persigue la oligarquía transnacionalizada? Recuperar el control del Ejecutivo para ponerlo de nuevo al servicio de sus intereses económicos. O lograr que este Gobierno Funes sirva para estos mismos propósitos. Para avanzar en este objetivo, puede hacer uso de ARENA o incluso de candidaturas independientes en el 2012. La marca no les interesa, sino los resultados. Y cuentan con muchos recursos para actuar.

¿Qué persigue el movimiento popular y social? Acumular poder popular mediante la organización, concientización y movilización de las comunidades rurales y urbanas en lucha por sus reivindicaciones inmediatas así como de los sectores populares mediante una plataforma de lucha. Convertirse en la reserva estratégica para la lucha por el socialismo.

El presidente Funes y el FMLN

El presidente Funes necesita evitar una victoria aplastante del FMLN sobre la derecha en el 2012, ya que tal victoria aumentaría significativamente los niveles de influencia del FMLN en su gobierno y le daría al FMLN la pauta para definir el candidato de la alianza para el 2014. En esto coinciden el presidente Funes, la Embajada USA y la misma Oligarquía. El presidente Funes aspira a mantener el equilibrio actual de fuerzas, que le permite maniobrar con la derecha. Estos son sus deseos.

Pero todo indica que la tendencia inevitable del 2012 es a una victoria contundente del FMLN, dada la situación como partido de gobierno, la división de la derecha política (ARENA y GANA) y la torpeza de Cristiani. El presidente Funes sueña con un FMLN debilitado, y plegable a sus intereses, con una derecha domesticada y obediente, y con un movimiento social silencioso y silenciado. Pero todavía le falta aprender mucho de la terca realidad.

El problema de las listas electorales

El aspecto principal de la contradicción entre el presidente Funes y el FMLN se revela en primer lugar, alrededor del problema de las listas electorales y las candidaturas independientes. Lo que esta en disputa de fondo son cuotas de poder. El origen de esta disputa se remonta al 29 de julio de 2010, cuando cuatro magistrados de la sala de la Constitucional de la Corte Suprema de Justicia decidieron reconocer las candidaturas independientes así como los listados abiertos y no por las banderas de los partidos, de los candidatos a diputados. Este histórico fallo judicial vino a modificar el sistema establecido de votación y generó un áspero debate en el que los partidos políticos se presentaron de manera unánime en defensa del antiguo sistema, incluyendo al FMLN. Fue un triste papel.

Debe señalarse que esta decisión de la CSJ, en términos generales, es un paso de avance en el predominio de la sociedad civil sobre el sistema de partidos políticos y sobre el diseño heredado de la Constitución de 1983, que fue parte del proyecto de contrainsurgencia de esa época, que pretendía legitimar a los partidos políticos sobre la entonces fuerza guerrillera que era el FMLN.

El problema radica que esta decisión judicial, hoy, para estas elecciones del 2012, en esta coyuntura en que el FMLN es el partido de gobierno, el debilitar el sistema de partidos políticos equivale también a debilitar al FMLN. Le trae problemas, le dificulta seguir acumulando fuerza electoral y esto claramente fortalece a la derecha.

Es un dardo envenenado, claramente enfilado a golpear a la dirección del FMLN, la cual, no obstante errores y debilidades –como las extrañas posiciones publicas ante las lucha sindicales, las mismas candidaturas independientes y la visita de Obama- es la conducción política que forjó la alianza que derrotó a ARENA, ha unificado al partido y ha logrado mantener por dos años esta alianza con Funes, lo cual no ha sido fácil.

Y en este afán unifican fuerzas y esfuerzos de manera coyuntural la derecha, la Embajada USA, sectores de la sociedad civil y el presidente Funes. El presidente Funes al no tener estructura partidaria, lo que le interesa es aumentar su “popularidad.” La derecha, ni lenta ni perezosa, rápidamente rectificó su oposición inicial a las candidaturas independientes y se lanzaron a apoyar esta medida. La Embajada USA pesca en río revuelto. Saben que el perjudicado será el FMLN.

Es interesante como en esta “santa cruzada” en defensa de la “institucionalidad del país” se han unido en apoyo al presidente Funes las “fuerzas sociales” del CES, integradas por la poderosa ANEP; por el MPC, FSNP “oficial” y el MUSYGES. Asimismo el partido ARENA e incluso la Iglesia Católica.

Incluso para complicar la situación, hace dos semanas 9 magistrados de la CSJ decidieron denunciar ante la Fiscalía General de la Republica a los cuatro magistrados que fallaron sobre las candidaturas independientes, acusándolos de “prevaricato y desobediencia.” Y entonces en contra de esta denuncia y en apoyo a estos 4 magistrados vuelve a surgir una poderosa campaña de organizaciones de la sociedad civil, de profesionales y la ya infaltable ANEP.

Lamentablemente esta es una batalla que el FMLN libra casi en solitario, o lo que es peor, acompañado de sospechosas nuevas amistades, como son los partidos de derecha GANA, PCN y PDC. El FMLN esta en desventaja y cosecha los frutos de abandonar al movimiento popular y social. Y esto permite que un esfuerzo por revertir este fallo originado en la Asamblea legislativa encuentre el rechazo del presidente Funes, y que este veto presidencial reciba una gran aceptación general.

La derecha confía que este nuevo diseño de votación, le permitirá mediante una bien orquestada ofensiva mediática, anular o descartar las candidaturas de cuadros de la dirección del FMLN y con esto golpearlo estratégicamente, y lograr la elección de personajes “manejables” y de esta forma superar la amenaza del 2012, obligar al FMLN a un cambio de estrategia electoral, y recuperar fuerzas con vistas al 2014.

En respuesta al veto del presidente Funes del 25 de marzo, en una audaz y enérgica acción legislativa, el FMLN junto con el partido GANA, el 31 de marzo, modificaron el sistema electoral. El FMLN se atribuyó mayores cuotas de poder administrativo a través del presidente del TSE y GANA logró insertarse en los diversos mecanismos de vigilancia del proceso electoral. El sacrificado fue el PDC que empezó a chillar lastimeramente: este es un fraude electoral. Y lo dice un partido que legalmente no debiera de existir, pero que fue “resucitado” por obra y gracia de la derecha de este país.

Donde GANA no apoyó al FMLN sino que se alineó obedientemente junto con ARENA, el PCN y el PDC fue en lo relativo a la decisión legislativa de eliminar de la declaración patrimonial lo relativo “a cuantas bancarias y otros objetos de valor” quedando únicamente sus propiedades inmobiliarias.

Una medida que puede afectar la popularidad del presidente Funes

La decisión del presidente Funes de focalizar el subsidio al gas líquido es una papa caliente que ya quemó las manos del Ministro de Economía y puede quemar la popularidad del presidente Funes. Es una medida complicada administrativamente, y que según algunos académicos responde a las exigencias del Fondo Monetario Internacional.

Pero lo más grave es que esta perjudicando a miles de micros y pequeños empresarios y ha generado ya peligrosos procesos de aumento del costo de la vida. Al final la medicina puede resultar más desastrosa que la enfermedad. El presidente Funes debe de bajar del soberbio caballo en que se ha subido y rectificar, o exponerse a que los costos de esta medida le manchen su impecable traje de estadista.

