Carta de un cubano a Berta Deras

Estimada señora Berta Deras.

Aunque físicamente no me encuentro en el acto de homenaje a su esposo Rafael Aguiñada, digno revolucionario asesinado por la tiranía de entonces, mi corazón y mis sentimientos, como la de todo el pueblo de Cuba, está ahí, junto a usted, su familia, y todo el pueblo salvadoreño, que tanto ha sufrido a causa de la existencia de gobiernos inescrupulosos, aberrantes e indignos de representarlos a ustedes.

Rafael fue asesinado precisamente por eso, por ser una persona digna y querer defender la dignidad de su pueblo, y esas cosas no la admiten las ratas que están en el poder, que desangran a la mayoría para mantener a los ricos derrochando cada vez más los recursos que la madre naturaleza, con el trabajo de los hombres y mujeres de esta tierra, pone a disposición de todos. O como justamente dirían los religiosos, frutos que Dios dispone para todos, los consumen los poderosos a costa de la miseria de la inmensa mayoría, que es en definitiva la que produce, y por designio del diablo, que es el que respalda a esos asesinos en el poder, la sociedad vive inmersa en el terror, pagando con la vida cuando reclama justicia.

Pero por suerte para la humanidad, Rafael vive multiplicado en hombres y mujeres que siguen su ejemplo, como en mi linda y hermosa Patria vive Martí, que en el año de su centenario un grupo de jóvenes, comandados por Fidel, decidió que no podía morir, y reanudaron la guerra de independencia total, que terminó con la derrota de una tiranía tan sangrienta como la que asesinó a su esposo, y hoy estamos aquí, recordando a nuestros muertos, pero orgullosos de que su muerte no fue en vano, porque vivimos con problemas a causa de un bloqueo indiscriminado, pero sin el temor de morir de hambre, o por una enfermedad curable, o asesinado por un agente del gobierno defendiendo los intereses de un rico.

Recordando a nuestros muertos, y sabiendo que en el mundo impera la injusticia, y para pagar la deuda que tenemos con la humanidad, porque aquí derramaron su sangre generosa muchos hijos de otros pueblos en defensa de nuestra causa, hoy miles de cubanos llevan la luz de la enseñanza, la medicina preventiva, la alegría y la solidaridad, a los rincones oscuros del mundo, a esos rincones que el imperialismo quiere llevar la muerte porque para ellos querer aprender a leer y a escribir, el querer tener derecho a la salud, el querer decidir su destino sin la interferencia del Imperio, es terrorista.

Para ese imperio no es terrorista quien realiza atentados y asesina a hijos de este pueblo o quienes nos apoyan, como es el caso de Luis Posadas Carriles, que derribó un avión cubano donde murieron 73 personas, entre ellos jóvenes deportistas que regresaban a nuestro país con las medallas de campeones, y hoy está protegido en Estados Unidos. Ellos más bien condenan severamente a quienes vigilan los pasos de esos asesinos para evitar que cometan más crímenes, como es el caso de nuestros cinco hermanos presos en cárceles de los Estados Unidos, que aún cuando tres jueces con dignidad consideran el proceso injusto, permanecen encarcelados por más de 8 años, algunos sin poder ver a sus esposas, y una niña a la que no se les ha permitido aún darle un abrazo a su papá.

Viva por siempre Aguiñada y los que como él, han caído en defensa de la dignidad de los pueblos.

Vivan por siempre los que hoy recogieron su bandera de lucha y siguen enfrentando con valentía la injusticia.

Como afirmó nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, “un mundo mejor es posible”, y seso lo decide el pueblo.

Luis Matos

Cubano que goza de los privilegios que sólo un sistema como el nuestro puede asegurar.

22 de septiembre del 2006.

Wangari Muta Maathai

Wangari Muta Maathai
ENcontrARTE

Wangari Maathai es un símbolo. En el país de donde proviene, Kenya, en el corazón del Africa negra, estudiar es difícil; y para una mujer lo es mucho más. Tener una voz crítica que sea escuchada, que sea reconocida a nivel global, es difícil en un mundo regido por enormes intereses, donde mandan el gran capital y los hacedores de la guerra, siempre blancos, varones, del Norte próspero. Y más aún: ser escuchada siendo mujer, negra, y viniendo del Africa, tiene el valor casi de proeza. Pero su caso reúne todo ello: es una importante intelectual y activista por los derechos humanos, luchadora social incansable, siendo mujer, negra y africana, lo cual le valió recientemente el haber sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz. ENcontrARTE presenta hoy una semblanza de su vida y su obra como un humilde aporte a la causa universal de la justicia

”Si somos incapaces de preservar la especie humana, ¿qué objeto tiene salvaguardar las especies vegetales?”

Wangari Maathai

En Kenya, al igual que en cualquier lugar del Africa, donde las mujeres quedan relegadas a un papel secundario en el plano político y social, la trayectoria de Wangari Muta Maathai constituye una excepción.

En un país que durante decenios estuvo sometido a un régimen de partido único, a menudo fue duramente golpeada por la policía por participar en manifestaciones que exigían la protección de los bosques de su tierra natal.

“Los gobiernos piensan que amenazándome y agrediéndome van a hacerme callar; pero tengo piel de elefante. Y alguien tiene que hacer oír su voz” dice Wangari Maathai.

En un mundo donde la mayoría de la gente se encuentra aparentemente más preocupada por posesiones materiales y sus propias vidas, que en la condición humana y las dificultades que otros tienen que afrontar, Wangari Muta Maathai utiliza sus manos y su corazón para sembrar y enverdecer la comunidad africana. Ella ha pasado la mayor parte de su vida sembrando árboles y promoviendo movimientos designados a hacer a la gente consciente de lo importante que es cuidar el planeta, empezado simplemente con ser mentalmente más “pro-bosques” dentro de nuestras propias comunidades.

Esta kenyata, de 66 años de edad, madre de tres niños, tiene espíritu de precursora. No sólo es la primer mujer africana en ganar el Premio Nobel de la Paz (la sudafricana Nadine Gordimer ganó el de Literatura en 1991), sino que también fue la primer mujer en Africa Central y Oriental en obtener un doctorado; también fue la primer Decana de la Universidad de Nairobi, Kenya.

Wangari Maathai nació en la ciudad de Nyeri, Kenya, cerca de Nairobi, en 1940, y tuvo la suficiente “suerte” de asistir a la escuela, algo que era, y aún es, imposible para una mujer africana. Y su educación superior es una verdadera rareza entre las mujeres de áreas rurales de Kenya.

Obtuvo su licenciatura en Biología en Mount St. Scholastica College en Atchison, Kansas, Estados Unidos, en 1964. Luego obtuvo un Master en Ciencias por la Universidad de Pittsburg, en 1966. Continuó sus estudios de doctorado en Alemania y en la Universidad de Nairobi, donde obtuvo, en 1971, un Ph.D. Fue la primera mujer de Africa central y oriental que obtuvo el doctorado.

Luego de terminar sus estudios enseñó anatomía veterinaria en la Universidad de Nairobi, a pesar del escepticismo y la oposición de los estudiantes varones. Realizó su carrera profesional en dicha Universidad, en donde ocupó casi todos los cargos docentes, siendo también la primera mujer que ejerció la jefatura de un departamento hasta llegar a ser la decana.

Se casó en 1970 con un miembro de la legislatura local. El matrimonio duró 10 años, pues a comienzo de los 80 su marido le entabló una demanda de divorcio por ser “demasiado educada, tener demasiado carácter, ser demasiado exitosa y demasiada obstinada para ser controlada”, según recoge la Enciclopedia de Biografías de Gale.

Wangari Maathai militó en el Concejo Nacional de Mujeres de Kenya (National Council of Women of Kenya) entre 1976 y 1987, donde desempeñó la presidencia desde 1981 a 1987. Fue justamente cuando estaba en el Consejo Nacional de Mujeres de Kenya que introdujo la idea de plantar árboles para conservar el medio ambiente y mejorar su calidad de vida, lanzando el proyecto “Harambee para salvar la tierra” (‘harambee’ significa en ‘swahili’ “actuar unidos”).

“Las mujeres rurales que conocí por medio del Consejo Nacional de las Mujeres de Kenia, del cual yo era miembro, me hablaban de sus necesidades”, comentó Wangari Maathai en un discurso a su público, “Ellas decían que no tenían suficiente madera para energía o buenas fuentes de agua limpia potable o lo suficiente para comer, especialmente comidas nutritivas”.

Wangari Maathai observó que la amenaza común de todos estos problemas era el deterioro del medio ambiente que los rodeaba. Ella tomó la determinación de hacer algo sobre la situación y finalmente, en 1977, funda el proyecto que recibió el nombre de “Movimiento del Cinturón Verde” (Green Belt Movement).

Un mural de “Art Miles” (Millas de arte) dedicado a Wangari Maathai
El movimiento “Cinturón verde” fue desarrollando hasta emerger en forma de una organización de base cuya dedicación principal es la de plantar árboles con grupos de mujeres, promoviendo así paralelamente el respeto al medio ambiente, así como fomentar y salvaguardar la biodiversidad, proteger el suelo, crear puestos de trabajo especialmente en zonas rurales, dar una imagen positiva de las mujeres ante la comunidad y afianzar las cualidades de éstas como dirigentes y la mejora de la calidad de vida de las participantes. De hecho, a través del movimiento “Cinturón Verde”, ha trabajado con mujeres plantando más de 20 millones de árboles en un intento por evitar la deforestación y consiguiente desertificación.

Su objetivo esencial era lograr que la población comprendiera la necesidad de proteger el medio ambiente, plantando árboles y aplicando políticas a largo plazo. Cerca de 80% de los 20 millones de árboles plantados aún está en pie. En la actualidad, el movimiento Cinturón Verde tiene más de 3.000 viveros, con lo que da trabajo a unas 80.000 personas, en su mayoría mujeres campesinas.

En 1989 las Naciones Unidas informan que en Africa de cada 100 árboles que se talan, solo se reponen 9, causando graves daños al ambiente que repercuten, naturalmente, en la calidad de vida de la gente.

El programa es llevado adelante mayoritariamente por mujeres, quienes al recibir una paga por el trabajo de plantar los árboles, tienen mejores posibilidades de atender a sus hijos y cuidan el futuro del medio ambiente.

Lo que empezó con un simple deseo de mejorar el estado del mundo alrededor de ella, ha crecido hasta convertirse en un movimiento internacional que ha mejorado las condiciones de mucha gente que ella misma no sabía cómo lograr. Wangari Maathai espera que el Movimiento Cinturón Verde continúe teniendo éxito e inspire a la gente a regresarle a la tierra aquello que tanto les ha dado.

La visión y determinación de Wangari Maathai ha inspirado a un número incontable de gente alrededor del planeta. El movimiento Cinturón Verde ha producido otros movimientos dedicados a mantener el medio ambiente y a apoyar la educación de las mujeres y los niños.

En 1986 el Movimiento estableció una “Red Pan-africana Cinturón Verde” (Pan african Green Belt Network) con 40 individuos organizando seminarios y programas de formación destinados a otros países que replicaron el programa, como es el caso de Tanzania, Uganda, Malawi, Lesotho, Etiopia y Zimbabwe que adoptaron los métodos del movimiento Cinturón Verde. Wangari Maathai también espera compartir sus experiencias con organizaciones fuera de Africa.

Mientras Wangari Maathai ha hecho tanto por la gente de Africa, el éxito de sus sueños no se materializó fácilmente. Sus ideas han chocado con una gran crítica de parte de los antiguos legisladores de Africa.

En 1991 fue arrestada y puesta en prisión y liberada gracias a una campaña llevada a cabo por Amnistía Internacional. Lo cual podría hacer que mucha gente se diera por vencida, no siendo ese el caso de Wangari Maathai, quien se ha mantenido siempre imperturbable.

En 1988 obtuvo la atención mundial al oponerse al proyecto de viviendas de lujo respaldado por el presidente de Kenya que limpió cientos de acres de bosques. Hecho que desencadenó una revuelta popular que fue duramente reprimida por el gobierno y que originó la repulsa internacional.

En 1997, Wangari Maathai fue candidata a la Presidencia de Kenya, pero su partido retiró su candidatura días antes de las elecciones.

En 1999 fue atacada cuando plantaba árboles en el bosque público Karura de Nairobi, como protesta contra la continua deforestación, lo que casi le costó la vida.

“La gente me pregunta con frecuencia porqué no tenía miedo. La mejor manera que tengo para explicarlo es decir que yo no proyecto el miedo. Si tú te mantienes concentrada en lo que quieres obtener, entonces, en efecto, irás exactamente al lugar donde mucha gente no se atrevería a ir. No es que sea valiente o que no vea las consecuencias, sino que al no proyectarlo, yo no adopto el miedo que con tanta frecuencia nos frena al perseguir nuestras metas”, expresó Wangari Maathai.

Como co-presidenta de la campaña “Coalición del año 2000” (Jubilee 2000 Africa Campaign), Wangari Maathai amplió sus desafíos, jugando un papel protagónico en la demanda de la condonación de la deuda de los mal llamados “países de tercer mundo”.

Wangari Maathai ha intervenido en numerosas ocasiones ante la Asamblea General de Naciones Unidas, y en concreto en nombre de la mujer, en sesiones especiales organizadas con motivo de la revisión de la Cumbre de la Tierra.

Además de Naciones Unidas, Wangari Maathai ha colaborado con organizaciones como el “Instituto Jane Goodal”, la “Organización por el Desarrollo Medioambiental y de la Mujer” (WEDO, por sus siglas en inglés), “Cruz Roja Internacional”, “the WorldWIDE Network of Women in Environmental Work” y el “Consejo Nacional de la Mujer de Kenya”.

Fue elegida al parlamento kenyano en el año 2002 con una abrumadora mayoría del 98% del voto y se desempeño como Directora de la Cruz Roja de Kenia.

Desde enero de 2002 Wangari Mathai es “Visiting Fellow” en el Instituto Global de Bosques Sustentables de la Universidad de Yale. Y en diciembre del mismo año fue designada Vice Ministra de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Vida Salvaje.

Su compromiso se ha visto recompensado con un sinfín de galardones entre los que destacan:

“Mujer del Año” (1983)

Premio a Una Sociedad Mundial Mejor (1986)

“Mujeres del Mundo” de Women Aid (1989)

“Fundación Ecologista Goldman” (1991)

“Africa” de Naciones Unidas al liderazgo (1991

Premio de Excelencia de la Comunidad keniata en el Extranjero (2001)

Premio a una Visión y Compromiso Sobresalientes (2002)

“Petra Kelly” de medio ambiente (2004)

“Sofía” (2004) y el prestigioso Right Livelihood Award, considerado como un Premio Nobel Alternativo, como reconocimiento de su “contribución al bienestar del género humano”.

Además fue considerada por “Earth Time” como una de las 100 personas en todo el mundo cuyo trabajo fue capaz de producir una diferencia en el mundo en lo que concierne al medio ambiente.

Del reconocimiento de la organización creada por Wangari Maathai hacen gala igualmente las numerosas publicaciones que la han tomado como objeto de análisis; a saber: “The Green Belt Movement: Sharing the Approach” (por Wangari Maathai, 2002), “Speak Truth to Power” (Kerry Kennedy Cuomo, 2000), “Women Pioneers for the Environment” (Mary Joy Breton, 1998), “Hopes Edge: The Next Diet for a Small Planet” (Frances Moore Lappe and Anna Lappe, 2002), “Una Sola Terra: Donna I Medi Ambient Despres de Rio” (Brice Lalonde et al, 1998), “Land Ist Leben” (Bedrohte Volker, 1993).

El 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, le fue entregado el Premio Nobel de la Paz con una dotación es 1,3 millones de dólares; por su “contribución al desarrollo de la democracia y al sostenimiento de la paz”.

“La paz en la tierra depende de nuestra capacidad de asegurar la vida de nuestro medioambiente”, defendió también el comité Nobel al anunciar la decisión, añadiendo que Wangari Maathai “está al frente de la lucha para promover la viabilidad del desarrollo social, económico, cultural y ecológico en Kenya y en Africa. Ella piensa globalmente y actúa localmente”, dijo Ole Danbolt Mjøs, del Comité Nobel noruego.

“Me sorprendió ganarme el Premio Nobel de la Paz. Me di cuenta rápidamente que a pesar de que se me ha otorgado este gran honor, el honor no fue sólo para mi sino para las miles de mujeres que plantaron más de 20 millones de árboles en toda Kenya como parte del movimiento Cinturón Verde. Parte del dinero irá a programas ambientales. Tengo que hacer un presupuesto y pensar qué voy a hacer”, dijo Wangari Maathai a periodistas en Nyeri durante la ceremonia de entrega del premio Nobel de la Paz.

Durante el discurso de la aceptación del Premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai dijo, “Me gustaría hacer un llamado a la juventud para que se comprometa a actividades orientadas a contribuir sueños a largo plazo. Tú eres un regalo para tus comunidades y por lo tanto para el mundo. Tú eres la esperanza y nuestro futuro”. “Quiero que sepan que a pesar de los retos y represiones que enfrentan, existe esperanza. Tengo mucha esperanza en la juventud”.

La entrega del Nobel de la Paz a Wangari Maathai suscitó diversos comentarios laudatorios, entre los que merecen ser citados:

”En un mundo en que combatientes de la Guerra Fría como (el ex secretario de Estado estadounidense) Henry Kissinger pueden recibir el mismo premio, y gobernantes como (el primer ministro británico) y (el presidente estadounidense) George Bush pueden ser propuestos para ganarlo tras asesinar a decenas de miles de civiles (en Iraq) sobre bases fraudulentas, es bueno ver que se reconocen verdaderos actos de paz”, apuntó Greenpeace. ”Ella es nuestro tipo de ganadora del Premio de la Paz”, añadió.

”Por primera vez en la historia, el Comité Nobel ha reconocido la guerra contra el planeta tierra. Maathai ha usado el poder de la no violencia y la resistencia creativa para impedir crímenes contra el planeta”, sostuvo la organización no gubernamental ambientalista internacional Greenpeace, con sede en Amsterdam.

”Se le debía desde hace tiempo un reconocimiento a las mujeres africanas y a su contribución a la paz y el desarrollo. Wangari realmente representa el rostro de un liderazgo africano distinto del que desempeñan los jefes de estado, cancilleres y generales, todos varones, que solemos ver. Ella viene de los auténticos movimientos de base que han unido las causas del ambiente y los derechos humanos”, destacó Salih Booker, director ejecutivo de Acción Africa, unión de varias organizaciones que condujeron en los años 1970 y 1980 el movimiento estadounidense contra el régimen racista sudafricano del apartheid.

Es importante destacar que en sus primeras declaraciones a la prensa tras haber sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai apuntó directo al corazón, afirmando que “el VIH/SIDA es producto de un experimento biológico. Fue creado por un científico para la guerra biológica. ¿Por qué ha habido tantos secretos en torno al VIH/SIDA? Esto hace que me plantee interrogantes”.

