Primer Encuentro entre los Pueblos Zapatistas y los Pueblos del Mundo

PRIMER ENCUENTRO ENTRE LOS PUEBLOS ZAPATISTAS Y LOS PUEBLOS DEL MUNDO

31 de diciembre de 2006 (English translation below)

Compañeros y compañeras

El último día del año arrancó hoy en el Caracol Zapatista de Oventik, Chiapas, con la instalación de dos mesas de trabajo matutinas en las que los pueblos zapatistas exponen la cotidianidad de su autonomía en los rubros de educación y salud, dentro de los trabajos del Primer Encuentro entre los Pueblos Zapatistas y los Pueblos del Mundo.

Miles de bases de apoyo de los pueblos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y más de 1, 500 hombres y mujeres provenientes de 40 países del mundo, iniciaron desde las 8 de la mañana la instalación de las mesas en las que se discute la educación en la autonomía, la elaboración de programas de estudio en la resistencia, el sistema de salud de los pueblos zapatistas, los retos, obstáculos y los pequeños logros de su trabajo.

Ayer por la tarde y hasta el anochecer transcurrió la exposición del tema Autonomía y El Otro Gobierno, a cargo de los representantes de cada una de las cinco Juntas de Buen Gobierno zapatistas. En la mesa también se escucharon las voces de 35 compañeros y compañeras de muchos países del mundo presentes en el Encuentro.

Los compañeros Jesús y Roel, de la Junta de Buen Gobierno del caracol de La Realidad, explicaron que “uno de los retos mas importantes en El Otro Gobierno es la participación de la mujer como autoridades. Cuando se crearon las Juntas –explicó Roel- había solo una mujer, pero después de 3 años y medio de trabajo ahora podemos decir que estamos casi parejo, aunque todavía falta un largo caminar”.

El “mandar obedeciendo”, expusieron, “es que el pueblo decide el rumbo y el modo en que vamos a trabajar”. Y señaló que hay siete principios para El Otro Gobierno: el obedecer y no mandar, representar y no suplantar, bajar y no subirse, convencer y no vencer, construir y no destruir, proponer y no imponer.

En el polémico aspecto de la justicia zapatista, se explicó que existen diferentes tipo de problemas, a los que “nosotros mismos le buscamos solución. Lo que hacemos primero es investigar el caso y luego citamos a las partes en conflicto. La autoridad es neutral para poder escuchar los argumentos de las partes y con base a eso al que sale culpable se le aplica la justicia, cargando como castigo hacer trabajo en beneficio del pueblo, municipio o zona. En el otro gobierno la justicia no se compra, ni se negocia. El poder del dinero no manda en la justicia zapatista”, finalizó la autoridad autónoma de una de las regiones de la selva.

Por su parte, la Junta de Buen Gobierno de Oventik, señaló que para los zapatistas “la Autonomía es un derecho universal donde podemos vivir humanamente, con libertad, con justicia, con democracia, con nuestros propios leyes en cualquier parte del mundo. La Autonomía no se entiende con una sola palabra, sino que se necesita hablar de los diferentes aspectos y derechos: Derechos a la vida, la política, a la justicia, a la libertad, a la democracia, a la salud, a la educación, al territorio, etcétera”.

Los representantes autónomos de Oventik denunciaron que durante estos 13 años de lucha “el mal gobierno nos ha traicionado, ha intentado aniquilarnos para acabar nuestra lucha justa. Muchos compañeros y compañeras han sido asesinados por los militares y grupos paramilitares, además de que siguen todavía los miles de desplazados de guerra”.

Actualmente, explicaron, no se tiene una ley o un sistema jurídico para aplicar la justicia, sino que cada municipio acuerda sus propios reglamentos internos, por lo que “se está viendo la necesidad de elaborar normas generales que nos pueda guiar para todos los municipios de la zona”.

En el turno de la Junta de Buen Gobierno del caracol de Morelia, la compañera Ofelia y el compañero Beto señalaron que en esta zona se están “tejiendo de manera equitativa el sistema de educación y salud autónoma rebelde zapatista”. En este contexto, explicaron, una de sus responsabilidades “es impulsar y desarrollar a los pueblos y a los municipios en el mejoramiento de la Autonomía”. Otra de sus funciones, indicó Ofelia, es “distribuir de forma equitativa los recursos económicos, que gracias a la solidaridad de hombres y mujeres niños y ancianos de México y el mundo, nos hacen llegar de manera directa o por otros medios”.

En el tema de la Justicia, esbozó Beto, “nuestro papel es buscar y construir un acuerdo común, mas no aplicar la ley. Como autoridades de la Junta somos un puente, construimos un dialogo y no una negociación, y por medio del diálogo llegamos al arreglo”, aunque, aclaró, “no siempre resulta así de fácil”.

Josefina y Miguel hablaron en representación de las autoridades autónomas del caracol de Roberto Barrios. Señalaron que “ahora los zapatistas estamos rescatando nuestra cultura…Nosotros como pueblos indígenas debemos organizarnos nuevamente. Somos capaces de gobernarnos, de servir al pueblo, de tomar nuestras propias decisiones, acuerdos, hacer propuestas y tener nuestro propio pensamiento”.

Explicaron que las autoridades zapatistas no reciben ningún sueldo por hacer su trabajo. “Nosotros los zapatistas somos libres para organizarnos, gobernarnos y tomar decisiones conforme a nosotros, sin la explotación de las ideas capitalistas. Por eso nace la idea de construir la nueva sociedad y una nueva lucha, la idea de construir la unidad como pueblos indígenas del mundo…”

Pertenecientes a una de las zonas con mayor presencia paramilitar, los representantes de Roberto Barrios denunciaron que continúa “el hostigamiento de los paramilitares en la zona o municipios autónomos y también los programas del mal gobierno que se basan en pura idea capitalista para dividir o desanimar a los pueblos, porque este es una guerra de baja intensidad contra el pueblo”.

Por el Caracol de La Garrucha participaron Elías, Estefanía, Joaquín e Isabel, quienes afirmaron que “los pueblos indígenas tenemos derecho a ser autónomos dentro del estado mexicano” y reivindicaron su “modo de ser y de trabajar en colectivo, la lengua y nuestras ideas que son diferentes”.

“Nosotros como pueblos hemos venido practicando la autonomía en los hechos, así que lo que se pide es que se reconozca lo que de por sí ya existe. Pero el mal gobierno no quiere darnos la autonomía por lo que ya explicamos que perdería la oportunidad de adueñarse y despojarnos de nuestras riquezas y recursos naturales. Tendría obstáculos para aplicar fácilmente sus planes económicos para la explotación de nuestros recursos para beneficio de ellos mismos”, indicaron las autoridades autónomas.

Explicaron que “la autonomía que queremos y por la que estamos luchando no está en contra de la soberanía del país. No queremos separarnos del país para formar una nación aparte. Eso es el pretexto que utilizan los enemigos de los pueblos indígenas para negarnos el derecho a la autonomía que estamos exigiendo como pueblos. De |lo que sí estamos seguros es que la autonomía fortalece la democracia en nuestro país”.

A la participación de las Juntas de Buen Gobierno siguió una ronda de preguntas y respuestas sobre la construcción de la autonomía zapatista y, posteriormente, la participación de las diferentes experiencias de lucha en otros países del mundo, destacándose de manera particular la defensa de los presos políticos.