Y es que el aumento del precio de las tortillas es tan poderoso por su cotidianidad, que logra que el impacto de la captura de un alto funcionario arenero, como es el exministro de salud, acusado justamente de corrupción, pase casi desapercibida, aunque es una medida muy positiva. Distancia a Funes de la derecha y lo acerca al movimiento popular. Pero la gente esta siendo golpeada en su alimentación y seguramente devolverá el golpe en marzo del 2012. Ya ayer hubo una protesta popular en la Asamblea legislativa. Y seguramente afectará a los pretendientes al trono.

Las luchas populares

En este panorama en que las luchas entre partidos y la gestión de Funes ocupan las primeras planas de los periódicos, es silenciada la heroica resistencia impulsada por las 19 comunidades que viven a la entrada del “Relleno sanitario” de Nejapa desde hace 12 días. Estas comunidades han bloqueado la entrada porque exigen la construcción de una carretera para evitar la polvazón que enferma a sus niños y ancianos.

Y se han enfrentado por doce días a la UMO de la PNC y a la millonaria empresa MIDES que pretende burlarse de sus compromisos previos. Incluso alcaldes del FMLN se han prestado para apoyar esta pretensión de los empresarios de la basura y han declarado “emergencia ambiental.” Esta es una lucha justa que merece nuestro apoyo. Estas comunidades mantienen la llama de la rebelión popular encendida.

Finalmente, como Comunidades de Fe y Vida, COFEVI, participaremos junto con COMPHAS, el FSNP y la CSTS en la ya tradicional marcha del próximo 1 de mayo, en la cual estaremos demostrando nuestra solidaridad con los pueblos que luchan contra la intervención imperial como lo son el pueblo de Libia, Irak, Afganistán, Cuba y Venezuela.

Asimismo levantando las banderas rojas de nuestro derecho a una vida y vivienda digna, a un empleo seguro, a nuestra soberanía alimentaria. Y rindiendo homenaje a los mártires de Chicago, que fueron los que iniciaron allá por 1886 este camino que seguimos transitando hacia el socialismo…

Roberto Pineda

San Salvador, 15 de abril de 2011

COMUNICADO DEL VIII FORO MESOAMERICANO DE LOS PUEBLOS

Este 10 de Abril concluyeron satisfactoriamente los trabajos del VIII Foro Mesoamericano de los Pueblos, realizado en las instalaciones de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Veracruzana con sede en Minatitlan, Veracruz, contandose con la participación de más de 700
delegados y delegadas de México,Guatemala, El Salvador, Honduras, Panamá, Nicaragua y Costa Rica. Asimismo hubo participantes de Suiza, España, Italia, Estados Unidos, Alemania, Brasil, Colombia y Canadá.

En este Foro se constanto la grave situación de pobreza y violencia que se vive en toda la región y se denuncio que la firma de tratados de libre comercio, así como el llamado Plan Puebla-Panamá ( hoy Proyecto Mesoamerica) han agudizado la miseria, los despojos y la imposición de
megaproyectos hidraulicos, mineros, de infraestructura de comunicaciones y otros que han afectado la población.Se cuestiono a los gobiernos del área mesoamericana, cuyo papel es el promover y proteger los intereses de las grandes corporaciones trasnacionales a costa del bienestar de la población.

Se denuncio la criminalización y persecución en contra de los luchadores sociales y la grave situación de violencia que sufren los migrantes en su tránsito hacia el Norte y la complicidad de los gobienos en esta tragedia,
en particular se denuncio al gobierno de México, por hacer el trabajo sucio al Gobierno de los Estados Unidos. Se denuncio en particular la graves violación a los derechos humanos de las mujeres y los feminicidios que ocurren en todos los países del área.

Los delegados centroamericanos denunciaron la discriminación que sufrieron los y las integrantes del movimiento lésbico-gay por parte de los consulados y embajadas mexicanas las cuales les negaron la expedición visas, en un claro acto de homofobia.

Además se denuncio que el plan del Banco Mundial de mitigación de los impactos del Cambio Climatico y la ampliación del Mercado de Carbono a través de REDD, son soluciones falsas y favorecen la privatización de recursos y territorios indígenas.Por lo cual el Foro se pronunció porque sean los respansables del desastre ambiental quienes lo asuman.

La Plenaria del Foro aprobo la Declaratoria que anexamos y además se pronuncio en solidaridad con los habitantes de Oaxaca, Guerrero y Jalisco que luchan en estos momentos en contra de la construcción de las grandes represas de El Zapotillo, La Parota y Paso de la Reina.Asimismo expreso su solidaridad con la lucha de los pobladores del D.,F. en contra de los megaproyectos como la Supervía Poniente.

Se ratifico la solidaridad con la lucha del pueblo hondureño que en estos momentos sufre una brutal escalada represiva por parte del gobierno de Porfirio Lobo. Además acordó exigirle al gobierno mexicano castigo para los asesinos de Bety Cariño y Jyri Jaakkola, a quienes este Foro rindió un intenso homenaje.

Este VIII Foro Mesoamericano de los Pueblos acordó constituirse como Movimiento Popular de Mesoamerica y crear un comite coordinador e instrumentos de comunicación que le permitan impulsar acciones y campañas conjuntas para enfrentar problemas globales.

PROGRAMA DE TRANSICIÓN: LA AGONÍA DEL CAPITALISMO Y LAS TAREAS DE LA IV INTERNACIONAL (1938)

La situación política mundial del momento, se caracteriza, ante todo, por la crisis histórica de la dirección del proletariado.

La premisa económica de la revolución proletaria ha llegado hace mucho tiempo al punto más alto que le sea dado alcanzar balo el capitalismo. Las fuerzas productivas de la humanidad han cesado de crecer. Las nuevas invenciones y los nuevos progresos técnicos no conducen a un acrecentamiento de la riqueza material. Las crisis de coyuntura, en las condiciones de la crisis social de todo el sistema capitalista, aportan a las masas privaciones y sufrimientos siempre mayores. El crecimiento de la desocupación ahonda a su vez la crisis financiera del Estado y mina los sistemas monetarios vacilantes. Los gobiernos, tanto democráticos como fascistas, van de una quiebra a la otra.

La burguesía misma no ve una salida. En los países en que se vio obligada a hacer su última postura sobre la carta del fascismo marcha ahora con los ojos vendados hacia la catástrofe económica y militar. En los países históricamente privilegiados, vale decir, aquellos en que pueden aún permitirse el lujo de la democracia a cuenta de la acumulación nacional anterior (Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos) todos los partidos tradicionales del capital se encuentran en un estado de confusión que raya, por momentos, con la parálisis de la voluntad. El “ New Deal,” pese al carácter resuelto que ostentaba en el primer período sólo representa una forma particular de confusión, posible en un país donde la burguesía ha podido acumular inmensas riquezas. La crisis actual que está lejos aún de haber completado su curso, ha podido demostrar ya que la política del “ New Deal ”, en los EE.UU. como la política del frente popular en Francia, no ofrece salida alguna del impasse económico.