”Se habla de una maldición de Dios. Pero yo digo que no es posible, la verdad es que el VIH/SIDA fue creado en un laboratorio como un arma biológica. Algunos dicen que el SIDA vino de los monos; ¡estupideces!, nosotros, los africanos, hemos vivido con ellos desde tiempos inmemoriales sin consecuencias, mientras ahora estamos siendo exterminados más que ningún otro pueblo en el planeta por esta epidemia.”

Wangari Maathai ya había hecho pública su postura sobre el origen del VIH/SIDA unos meses antes de ser galardonada con el Premio Nobel de la Paz, lo que suscitó polémica en Estados Unidos y reticencias al conocerse que la ambientalista keniata había ganado el Nobel.

Algunas de sus ideas…

”Si uno desea salvar el entorno, primero hay que proteger al pueblo”

”El ambiente es muy importante para la paz, porque cuando destruimos nuestros recursos, se vuelven escasos y luchamos por ellos”

“Hubo parlamentarios que me reprocharon el hecho de estar divorciada. Creo que en el fondo esperaban que al poner en tela de juicio mi condición de mujer lograrían someterme. Después se dieron cuenta de su error.”

“Plantar un árbol encierra un mensaje muy claro: con ese simple acto usted puede mejorar su hábitat. La población cobra así conciencia de que puede influir en su entorno, y ello es un primer paso hacia una mayor participación en la vida de la sociedad.”

“La pobreza es causa y síntoma de degradación ambiental”.

A treinta años del asesinato del “Chele” Aguiñada

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A treinta años del asesinato del “Chele” Aguiñada – Thursday, September 29, 2005 hora 15:45

Raúl Leiva Jiménez

Este 26 de septiembre se cumplen 30 años del asesinato de Rafael Aguiñada Carranza, quien al momento de su muerte era Secretario General de la Federación Unitaria Sindical (FUSS), hecho ocurrido en el centro de San Salvador, a pocas cuadras del antiguo edificio de la Policía Nacional.
Aguiñada Carranza, quien a la vez era diputado a la Asamblea Legislativa por el partido Unión Democrática Nacionalista (UDN), se distinguió por sus ideas y práctica revolucionarias a favor de la unidad de la clase obrera y por la defensa de los intereses de los desposeídos en El Salvador.
En el año 1975 se vivía en nuestro país una escalada represiva de corte fascista, en contra de las organizaciones populares y sus dirigentes, a través de los llamados cuerpos de seguridad y los grupos paramilitares auspiciados por el régimen que se ocultaban en el anonimato y la impunidad.
En fechas recientes ya habían ocurrido asesinatos deleznables como el del sindicalista Alberto Morán Cornejo en Apopa y masacres como las del cantón La Cayetana en Tecoluca y San Agustín 3 Calles contra sectores campesinos, y la perpetrada contra indefensos estudiantes que se manifestaban pacíficamente por las calles de San Salvador, el 30 de julio de ese mismo año.
Los restos de Aguiñada fueron sepultados el 29 de septiembre de 1975 en el Cementerio Central y fueron acompañados por miles de trabajadores, estudiantes y representantes de sectores populares. La crónica del sepelio publicada en el semanario “Voz Popular”, narraba que ante sus restos hicieron uso de la palabra dirigentes sindicales y de organiza-ciones populares, así como de partidos políticos, entre ellos el Diputado Mario Zamora Rivas, quien el 4 de marzo de 1980 también sería masacrado por esbirros al servicio del régimen, siendo Procurador General de la República y alto dirigente del Partido Demócrata Cristiano.
El “Chele” Aguiñada como cariñosamente se le conocía, perteneció a una familia de revolucionarios que fue víctima como pocas, de la barbarie asesina y contra insurgente registrada en El Salvador en las pasadas décadas.
En febrero de 1968 fue asesinado por integrantes de la Guardia Nacional su hermano Oscar Gilberto Martínez Carranza junto a Saúl Santiago Contreras, obreros de la construcción, después de ser capturados por solidarizarse con la huelga reivindicativa que en ese entonces efectuaban maestros pertenecientes a ANDES 21 de Junio. El 11 de abril de 1981 fue asesinado su hijo Rafael Aguiñada Deras, “Lito” como le llamaban sus compañeros, cuando se disponían a capturarlo miembros de un Escuadrón de la Muerte en San Salvador. En diciembre de 1989 fue muerta en combate en la zona guerrillera de Guazapa su hija menor, Margarita. Años antes fue herido en combate, capturado vivo y desaparecido, su sobrino Alex.
En honor a este insigne luchador comunista, las Fuerzas Armadas de Liberación del Partido Comunista de El Salvador, bautizaron con su nombre, Rafael Aguiñada Carranza, al batallón creado por esa organización durante el recién pasado conflicto armado, el cual posteriormente fue disuelto para impulsar la lucha guerrillera en pequeñas unidades.
A 30 años el crimen sigue impune, como lo están los de miles de salvadoreños que lucharon por librar a este pueblo del yugo y la opresión. Honremos su memoria, su firmeza, entrega y valentía, redoblando esfuerzos y luchando por las causas por las que Rafael ofrendó su vida, que aún siguen vigentes.

Juventud FMLN de Ayutuxtepeque conmemora cumpleaños de Fidel Castro

AYUTUXTEPEQUE, 26 de agosto de 2006 (SIEP) “Estamos muy felices de celebrar el 80 aniversario del nacimiento del Comandante Fidel Castro Ruz, líder histórico de la Revolución Cubana…“dijo Sergio Peñate, dirigente de la Juventud del Frente Farabundo Martì para la Liberación Nacional.

“En la juventud de nuestro partido el ejemplo, las enseñanzas de Fidel Castro como conductor del proceso revolucionario cubano son una fuente inagotable de inspiración y guía, por su defensa inquebrantable de los derechos del pueblo cubano.”

Agregó que “presentamos esta película “la vida de Fidel Castro” para que nuestro pueblo y juventud en Ayutuxtepeque conozcan los desafíos que este insigne revolucionario ha enfrentado en su esfuerzos por construir el socialismo a 90 millas del imperialismo yanqui.”

La actividad se realizo frente a la Despensa de Don Juan y “contó con la asistencia de muchas personas que exigieron el fin del bloqueo contra Cuba y la liberación de los cinco héroes cubanos presos en las cárceles del imperio” concluyó el también joven concejal de esta ciudad.

Discurso de Hugo Chàvez en ONU

Señora Presidenta, Excelencias, Jefes de Estado, Jefes de Gobierno, y altos representantes de los gobiernos del mundo. Muy buenos días a todos y a todas.

En primer lugar quiero invitarles con mucho respeto, a quienes no hayan podido leer este libro, a que lo leamos: Noam Chomsky, uno de los más prestigiosos intelectuales de esta América y del mundo. Chomsky, uno de sus más recientes trabajos: Hegemonía o Supervivencia. La estrategia imperialista de Estados Unidos. Excelente trabajo para entender lo que ha pasado en el mundo el siglo XX, lo que hoy está pasando y la más grande amenaza que se cierne sobre nuestro planeta, la pretensión hegemónica del Imperialismo Norteamericano pone en riesgo la supervivencia misma de la especie humana. Seguimos alertando sobre ese peligro, y haciendo un llamado al propio pueblo de los Estados Unidos y al mundo, para detener esta amenaza que es como la propia espada de Damocles.

Yo pensaba leer algún capítulo pero por respetar el tiempo más bien lo dejo como una recomendación. Se lee rápido. Es muy bueno señora Presidenta, seguramente usted lo conoce, está publicado en inglés, en alemán, en ruso, en árabe (aplausos) seguramente. Miren, yo creo que los primeros ciudadanos que deberían leer este libro son los ciudadanos hermanos y hermanas de los Estados Unidos, porque la amenaza la tienen en su propia casa, el Diablo está en casa pues. El Diablo, el propio Diablo está en casa.

Ayer vino el Diablo aquí, (risas y aplausos) ayer estuvo el Diablo aquí, en este mismo lugar. Huele a azufre todavía esta mesa donde me ha tocado hablar. Ayer señoras, señores, desde esta misma tribuna el Señor Presidente de los Estados Unidos, a quien yo llamo “El Diablo”, vino aquí hablando como dueño del mundo. Un psiquiatra no estaría de más para analizar el discurso de ayer del Presidente de los Estados Unidos. Como vocero del Imperialismo vino a dar sus recetas para tratar de mantener el actual esquema de dominación, de explotación y de saqueo a los pueblos del mundo. Para una película de Alfred Hitchcok estaría buena, incluso yo propondría un título: “La receta del Diablo”. Es decir, el Imperialismo norteamericano, y aquí lo dice Chomsky con una claridad meridiana y profunda, está siendo desesperados esfuerzos por consolidar su sistema hegemónico de dominación. Nosotros no podemos permitir que eso ocurra, no podemos permitir que se instale la dictadura mundial, que se consolide pues, que se consolide la dictadura mundial.

El discurso del Presidente “tirano” mundial, lleno de cinismos, lleno de hipocresía, es la hipocresía imperial, el intento de controlar todo, ellos quieren imponernos el modelo democrático como lo conciben, la falsa democracia de las elites, y además un modelo democrático muy original, impuesto a bombazos, a bombardeos y a punta de invasiones y de cañonazos. ¡Vaya qué democracia! Habría que revisar las tesis de Aristóteles y de los primeros que hablaron por allá en Grecia de la democracia a ver qué modelo de democracia es ese, el que se impone a punta de marines, de invasiones, de agresiones, y de bombas.

Dice el presidente de los Estados Unidos ayer, en esta misma sala lo siguiente, cito: “Hacia dónde quiera que usted mira, oye a extremistas que le dicen que puede escapar de la miseria y recuperar su dignidad a través de la violencia, el terror y el martirio”. Adondequiera que él mira ve extremistas. Yo estoy seguro que te ve a ti, hermano, con ese color, y cree que eres un extremista. Con este color. Evo Morales, que vino ayer, el digno Presidente de la Bolivia es un extremista. Por todos lados ven extremistas los imperialistas. No, no es que somos extremistas, lo que pasa es que el mundo está despertando y por todos lados insurgimos los pueblos. Yo tengo la impresión señor dictador imperialista que usted va a vivir el resto de sus días con una pesadilla, porque por dondequiera que vea vamos a surgir nosotros, los que insurgimos contra el imperialismo norteamericano. Los que clamamos por la libertad plena del mundo, por la igualdad de los pueblos, por el respeto a la soberanía de las naciones, sí, nos llaman extremistas, insurgimos contra el Imperio, insurgimos contra el modelo de dominación.

Luego, el señor presidente vino a hablarle, así lo dijo, “hoy quiero hablarles directamente a las poblaciones del Oriente Medio. Mi país desea la paz” esto es cierto, si nosotros nos vamos por las calles del Bronx, si nosotros nos vamos por las calles de Nueva York, de Washington, de San Diego, de California, de cualquier ciudad, de San Antonio, de San Francisco y le preguntamos a la gente en las calles, a los ciudadanos estadounidenses, este país quiere la paz. La diferencia está en que el gobierno de este país, de Estados Unidos, no quiere la paz, quiere imponernos su modelo de explotación y de saqueo y su hegemonía a punta de guerras, esa es la pequeña diferencia. Quiere la paz y ¿qué está pasando en Irak? ¿Y qué ha pasado en el Libano y en Palestina? ¿Y qué ha pasado en cien años pues en América Latina y en el mundo y ahora las amenzas contra Venezuela, nuevas amenazas contra Irán? Le habló al pueblo del Líbano, “muchos de ustedes –dijo- han visto como sus hogares y sus comunidades quedaron atrapadas en el fuego cruzado” ¡Vaya qué cinismo! ¡Vaya qué capacidad para mentir descaradamente ante el mundo! Las bombas en Beirut y lanzadas con precisión milimétrica ¿son fuego cruzado? Creo que el Presidente está pensando en las películas del oeste cuando se disparaba desde la cintura y alguien quedaba atravesado en el fuego cruzado.

¡Fuego imperialista! ¡Fuego fascista! ¡Fuego asesino! Y fuego genocida el del Imperio y el de Israel contra el pueblo inocente de Palestina y el pueblo del Líbano. Esa es la verdad. Ahora dicen que sufren, que estamos sufriendo porque vemos sus hogares destruidos.

En fin, el Presidente de los Estados Unidos vino a hablarle a los pueblos, vino a decir además, yo traje señora Presidenta unos documentos, porque estuve esta madrugada viendo algunos discursos y actualizando mis palabras. Le habló al pueblo de Afganistán, al pueblo del Líbano, al pueblo de Irán le digo, al pueblo del Líbano le digo, al pueblo de Afaganistán le digo. Uno se pregunta, así como el Presidente de los Estados Unidos le dice: le digo a esos pueblos ¿qué le dirían esos pueblos a él? Si esos pueblos pudieran hablar ¿qué le dirían? Yo se los voy a recoger porque conozco la mayor parte del alma de esos pueblos, los pueblos del Sur, los pueblos atropellados dirían: ¡Imperio Yankee go home! Ese sería el grito que brotaría por todas partes, si los pueblos del mundo pudieran hablarle a una sola voz al Imperio de los Estados Unidos.

Por eso, señora Presidenta, colegas, amigas y amigos, nosotros el año pasado vinimos aquí a este mismo salón como todos los años y los últimos ocho, y decíamos algo que hoy está confirmado plenamente y yo creo que aquí casi nadie en esta sala pudiera pararse a defenderlo, a defender el sistema de Naciones Unidas, aceptémoslo con honestidad, el Sistema de Naciones Unidas nacido después de la Segunda Guerra Mundial colapsó, se desplomó, no sirve. Ah bueno para venir acá a dar discursos, a vernos una vez al año, sí, para eso sí sirve, y para hacer documentos muy largos y hacer buenas reflexiones y oír buenos discursos como el de Evo ayer, como el de Lula, sí, para eso sirve y muchos discursos, el que estábamos oyendo ahora mismo del Presidente de Srilanka y de la Presidenta de Chile, pero nos han convertido a esta Asamblea en un órgano meramente deliberativo, meramente deliberativo sin ningún tipo de poder para impactar de la más mínima manera la realidad terrible que vive el mundo. Por eso nosotros volvemos a proponer, Venezuela vuelve a proponer aquí hoy, este día 20 de septiembre que refundemos las Naciones Unidas y nosotros hicimos el año pasado señora Presidente, cuatro modestas propuestas que consideramos de necesidad impostergable para que las asumamos, bueno, los Jefes de Estado, los Jefes de Gobierno, nuestros embajadores, nuestros representantes y las discutamos.

Primero: la expansión. Ayer lo decía Lula aquí mismo, del Consejo de Seguridad tanto en sus categorías permanentes como en las No Permanentes, dando entrada a nuevos países desarrollados y a países subdesarrollados, el Tercer Mundo, como nuevos miembros permanentes. Eso en primer lugar.

En segundo lugar, bueno, la aplicación de métodos eficaces de atención y resolución de los conflictos mundiales. Métodos transparentes, de debate, de decisiones, tercero, nos parece fundamental la supresión inmediata, y eso es un clamor de todos, de ese mecanismo antidemocrático del veto. El veto en las decisiones del Consejo de Seguridad. Vaya un ejemplo reciente, el veto inmoral del gobierno de los Estados Unidos, permitió libremente a las fuerzas israelíes destrozar el Líbano en el rostro, delante de todos nosotros, evitando una resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Y en cuarto lugar necesario es fortalecer, decimos siempre, el papel, las atribuciones del Secretario General de Naciones Unidas. Ayer nos daba un discurso el Secretario General prácticamente de despedida, y reconocía que en estos diez años el mundo lo que ha hecho es complicarse y que los graves problemas del mundo, el hambre, la miseria, la violencia, la violación a los derechos humanos lo que ha hecho es agravarse, esto es consecuencia terrible del colapso sobre el sistema de Naciones Unidas y de la pretensión imperialista norteamericana.

Por otra parte, Señora Presidenta, Venezuela decidió hace varios años dar esta batalla por dentro de Naciones Unidas, reconociendo Naciones Unidas como miembro que somos, con nuestra voz, con nuestras modestas reflexiones. Una voz independiente somos, para representar la dignidad y la búsqueda de la paz, la reformulación del sistema internacional, para denunciar la persecución y las agresiones del hegemonismo contra los pueblos del Planeta. Venezuela, de esa manera ha presentado su nombre. Esta patria de Bolívar ha presentado su nombre y se ha postulado para un puesto como Miembro No Permanente del Consejo de Seguridad. Vaya usted a saber, el gobierno de los Estados Unidos ha iniciado una agresión abierta, una agresión inmoral en el mundo entero para tratar de impedir que Venezuela sea elegida libremente para ocupar una silla en el Consejo de Seguridad. Le tienen miedo a la verdad. El Imperio tiene miedo a la verdad, a las voces independientes, acusándonos de extremistas. Ellos son los extremistas.

Yo quiero agradecer aquí a todos aquellos países que han anunciado su apoyo a Venezuela, aun cuando la votación es secreta y no es necesario que nadie lo anuncie, pero yo creo que dada la agresión abierta del Imperio Norteamericano, pues eso aceleró el apoyo de muchos países, lo cual fortalece mucho moralmente a Venezuela, a nuestro pueblo, a nuestro gobierno, el MERCOSUR, por ejemplo, en bloque, ha anunciado su apoyo a Venezuela, nuestros hermanos del MERCOSUR. Venezuela ahora es miembro pleno del MERCOSUR con Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, y muchos otros países de América Latina como Bolivia. El CARICOM en pleno anunció su apoyo a Venezuela. La Liga Arabe en pleno anunció su apoyo a Venezuela, agradezco muchísimo al mundo árabe, a nuestros hermanos de Arabia, esa Arabia profunda, a nuestros hermanos del Caribe. La Unión Africana, casi toda Africa anunció su apoyo a Venezuela y países bueno como Rusia, como China y muchos otros países del Planeta. Muchísimas gracias a nombre de Venezuela, a nombre de nuestro pueblo y a nombre de la verdad, porque Venezuela al ocupar un puesto en el Consejo de Seguridad va a traer la voz no sólo de Venezuela, la voz del Tercer Mundo, la voz de los pueblos del Planeta, ahí estaremos defendiendo la dignidad y la verdad.

Más allá de todo esto señora Presidenta, creo que hay razones para que seamos optimistas. Irrenunciablemente optimistas, diría un poeta, porque más allá de las amenazas, de las bombas, de las guerras, de las agresiones, de la guerra preventiva, de la destrucción de pueblos enteros uno puede apreciar que se está levantando una nueva era, como canta Silvio Rodríguez, “la era está pariendo un corazón”. Se levantan corrientes alternativas, pensamientos alternativos, juventudes con pensamiento distinto. Se demostró ya en apenas una década que era totalmente falsa la tesis del Fin de la Historia, totalmente falsa la instauración del Imperio Americano, de la paz americana, la instauración del modelo capitalista, neoliberal que lo que genera es miseria y pobreza. Es totalmente falsa la tesis, se vino abajo, ahora hay que definir el futuro del mundo. Hay un amanecer en el Planeta y se ve por toda partes, por América Latina, por Asia, por Africa, por Europa, por Oceanía, quiero resaltar esa visión de optimismo para que fortalezcamos nuestra conciencia y nuestra voluntad de batalla por salvar al mundo y construir un mundo nuevo, un mundo mejor.