El día de hoy, además de las mesas de trabajo sobre La Otra Salud y La Otra Educación, está programada una mesa vespertina sobre la mujer, sus desafíos y horizontes. Y, por la noche, los pueblos zapatistas y los pueblos del mundo reunidos hoy en Oventik celebrarán con música, baile y actividades culturales el treceavo aniversario del levantamiento armado que sorprendió al mundo el primero de enero de 1994.

Mano a la barriga…

MANO A LA BARRIGA

Put your hand on your belly and celebrate the holidays Salvadoran style

By: Carlos X. Colorado

This may be hard for Americans to understand, but the most emblematic Christmas song in El Salvador is called “The Bullet” (“La Bala”). No, this is not a poetic statement about the current gang violence plaguing the country — more on that, later. The simple fact of the matter is that Salvadoran holiday celebrations are typified by uproarious family gatherings that turn invariably to communal, familiar, inter-generational dancing. “La Bala” is a hit record that has been popularized all over Latin America, but is especially cherished in El Salvador, the land that produced the group that recorded the most popular version of the song. (San Vicente’s own Orquesta Internacional los Hermanos Flores, the only Latin act featured in BillBoard Magazine’s list of the top ten touring acts of 1989.)

To say that “La Bala” is a “hit record” in El Salvador is surely a gross understatement. Salvadorans so adore this song that when a Mexican artist recently called the Salvadoran version “precious,” the statement was headlines in San Salvador. When the Salvadoran battalion in Iraq celebrates Christmas Salvadoran-style, they play “La Bala,” and when the retiring First Lady wants to leave the presidential residence in patriotic form, she plays “La Bala” for her executive staff. The song has been rightly described as El Salvador’s “tropical anthem.” A great reason for its resonance is the way it has been woven into the Salvadoran heart strings over three decades of grand family gatherings. I have a theory that all Christmas songs have a common denominator of nostalgia, melancholy and longing, and “La Bala” has attained that status by the way it recalls the “old days” for Salvadorans who idealize or romanticize childhood, or “the old country” for Salvadorans abroad.

Simply put, “La Bala” is in the line of a “square dance” that may be familiar to the American folk tradition, where a caller announces the dance steps that a group of dancers is expected to follow. But, in true Latin American form, “La Bala” is an up-tempo cumbia with a catchy, tropical rhythm. However, you don’t need to be Jennifer Lopez to swing with this jig. With easy instructions such as “Hand to the belly” (“Mano a la barriga”) and “Now a little rub” (“Una sobadita”), “La Bala” is intended to be a song that even grandma can dance to. This is, in part, what gives it its unique function as the cultural gel that holds so many memories together, because we danced it as toddlers, as awkward teenagers, with cousins in tow, even with our own parents. It entered the fabric of our lives.

The premise of the song is even flimsy. The Flores Brothers’ Orchestra (a Latin “Orquesta” is a sort of cross between a 40s Big Band and, um, the Miami Sound Machine) simply took a song by a Panamanian artist, Arturo Nazario Hassan, and rearranged it in a delightful way. The idea is that you have to do what the call of the song says at the pain of being shot (“You have to dance the bullet, or they will fire [the bullet] at you”). Thus, you have to put your hand on your belly and rub it. You have to take out a handkerchief, put your hands in the air (and, sort of, wave them like you just don’t care), hop on one foot, and do everything the caller demands. In the end, everyone forms a bit of a conga line, and generally finds the whimsical lyrics a satisfying excuse to dance for eight minutes straight (the epic length of the song).

The image that comes to mind, staying with the country-western theme we started with the square dance, is of someone pointing a gun at your feet and saying “Jump” (literally, one of the choruses says “¡Un, dos, tres y brinca!” … “One, two, three — jump!”). I don’t think it is overreaching to suppose that the popularity of the song is in some way a cryptic commentary on the military dictatorships of El Salvador in the 1970s, wherein Salvadorans were obliged to go along and get along as they stared down the barrel of a gun. Memories and families continued, and yes, life went on, but we knew we were dancing on pain of being shot. We laughed through the tears and celebrated the gift of life — even life under the generals — especially relishing the calls to “Make a scene,” “Make some noise,” and “Turn out the lights.” In a time of tyranny, these little rebellions were romps to be cherished.

Indígenas salvadoreños proponen a Evo Morales para Nóbel de la Paz

SAN SALVADOR, 30 de diciembre de 2006 (SIEP) “Como pueblos indígenas salvadoreños con mucho orgullo proponemos al presidente Boliviano Evo Morales para el Premio Nóbel de la Paz 2007” dijo la Revda. Sihuat Tutut, de la Iglesia Luterana Popular y del Consejo de Pueblos Indígenas de El Salvador.

Explicó que “consideramos importante sumarse a esta campaña internacional promovida por el Movimiento de los Pueblos Unidos por Nuestra América, ya que nuestro hermano Evo es uno de los símbolos de la rebeldía latinoamericana.”

“Y esta siendo atacado vilmente por el imperialismo yanqui, que le quiere dividir el país y que esta apoyando a sectores oligárquicos golpistas para echar por tierra este proyecto revolucionario, que desde el corazón de nuestra América Latina lucha por sobrevivir y consolidarse.”

“Nosotros le decimos a nuestro querido hermano, aquí esta el pueblo de Monseñor Romero y de Schafik Handal junto con ustedes, pensando en ustedes, orando por ustedes, divulgando los avances de la revolución boliviana.”

Hizo un llamado a “todos los sectores de nuestro pueblo a manifestarnos a favor de la Asamblea Constituyente, de la Reforma Agraria, de la nacionalización de los hidrocarburos, de la política independiente del imperio, profundamente integracionista, en otras palabras a favor de la dignidad del pueblo boliviano que es nuestra propia dignidad.”

“Hay que pronunciarnos ante los medios de prensa en apoyo a la candidatura de Evo para el Nóbel. Como Consejo Indígena de los Pueblos de Occidente, como Asociación Sihuat y como Iglesia Luterana Popular lo hacemos por este medio. Y expresamos que las actividades del 75 aniversario de la insurrección Indígena del 22 de enero de 1932 las dedicaremos a la candidatura de Evo Morales. ¡Viva Evo, Viva Bolivia. Viva la resistencia popular e indígena!”

Finalmente hizo un llamado a que “en cada municipio y organización popular se pronuncien a favor de la candidatura de Evo para el Nóbel así como formen comités para recoger firmas y realizar actividades con este noble propósito. En enero estaremos creando el comité nacional que coordinara este esfuerzo.”

Saddam est devenu un martyr. Un symbole ne peut pas être tué

Saddam est devenu un martyr
Un symbole ne peut pas être tué

La conférence de presse par laquelle l’imperator a exprimé ses félicitations
cruelles pour la pendaison de Saddam Hussein ne laisse aucun doute sur
l’auteur réel de cet homicide politique. Saddam était aux mains des
Américains. Ce sont eux qui l’ont arrêté et l’ont mis en prison. Ce n’est
qu’après avoir été sûr qu’il serait exécuté qu’ils l’ont remis à leurs
laquais.

