ILPES celebra liberación de líder sindical Atilio Jaimes

ILOPANGO, 12 de junio de 2011 (SIEP) “Salgo con la frente en alto para incorporarme a la huelga que sostienen mis compañeros. Agradezco la solidaridad del movimiento sindical y de la Iglesia Luterana Popular, seguimos en pie de lucha” expresó esta tarde el líder sindical Atilio Jaimes, al ser liberado esta tarde por falta de pruebas.

Jaimes fue capturado por la PNC el pasado miércoles 8, acusándolo de amenazar al jefe de la seguridad de la fabrica Lido, a solicitud de la patronal. El es el secretario general del Sindicato de la Empresa Lido, SELSA; que se encuentra en huelga para exigir un aumento salarial.

Por su parte, el pastor luterano Rev. Ricardo Cornejo expresó que “nuestras oraciones junto con nuestras acciones de denuncia han sido escuchadas y nos da mucha alegría que Atilio este ya libre y asumiendo su papel de conductor de esta huelga que debemos de ganar…”

Agregó que “como Iglesia Luterana Popular deseamos agradecer al Consejo Mundial de Iglesias, y a muchas congregaciones de USA y Canadá que nos llamaron preguntando por la situación de nuestro hermano Jaimes, así como en especial al Sindicato UNPROBANPO de Costa Rica.”

Asimismo el centenario líder revolucionario Blas Escamilla, expresó su solidaridad con Jaimes y con la huelga que desarrollan los trabajadores de esta empresa. Dijo que “yo conozco al Pan Lido desde que era una empresita que se llamaba La Salvadoreña, luego fue creciendo, a finales de los años 50 dirigí una huelga y logramos ciertas reivindicaciones, en los sesenta llegue de nuevo a trabajar y me descubrieron y el propio Carlos Molina, el dueño, me despidió. Han explotado por muchos años a nuestro pueblo y por otra parte, de su seno han surgido muchos sindicalistas y muchas luchas como la actual, que debemos de apoyar.”

Los trabajadores en huelga se encuentran ubicados en el Km.-6 del Boulevard del Ejército y necesitan de nuestra solidaridad militante: comida, dinero, y sobre todo acompañamiento, calor de pueblo, solidaridad sindical y popular.

ILPES exige libertad para dirigente sindical Atilio Jaimes

ILOPANGO, 11 de junio de 2011 (SIEP) “Hacemos un llamado a los sectores populares, y en particular a los sindicatos, a solidarizarse con la huelga que realizan los trabajadores de la fabrica de Pan LIDO así como a exigir la libertad de su dirigente Atilio Jaimes, detenido injustamente por la PNC…” expresó esta noche el Rev. Roberto Pineda de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

El pasado miércoles 8 los trabajadores de esta fábrica, ubicada en el Km. 6 del Boulevard del Ejército, se declararon en huelga para exigir un aumento salarial a la patronal. En el marco de la huelga elementos de la PNC penetraron a la fábrica y mediante engaños convencieron a Jaimes para acompañarlos, a lo cual accedió dada la presencia de personeros tanto del Ministerio de Trabajo como de la Procuraduría para la defensa de los Derechos Humanos.

Fue trasladado en un radiopatrulla hacia la delegación de San Bartolo de la PNC, donde fue informado que se encontraba detenido, acusado de amenazas agravadas contra el jefe de la seguridad de la empresa. Ya estando detenido el abogado patronal, Lic. Sergio Méndez le ofreció ponerlo en libertad a cambio que se reiniciaran las labores en la empresa, a los cual el líder sindical se negó rotundamente.

Agregó el Rev. Pineda que “nos preocupa fuertemente este caso porque presenciamos como la PNC esta cumpliendo las mismas labores con la patronal que antes realizaba la Guardia Nacional, ser fieles defensores de los capitalistas explotadores. Nos preocupa también el papel de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. ¿Cómo permitieron que este atropello se realizara? Y lo mismo va para el Ministerio de Trabajo. Es triste que estas tres instituciones permitieran esta captura.

Hizo un llamado a que “visitemos a nuestro compañero encarcelado y a que lo acompañemos en la audiencia inicial que se realizara en el Centro Judicial de Ilopango, este próximo lunes 13 a las 2p.m. Expresemos nuestra solidaridad, con este compañero detenido injustamente, detenido por defender los derechos de los trabajadores.”

Nosotros lo visitamos en la celda este día y él nos expresó que “ me mantengo firme, creo en la justeza de nuestras demandas, y pienso que pronto voy a ser liberado, confío en mi pueblo y en mis compañeros, confió en mi sindicato, no nos van a atemorizar, y vamos hacia el triunfo de esta huelga.”
Finalmente, el Rev. Pineda invitó “a todos aquellos y aquellas que seguimos pensando en luchar por los intereses populares, a solidarizarnos con estos trabajadores, que se han tomado la fabrica para evitar que la patronal saque la mercadería y la maquinaria, debemos de acompañarlos, llevarles comida, pero sobre todo, llevarles el calor de la solidaridad de clase, proletaria, se encuentran en el Boulevard del Eje5rcito, Km,6, frente a los Laboratorios López, después de la gasolinera Texaco. Debemos de recuperar nuestra tradición de la solidaridad popular.”

FSNP DENUNCIA CAPTURA DE SINDICALISTA ATILIO JAIMES

COMUNICADO DE PRENSA

FRENTE SOCIAL POR UN NUEVO PAISFSNP

EL FRENTE SOCIAL POR UN NUEVO PAIS CONDENA DE LA MANERA MAS ENERGICA LA CAPTURA DEL COMPAÑERO ATILIO JAIMES, MIEMBRO DE LA COORDINACION NACIONAL DEL FSNP, DIRECTIVO DE LA CSTS, SECRETARIO GENERAL DE FESTSSABHRA Y SECRETARIO GENERAL DE SELSA.

Las organizaciones populares integrantes del Frente Social por un Nuevo País (FSNP), ante la captura del Compañero Atilio Jaimes Pérez, miembro de la Coordinación Nacional del FSNP, Directivo de la Confederación Sindical de Trabajadores CSTS, Secretario General de FESTASSABHRA y Secretario General del Sindicato de Empresa LIDO SA SELSA, ocurrido el día 8 de junio en horas de la tarde, manifestamos:

1. El Sindicato de Empresa LIDO S. A. SELSA ha venido desarrollando un proceso de negociación de incremento salarial con el Sr. Manuel Roberto Molina Martínez, propietario y representante legal de la Sociedad LIDO SA de CV. tal como lo establece el Contrato Colectivo Vigente Para ello siguió los pasos legales de CONCILIACION, TRATO DIRECTO Y ARBITRAJE, quedando como último paso, la HUELGA. El pasado 13 de mayo, el Ministerio de Trabajo y Previsión Social, notificó a la empresa que el sindicato iniciaría el proceso de HUELGA, por lo que dio (según el código de Trabajo) 30 días a partir de la fecha, para poder desarrollarla.

2. El sindicato SELSA después de hacer las respectivas consultas a las bases acordó iniciar la huelga. El día miércoles 8 de junio de 2011, a las 6:00 a.m. alrededor de 150 trabajadores pararon labores en protesta por la falta de voluntad de revisión del salario por parte de la patronal de LIDO S. A.

3. El Sr. Manuel Roberto Molina Martínez, representante legal de la Sociedad LIDO realiza una maniobra sucia a través de su gerente Sr. José Heriberto Pacas, quien a sugerencia del Lic. Sergio Méndez abogado de la Sociedad LIDO, levantó una denuncia falsa contra el Secretario General de SELSA, Atilio Jaimes Pérez por supuestas amenazas a muerte, procediendo la Policía Nacional Civil a su captura.

El desarrollo del atropello.

4. Alrededor de la 2:00 p.m. los trabajadores en huelga se percatan de que el sub-gerente de producción Sr. José Heriberto Pacas había dejado bajo de llave (privación de libertad) a un grupo de trabajadoras. Se le solicitó que quitara el candado, ante lo cual se negó, aduciendo que quienes eran los trabajadores para decirle que hacer.

5. Ante esta situación, un grupo de trabajadores le solicitó al Sr. José Heriberto Pacas, que abandonara el lugar, situación por la cual insultó al Compañero Atilio Jaimes, y además descargó un manotazo que no logró dar en la humanidad del compañero.

6. A continuación se le solicitó a una delegación del Ministerio de Trabajo que se encontraba en el lugar que corroborara los hechos, haciéndose presente al lugar y verificando que efectivamente había un candado colocado por lo que se pidió que inmediatamente fuera retirado. Minutos después hizo el ingreso a la planta de producción el abogado de la empresa, dirigiéndose directamente donde el Sr. José Heriberto Pacas.

7. Luego de alrededor de 15 minutos la Sra. Francisca Rodríguez, llamó a dos efectivos de la PNC que se encontraban en las instalaciones desde tempranas horas y acusó al Compañero Atilio Jaimes Pérez de haber agredido físicamente al Sr. José Heriberto Pacas por lo que los policías solicitaron apoyo de mas efectivos, lo cual se hizo realidad mas tarde llegando un carro patrulla, capturando al Compañero Atilio Jaimes y llevándolo a una delegación de San Bartola en Ilopango.

8. El Sr. José Heriberto Pacas, a sugerencia del Lic. Sergio Méndez abogado de la Sociedad LIDO SA de CV, cambió el argumento del delito de agresiones físicas por amenazas a muerte, ya que las supuestas agresiones físicas no fueron comprobadas al no contar dicho Sr., con ningún tipo de contusión. Además, la empresa llevo a tres trabajadoras para servir como testigo de las supuestas amenazas a muerte, y las trabajadoras, quienes estaban a más de quince metros de distancia y eran precisamente las trabajadoras que estaban privadas de libertad. Es lamentable que la empresa juegue con el hambre de las trabajadoras obligándolas a mentir, para de esa forma conservar un trabado momentáneo.

9. No omitimos manifestar que durante el período en el cual el Frente Social por un Nuevo País FSNP estuvo participando en el Consejo Económico Social CES, el Cro. Atilio Jaimes Pérez fue uno de sus representantes. Hoy Atilio Jaimes Pérez ya no participa en el CES, porque el FSNP se ha retirado oficialmente de esa instancia.