Venezuela se suma a esa lucha y por eso somos amenazados. Ya Estados Unidos planificó, financió e impulsó un golpe de estado en Venezuela. Y Estados Unidos sigue apoyando movimientos golpistas en Venezuela y contra Venezuela, sigue apoyando al terrorismo. Ya la Presidenta Michel Bachellet recordaba hace unos días, perdón hace unos minutos, el terrible asesinato del ex Canciller chileno Orlando Letelier. Yo sólo agregaría lo siguiente, los culpables están libres. Y los culpables, de aquel hecho donde murió también una ciudadana estadounidense, son norteamericanos, de la CIA. Terroristas de la CIA.

Pero además, hay que recordar en esta sala que dentro de pocos días también se cumplirán 30 años, igualmente, de aquel hecho terrorista horripilante de la voladura del avión cubano, donde murieron 73 inocentes, un avión de Cubana de Aviación y ¿dónde está el más grande terrorista de este Continente y quien asumió él la voladura del avión cubano como autor intelectual? Estuvo preso en Venezuela unos años, se fugó allá por complicidad de funcionarios de la CIA y del gobierno venezolano de entonces, está aquí viviendo en Estados Unidos, protegido por este gobierno, y fue convicto y confeso. El gobierno de los Estados Unidos tiene un doble rasero y protege el terrorismo.

Estas reflexiones, para decir que Venezuela está comprometida en la lucha contra el terrorismo, contra la violencia y se une a todos los pueblos que luchamos por la paz y por un mundo de iguales.

He hablado del avión cubano, Luis Posada Carriles se llama el terrorista, está protegido aquí, como protegidos están aquí grandes corruptos que se fugaron de Venezuela, un grupo de terroristas que allá pusieron bombas contra embajadas de varios países que allá asesinaron gente durante el golpe de estado, secuestraron a este humilde servidor, y lo iban a fusilar, sólo que Dios metió su mano y un grupo de buenos soldados y un pueblo que se fue a las calles y de milagro pues estoy aquí, están aquí protegidos por el gobierno de Estados Unidos los líderes de aquel golpe de estado y de aquellos actos terroristas. Yo acuso al gobierno de Estados Unidos de proteger al terrorismo y de tener un discurso totalmente cínico.

Hablamos de Cuba, venimos de La Habana, venimos felices de La Habana, estuvimos allá varios días y allí se puede ver el nacimiento de una nueva era la Cumbre del Grupo de los 15, la Cumbre del Movimiento de los No Alineados, con una resolución histórica, documento final, no se asunten no lo voy a leer todo, pero aquí hay un conjunto de resoluciones tomadas en discusión abierta y con transparencia, más de 50 Jefes de Estado, La Habana fue capital del Sur durante una semana. Hemos relanzado el Grupo de Los No Alineados, el Movimiento de los No Alineados, y si algo puedo pedir yo aquí a todos ustedes compañeros y hermanos y hermanas es que le pongamos mucha voluntad para fortalecer el Grupo de Los No Alineados, importantísmo para el nacimiento de la nueva era, para evitar la hegemonía y el Imperialismo y además, ustedes saben que hemos designado a Fidel Castro, Presidente del Grupo de los No Alineados para los próximos tres años y estamos seguros que el compañero Presidente Fidel Castro va a llevar la batuta con mucha eficiencia. Para los que querían que Fidel se muriera pues frustrados quedaron y frustrados quedarán porque Fidel ya está uniformado nuevamente de verde oliva y ahora no sólo es el Presidente de Cuba si no el Presidente de Los No Alineados.

Señora Presidenta, queridos colegas, presidentes, ahí nació un novimeinto muy fuerte, el del Sur. Nosotros somos hombres y mujeres del Sur, nosotros somos portadores, con estos documentos, con estas ideas, con estas críticas, con estas reflexiones que ya cierro mi carpeta y el libro me lo llevo, no olviden que se los recomiendo mucho, con mucha humildad, tratamos de aportar ideas para la salvación de este Planeta, para salvarlo de la amenaza imperialista y para que ojala pronto, en este siglo, no muy tarde, ojalá podamos verlo nosotros y vivirlo mejor nuestros hijos y nuestros nietos, un mundo de paz bajo los principios fundamentales de la Organización de Naciones Unidas, relanzada y reubicada.

Creo que a Naciones Unidas tenemos que ubicarla en otro país, en alguna ciudad del Sur, hemos propuesto desde Venezuela, ustedes saben que mi médico personal se tuvo que quedar encerrado en el avión, el Jefe de mi seguridad se tuvo que quedar encerrado en el avión, no les permitieron venir a Naciones Unidas. Otro abuso y atropello Señora Presidenta que pedimos de Venezuela quede registrado como atropello hasta personal del Diablo, huele a azufre, pero Dios está con nosotros, un buen abrazo y que Dios nos bendiga a todos. Muy buenos días.

El islam jacobino

Entrevista a Santiago Alba Rico (pertenece al Comité de Apoyo de Attac)

No se puede aprender nada bueno de una “civilización” a la que se asocia a bombardeos, torturas, masacres de inocentes

La siguiente entrevista es la versión íntegra de la publicada en los números 29, 30 y 31 de la publicación bimestral “Masala-Periódico de información y denuncia de Ciutat Vella (Barcelona)” entre mayo y septiembre de 2006

1. La mirada de occidente construyendo al enemigo
«El dantesco “golpe de efecto” de Ben Laden el 11-S y la dinámica rígidamente especular del “choque de civilizaciones”, han borrado de un plumazo, como respondiendo a los deseos de Bush, la riqueza islamista»

– Igual que el desarrollo de Al-Qaeda tiene una íntima relación con los servicios secretos estadounidenses, en su momento la existencia de Hamás fue respaldada por Israel ¿Que sectores u organizaciones tienen un pasado relacionado con la política de la guerra fría, y hasta que punto reclaman sus derechos en el mapa político y económico, después de haber hecho parte del trabajo sucio?
Como el espíritu hegeliano, el imperialismo carece de escrúpulos y contra el comunismo –según esa flexible definición estadounidense que incluía también nacionalistas como Mussadaq en Irán, Nasser en Egipto o los partidos «baaz» de Siria e Iraq- todo estaba y está permitido. A los casos citados de Ben Laden o Hamas hay que añadir el caso ejemplar del islamismo egipcio, alimentado y apoyado, contra nasseristas y socialistas, por el presidente Anwar Al-Sadat, asesinado luego por la criatura que él mismo había contribuido a fortalecer. En el marco de la guerra fría, Afganistán se convirtió no sólo en la última batalla de la Unión Soviética y en la escena final de su derrota; fue también el taller donde los EEUU fabricaron el enemigo que sustituiría a los soviéticos tras la demolición del comunismo. Son los “retornados” de la guerra de Afganistán, financiada por el gobierno de Washington, los que extenderán y organizarán el islamismo militante a finales de los 80 y principios de los 90, de Pakistán a Mauritania, de Sudán a Argelia, de Arabia Saudí a Marruecos, en países minados por la dependencia, la miseria y/o la dictadura política. No hay que olvidar tampoco la intervención de estos «retornados» de Afganistán, ligados a Ben Laden, en las guerras balcánicas, concretamente en Bosnia y Kosovo, donde resultaron también muy funcionales para la OTAN (incluso después de que Ben Laden se convirtiera en el terrorista número uno para los EEUU) contra la Yugoslavia federal en ruinas. El islamismo chií se ha desarrollado quizás de un modo más independiente, notoriamente –claro- a partir de la revolución iraní de 1979, y ha influido en el islamismo sunní sobre todo gracias al prestigio de Hizbullah como la única fuerza que ha sido capaz de infligir una derrota a Israel. Pero incluso en el caso del chiísmo vemos a qué atolladeros puede conducir la falta de escrúpulos del imperialismo y su necesidad de poner en hora ininterrumpidamente el reloj en escenarios variables y con un margen de maniobrabilidad cada vez más pequeño: EEUU ha basado la invasión y ocupación de Iraq en su alianza con los grupos religiosos chíies más «fundamentalistas» y, contra la resistencia patriótica, ha acabado por poner el país en manos de su archienemigo iraní. – En «El islam jacobino», dices que no es el islam el que ha invadido la sociedad sino que es la sociedad la que ha invadido el islam, que en realidad el “integrismo” está laicizando las sociedades musulmanas, que ha roto con la religiosidad sumisa anexa a los sistemas de gobierno, y que es una “alternativa de modernización”. Resumes que “el islam es sabio, el islam es moderno y el islam es laico”. Espero no haber simplificado demasiado, pero ¿como explicar esto en la sociedad occidental?
Me gustaría recordar de entrada dos cosas: la primera es que no soy arabista ni historiador ni especialista en el islam. La segunda es que «El islam jacobino», que utiliza fuentes originales y trata de ajustarse a un mínimo rigor académico, es sobre todo un panfleto y lo digo con conciencia y en su defensa. Está dirigido de un modo intencionadamente provocativo a esos lectores occidentales que siguen contemplando el legado y la historia de Europa como una diferencia positiva, ejemplar, olímpica, y que olvidan que la «libertad de conciencia» y el «laicismo» fueron el resultado —todavía hoy mal asentado— de unas devastadoras guerras de religión, auténticas guerras entre fundamentalismos cristianos; y que el paso a una dudosa modernidad —en realidad al capitalismo— estuvo marcado por el Terror, tanto en su versión revolucionaria como contrarrevolucionaria. En mi texto trato de iluminar algunos de los parentescos filosóficos entre los movimientos europeos que llevaron a la ruptura con el Antiguo Régimen y un amplio espectro de corrientes de renovación islámica —desde la «nahda» a principios del siglo XX hasta organizaciones o figuras tan diferentes entre sí como los Hermanos Musulmanes, Hizbullah, Hassan al-Turabi, Adil Hussayn o Al-Ghanushi—: corrientes todas ellas de inspiración letrada, legalista, moralista, típicamente “modernas” y enfrentadas por eso, al mismo tiempo, a los gobiernos dictatoriales de la zona y al islam supersticioso y popular, ritualista e “idólatra”, ideológicamente muy funcional para el poder. Durante todo el siglo XX —digamos— socialistas y panarabistas por un lado e islamistas jacobinos por el otro ofrecieron dos vías posibles de «modernización» del mundo árabo-musulmán y la hegemonía provisional de los últimos se debe en gran parte, como se dijo en la anterior pregunta, a la utilización de estos movimientos de inspiración islámica, por parte de EEUU y sus regímenes títeres en la región, contra el marxismo y el nacionalismo laico. En todo caso, mi tesis era la de que los movimientos islamistas se podían interpretar como reacciones «modernas» frente a la postmodernidad del mercado y a su relativización radical de leyes, valores y vidas humanas. Algo así como una reforma «moderna» del capitalismo en nombre de conceptos, si se quiere, muy rousseaunianos y legitimada por un Dios secularizado, socializado —lo que forma parte de la constitución misma del islam como religión de salvación y como contrato social—, inscrito como un límite legal en el corazón de un orden económico que por lo demás no cuestionan.
Pero dicho esto, añadiré enseguida que «El Islam Jacobino» fue escrito antes del 11-S y completado inmediatamente después y lo que ha ocurrido desde entonces invalida parte de sus argumentos. Es un texto del siglo pasado. Quiero decir que ahora empezamos a adivinar también, tras la derrota definitiva del socialismo y del nacionalismo laico, la derrota del islam jacobino como «vía alternativa a la modernidad». Aunque si su análisis me parece sólo a medias acertado, Olivier Roy tiene razón al hablar del fracaso del islamismo. El dantesco «golpe de efecto» de Ben Laden el 11-S y la dinámica rígidamente especular del «choque de civilizaciones» preparado e inducido por el imperialismo estadounidense, han borrado de un plumazo, como respondiendo a los deseos de Bush, la riqueza islamista a la que me refiero en mi texto. También los islamistas jacobinos están a punto de convertirse en figuras del siglo pasado en favor de ese wahabismo irracionalista construido a la medida del fundamentalismo sionista, del integrismo protestante y de la contrarreforma católica del Vaticano. El capitalismo va transitando muy rápidamente de la postmodernidad a la pre-modernidad (a un nuevo Antiguo Régimen de libertades sociales y garantías legales muy limitadas y de supersticiones trascendentales y bárbaras) y arrastra consigo a un mundo árabo-musulmán al que no se había permitido edificar todavía su propia “modernidad”. – La polémica en torno a las caricaturas de Mahoma ha demostrado entre otras cosas, la total permeabilidad de la sociedad árabe respecto a los hechos y la información construida desde occidente, y la opacidad de occidente ante cualquier discurso crítico construido desde allí. ¿La superioridad tecnológica ha cogido el relevo los relatos novelescos y de la antropología colonial, que entre el siglo XIX y el siglo XX se dedicaron a definir «Oriente» desde la mirada de «Occidente»?

Creo que la superioridad tecnológica transporta y presupone esa “mirada” nihilista de la que he hablado tantas veces y que implica un tranquilo, natural y hasta elegante desprecio por el otro, pero el imaginario de la hegemonía occidental sigue necesitando y construyendo relatos “orientalistas”, y mucho más desde que se han restablecido esas condiciones del dominio colonial directo que llevaron en el siglo XIX a la perfección del género. Daniel Pipes, Huntington, Serafín Fanjul, Gabriel Albiac, César Vidal, Oriana Fallaci, Vargas Llosa, por citar sólo a algunos, junto a decenas de periodistas y de políticos, reproducen hoy los mismos clichés agresivos y justificatorios, completamente normalizados, que Balfour, Macaulay, Cromer, Hegel o Renan usaban en el siglo XIX, con la diferencia de que entonces los judíos formaban parte, junto con los musulmanes, de los pueblos dormidos, atrasados, insalvables para la razón, necesitados de un empujón civilizatorio, y hoy han pasado a ser «occidentales» con todo derecho y, aún más, a convertirse en la cabeza de puente de Occidente —con sus valores democráticos y moralidad superior— en el Oriente adormilado, fanático, primitivo y sin remedio. Esta pequeña «variación» debería servir al menos para hacernos pensar sobre la nula consistencia de los conceptos de «occidente», «oriente», «islam», y para examinar los intereses políticos y económicos que subyacen a las categorías culturalistas.
En cuanto a tu observación sobre el efecto de las caricaturas de Mahoma en el mundo musulmán y la desigualdad en la recepción de información de un lado y de otro, señala antes que nada una paradoja del (neo)colonialismo. La desproporción misma de las fuerzas implica que el mundo colonizado, por mucho que quiera cerrarse y contraerse, permanece siempre abierto, expuesto, al borde de la realidad, mejor informado, mientras que la potencia colonial, volcada al exterior, se mantiene cerrada, impermeable, clausurada en su propio imaginario. El poder de someter al otro es asimismo el poder de construir el propio yo y de construirlo de tal manera que no pueda irrumpir ahí nada que conmueva, modifique o desmienta la propia imagen (aunque se trate, paradójicamente, de la ilusión de la propia «apertura» frente a la «cerrazón» del otro). En un paralelismo psiquiátrico, podríamos decir que el mundo colonizado es paranoico mientras que el mundo colonizador es neurótico. La diferencia, claro, es que Iraq está siendo realmente bombardeado, que Palestina está siendo realmente ocupada, que el mundo árabo-musulmán está siendo realmente agredido y si finalmente sus poblaciones responden de un modo más sensible a la provocación de un periódico fascista danés que a la agresión real de los misiles y del FMI se debe (más allá de a las manipulaciones de sus clases dirigentes) a esta particular sensibilidad simbólica del colonizado, que a su vez es utilizada por la neurosis del colonizador para justificar y afianzar su dominio. Precisamente es el conocimiento de esta relación de fuerzas y de sus efectos psicológicos, la que explica la provocación de las caricaturas como una maniobra premeditada de construcción y apuntalamiento del propio poder neurótico: la sensibilidad simbólica del colonizado refuerza la imagen narcisista del colonizador. La paranoia, no lo olvidemos, es un exceso de apertura al mundo mientras que la neurosis consiste básicamente en su abolición. No es difícil imaginar cuán lejos puede llegar en su proyecto de abolición del mundo una neurosis armada al mismo tiempo con misiles, mucho dinero y medios de comunicación.