El cuadro de las relaciones internacionales no tiene mejor aspecto. Bajo la creciente presión de ocaso capitalista los antagonismos imperialistas han alcanzado el límite más allá del cual los conflictos y explosiones sangrientas (Etiopía, España, Extremo Oriente, Europa Central…) deben confundirse infaliblemente en un incendio mundial. En verdad la burguesía percibe el peligro mortal que una nueva guerra representa para su dominación, pero es actualmente infinitamente menos capaz de prevenirla que en vísperas de 1914.

Las charlatanerías de toda especie según las cuales las condiciones históricas no estarían todavía “ maduras ” para el socialismo no son sino el producto de la ignorancia o de un engaño consciente. Las condiciones objetivas de la revolución proletaria no sólo están maduras sino que han empezado a descomponerse. Sin revolución social en un próximo período histórico, la civilización humana está bajo amenaza de ser arrasada por una catástrofe. Todo depende del proletariado, es decir, de su vanguardia revolucionaria La crisis histórica de la humanidad se reduce a la dirección revolucionaria.

EL PROLETARIADO Y SU DIRECCION

La economía, el Estado, la política de la burguesía y sus relaciones internacionales están profundamente afectadas por la crisis social que caracteriza la situación pre­-revolucionaria de la sociedad. El principal obstáculo en el camino de la transformación de la situación pre-revolucionaria en revolucionaria consiste en el carácter oportunista de la dirección proletaria, su cobardía pequeño-burguesa y la traidora conexión que mantiene con ella en su agonía.

En todos los países el proletariado está sobrecogido por una profunda inquietud. Grandes masas de millones de hombres vienen incesantemente al movimiento revolucionario, pero siempre tropiezan en ese camino con el aparato burocrático, conservador de su propia dirección.

El proletariado español ha hechos desde abril de 1931 una serie de tentativas heroicas para tomar en sus manos el poder y la dirección de los destinos de la sociedad. No obstante, sus propios partidos (social-demócratas, stalinistas, anarquistas y POUM) cada cual a su manera han actuado a modo de freno y han preparado así el triunfo de Franco.

En Francia, la poderosa ola de huelgas con ocupación de las fábricas, particularmente en junio de 1936, mostró bien a las claras que el proletariado estaba dispuesto a derribar el sistema capitalista. Sin embargo, las organizaciones dirigentes, socialistas, stalinistas y sindicalistas, lograron bajo la etiqueta del Frente Popular, canalizar y detener, por lo menos momentáneamente, el torrente revolucionario.

La marca sin precedentes de huelgas con ocupación de fábricas y el crecimiento prodigiosamente rápido de los sindicatos industriales en los EE.UU. (el movimiento de la C.I.O.) son la expresión más indiscutible de la aspiración más instintiva de los obreros americanos a elevarse a la altura de la misión que la historia les ha asignado. Sin embargo, aquí también las organizaciones dirigentes, incluso la C.I.O. de reciente creación, hacen todo lo que pueden para detener y paralizar la ofensiva revolucionaria de las masas.

El paso definitivo de la I.C. hacia el lado del orden burgués, su papel cínicamente contra-revolucionario en el mundo entero, particularmente en España, en Francia, en Estados Unidos y en los otros países “democráticos”, ha creado extraor­dinarias dificultades suplementarias al proletariado mundial. Bajo el signo de la revolución de octubre, la política conservadora de los “Frentes Populares” conduce a la clase obrera a la impotencia y abre el camino al fascismo.

Los “Frentes Populares” por una parte, el fascismo por otra, son los últimos recursos políticos del imperialismo en la lucha contra la revolución proletaria. No obstante, desde el punto de vista histórico, ambos recursos no son sino una ficción. La putrefacción del capitalismo continuará también bajo el gorro frigio en Francia como bajo el signo de la swástica en Alemania. Sólo el derrumbe de la burguesía puede constituir una salida.

La orientación de las masas está determinada, por una parte, por las condiciones objetivas del capitalismo en descomposición, y de otra, por la política de traición de las viejas organizaciones obreras. De estos dos factores el factor decisivo, es, por supuesto, el primero; las leyes de la historia son más poderosas que los aparatos burocráticos. Cualquiera que sea la diversidad de métodos de los social traidores (de la legislación “social” de Blum a las falsificaciones judiciales de Stalin), no lograrán quebrar la voluntad revolucionaria del proletariado. Cada vez en mayor escala, sus esfuerzos desesperados para detener la rueda de la historia demostrarán a las masas que la crisis de la dirección del proletariado, que se ha transformado en la crisis de la civilización humana, sólo puede ser resuelta por la IV Internacional.

EL PROGRAMANIMO Y EL PROGRAMA DE TRANSICION

La tarea estratégica del próximo período -período pre-revolucionario de agitación , propaganda y organización- consiste en superar la contradicción entre la madurez de las condiciones objetivas de la revolución y la falta de madurez del proletariado y de su vanguardia (confusión y descorazonamiento de la vieja dirección, falta de experiencia de la joven). Es preciso ayudar a la masa, en el proceso de la lucha, a encontrar el puente entre sus reivindicaciones actuales y el programa de la revolución socialista. Este puente debe consistir en un sistema de reivindicaciones transitorias, partiendo de las condiciones actuales y de la conciencia actual de amplias capas de la clase obrera a una sola y misma conclusión: la conquista del poder por el proletariado.

La social-democracia clásica que desplegó su acción en la época del capitalismo progresivo, dividía su programa en dos partes independientes una de otra; el programa mínimo, que se limitaba a algunas reformas en el cuadro de la sociedad burguesa y el programa máximo, que prometía para un porvenir indeterminado el reemplazo del capitalismo por el socialismo. Entre el programa máximo y el programa mínimo no existía puente alguno. La social-democracia no tenía necesidad de ese puente, porque sólo hablaba de socialismo los días de fiesta.

La Internacional Comunista ha entrado en el camino de la social democracia en la época del capitalismo en descomposición, cuando a éste no le es posible tratar de reformas sociales sistemáticas, ni de la elevación del nivel de vida de las masas; cuando la burguesía retoma cada vez con la mano derecha el doble de los que diera con la izquierda (impuestos, derechos aduaneros, inflación “deflación”, vida cara, desocupa­ción, reglamentación policíaca de las huelgas, etc.); cuando cualquier reivindicación seria del proletariado y hasta cualquier reivindicación progresiva de la pequeña burguesía, conducen inevitablemente más allá de los límites de la propiedad capitalista y del Estado burgués.

El objetivo estratégico de la IV Internacional no consiste en reformar el capitalismo, sino en derribarlo. Su finalidad política es la conquista del poder por el proletariado para realizar la expropiación de la burguesía. Sin embargo, la obtención de este objetivo estratégico es inconcebible sin la más cuidadosa de las actitudes respecto de todas las cuestiones de táctica, inclusive las pequeñas y parciales.

Todas las fracciones del proletariado, todas sus capas, profesionales y grupos deben ser arrastradas al movimiento revolucionario. Lo que distingue a la época actual, no es que exima al partido revolucionario del trabajo prosaico de todos los días, sino que permite sostener esa lucha en unión indisoluble con los objetivos de la revolución

La IV Internacional no rechaza las del viejo programa “mínimo” en la medida en que ellas han conservado alguna fuerza vital. Defiende incansablemente los derechos democráticos de los obreros y sus conquistas sociales, pero realiza este trabajo en el cuadro de una perspectiva correcta, real, vale decir, revolucionaria. En la medida en que las reivindicaciones parciales –“mínimum”- de las masas entren en conflicto con las tendencias destructivas y degradantes del capitalismo decadente -y eso ocurre a cada paso, la IV Internacional auspicia un sistema de reivindicaciones transitorias, cuyo sentido es el de dirigirse cada vez más abierta y resueltamente contra las bases del régimen burgués. El viejo “programa mínimo” es constantemente superado por el programa de transición cuyo objetivo consiste en una movilización sistemática de las masas para la revolución proletaria.