ANTE ESTOS HECHOS, EL FRENTE SOCIAL POR UN NUEVO PAIS EXPRESA:

1. Su solidaridad con los trabajadores y trabajadoras de la Empresa LIDO, con los miembros y miembras del Sindicato de Empresa LIDO S. A. SELSA y con la justa lucha por el incremento salarial

2. Su más enérgica condena ante la maniobra sucia de la Sr. Manuel Roberto Molina Martínez, propietario de la Sociedad LIDO SA de CV realizada a través de su gerente Sr. José Heriberto Pacas, quien levantó una denuncia falsa contra el Secretario General de SELSA, Atilio Jaimes Pérez por supuestas amenazas a muerte, procediendo la Policía Nacional Civil a capturarle de manera inmediata.

3. Su mas enérgica condena al chantaje del Sr. Manuel Roberto Molina Martínez, propietario de la Sociedad LIDO SA de CV, que a través de su abogado Lic. Sergio Méndez MANIFESTÓ que la empresa esta dispuesta a LEVANTAR LA DENUNCIA SI LOS TRABAJADORES LEVANTAN LA HUELGA.

4. Exige a la Asociación Nacional de la Empresa Privada ANEP, a exigir a sus empresarios afiliados a respetar los derechos laborales y a no utilizar maniobras sucias y chantajes contra los trabajadores y trabajadoras. Le exhortamos ha expresarse públicamente en contra de semejante trato y chantaje a los trabajadores que se encuentran en pleno ejercicio de sus derechos laborales, por parte del Sr. Manuel Roberto Molina Martínez, propietario de la Sociedad LIDO SA de CV

5. Solicitamos al Ministro de Trabajo Sr. Humberto Centeno, el inicio de una investigación a fondo sobre los hechos ocurridos en la Empresa LIDO incluyendo las maniobras sucias, la acusación de amenazas de muerte y el chantaje por parte Sr. Manuel Roberto Molina Martínez, propietario de la Sociedad LIDO SA de CV, así como a interponer sus buenos oficios para mediar en este conflicto que empieza a desbordarse de manera alarmante, a pesar de que los trabajadores han hecho uso de todo el procedimiento legal para ejercer su derecho a la HUELGA.

6. Solicitamos al Ministro de Seguridad Sr. Manuel Melgar y al Director de la Policía Nacional Civil Sr. Carlos Ascencio, giren órdenes inmediatas para la puesta en libertad del Compañero Atilio Jaimes Pérez, así como a realizar una investigación sobre el procedimiento realizado por parte de los elementos de la PNC y de su presencia en las instalaciones de la planta de la Empresa LIDO.

San Salvador, 9 de junio de 2011.

FRENTE SOCIAL POR UN NUEVO PAISFSNP

ALGES CODCELS COFEVI CRIPDES FESTSSABHRA MVIU MPR-12

Un punto de vista diferente sobre los fallos de la Sala de lo Constitucional

Por Jorge Metztli

La actual Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ha emitido varias resoluciones que han causado mucha polémica en los diferentes sectores políticos del país. He aquí algunas de sus sentencias:

a) La que declaró inconstitucionales varios artículos del Código Electoral y abrió el terreno para las candidaturas no partidarias para diputados (Sentencia 61-2009 proveída el 29 de julio del 2010) En este caso la Asamblea Legislativa, después que los partidos del régimen dentro de ella no lograran mediante una reforma constitucional conjurar la Sentencia, tuvieron que entrar a legislar dos aspectos de esta última. Por un lado normaron los requisitos y demás elementos de las candidaturas no partidarias y entraron sustituir los artículos del Código Electoral declarados inconstitucionales. Lo primero lo hicieron aprobando en diciembre de 2010 el D.L. 555 y lo segundo, más reciente, lo hicieron por medio del D.L. 365, el cual fue vetado por Funes.

b) La sentencia que declaró inconstitucional el artículo único del Decreto Legislativo número 87 del 31 de julio de 2009, que permitió en aquel momento la elección de los Magistrados del TSE Julio Eduardo Moreno Niños y Oscar Morales Herrera (Sentencia 7-2011 del 13 de mayo del año en curso) la cual tiene como efecto inmediato la invalidación de tal elección;

c) La declaratoria de inconstitucionalidad del inciso segundo del artículo uno del Decreto Legislativo n° 586 del 19 de enero de 2005, que en aquel momento sirvió para que la inscripción de los partidos de derecha PDC y PCN fuera cancelada al no obtener el mínimo requerido de votos en las elecciones de 2004.

La posturas políticas ante el fenómeno de los fallos de la Sala son variadas y pueden examinarse desde la adoptada con matices distintos, por los partidos del régimen, pasando por ong´s y asociaciones patronales, hasta aquella dentro de la izquierda no partidaria que ve en la Sala y sus fallos una reivindicación de aquellos sectores burgueses “progresistas” y un argumento para vendernos la idea de que si las instituciones funcionan podemos “humanizar” el capitalismo.

Estado, Régimen Político y Gobierno.

Creemos imprescindible para que los revolucionarios entendamos este fenómeno, mencionar que el Estado, como concepto político que se refiere a una forma de organización social, política y coercitiva, formada por un conjunto de instituciones que tiene el poder de regular la vida nacional está determinado por la clase social que detenta el poder económico y político en una sociedad, poder que se concreta en instituciones como los parlamentos, los tribunales (el órgano judicial, dentro de este la Corte Suprema de Justicia y dentro de la Corte la Sala de lo Constitucional), los gobiernos, la policía, fuerzas armadas, etc.

Por su parte el Régimen, sistema político por el que se rige, gobierna o administra una nación, está definido en razón de aquellas instituciones predominantes dentro del Estado. Dentro de un mismo estado pueden sucederse varios regímenes, desde una dictadura de tipo fascista hasta una democracia burguesa. En esta última pueden haber diferentes matices ya que puede ser el parlamento el eje del régimen o puede ser la presidencia. En el caso salvadoreño se trata de esta última. Cabe destacar acá que la mayoría de regímenes de democracia patronal o burguesa están basados en Constituciones Políticas, la norma fundamental escrita de un Estado, establecida o aceptada para regirlo. La constitución fija los límites y define las relaciones entre los poderes del Estado.

Dentro del esquema anterior, ¿dónde se ubican los cambios generados por las últimas resoluciones de la Sala de Lo Constitucional?

Teniendo claro las definiciones anteriores, podemos establecer que las resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de nuestro país, al ser resoluciones emitidas por una institución que forma parte del Estado de la burguesía nacional e internacional (capital nacional y transnacional), intentan abrir pequeños espacios democráticos a las masas, esto como una forma de establecer una válvula de escape al inestable régimen político salvadoreño basado en la Constitución elaborada en 1983 por la Asamblea Constituyente convocada en medio de la más dura represión contra el movimiento popular y dirigida por el tenebroso Roberto d’Aubuisson, régimen al cual mediante los Acuerdos de Paz le fueron introducidas tímidas reformas que no tocaron el fondo de la estructura política, social y económica del país, esto con el objetivo de evitar que en el mediano plazo las masas puedan cuestionar el fondo del asunto, es decir, el Estado burgués.

Quiénes se enfrentan en esta coyuntura y dónde deberíamos ubicarnos los trabajadores y la izquierda revolucionaria?

Podemos decir, entonces, que la coyuntura política actual se caracteriza por la existencia de un enfrentamiento entre sectores de la burguesía que utilizan los poderes del Estado para tal fin. Casualmente, sin quererlo o no, le conceden a las masas una especie de régimen de democracia “moderna”, pero por retazos, ante la perspectiva de que éstas pongan en entredicho, mediante su movilización espontánea (en ausencia de verdadera organización popular), ya no solo al gobierno, sino al Régimen y al Estado capitalista;

Esta fracción burguesa que está enfrentada y que, casualmente, produce reformas, está representada hoy día por la Sala de lo Constitucional y su “base social”, la Coalición para la Reforma Política Electoral (CREE): conformada por MIRE, Funde, Instituto Social para la Democracia (ISD), ANEP, Cámara de Comercio, FundaUngo, Universidad Centroamericana (UCA), Universidad Tecnológica, Centro de Estudio Jurídicos (CEJ), FUSADES y el IUDOP , la que se enfrenta a otra fracción burguesa que cierra filas en torno a no permitir más concesiones democráticas a las masas ya que dichas concesiones limitan sus prerrogativas obtenidas del Estado actual de los capitalistas, fracción que hoy representan todos los partidos del régimen, desde ARENA hasta el FMLN, pasando por GANA y agregándole, finalmente, la figura de Funes como representante de un sector de la burguesía con clase política emergente, así comolos capitalistas internacionales. Funes intenta arbitrar entre las dos facciones mencionadas anteriormente; sin embargo, estas facciones burguesas tienen un acuerdo tácito de fondo: todos ellos aplican una política que, salvando diferencias, intentan poner a salvo tanto el Régimen como el Estado capitalista en nuestro país.

La política justa debe ser: Ni sectarismo, ni oportunismo.

Pero, llegados ya a este punto, debemos preguntarnos cuál debería ser entonces la política de la izquierda revolucionaria? Los revolcuionarios deberían cuidarse de no caer en el oportunismo. Es decir, no caer en el apoyo político a las resoluciones de la Sala de lo Constitucional y a la propia Sala, obviando denunciar ante las masas el antidemocrático régimen político salvadoreño y en ese sentido sembrar esperanzas en el régimen basado en la constitución de Roberto d’Aubuisson de 1983 y en la misma medida reforzar los prejuicios democrático burgueses en las masas. Esto último lo está haciendo, lamentablemente, el MDP de Dagoberto Gutiérrez, planteando, por ejemplo, que el problema se resuelve con las candidaturas independientes y con otorgar mayor libertad e independencia a la Sala de lo Constitucional.