Mais en tuant un homme ils n’ont pas pu tuer un symbole. Un symbole
d’hostilité irréductible et intransigeante envers l’arrogance impériale du
néo-colonialisme américain. L’emblème Saddam est encore plus dangereux car
il n’était pas seulement un rebelle, mais le chef d’un état qui a manifesté
jusqu’à la fin qu’il n’était pas prêt à ramper dans la boue devant les
occupants. Loin de tenter timidement de négocier pour sa survie personnelle
il n’a jamais cédé aux arguments hypocrites des envahisseurs.

Ils font de Saddam un martyr de la lutte de libération irakienne. Il servira
d’exemple pour tous les combattants anti-impérialistes de par sa ténacité et
sa fermeté malgré tous ses crimes politiques accumulés pendant sa vie.

Ils ont espéré faire un exemple de punition pour ceux qui ne leur lèchent
pas les bottes. Ils ont voulu démontrer au monde qu’il n’y a aucun endroit
du monde assez éloigné pour échapper à leur vengeance. Ce à quoi ils sont
parvenus en réalité c’est à augmenter la haine des peuples contre eux.

Le monde a compris le message. Les miséreux sauront reconquérir leur
libération de la civilisation de mort dont les USA sont devenus le paladin
le plus sanglant.

Camp Anti-impérialiste
Le 30 décembre 2006

El revolucionario ruso Kiva Maidanik ha muerto…

29 de diciembre de 2006

El 24 de diciembre del 2006 murió en Moscú Kiva Maidanik, un intelectual revolucionario de excepción, un entrañable militante y amigo de las mejores causas de la humanidad:

Del amor y la amistad.

De la justicia y la verdad.

De la ciencia.

De la honestidad.

De la sensibilidad humana.

Del cariño familiar.

De la liberación de los (as) oprimidos (as) de todas las cadenas.

Historiador, trabajador de la Academia de Ciencias de la URSS, investigador del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de Moscú, estudioso de la realidad China y de la Guerra Civil Española, especialista de los mejores en América Latina y el Caribe.

Autor de numerosos artículos, ensayos y libros, una parte de ellos traducidos al español y a otros idiomas.

Soviético en el sentido bolchevique, leninista; antes, durante y después del colapso del llamado socialismo real. Inclaudicable en sus principios, flexible e innovador en sus constantes creaciones políticas y teóricas.

Soviético en ese mismo sentido hasta el final de su vida física.

Estudioso y admirador de Ernesto Che Guevara, de su pensamiento, de su accionar, de su ética revolucionaria, de su inmensa humanidad… sintetizados magistralmente por él en su ensayo «El Revolucionario» y en la ponencia titulada «La séptima vida del Che Guevara»…, presentada en ocasión de la realización en Madrid, España, del Seminario auspiciado a el verano de 1998 por la Fundación de Investigaciones Marxistas, FIM, bajo la dirección de Manuel Monereo, expuestos además extensamente en su libro «El Che Guevara: sus épocas y su América»

Guevarista en tiempos en que el dogma staliniano y neo-estaliniano condenaba a la discriminación y a la marginalidad a los defensores de esa posición en el seno del mundo intelectual de la ex-URSS.

Guevarista hasta días reciente cuando nos entregaba orgulloso la primera recopilación en ruso de una parte de los trabajos del Che, publicada, paradójicamente, en la Rusia capitalista bajo su dirección.

Su extraordinario talento, su enorme y multifacética erudición, su impresionante sentido crítico, su capacidad para captar los más mínimos detalles de cada proceso y de cada país adentrarse en la cultura de nuestros pueblos y de sus protagonistas, su deslumbrante memoria y poder de comunicación, contrastaban permanentemente con su hermosa modestia y su austera sencillez.

Kiva transpiraba, sin proponérselo inteligencia y conocimientos a granel, derrochaba sabiduría sin la menor pedantería, sin la mas leve señal de autosatisfacción o prepotencia.

Kiva heredó su austeridad de sus días de infancia durante los rigores de la Segunda Guerra Mundial, del sacrificio y la estoicidad del pueblo y del ejército soviético en aquellos días tan duros como gloriosos.

Cultivó su talento y capacidad de amar junto a su padre, un jurista de orientación socialista, y junto a su madre, un ser profundamente cariñoso y de una inteligencia aguda, sensible y vivaz.

De ascendencia judía sufrió los amargos acosos de la discriminación y la represión, convirtiéndolos sublimemente en amor por la humanidad y en lucha contra todas las expresiones de injusticia y represión.

El rigor científico y su entrega al trabajo jamás le impidió desarrollar una condición humana repleta de amor, de cariño, de amistad, de familiaridad y solidaridad hasta en los últimos detalles y las últimas consecuencias, expresando siempre un tierno afecto por los (as) niños (as), los propios y los de otros (as).

Las causas políticas que más captaron su mente y su corazón fueron siempre las más justas y difíciles:

la Guerra Civil Española,

la Revolución China,

la Revolución Cubana,

la Resistencia heroica del Pueblo Vietnamita,

las Luchas Guerrilleras en América y el Mundo,

las Epopeyas del Che,

el Combate Antifascista,

la Revolución de Abril de 1965 y la Guerra Patria contra el invasor yanqui en Santo Domingo,

la Primavera de Praga y la lucha por la renovación del socialismo en Checoslovaquia,

la Perestroika en su fase inicial (antes de su desvío por el sendero procapitalistas),

la Revolución Sandinista,

la Guerra Liberadora del FMLN en El Salvador,

el Combate contra la pinochetismo,

la Heroica Lucha del Pueblo Guatemalteco…

Murió abrazado, desde la ciencia y el corazón, a la Revolución Bolivariana de Venezuela y a la actual ola expansiva en pro de la Liberación de la Patria Grande.

Y todo esto desde un pensamiento profundamente analítico, desde una crítica sin par al capitalismo dependiente en sus diferentes niveles de desarrollo y en su actual versión neoliberal; desde un enjundioso esfuerzo por desentrañar sus crisis periódicas y las perspectivas de cambios a la luz de los diversos ascensos de las luchas populares.

A su altísima sensibilidad social y humana unió un rechazo visceral al despotismo.

Y esto, con demasiada razón y profundo sentimiento, lo llevó a reflexionar sobre Stalin de esta original manera:

“Nosotros, demasiado tarde hemos entendido las palabras del compañero Stalin, al decir: “la plena unanimidad es posible solo en el cementerio”; no entendimos que era todo el programa, luego el partido se transformó en ese cementerio y el país en la plena unanimidad” [1]

Pero su firme actitud no solo se refería a ese despotismo extremo, sino a todas las variantes de represión y autoritarismo, dentro de cualquier modo de producción y distribución, en el marco de cualquier sistema político-institucional, incluidos aquellos de aparente o real orientación socialista y/o antimperialista.

Era capaz de valorar el significado positivo de las más variadas resistencias a la tutela, las agresiones y las invasiones imperialistas, sin por ello abrazarse al absolutismo de esos regímenes y de los gobernantes que la encabezaban, llámense éstos Sadam, Milosevic o Kim Il Sung.

Kiva amaba demasiado la libertad y la creatividad, y no precisamente pensando en sí mismo, sino sobre todo pensando en los demás, en toda la humanidad.

Por eso Kiva Maidanik fue un precursor de la nueva democracia y del nuevo socialismo desde el mismo corazón del «estatismo burocrático», como con precisión científica denominó al llamado socialismo real. Una especie de anticapitalismo que después de los años 30 no pudo llegar a ser socialismo.