ESCALA MOVIL DE LOS SALARIOS Y ESCALA MOVIL DE LAS HORAS DE TRABAJO

En las condiciones del capitalismo en descomposición, las masas continúan viviendo la triste vida de los oprimidos, quienes, ahora más que nunca, están amenazados por el peligro de ser arrojados en abismo del pauperismo. Están obligados a defender su pedazo de pan ya que no pueden aumentarlo ni mejorarlo. No es posible ni necesario enumerar las diversas reivindicaciones parciales que surgen a cada rato de circunstancias concretas, nacionales, locales, profesionales. Pero dos calamidades económicas fundamentales, a saber: la desocupación y la carestía de la vida, exigen consignas y métodos generales de lucha.

La IV Internacional declara una guerra implacable a la política de los capitalistas, que es, en gran parte, la de sus agentes, los reformistas, tendiente a hacer recaer sobre los trabajadores todo el fardo del militarismo, de la crisis, del desorden de los sistemas monetarios y demás calamidades de la agonía capitalista. Reivindica el derecho al trabajo y una existencia digna para todos.

Ni la inflación ni la estabilización monetaria pueden servir de consignas al proletariado porque son las dos caras de una misma moneda. Contra la carestía de la vida que, a medida que la guerra se aproxima, se acentuará cada vez más, sólo es posible luchar con una consigna: la escala móvil de los salarios. Los contratos colectivos de trabajo deben asegurar el aumento automático de los salarios correlativamente con la elevación del precio de los artículos de consumo.

Bajo pena de entregarse voluntariamente a la degeneración, el proletariado no puede tolerar la transformación de una multitud creciente de obreros en desocupados crónicos, en menesterosos que viven de las migajas de una sociedad en descomposición. El derecho al trabajo es el único derecho que tiene el obrero en una sociedad fundada sobre la explotación. No obstante se le quita ese derecho a cada instante. Contra la desocupación, tanto de “estructura” como de “coyuntura” es preciso lanzar la consigna de la escala móvil de las horas de trabajo. Los sindicatos y otras organizaciones de masas deben ligar a aquellos que tienen trabajo con los que carecen de él, por medio de los compromisos mutuos de la solidaridad. El trabajo existente es repartido entre todas las manos obreras existentes y es así como se determina la duración de la semana de trabajo. El salario, con un mínimo estrictamente asegurado sigue el movimiento de los precios. No es posible aceptar ningún otro programa para el actual período de transición.

Los propietarios y sus abogados demostrarán “la imposibilidad de realizar” estas reivindicaciones. Los capitalistas de menor cuantía, sobre todo aquellos que marchan a la ruina, invocarán además sus libros de contabilidad. Los obreros rechazarán categóricamente esos argumentos y esas referencias. No se trata aquí del choque “normal” de intereses materiales opuestos. Se trata de preservar al proletariado de la decadencia, de la desmoralización y de la ruina. Se trata de la vida y de la muerte de la única clase creadora y progresiva y, por eso mismo, del porvenir de la humanidad. Si el capitalismo es incapaz de satisfacer las reivindicaciones que surgen infaliblemente de los males por él mismo engendrados, no le queda otra que morir. La “posibilidad” o la “imposibilidad” de realizar las reivindicaciones es, en el caso presente, una cuestión de relación de fuerzas que sólo puede ser resuelta por la lucha. Sobre la base de esta lucha, cualesquiera que sean los éxitos prácticos inmediatos, los obreros comprenderán, en la mejor forma, la necesidad de liquidar la esclavitud capitalista.

LOS SINDICATOS EN LA EPOCA DE TRANSICION

En la lucha por las reivindicaciones parciales y transitorias, los obreros necesitan, ahora más que nunca, organizaciones de masa, ante todo sindicatos. El auge de los sindicatos en Francia y en los Estados Unidos es la mejor respuesta a las doctrinas ultra-izquierdistas que predicaban que los sindicatos estaban “fuera de época”.

Los Bolchevique Leninistas se encuentran en las primeras filas de todas las formas de lucha, aún allí donde se trata de los intereses de los más modestos de la clase obrera. Toman parte activa en la vida de los sindicatos de masa, preocupándose de robustecer y acrecentar su espíritu de lucha. Luchan implacablemente contra toda las tentativas de someter los sindicatos al estado burgués y de maniatar al proletariado con “el arbitraje obligatorio” y todas las demás formas de intervención policial, no sólo son fascistas sino también “democráticas”. Solamente sobre la base de ese trabajo es posible luchar con buen éxito en el seno de los sindicatos contra la burocracia reformista incluidos los stalinistas. Las tentativas sectarias de crear o mantener pequeños sindicatos “revolucionarios” como una segunda edición del partido, significa en el hecho la lucha por la dirección de la clase obrera. Hace falta plantear aquí como un principio inconmovible: el auto-aislamiento cobarde fuera de los sindicatos de masas, equivalente a la traición a la revolución, es incompatible con la pertenencia a la IV internacional.

Al mismo tiempo la IV Internacional rechaza y condena resueltamente todo fetichismo de los sindicatos, propio de los treadeunionistas y de los sindicalistas.

a) Los sindicatos no tienen, y, por sus objetivos, su composición y el carácter de su reclutamiento, no pueden tener un programa revolucionario acabado; por eso no pueden sustituir al partido. La creación de partidos revolucionarios nacionales, secciones de la IV Internacional, es el objetivo central de la época de transición.

b) Los sindicatos, aún los más poderoso, no abarcan más del 20 al 25 de la clase obrera y por otra parte, sus capas más calificadas y mejor pagadas. La mayoría más oprimida de la clase obrera no es arrastrada a la lucha sino episódicamente en los períodos de auge excepcional del movimiento obrero. En estos momentos es necesario crear organizaciones ad-hoc, que abarquen toda la masa en lucha los comités de huelga, los comités de fábrica, y en fin, los soviets.

c) En tanto que organizaciones de las capas superiores del proletariado, los sindicatos, como lo atestigua toda la experiencia histórica, comprendida en ella la experiencia fresca aún de los sindicatos anarco-sindicalistas de España, desenvuelven poderosas tendencias a la conciliación con el régimen democrático burgués. En los períodos agudos de lucha de clases, los aparatos dirigentes de los sindicatos se esfuerzan por convertirse en amos del movimiento de masas para domesticarlo. Esto se produce ya en ocasión de simples huelgas, sobre todo con la ocupación de las fábricas, que sacuden los principios de la propiedad burguesa. En tiempo de guerra o de revolución, cuando la situación de la burguesía se hace particularmente difícil, los jefes de los sindicatos se transforman ordinariamente en ministros burgueses.