La política de la verdadera izquierda revolucionaria, ante las resoluciones de la Sala de lo Constitucional, abarca por lo menos tres aspectos fundamentales:

1) Denunciar ante las masas el antidemocrático régimen político salvadoreño basado en la constitución de 1983, lo que no puede dejar de incluir la denuncia de todos los partidos del régimen, en especial del principal partido de la llamada “izquierda electoral”, el FMLN, por la traición que implica defender dicha Constitución.

2) Denunciar las resoluciones de la Sala en la medida que son proveídas por una de las principales instituciones del Estado de los patronos, como maniobra de un sector de la derecha que va desde la ANEP, pasando por FundaUngo hasta la Universidades como la UCA, para mantener lo fundamental del actual Régimen y Estado capitalista ante la inminencia de nuevos enfrentamientos entre las clases sociales fundamentales.

3) No obstante lo anterior, se debe reivindicar nuestra disposición a utilizar esos “retazos de democracia” que están planteados mediante las resoluciones de la Sala para elevar la conciencia y organización de la clase trabajadora y preparar de esta manera los nuevos enfrentamientos contra el Régimen y el Estado de la burguesía y la clase dominante. Ha llegado la hora de tirar a la basura la Constitución de d’Aubuisson de 1983, su antidemocrático régimen y sus partidos: preparemos al calor de las luchas la Asamblea Constituyente!

El Salvador: los acertijos no resueltos del 743

Los acertijos no resueltos del 743

Esta primera semana de junio de 2011 ha sido de grandes lecciones en el proceso de aprendizaje político de los sectores populares salvadoreños, los que han logrado avanzar por medio de su experiencia de observar, juzgar y participar en el manejo de los acertijos de la lucha de clases.

Y es que las clases dominantes siempre tratan de ocultar su hegemonía bajo el espeso velo de los rituales del poder, en el que instituciones sagradas – la propiedad privada, la iglesia, el estado- ejercen su control intangible y misterioso. Cuando los oprimidos descubren los secretos del poder y desafían a sus dueños, la liberación se aproxima.

Y es lo que ha pasado con el ya famoso decreto 743 que manda la unanimidad en las decisiones de los cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional de la CSJ. Hemos presenciado desde la realidad virtual y desde la realidad fáctica como los principales actores de la vida política y social han reaccionado iniciando con la aprobación por los partidos ARENA, GANA, PCN y PDC del decreto 743, de su sanción por el presidente Funes, del amplio y contundente rechazo ciudadano, de su inaplicabilidad por los 4 magistrados de la Sala de los Constitucional de la CSJ, de la retractación de ARENA y de su propuesta para que sea derogado, y de la reunión entre los presidentes de la CSJ y de la AL. Y el proceso continúa…

Pero es importante ir deshilando la madeja y descubrir detrás de las posiciones, de los discursos, e incluso de las acciones, los intereses y las fuerzas en pugna y como se van perfilando las correlaciones. Es clave definir a los campos en lucha y en especial identificar al enemigo principal para evitar caer en sus maniobras.
¿Qué es lo que esta en juego?
El debate alrededor del papel de la Sala de lo Constitucional de la CSJ es el debate sobre el avance o estancamiento del proceso de cambio que vive el país a partir del 15 de marzo de 2009. Ni más ni menos. El motor principal – no el único- de avance institucional del proceso de cambios del sistema político existente, que es herencia del pasado autoritario de estirpe militar, radica en estos 4 magistrados, que con solo aplicar la ley, hacen entrar en crisis un sistema profundamente corrupto y elitista.

Existen sectores empresariales (ANEP) y de la misma derecha (FUSADES) que tienen el suficiente olfato político para subirse a este tren y evitar así quedarse como espectadores. Así como existen sectores de la izquierda política (FMLN) y de la izquierda social (COMPHAS, FSNP) que deberían acompañar de manera decidida este proceso pero que se mantienen a la expectativa por temor a verse rebasados por la misma situación. La prudencia se convierte en parálisis.
Por otra parte, pensar que el acompañamiento de la derecha empresarial y mediática a este proceso significa que han abjurado de sus posiciones a favor de la defensa de este sistema capitalista explotador es una clara ingenuidad. Y muy pronto la realidad se encargara de demostrarlo.

En una situación tan compleja como esta, existe siempre el peligro de que los arboles nos oculten el bosque. ¿Cuales son los arboles? Son las posiciones, discursos y acciones que cambian de un momento a otro, en las diversas fuerzas. ¿Cuál es el bosque? Los intereses y posición de clase, la ideología, la trayectoria histórica, las alianzas internacionales.
La derecha empresarial se impuso sobre la derecha política.
En el campo de los sectores de derecha observamos como al final la derecha empresarial (ANEP) le dobló el brazo a la derecha política y obligó al mismo Cristiani a reconocer públicamente su torpeza. Ojala los sectores populares puedan realizar la misma tarea respecto al presidente Funes.

Es significativo como la ANEP ha logrado entender que el rescate de la institucionalidad democrática vendrá a garantizarle mayores niveles de rentabilidad a sus empresas. Y entonces modificó su posición inicial de rechazo ante la Sala de lo Constitucional dela CSJ por la de acompañamiento, quizás siguiendo el adagio estadounidense de que “if you cant beat them… join them. “

La derecha política, hoy con cuatro expresiones, ARENA, GANA, PCN y PDC, y más preocupada por la posibilidad real de una derrota electoral en marzo próximo, reacciona más visceralmente e identifica a los 4 magistrados como la fuente de todos sus males. Y la factura por esta posición la pagará principalmente ARENA, aunque se haya arrepentido.
La protesta social doblega al poder institucional

No obstante la clara alineación en esta coyuntura del presidente Funes con la derecha política, ubicarlo automáticamente en este campo es un serio error de apreciación estratégica. Y al hacerlo así lo que estaremos haciendo es reducir el campo de las fuerzas populares y sus alianzas. Y todavía vienen muchas batallas. Esto es solo es el inicio de un tensionamiento social destinado a crecer.

El presidente Funes no es nuestro enemigo. Y la realidad le va enseñando que en política los errores se pagan caro. Y hoy por hoy el decreto 743 ha sido su peor pesadilla en dos años. ANEP y la oligarquía que representa, son nuestros enemigos. El imperio es nuestro enemigo. No debemos de confundirnos. Lo mismo pasa con el FMLN. Colocar al FMLN en la derecha es un craso error político. EL FMLN es la principal fuerza de la izquierda. No reconocer esta realidad es vivir en un mundo de fantasía.

Lo que se requiere es exigirle que cumpla con su papel de partido revolucionario y que toda la fuerza acumulada sea canalizada a fortalecer el proceso de cambios. La gente necesita ver al FMLN luchando en las calles además de luchando en los ministerios y alcaldías. En esta última coyuntura el FMLN estuvo ausente de la calle y algunos se preguntan si esto significa que va a ceder su papel histórico de conductor del movimiento social y popular, y dedicarse exclusivamente a la lucha parlamentaria. La vida se encargara de darnos la respuesta.

La victoria popular requiere de un corazón ardiente y una mente fría
Los que diseñaron esta maniobra desde ARENA –se rumora que en Casa Presidencial- hoy como pecadores arrepentidos juran que estaban equivocados y pretenden culpar al FMLN por no ayudarlos a derogar el famoso decreto e incluso se atreven a participar en las acciones de protesta. Frente a esto debemos de reflexionar.

Toda lucha requiere de mucha pasión, entusiasmo, de un corazón rebosando de sueños. Esta semana y este mismo día hemos presenciado esos componentes. Pero también requiere de una mente lucida, de una análisis profundo de las contradicciones al interior del enemigo, de nuestras debilidades y fortalezas, de las consignas adecuadas al momento, etc. La victoria popular en cada momento y en cada etapa del proceso de lucha por la revolución democrática exige un corazón ardiente y una mente fría.
Es lo que vamos construyendo en el camino, esperando que resuelven hoy por la tarde los magistrados y los diputados. Esperando que se sigan resolviendo los acertijos. Y esperando también como se comporta La Selecta frente a Costa Rica…
Roberto Pineda
San Salvador, 9 de junio de 2011

El Partido (Los fundamentos del Leninismo)

J. Stalin

Los fundamentos del Leninismo

VIII

El Partido

En el período prerrevolucionario, en el período de desarrollo más o menos pacífico, cuando los partidos de la II Internacional eran la fuerza predominante en el movimiento obrero y las formas parlamentarias de lucha se consideraban las fundamentales, en esas condiciones, el Partido no tenía ni podía tener una importancia tan grande y tan decisiva como la que adquirió más tarde, en las condiciones de choques revolucionarios abiertos. Kautsky, defendiendo a la II Internacional contra los que la atacan, dice que los partidos de la II Internacional son instrumentos de paz, y no de guerra, y que precisamente por eso se mostraron impotentes para hacer nada serio durante la guerra, en el período de las acciones revolucionarias del proletariado. Y así es, en efecto. Pero ¿qué significa esto? Significa que los partidos de la II Internacional son inservibles para la lucha revolucionaria del proletariado, que no son partidos combativos del proletariado y que conduzcan a los obreros al Poder, sino máquinas electorales, apropiadas para las elecciones al parlamento y para la lucha parlamentaria. Ello, precisamente, explica que, durante el período de predominio de los oportunistas de la II Internacional, la organización política fundamental del proletariado no fuese el Partido, sino la minoría parlamentaria. Es sabido que en ese período el Partido era, en realidad, un apéndice de la minoría parlamentaria y un elemento puesto a su servicio.
No creo que sea necesario demostrar que, en tales condiciones y con semejante partido al frente, no se podía ni hablar de preparar al proletariado para la revolución.