Quizás por eso abrazó con gran pasión y excesivo optimismo, tanto la Perestroika (a la que llamó “revolución de la esperanza”) como (previamente) el modelo de tránsito revolucionario nicaragüense, en esa necesaria y ansiosa búsqueda de un socialismo con democracia participativa; sin reparar suficientemente en las desviaciones y errores que provocaron sus degeneraciones y/o fracasos. Tales yerros no fueron exclusivos de él, sino que no pocos de los que pensamos de manera parecida incurrimos, en grados diversos, en fallas similares.

Sufrió como nadie los duros reveses del último tramo del Siglo XX, hasta recuperar el entusiasmo revolucionario cuando nuestra América inició su cuarta oleada de cambios, recuperando su condición de continente de la esperanza. El advenimiento del proceso hacia la revolución en Venezuela fue para él como una especie de bálsamo vivificante.

Nunca, sin embargo, dejó de estimular el renacer revolucionario y de ponderar la trascendencia del ejemplo del Che para ese noble propósito. Pero lo hacía también con cierta vergüenza propia (injusto consigo mismo, además) por el impacto en su ser de lo acontecido con la revolución soviética.

Así lo refleja en estas palabras tomadas de uno de sus brillantes trabajos sobre el Che:

“No le es nada fácil a uno de Moscú dirigirse a vosotros… Mi país, que había iniciado hace ochenta años el primer asalto de la humanidad al cielo e hizo tanto para salvarla de lo mayores peligros del siglo, país tan admirado por el Che y tan criticado por él, cumplió sus peores vaticinios –y no supo a finales de este siglo ni resistir ni morir como el pasado inmaculado de su mensaje emancipador, su antorcha- de siglo y milenio nuevos. Cada uno de nosotros tiene su cuota de culpa por eso. Unos más que otros.” [2]

Tal realidad lo torturó de manera muy especial, sobre todo por los efectos emocionales acumulados en su duro tránsito del “único” intelectual proclamadamente guevarista de la URSS a uno de los(as) pocos(as) soviéticos(as) de la Rusia actual.

Eso explica que no pudiera vencer la tendencia a su muerte física a pesar de su formidable corpulencia y su magnífica espiritualidad. En otras circunstancias no tendríamos la menor duda de que Kiva pudo ser un auténtico longevo, para mayor alegría nuestra.

Una enorme deuda de gratitud para con él Tenemos los (as) revolucionarios(as) latinoamericanos (as) y caribeños (as).

Una deuda, por su naturaleza, imposible de saldar.

Una deuda intelectual, una deuda de solidaridad política y humana, una deuda de amor y amistad.

Y no lo digo porque Kiva haya militado y cotizado religiosamente y simultáneamente en el Partido Comunista Salvadoreño y en el Partido Comunista Dominicano; ni por los rublos, que procedentes de sus manos, cuidadosamente ocultados hasta frente su familia, ayudaron a aliviar las dificultades de tantos revolucionarios (as) de América y del mundo a su paso por Moscú.

Lo digo por sus magníficas enseñanzas, por su capacidad para trasvasar hacia nosotros(as) ideas de calidad y actitudes de gran valor.

Lo digo por su indestructible bondad, por su condición de dador de amor hacia nosotros (as), hacia los (as) nuestros (as), hacia los suyos, hacia los demás.

De esto sí supo mucho nuestro hermano Schafik y su esposa Tania.

Saben mucho Jerónimo Carrera, Mercedes Otero y Francisco Mieres, sus hermanos(as) venezolanos.

Saben sus amigos(as) y colegas cubanos(as): Luís Suárez, Tania, Juan Valdez Paz, Fernando Martínez Heredia…

Sabe mucho también Marta Harnecker y sabe Tania Vorocheykina

Sabe demasiado Galia, su hermana en la amistad, también orgullosamente soviética y bolivariana.

Saben Natacha, su esposa, Artemio y María, su querida prole.

Sabemos tanto Lulú y yo, y muchos (as) otros (as) de su entorno y de este lado del río.

De mi parte me resulta imposible pensar en él desvinculado de Schafik Handal, del comandante Manuel Piñeiro (Barbarroja), de Nayo Alvarado (asesinado siendo Secretario General del Partido Guatemalteco del Trabajo) y de Roque Dalton (el poeta y revolucionario sin par salvadoreño)…

Esta deuda es impagable aunque por razones muy distintas a la que acogota a nuestros pueblos.

Es impagable, pero hay que devolverla en lo posible; procurando ser como él, luchando con el mismo desinterés personal que él, repartiendo cariño como él y dando a conocer todo lo que escribió, todo lo que practicó y todo lo que hace de él uno de los más formidables intelectuales orgánicos de las revoluciones de la segunda mitad del siglo XX y del inicio de este nuevo siglo.

Comencé en la lucha contra el general Martínez…

SAN SALVADOR; 24 de diciembre de 2006 (SIEP) “Cuando era joven aprendí a bailar el tango, los jóvenes bailábamos tango y también otros ritmos como el fox-trot” nos comparte Carlos Severo Cuchilla, de 85 años, de oficio sastre, antiguo dirigente del Partido Comunista de El Salvador.

Y hoy lo encontramos bailando otra vez. “Esta es la música moderna, de este tiempo” nos señala con su hablar pausado pero firme. Y lo vemos bailando y nos alegra que la música encuentre un hogar en el cuerpo cansado de este viejo revolucionario, orgulloso de los ideales a los que dedicó su vida.

“Comencé en la lucha contra el General Martínez, siempre he sido anti militarista. Y mi vida fue organizar a los trabajadores en sindicatos para que defendieran sus derechos. Al entrar al Partido Comunista, Cayetano Carpio fue mi maestro.”

“Me alegran mucho los cambios que están teniendo lugar en Latinoamérica, le doy seguimiento por las noticias. La situación esta cambiando. El neoliberalismo esta sucumbiendo. Y aquí tendrá que cambiar también, un día vamos a llegar al gobierno para hacer los cambios que se necesitan…”

Señala que “hay que buscar contactos en los cuarteles, siempre surgen militares de izquierda, los cuarteles no son ajenos a las protestas en las calles, ellos oyen lo que esta pasando, analizan. Así fue en el 44. El 2 de abril un sector del ejército se levantó contra Martínez. Hay que buscar la coordinación y estar preparados para lo que venga…”

Concluye afirmando que “si volviera a nacer volvería a luchar. La lucha sindical y la lucha política ayudaron y ayudan a que se despierte nuestro pueblo, a que la gente confíe en sus fuerzas y salga a las calles a luchar, esa es nuestra experiencia…”

Iglesia Luterana Popular lamenta muerte de amigo Kiva Maidanik

SAN SALVADOR; 29 de diciembre de 2006 (SIEP) “Sus ojos azules de revolucionario ruso miraban siempre desde Moscú, la lucha y la esperanza de nuestros campesinos y obreros, con mucha simpatía, con mucho entusiasmo…” expresó el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

“Fue por medio de él entre otros, que conocimos la ternura, la solidaridad del pueblo soviético, de la patria de Lenin, siempre estuvo interesado en los avances de nuestro proceso revolucionario, en las características del proceso de unidad de la izquierda salvadoreña. Un gran seguidor del Che Guevara.”