2. Apuntes sobre la Guerra de civilizaciones
«La inmigración es resultado de la occidentalización armada del planeta: significa tener permanentemente ante nuestros ojos lo que hemos hecho con el mundo» – ¿Como funciona y cual es el daño del discurso de la guerra de civilizaciones?
Por las razones arriba citadas y en una pendiente amenazadora para la supervivencia misma del planeta, el discurso de la «guerra de civilizaciones» se ha naturalizado neuróticamente como la vía occidental normalizada para no abordar las propias responsabilidades políticas. De hecho, como bien explica Starobinski, el concepto de «civilización» nace al hilo de la expansión colonial europea como relevo natural de la evangelización cristiana. Es, pues, un concepto teológico que sirve para justificar el propio dominio y para cortar el paso a los planteamientos políticos y en este sentido la propuesta de Zapatero de una «alianza de civilizaciones», aceptada con entusiasmo por una ONU incapaz de hacer acatar sus propias resoluciones, respeta la misma lógica teológica y apolítica de los que atizan o invocan la «guerra de civilizaciones»: de lo que se trata es de no enfrentarse a la verdadera naturaleza del problema y de impedir además que los otros lo hagan. Nuestra neurosis alimenta la paranoia de nuestras víctimas y nuestras buenas intenciones reproducen el marco de nuestra injusticia. Y se olvida que los discursos son capaces de hacer mucho daño, pero absolutamente incapaces de remediarlo; para el mal, son armas, pero para el bien son sólo magia. Es absurdo pretender corregir con magia lo que destruimos con armas. – A pesar de su carácter pedagógico y propagandístico de consumo interno ¿porque prácticamente nunca se habla del significado que adquiere el término «guerra de civilizaciones» en el interior de la propia sociedad occidental, como cala en nuestra mentalidad política y cultural, como incide en relación a la inmigración?
En cuanto a la inmigración, es un tema complejísimo sobre el que habría que escribir centenares de páginas, pero me limitaré a señalar una cuestión. La inmigración es un fenómeno occidental, el resultado de la occidentalización armada del planeta y puede definirse como la penetración visible en nuestras ciudades de la verdad de Occidente (de la verdad, más exactamente, del capitalismo): significa tener permanentemente ante nuestros ojos lo que hemos hecho con el mundo, lo que le hemos hecho al mundo; significa tener que cargar de un modo visible, dentro de nuestros propios muros, con el fracaso del modelo colonial capitalista. Contra este fracaso, la neurosis colonial no puede reaccionar cuestionándose a sí misma sino combatiendo a sus víctimas, culpabilizándolas, proyectando freudianamente la responsabilidad sobre los que lo soportan (el fracaso). La «guerra de civilizaciones», una vez más, se presentará como la explicación teológica más sencilla para «resolver» el problema; es decir, para seguir creyendo que nosotros no somos el problema, autosugestión que es la solución neurótica a todos los problemas. Pero una vez más, esa neurosis tiene mecanismos legales, propagandísticos y policiales para imponerse; y una especie de estructura empírica —la presencia inmigrante asociada al paro, la delincuencia y ahora al terrorismo— que garantiza el apoyo de la población. Al mismo tiempo, y eso aumenta el peligro general, esta neurosis armada activa la paranoia defensiva del inmigrante, la cual, por su parte, reproduce y legitima todas las medidas tomadas contra ella. – ¿Qué importancia tiene el desarrollo de los acontecimientos en Oriente Medio en el futuro político, militar y diplomático internacional a medio y largo plazo?
Como quiera que, por razones obvias, mientras el futuro político de la humanidad se construye en Latinoamérica su destino material –su supervivencia misma- se decide en el mundo árabo-musulmán, nuestra tarea en estos momentos debe ser la de desmontar la falsa y desgraciadamente real «confrontación civilizacional» y repolitizar, remodernizar el conflicto. Precisamente en Iraq y Palestina –más que en Afganistán- está en juego esta posibilidad y es responsabilidad de la izquierda occidental buscar interlocutores que frenen la deriva fundamentalista —ellos contra nosotros— que buscan imponer tanto Bush como Ben Laden. Lavarse las manos, ceder a la propaganda criminalizadora de los gobiernos y los medios de comunicación, es condenar a las poblaciones árabo-musulmanas, humilladas y masacradas, a buscar refugio en el victimismo identitario. Hay que inscribir los movimientos de resistencia de esa zona del mundo –socialistas, nacionalistas e islamistas jacobinos y moderados- en el marco de la lucha anti-imperialista global. Por eso hay que agradecer a Carlos varea y a la CEOSI la labor que están haciendo. – El proceso de paz palestino-israelí, renunciando al derecho de retorno de los refugiados, olvidando las fronteras anteriores a 1967 y haciendo tabla rasa de las sucesivas resoluciones de la ONU, de alguna manera quiso borrar la historia, convertir el proceso en un fin en sí mismo mas que en la resolución del conflicto histórico. ¿La victoria de Hamás volverá introducir la historia dentro de la negociación, y hasta que punto Israel o al menos buena parte su sociedad y su élite política estarán dispuestos a aceptarlo?
En primer lugar hay que decir que la victoria electoral de Hamas expresa sobre todo la resistencia del pueblo palestino frente a esa voluntad que tú mencionas de borrar la historia, voluntad de la que había acabado por hacerse cómplice el propio movimiento de Al-Fatah. Pero soy más pesimista respecto de la posibilidad de que Hamas pueda reintroducirla con alguna esperanza de éxito. La victoria de Hamas es sin duda una contrariedad seria para EEUU e Israel, pero los dos terribles gemelos van a intentar encajar ese dato nuevo en un esquema prácticamente inamovible al menos desde 1967. Eso implica sólo dos alternativas: o Hamas se adapta al juego, acepta las condiciones impuestas por Tel Aviv, se “rehabilita” a los ojos de sus enemigos y traiciona por tanto a su pueblo –lo que difícilmente puede ocurrir- o justificará, con su sola existencia, la continuidad de la política de hechos consumados, limpieza étnica y terrorismo cotidiano de Israel, ahora a mayor escala y con la complacencia absoluta de EEUU. La victoria de Hamas es una declaración de resistencia del pueblo palestino y eso tiene que alegrarnos; pero cualquier declaración de resistencia del pueblo palestino es una declaración de guerra a ese proyecto de Israel compartido por la mayor parte de la población israelí y por la totalidad de sus fuerzas políticas (incluida la presunta izquierda del Meretz). La radicalización e islamización de la resistencia palestina es la respuesta a la radicalidad fundacional del Estado de Israel y a su fundamentalismo tolerado, alentado y reivindicado por EEUU y la UE. De momento Israel ha logrado su primer objetivo, que era el de alejar definitivamente la solución al mismo tiempo real e imposible de un único Estado laico, democrático y plurinacional en Palestina; Hamas es objetivamente mucho más moderado que Kadima, los laboristas o el Likud en el campo israelí, pero su islamonacionalismo representa sin duda un retroceso en el buen camino. Ahora se trata de hacer inviable también la inestable solución de los dos Estados mediante políticas depredadoras de anexión territorial, desplazamientos de población, fijación unilateral de fronteras y división de Cisjordania en «reservas» palestinas sin continuidad geográfica. Israel es una bomba adherida al pecho de Oriente Medio y del mundo entero y sólo un imposible cambio de posición de EEUU, o una improbable política realmente europea de la UE, pueden desactivarla. El Estado de Israel debe ser disuelto y reconstituido democráticamente para que haya interlocutores dispuestos a hacer una paz justa con los palestinos; pero para eso habría que obligar a Israel y ninguna de las tres fuerzas capaces de hacerlo —la propia población judía, los EEUU y la UE— parecen dispuestas a presionar en ese sentido. Más bien todo lo contrario. Y en este contexto —contra el horizonte de un imperialismo cada vez más global y agresivo— la combinación de soledad, debilidad militar y espíritu inquebrantable de resistencia de los palestinos sólo augura más violencia, más muertes y más ignominia general. ¿El pesimismo más sombrío es compatible con la alegría más pura? Creo que gran parte de la población palestina —y muchos de los que apoyan desde fuera su lucha— sintieron precisamente eso tras la victoria electoral de Hamas. Alegría por esa lección de democracia y resistencia ofrecida a la hipocresía y crueldad del mundo occidental y a sus vasallas instituciones internacionales. Pesimismo porque –ojalá me equivoque- la moderación de Hamas (que ha aceptado ya las fronteras del 67 y en cuyo movimiento militan nacionalistas cristianos) pone radicalmente en cuestión la existencia misma del Estado judío de Israel. Sencillamente la historia —por mínima que sea— e Israel son incompatibles. Casi a uno le entran cobardemente ganas de que los palestinos se rindan de una vez porque todo parece indicar que la única alternativa a la rendición —en el precarísimo contexto árabo-musulmán y planetario— es el Apocalipsis. Es este el chantaje totalitario (el de generar un Apocalipsis de consecuencias imprevisibles) con el que viene

3. Mujeres en el Islam
«El feminismo occidental olvida que sus conquistas fueron el resultado de un proceso secular muy largo y agotador» – La marroquí Nadia Yassin, del movimiento Justicia y Espiritualidad, dice: «La mujer musulmana está marginada en nombre del Islam. La pregunta esencial es si son los textos originales o nuestro alejamiento de las fuentes» (Masala nº28, Febrero-Marzo 06). ¿Que diferencias hay en la situación de las mujeres en países tan distintos como Marruecos, Jordania o Palestina, y en general, que papel juegan o que representan las mujeres en el islam político?
Debemos partir de dos presupuestos básicos. Uno: la emancipación femenina es un principio universal objetivo no relativizable. Dos: el islam no es una doctrina esencialista inmutable sino un “marco”, dentro del cual no han dejado de operar fuerzas históricas, económicas y políticas que desbordan, atraviesan y reelaboran ese “marco”, adaptado a lo largo de los siglos a contenidos sociales muy diferentes, según el contexto geográfico y geopolítico mundial. La historia del islam es también la historia de sus librepensadores —cuatro o cinco siglos antes de que los hubiera en Europa—, de sus herejes, de sus mujeres sufíes; y de su funcionalidad capitalista, tal y como demuestra Maxime Rondinson a aquéllos que todavía creen que el islam no puede adaptarse a diferentes tipos de infierno. Por otro lado y por esta misma razón, hay que decir que, de la misma manera que Europa salió –relativamente- del cristianismo desde dentro del cristianismo, también es posible –si es que hay otra vía- superar el islam desde el interior del islam. Como la emancipación femenina es un principio universal no sujeto a discusión, no debemos aceptar que se someta a la mujer ni en nombre del islam ni del socialismo ni de la etnología, pero debemos apoyar por eso mismo cualquier iniciativa que conduzca a su liberación. Quizás una interpretación del Corán en ese sentido puede ser mucho más eficaz que la imposición de una plantilla ilustrada occidental que ignore la consistencia antropológica y cultural de los países musulmanes y multiplique así los malentendidos y las resistencias. Históricamente está demostrado que no importa cómo se inicie o cómo se vehicule este proceso: la propia liberación de la mujer acaba liberando a la mujer –sujeto ya de su emancipación- de las fuerzas y las doctrinas en que se apoyó inicialmente. Liberar a la mujer desde el islam puede ayudar inesperadamente a liberarse también del islam.
Pero hay muchos «islam» y al final la propia beligerancia feminista occidental, por muy bien intencionada que se quiera, acaba sirviendo al propósito unificador sobre el que descansa la propaganda imperialista.
— En su momento, grupos de mujeres nigerianas criticaron las campañas llevadas a cabo en occidente contra el juicio y la lapidación de Amina Lawal, planteando que estaban plagadas de prejuicios culturales y que interferían y perjudicaban el trabajo de los colectivos locales. ¿Hasta que punto las buenas intenciones del feminismo occidental pueden estar resultando perjudiciales a la liberación de las mujeres en países musulmanes?
El feminismo occidental olvida a veces que sus conquistas –aún insuficientes- fueron el resultado de un proceso secular muy largo y agotador y que sus avances estuvieron siempre limitados por las representaciones y presiones de sus sucesivos contextos históricos, trascendidos milímetro a milímetro pero en ningún caso suspendidos de un solo golpe; y olvida que el «marco» llamado islam impone también un tempo, unos márgenes, unas fronteras –ideológicas y culturales- que deben ser desplazadas desde dentro y a empujones, pero que no se pueden superar de un salto. No se puede volar y hay una cierta arrogancia etnocentrista en no querer darles tiempo. El feminismo occidental olvida además que ese «marco» al que llamamos islam alberga decenas de países y situaciones diferentes que utilizan medios semejantes para expresar significados no sólo distintos sino contradictorios entre sí.
— ¿Hasta donde es verdad y hasta donde es mentira el «conflicto del velo islámico?
No acabamos de aceptar que la arbitrariedad del signo lingüístico establecida por Saussure es aplicable también al campo social y que los recursos indumentarios y corporales, bastante reducidos, se activan semánticamente según el contexto político y social. Nuestros medios son finitos; nuestras ideas infinitas. Los hombres podemos dejarnos o no barba y la barba ha funcionado de muchas maneras: como símbolo de los revolucionarios de Sierra Maestra en Cuba, de los “progres” antifranquistas en España u hoy también, en el mundo árabo-musulmán, de la militancia de diferentes grupos islamistas. Lo mismo pasa con el velo. Mientras aceptamos la desemantización del signo indumentario en Europa, como resultado de una autonomía relativa —y quizás lamentable— del ámbito «estético» (no se sacan conclusiones de un pearcing: puede llevarlo también un joven votante del PP), seguimos interpretando de un modo unívoco y estrecho el uso del velo en el mundo árabo-musulmán. Esto forma parte ya de ese «orientalismo» fuertemente ideológico que quiere construir a toda costa un otro manejable, aunque sea fantástico y aunque así lo pongamos además en peligro. Pero el velo se lleva por motivos muy diferentes y expresa afiliaciones muy distintas —desde la pura integración consentida o forzada a la subversión consciente— en una teocracia como la de Arabia Saudí o en una dictadura laica como la que existe en Túnez. En Arabia Saudí, donde la mujer acaba de ser autorizada a conducir un coche y donde los bomberos se niegan a salvar de un incendio a escolares con la cabeza descubierta, el velo es la marca al fuego en el lomo de una bestia, el hierro de la esclavitud, la imposición brutal de ese wahabismo irracionalista que las potencias occidentales incluyen entre los «regímenes moderados». El caso de Túnez es muy distinto: allí donde es el laicismo el que reprime, encarcela, silencia y amordaza y donde la vestidura occidental de la clase media-alta suele ir acompañada de aculturación, acomodamiento, indiferencia ante los problemas del mundo y colaboracionismo con el régimen, el velo declara al contrario una toma de conciencia y un desafío político asumido libre y a veces heroicamente (contra leyes más severas que la Sarkozy en Francia). En ausencia de un laicismo democrático –exiliado o desarticulado y ninguneado desde Occidente-, el velo en Túnez, como la barba “progre” antifranquista, expresa públicamente la resistencia al mismo tiempo contra el régimen de Ben Ali y contra el imperialismo occidental en el que se apoya. Lo que hay que lamentar –o, aún más, imputar jurídicamente- es el retroceso que en este sentido ha experimentado un país como Iraq como consecuencia directa de la ocupación estadounidense: lo único que ha “liberado” la invasión de EEUU es el irracionalismo de los sectarios y el miedo de las mujeres.
Para ilustrar mejor esta cuestión, suelo contar siempre dos experiencias personales, una de Egipto y otra del Líbano. Viví en El Cairo entre 1988 y 1994 y allí conocí a dos jóvenes egipcias, Mona y Hoda, a las que llegué a admirar mucho. Eran dos mujeres extraordinarias en todos los sentidos: por su belleza física, por su formación intelectual, por su compromiso ideológico, por su conciencia de género. Eran, por así decirlo, de las nuestras. Habían estudiado en la Universidad Americana de El Cairo, eran muy sensibles a la situación social de su país y querían hacer algo por transformarlo. Les angustiaba particularmente –porque afectaba además a su vida cotidiana- el machismo tranquilo, asumido, capilar, que atravesaba y reproducía otras relaciones de dominio. Así que decidieron no conformarse con disfrutar de las ventajas relativas de las mujeres de su clase. Acometieron una acción heroica. En la plaza de Bab-al-Luq, en el centro de la ciudad, hay un café de nombre irónico, Hurriya, «libertad», uno de los pocos locales donde los clientes pueden al mismo tiempo beber cerveza y fumar la shisa (la conocida pipa de agua árabe) y donde, precisamente por esta razón y como en el resto de los cafés cairotas, el acceso está tácitamente prohibido a las mujeres. Yo no sé si se puede imaginar el ambiente: un centenar de hombres solos, cuarentones y altivos, envueltos en densas nubes de humo y con una enorme botella de cerveza Stela sobre la mesa; un público particularmente áspero en una sociedad en la que el consumo del alcohol se asocia al «baltagui»” (el matón) y el delincuente. Pues bien, Hoda y Mona, vestidas a la occidental, con sus jeans y sus mangas cortas, entraban en el café y pedían al camarero una shisa y una cerveza. Tras un minuto de silencio, que parecía interrumpir la seguridad varonil de los clientes, se imponía la lógica social que su presencia había activado y las miradas, los gestos, las notitas insinuantes, las proposiciones más desvergonzadas y explícitas, los insultos más ignominiosos llovían sobre mis amigas. Ellas aguantaban unos minutos, desafiantes y en tensión, y salían finalmente perseguidas por dos o tres o cuatro hombretones que habían interpretado sin vacilaciones su gesto como una oferta sexual y que no aceptaban ahora una retirada. Lo repitieron varias veces, pues eran valientes y orgullosas, pero al final tuvieron que rendirse: la presión era tan insostenible que salían del Libertad asqueadas, humilladas y psicológicamente deshechas. Poco tiempo después Hoda y Mona decidieron aceptar una beca para estudiar en Bélgica y EEUU y abandonaron Egipto.
La otra historia es algo así como la figura incusa de ésta. En septiembre del 2002 estuve en el Líbano, con ocasión del 20 aniversario de las matanzas de Sabra y Chatila, y acudimos en Beirut a una Asociación de Mujeres gestionada por Hizbullah y dedicada a impartir enseñanzas y prestar protección y asesoramiento a las jóvenes chiíes del barrio. Yo asistía al encuentro en calidad de intérprete como único hombre en un grupo de mujeres del Estado español a las que preocupaba particularmente la cuestión de género, pero escasamente familiarizadas con el mundo árabe y el islam. Y creo que todos nos quedamos muy sorprendidos, y hasta desarmados, ante las maneras y el discurso de nuestra anfitriona, la directora del centro, una «fanática fundamentalista», perteneciente a un grupo «terrorista», que eliminó inmediatamente todas las distancias –con su manera franca de abordar los temas más comprometidos- y nos impuso incluso una suave superioridad política e intelectual. La imagen preconcebida de una «fundamentalista» encerrada en la Edad Media chocó con la de esta mujer muy culta, muy preparada, muy acostumbrada a tratar en pie de igualdad con hombres e imponerles su criterio; una mujer que conocía nuestra cultura y nuestras fuentes mucho mejor –claro- de lo que nosotros conocíamos las suyas y que aceptaba con mucha más naturalidad que nosotros la “diferencia” del interlocutor. Esta mujer (le pido disculpas por haber olvidado su nombre) llevaba cubierta la cabeza con un velo. Y le preguntamos, claro, por la cuestión del velo, todavía con una cierta condescendencia etnocentrista, desde la posición un poco arrogante de las «liberadas» occidentales. Su respuesta fue más o menos la que sigue: «Vivimos en una sociedad muy machista y eso no tiene que ver, o no sólo, con el islam. Con arreglo a las representaciones de esa sociedad, la mujer pertenece a la naturaleza y el hombre a la cultura y el paso de la naturaleza a la cultura está reglado también por mecanismos muy machistas. Ese es el paso de la no-humanidad a la humanidad, de lo privado a lo público, de la pasividad invisible a la intervención decisoria, del ámbito familiar al ámbito político. El velo es una elección estratégica. Mediante él nos humanizamos, nos convertimos en sujetos de razón, nos volvemos “audibles” e influyentes, dejamos de ser un objeto amenazador o despreciado para pasar a ser “iguales” a los hombres, a los que podemos así disputar el espacio político y al mismo tiempo –y por eso mismo- imponer otro modelo de relación con las mujeres. En estas condiciones sociales y antropológicas, el velo es nuestra única posibilidad de participar en la vida pública, la única vía para transformar la sociedad y cambiar también a los hombres y pensamos por tanto en un futuro en el que podremos salir, hablar y hacer política sin él. Pero para quitarnos el velo primero tenemos que ponérnoslo».
Las admirables Hoda y Mona acometieron un gesto heroico y se desgastaron muy rápidamente, poniendo fuera de juego –al menos de momento- su talento, su formación, su energía, como instrumentos de transformación social. La «feminista» de Hizbullah –pues a su manera lo era sin duda- decidió aceptar conscientemente el velo como el vehículo contextualmente inevitable a través de cual podía introducir su talento, su formación y su energía como instrumentos de transformación social de su comunidad. No creo que un partido chií inspirado en la doctrina de Jomeini vaya a permitir cambios realmente decisivos en términos de emancipación femenina, pero puede facilitar sin querer la toma de conciencia de muchas mujeres, la presencia de mujeres en espacios de decisión política y, a la larga, la erosión de la relación de dominio patriarcal en los medios chiíes libaneses. En todo caso, desde occidente no podemos eludir el incómodo dilema que proponen las dos historias que acabo de contar; y me pregunto si nuestros movimientos feministas no deberían plantearse la posibilidad de trabajar e intercambiar experiencias –quizás se esté ya haciendo- con mujeres de organizaciones no sólo musulmanas sino islamistas, lo que puede redundar en beneficio de todos, individual y colectivamente.

