Carta a los militantes del FMLN
Dagoberto Gutiérrez- lunes 9 de febrero de 2009.
La historia no transcurre como las aguas de un río, que va atravesando, en su camino al mar, diferentes territorios que serían como diferentes etapas de la historia, en realidad ésta, la historia, se mueve impulsada por los móviles de los seres humanos en conflicto por sus intereses enfrentados, por eso es correcto afirmar que el ser humano hace la historia pero no las circunstancias dentro de las cuales tiene que hacerla.
Vivimos una coyuntura histórica y estamos dejando de ser actores y objeto para actuar como sujetos, esto requiere una sensibilidad suficiente para capturar en la sociedad las fuerzas políticas que se mueven y chocan, más allá de los partidos políticos, que son actores, y de las instituciones, que son aparatos de estado.
Es cierto que la pérdida de San Salvador produjo algo más, mucho más, que un traspié electoral, no es menos que una ventaja estratégica para las derechas, sin embargo, nosotros necesitamos situarnos en el proceso político y no solo en la campaña electoral, esto quiere decir que perder una pelea, no significa ser derrotado en el proceso, siempre y cuando captures, con la mayor crudeza posible, las debilidades del adversario y del enemigo, al mismo tiempo he de descubrir, debajo de la piedra negra del triunfalismo, el diamante rojo del ánimo de victoria.
La votación la gana el que entienda el tejido fino de la subjetividad y el que construya, en ese castillo encantado, la expectativa necesaria para persuadir al votante. Por supuesto que antes de esto debo convencerlo y esto es intelectual y está antes de la conducta buscada que se expresa en la persuasión.
Se necesita, en consecuencia que el pueblo sepa, en pocas palabras, inteligentes y sencillas, claras y rotundas lo que vas hacer al llegar al gobierno, no se trata de presentar programas, sino de comprometerse a acciones, estas han de ser las que los más pobres necesitan para sobrevivir algunos, para vivir mejor, otros y, para progresar algotros. Al mismo tiempo se necesita instalarse en el corazón y el cerebro de los más pobres para ganar su confianza de tal manera que sepa que sos diferente y que de ganar las votaciones no solo serás más fuerte sino serás mejor que la derecha.
Conviene dejar de pelear, de manera preponderante, en los terrenos en que la derecha es más fuerte, es decir en la televisión o en la prensa y patear los terrenos sociales en que se cuenta con ventajas y fortalezas, resultan ser abundantes las experiencias históricas de campañas política populares y aquí hay que apuntar que se trata fundamentalmente de campañas políticas y no de campañas electorales, la frontera entre ambas es como una línea de luz que te puede cegar; pero se trata de convertir lo electoral en el ámbito para discutir los problemas reales que afectan a los seres humanos en un momento y en un lugar determinado, es decir, que lo central en la campaña política se llama CRISIS y te darás cuenta que este es el tema que no aparece en ningún lado aunque es el que está sembrado, como cuchillo envenenado, en el corazón de la gente. Hemos de poner a la crisis en el centro y alma de la campaña política.
Resulta fundamental el crecimiento y desarrollo de los Amigos de Mauricio, esto debió realizarse desde un principio, pero no hay tiempo que perder, se trata del ensanchamiento clasista de la fuerza opositora y de una manera multicolor con pluralismo ideológico y concertación política coyuntural, se necesita extender y ampliar el acuerdo político a otros objetivos post 15 de marzo, en ningún caso se pueden confundir las líneas de estos esfuerzos; pero pueden y deben nutrirse y fortalecerse con el jugo espeso de la conflictividad social del país.
Sabemos, que los desenlaces electorales son volátiles y por eso, no podemos dilapidar ningún minuto porque hasta en el último puede producirse virajes, bandazos y hasta descarrilamientos inesperados, todo depende de las percepciones que se construyan o destruyan en la subjetividad de los seres humanos.
En ningún caso conviene olvidar que se trata de convencer y de persuadir, el primero busca presentar la realidad de la manera más sencilla, directa y completa, es un trabajo intelectual y el segundo, la persuasión, busca impulsar un comportamiento político determinado, es decir el voto.
A todo esto se le llama confianza y de esto se trata, de ganar la confianza del pobre en la fuerza del mismo pobre para liberarlo de la opresión y explotación del poderoso. Esto es la almendra de tu trabajo, por esto vos haces un gigantesco acto de amor.