“Este año murieron dos amigos, dos camaradas, Schafik y Kiva, ambos se conocían de mucho tiempo. Me acuerdo que a mediados de los años 70 el PCS publicó clandestinamente la obra Dialéctica del Proceso Revolucionario, el autor era Maidanik. Lo leímos ávidamente.”

“Y este año lo tuvimos de nuevo dando una conferencia en el Instituto Schafik Handal, allá en Los Planes, sobre la situación revolucionaria mundial y las luchas de su pueblo por reconquistar la patria socialista vendida, destruida…”

“Y hablamos con él sobre Monseñor Romero, sobre la Teología de la Liberación, y le contábamos sobre como Schafik nos decía que en el Dios de la justicia y que acompañaba la lucha de los pueblos, él sí creía, y se reía y los ojos le brillaban y nos despedimos con un fuerte abrazo…”

“Hoy ya se encuentra en el cielo platicando con Schafik sobre los cambios en la situación latinoamericana y la lucha por el socialismo. Kiva fue un gran camarada, un gran comunista, lo que lo hace un verdadero cristiano, un luchador por la paz y la justicia, que fue por lo que vivió y murió Jesús.”

Concluyó Pineda expresando sus condolencias “ al noble pueblo ruso, a su clase obrera, a su esposa Natacha y su familia, al Instituto de Economía Mundial en el que trabajó muchos años, a su Partido, el partido de Lenin…”

Diez tesis acerca del Imperio

Diez tesis acerca del Imperio
Kiva Maidanik / Especial para Soberania.info – 06/05/03

Lo del desgaste del modelo neoliberal ya suena como verdad de Perogrullo. La etapa de su hegemonía casi absoluta quedó atrás en los años 90, durante la primera fase de la transición actual. Esa fue la fase fácil.

Al aparecer en nuestro mundo hace treinta años, precisamente a través de América Latina, por la estrecha puerta chilena, el neoliberalismo está demostrando hoy, aquí mismo con mayor nitidez, sus límites y su fracaso. En Argentina y Brasil, Ecuador, El Salvador, Uruguay, Bolivia, en la Venezuela de 1989-92, y de nuevo en la Venezuela del 2002-03, país campeón al respecto. Por algo se proclamó en América Latina, desde el Foro de Porto Alegre, el lema “otro mundo es posible”.

Todo eso ya no pertenece al terreno de la discusión científica. Querría comenzar por donde termina el espacio de lo reconocido, planteando una “hipótesis de trabajo”, sobre uno de los temas en discusión hoy, desde hace, a mi parecer, un par de años.

Primera tesis.

Los procesos revolucionarios o renovadores antes mencionados, no son los únicos que se disputan el legado de la hegemonía dejado por los neoliberales en el escenario mundial, o sea, a escala mundial.

Al lado de los procesos de renovación estructural, democrática, social, de rescate de soberanías y otros que representan la inercia todavía vigente del pasado inmediato del neoliberalismo ortodoxo, ya se están perfilando dos variantes más de la transición, de la globalización, etc.

Una, la revisionista del neoliberalismo, la del post Consenso de Washington, de Stiglitz, Soros y otros; mas este no es objeto de mi planteamiento. Otra, sin nombre científico universalmente reconocido aún, pero que, en la jerga política, periodística y propagandística, ha sido bautizada como Proyecto Imperial, o Imperio.

Segunda tesis.

La cristalización forzada del proyecto imperial en su fase embrionaria abarca los años 80 y 90: junta el reaganismo con el memorando de Wolfowitz. Entonces se trataba más bien de una tendencia colateral, la de la hegemonía neoliberal. Ya en 1999, esa tendencia imperial en ciernes emerge a la superficie del desarrollo político global con la guerra de Yugoslavia. Sin embargo, la “ruptura” decisiva hacia la nueva política hegemónica, la imperial, se produjo sólo con la imposición del bushismo (invierno 2001-2002). Es decir, con la legitimación del criterio unilateralista de estrategia, proyecto y acción estadounidense, por doquier, con cualquier propósito, contra quien fuese, ignorando intereses y oposiciones de donde viniesen.

De hecho –y de derecho- un gobierno nacional usurpó la plenitud del poder de decisión a escala global, en aras de imponer al mundo su proyecto universal, basado sólo en su interés nacional, su seguridad nacional, a corto, mediano y largo plazo. Eso es El Imperio. Al menos a primera vista, tal como se proyecta.

Tercera tesis.

En la retrospectiva y perspectiva histórica, el proyecto imperial de la transición/globalización/sistema estable nuevo, se ve como continuidad y al mismo tiempo mutación (y hasta negación) del modelo neoliberal ortodoxo dominante durante el decenio de los 90. Este intento de imposición significa que estamos frente al nuevo desafío global, al nuevo problema global, que puede resultar tan importante y peligroso para la humanidad como el desafío Norte-Sur. Es el problema de la compatibilidad “imperio-mundo”, problema de la existencia impositiva de un único estado soberano dentro –o encima- de un mundo globalizado.

Tal vez se trata de la amenaza más inmediata y mayor para el futuro de la humanidad. Comparado con esta, el tan cacareado problema del terrorismo internacional parece de poca monta. Y lo que es más importante: su derivado.

Cuarta tesis.

El surgimiento e imposición incipiente del imperio, obedecen, creo, a tres grupos de factores. Dos son obvios:

1) cierta tradición nacional (cultural, política, psicológica y hasta religiosa) que los latinoamericanos conocen demasiado bien. Entre un sin número de citas, me referiré sólo a dos: en 1906, Mark Twain relata la definición de “anglosajón” emitida por un retirado militar de alto rango ante la delirante y entusiasta “crema de la sociedad” presente, en estos términos: “es una persona que cuando quiere o necesita algo, va y lo toma”. La otra cita es de El Talón de Hierro de Jack London, otro “antiamericano”. A ella me referiré más adelante.

2) la situación de desbalance total de fuerzas que fue cristalizándose a escala global a partir de 1998 y durante la década de los 90, en lo militar, científico, informativo, tecnológico, económico , y al mismo tiempo, la toma de conciencia respecto al carácter transitorio, algo frágil, coyuntural de la situación con respecto y a favor de los Estados Unidos, por la acumulación paulatina de problemas no solucionados o emergentes en cuanto a recursos, rupturas, desniveles económicos; a China y a la posibilidad de resucitación de centros rivales de decisión. De allí el imperativo de una carrera contra reloj para la consolidación “manu militaris” urgente –y para siempre- del status quo del fin de siglo: la eternización del instante magnífico.

La razón número tres es, a mi juicio, más de fondo. Constituye el núcleo de la “hipótesis de trabajo” en la que me ubico. Se trata del cambio objetivo dentro del proceso histórico universal que se produjo al empalme de siglos. Su fase inicial está tocando su fin. Fue la fase fácil de la transición. Es la del “fin de la historia” , del desmontaje de lo esencial del sistema anterior (el del estadismo dominante) que conserva algunos elementos del pasado; desmontaje “pragmático” como el wellfare state en países avanzados, y “espinoso”, ideologizado, fundamentalista -en la semi-periferia. Se impone entonces la nueva fase, crítica, turbulenta del proceso global.

Se trata de la fase de crisis estructural que, dentro de las transiciones de ciclos anteriores, precede la formación de nuevos sistemas integrales estables. Es la fase en la cual se superan definitivamente los bloques y la lógica del sistema anterior, y se cristalizan las variantes y alternativas condicionantes del sistema nuevo. Se da la pugna entre ellos por la hegemonía, por un proyecto único de salida de la crisis. En esa pugna se impone el más fuerte.