— Entre los regímenes políticos y el islam hegemónico y el interesado discurso occidental, un feminismo árabe e islámico tiene un margen escaso
Quiero aclarar en cualquier caso dos cuestiones. La primera es que el peligro —muy claramente delineado en el horizonte de la «guerra de civilizaciones»— es el de acabar reivindicando el velo en sí mismo, no como un instrumento sin el cual, en determinadas condiciones, es imposible intervenir en el mundo, sino como una marca identitaria y como el signo neurótico de una «liberación» invertida. He querido aquí ilustrar la polisemia social del velo en un contexto muy rico, muy variado, y también el «orientalismo» que sigue presidiendo nuestra relación –la de la izquierda occidental- con el mundo musulmán. Ni podemos reivindicar el velo sumariamente, como una diferencia cultural postmoderna, ni podemos convertir el velo, también sumariamente, en una expresión del horror medieval en el que vive el islam. Defender el velo desde un relativismo fascinado o incluso intimidado es dar la razón a quien no queremos dar lecciones e invierte la relación de poder, sin suspender su lógica, excluyendo por tanto el terreno común de una discusión política en pie de igualdad. Pero defender la prohibición o abolición del velo como condición de la liberación femenina en el mundo árabo-musulmán (o entre los inmigrantes de nuestras ciudades europeas) es en estos momentos casi más peligroso; es casi como pretender que, para liberar a las mujeres musulmanas de la tiránica superstición de la virginidad, hay que mandar algunos aguerridos marines a que las violen a los dieciséis años.
La segunda cuestión es de algún modo el resumen de todo lo dicho hasta ahora. La posibilidad enunciada de una liberación del islam desde el interior del islam es impedida no sólo por los irracionalismos sectarios en la región sino por las fuerzas exteriores que los alimentan y cortan toda salida a sus ciudadanos. Todos los retrocesos en materia de género son inseparables de la intervención imperialista, directa o por vía interpuesta, en los países de la zona, intervención que tiende a esquematizar y radicalizar la separación entre el mundo occidental y el mundo musulmán y a cerrar toda posibilidad de enseñanza recíproca. Una sociedad como la nuestra, que identifica cada vez más islam y terrorismo, no puede exigir a sus víctimas que sean más finas a la hora de hacer distinciones. Es difícil aceptar que se pueda aprender erotismo de un violador; es difícil aceptar que se puede aprender algo bueno (en el terreno político o cultural) de una «civilización» a la que se asocia a bombardeos, torturas, masacres de inocentes, invasiones, humillaciones, saqueo de recursos y dictadura política. El terreno está abonado en ambas partes para las demagogias, pero sigue siendo un misterio por qué sigue habiendo menos demagogia –con toda la que ya hay- precisamente del lado de los que más sufren. Quizás porque hace falta siempre más demagogia para agredir que para defenderse.

  • Esta entrevista fue realizada antes de la invasión de Gaza y del linchamiento del Líbano, nuevos crímenes israelíes que desgraciadamente han venido a confirmar las reflexiones aquí desarrolladas por el autor.

Luchar por la solidaridad de los pueblos latinoamericanos caribeños

El hermano Brooklyn Rivera está en la Unidad Nicaragua Triunfa, nos acompañó en la inaugura-ción de este evento y, creo que algo muy importante en este ejercicio de reconciliación, es que, con los hermanos de la Costa del Caribe de Nicaragua, con Yatama, que es la organización del pueblo miskito… ellos habían votado por la UNO, estuvieron en alianza con la UNO en el 90; fueron en alianza con el PLC en el 96; fueron en alianza con el PLC, nueva-mente, para el 2001; votaron por doña Violeta, por el Doctor Alemán, y por el Ingeniero Bolaños, con la esperanza de que se hiciera realidad la Ley de Autonomía.

Esta es una ley, que todavía está con muchas debilidades, no se cumple a plenitud; pero, llegaron al convencimiento de que estos tres gobiernos ¡no les cumplieron! Les dieron la oportunidad y ¡no les cumplieron!

Finalmente, ahora para estas elecciones nacionales, vamos en alianza con Yatama. Es la primera vez que integramos una alianza con ellos. Eso es un fenómeno nuevo, y tiene que ver mucho con lo que es la reconciliación y, donde la entrada en vigencia de la Ley de Autonomía es el elemento fundamental.

También hemos logrado reconciliarnos con la Iglesia Católica. Con ellos y, en particular con Su Eminencia el Cardenal Obando, nosotros mantuvimos una relación con altibajos, pero, siempre se mantuvo la relación, aún en momentos más complicados, más duros.

Cuando luchábamos contra Somoza, el entonces Arzobispo de Managua, Monseñor Miguel Obando y Bravo… a solicitud del Frente Sandinista, en una operación que el Frente llevó a cabo, para lograr la liberación de varios prisioneros, entre los que me encontraba yo… el FSLN fue, el que pidió a Monseñor Obando que fuera garante ante Somoza ¡que no era fácil! porque Somoza, estaba dispuesto a desbaratar el lugar ocupado por el Comando sandinista… ¡no estaba dispuesto a ceder!

Al final, la posición firme, de reconciliación del Cardenal, entonces Monseñor Miguel Obando y Bravo, facilitó una salida que no fuese cruenta. Desde ese momento, Somoza le empezó a llamar “el comandante Miguel” al Cardenal Obando; lo calificó como un comandante sandinista más.

Antes de eso, es importante reconocer que, cuando nos encontrábamos en la cárcel, yo permanecía más de siete años en la cárcel, donde nos tenían totalmente aislados y no teníamos la posibilidad de recibir libros, revistas, oír radio, ver televisión ¡todo eso estaba prohibido!… nos tenían aislados. Éramos siete compañeros que, estábamos, en condiciones muy difíciles y, allí, llegaba el Cardenal Obando a visitarnos; a pesar que Somoza se molestaba, él pedía autorización para visitar la cárcel y, cuando llegaba visitaba a los reos comunes y después, pedía ir donde estábamos nosotros. Y se lo querían negar, pero él insistía y, al final, lo dejaban pasar.

Teníamos una relación también, por el conocimiento que él tenía de mi madre, porque nacimos en el mismo pueblo, La Libertad, Chontales; mi madre, el Cardenal y yo, nacimos en La Libertad, y había esa afinidad.

Nos visitó en varias ocasiones, cuando hacíamos huelgas de hambre; una vez hicimos una que duró 45 días, pidiendo la libertad de un profesor salvadoreño, Efraín Nortan Walton, que había sido capturado en la época de Somoza, ya había cumplido pena y no lo querían liberar; y pedíamos también, la libertad de un ex guardia de Somoza, Francisco Ramírez, que se incorporó al Frente, nos entregó el fusil, lo descubrieron, lo capturaron y lo metieron preso.

Ya había cumplido condena y no lo dejaban libre, entonces nosotros, hicimos una huelga de hambre, que duró 45 días y, allí, llegó el Cardenal Obando a mediar, interceder para que, al final, cedieran. Había protestas en las calles, pero el gobierno estaba muy duro y, al final ¡cedió!

Al triunfo de la Revolución, nos acompañó el Cardenal, estaba en la Plaza. Cuando la toma del Palacio, inmediatamente lo llamamos; después, al triunfo de la Revolución, nos acompañó. Pero, aquí se presentó un fenómeno en Nicaragua, que fue un fenómeno latinoamericano, el fenómeno de la Teología de la Liberación.

Nosotros, en ese momento, no llegábamos a dimensionar las grandes contradicciones que generaba la Teología de la Liberación. Yo diría que todavía en los 79, 80, no hacía crisis en el seno de la Iglesia Católica… estaba planteado el debate, las discusiones, pero, de repente, aquello se tornó, altamente conflictivo, en el caso de Nicaragua.

En la medida que algunos sacerdotes fueron ocupando cargos, y comprometidos con la Teología de la Liberación, vino el Papa, y nos pidió que los retiráramos de los cargos. Realmente, hizo la solicitud con todo respeto, pero, bueno, nosotros pensábamos que era saludable para el país, por la experiencia de estos sacerdotes, que se mantuvieran al frente de estos cargos y eso, nos generó una contradicción.

Una contradicción que no contribuyó y que, quizás, ya uno con el paso del tiempo, piensa… si hubiésemos actuado con más flexibilidad, nos hubiésemos entendido con los mismos sacerdotes, pero, no fue posible! Nuestra juventud, nuestra rebeldía, nuestra energía, no nos permitía actuar con tanto cuidado, con tanto tacto y ¡tuvimos contradicciones fuertes!

Pero, en medio de las contradicciones, siempre mantuvimos, yo mantuve la comunicación con el Cardenal Obando, con la Conferencia Episcopal. Y, luego de los Acuerdos de Esquipulas, donde acordamos formar Comisiones de Reconciliación en cada país centroamericano, Nicaragua fue la primera en formarlas. Yo, regresando de esa reunión, invité al Cardenal Obando para que presidiera la Comisión de Reconciliación; invité también a un pastor evangélico, el Reverendo Gustavo Parajón, como Vicepresidente, ¡y ayudaron mucho!

Indiscutiblemente, la voz, la fuerza de un líder religioso, para ayudar a generar confianza en un clima tan duro, como el que vivíamos en Nicaragua, era determinante, y que se pudiera poner fin a la guerra; que se pudieran entender las familias nicaragüenses, en los lugares de mayor conflicto, donde, no era posible, hasta ese momento, ni siquiera cruzarse palabras.

Este proceso de reconciliación, halló adoquines, y su momento culminante, diría, fue en el año 2004; siempre, nosotros en comunicación con el Cardenal, él hacía su mensaje; las fuerzas que nos adversan tomaban el mensaje como mejor les parecía. Le tenían mucho respeto al Cardenal, lo admiraban, lo alababan; los medios de comunica-ción que están al servicio del gran capital, y que no les gusta pagar impuestos, también hacían lo mismo.

¡Sí, no les gusta pagar impuestos! En Estados Unidos pagan impuestos, en todas partes se pagan impuestos… aquí, no les gusta pagar impuestos. Ellos también alababan al Cardenal, porque agarraban ciertos mensajes, así como ciertos mensajes de Su Santidad el Papa, para convertirlos en mensajes políticos en contra del Frente Sandinista, manipulándolos.

En el 2004, el Cardenal decide aceptar oficiar una misa el 19 de Julio, una misa por la reconciliación. Ese fue nuestro pedido, una misa por la reconciliación en la Santa Iglesia Catedral. Su Eminencia celebró la misa, algunos de ustedes que nos acompañaban para los actos del 19 de Julio, estuvieron participando de esa misa…

De allí en adelante… el Cardenal dejó de ser el bueno para los ricos, para los capitales que están detrás de algunos medios de comunicación. Ya se convirtió, entonces, en el malo. Empezaron a ridiculizarlo, a caricaturizarlo de la forma más irrespetuosa, más grotesca, más vulgar.

Y el Cardenal, que antes fue para ellos un héroe, se volvió villano, simplemente, porque decidió hacer una misa por la reconciliación. ¡Qué mentalidad! ¡Qué veneno el que tiene esta gente adentro! ¡Qué resentimiento! tiene esta gente! Y esto explica, porqué ellos son los que siguen alimentando la confrontación.

Como les decía, a pesar de la campaña que ha sido feroz, en contra de la Iglesia… ¡una campaña terrible! ahora, la iglesia es mala, porque acepta hacer una misa por la reconciliación y porque la realizó el Cardenal en el año 2005 y la volvió a realizar este año 2006. ¡Eso es malo! según ellos. Es una actitud dictatorial; ellos que tanto hablan en contra de la dictadura, son los mayores dictadores.

Hemos logrado este avance con la Iglesia, en el proceso de reconciliación… sin condiciones, lógicamente; ellos, con su posición crítica; nosotros respetando esa posición. Lo importante es que todos somos nicaragüenses, todos somos hijos de un mismo Dios, en todo este Planeta y, en pueblos como los nuestros, donde el 99.9% de la población es creyente, habrá un 0.01 % no creyente… pero, de repente, el no creyente ¡también invoca a Dios!

En este pueblo, que es tan católico, cristiano, evangélico, indiscutiblemente que la Iglesia Católica y la Evangélica, están contribuyendo a que erradicamos el odio; porque nuestro mensaje es ése y, no se trata de olvidar. Nadie puede olvidar a sus muertos, pero, no se trata de estar recordando a los muertos para alimentar odio y confrontaciones ¡no se trata de eso!

Nosotros consideramos que el mensaje de la reconciliación, está avanzando, pero, por otro lado, está el mensaje de la confrontación, del odio; la campaña sucia. Nosotros hemos dicho, a la campaña sucia, no le respondemos con campaña sucia. Le respondemos con nuestro programa, con nuestras propuestas, con la reconciliación, el entendimiento.

Y debemos librar también la batalla contra las artimañas y maniobras que, con todo el poder que ellos tienen, pueden montar. Ahorita, por ejemplo, como parte de la campaña que quiere favorecer a determinado candidato, un canal televisivo que está al servicio de ese candidato, es de los que más siembra la confrontación, el odio y el veneno; junto con la CNN, donde ya no está nuestro amigo Ted Turner.

Cuando estuvo Ted Turner en la CNN, yo diría que tuvo una actitud decente; luego que salió Turner, la CNN se ha convertido en un instrumento al servicio de las políticas de la confrontación y de la fuerza.

Entonces, viene la CNN con este canal televisivo, deciden, por sí y ante sí, organizar un debate ¡sin consultar con los candidatos! Es decir, con una mentalidad patronal, ellos deciden organizarlo; deciden quiénes van a ser los moderadores; deciden el día, la hora, el local del debate. Y, simplemente, empiezan a publicar un anuncio en el que dicen “que invitan” a los candidatos, al debate… ¿qué se han creído? Se creen los dueños de Nicaragua, ahora, los de la CNN y los señoritos éstos del Canal 2, porque son unos señoritos, con ínfulas de príncipes, los que tenemos allí, en el Canal 2.

Organizan el debate y todo esto ya está montado; combinados con un diario, que ya adelantó la encuesta, porque ellos tienen sus líneas de encuestas y, en ella, ya está claro que la gente está a favor de que, se tiene que ir al debate. Y si van, y preguntan a la población ¿cuántos están viendo los debates en televisión? ¡Muy poca gente está viendo debates por televisión.

Por dos razones, uno, que los debates están totalmente dirigidos a favorecer a las fuerzas de derecha, donde todos ellos, su mensaje es de confrontación en contra de la Unidad Nicaragua Triunfa. Es un mensaje de confrontación y, todos están disputándose, que ellos son los que van a acabar con Daniel, con esta Unidad Nicaragua Triunfa. Esa es la disputa entre ellos.

Pero, además, está el otro problema… ¡están los apagones! Es decir, ¿quién estará viendo programas de televisión ahora, si la gente se está perdiendo la telenovela? porque aquí, la gente lo que más ve, son telenovelas, películas, programas de humor; los niños, con “los muñequitos” como decimos aquí.

Como tenemos apagones y ayer, estaba conversando con la Comandante Elia María Galeano, una comandante de campo de la Resistencia, de las que combatían; hermana de Israel Galeano, uno de los grandes líderes de la Resistencia, que en paz descanse. Ella, con un grupo de comandos, se incorporó a la primera alianza que hizo el Frente con la Resistencia, en el año 1996.

Estaba conversando con ella y me contaba de un recorrido que andaba haciendo, por el lado de Ayapal, Wamblán, comunidades que están en la profundidad de la montaña, en los departamentos de Jinotega, por la Costa; al lado de Wiwilí, Nueva Segovia, Murra. Ella es originaria de esa zona; toda su familia estuvo con la Resistencia, con la Contra.

Me comentaba que conversando con antiguos miembros de la contra que han estado con el Partido Liberal, en estos años, le decían: pero es que va a volver la noche negra. Y ella le decía, pero, “acordáte que la noche negra, era porque nosotros les volábamos las torres.” Porque la Contra, volaba las torres de energía y dejaba a oscuras… no era un problema de falta de abastecimiento de petróleo, bunker; o de que las plantas hidroeléctricas no estuviesen funcionando; o que no funcionaran las plantas geotérmicas.

Porque, en medio de la guerra, nosotros ¡construimos dos plantas geotérmicas! que le incorporaron 70 megawats al sistema nacional. A ustedes, les deben sonar ridículas estas cifras, porque, la demanda de energía de Nicaragua, anda por los 450, 500 megawats y, la producción en estos momentos, puede andar por unos 400 megawats, y para nosotros, incorporar esos 70 megawats, ¡era una hazaña!

Y los incorporamos con energía propia, porque tenemos un potencial de hasta 3,000 megawatas en la geotermia. Y allí, en la base del Volcán Momotombo, se construyeron dos plantas. Gracias a la solidaridad nos venía el petróleo, teníamos bunker, diesel, para alimentar las plantas térmicas y, teníamos las plantas hidroeléctricas.

Es decir, no era un problema de capacidad instalada ni de producción de energía, sino que el problema nos lo creaban, como le recordaba la Elia María al otro comandante de la Contra. “lo creábamos nosotros, porque nosotros volábamos las torres.” Era la contra, la que volaba las torres de energía y cuando lo hacían, nos dejaban sin luz. ¡Ese era el problema!

Y ahora, le decía Elia María, ¿ahora, cómo estás? hablándole de la situación económica, social. Les decía que en estas condiciones, muy poca gente ve televisión, porque con los apagones de 8 horas… ayer, fue un apagón grande en Managua; un día anuncian que los van a reducir, otro día anuncian que se incrementarán.

Un día dicen que van a ser de 8, 10 y hasta 12 horas; otro día dicen que van a ser de 2 horas. ¿Dónde está el problema? El problema es que no han invertido en proyectos energéticos, donde utilicemos nuestros propios recursos. No ha habido una política de Estado… Ha habido unas pequeñas inversiones, no lo vamos a negar, pero, no ha habido una política para multiplicar esta inversión.

Se podría estar multiplicando plantas de energía en todo el país, pequeñas plantas de energía como las que están desarrollando en Brasil, donde han logrado desarrollar de 5, 10 megawats; no son esos grandes megaproyectos, pero, son plantas hidroeléctricas que en el corto plazo, ya están funcionando.

Además, como el régimen de lluvias es cada vez más irregular, podemos identificar bien las zonas donde haya un mejor régimen de lluvia, y allí, instalar plantas hidroeléctricas. En las zonas, donde el régimen de lluvias no es muy bueno, también la planta hidroeléctrica, porque si no llovió, buscar alternativas con plantas geotérmicas. Tenemos el potencial en Nicaragua.

Nicaragua tiene recursos para autoabastecerse y vender energía en Centroamérica; en estos 16 años, no se ha invertido; el Estado no se ha metido a hacer una política de estímulo a la inversión, sino que más bien, han puesto obstáculos y trabas. ¡Y miren lo que está pasando en estos momentos en Nicaragua, en plena economía neoliberal! Es decir, ¿este es el éxito de la economía neoliberal? Privatizaron y miren los resultados… apagones por todos lados.