Por todo lo que antecede las secciones de la IV Internacional deben esforzarse constantemente no sólo en renovar el aparato de los sindicatos proponiendo atrevida y resueltamente en los momentos críticos nuevos líderes dispuestos a la lucha en lugar de funcionarios rutinarios y carreristas, sino también de crear en todos los casos en que sea posible, organizaciones de combate autónomas que respondan mejor a los objetivos de la lucha de masas contra la sociedad burguesa, sin arredrarse, si fuese necesario, frente a una ruptura abierta con el aparato conservador de los sindicatos. Si es criminal volver la espalda a las organizaciones de masas para contentarse con ficciones sectarias, no es menos criminal tolerar pasivamente la subordinación del movimiento revolucio­nario de las masas al contralor de pandillas burocráticas abiertamente reaccionarias o conservadoras disfrazadas de “progresistas”. El sindicato no es un fin en sí, sino sólo uno de los medios a emplear en la marcha hacia la revolución proletaria.

LOS COMITES DE FABRICA

EI movimiento obrero de la época de transición no tiene un carácter regular e igual sino afiebrado y explosivo. Las consignas, lo mismo que las formas de organización, deben ser subordinadas a ese carácter del movimiento. Huyendo de la rutina como de la peste, la dirección debe prestar atención a la iniciativa de las masas.

Las huelgas con ocupación de fábricas, una de las más recientes manifestaciones de esta iniciativa, rebasan los límites del régimen capitalista normal. Independientemente de las reivindicaciones de los huelguistas, la ocupación temporaria de las empresas asesta un golpe al ídolo de la propiedad capitalista. Toda huelga de ocupación plantea prácticamente el problema de saber quién es el dueño de la fábrica: el capitalista o los obreros.

Si la ocupación promueve esta cuestión episódicamente, el comité de fábrica da a la misma una expresión organizada. Elegido por todos los obreros y empleados de la empresa, el comité de fábrica crea de golpe un contrapeso a la voluntad de la administración.

A la crítica reformista de los patrones del viejo tipo, los “patrones de derecho divino”, del género de Ford, frente a los “buenos” explotadores “democráticos”, nosotros oponemos la consigna de los comités de fábrica como centro de lucha contra unos y otros.

Los burócratas de los sindicatos se opondrán, por regla general, a la creación de comités, del mismo modo que se oponen a todo paso atrevido en el camino de la movilización de las masas. Sin embargo, su oposición será tanto más fácil de quebrar cuanto mayor sea la extensión del movimiento. Allí donde los obreros de la empresa están ya en los períodos “tranquilos” totalmente comprendidos en los sindicatos, el comité coincidirá formalmente con el órgano del sindicato, pero renovará su compo­sición y ampliará sus funciones. Sin embargo, el principal significado de los comités es el de transformarse en estados mayores para las capas obreras que, por lo general, el sindicato no es capaz de abarcar. Y es precisamente de esas capas más explotadas de donde surgirán los destacamentos más afectos a la revolución.

A partir del momento de la aparición del comité de fábrica, se establece de hecho una dualidad de poder. Por su esencia ella tiene algo de transitorio porque encierra en sí dos regímenes inconciliables: el régimen capitalista y el régimen proletario. La principal importancia de los Comités de Fábrica consiste precisamente en abrir un período pre-revolucionario, ya que no directamente revolucionario, entre el régimen burgués y el régimen proletario. Que la propaganda por los Comités de Fábrica no es prematura ni artificial, lo demuestra del mejor modo la ola de ocupación de fábricas que se ha desencadenado en algunos países. Nuevas olas de ese género son inevitables en un porvenir próximo. Es preciso iniciar una campaña en pro de los comités de fábricas para que los acontecimientos no se tomen de improviso.

EL “SECRETO COMERCIAL” Y EL CONTROL OBRERO SOBRE LA INDUSTRIA

El capitalismo liberal basado en la concurrencia y la libertad de comercio se ha eclipsado en el pasado. El capitalismo monopolizador que lo reemplazó, no solamente no ha reducido la anarquía del mercado, sino que, por el contrario, le ha dado un carácter particularmente convulsivo. La necesidad de un “control” sobre la economía, de una “dirección” estatal, de una “planificación” es reconocida ahora – al menos verbalmente – por casi todas las corrientes del pensamiento burgués y pequeño-burgués, desde el fascismo hasta la social-democracia. Para el fascismo se trata sobre todo de un pillaje “planificado” del pueblo con fines militares. Los social-demócratas tratan de desagotar el océano de la anarquía con la cuchara de una “planificación” burocrática. Los ingenieros y los profesores tratan de convertirse en tecnócratas. Los gobiernos democráticos tropiezan en sus tentativas tímidas de “reglamentación” con el sabotaje insuperable del gran capital.

El verdadero nexo entre explotadores y “controladores” democráticos se revela en el hecho de que los señores “reformadores” poseídos de una santa emoción, se detienen en el umbral de los trusts con sus “secretos” industriales y comerciales. Aquí reina el principio de “no intervención”. Las cuentas entre el capital aislado y la sociedad constituyen un secreto del capitalismo: la sociedad no tiene nada que ver con ellas. El “secreto” comercial se justifica siempre, como en la época del capitalismo liberal, por los intereses de la “concurrencia”. En realidad los trusts no tienen secretos entre sí. El secreto comercial de la época actual es un constante complot del capital monopolizador contra la sociedad. Los proyectos de limitación del absolutismo de los “patrones de derecho divino” seguirán siendo lamentables farsas mientras los propietarios privados de los medios sociales de producción puedan ocultar a los productores y, a los consumidores la mecánica de la explotación, del pillaje y del engaño. La abolición del “secreto comercial” es el primer paso hacia un verdadero control de la industria.

Los obreros no tienen menos derechos que los capitalistas a conocer los “secretos” de la empresa, de los trusts, de las ramas de las industrias, de toda la economía nacional en su conjunto. Los bancos, la industria pesada y los transportes centralizados deben ser los primeros sometidos a observación.

Los primeros objetivos del control obrero consisten en aclarar cuales son las ganancias y gastos de la sociedad, empezando por la empresa aislada, determinar la verdadera parte del capitalismo aislado y de los capitalistas en conjunto en la renta nacional, desenmascarar las combinaciones de pasillo y las estafas de los bancos y de los trusts; revelar, en fin, ante la sociedad el derroche espantoso de trabajo humano que resulta de la anarquía del capitalismo y de la exclusiva persecución de la ganancia.

Ningún funcionario del estado burgués puede llevar a cabo esa tarea, cualesquiera que sean los poderes de que fuera investido. El mundo entero ha observado la impotencia del presidente Roosevelt y del presidente del consejo León Blum frente al complot de las “60” o de las “200” familias de sus respectivos países. Para quebrar la resistencia de los explotadores se requiere la presión del proletariado. Los comités de fábrica y solamente ellos pueden asegurar un verdadero control sobre la producción llamando en su ayuda como consejeros y no como tecnócratas a los especialistas honestos y afectos al pueblo: contadores, estadísticos, ingenieros, sabios, etc…

En particular la lucha contra la desocupación es inconcebible sin una amplia y atrevida organización de “grandes obras públicas”. Pero las grandes obras no pueden tener una importancia durable y progresiva, tanto para la sociedad como para los desocupados, si no forman parte de un plan general, trazado para un período de varios años. En el cuadro de un plan semejante los obreros reivindicarán la vuelta al trabajo, por cuenta de la sociedad, en las empresas privadas cerradas a causa de la crisis. El control obrero en tales casos sería sustituido por una administración directa por parte de los obreros.