Así sucedió en los años 30-40 del siglo pasado, así parece ocurrir en el umbral del siglo XXI -con enormes diferencias, pero dentro del mismo framework. En mi “hipótesis de trabajo”, la cristalización de las variantes viables para salir de la crisis anterior es lo que constituye el tercer factor condicionante y modelador de la variante imperial.

Quinta tesis.

Por el momento, están a la vista tres o cuatro variantes de la solución definitiva de la “fase crítica” y del proyecto a mediano plazo (para los próximos 40-50 años):

-el post-Consenso de Washington o neoliberalismo “revisado”;

-el “otro mundo es posible”, o Foro Social Mundial de Porto Alegre, las manifestaciones del 15 de febrero en todo el orbe, y los procesos renovadores en América Latina;

-El Imperio (de Irak en adelante).

La mayor parte de los proyectos para el futuro post-neoliberal se basan hoy día al menos a nivel declaratorio, en estructuras horizontales, en redes incluyentes o excluyentes, más o menos democráticas, con un papel mayor o menor asignado a las soberanías nacionales. El proyecto imperial sólo se ve como vertical, piramidal y cerrado, con niveles de democracia a escala global y soberanías nacionales en todas las sociedades menos una, tendientes a cero. Lo que pasó en Irak y en torno a Irak sirve de ejemplo.

Sexta tesis.

Sin embargo, existe un imperativo histórico que es el denominador común a todos estos modelos, que los distingue a todos del modelo neoliberal: la superación del espontaneismo dominante inherente a la década neoliberal del proyecto de la “sociedad de mercado”.

Todas las propuestas antagónicas en la confrontación entre ellas, inherentes a la fase actual de la globalización, de uno u otro modo plantean la necesidad de una regulación, encauzamiento, administración, gobernabilidad de los procesos escapados al control nacional e internacional, en los años 80-90. Sea a través de la acción del Estado, o de organizaciones transnacionales, o de la sociedad civil global. Sea en interés de la humanidad, de las mayorías –o de la mejor gerencia del capitalismo de redes financieras, económicas, etc., internacionales, o en los intereses de países del Tercer Mundo, o en aras de la imposición del superestado (elegido y guiado sin intermediarios por Su Dios) Ni hablar de que en el último caso, El Imperio, la medicina resulta infinitamente peor que la enfermedad, casi cualquier caos es preferible al Orden Imperial (léase El Talón de Hierro de Jack London).

Empero, lo de realizar en forma perversa e infame cierto imperativo histórico constituye un factor más de lo peligroso y estructural de la amenaza imperial. Lo que da más fuerza aún al otro imperativo: el de la movilización urgente y global de todas las fuerzas y propuestas antagónicas al imperio. Movilización que puede apoyarse, a mi juicio, en la experiencia y las enseñanzas de la historia. No sólo la reciente.

Séptima tesis.

Es que no se trata del primer intento o proyecto imperial en la historia contemporánea. Hace 50 años, durante la crisis sistémica anterior, también se cristalizaron distintas variantes de regulación y encauzamiento de procesos que habían escapado al control y posibilidades de las tendencias dominantes del capitalismo de comienzos del siglo XX. Todas aquellas variantes o alternativas –la keynesiana (rooseveltiana), la del Frente Popular y la nazi-hitleriana- también tuvieron algo en común: la intervención y la imposición más o menos drástica del Estado (reformista, revolucionario o retrógrada). En aquél entonces nacional.

Parece obvio cuál de esas variantes de los años 30 tiene más rasgos de afinidad estructural con el bushismo, con el Proyecto Imperial del Siglo XXI (IV Reich). Conocemos también (especialmente nosotros, los de la ex –URSS) el precio pagado por la humanidad por borrar esta variable de la historia y la geografía del planeta. Es aquí que se impone la lectura de El Talón de Hierro de Jack London

Hay que reconocer que tal vez, en el pasado, abusamos de las referencias al fascismo. Mas de una vez nos vimos en el rol del pastorcito de la triste suerte (viene el lobo, viene el lobo…) Lo mismo tal vez sea cierto con algunos planteamientos respecto a la política imperialista (no imperial) de los Estados Unidos (caso Carter). Pero esta vez, se trata definitivamente del lobo, tremendo, real. Además, del de la raza más peligrosa de verdad.

El parentesco entre las dos variantes de la solución imperial –la hitleriana y la bushista- la que preconizaba el imperio global de una raza biológicamente elegida, y la de Un Estado elegido por Dios (sin intermediarios), se ve como estructural por:

-lo común de su génesis histórica (dos “hijas de la crisis”)

-lo común de su misión histórica objetiva (encauzar y controlar por la fuerza del Estado los procesos nacionales e internacionales que se habían escapado al control sistémico anterior)

-lo común de y en los proyectos del futuro, de la práctica llamada a realizarlos, de cierta mística maníaca

-lo común en el descaro, el irrrespeto absoluto al derecho e instituciones internacionales, vidas humanas, etc.

Octava tesis.

Lo común entre la amenaza nazi y la del Imperio presupone y condiciona la lucha contra ellas. O sea, tanto las tendencias objetivas de resistencia al imperio, como las estrategias de “los que resistan” , son paralelas, en algunos aspectos análogas a la lucha anti-nazi de los años 30-40.

Planteándolo de otro modo: la resistencia al imperio (“hincar la barra de hierro entre las mandíbulas de la fiera”) se perfila como “la heredera”, no sólo de las luchas anti-imperialistas y democráticas de la segunda mitad del siglo XX, sino –y quizás más aún- de la lucha anti-nazi y anti-fascista de los años 30 y 40 del mismo.

Claro que por el momento existen tres factores fundamentales que diferencian estas situaciones y tendencias: uno, sumamente desfavorable para el presente: la ausencia de la URSS, del Ejército Rojo, etc., o sea, del factor decisivo de la resistencia ubicado fuera del sistema en crisis. Otros, al contrario, están jugando en contra del Imperio: la fuerza del movimiento global de masas (15 de febrero, Porto Alegre, etc.); y la democracia representativa, siempre imperante en EEUU. Así que lo que se impone no es la reproducción literal, total de la estrategia y práctica de la lucha anti-nazi, sino más bien su mística, basada en lo total del carácter de esta lucha, por un lado; y muchas enseñanzas prácticas más concretas de esto.

Novena tesis.

Tanto el carácter de suicidio global que tiende a adquirir el nuevo Armageddon (el nuevo Stalingrado) dentro de la confrontación armada con el imperio, como el desbalance actual de las fuerzas bélicas, plantean, creo, el imperativo de derrotar el proyecto imperial esencialmente en el terreno político (cultural, económico, etc.). O sea, lograr que sea la población de los EEUU mismos que rechace este proyecto sumando sus adversarios actuales (las “costas”, las minorías), una parte de los “patriotas” que hoy día están apoyando y empujando el proyecto imperial.