Les decía que, el famoso debate que han organizado, es una conspiración! La CNN conspirando con el canal ése, y con el diario que todos conocemos; una conspiración para favorecer al candidato que también, todos conocemos.

Pero, la verdad es que ellos juegan con encuestas; un día nos ponen abajo; otro día nos ponen arriba, para tratar de darle credibilidad a sus mentiras, porque después, ponen arriba al que a ellos les interesa. Por eso, es que yo insisto con el pueblo nicaragüense y les digo: la encuesta va a ser el cinco de noviembre, cuando se haya depositado y se haya contado el último voto.

Quiero referirme a un tema muy importante y es la labor de Observación. Aquí, en 1990, vinieron muchos observadores; el Consejo Supremo Elec-toral, era totalmente sandinista, y era un Consejo Electoral eficiente, no se le pudieron erigir faltas.

Aquí se estableció una forma de votación para acercar la mesa de votación al votante, lo que hace que las elecciones en Nicaragua, sean de las más claras en América Latina. Los que siempre están tratando de descalificar, han montado una campaña en contra de que los costos son tan elevados.

La respuesta es la siguiente: si queremos costos bajos, alejemos las mesas de los votantes y, vamos a tener entonces, un enorme abstencionismo. Lo que nosotros hicimos, fue acercar las mesas a los votantes, para que la gente, caminando llegara a ellas y que, en cada mesa de las Juntas de Votación, vote un máximo de 400 personas.

Ese fue un esfuerzo que hicimos, de manera extraordinaria, para lograr que la mayor parte de los nicaragüenses votaran, y lo hicimos, desde el año 1984, en la primera elección. Ya estaba instalado ese sistema y para el 90, lo desarro-llamos para mejorarlo.

Y, con un Consejo Electoral sandinista, con las encuestas que decía que nosotros ganábamos, al final, el Consejo reconoció los resultados, y nosotros admitimos un revés electoral ¡y entregamos el Gobierno! Esa es la realidad. Y todos los observadores que estuvieron en esa ocasión ¡muy contentos!

Luego, en el 96, el Consejo Electoral ya era otro, como resultado de la campaña revanchista, que fue alimentada por sectores de la UNO, por toda la UNO, pero en el Gobierno hubo sectores revanchistas que alimentaron esa campaña, despidieron a miles de trabajadores del sector salud, miles de profesores, a todo aquél que estaba calificado como sandinista. Fue una represión, una violación a los derechos humanos, ejercida por los demócratas.

Porque ellos se dicen muy demócratas, nosotros no somos demócratas; todos ellos se autodefinen como las fuerzas democráticas, que están luchando contra la fuerza antidemocrática, que es el Frente.

En esta ocasión, también lanzaron su revanchismo hasta los Poderes del Estado, Corte Suprema de Justicia; Poder Electoral, Contraloría, etc.; fueron trabajando de tal manera que, se trataba de una persecución por la forma de pensar del ciudadano. Si era sandinista, no podía ser Magistrado… ¡había que despolitizar! quitando al sandinista y poniendo a quién? al liberal, al conservador, al demócrata cristiano, al que era de la UNO. Eso era democratizar.

Poner al que está al servicio del capital, porque los del COSEP, los capitalistas, también proponen siempre a sus candidatos para los Poderes del Estado… ¡para despolitizar! Es decir, para entregar, lógicamente, el poder a las fuerzas más conservadoras y derechistas.

Se formó un nuevo Consejo Supremo Electoral, con una Presidenta que venía del sandinismo y que terminó, dedicándole canciones al doctor Alemán; porque a la señora le gusta cantar y cada vez que cumplía años el doctor Alemán, le dedicaba canciones… ¡la Presidenta del Consejo Supremo Electoral!

Entonces el Consejo… ¡era despolitizado! porque los sandinistas no teníamos mayor presencia en él. Ese proceso electoral, fue totalmente desordenado, viciado, corrupto; faltaba un mes para las elecciones y no nos entregaban el Padrón Electoral, pero el Partido Liberal ya lo tenía en sus manos. Recordemos que aquella elección fue polarizada, entre el Partido Liberal y el Frente; aunque participó también el APRE, pero realmente, se polarizó entre las dos fuerzas.

El día de las votaciones, esto fue un desastre y, algunos de ustedes, que estuvieron aquí en Nicaragua, observaron lo que pasó en aquella ocasión. No solamente se observó, fue filmado por todos los medios de comunicación nacional e internacionales. Al día siguiente de las votaciones que recibí en la Oficina Nacional del Frente a algunos observadores, que son los que valen para la gente del Norte.

Recibí al Expresidente César Gaviria, que era entonces el Secretario General de la OEA; al Expresidente Carter y al entonces Expresidente Oscar Arias, que andaba como parte de la misión. Les di la bienvenida y les dije: ya vieron lo que pasó.

Tomó la voz cantante el Presidente Arias y me dijo: “Daniel, en cualquiera de nuestros países, por hechos mucho menores de los que hemos observado aquí, se suspenden estas elecciones y se convoca de nuevo a elecciones; pero aquí, no puede pasar eso, porque acuérdense, están ustedes, la Revolución, los Estados Unidos. Tienen que entender ustedes que no hay más que aceptar.”

Salieron de la reunión, dieron sus declaraciones, dijeron que las elecciones habían tenido sus debilidades, pero que ¡estaban bien…! Desde ese momento ¿qué podemos confiar nosotros en los observadores? ¿Qué confianza podemos tener en ellos?

Hay observadores que vienen, que nos acompañan, realmente, con una actitud constructiva, respetuosa; pero, hay observaciones que son totalmente injerencistas, irrespetuosas y que están, simplemente, para facilitar o crear condiciones, para que ganen los que son los candidatos del capital; los candidatos del neoliberalismo; y, para evitar que gane una fuerza como el Frente.

¿Qué está pasando en estos momentos? y es importante que ustedes, hermanos de la COPPPAL, lo conozcan. Primero, da la casualidad… ¡que no es ninguna casualidad, ya lo sabemos!… que cuando, recién asume la Secretaría General de la OEA, el amigo José Miguel Inzulsa, aquí en Nicaragua hay un debate entre la Asamblea Nacional y el Ejecutivo.

Se han llevado a cabo unas reformas, el pecado de las cuales, es darle más poder a la Asamblea y quitarle poder al Presidente. Ese era el pecado de las reformas; porque nosotros, estamos convencidos que hay que restarle poder al Presidente y darle más poder a la Asamblea y… que hay que restarle poder a la Asamblea y darle más poder al pueblo, abriendo espacios de participación ciudadana.

Simplemente, estamos buscando cómo fortalecer lo que es una democratización del poder en Nicaragua; pero, como el que está en medio de esto, llevando la iniciativa es el Frente, entonces, hacen venir al Secretario General ¡en su primera misión! a Nicaragua. Donde, no habían grandes manifestaciones en las calles, no habían tumultos, no había una situación de ingobernabilidad, simplemente, el debate normal que se da entre un Parlamento y un Presidente, o un Primer Ministro en el caso de Europa.

Mientras, en Ecuador y en Bolivia, el pueblo está en las calles y los gobiernos ¡están a punto de caer! Yo le decía a José Miguel: tendrías que estar en Bolivia, en Ecuador, no en Nicaragua; pero, lo mandaron a Nicaragua. ¿Quiénes lo mandaron a Nicaragua, quiénes presionaron para que viniera aquí?

En lo que es este proceso de observación de la OEA, ¿con qué nos encontramos? Con una OEA, que tiene la misión más grande instalada en país alguno de América Latina; la misión más costosa, pagada, en un 80% por el Gobierno norteamericano. ¿Qué tarea le han encomendado a la misión, entre otras? Descalificar el proceso.

Ahora, hay que descalificar el proceso, porque el Frente va a ganar! y, el actual Consejo Supremo Electoral, entre sus miembros, empezando por su Presidente… ¡es el mismo Presidente del Consejo Supremo Electoral que le dio la victoria al Ingeniero Enrique Bolaños para el 2001! Ese Presidente del Consejo Supremo Electoral que entonces, era reconocido y aplaudido como muy eficiente y muy honesto, cuando le da la victoria al Ingeniero Bolaños… ahora, ya no es ni eficiente, ni honesto.

Ya dejó de ser eficiente y honesto; ahora, ya es sospechoso de estar promoviendo un fraude, sencillamente, porque están convencidos ellos mismos, que, independientemente de las encuestas que inventen… ellos saben que aquí, hay una tendencia irreversible para una victoria de esta Unidad Nicaragua Triunfa.

¿Qué han hecho? Han hecho algo que tampoco tiene precedente… la OEA, cuando va a observar, le presenta el informe a la Asamblea, después de las elecciones. En cambio aquí, ya empezó a presentar informes; presentó un primer informe en el mes de agosto, donde tienden a descalificar el proceso electoral. ¿Cuáles fueron los titulares de los medios al servicio de la oligarquía, del capitalismo salvaje? OEA confirma el fraude.

Esos fueron los titulares, a pesar de que, el Secretario General, José Miguel Insulza, después que el Presidente de la misión de la OEA en Nicaragua, el excanciller Gustavo Fernández de Bolivia, rindió su informe; el Secretario General hizo una intervención donde trató de ubicar, realmente, lo que es el proceso electoral nicaragüense, con sus defectos, pero también con sus avances cualitativos y señalando, que no hay proceso electoral perfecto en el mundo.

Ya están preparando el segundo informe y lo van a presentar en octubre, digamos a pocas semanas de las elecciones. La intención es que ese informe, sea un informe que reciba el respaldo de la mayoría de los miembros de la OEA, para descalificar el proceso electoral en Nicaragua y, por lo tanto, restarle legitimidad a la victoria de la Unidad Nicaragua Triunfa.

Ese es el plan, así está trazado. Ya el primer informe se presentó en agosto, están preparando el segundo informe para octubre. Claro, que cuando presentaron el primer informe en agosto, lo respaldó, lógicamente, en primer lugar, el Representante del Gobierno de Nicaragua… él tiene su candidato, porque el gobierno de Nicaragua, el Presidente, tiene su candidato. Pidió el respaldo de todos los Representantes de la OEA a ese informe y, ¿quiénes se sumaron? Lógicamente, Estados Unidos, El Salvador y Guatemala. El resto de los países, no se sumó, e incluso, fue muy digna la intervención del Representante de Chile en ese debate.

Ahora, viene la segunda ofensiva para octubre y, nosotros tenemos la seguridad que, con la OEA actual, donde tenemos una gran mayoría de países latinoamericanos y caribeños con una posición digna, respetuosa; una actitud a favor de lo que es la independencia, la soberanía de nuestros pueblos. Estoy seguro, que aún cuando intenten buscar la aprobación de una resolución pensada para tratar de descalificar las elecciones en Nicaragua, seguramente, se van a encontrar, con que no van a lograr los votos.

Pero, el hecho de que llegue un informe y que lleve elementos destructivos, eso, manejado mediáticamente, independientemente que en el Consejo no logren los votos… va a tener su impacto; porque, a última hora, ¡qué les importa no tener los votos en el Consejo! Lo que les interesa es que llegue el informe y que luego, sea potenciado por los medios de comunicación, en esa guerra mediática que sostienen día a día, en contra nuestra.

Por eso, es que, con todo el respeto que nos merecen muchos de los miembros de misiones de observación de la OEA, del Centro Carter… nosotros hemos dicho que ¡no creemos en observadores! No podemos creer en observadores; creemos en los fiscales. Cada fuerza política pone sus fiscales y esos ¡son los mejores observadores para defender el voto!

¿Qué pasa con la OEA? Es una OEA que se mueve, en función… ¿de qué intereses? Yo no vi a la OEA preocupada, cuando se daba el debate en Estados Unidos, en la primera elección en que participaba el Presidente Bush, contra Al Gore. Estaba la discusión en La Florida y, Estados Unidos es miembro de la OEA, pero la OEA ¡no dijo esta boca es mía frente a un problema como ése! No dijo una sola palabra, no se fue a meter allá.

Es decir, vemos una actitud totalmente dirigida para tratar de evitar la victoria de… no evitar la victoria del Frente, porque ya eso lo dan por un hecho, sino, tratar de descalificarla, deslegitimarla. Ese es el plan que vienen desarrollando.

En todo esto, nosotros siempre les damos la bienvenida a todos aquellos amigos de la comunidad internacional, latinoamericanos, caribeños, norteamericanos, europeos, asiáticos, africanos, que quieran venir a acompañarnos. Un acompañamiento en estas elecciones, y que puedan observar, ver. ¡Eso es observar! Lo otro, es imponer un suprapoder sobre el Poder Electoral nicaragüense, quieren tomarse directamente, el Poder Electoral. Eso, sencillamente, no es posible, debe haber un respeto mínimo a nuestras instituciones. Pero ellos, están apostando por la descalificación de estas elecciones.

Queremos invitarlos a ustedes, a que nos acompañen en estas elecciones. El acompañamiento es respetuoso, eso no es injerencismo; el acompañamiento es para contribuir a que se fortalezcan las normas que tiene establecido el sistema electoral nicaragüense; para que se fortalezca la institucionalidad… para eso es el acompañamiento, no para venir a atentar contra la institucionalidad.

Tenemos que seguir luchando los nicaragüenses, como latinoamericanos, como caribeños, como ciudadanos del mundo, porque, esta batalla que estamos librando, realmente, borra las fronteras. Nuestros adversarios han borrado las fronteras; la globalización borra las fronteras. La globalización a favor del neoliberalismo, a favor del capitalismo salvaje.

Los pueblos, para defendernos, también tenemos que borrar las fronteras, tenemos que integrarnos, unirnos y, allí, cobra una enorme trascendencia este momento histórico que está viviendo América Latina y El Caribe, por la integración, la unidad latinoamericana y caribeña.

Tenemos que estrechar los vínculos con las fuerzas políticas europeas, norteamericanas, las más sensibles al sentido de la solidaridad y a las luchas que tenemos que librar por la sobrevivencia de la especie humana. Porque esos luchadores, están en todo el mundo.

Luchar por la solidaridad de los pueblos latinoamericanos y caribeños, que ¡nunca han sido agresores de potencia alguna! sino que hemos sido víctimas de las agresiones de las potencias y, por eso, es que, hoy más que nunca, tenemos que ratificar nuestra solidaridad para con el hermano pueblo de Cuba, que hoy es anfitrión de la Cumbre de Países No Alineados.

Nuestra solidaridad, nuestro respeto, nuestro cariño para Fidel, para ese pueblo. También nuestra solidaridad y nuestro cariño, para el pueblo Bolivariano de Venezuela, que encabeza el hermano Hugo Chávez. Nuestra solidaridad, nuestro cariño, para el pueblo brasileño, con nuestro hermano Lula; seguros de que va alcanzar la victoria, nuevamente, en octubre.

Nuestra solidaridad para con el pueblo boliviano, con ese líder de los pueblos originarios, Evo Morales; nuestra solidaridad para con el valiente, heroico, tenaz y luchador, pueblo puertorriqueño.

Nuestra solidaridad para con todos los pueblos de América Latina y El Caribe que, hoy más que nunca, están caminando con la frente en alto. Están haciendo sentir su voz; están actuando con un sentido de unidad, de integración.

No se está avanzando lógicamente, con los ritmos que todos deseáramos, pero, tendrá que hacerse realidad, la unidad latinoamericana y caribeña y, aún más… ¡tendrá que hacerse realidad la unidad de todas las Américas! Porque, algún día, el pueblo norteamericano, se va a sumar a esta gran unidad con los pueblos de América Latina y El Caribe.

Les agradecemos el reconocimiento que han otorgado a ese gran luchador centroamericano, nuestro hermano Shafick Handal, que está en nuestro corazón. Igualmente, el reconocimiento que le han otorgado a nuestro querido hermano, fundador del Frente Sandinista, Comandante Tomás Borge Martínez.

Gracias, hermanos de la COPPPAL, y ¡adelante, hacia nuevas victorias, unidos, siempre!

25 de enero: van cuatro décadas…

25 de enero: van cuatro décadas… – Thursday, March 20, 2003 hora 23:54

Dr. Danilo Velado

Las cosas sucedieron así: el 24 por la noche en el “Salón Azul” de la Asamblea Legislativa (un área cuadrada donde 54 diputados se hacinaban para dejar lugar al “público” que estaba, baranda de por medio, en la parte trasera de los curules; y donde posiblemente, de pie y apretujados, cabrían unas cincuenta personas).

Esa noche, los partidos de oposición se habían reunido para discutir la forma de realizar elecciones libres. Tres meses antes, el 26 de octubre de 1960, había sido lanzado del poder el Presidente de entonces, José María Lemus, a quien Oscar Osorio, su predecesor, “escogió” para que lo sucediera. Más adelante contaré lo que Osorio nos dijo en México, cuando compartíamos un asilo.

Volviendo a las fechas: 25 de enero de 1961, los aviones de la Fuerza Aérea habían sobrevolado desde tempranas horas varios puntos de San Salvador, con específica mención de los cuarteles. Como quiera que el que escribe vivía en La Rábida, los aviones pasaban raudos, con fuerte sonido por volar tan bajo sobre las casas de los estupefactos citadinos que no se explicaban, en un inicio, qué ocurría.