Pero las cosas cambiaron radicalmente al llegar el nuevo período. El nuevo período es el de los choques abiertos entre las clases, el período de las acciones revolucionarias del proletariado, el período de la revolución proletaria, el período de la preparación directa de las fuerzas para el derrocamiento del imperialismo y la conquista del Poder por el proletariado. Este período plantea ante el proletariado nuevas tareas: la reorganización de toda la labor del Partido en un sentido nuevo, revolucionario, la educación de los obreros en el espíritu de la lucha revolucionaria por el Poder, la preparación y la concentración de reservas, la alianza con los proletarios de los países vecinos, el establecimiento de sólidos vínculos con el movimiento de liberación de las colonias y de los países dependientes, etc., etc. Creer que estas tareas nuevas pueden resolverse con las fuerzas de los viejos partidos socialdemócratas, educados bajo las condiciones pacíficas del parlamentarismo, equivale a condenarse a una desesperación sin remedio, a una derrota inevitable. Hacer frente a estas tareas con los viejos partidos a la cabeza, significa verse completamente desarmado. Huelga demostrar que el proletariado no podía resignarse a semejante situación.

He aquí la necesidad de un nuevo partido, de un partido combativo, de un partido revolucionario, lo bastante intrépido para conducir a los proletarios a la lucha por el Poder, lo bastante experto para orientarse en las condiciones complejas de la situación revolucionaria y lo bastante flexible para sortear todos y cada uno de los escollos, que se interponen en el camino hacia sus fines.

Sin un partido así, no se puede ni pensar en el derrocamiento del imperialismo, en la conquista de la dictadura del proletariado.

Este nuevo partido es el Partido del leninismo.

¿Cuáles son las particularidades de este nuevo partido?

1) El Partido como destacamento de vanguardia de la clase obrera. El Partido tiene que ser, ante todo, el destacamento de vanguardia de la clase obrera. El Partido tiene que incorporar a sus filas a todos los mejores elementos de la clase obrera, asimilar su experiencia, su espíritu revolucionario, su devoción infinita a la causa del proletariado. Ahora bien, para ser un verdadero destacamento de vanguardia, el Partido tiene que estar pertrechado con una teoría revolucionaria, con el conocimiento de las leyes del movimiento, con el conocimiento de las leyes de la revolución. De otra manera, no puede dirigir la lucha del proletariado, no puede llevar al proletariado tras de sí. El Partido no puede ser un verdadero partido si se limita simplemente a registrar lo que siente y piensa la masa de la clase obrera, si se arrastra a la zaga del movimiento espontáneo de ésta, si no sabe vencer la inercia y la indiferencia política del movimiento espontáneo, si no sabe situarse por encima de los intereses momentáneos del proletariado, si no sabe elevar a las masas hasta la comprensión de los intereses de clase del proletariado. El Partido tiene que marchar al frente de la clase obrera, tiene que ver más lejos que la clase obrera, tiene que conducir tras de sí al proletariado y no arrastrarse a la zaga del movimiento espontáneo. Esos partidos de la II Internacional, que predican el “seguidismo”, son vehículos de la política burguesa, que condena al proletariado al papel de instrumento de la burguesía. Sólo un partido que se sitúe en el punto de vista del destacamento de vanguardia del proletariado y sea capaz de elevar a las masas hasta la comprensión de los intereses de clase del proletariado, sólo un partido así es capaz de apartar a la clase obrera de la senda del tradeunionismo y hacer de ella una fuerza política independiente.

El Partido es el jefe político de la clase obrera.

He hablado más arriba de las dificultades de la lucha de la complejidad de las condiciones de la lucha, de la estrategia y de la táctica, de las reservas y de las maniobras, de la ofensiva y de la retirada. Estas condiciones son tan complejas, si no más, que las de la guerra. ¿Quién puede orientarse en estas condiciones?, ¿quién puede dar una orientación acertada a las masas de millones y millones de proletarios? Ningún ejército en guerra puede prescindir de un Estado Mayor experto, si no quiere verse condenado a la derrota. ¿Acaso no está claro que el proletariado tampoco puede, con mayor razón, prescindir de este Estado Mayor, si no quiere entregarse a merced de sus enemigos jurados? Pero ¿dónde encontrar ese Estado Mayor? Sólo el Partido revolucionario del proletariado puede ser ese Estado Mayor. Sin un partido revolucionario, la clase obrera es como un ejército sin Estado Mayor.

El Partido es el Estado Mayor de combate del proletariado.

Pero el Partido no puede ser tan sólo un destacamento de vanguardia, sino que tiene que ser, al mismo tiempo, un destacamento de la clase, una parte de la clase, íntimamente vinculada a ésta con todas las raíces de su existencia. La diferencia entre el destacamento de vanguardia y el resto de la masa de la clase obrera, entre los afiliados al Partido y los sin-partido, no puede desaparecer mientras no desaparezcan las clases, mientras el proletariado vea engrosar sus filas con elementos procedentes de otras clases, mientras la clase obrera, en su conjunto, no pueda elevarse hasta el nivel del destacamento de vanguardia. Pero el Partido dejaría de ser el Partido si esta diferencia se convirtiera en divorcio, si el Partido se encerrara en sí mismo y se apartase de las masas sin-partido. El Partido no puede dirigir a la clase si no está ligado a las masas sin-partido, si no hay vínculos entre el Partido y las masas sin-partido, si estas masas no aceptan su dirección, si el Partido no goza de crédito moral y político entre las masas.

Hace poco se dio ingreso en nuestro Partido a doscientos mil obreros. Lo notable aquí es la circunstancia de que estos obreros, más bien que venir ellos mismos al Partido, han sido enviados a él por toda la masa de los sin-partido, que ha intervenido activamente en la admisión de los nuevos afiliados, que no eran admitidos sin su aprobación. Este hecho demuestra que las grandes masas de obreros sin-partido ven en nuestro Partido su partido, un partido entrañable y querido, en cuyo desarrollo y fortalecimiento se hallan profundamente interesados y a cuya dirección confían de buen grado su suerte. No creo que sea necesario demostrar que sin estos hilos morales imperceptibles que lo unen con las masas sin-partido, el Partido no habría podido llegar a ser la fuerza decisiva de su clase.

El Partido es parte inseparable de la clase obrera.

Nosotros dice Lenin somos el Partido de la clase, y, por ello, casi toda la clase (y en tiempo de guerra, en época de guerra civil, la clase entera) debe actuar bajo la dirección de nuestro Partido, debe tener con nuestro Partido la ligazón más estrecha posible; pero sería manilovismo y “seguidismo” creer que casi toda la clase o la clase entera pueda algún día, bajo el capitalismo, elevarse hasta el punto de alcanzar el grado de conciencia y de actividad de su destacamento de vanguardia, de su partido socialdemócrata. Ningún socialdemócrata juicioso ha puesto nunca en duda que, bajo el capitalismo, ni aun la organización sindical (más rudimentaria, más asequible al grado de conciencia de las capas menos desarrolladas) esté en condiciones de englobar a toda o a casi toda la clase obrera. Olvidar la diferencia que existe entre el destacamento de vanguardia y toda la masa que gravita hacia él, olvidar el deber constante que tiene el destacamento de vanguardia de elevar a capas cada vez más amplias a su avanzado nivel, sería únicamente engañarse a sí mismo, cerrar los ojos ante la inmensidad de nuestras tareas, restringir nuestras tareas (v. t. VI, págs. 205-206).
2) El Partido como destacamento organizado de la clase obrera. El Partido no es sólo el destacamento de vanguardia de la clase obrera. Si quiere dirigir realmente la lucha de su clase, tiene que ser, al mismo tiempo, un destacamento organizado de la misma. Las tareas del Partido en el capitalismo son extraordinariamente grandes y diversas. El Partido debe dirigir la lucha del proletariado en condiciones extraordinariamente difíciles de desarrollo interior y exterior; debe llevar al proletariado a la ofensiva cuando la situación exija la ofensiva; debe sustraer al proletariado de los golpes de un enemigo fuerte cuando la situación exija la retirada; debe inculcar en las masas de millones y millones de obreros sin-partido e inorganizados el espíritu de disciplina y el método en la lucha, el espíritu de organización y la firmeza. Pero el Partido no puede cumplir estas tareas si él mismo no es la personificación de la disciplina y de la organización, si él mismo no es un destacamento organizado del proletariado. Sin estas condiciones, ni hablar se puede de que el Partido dirija verdaderamente a masas de millones y millones de proletarios.

El Partido es el destacamento organizado de la clase obrera.

La idea del Partido como un todo organizado está expresada en la conocida fórmula, expuesta por Lenin en el artículo primero de los Estatutos de nuestro Partido, donde se considera al Partido suma de sus organizaciones, y a sus miembros, afiliados a una de las organizaciones del Partido. Los mencheviques, que ya en 1903 rechazaban esta fórmula, proponían, en su lugar, el “sistema”, de autoadhesión al Partido, el “sistema” de extender el “título” de afiliado al Partido a cualquier “profesor” y a cualquier “estudiante”, a cualquier “simpatizante” y a cualquier “huelguista” que apoyara al Partido de un modo u otro, aunque no formara ni desease formar parte de ninguna de sus organizaciones. No creo que sea necesario demostrar que este original “sistema”, de haber arraigado en nuestro Partido, habría llevado inevitablemente a inundarlo de profesores y estudiantes y a su degeneración en una “entidad” vaga, amorfa, desorganizada, que se hubiera perdido en el mar de los “simpatizantes”, habría borrado los límites entre el Partido y la clase y malogrado la tarea del Partido de elevar a las masas inorganizadas al nivel del destacamento de vanguardia. Huelga decir que, con un “sistema” oportunista como ése, nuestro Partido no habría podido desempeñar el papel de núcleo organizador de la clase obrera en el curso de nuestra revolución.

Desde el punto de vista del camarada Mártov dice Lenin las fronteras del Partido quedan absolutamente indeterminadas, porque “cualquier huelguista” puede “declararse miembro del Partido”. ¿Cuál es el provecho de semejante vaguedad? La gran difusión del “título”. Lo que tiene de nocivo consiste en que origina la idea desorganizadora de la confusión de la clase con el Partido (v. t. VI, pág. 211).
Pero el Partido no es sólo la suma de sus organizaciones. El Partido es, al mismo tiempo, el sistema único de estas organizaciones, su fusión formal en un todo único, con organismos superiores e inferiores de dirección, con la subordinación de la minoría a la mayoría, con resoluciones prácticas, obligatorias para todos los miembros del Partido. Sin estas condiciones, el Partido no podría formar un todo único y organizado, capaz de ejercer la dirección sistemática y organizada de la lucha de la clase obrera.