Actualmente, se están perfilando dos líneas magistrales de acción global, llamadas a imponer esta posición, esta opción, este reto: una, a través del aislamiento más o menos total de los adeptos al imperio a escala global (manifestaciones, lucha político-electoral, etc), el llamado a la razón y a la moral. Otra, mediante la resistencia tenaz (incluida la armada) de los agredidos por el imperio; la derrota de sus proyectos concretos (derrota que no necesariamente significa la victoria militar de los resistentes, pero sí lo elevado del precio pagado por su acción, económico y sobre todo,”humano” -entre comillas por la incertidumbre de si se puede llamar humanos a los invasores del imperio).

Quizás sea esta “segunda línea” (resistencia/derrota), la que llama al instinto de conservación y a sopesar costos y beneficios, la que resulte más eficaz para convencer a los que hoy constituyen el “núcleo duro” de los partidarios del proyecto imperial (los “patriotas”, los de “heartcanal”, “Bible Belt”, etc.) poco sensibles al rechazo político que viene “de afuera”, o a los argumentos racionales y éticos.

Décima tesis.

Apoyarse en la experiencia y enseñanzas de la lucha anti-nazi no se reduce, claro, al impacto emocional de las denuncias y comparaciones respectivas a las consignas llamativas (“¡No pasarán!”), y a los recuerdos de las bestialidades nazi, aunque todo eso sea de suma importancia. Se trata también de algunas enseñanzas políticas, que son importantes precisamente porque acentúan las diferencias respecto a estrategia, táctica, discurso anteriores, para superar la inercia de estas últimas. Me referiré sólo a los problemas de la lucha anti-nazi o contra el fascismo global; el doméstico o periférico merece un análisis aparte.

Se trata de un problema algo más complejo de lo que parece, porque abarca y combina enfoques formalmente contradictorios. Una de las enseñanzas (exigencias) de la lucha contra el imperio –tal vez la principal- es el imperativo de la máxima amplitud de alianzas y coincidencias, mayor que la de la confrontación contra el neoliberalismo, amén del capitalismo, contra el adversario común. Algo esquemáticamente: contra el imperio, contra “el talón de hierro”, no hay aliado malo o inadmisible. Además, se trata de alianzas, coaliciones, etc., a escala universal, sin roles y hegemonías pre-establecidos.

Al mismo tiempo, se trata de la lucha despiadada, sin compromisos, contra los cómplices del imperio: no se trata de los adversarios políticos o sociales, sino de la “quinta columna” del enemigo mortal. Se impone postponer la solución de las contradicciones sociales, políticas e ideológicas de ayer y de mañana en aras de ganar la batalla del presente, confinar la fiera a su jaula, de combinar la máxima flexibilidad con respecto a los aliados, por provisorios que sean, sin olvidar que los aliados, tratados así, podamos también ser nosotros, no obligatoriamente “los otros”. Con una política intransigente, con el mínimo minimorum de componendas hacia el imperio. No solo ni tanto por razones éticas y morales, sino porque la lógica del imperio es totalizadora, no le satisface nada menos que la dominación total del terreno que haya escogido.

Hay muchos puntos más al respecto que merecen, al igual que el problema de los fascismos y el de los Quisling’s locales, un análisis aparte. Sin embargo, hay algo que me parece estar poco a poco emergiendo de la zona de las discusiones, lo mismo que el problema de la hegemonía neoliberal: por ahora, y tal vez por un decenio más, el problema del imperio, de la imposición, derrota o abandono del proyecto imperial, se presenta ante la humanidad como El Problema. Es decir, como condicionante, como el que necesariamente debe ser solucionado antes de que se enfrente otros desafíos, amenazas, peligros, etc. globales. Esta solución hoy tiende a determinar el futuro de la humanidad. En ambos sentidos: cómo será ese futuro, y si será.

O al rechazar el proyecto recesivo y suicida de los anglo-sajones modernos (léase Mark Twain) la humanidad arrancará por el camino de la solución de otros problemas globales imperantes (y aquí, las vías de los aliados anti-imperio, necesariamente se bifurcarán), o se enfrentará a la vorágine de su vía crucis última.

Manifesto from Foundation for Endangered Languages

1. Preamble
1.1. The Present Situation

At this point in human history, most human languages are spoken by exceedingly few people. And that majority, the majority of languages, is about to vanish.

The most authoritative source on the languages of the world (Ethnologue, Grimes 1996) lists just over 6,500 living languages. Population figures are available for just over 6,000 of them (or 92%). Of these 6,000, it may be noted that:

52% are spoken by fewer than 10,000 people;
28% by fewer than 1,000; and
83% are restricted to single countries, and so are particularly exposed to the policies of a single government.
At the other end of the scale, 10 major languages, each spoken by over 109 million people, are the mother tongues of almost half (49%) of the world’s population.

More important than this snapshot of proportions and populations is the outlook for survival of the languages we have. Hard comparable data here are scarce or absent, often because of the sheer variety of the human condition: a small community, isolated or bilingual, may continue for centuries to speak a unique language, while in another place a populous language may for social or political reasons die out in little more than a generation. Another reason is that the period in which records have been kept is too short to document a trend: e.g. the Ethnologue has been issued only since 1951. However, it is difficult to imagine many communities sustaining serious daily use of a language for even a generation with fewer than 100 speakers: yet at least 10% of the world’s living languages are now in this position.

Some of the forces which make for language loss are clear: the impacts of urbanization, Westernization and global communications grow daily, all serving to diminish the self-sufficiency and self-confidence of small and traditional communities. Discriminatory policies, and population movments also take their toll of languages.

In our era, the preponderance of tiny language communities means that the majority of the world’s languages are vulnerable not just to decline but to extinction.

1.2. The Likely Prospect

There is agreement among linguists who have considered the situation that over half of the world’s languages are moribund, i.e. not effectively being passed on to the next generation. We and our children, then, are living at the point in human history where, within perhaps two generations, most languages in the world will die out.

This mass extinction of languages may not appear immediately life-threatening. Some will feel that a reduction in numbers of languages will ease communication, and perhaps help build nations, even global solidarity. But it has been well pointed out that the success of humanity in colonizing the planet has been due to our ability to develop cultures suited for survival in a variety of environments. These cultures have everywhere been transmitted by languages, in oral traditions and latterly in written literatures. So when language transmission itself breaks down, especially before the advent of literacy in a culture, there is always a large loss of inherited knowledge.

Valued or not, that knowledge is lost, and humanity is the poorer. Along with it may go a large part of the pride and self-identity of the community of former speakers.
And there is another kind of loss, of a different type of knowledge. As each language dies, science, in linguistics, anthropology, prehistory and psychology, loses one more precious source of data, one more of the diverse and unique ways that the human mind can express itself through a language’s structure and vocabulary.
We cannot now assess the full effect of the massive simplification of the world’s linguistic diversity now occurring. But language loss, when it occurs, is sheer loss, irreversible and not in itself creative. Speakers of an endangered language may well resist the extinction of their traditions, and of their linguistic identity. They have every right to do so. And we, as scientists, or concerned human beings, will applaud them in trying to preserve part of the diversity which is one of our greatest strengths and treasures.

1.3. The Need for an Organization

We cannot stem the global forces which are at the root of language decline and loss.

But we can work to lessen the ignorance which sees language loss as inevitable when it is not, and does not properly value all that will go when a language itself vanishes.

We can work to see technological developments, such as computing and telecommunications, used to support small communities and their traditions rather than to supplant them.