La elaboración de un plan económico, así sea el más elemental, desde el punto de vista de los intereses de los trabajadores y no de los explotadores, es inconcebible sin control obrero, sin que la mirada de los obreros penetre a través de los resortes aparentes y ocultos de la economía capitalista. Los comités de las diversas empresas deben elegir, en reuniones oportunas, comités de trusts, de ramas de la industria, de regiones económicas, en fin, de toda la industria nacional, en conjunto. En esa forma, el control obrero pasará a ser la escuela de la economía planificada. Por la experiencia del control, el proletariado se preparará para dirigir directamente la industria nacionalizada cuando la hora haya sonado.

A los capitalistas, especialmente aquellos de pequeña y mediana importancia que, a veces, proponen ellos mismos abrir sus libros de cuentas ante los obreros – sobre todo para demostrarles la necesidad de reducir los salarios – los obreros deberán responderles que lo que a ellos les interesa no es la contabilidad de los quebrados o de los semi-quebrados aislados, sino la contabilidad de todos los explotadores. Los obreros no pueden ni quieren adaptar su nivel de vida a los intereses de los capitalistas aislados convertidos en víctimas de su propio régimen. La tarea consiste en reconstruir todo el sistema de producción y de distribución sobre principios más racionales y más dignos. Si la abolición del secreto comercial es la condición necesaria de control obrero, ese control representa el primer paso en el camino de la dirección socialista de la economía.

Veto y opción política

Veto y opción política

Licenciada Norma Guevara de Ramirio
El Presidente de la República, vetó el Decreto Legislativo 635 que contiene reformas al Código Electoral mediante las cuales se cambia el sistema de listas bloqueadas y cerradas como mecanismo de elección de diputados y diputadas a la Asamblea Legislativa, y abre opciones a la ciudadanía para votar por la propuesta de un partido, por una de las personas propuestas por partido o por un candidato no partidario. El Presidente tiene la facultad constitucional de sancionar, observar o vetar cualquier decreto, la Constitución le otorga esa facultad entendida como la posibilidad de corregir o evitar una ley. Pero cuando la razón alegada, es inconstitucionalidad, el Presidente está en el deber de sustentar la relación incongruente entre lo aprobado por la Asamblea Legislativa con los artículos de la Constitución que supuestamente se han vulnerado. Esta parte no se demuestra en el veto al D.L. 635, por eso, esa actuación se inscribe en opción política.

Alega que inscribir planillas incompletas es inconstitucional; eso no lo podría probar. Se cuestiona la forma de realizar el escrutinio final por dar valor a los votos que la ciudadanía emita a favor de un partido, con lo que descalifica la libertad de la ciudadanía de votar, si quiere, por una propuesta de partido. Alega sin probar, que el resultado será el mismo que cuando se utilizaron las listas cerradas y bloqueadas, tampoco puede probarlo; insinúa, como reclamo, el que se mantenga el sistema de cocientes y residuos, derivado del art. 79 que establece que para “la elección de diputados se adoptará el sistema de representación proporcional”. Es admisible que el decreto no le guste, que lo considere inconveniente, pero sería difícil probar en qué radica su inconstitucionalidad.

Lo que sí es claro, es que la Constitución establece un rol fundamental a los partidos políticos. En los derechos de ciudadanía se establece el de asociarse para constituir partidos o incorporarse a los existentes (art. 72); el derecho de vigilancia del Registro Electoral (art. 79), el de ir a una segunda vuelta cuando en una elección presidencial se gana el primero o segundo lugar sin alcanzar la mayoría absoluta (art. 80); el de estar afiliado a un partido político para optar a la Presidencia de la República (art. 151); el de ser la expresión del pluralismo político como característica del sistema político y el único medio para el ejercicio de la representación del pueblo en el gobierno (art. 85); el de proponer candidatos al Tribunal Supremo Electoral cuando se obtiene un respaldo equivalente al primero, segundo y tercer lugar en las elecciones presidenciales (art. 208); el de proponer ciudadanos a los organismos electorales (art. 209) y el de recibir la deuda política en las elecciones para mantener libertad e independencia (art. 210).

Es obvia la existencia de un movimiento orientado a socavar el papel de los partidos políticos, movimiento que tiene derecho a sostener sus propias ideas sobre la manera de hacer política. Ese movimiento debiera pedir abiertamente el cambio de sistema político y sus consecuentes reformas constitucionales, como lo hizo el FMLN antes de ser partido y lograr importantes transformaciones institucionales encaminadas a democratizar el Estado y darle valor a la ciudadanía como sujeto fundamental de la democracia.

Cuando el predominio de la derecha en el Estado era total, el movimiento popular y cualquier partido de izquierda carecían de espacio. El FMLN, se plantó en franca disputa para representar al pueblo en distintas instancias de gobierno hasta hacer posible, que con esas reglas viciadas e imperfectas se alcanzara en las urnas la victoria presidencial el 15 de marzo de 2009. La derecha cuestionó siempre al FMLN, su organización interna, sus dirigentes, sus procedimientos de decidir sobre candidaturas. Lo nuevo ahora, es que gran parte de la derecha, especialmente la empresarial y de medios, es parte de ese movimiento anti partidos. Pareciera que lo que motiva el cambio es darse cuenta que Arena les sirve poco, se dividió, no levanta. Así como tienen apoderados de empresas, necesitan apoderados políticos operando a su favor en instancias de Estado, es su nueva forma de hacer política.

Hay que percatarse que el cambio que buscan dejar fuera, novedades ocurridas en sociedades que sacudieron a los viejos partidos políticos como Venezuela, Bolivia o Ecuador; pasar de la democracia representativa a formas de democracia participativa, reformas constitucionales que incluyen el referéndum, Registros Civiles estrictos que limitan fraudes de identidad para traficar, eludir y evadir. Ese movimiento jamás acompañará el establecimiento de cuotas para asegurar la participación política de las mujeres y de los jóvenes.

Si para algo sirve el veto, es para saber situar aspiraciones de cambio de sistema político; analicémoslas, sin deteriorar facultades constitucionales que encubren nuevas formas golpistas.

Proclama del Partido Comunista de Honduras en su 57 aniversario

Con profundo orgullo PROCLAMAMOS: Este 9 y 10 de abril 2011 en un lugar de la patria, hemos celebrado el V CONGRESO del PARTIDO COMUNISTA DE HONDURAS (PCH), reactivando sus estructuras orgánicas y aprobando sus Estatutos y Programa Político.

No resurgimos como pretensiosa vanguardia ni como dueños de la solución a la crisis nacional, sino como críticos serios y enemigos frontales del sistema capitalista mundial en general y del sistema capitalista dependiente nacional en particular.

El Partido Comunista de Honduras (PCH) es un partido revolucionario que se propone ser una suma en la fuerza capaz de impulsar, junto al proletariado hondureño y demás sectores sociales, el proceso revolucionario en Honduras desde los principios del marxismo-leninismo y recuperando el espíritu anti imperialista, anti colonial, anti oligárquico y anticlerical de Francisco Morazán que inspira nuestra lucha.