Días atrás yo había vendido “el chapudo” (un viejo carro Hillman bautizado así por Tulio Sáchez Segovia, compañero de afanes periodísticos) vendido, digo, a Serafín Quiteño, con quien compartíamos la redacción de El Diario de Hoy, pues Serafín tenía otro carro igual de desvencijado y de los dos iba a conseguir integrar uno solo…
Las instalaciones del periódico estaban en la 8ª. Calle poniente, precisamente frente a lo que se conoció como Cine París. A ese mismo lugar había llegado también, alrededor del 10 de ese mismo enero, José Luis Salcedo Gallegos, abogado y escritor, gran amigo y asesor que fuera del posteriormente Director de la Guardia Nacional, José Alberto “chele” Medrano. Cuando llegó a la redacción del Diario iba furioso, con un revólver – como siempre lo usaba – calibre .38 al cinto. “Mirá hijueputa” fueron las primeras palabras cuando se dirigió a mí, sentados uno a la par del otro en la propia redacción “por vos me echaron de la Universidad, me declararon hijo indigno; pero te voy a aniquilar física y moralmente, oíste?” En verdad, en una asamblea estudiantil celebrada en el auditorio de Derecho, tomé la palabra para pedir que a Salcedo, que era profesor de la UES, se le declara hijo indigno de la Universidad por sus nexos golpistas, pues él andaba llevando, como todos los comprometidos en ese golpe del 25 de enero, una pequeña navaja de conchanácar, con una complementaria y delgada cadena que daba la impresión de ser llavero pero que instituía, a su portador, como persona que estaba en contra de la Junta de Gobierno que había sucedido a J. M. Lemus. Era la “señal” de quienes confabulaban.
Confabulación que se concretó ese mismo 25 de enero en horas de la madrugada, y a raíz de lo cual fuimos algunas decenas de nosotros a dar a México. Pero sigamos con lo del 25: esperaba, entonces, el bus que me llevaría a El Diario, a eso de las siete y media de la mañana, cuando se me acercan dos individuos vestidos de paisano (eran de la GN) y tomándome del saco, me dice uno de ellos:
— Ud. es el bachiller Velado?
—Sí, les contesto
— Pues va a pasar con nosotros porque…
No dejé que terminara de hablar y de mi cintura a la vez saqué una escuadra (que era calibre 22, casi inocua; y encima de eso no tenía cartucho en la recámara…. uno se ríe después de aquellos avatares! La tal pistola me la había prestado un amigo porque no quería yo que Chepe Luis Salcedo me agarrara con las manos vacías…) ellos entre tanto empezaron a buscar su arma en el interior de la camisa. De inmediato corrí a diez metros, entré a una tienda donde boté la cámara, propiedad de El Diario, con la que había estado tomando fotos del foro oposicionista la noche anterior hasta eso de las 11. Me dice el dueño de la tienda:
— ¿Qué te pasa, Danilo?
Respondo:
—Me viene siguiendo la policía…
Y él, de inmediato, me dice entre afligido y preocupado:
— Pero andate al carajo porque yo soy empleado del Ministerio de Defensa!…
¡Bonito medio de escape que había buscado! Sin embargo, seguí adentro de la casa, había una escalera sobre un pequeño muro, salté a la casa vecina, me dice la señora de igual modo qué ocurría y cuando le explico me consuela:
— Métase al baño, ahí enfrente….
— No, le digo, si me vieron entrar en la casa vecina, ya vendrán luego a registrar esta.
Voy de nuevo al fondo de la casa y otra escalera, con más altura:
— No se vaya por ese lado — me dice la señora – que en ese mesón viven unos “orejas”— ¿Y aquí? Pregunté, en tanto ya caminaba por el canal de aguas lluvias sobre el tejado.
— Ahí viven unos profesores – me explicó. La historia sigue con que no registraron esa casa, mi amigo que ahí residía fue (ya casi al mediodía) por un automóvil prestado, retorné por el mismo sitio donde ya habían registrado, y le dije a mi amigo que me llevase a la Universidad: estaba cerrada. A la Embajada de Honduras, recién había cambiado de dirección. Opté por la Embajada de México porque el Embajador, un ilustre diplomático de grata recordación, Emilio Calderón Puig, era amigo de algunos periodistas que solíamos ser invitados a sus fiestas.
“Parece que este hotel le está gustando a mucha gente” me dice como al tercer día el Embajador, a la hora de compartir su mesa al mediodía. Y es que ya para entonces se habían refugiado ahí Fabio Castillo Figueroa, que era miembro de la Junta depuesta. El general Adán Parada, que fuera Ministro de Defensa de Lemus pero que participó en el golpe en contra de él, y quien durante los tres meses de la Junta se desempeñaba como Presidente del equivalente ahora al ISTA. Roque Dalton igualmente y muchos otros más (alrededor de veinte) que, posteriormente, hicimos el exilio menos afectante cuando nos reuníamos, en no pocas ocasiones, en casa de los Carías Delgado, algunos de ellos exiliados y otro más que ya estudiaba en México.
Qué significó para cada quien ese ostracismo? He de mencionar que al igual que Fabio Castillo, en México estuvieron asimismo René Fortín Magaña, actualmente Magistrado de la Suprema Corte y Ricardo Falla Cáceres, en años posteriores Gerente de la Compañía Salvadoreña de Café con quien estuve laborando como asesor periodístico durante algunos años. Ricardo dejó gratos recuerdos en muchos y asimismo fue combatido por su gestión en la Compañía por otros más. Ya hace varios años que emprendió el viaje final.
El significado, retornando al párrafo anterior, fue diverso para cada quien: Roque partió hacia La Habana, Fidel Rodríguez Quintanilla, ex Director de la Policía Nacional en época osorista, se quedó un tiempo en México, lo mismo que Osorio y el general Parada… los demás fueron regresando al pasar los meses y haberse instalado el gobierno de Julio Adalberto Rivera, a mitad del año 62. Pero hay otras cuestiones más que bien vale la pena rememorar, para trazar un parangón entre aquellos días y los que vivimos: cuarenta y un años y una guerra, no han hecho cambiar mucho las cosas.

(Este y otros artículos del mismo tema fueron escritos al inicio del presente año, 2003).

El comunismo en México: entre la marginalidad y la vanguardia

El comunismo en México: entre la marginalidad y la vanguardia
Publicado en 179 enero 2004 | Concheiro Bórquez, Elvira | Ensayo

Frente a la necesaria revisión crítica de la izquierda mexicana, la cual en muchos sentidos recién comienza, el estudio del significado y alcance que tuvo el Partido Comunista Mexicano (1919-1981) es, sin duda, obligado. Presentamos aquí algunas partes de la ponencia presentada en el Seminario “Territorios y militantes comunistas: un estudio comparado” del Centro de Historia Social del Siglo XX, de la Universidad de París 1, en enero de este año, con el propósito de contribuir a una reflexión abierta y analítica de una memoria que debe mantenerse, como una de las herramientas con que cuenten todos los que buscan la transformación social de México.

Concheiro Bórquez, Elvira

En 1981, en un momento en que gozaba de bastante buena salud, y después de 62 años de una accidentada existencia, el XX Congreso del Partido Comunista Mexicano decidió, en forma unitaria y con plena conciencia de lo que ello significaba, su disolución. Ese acto daría, de inmediato, curso a la formación de un nuevo partido que reunió a expresiones muy diversas de la izquierda mexicana, que iban desde el nacionalismo revolucionario hasta el trotskismo, pasando por algunas otras variantes.

De esta forma, el PCM fue, mucho antes de que fuera posible prever los acontecimientos que llevaron a la caída de los países del “socialismo real” y a la consiguiente crisis de muchos partidos comunistas en diversas regiones del mundo, el primero y, en esas circunstancias el único, en llevar su autorrevisión hasta el punto de su desaparición como tal partido comunista.

La historia del comunismo en México es, la mayor parte del tiempo, la de una corriente pequeña y marginal que, pese a ello, con sus propias particularidades y su aguerrida y persistente actividad, en varios momentos incidió de manera importante en el curso político del país. Así como, en términos generales, su historia es de breves primaveras y largos y obscuros periodos de marginalidad y persecución que lo llevaron en varios momentos a su práctica liquidación, el comunismo mexicano oscila también entre el atraso y la anticipación, entre la inercia y la audacia, entre la marginalidad y la vanguardia1.

Aunque los comunistas mexicanos fueron casi siempre un número muy reducido y débil de luchadores, con escasas herramientas de análisis y que en largos periodos de su historia se sometieron al más primitivo dogmatismo, también supieron aprender en la propia y abigarrada realidad de su país, en la constante lucha de los trabajadores del campo y la ciudad, así como en los embates que protagonizaron otros sectores como los estudiantes, complejos elementos que enriquecieron su perspectiva y los llevaron a tomar posturas y realizar acciones de pronto más avanzadas y audaces que el resto del comunismo mundial. En ese aprendizaje, sin duda tuvo particular importancia la comprensión de la democracia como camino para la transformación social.

En realidad, aunque mucho de su historia es la misma que la del resto de partidos comunistas, en ciertos aspectos el mexicano no entra en esquema alguno. De forma que, por ejemplo, si los comunistas buscaron afanosamente ser una fuerza y un partido de los obreros, ciertamente no lo fueron, con excepción de breves y difíciles periodos; si los comunistas deberían haber seguido determinadas pautas generales de acuerdo con su ideología y las características del movimiento internacional al que pronto se adscribieron, no siempre lo hicieron y llegaron, incluso, a dar muestras críticas asombrosas en un medio como el comunista; si, en correspondencia con el atraso del país, fue una constante su falta de tradición teórica y analítica, de pronto sorprendieron con la creatividad y anticipación de sus ideas.

Para tratar de desentrañar estos hechos, de los procesos contradictorios, de las inesperadas conductas de sus actores, de lo paradójico de muchos aspectos de su historia, es necesario asentar el análisis en lo singular y específico de la complicada realidad mexicana en la que los comunistas trataron siempre de incidir, pero la cual con frecuencia no les resultaba de fácil comprensión.

México: una abigarrada y contradictoria realidad

Es preciso recordar que toda la vida política de México durante el siglo XX estuvo marcada por ese hecho constitutivo2 que fue la revolución mexicana de 1910 que, tras derrocar al dictador Porfirio Díaz, desató durante largos años una cruenta guerra civil. Dado que los momentos constitutivos o catastróficos tienen la condición de poner a la sociedad entera en disposición de reformular sus patrones ideológicos y también -como decía René Zavaleta-“lo que se puede llamar el ‘temperamento’ de una sociedad”, la manera en que se conciben los sujetos sociales a sí mismos y a los demás depende del papel que cumplen en esos momentos definitorios. De igual modo, las formas particulares que adquiere la dominación y las características específicas de las instituciones y el Estado mismo responden a su momento y manera de construcción.

Es de esa revolución que nace el Estado más consolidado y fuerte de América Latina, cohesionado por una poderosa ideología nacionalista, generador de un régimen corporativo y autoritario, de un presidencialismo absoluto, de una contradictoria pero prestigiosa política exterior.

Producto de esa violenta y larga lucha armada en la que estuvieron inmersos los mexicanos, que realmente diezmó al país, las cosas en México resultan con demasiada frecuencia contradictorias. El impulso revolucionario de grandes contingentes, sobre todo de campesinos, dejó su huella en un poder que, buscando representarlo, requería controlarlo y supeditarlo. Para lo cual, entre otras cosas, se edificó como instrumento hegemónico una historia oficial que, exaltando el nacionalismo, incorporó a todos los programas y demandas, logradas o por lograr, así como a todos los participantes en el movimiento armado, tanto a los vencidos como a los vencedores, en la misma lista de fundamentos de la nación y de héroes de la patria.

Por décadas, la medida de todas las cosas en México fue la Revolución Mexicana (con mayúsculas); cualquier acto de gobierno o de su partido, fue realizado en nombre de ella. Considerada como un hecho inmortal, perpetuo, todas las fuerzas políticas del país, incluidos los comunistas, quedarían entrampadas a través de los años en múltiples intentos por definir su carácter, bien exaltando su realización o criticando su incumplimiento. Tal fue la fuerza de dicho acto constitutivo.

A partir de ello, los gobernantes podían hablar a nombre de los obreros y campesinos, exaltar sus luchas y propósitos, pronunciarse incluso por el socialismo como meta, y al mismo tiempo dividir, controlar, corromper y reprimir no sólo a sus agrupamientos más combativos y a sus líderes rebeldes, sino al conjunto de los trabajadores. El resultado final de ello fue una estructura estatal que integró a las organizaciones populares, de obreros y campesinos, a través del partido oficial.

Habría que señalar que esa contradictoria forma de ser del Estado mexicano también se expresó internacionalmente. Desde el discurso antimperialista de los primeros gobernantes posrevolucionarios, pasando por el antifascismo, el apoyo decidido a la república española, la expropiación de las compañías petroleras norteamericanas, el exilio de Trotsky, hechos que se producen durante el cardenismo, hasta el reconocimiento de la revolución cubana y el rechazo a las dictaduras latinoamericanas, como la de Pinochet, por mencionar sólo algunos actos más recientes, la imagen de México en el extranjero fue siempre la de un Estado progresista y solidario, al punto de que, hasta en las filas de la izquierda mundial, se negaba la otra cara dependiente y autoritaria provocando que el apoyo internacional a las luchas del pueblo mexicano fuese siempre marginal y muy pocas las voces de condena ante las acciones represivas del gobierno3.

Un conflictivo momento para nacer

Cuando, en agosto de 1919, se produce la convocatoria para realizar una Conferencia Socialista con el propósito de crear un nuevo partido unitario de las diversas expresiones de la izquierda socialista de entonces, se vivían en el país aún momentos de gran inestabilidad y de constantes conflictos. México estaba aún lejos de haber logrado la consolidación del naciente Estado que emerge tras la revolución.

No obstante, el partido que surgiría de aquella conferencia, entusiasmado por los acontecimientos rusos de 1917 y confiado en las posibilidades aún de alcanzar en su convulsionado país conquistas revolucionarias de fondo, adoptaría en una reunión, realizada en noviembre de ese mismo año, y por una cuestión que tuvo mucho de accidental, el nombre de Partido Comunista Mexicano e iniciaría sus vínculos con la recién formada Internacional Comunista4.

Durante el proceso de construcción de la corriente comunista y de consolidación de su estructura organizativa, no dejaron de estar presentes diversas dificultades y limitaciones que la mantendrían, pese a su participación destacada en algunos relevantes movimientos sociales y huelguísticos5, como una fuerza pequeña6 que apenas se abría camino en la lucha política del país.

Durante aquella primera década desde la fundación del Partido Comunista Mexicano, el país vivió frecuentes situaciones críticas, provocadas en buena medida por la persistencia de los medios violentos y el asesinato político para resolver las diferencias entre las diversas corrientes del movimiento revolucionario y constituir al nuevo grupo gobernante. Así, en mayo de 1920, a los pocos meses de fundado el PCM, el entonces presidente de la República, Venustiano Carranza, quien había logrado, una vez derrotadas las corrientes más radicales de Emiliano Zapata y Francisco Villa, encabezar a la mayoría de las fuerzas que concurrieron al Congreso Constituyente de 1917, fue depuesto como resultado del levantamiento en el norte del país del otro importante jefe militar y caudillo de la revolución, el general Álvaro Obregón, y poco después asesinado.

A finales del año de 1920, después de un breve y conflictivo interinato, fue electo presidente Obregón, el cual también habría de enfrentar varias sublevaciones militares durante su gobierno, una de las cuales, casi al final de su mandato, tuvo relativa importancia7. Obregón, a su vez, será asesinado en 1928, cuando acababa de ser electo para un segundo periodo presidencial8.

De esta forma, a las dificultades propias de aquellos primeros comunistas, la mayor parte de los cuales tiene una precaria formación intelectual, habría que añadir la complejidad de una situación política en la que, en forma cruenta, la lógica misma de la conformación del naciente Estado y del nuevo bloque dominante habría de terminar aniquilando a todos sus líderes principales, organizadores cada uno de ellos de sendos ejércitos populares que durante varios años combatieron en todo el país. En aquellos años, México vivió, por tanto, una situación permanente de inestabilidad, en la que los gobernantes salidos de las filas revolucionarias buscaban a toda costa la contención de los impulsos rebeldes de una agotada sociedad heterogénea que en la confusión de los acontecimientos no atinaba a saber qué hacer, dejándose arrastrar por la confrontación en las filas de los militares revolucionarios. En contraste, entre los sectores de trabajadores de la ciudad y el campo, pareciese como si entonces, negándose a que sus anhelos que los habían llevado al sufrimiento de la guerra civil se esfumasen, un sector entrara en relevo del otro ante las continuas persecuciones y derrotas de que eran objeto todos.

Frente a esa situación del país, los comunistas, como la mayoría de las otras fuerzas políticas, se ven con frecuencia rebasados por los acontecimientos y carecen de elementos suficientes para entender siempre y actuar adecuadamente en aquella contradictoria dinámica del México posrevolucionario. Sin embargo, su perseverante propósito de lograr la unidad y la independencia de los trabajadores, como manera para alcanzar sus objetivos, los guio aun en los momentos más confusos.

En sus primeros años de existencia, los comunistas recogen algunas de las banderas más avanzadas de la lucha revolucionaria mexicana y se asientan tanto en el nuevo movimiento campesino que con dificultades vuelve a emerger en diversas zonas importantes del país, como en la nueva y más importante expresión artística del México posrevolucionario: el muralismo9. Persistentes organizadores, en una etapa en que se acrecientan las luchas obreras a lo largo y ancho del territorio, no sólo impulsan la creación de los sindicatos en ramas en las que no existían, sino que participan de la formación de los primeros intentos de asociación unitaria que tiene la clase obrera mexicana después de la revolución.

Desde los días siguientes a la formación del Partido Socialista, hubo un par de escisiones por causas bastante banales que no trascendieron en la constitución de la corriente comunista mexicana, por lo que, prácticamente desde su origen, ésta tuvo expresión en un solo partido comunista, aunque en el nivel local permanecieron diversos partidos socialistas que tampoco arribaron a conformar una expresión partidista que tuviera relevancia nacional10. No sería sino hasta la década de los años cuarenta cuando se creó un partido socialista (el que, finalmente, se denominaría Partido Popular Socialista) como un nuevo intento de unir a todas las expresiones de la izquierda mexicana, pero que muy pronto derivó en una organización plegada a los designios del poder estatal y que terminaría sin real fuerza propia.

Durante el momento constitutivo del comunismo mexicano tuvo una relativa importancia la influencia y participación activa de militantes extranjeros, varios de origen estadounidense11, algunos de los cuales ocuparon cargos de dirección y lo representaron ante la Internacional Comunista12. En otros momentos de su historia, el PCM también contó con la participación destacada de comunistas de otras nacionalidades, como es el caso sobresaliente del joven cubano Julio Antonio Mella, quien los últimos tres años de su vida, antes de ser asesinado en enero de 1929 por mercenarios a sueldo del dictador Gerardo Machado en el centro de la Ciudad de México, realizó una intensa actividad desde las filas del PCM, del cual fue, incluso, secretario general interino13.

Una de las primeras crisis serias en las que el nuevo partido quedó reducido a su mínima expresión y de la cual lo salvaron los jóvenes que no hacía mucho habían creado la Federación de Jóvenes Comunistas fue, precisamente, el momento en el que el gobierno de Álvaro Obregón decide, en mayo de 1921, expulsar del país a los “rojos extranjeros”. Lo cual también tuvo como efecto que se debilitara a los partidarios de la colaboración entre comunistas y anarquistas y desaparecieran los otros dos pequeños partidos que competían con el PCM.

En correspondencia, los comunistas mexicanos establecieron nexos con los revolucionarios centroamericanos y participaron de los esfuerzos que arribarían a la conformación de los partidos comunistas en esos países, particularmente en Guatemala y El Salvador. Además de las múltiples acciones solidarias con la Nicaragua de Sandino, así como con otras luchas latinoamericanas, un dirigente del PCM participó también en la fundación del Partido Comunista Cubano, en agosto de 1925, lo mismo que Rafael Ramos Pedrueza, entonces embajador de México en Ecuador, quien contribuyó a la organización del PC de ese país. Una primera iniciativa en el ámbito continental, acordada con la IC, fue la creación de la Liga Antiimperialista que se creó en 1924.

Pese a las múltiples dificultades por la que atravesó, se puede afirmar que para el año 1929 el comunismo tenía carta de naturalización en México; contaba con nuevos dirigentes que tenían un importante reconocimiento entre los sectores en lucha de la población; había logrado consolidar su pequeña estructura organizativa y arraigado a sus militantes en diversos sectores sociales. Desde luego, ello no significó que en los periodos posteriores dejaran de ser cíclicas y persistentes las crisis tanto de dirección como del conjunto de la organización partidista de los comunistas.