And we can work to lessen the damage:
by recording as much as possible of the languages of communities which seem to be in terminal decline; by emphasizing particular benefits of the diversity still remaining; and
by promoting literacy and language maintenance programmes, to increase the strength and morale of the users of languages in danger.
In order to further these aims, there is a need for an autonomous international organization which is not constrained or influenced by matters of race, politics, gender or religion. This organization will recognise in language issues the principles of self-determination, and group and individual rights. It will pay due regard to economic, social, cultural, community and humanitarian considerations. Although it may work with any international, regional or local Authority, it will retain its independence throughout. Membership will be open to those in all walks of life.

2. Aims and Objectives

The Foundation for Endangered Languages exists to support, enable and assist the documentation, protection and promotion of endangered languages. In order to do this, it aims:-

(i) To raise awareness of endangered languages, both inside and outside the communities where they are spoken, through all channels and media;
(ii) To support the use of endangered languages in all contexts: at home, in education, in the media, and in social, cultural and economic life;
(iii) To monitor linguistic policies and practices, and to seek to influence the appropriate authorities where necessary;
(iv) To support the documentation of endangered languages, by offering financial assistance, training, or facilities for the publication of results;
(v) To collect together and make available information of use in the preservation of endangered languages;
(vi) To disseminate information on all of the above activities as widely as possible.

Interview with Nicholas Ostler

Nicholas Ostler is the author of Empires Of The Word: A Language History Of The World. A native of England, he received his Ph.D. in linguistics from MIT. Ten years ago he created the Foundation for Endangered Languages, an organization that works to document and revitalize languages that are on the verge of extinction.

What is linguistics?

Linguistics is the study of human languages (and more generally, the human faculty of using language) conducted scientifically. Since human languages have structure at various levels, from the patterns of the sounds and articulations right through to patterns in the meanings of words and the flow of thought and argument, one aspect of linguistics is the attempt to lay this structure bare. But since human languages are also essential to human societies, and each language has its own complex history, another aspect of linguistics is the attempt to understand the causes and courses of these histories. This too can be undertaken at various levels, from the analysis of phonetic change through to the role of the languages in the histories of the people that speak them. It is this last subject that is taken up in Empires of the Word.

Do linguists ever allow themselves to make value judgments when comparing one language to another? If so, what criteria are used?

To make a value judgment as between languages is implicitly to rate one speaker community over another: this is not a scientific stance, although it has attractions to many, since human beings are constantly striving to assert superiority over each other; and clearly different cultures (and indeed languages) attract different researchers personally for all manner of reasons – aesthetic, ethical, political, economic. But without preferring one community to another, it is possible to trace language histories, and see that some language communities have been more effective than others in effecting the security and spread of their language. The criteria for this are the brute facts of survival and growth of numbers.

What is the best historical comparison to the spread and dominance of English throughout the world?

English is best compared to different languages at different points in its career. If we restrict our attention to the period of spread and dominance, when English took ship after it took shape, it is quite well-compared in its early spread in the Americas to the spread of Latin in Europe: military conquest followed by farming colonization. However, unlike the Romans who spread by incorporating surrounding populations into their implanted settlements, the British spread in North America effectively swept aside and confined the native populations, while their own population was expanded not just by natural increase (large families) but by immigration, speedily followed by linguistic recruitment of immigrants into speaking English.

The second phase of English imperialism, led off by the events in India in the 19th century, but continuing in the meteoric spread of English after the 2nd World War, is very different. Here English did not spread by incomers who swept aside the local population, but by recruiting the local elites. This is re-education, rather than sweep-aside. It is similar again to the spread of Latin by the Romans – for they too in their more far-flung provinces (notably Britain!) attempted to recruit local elites, even without colonization. It could also be compared to the spread of French in early modern Europe, where the perceived excellence of French Culture (naturally promoted by greater French wealth) led to take-up of the language, quite voluntarily, by elites all over eastern Europe.

What are the most important factors in the survival and spread of a language?

The crucial point is to sustain and grow the speaker community. This may be done by natural growth in a fertile environment – which may be quite an exploitative and objectively ruthless process, if the environment has been obtained through conquest and dispossession. But it may also be achieved through taking over another advanced community, as French spread in the 18-19th-century Russian high society; there, competence in a new language, symbolic of interest in new developments, was no threat to the substrate language, Russian. Provided that their speaker populations stay physically robust, the only threat to a language comes from a decline in speaker attitudes toward it: speakers must associate it with at least some of their daily needs or higher aspirations.

Have modern communications so altered the world that we’re unable to use history as a guide to the future of language?

There are aspects of the modern situation that are quite new: it never used to be possible for the spoken reality of life in a language to be projected across the world from one language area to many others without a large number of people coming to stay; broadcast media, and nowadays computer networks too, allow and indeed enforce access to prestige cultures from a very early age. So in principle, for example, it is possible now for large populations, of not necessarily wealthy people, to learn a language orally from an early age, if that language is associated with cultural or economic clout. This is clearly boosting English learning at the moment, but there are already signs that something similar will soon begin to reinforce Chinese too.

As against this, the fact that prestige (except for religious prestige) is evanescent has not changed. If English-speakers cease to lead technically and economically, they will soon be caught up with militarily, and indeed culturally and linguistically. It doesn’t happen overnight, but there is limited strength in any “founder’s effect” which might irrationally continue the linguistic bias of the 19th and 20th centuries toward Anglophones: look at what happened to Latin when the printing press put vernacular languages on a par with it for spreading ideas.

With developments such as globalization, media “sound-bites” and text messaging, are we in danger of losing the richness of our language and culture?

We may be going through a “laconic” period, where the virtues of expansive diction are not highly valued. I doubt it will last forever. And I don’t see globalization as such as a threat to the richness of language, unless people feel they have to write for, and even speak to, all potential audiences at once.

One of the best things about looking at language-history is the relief from having to live purely in the moment. English, for example, is a very young language, only 1500 years old, with only half the recorded history, say of Greek or even Latin. It has had a love-hate relationship with classics from the Mediterranean, with revivals of Latin learning (and to a lesser extent, Greek) in the 9th century and the 16th. There is absolutely no reason to look on modern trends as in some way ultimate, or the last word.

Can language be viewed in the way that a biologist might look at biodiversity? Has anyone ever theorized that the continued loss of many of the world’s languages may have implications for our survival as a species?

Yes. A direct example is seen in traditional knowledge of the medicinal value of plants, built up over millennia, which tends to be linked to language traditions; when a traditional language is abandoned, it is very rare, if not impossible, for a people to keep the full range of their traditional learning. Globalization, ironically, has the potential to make such detailed corners of human knowledge more widely available; but language loss has the converse potential to snuff out respect for such knowledge, and so discontinue its transmission.

Your affection for Sanskrit comes through in your book. What is it about Sanskrit that appeals to you?

Well, the Indian background helps: my parents would never have met if they had not both been sent out to India owing to the Second World War. But Sanskrit has many virtues that attract. Its grammar has been rigorously analyzed, but not in a doctrinaire way – there is room for intellectual debate. The classical Indian culture in which Sanskrit first flourished offers an immense variety of material, from romantic comedy and sensual poetry to epic, massive-word play, political science and philosophy. It embodies a contradiction, that a language whose literature is so lithe, should be indigenously analyzed as a sort of architectural structure. And I suppose I like the fact that it is so difficult (coming from English, certainly), yet so familiar in another way (coming at it from Latin, Greek and Russian).

July 11, 2005

Paul Comstock