Reiteramos nuestra decisión de acompañar al pueblo hondureño en su lucha por la refundación de la patria, así como la lucha de todos los pueblos del mundo por su liberación definitiva y su verdadera independencia, su resistencia al imperialismo y las diferentes expresiones de explotación y opresión de la humanidad.

Los tiempos han cambiado y junto con él la conciencia de protesta y reclamo de la hondureñidad, quien ahora enarbola la bandera de una patria digna y por lo tanto no se le asusta ni se le amedranta con las campañas mediáticas anticomunistas, al contrario, ahora muestra su interés, disposición y aspiración por un sistema justo de producción socio económica socialista como respuesta y solución al degenerado y podrido sistema de producción capitalista, quien sólo sufrimiento y luto le produce a la humanidad.

Excitamos a todos nuestros/as camaradas a mantener su participación activa en las diferentes organizaciones que luchan con dignidad por el bien de nuestro pueblo y en especial a los que participan activamente en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) contribuyendo en todos los espacios y procesos unitarios, promoviendo la tolerancia y rechazando cualquier intención o acción de manipulación en la toma de decisiones unilaterales. Nuestro principal deber es asegurar la mayor participación popular en esta instancia amplia y revolucionaria del pueblo hondureño.

Llamamos a todos/as cuya visión revolucionaria es la construcción del socialismo, a integrarse a nuestras filas.

¡VIVA EL PARTIDO COMUNISTA DE HONDURAS!

¡PROLETARIOS DEL MUNDO UNIOS!

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!

PCH

Obama, Monseñor Romero y el futuro del país

La visita del presidente Obama a la tumba de Monseñor Óscar Romero, es un acto de gran valor emblemático. Solamente entre 1979 y 1981, más de 30.000 civiles fueron asesinados por militares y escuadrones de la muerte, cuando aún no había una guerra y los rebeldes éramos sólo unos pocos jóvenes con más indignación que armas y capacidad militar. Cuando las protestas se convirtieron en guerra, los militares, apoyados por EE UU, no bombardearon en un país con tres habitantes por kilómetro cuadrado como es el caso de Libia, sino en el más densamente poblado del continente, con 230 habitantes por kilómetro cuadrado en 1980. Extensas zonas del territorio fueron desoladas y millones emigraron, la mayoría hacia EE UU.

La extrema derecha salvadoreña consideraba “comunista” al entonces presidente estadounidense James Carter por su defensa de los derechos humanos. En 1980, cuando Ronald Reagan se perfilaba electoralmente como el candidato ganador frente a Carter, se sintieron autorizados para asesinar al arzobispo Romero, un hombre inteligente, sensible y con una extraordinaria oratoria, al que consideraban tan peligroso como el Ayatolá Jomeini, pese a que inicialmente era conservador, contrario a la Teología de la Liberación y amigo de familias acaudaladas. La derecha lo consideró un traidor, no le perdonó, y aún no le perdona que les exigiera parar la matanza. El 9 marzo de 1980 fue encontrada una bomba en un altar donde oficiaría misa, y el 24 de marzo de ese mismo año un francotirador le disparó cuando alzaba sus brazos para oficiar la eucaristía.

Ese magnicidio detonó la guerra civil, si habían asesinado al arzobispo, todos los opositores debían darse por muertos. Miles de salvadoreños, incluidos oficiales del ejército, no tuvieron más opción que unirse a la rebelión armada. El asesinato de Romero fue una gran injusticia y una enorme estupidez desde el propio interés de la derecha, pues, sin ese crimen, la insurgencia no hubiera cobrado fuerza. Sin embargo, celebraron colectivamente el asesinato; se han negado a aceptar la culpa y siguen reconociendo como héroe a quien cometió el crimen. Es cierto que desde la insurgencia hubo actos de violencia injustificados, pero la violencia causal del conflicto vino del Estado. Los opositores fueron siempre mayoritariamente demócratas o humanistas indignados como Romero. Los terroristas eran los gobiernos, los rebeldes no éramos ni el problema ni la solución, simplemente fuimos una consecuencia de la dictadura.

Que seamos uno de los países más violentos del mundo tiene relación con nuestro pasado autoritario. Cuando el Estado mata, enseña a los ciudadanos a matar, convirtiendo la violencia en cultura. En nuestro país se formaron cuerpos paramilitares con más de cien mil miembros que sirvieron para preservar el poder durante décadas. Esta violencia vertical se convirtió en una violencia horizontal entre los salvadoreños que los escuadrones de la muerte se encargaron de consolidar. Fueron éstos los primeros en descuartizar y exhibir cadáveres. Las maras resultaron así del cruce cultural de las pandillas estadounidenses con la violencia extrema que los salvadoreños aprendieron del Estado. El Salvador vive ahora una descomposición social que produce delincuentes a escala industrial. Pero ese infierno de muerte atormenta sólo a los más pobres. Los barrios ricos viven la irrealidad de un falso progreso en unos pocos kilómetros cuadrados. El país enfrenta así la paradoja de que para que funcionen las escuelas y trabajen los maestros, necesita más cárceles y policías. Urge más Estado y mejores ciudadanos, lo primero implica más impuestos y lo segundo más educación cívica.

Durante los gobiernos de ARENA los salvadoreños se convirtieron en el principal producto de exportación. Las remesas son el pilar de la economía y los coyotes su sector más dinámico. La desarticulación de familias y comunidades producto de la emigración agrava la descomposición social, abriendo una conexión entre violencia y economía. A mayor emigración más remesas, a más remesas menos productividad de los trabajadores y menos inversión de los productores, a menos productividad e inversión menos empleo, a menos empleo más violencia y por lo tanto más emigración. El progreso aparente viene de las remesas, por lo tanto de la violencia. Los grandes ricos tienen mucho dinero y pocas ideas productivas, son, en términos estrictos, decadentes, dejaron de invertir durante los gobiernos de ARENA. El país necesita una refundación de los sectores productivos que detenga la emigración y un Estado que genere un mínimo de paz para que se reactive al menos la microeconomía que está severamente afectada por la inseguridad.

El Salvador ha sido gobernado ininterrumpidamente por una derecha que asesinó, exilió, derrocó y saboteó a todos los líderes opositores moderados en el país durante el último siglo. Doctor Manuel Enrique Araujo asesinado en 1913, ingeniero Arturo Araujo derrocado en 1931, Profesor Alberto Masferrer exiliado en 1931, general Alfonso Marroquín fusilado junto a otros militares y civiles en 1944, doctor Arturo Romero herido a machetazos y exiliado en 1944, Roberto Edmundo Canessa muerto a causa de una golpiza policial en 1961, ingeniero Napoleón Duarte y doctor Guillermo Ungo exiliados en 1972, coronel Benjamín Mejía asesinado en 1981, Enrique Álvarez Córdoba asesinado en 1980, coronel Adolfo Majano exiliado en 1981, arzobispo Romero asesinado en 1980, Ignacio Ellacuría y otros cinco sacerdotes jesuitas asesinados en 1989. Durante el gobierno de Napoleón Duarte, en plena guerra civil organizaron paros empresariales, cuando sin los recursos de EEUU que su gobierno canalizó, los insurgentes hubiéramos ganado fácilmente la guerra. Los personajes mencionados no eran extremistas. Esta historia de intolerancia y arrogancia conduce a preguntarse si el actual gobierno es una oportunidad o es la misma amenaza que inventaron siempre.