Antes dice Lenin, nuestro Partido no era un todo formalmente organizado, sino, simplemente, una suma de diversos grupos, razón por la cual no podía de ningún modo existir entre ellos más relación que la de la influencia ideológica. Ahora somos ya un partido organizado, y esto entraña la creación de una autoridad, la transformación del prestigio de las ideas en el prestigio de la autoridad, la sumisión de las instancias inferiores a las instancias superiores del Partido (v. t. VI. pág. 291)
El principio de la subordinación de la minoría a la mayoría, el principio de la dirección de la labor del Partido por un organismo central suscita con frecuencia ataques de los elementos inestables, acusaciones de “burocratismo”, de “formalismo”, etc. No creo que sea necesario demostrar que la labor sistemática del Partido como un todo y la dirección de la lucha de la clase obrera no serían posibles sin la aplicación de estos principio. El leninismo en materia de organización es la aplicación indefectible de estos principios. Lenin califica la lucha contra estos principios de “nihilismo ruso” y de “anarquismo señorial”, digno de ser puesto en ridículo y repudiado.

He aquí lo que dice Lenin, en su libro “Un paso adelante” a propósito de estos elementos inestables:

Este anarquismo señorial es algo muy peculiar del nihilista ruso. La organización del Partido se le antoja una “fábrica” monstruosa; la sumisión de la parte al todo y de la minoría a la mayoría le parece un “avasallamiento”… la división del trabajo bajo la dirección de un organismo central le hace proferir alaridos tragicómicos contra la transformación de los hombres en “ruedas y tornillos”… la sola mención de los estatutos de organización del Partido suscita en él un gesto de desprecio y la desdeñosa… observación de que se podría vivir sin estatutos.
Está claro, me parece, que los clamores contra el famoso burocratismo no son más que un medio de encubrir el descontento por la composición de los organismos centrales, no son más que una hoja de parra… ¡Eres un burócrata, porque has sido designado por el Congreso sin mi voluntad y contra ella! Eres un formalista, porque te apoyas los acuerdos formales del Congreso, y no en mi consentimiento. Obras de un modo brutalmente mecánico, porque te remites a la mayoría “mecánica” del Congreso del Partido y no prestas atención a mi deseo de ser cooptado. Eres un autócrata, porque no quieres poner el poder en manos de la vieja tertulia de buenos compadres! (v. t. VI. págs. 310 y 2).
3) El Partido como forma superior de organización de clase del proletariado. El Partido es el destacamento organizado la clase obrera. Pero el Partido no es la única organización de la clase obrera. El proletariado cuenta con muchas otras organizaciones, sin las cuales no podría luchar con éxito contra el capital: sindicatos, cooperativas, organizaciones fabriles, minorías parlamentarias, organizaciones femeninas sin-partido, prensa, organizaciones culturales y educativas, uniones de la juventud, organizaciones revolucionarias de combate (durante las acciones revolucionarias abiertas), Soviets de Diputados como forma de organización del Estado (si el proletariado se halla en el Poder), etc. La inmensa mayoría de estas organizaciones son organizaciones sin-partido, y sólo unas cuantas están directamente vinculadas al Partido o son ramificaciones suyas. En determinadas circunstancias, todas estas organizaciones son absolutamente necesarias para la clase obrera. pues sin ellas no sería posible consolidar las posiciones de clase del proletariado en los diversos terrenos de la lucha, ni sería posible templar al proletariado como la fuerza llamada a sustituir el orden de cosas burgués por el orden de cosas socialista. Pero ¿cómo llevar a cabo la dirección única, con tal abundancia de organizaciones? ¿Qué garantía hay de que esta multiplicidad de organizaciones no lleve a incoherencias en la dirección? Cada una de estas organizaciones, pueden decirnos, actúa en su propia órbita y por ello no pueden entorpecerse las unas a las otras. Esto, naturalmente es cierto. Pero también lo es que todas estas organizaciones tienen que desplegar su actividad en una misma dirección, pues sirven a una sola clase, a la clase de los proletarios. ¿Quién cabe preguntarse determina la línea, la orientación general que todas estas organizaciones deben seguir en su trabajo? ¿Dónde está la organización central que no sólo sea capaz, por tener la experiencia necesaria, de trazar dicha línea general, sino que, además, pueda, por tener el prestigio necesario para ello, mover a todas estas organizaciones a aplicar esa línea, con el fin de lograr la unidad en la dirección y excluir toda posibilidad de intermitencias?

Esta organización es el Partido del proletariado.

El Partido posee todas las condiciones necesarias para lo primero, porque el Partido es el punto de concentración de los mejores elementos de la clase obrera, directamente vinculados a las organizaciones sin-partido del proletariado y que con frecuencia las dirigen; segundo, porque el Partido, como punto de concentración de los mejores elementos de la clase obrera, es la mejor escuela de formación de jefes de la clase obrera, capaces de dirigir todas las formas de organización de su clase; tercero, porque el Partido, como la mejor escuela para la formación de jefes de la clase obrera, es, por su experiencia y su prestigio, la única organización capaz de centralizar la dirección de la lucha del proletariado, haciendo así de todas y cada una de las organizaciones sin-partido de la clase obrera organismos auxiliares y correas de transmisión que unen al Partido con la clase.

El Partido es la forma superior de organización de clase del proletariado.

Esto no quiere decir, naturalmente, que las organizaciones sin-partido, los sindicatos, las cooperativas, etc., deban estar formalmente subordinadas a la dirección del Partido. Lo que hace falta es simplemente, que los miembros del Partido que integran estas organizaciones, en las que gozan de indudable influencia, empleen todos los medios de persuasión para que las organizaciones sin-partido se acerquen en el curso de su trabajo al Partido del proletariado y acepten voluntariamente la dirección política de éste.

Por eso, Lenin dice que el Partido es “la forma superior de unión de clase de los proletarios”, cuya dirección política debe extenderse a todas las demás formas de organización del proletariado (v. t. XXV. pág. 194).

Por eso, la teoría oportunista de la “independencia” y de la “neutralidad” de las organizaciones sin-partido, que produce parlamentarios independientes y publicistas desligados del Partido, funcionarios sindicales de mentalidad estrecha y cooperativistas imbuidos de espíritu pequeñoburgués, es completamente incompatible con la teoría y la práctica del leninismo.

4) El Partido como instrumento de la dictadura del proletariado. El Partido es la forma superior de organización del proletariado. El Partido es el factor esencial de dirección en el seno de la clase de los proletarios y entre las organizaciones de esta clase. Pero de aquí no se desprende, ni mucho menos, que el Partido pueda ser considerado como un fin en sí, como una fuerza que se baste a sí misma. El Partido no sólo es la forma superior de unión de clase de los proletarios, sino que es, al mismo tiempo, un instrumento del proletariado para la conquista de su dictadura, cuando ésta no ha sido todavía conquistada, y para la consolidación y ampliación de la dictadura, cuando ya está conquistada. El Partido no podría elevar a tal altura su importancia, ni ser la fuerza rectora de todas las demás formas de organización del proletariado, si éste no tuviera planteado el problema del Poder, si las condiciones creadas por el imperialismo, la inevitabilidad de las guerras y la existencia de las crisis no exigieran la concentración de todas las fuerzas del proletariado en un solo lugar, la convergencia de todos los hilos del movimiento revolucionario en un solo punto, a fin de derrocar a la burguesía y conquistar la dictadura del proletariado. El proletariado necesita del Partido, ante todo, como Estado Mayor de combate, indispensable para la conquista victoriosa del Poder. No creo que sea necesario demostrar que, sin un partido capaz de reunir en torno suyo a las organizaciones de masas del proletariado y de centralizar, en el curso de la lucha, la dirección de todo el movimiento, el proletariado de Rusia no hubiera podido implantar su dictadura revolucionaria.

Pero el proletariado no necesita del Partido solamente para conquistar la dictadura; aún le es más necesario para mantenerla, consolidarla y extenderla, para asegurar la victoria completa del socialismo.

Seguramente dice Lenin, hoy casi todo el mundo ve ya que los bolcheviques no se hubieran mantenido en el Poder, no digo dos años y medio, sino ni siquiera dos meses y medio, sin la disciplina rigurosísima, verdaderamente férrea, de nuestro Partido, sin el apoyo total e indefectible prestado a él por toda la masa de la clase obrera, es decir, por todo lo que ella tiene de consciente, honrado, abnegado, influyente y capaz de conducir tras de sí o de arrastrar a las capas atrasadas (v. t. xxv, pág. 173).
Pero ¿qué significa “mantener” y “extender” la dictadura? Significa inculcar a las masas de millones y millones de proletarios el espíritu de disciplina y de organización; significa dar a las masas proletarias cohesión y proporcionarles un baluarte contra la influencia corrosiva del elemento pequeñoburgués y de los hábitos pequeñoburgueses; reforzar la labor de organización de los proletarios para reeducar y transformar a las capas pequeñoburguesas; ayudar a las masas proletarias a forjarse como fuerza capaz de destruir las clases y de preparar las condiciones para organizar la producción socialista. Pero todo esto sería imposible hacerlo sin un partido fuerte por su cohesión y su disciplina.

La dictadura del proletariado dice Lenin es una lucha tenaz, cruenta e incruenta, violenta y pacífica, militar y económica, pedagógica y administrativa, contra las fuerzas y las tradiciones de la vieja sociedad. La fuerza de la costumbre de millones y decenas de millones de hombres es la fuerza más terrible. Sin un partido férreo y templado en la lucha, sin un partido que goce de la confianza de todo lo que haya de honrado dentro de la clase, sin un partido que sepa pulsar el estado de espíritu de las masas e influir sobre él, es imposible llevar a cabo con éxito esta lucha (v. t. XXV, pág. 190).
El proletariado necesita del Partido para conquistar y mantener la dictadura. El Partido es un instrumento de la dictadura del proletariado.

Pero de esto se deduce que, con la desaparición de las clases, con la extinción de la dictadura del proletariado, deberá desaparecer también el Partido.

5) El Partido como unidad de voluntad incompatible con la existencia de fracciones. La conquista y el mantenimiento de la dictadura del proletariado son imposibles sin un partido fuerte por su cohesión y su disciplina férrea. Pero la disciplina férrea del Partido es inconcebible sin la unidad de voluntad, sin la unidad de acción, completa y absoluta, de todos los miembros del Partido. Esto no significa, naturalmente, que por ello quede excluida la posibilidad de una lucha de opiniones dentro del Partido. Al revés: la disciplina férrea no excluye, sino que presupone la crítica y la lucha de opiniones dentro del Partido. Tampoco significa esto, con mayor razón, que la disciplina debe ser “ciega”. Al contrario, la disciplina férrea no excluye, sino que presupone la subordinación consciente y voluntaria, pues sólo una disciplina consciente puede ser una disciplina verdaderamente férrea. Pero, una vez terminada la lucha de opiniones, agotada la critica y adoptado un acuerdo, la unidad de voluntad y la unidad de acción de todos los miembros del Partido es condición indispensable sin la cual no se concibe ni un Partido unido ni una disciplina férrea dentro del Partido.

En la actual Época de cruenta guerra civil dice Lenin. el Partido Comunista sólo podrá cumplir con su deber si se halla organizado del modo más centralizado, si reina dentro de él una disciplina férrea, rayana en la disciplina militar; y si su organismo central es un organismo que goza de gran prestigio y autoridad, está investido de amplios poderes y cuenta con la confianza general de los afiliados al Partido (v. t. XXV, págs. 282-283).
Así está planteada la cuestión de la disciplina del Partido en las condiciones de la lucha precedente a la conquista de la dictadura.

Otro tanto hay que decir, pero en grado todavía mayor, respecto a la disciplina del Partido después de la conquista de la dictadura:

El que debilita, por poco que sea dice Lenin, la disciplina férrea del Partido del proletariado (sobre todo en la época de su dictadura), ayuda de hecho a la burguesía contra el proletariado (v. t. XXV, pág. 190).
Pero de aquí se desprende que la existencia de fracciones es incompatible con la unidad del Partido y con su férrea disciplina. No creo que sea necesario demostrar que la existencia de fracciones lleva a la existencia de diversos organismos centrales y que la existencia de diversas organismos centrales significa la ausencia de un organismo central común en el Partido, el quebrantamiento de la unidad de voluntad, el debilitamiento y la descomposición de la disciplina, el debilitamiento y la descomposición de la dictadura. Naturalmente, los partidos de la II Internacional, que combaten la dictadura del proletariado y no quieren llevar a los proletarios a la conquista del Poder, pueden permitirse un liberalismo como la libertad de fracciones, porque no necesitan, en absoluto, una disciplina de hierro. Pero los partidos de la Internacional Comunista, que organizan su labor partiendo de las tareas de conquistar y fortalecer la dictadura del proletariado, no pueden admitir ni el “liberalismo” ni la libertad de fracciones.

El Partido es la unidad de voluntad, que excluye todo fraccionalismo y toda división del poder dentro del Partido.

De aquí, que Lenin hablara del “peligro del fraccionalismo para la unidad del Partido y para la realización de la unidad de voluntad de la vanguardia del proletariado, condición fundamental del éxito de la dictadura del proletariado”. Esta idea fue fijada en la resolución especial del X Congreso de nuestro Partido “Sobre la unidad del Partido”.

De aquí, que Lenin exigiera “la supresión completa de todo fraccionalismo” y “la disolución inmediata de todos los grupos, sin excepción, formados sobre tal o cual plataforma”, so pena de “expulsión incondicional e inmediata del Partido” (v. la resolución “Sobre la unidad del Partido”).

6) El Partido se fortalece depurándose de los elementos oportunistas. El fraccionalismo dentro del Partido nace de sus elementos oportunistas. El proletariado no es una clase cerrada. A él afluyen continuamente elementos de origen campesino, pequeñoburgués e intelectual, proletarizados por el desarrollo del capitalismo. Al mismo tiempo, en la cúspide del proletariado compuesta principalmente de funcionarios sindicales y parlamentarios cebados por la burguesía a expensas de los superbeneficios coloniales, se opera un proceso de descomposición. “Esa capa dice Lenin de obreros aburguesados o de “aristocracia obrera”, enteramente pequeñoburgueses por su género de vida, por sus emolumentos y por toda su concepción del mundo, es el principal apoyo de la II Internacional, y, hoy día, el principal apoyo social (no militar) de la burguesía. Porque son verdaderos agentes de la burguesía en el seno del movimiento obrero, lugartenientes obreros de la clase de los capitalistas 1/4, verdaderos vehículos del reformismo y del chovinismo” (v. t. XIX, pág. 77).

Todos estos grupos pequeñoburgueses penetran de un modo o de otro en el Partido, llevando a éste el espíritu de vacilación y de oportunismo, el espíritu de desmoralización y de incertidumbre. Son ellos, principalmente, quienes constituyen la fuente del fraccionalismo y de la disgregación, la fuente de la desorganización y de la labor de destrucción del Partido desde dentro. Hacer la guerra al imperialismo teniendo en la retaguardia tales “aliados”, es verse en la situación de gente que se halla entre dos fuegos, tiroteada por el frente y por la retaguardia. Por eso, la lucha implacable contra estos elementos, su expulsión del Partido es la condición previa para luchar con éxito contra el imperialismo.

La teoría de “vencer” a los elementos oportunistas mediante la lucha ideológica dentro del Partido, la teoría de “acabar” con estos elementos dentro del marco de un partido único es una teoría podrida y peligrosa, que amenaza con condenar al Partido a la parálisis y a una dolencia crónica, que amenaza con entregar el Partido a merced del oportunismo, que amenaza con dejar al proletariado sin Partido revolucionario, que amenaza con despojar al proletariado de su arma principal en la lucha contra el imperialismo. Nuestro Partido no hubiera podido salir a su anchuroso camino, no hubiera podido tomar el Poder y organizar la dictadura del proletariado, no hubiera podido salir victorioso de la guerra civil, si hubiese tenido en sus filas a los Mártov y a los Dan, a los Potrésov y a los Axelrod. Si nuestro Partido ha conseguido forjar dentro de sus filas una unidad interior y una cohesión nunca vistas, se debe, ante todo, a que supo librarse a tiempo de la escoria del oportunismo y arrojar del Partido a los liquidadores y a los mencheviques. Para desarrollar y fortalecer los partidos proletarios, hay que depurar sus filas de oportunistas y reformistas, de social-imperialistas y social-chovinistas, de social-patriotas y social-pacifistas.

El Partido se fortalece depurándose de los elementos oportunistas.

Teniendo en las propias filas a los reformistas, a los mencheviques dice Lenin, no es posible triunfar en la revolución proletaria, no es posible defenderla. Esto es evidente desde el punto de vista de los principios. Esto lo confirman con toda claridad la experiencia de Rusia y la de Hungría… En Rusia, hemos atravesado muchas veces por situaciones difíciles, en que el régimen soviético habría sido irremediablemente derrotado si hubiesen quedado mencheviques, reformistas, demócratas pequeñoburgueses dentro de nuestro Partido… En Italia, donde, según la opinión general, las cosas marchan hacia batallas decisivas entre el proletariado y la burguesía por la conquista del Poder del Estado. En tales momentos, no sólo es absolutamente necesario expulsar del Partido a los mencheviques, a los reformistas, a los turatistas, sino que puede incluso resultar útil apartar de todos los puestos de responsabilidad a quienes, siendo excelentes comunistas, sean susceptibles de vacilaciones y manifiesten inclinación hacia la “unidad” con los reformistas… En vísperas de la revolución y en los momentos de la lucha más encarnizada por su triunfo, la más leve vacilación dentro del Partido puede echarlo todo a perder, hacer fracasar la revolución, arrancar el Poder de manos del proletariado, porque este Poder no está todavía consolidado, porque las arremetidas contra él son todavía demasiado fuertes. Si en tal momento, los dirigentes vacilantes se apartan, eso no debilita al Partido, sino que fortalece al Partido, al movimiento obrero, a la revolución (v. t. XXV, págs. 462, 463 y 464).

Un decreto, un presidente, una sancion

Lunes, 06 de Junio de 2011 / 15:59 h
Un decreto, un presidente, una sancion

Dagoberto Gutiérrez

La coyuntura política del país presenta, aparentemente, una confrontación entre los poderes legislativo y judicial; pero esto es solo apariencia, porque realmente se trata de un régimen político basado en los partidos políticos confrontados con otro régimen que, sin excluir a estos partidos, incluye a otros sujetos y actores.

Los partidos políticos viven este momento como una amenaza a su existencia y consideran que la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia amenaza sus intereses, y resulta necesaria e inevitable una confrontación sin cuartel con esa Sala.

Todo indica que los partidos no entienden, en realidad no pueden hacerlo, que la referida Sala intenta asegurar que el régimen político sea fortalecido, pero sobre la base de decisiones amparadas en la naturaleza política de la CSJ y de los otros órganos del Estado.

En buenas cuentas, esto significa que la Sala de lo Constitucional intenta romper con el control partidario ejercido sobre el aparato de Estado, lo que significará resoluciones políticas basadas en la política de la Constitución y no en la voluntad o intereses de los partidos políticos. Se trata de una especie de rompimiento con una práctica inveterada que se sustenta en el monopolio partidario establecido en el Artículo 85 de la Constitución.

Los partidos políticos han librado sucesivas escaramuzas contra la Sala tratando de burlar sus decisiones, pero fracasando, una y otra vez en sus afanes, hasta llegar al callejón oscuro de la maniobra más oscura.
Cuando se decide que la Sala de lo Constitucional requerirá de la unanimidad de sus miembros para resolver inconstitucionalidades, estamos frente a la peor maniobra jamás imaginada, carente de elegancia e imaginación, sin el floreo que las legislaciones ardientes requieren. La pobreza del decreto 743 atestigua una raquítica imaginación de sus autores y, pese a todo esto, este decreto abre un episodio aún más tenso que el comentado. El mismo dos de junio en que sale de la Asamblea Legislativa el decreto 743, sale de Casa Presidencial la sanción para este decreto y el “publíquese en el diario oficial”.