Muchos tuvimos fuertes dudas sobre el actual gobierno y más sobre el FMLN, particularmente porque, pasada la guerra, con su retórica y práctica radical, retrasó el proceso de maduración política del país. Sin embargo el Frente, queriendo o sin querer, está dando señales de moderación. Este proceso de cambio aunque ahora imperfecto, es por contexto inevitable y nada le haría más bien a El Salvador que la conversión de la izquierda en una élite económica, política, intelectual y social con interés en la estabilidad nacional. Ni la libertad de expresión, ni la propiedad privada están en peligro; no hay proclamas oficiales antiimperialistas y el gobierno está buscando financiarse con impuestos en vez de pedir dinero a Chávez. Los debates son apasionados, pero normales sobre políticas sociales, inversión, transporte, corrupción y seguridad. Se han reprimido huelgas y tomas con el inédito respaldo del FMLN. Terminada la guerra la derecha dejó de matar, aprendió a respetar las elecciones y entregó el gobierno a la izquierda. Sin embargo es evidente la tentación de continuar con la polarización cuando hay ahora una oportunidad para competir en positivo. Mientras haya polarización nada se resolverá. La visita del presidente Obama fue, en ese sentido, un sólido respaldo a la búsqueda de la madurez política, al centrismo y a la moderación, y esto, vale mucho más que amnistías migratorias, préstamos y ayudas económicas. Sólo la madurez le dará al país la capacidad de usar todo su potencial, para que pueda resolver por si mismo los graves problemas que padece.

Nota: El Diario de Hoy, se negó a publicar este artículo.

El Veto, crisis histórica y los partidos políticos

Tanto uno como otra son decisiones políticas, en una coyuntura de quiebres clasistas, económicos y políticos.
El escenario del país nos ofrece una situación en donde encontramos una transnacionalización de la riqueza y unos sectores económicos sin el poder económico tradicional: sin banca, sin industria, sin ciencia ni tecnología, sin inversiones extranjeras, y en donde los inversionistas nacionales no invierten en el país. Todo el control decisivo parece estar en las manos de las grandes empresas extranjeras. Y los antiguos señores aparecen como sus empleados o como grandes inversionistas en otras regiones. Así las cosas, resultan afectadas las antiguas relaciones con sus antiguos instrumentos partidarios, porque el control del aparato estatal también aparece en manos de grandes intereses foráneos, y de todos modos, el descrédito total de los partidos políticos vuelve demasiado caro y poco rentable el uso de estos instrumentos que huelen a negocios y a empresas que pueden hasta competir en el mercado de la política con sus antiguos amos o dueños. Resulta hasta probable que los mismos sectores empresariales necesiten pasar ellos mismos y de manera directa, a realizar el trabajo partidario como gobernantes.

El Presidente sancionó el anterior decreto que regulaba las candidaturas independientes porque políticamente le convenía y no porque jurídicamente fuera constitucional. Pero no sancionó el decreto electoral que regulaba, ya electoralmente, hasta las papeletas el día de las elecciones.

Pensando jurídicamente, el Presidente debió vetar el primer decreto para ser consecuente con este último veto; pero ocurre que toda la maniobra partidaria para impedir la irrupción del pueblo, independiente y libre del control de los partidos en las elecciones, se encuentra amenazada. Ahora todo parece danzar en un aceite hirviendo cuya temperatura controla la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.

Resulta que el primer decreto sancionado apareció con casi todo el respaldo partidario. Pero el segundo apareció con una poderosa influencia del partido FMLN y su sanción fortalecería las posibilidades electorales de este partido. Hay que recordar, en este punto, que la visita del Presidente Obama fue dedicada a la relación Obama-Funes y benefició exclusivamente al Presidente; en tanto que debilitó al FMLN por su actitud zalamera, por su falta de dignidad histórica, por su desmemoria y por su oportunismo ante Obama, que de todas maneras ignoró a este partido, así como ignoró también a las cúpulas empresariales y al resto de partidos políticos. Esto quiere decir que no estando Funes interesado en fortalecer al FMLN, y teniendo un momento de abundante ventaja coyuntural e internacional, no iba a dejar pasar la oportunidad de golpear políticamente a este partido que tan molesta compañía le resulta, pese a que el FMLN resulta también zalamero con el gobierno Funes, y es incapaz de deslindarse de su gobierno, aun cuando no decide ni el pensar ni el hacer gubernamental.

El veto que comentamos pone en claro ante las mismas cabezas de la cúpula del FMLN que no es ni partido de gobierno ni partido en el gobierno, y es, apenas, partido gubernamental, como los otros partidos. El veto de Funes está diciendo esto precisamente. Y, en este sentido, parece tender un puente a la cúpula empresarial que también vive un momento de deslinde de su antigua relación con instrumentos partidarios.

El veto es un fuerte golpe político al partido FMLN y ha llevado confusión y angustia a una cúpula que no alcanza a entender y sopesar lo que les está ocurriendo. En un reciente comunicado, esta cúpula destila toda su increíble ignorancia de la coyuntura, y sobre todo, su incapacidad de diálogo con el mismo Presidente, al que promocionaron ilusamente como su candidato y su Presidente. En este comunicado, la cúpula partidaria ignora el aislamiento que sufren los partidos políticos ante la sociedad, el desprestigio, la desconfianza, la falta de autoridad de la que adolecen todos los partidos, incluido el FMLN, en la coyuntura. Ignorar, como lo hace esta cúpula, que su conducta política es vista por el pueblo como propia de los partidos tradicionales de derecha, que su incapacidad de reflexión es hasta tema de humor político, que el desprecio con que son tratados por el Presidente de la República es tema de todos los días, y pretender elevarse por encima de los otros partidos, de los que, en la práctica, y en el día a día, no se diferencian en nada, resulta ser el drama más patético de esta coyuntura.

De todas maneras, si decidieran superar el veto, sería la Sala de lo Constitucional, la que de nuevo tendría en sus manos la solución del diferendo, y esto no parece ser una salida favorable para las empresas partidarias.

Como puede verse, la figura del veto, que nació en la antigua Roma como un recurso dado a los tribunos de la plebe para prohibir eso significa la palabra latina veto, las decisiones del senado, controlado por los patricios, tiene en la actualidad un significado no popular y es, más bien, un recurso político en las manos políticas del Presidente. Y en este caso, el recurso resulta bien usado para los intereses políticos de quienes deciden vetar y mal usado para la cúpula del FMLN que, una vez más, deberá someterse a la voluntad y decisión de su Presidente.

Funes parece no necesitar al FMLN, en tanto que este partido parece y aparece necesitando y hasta dependiendo de la voluntad presidencial. Aquí tenemos un drama histórico que representa la agonía del régimen de partidos políticos, aquel que en 1983 fuera santificado en el artículo 85 de la Constitución de ese año. Esos plenos poderes entregados a los partidos resultaron perjudiciales para estos mismos y para el pueblo.