Tratándose de un decreto bastante grotesco que aísla aun mas a los partidos políticos, y atendiendo a la racionalidad del discurso presidencial en ocasión de sus dos años de gobierno, la apresurada sanción presidencial ha sido entendida, sentida y saboreada, como una especie de ofensa intelectual y golpe a la dignidad de la mayoría de salvadoreñas y salvadoreños, y no se encuentran razones inmediatas para lo que se considera un viraje brusco hacia el bando de los partidos políticos y en contra de los 4 magistrados de la Sala de lo Constitucional, que expresan la renovación del pensamiento jurídico y político de la CSJ.
La decisión de Mauricio Funes se inscribe en un arcoíris de razones que van desde resoluciones pendientes, referidas al TLC, a la dolarización, a partidas secretas, a residuos electorales, u otras que no conocemos. También puede deberse al hecho de que será la CSJ la que decidirá sobre la extradición de los militares salvadoreños enjuiciados por tribunales españoles, en torno al asesinato de los jesuitas y sus empleadas en 1989.

Sea cual sea la causa o el origen, resulta notable la existencia de una coordinación entre los partidos políticos y el Presidente de la República, por lo que también se estaría asegurando decisiones futuras en la asamblea. En la misma línea de reflexión, es destacado el hecho de la premura de la sanción presidencial e incluso el aseguramiento del espacio en el diario oficial antes de que el decreto se aprobara en la asamblea legislativa.

Estamos ante una acción coordinada de Casa Presidencial y los partidos políticos contra los 4 magistrados de la Sala, en una acción que busca, a toda costa, impedir toda futura resolución pendiente e incluso paralizar a la misma Sala, silenciarla, amarrarla, maniatarla y anularla hasta donde sea posible. Resulta que el enemigo a derrotar, tanto del Presidente como de los partidos, son 4 magistrados que han decidido liberar a la CSJ del control partidario.
El estupor del país fue la reacción inicial y aquí se consideró que Mauricio se había equivocado, que sus asesores no lo aconsejaron bien; luego apareció la indignación. Cuando la gente cayó en cuenta que no se trata de ningún error sino de una posición política del Presidente, que lo perfila y ubica en el bando correcto, el que le pertenece realmente, y en donde no están los intereses de la gente que votó por él. De ahí que esta coyuntura se convierta en una inolvidable lección para el pueblo entero que aprende a distinguir entre las palabras de un discurso y los hechos reales de una conducta política real.

Mauricio Funes involuntariamente está contribuyendo al esclarecimiento de la cabeza política de un pueblo de mucha inteligencia como el salvadoreño, que en medio del sabor amargo que representa una verdad inesperada puede comprender que nunca deberá esperar cambios favorables de un gobierno de derechas, como el actual, o de un presidente de derechas, también como el actual. Saber y entender esto resulta clave para liberarse de la tremenda loza ideológica que significa el considerar de izquierdas al actual gobierno, o de esperar que este gobierno realice los cambios favorables para la gente.

Hoy más que nunca resulta claro que ningún gobierno gobierna para todos, y su naturaleza política dependerá del sector para el que gobierna y descubrir que un gobierno no gobierno para el pueblo, el de carne y hueso, el real, el de sudor y llanto, impide considerarlo popular.

PRONUNCIAMIENTO ANTE LA APROBACION DEL DECRETO 743

ASOCIACION DE PROFESIONALES Y TECNICOS DE LA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR, APTUES
PRONUNCIAMIENTO ANTE LA APROBACION DEL DECRETO 743

La Asociación de Profesionales y Técnicos de la Universidad de El Salvador, comprometidos siempre con la defensa de los intereses populares y de la Comunidad Universitaria, y ante la aprobación por el presidente Mauricio Funes del Decreto 734, que impone el consenso a la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, CONSIDERA LO SIGUIENTE:

1. El decreto 743 constituye un golpe de estado jurídico, ya que vulnera el estado de Derecho y es una peligrosa afrenta al proceso democrático iniciado a partir de los Acuerdos de paz de 1992, luego de una guerra que costó un inmenso sacrificio de nuestro pueblo.
2. El decreto 734 tiene como objetivo detener el proceso de rescate de la institucionalidad iniciado por 4 magistrados a los que se pretende silenciar y evitar así que se resuelva sobre casos emblemáticos como el de la Dolarización, TLC, Tarifas telefónicas, Ley de Amnistía, Elección de diputados por cocientes y residuos, etc.
3. El decreto 734 es un adefesio jurídico ya que no pueden existir leyes transitorias o con dedicatoria a determinado sector. Las leyes son permanentes y generales. También su mismo proceso de formación esta viciado.
4. La imposición del consenso rompe con la tradición universal d e los organismos colegiados que funcionan mediante la mayoría. Consideramos doctrinariamente que la esencia de la democracia es precisamente el disenso y no el consenso.
5. Nos solidarizamos con la actitud responsable, patriota y valiente de los cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional de la CSJ, que la derecha mediante este decreto pretende silenciar.
6. Lamentamos que el presidente Funes que llegó a ese puesto con el voto nuestro hacia el FMLN, hoy se alinea claramente con los partidos de la derecha ARENA, GANA, PCN y PDC; para este zarpazo contra la institucionalidad democrática del país.
Por estas razones, EXHORTAMOS:
1. Al pueblo salvadoreño y Comunidad Universitaria a expresar su solidaridad con los 4 magistrados de la sala de los Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, así como a repudiar este nefasto decreto 734.
2. Al presidente Funes y Asamblea Legislativa a respetar el sistema legal imperante en el país que contempla como uno de sus principios básicos la independencia de poderes.
3. Al Rector y Autoridades Universitarias a pronunciarse sobre esta grave violación al orden institucional de nuestra patria.

Ciudad Universitaria, 6 de junio de 2011

Derecha salvadoreña con apoyo de presidente Funes realiza peligrosa maniobra

El panorama político salvadoreño ha sido estremecido por la aprobación el pasado jueves 2 de junio por los partidos de derecha (ARENA, GANA, PCN y PDC) en la Asamblea legislativa, de un decreto que posteriormente fue sancionado el mismo día por el presidente Funes, que establece el consenso, como la forma de tomar decisiones en la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.

La elección de una nueva Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia es uno de los principales logros alcanzados a partir del proceso abierto con la derrota de la derecha el 15 de marzo de 2009 y la llegada al gobierno de Funes y del FMLN. Y las sentencias de esta sala siempre han sido por mayoría de votos. Y las ultimas sentencias han golpeado fuertemente el sistema de impunidad construido por la derecha, incluso han decretado la cancelación de dos de los partidos (PCN y PDC) que hoy aparecen disfrutando “la miel de la venganza.”

El establecer el consenso obedece a que uno de sus cinco miembros es una persona identificada históricamente con la derecha y por supuesto se encargará de garantizar que el consenso no sea alcanzado y bloqueara así las decisiones sobre temas neurálgicos aun pendientes como la dolarización, el TLC, etc. Lo que se pretende es evitar que se siga emitiendo sentencias.

Que fue lo que obligó al presidente Funes a sancionar este cuestionado decreto es todavía un misterio. Lo que si esta claro es que por esta acción el presidente Funes va a sufrir un fuerte desgaste político, en la medida que la ciudadanía indignada le pase la factura. Y todo parece indicar que esta vez habrá factura. El presidente ha perdido legitimidad y le será difícil recuperarla.

Esta decisión política más no jurídica del presidente Funes, es la señal más significativa de su acercamiento a sectores de derecha. Constituye a la vez una peligrosa maniobra que vulnera la estabilidad institucional del país así como marca un retroceso del proceso iniciado de rescate de la institucionalidad jurídica.

Una maniobra de este tipo es natural en partidos como el PCN y el PDC, es incluso su especialidad, y podía también esperarse del principal partido de oposición, de ARENA y hasta de su retoño, el partido GANA. Lo que sorprende a propios y extraños es que el presidente Funes participe y activamente en este vulgar contubernio. Tienen que ser poderosos intereses los que garantizaron su prisa por firmar.

Es interesante que incluso sectores de la oligarquía (ANEP, FUSADES) y de la derecha mediática marquen su distancia de este enredo. Estamos quizás presenciando, al inicio del tercer año de gobierno, el surgimiento de una nueva correlación de fuerzas, en la que el presidente Funes decide gobernar desde la derecha y con la derecha.

Ya la destitución de la ministra y vice-ministro de Trabajo y la casi destitución del ministro de Obras Publicas presagiaba este desenlace. Y suerte que el presidente Funes habló de dialogo el pasado 1 de junio. Este nuevo alineamiento político representa una amenaza para la voluntad de cambio de los sectores populares, que depositaron sus esperanzas en este gobierno.

Para el partido de gobierno, FMLN, que fue el partido que llevó al periodista Mauricio Funes a la presidencia, es una situación complicada. Por una parte, su presencia con ministros esta plenamente justificada y son espacios ganados legítimamente, pero por la otra, su presencia en un gobierno que cada vez más se oriente hacia la derecha le traerá costos políticos, para las futuras elecciones de marzo de 2012. Es por esto que su posición ante esta situación que todavía no conocemos, seguramente será mesurada.

No obstante esto, dos de sus más destacados dirigentes, el presidente de la Asamblea Legislativa, Sigfrido Reyes, y el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Eugenio Chicas, han expresado categóricamente su rechazo a esta maniobra de la derecha. Asimismo lo ha hecho el vocero oficial, Roberto Lorenzana. Hay que esperar la posición oficial del FMLN. Vivimos un momento de definiciones.

Y vivimos un momento de lucha. Es previsible una respuesta popular que adoptara los cauces de la institucionalidad ganada. Es urgente la convocatoria a una asamblea ciudadana que asuma la tarea de evitar que sea bloqueado el esfuerzo que desde la Sala de lo Constitucional de la CSJ se ha venido realizando para rescatar la institucionalidad democrática. Hay que salir a las calles. El movimiento popular y social debe cobrar esta factura.

Hay que evitar que la derecha con el apoyo del presidente Funes logren detener la lucha popular por los cambios y el trabajo esmerado de los 4 magistrados de la CSJ que en pocos meses se han proyectado como los verdaderos continuadores de ese Monseñor Romero, con cuyo nombre en varias ocasiones el presidente Funes pretende cobijarse. La lucha continua…

Roberto Pineda

San Salvador, 4 de junio de 2012

La Asamblea de la OEA en San Salvador y las luchas populares centroamericanas

El regreso de Manuel Zelaya el 28 de mayo a Honduras es el más importante avance realizado por los sectores populares centroamericanos desde junio de 2009, cuando la derecha hondureña nos sorprendió con un golpe de estado. La voluntad heroica del pueblo hondureño así como la firme determinación antigolpista de la mayoría de gobiernos de Nuestro Sur han permitido que se recupere la iniciativa por parte de la izquierda.

Mantener esa iniciativa va depender de la capacidad del FNRP de conservar sus niveles de unidad, alianzas, movilización y proyectarse como una poderosa fuerza política nacional. Es en Honduras donde se esta librando la batalla estratégica que definirá el rumbo del periodo. Pero la situación de la izquierda política y social en los demás países influirá en tal desenlace.

Así como influirá la estrategia de las derechas criollas y también de los Estados Unidos y sus aliados locales. Incluso de la Unión Europea. A continuación evaluaremos la próxima reunión de la OEA en San Salvador, las principales tendencias regionales, la situación en cada país, y las perspectivas populares.

La OEA llega a San Salvador.
El presidente Funes recibirá como regalo de cumpleaños, por el segundo aniversario de su gobierno, la realización de la XLVI Asamblea de la OEA. Así como la visita de Obama, esta reunión viene a fortalecer la imagen internacional de su administración.

La disputa en Centro América entre el proyecto histórico popular, liberador, de izquierda y el proyecto histórico, opresor, oligárquico y/o imperialista, de derecha, tendrá su expresión en este encuentro continental.

La misma OEA es un organismo político en disputa ya que en su interior coexisten diferentes visiones, y en los últimos años ha dejado de ser la orquesta sinfónica de Washington para convertirse en caja de resonancia de los avances de las fuerzas progresistas en Nuestra América. Estas diferencias permitieron expulsar a Honduras en el 2009 y readmitirla hoy en el 2011. Y estos gobiernos progresistas deben exigirle hoy al régimen de Lobo que se comprometa al respeto a los derechos humanos de los integrantes del FNRP.

El escenario político centroamericano
Los Estados Unidos van a tratar en la medida de lo posible, de conducir su estrategia regional de recuperación de su hegemonía, por los carriles de la diplomacia y la cooperación, mientras aseguran –por las dudas- la infraestructura militar que les permita actual, en caso que la situación se les salga de las manos. Y la OEA es el instrumento privilegiado para cumplir esta tarea, en esta era Obama.

Y la alternativa frente a la estrategia imperial se construye desde la Alianza Bolivariana de los Pueblos de América latina y el Caribe, ALBA; que constituye el instrumento mediante el cual los gobiernos progresistas y pueblos edifican mecanismos de cooperación y solidaridad pata terminar con la pobreza y la exclusión social.
Por otra parte, hace solo unos días se celebró en Managua otra reunión continental, esta vez del XVII Encuentro del Foro de Sao Paulo, que aglutina a las principales fuerzas de izquierda del continente, incluyendo al PCC, PSUV, FSLN, Frente Amplio, FMLN, Polo Democrático Alternativo, etc. En su declaración final se asegura que:

“Las victorias de la izquierda desde la elección del Comandante Hugo Chávez en 1998 hasta el triunfo del FMLN con Mauricio Funes en 2009 expresan nuestra fortaleza política, en parte como resultado del rechazo al neoliberalismo y a la política tradicional; pero sobre todo por la actividad política organizada de la izquierda que de este modo, ha alcanzado no solamente gobiernos nacionales, sino gobiernos locales, gobernaciones territoriales y espacios en los poderes legislativos. Desde estas nuevas posiciones de poder político nos hemos planteado como objetivo el desmontaje del modelo neoliberal y la construcción de una alternativa que responda a las demandas inmediatas e históricas de nuestros pueblos.”

Las principales tendencias regionales

La tendencia principal es hacia el fortalecimiento de los procesos de cambio impulsados por la vía electoral y de crecimiento de los movimientos populares, que se manifiesta en los casos de Nicaragua y El Salvador como gobiernos nacionales; y en Guatemala y Honduras como crecientes movimientos populares. En Costa Rica avanzan procesos de unidad de los sectores de izquierda.

Existe por otra parte, una peligrosa tendencia hacia el crecimiento de la presencia militar estadounidense que se refleja en el despliegue de la IV Flota, en la construcción de 7 Bases Militares en territorio colombiano, presencia militar en Costa Rica, bases militares en Honduras y El Salvador. Y frecuentes ejercicios militares de EEUU con los ejércitos locales.

Asimismo observamos el desarrollo de la presencia del crimen organizado transnacional (Los Zetas, Cartel de Sinaloa), que en algunos países (Guatemala, Honduras, El Salvador) adquiere ya rasgos preocupantes, ya que al vincularse al narcotráfico y las pandillas juveniles asume proporciones de amenaza regional.

Y por otro lado, los sectores de derecha se reacomodan y unifican recursos y estrategias para sortear esta compleja coyuntura, ya vivida en el pasado, de una administración imperial que les exige admitir cambios para sobrevivir y adecuarse a las realidades de un mundo dividido en bloques. Como izquierda debemos de aprovechar estas contradicciones, que aunque débiles y no antagónicas, colaboran al proceso de cambios.
Situación por país
Nicaragua es el único país que abiertamente se alinea con el ALBA. Y paga el precio de este alineamiento con la abierta hostilidad de Washington. Las elecciones del próximo definirán el afianzamiento del proceso o su reversión. La fortaleza del FSLN y de su líder histórico Daniel Ortega enfrenta a la oposición de derecha, con respaldo de EEUU. La pelea será el próximo noviembre y es decisiva en términos de la correlación de fuerzas regional.

El Salvador vive un proceso sui generis en el cual un gobierno de centro izquierda define como su proyecto estratégico el de avanzar, mediante el apoyo de Estados Unidos a través de la Asociación para el Crecimiento (anteriormente Alianza para el Progreso) y el Fondo del Milenio. Las elecciones legislativas de marzo de 2012 definirán el afianzamiento o estancamiento de este proyecto de modernización, en el que participa el poderoso FMLN.

En las Salvador las tareas democráticas y antiimperialistas son el requisito básico para el desmontaje del modelo neoliberal y comprenden entre otras las de reinstalar el colón sobre el dólar como moneda nacional; revisar el Tratado de Libre Comercio con EEUU; revisar las privatizaciones; cancelar la ILEA y la Base Militar de Comalapa por ser violatorias a nuestra soberanía; derogar la Ley de Amnistía; suscribirse al ALBA; y proclamar una Asamblea Constituyente que redacte y aprueba una nueva Constitución.

En Honduras el movimiento popular aglutinado en el FNPR, y conducido por el expresidente Manuel Zelaya, tiene el desafío de crecer en convocatoria popular y nacional, en un ambiente de represión selectiva, para poder así establecerse como una sólida fuerza política nacional, que acabe con el bipartidismo, castigue judicialmente a los golpistas y abra las puertas a una Asamblea Constituyente. Solo de esta manera el Acuerdo de Cartagena habrá valido la pena.

Las próximas elecciones son en el 2013 y hacia allá apunta la hoja de ruta popular. Es evidente que la derecha tratará por medio de la represión de evitar este desenlace. Pero la experiencia enseña que si existe una conducción adecuada, a mayor represión, mayor lucha.

En Guatemala, la proclamación de Rigoberta Menchu como candidata presidencial de la izquierda unida es una oportunidad para avanzar. Las elecciones presidenciales son en septiembre. Es el siguiente combate, luego de la llegada de Zelaya a Honduras. Luego sigue Nicaragua. La constitución del Frente Amplio de Izquierda (URNG, ANN, MNR y Winaq) es un solido logro histórico que le permitirá a la izquierda avanzar.

En Costa Rica, la presidente Laura Chinchilla, del PLN y electa en febrero de 2010, enfrenta las protestas de los trabajadores estatales aglutinados en la ANEP, que rechazan cargar con el peso de la crisis. El gobierno tico permitió la presencia de 76 buques de guerra estadounidenses bajo la excusa de combatir el narcotráfico. De esta manera Costa Rica se ha convertido en un país ocupado, donde las tareas de enfrentar al imperio adquieren suma relevancia. El Frente Amplio, fundado en el 2004, avanza como espacio unitario de izquierda, con vistas a las presidenciales del 2014.

Perspectivas populares

La lucha electoral parece ser en la región para el futuro próximo la forma principal de lucha. Los procesos sociales de mayor profundidad como son los de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua transcurren por esta vía. No obstante esto, la correlación de fuerzas a nivel internacional entre los pueblos y los imperios, podría alterar esta situación. Un desenlace victorioso para la OTAN en Libia podría desatar el apetito de la bestia imperial y hacerla que vuelva sus ojos hacia Cuba y Venezuela. En términos electorales la agenda es la siguiente: Guatemala y Nicaragua este año, El Salvador en el 2012, Honduras en el 2013 y Costa Rica y de nuevo El Salvador en el 2014.

Por otra parte, existe la necesidad objetiva de combinar la lucha electoral con la lucha popular antiimperialista y antioligárquica como caminos inevitables para superar la situación de dependencia de nuestros países. Es una ingenuidad fatal pensar que se puede avanzar exclusivamente por medio de elecciones o lo que es peor, de la mano del imperio hacia la independencia.

La solidaridad con Cuba y con Venezuela se convierte en tarea estratégica para los revolucionarios latinoamericanos ya que son los procesos sociales que por su profundidad y alcance desafían el orden mundial establecido y nos señalan que otro mundo socialista es posible y necesario.

Roberto Pineda
San Salvador, junio de 2011