“En el momento en que se disponían a combatir a muerte el último levantamiento militar del periodo posrevolucionario14 escribe Martínez Verdugo los comunistas podían hacer un balance optimista de los primeros 10 años de su accidentada labor. Habían organizado y dirigían en alianza con los demócratas revolucionarios la más importante organización campesina surgida en el país desde que los ejércitos de Villa y Zapata fueron derrotados y diezmados. Como resultado de su audacia y larga labor entre los obreros, habían dado vida a lo que en ese momento era la segunda central sindical por su número y la primera por su prestigio y autoridad entre los obreros. Bajo la influencia de los comunistas se desarrollaba el movimiento cultural más trascendente de la historia del país: la pintura mural, y crecían nuevas expresiones en la literatura y en la música. Los vínculos del PCM con el ala radical derivada de la revolución de 1910 eran más fuertes que nunca, a pesar de que siempre fueron contradictorios. El prestigio de los comunistas nunca había sido mayor entre la población trabajadora y la intelectualidad”15.

Obreros, anarquistas y comunistas

Como hemos señalado, en la historia de los comunistas mexicanos encontramos, como primera gran paradoja, el hecho de que, concibiéndose a sí mismos como expresión (la más avanzada, se decía) de la clase obrera mexicana, en realidad en pocos y efímeros momentos tuvieron una efectiva e importante fuerza en ella. Este hecho contradictorio llevó al comunismo mexicano, entre otras cosas, a encontrarse con otros sectores de la sociedad en los que se recrearon y tuvieron con frecuencia una mayor presencia e importancia. Por tanto y pese a su terca actividad en el seno de los obreros, en ciertos momentos, el comunismo en México es fundamentalmente una fuerza campesina en otros, una corriente intelectual y artística; en otros más, sobre todo una fuerza estudiantil. Sin embargo, para los comunistas esto era un hecho permanente de frustración, por lo que nunca cejaron en alcanzar su condición obrera, intento en el que sufrieron constante represión y muchas derrotas.

Habría que recordar que en México, dada su condición de país principalmente agrario, la lucha obrera comienza a adquirir una relevancia innegable sólo hasta el momento en que las fuerzas campesinas más radicales, que en la revolución formaron poderosos ejércitos, han sido derrotadas en el país. A diferencia de otros países latinoamericanos por no hacer referencia, desde luego, a los trabajadores europeos, los obreros mexicanos carecían de fuertes organizaciones y su programa e ideario era aún muy precario, pese a que habían dado constante batalla a la dictadura de Porfirio Díaz, la cual durante el último tercio del siglo XIX sometió al país a una costosa vía de desarrollo dependiente y a la asfixia política.

Aunque la actividad de la Asociación Internacional de Trabajadores (la cual se conocería después como Primera Internacional) y, en particular, la obra de los comuneros de París, no pasaron inadvertidas para la prensa obrera mexicana y que algunas de las obras de Marx fueron parcialmente conocidas y publicadas en ella hacia el último tercio del siglo XIX, a diferencia de lo ocurrido tanto en EU como en varios países del Cono Sur del continente, en México no sería sino hasta los preludios de la lucha revolucionaria que sacudió al país desde 1910, cuando dicho pensamiento encuentra condiciones para su difusión.

La corriente que hasta el fin de la revolución había tenido mayor peso y presencia entre los trabajadores había sido, sin duda, el anarquismo, un anarquismo que en su versión magonista tuvo importantes peculiaridades: surgido de los medios liberales y en lucha franca contra la dictadura, el magonismo representó una poderosa corriente de pensamiento que alimentó los fundamentos principales del movimiento armado iniciado en 1910. Partidario de una revolución social que alcanzara la igualdad material, convencido de que la revolución francesa había conquistado el derecho a pensarla sin haberla alcanzado en la vida real16, Ricardo Flores Magón expresó lo más avanzado del pensamiento y la lucha del artesanado y del proletariado mexicano de fines del siglo diecinueve, dando al naciente movimiento obrero un programa que resultó sustento fundamental de grandes sectores de la lucha armada que acabó con el régimen porfirista, planteándose la finalidad de una revolución social que acabara con el régimen capitalista. Además de organizar y dar soporte a los destacamentos obreros que participaron en la revolución, el magonismo y su lucha en defensa del modo de vida y de la propiedad comunal de los pueblos indígenas del país resumió en su lema de Tierra y Libertad, bandera que retomaría después el zapatismo, el contenido de la insurrección campesina que se produjo en aquellos años. Más tarde, ante la fraticida lucha por el poder que arrastraba al país y abandonaba las más importantes demandas populares del movimiento revolucionario, el pensamiento de Flores Magón se definió en forma más abierta por los preceptos anarquistas, posición que lo llevó a ser condenado a veinte años de cárcel en Estados Unidos, lugar donde murió en 1922.

En el momento en que se forma el PCM, los anarquistas mantienen aún considerable influencia en el movimiento sindical que se resiste al predominio creciente del llamado moronismo17, que defiende la independencia de los agrupamientos de los trabajadores y sostiene la abstención en la lucha política electoral. Todas esas posiciones eran compartidas entonces por los comunistas18.

En medio de un claro ascenso de la lucha huelguística de los obreros, juntos, anarquistas y comunistas, impulsaron en agosto de 1920 la formación de la Federación Comunista del Proletariado Mexicano, la cual unos meses después (en febrero de 1921) daría vida a la Confederación General de Trabajadores (CGT), que se afilió “en principio” a la Internacional Sindical Roja.

Sin embargo, este esfuerzo por agrupar a los sindicalistas independientes sería el último esfuerzo importante que harían juntas estas dos corrientes, pues las discrepancias que empezaron a existir sobre la lucha política se acrecentaron con los conflictos que enfrentaron a estas dos corrientes en el seno de la revolución rusa.

Los dirigentes anarquistas de la CGT, la cual había reconocido al PCM como el único partido revolucionario afín a sus objetivos y que en esa calidad le daba derecho a actuar en su seno y estar representado en sus congresos (lo cual duró poco más de año y medio), enfilaron sus baterías contra los jóvenes comunistas al punto de que éstos decidieron dejar esta agrupación. Era ya el momento en el que los anarquistas realizaban una campaña internacional contra los bolcheviques, la cual se tradujo en México en la escisión del único agrupamiento de obreros que hacía frente a la ofensiva gubernamental y al sindicalismo amarillo.

Cuando, en su II Congreso realizado en 1923, el PCM decide participar en las elecciones presidenciales apoyando la candidatura de Plutarco Elías Calles, otro de los caudillos revolucionarios, la separación entre anarquistas y comunistas quedó sellada. En 1925, el ingreso a sus filas de varios diputados le hizo tener lo que podría llamarse su primer grupo parlamentario19 y, hasta 1928, el PCM no participará con un candidato propio a la presidencia.

De cualquier forma, en la lucha en el seno de los trabajadores, la fuerza de los anarquistas iba eclipsándose. Por su parte, una vez fuera de la CGT, los comunistas centraron su actividad en otros sectores que en esos años entran en la escena política y, particularmente, en el movimiento campesino. En 1926, logran realizar el congreso de unificación campesina, impulsado por las Ligas de Comunidades Agrarias que los comunistas habían formado en diversos estados de la república, del que nacerá la Liga Nacional Campesina.

En su trabajo obrero, el PCM procuró acciones unitarias entre las dos centrales existentes, la propia CGT y la CROM. Sin embargo, cada vez era más difícil para los comunistas su actuación en los sindicatos, principalmente en aquéllos agrupados por esta última central. Sólo en el sindicato ferrocarrilero, que se mantenía independiente, mantuvieron cierta fuerza desde la huelga que éste realizó en 1921.

En realidad, tanto en el periodo cardenista como en el inmediatamente posterior, la acción gubernamental por controlar y someter a la tutela estatal a las organizaciones obreras representó una colosal obra que ninguna fuerza pudo contrarrestar, pese a los enormes combates que se libraron.

De la ilegalidad a la lucha de masas

A partir de 1929, el PCM enfrentará un complejo proceso de reacción política que provoca un cambio brusco de su situación, en la que repentinamente pasa, por primera vez, a la condición de partido proscrito legalmente y perseguido, con la clara intención de hacerlo desaparecer de la escena nacional, situación de la que se recuperará sólo cinco años después, con el ascenso de la lucha social que se produjo bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas, y llega a ser un partido con importante fuerza de masas.

Como preámbulo de la represión y como resultado de la exitosa presión que el gobierno ejerció sobre importantes líderes del PCM y de los agrupamientos que éste dirigía, para que cesara toda oposición en el curso de la lucha armada contra la sublevación escobarista, se produjo una importante división en las filas de los comunistas, la cual afectaría a la Liga Nacional Campesina que entonces éstos dirigían y al Bloque Obrero y Campesino que se había formado para unir a diversas fuerzas progresistas en una iniciativa electoral independiente del callismo.

Después de la crisis provocada por el asesinato de Álvaro Obregón y habiendo logrado apaciguar la rebelión cristera20, en medio del periodo de la Gran Depresión, el grupo gobernante iniciará el proceso de institucionalización del régimen presidencialista a través del persistente ejercicio de la fuerza y la violencia política contra sus adversarios. Como primera medida, el gobierno forzó al desarme del movimiento campesino que había logrado derrotar la sublevación reaccionaria e ilegalizó y persiguió a los agrupamientos de los trabajadores y a sus expresiones políticas. El 6 de junio de 1929, con el asalto y clausura de sus oficinas, el PCM pasó a la clandestinidad durante los siguientes cinco años, durante los cuales decenas de sus militantes fueron asesinados y muchos otros presos. Ante la prohibición de su prensa, con grandes esfuerzos mantuvo clandestinamente su periódico El Machete, desde cuyas páginas el PCM mantuvo la denuncia del régimen y alentó la actividad de resistencia de sectores de trabajadores que defendían sus derechos conculcados entonces.

La decisión anticomunista del entonces presidente de la república llegó al extremo, en enero de 1930, de romper relaciones con la Unión Soviética con motivo del llamamiento de la IC a protestar por el trato que estaba dándose a los comunistas mexicanos.

En realidad, la acción contra los comunistas no era sino parte de una actitud más general ante la lucha obrera. En ese periodo, las escasas huelgas fueron aplastadas con energía y se estableció una Ley Federal del Trabajo que constreñía de manera importante el derecho mismo de huelga, al tiempo que se generaban mecanismos para el control estatal de los sindicatos.

En ese momento, el acontecimiento de mayor trascendencia política fue la constitución del Partido Nacional Revolucionario, en marzo de 1929, con lo cual se estableció el principal mecanismo de control corporativo de la sociedad que tuvo desde entonces el régimen político en México.

En esos difíciles momentos, el PCM sufre su primera escisión importante y, con la injerencia directa de la Internacional Comunista, inicia la aplicación de la política estalinista denominada de “bolchevización”, la cual de inmediato significó la aplicación de mecanismos sectarios de “depuración”21 y de sometimiento dogmático a la Unión Soviética, que serían comunes y muy caros a los comunistas de todo el mundo.

No será sino hasta 1934, al iniciarse uno de los periodos más complejos y prometedores del México posrevolucionario, el cardenismo, cuando comienza a observarse un nuevo empuje de las luchas de los trabajadores de la ciudad y el campo. Es entonces cuando, junto a la proliferación de varios movimientos huelguísticos, se forman algunos importantes sindicatos, como el Sindicato Nacional de Mineros y Metalúrgicos. En ese ambiente, el PCM decide lanzar a su máximo dirigente, Hernán Laborde, como candidato a la presidencia frente a Lázaro Cárdenas que era el candidato del PNR y del cual había sido dirigente casi desde su constitución. Con ese acto sin repercusión electoral alguna, los comunistas iniciaban una compleja relación de oposición/colaboración con un gobierno que ante el empuje de la lucha obrera y campesina respondió en forma, por momentos, sorprendente y que realizó actos que marcaron profundamente a la sociedad mexicana.

La política seguida por Cárdenas de respeto a los movimientos huelguísticos, pronto se convirtió en una acción abierta de aliento a la organización sindical. En esa situación, los comunistas impulsaron la formación del proyecto unitario más importante que ha habido en México, la Central de Trabajadores de México (CTM), surgida en 1936, en cuyo programa aparecía el socialismo como objetivo y que en su lema proclamaba: “Por una sociedad sin clases”. Unos meses después de formada la CTM, la huelga de los trabajadores agrícolas de la región de La Laguna, en el centro del país, dirigida por los comunistas, provocó que Cárdenas iniciará la trascendente reforma agraria por la que decenas de miles de personas, la mayoría campesinos, habían perdido la vida en la revolución de 1910.

La creciente y radicalizada movilización de los trabajadores, que permitió al PCM acrecentar rápidamente su fuerza, provocó una fuerte disputa en el interior de la CTM que concluyó con la exclusión de los comunistas de la dirección de esta central, la cual quedó bajo el férreo control de un renovado grupo sindical plegado, desde entonces y por encima de todo, a los gobernantes en turno, con una política corruptora que causó, y causa hasta la fecha, los más grandes estragos a la lucha de los trabajadores.

En esas condiciones, tanto la organización sindical obrera como la de los campesinos, junto a los militares, fueron incorporadas por Cárdenas a la estructura del partido gobernante que, a iniciativa de él mismo se reformó y cambió su nombre, a fines de 1937, por el de Partido de la Revolución Mexicana (PRM)22.

De inmediato y ante una creciente explosión social, tan rica en acontecimientos23 y de tan contradictorios resultados, el PCM, que recientemente había roto con la dirección de la CTM, inicia un proceso errático, en el que en muchos sentidos pierde su postura independiente y desarrolla una política que lo llevaría a la pérdida de su influencia de masas y a una grave crisis interna.

Entre otras cosas, de su postura crítica ante Cárdenas y la confianza plena de que sólo con la movilización de los trabajadores de la ciudad y el campo se alcanzarían las reformas planteadas, el PCM pasa a estar dispuesto a incorporarse al partido estatal que comanda el presidente de la república, al tiempo que, pese a haber sido expulsados de la dirección sindical, llama a sus afiliados a la “unidad a toda costa”, con lo cual abandonaba su larga lucha contra la corriente que sometería a los obreros y los entregaría al control corporativo.

A partir de ese momento, el PCM se divide de nueva cuenta y entra en una grave crisis que perdurará durante los siguientes dos decenios. Con la expulsión de los principales dirigentes comunistas, acusados de “trotskistas” tal como gustaban hacer los estalinistas24, realizada en el VIII congreso extraordinario de marzo de 1940, ese partido quedó en manos de un grupo impregnado del más acérrimo dogmatismo, plegado por completo a la política de los comunistas soviéticos (quienes intervinieron directamente en dicho congreso a través de funcionarios de la IC). En esas condiciones, el PCM fue incapaz, durante los oscuros años que siguieron al cardenismo, de remontar su exclusión de las filas del sindicalismo obrero e impedir la desarticulación de las organizaciones independientes de los trabajadores de la ciudad y el campo, varias de las cuales se mantenían bajo su dirección o influencia.

La renovación del PCM

No sería sino hasta fines de los años cincuenta, con las revelaciones del XX congreso del PCUS que cimbraron al mundo comunista y con la reaparición de importantes movimientos obreros y magisteriales contra el control corporativo y las dirigencias gangsteriles de los sindicatos, cuando en el PCM surge una nueva generación de militantes que despliegan una importante lucha interna contra la vieja y anquilosada dirección de ese partido.

Con el nuevo grupo dirigente que emana de esa lucha interna, encabezado por Arnoldo Martínez Verdugo, el PCM, tras reunificar a las fuerzas comunistas25, comenzó lentamente una profunda trasformación que lo llevaría a la búsqueda de las rutas propias para su acción. Convencido de que tras las posiciones sectarias y dogmáticas que habían mantenido los comunistas, existía una profunda desvalorización de la lucha democrática, este partido inicia un largo análisis que le permitirá al cabo del tiempo no sólo incorporar el objetivo de alcanzar la democracia como elemento sustantivo para la transformación social del país, sino como propósito mismo de la lucha del momento y forma de la organización. A partir de ello, el PCM abandona muchos de los esquemas vanguardistas y sectarios del comunismo e inicia una nueva etapa que le permitirá incorporarse de renovada manera a los movimientos sociales que se producen a lo largo de los años sesenta en México.

Particular relevancia tuvo la participación decidida del PCM en la lucha estudiantil de 1968, en el curso de la cual dicho partido fue objeto directo de la represión gubernamental. Desde el 26 de julio mismo y durante los primeros siguientes días del movimiento, sus oficinas e imprenta fueron asaltadas y muchos de sus dirigentes cayeron presos, bajo la acusación de que el PCM había instigado el movimiento juvenil con el propósito de provocar un estallido revolucionario. Pese a todo, el PCM mantuvo una enérgica actividad respaldando las demandas de la lucha estudiantil, reconociendo las formas propias que el movimiento se dio y respetando al CNH, del cual formaron parte varios miembros destacados de la Juventud Comunista, como su legítima dirección.

Los difíciles años que siguieron a la represión del movimiento estudiantil representaron un reto para la postura independiente y democrática en que se empeñaba el PCM. Entre, por un lado, la reiterada acción represiva del gobierno (como lo mostró el 10 de junio de 1971 y el despliegue de la propia “guerra sucia”) y, por el otro, el discurso y los actos de un gobierno que apoyaba a Salvador Allende y recibía a los exiliados perseguidos por los militares del sur del continente, al tiempo que internamente, entre otras cosas, se enfrentaba con la nacionalización de importante cantidad de tierras del noreste a sectores de la burguesía agraria del país, los dirigentes comunistas eludieron tanto la tentación de la lucha violenta, a la que se sumaron algunos de sus militantes, como el “aperturismo”26 en el que cayó otra parte de la izquierda y un buen número de exponentes de la intelectualidad progresista.

La posición abierta que empieza a recorrer las filas del PCM permitió, entre otras cosas, que este partido, pese a no compartir la forma de lucha armada, fuese de los pocos partidos comunistas de América Latina que no condenó la actividad guerrillera que surge con el impacto de la revolución cubana y, posteriormente, con el ambiente represivo que se instaló en el país tras la masacre y la persecución a los líderes estudiantiles del 68. Esta actitud permitió que más tarde, cuando los grupos armados entraron en una reflexión crítica de sus propias actuaciones y métodos, no pocos de sus miembros se incorporaran o reingresan a las filas del PCM.

De igual forma, la nueva posición del PCM le permite en su último decenio de existencia volver a incorporar a sus filas a una parte importante de la intelectualidad de izquierda y a influir en otros sectores, tales como los obreros agrícolas y los indígenas, entre los cuales ese partido impulsó su organización propia e independiente.

Simultáneamente, a través de frentes electorales que unificaron a una parte de la izquierda, el PCM se planteó entonces reconquistar su reconocimiento legal, del cual carecía desde principios de los cuarenta y que no logrará sino hasta 1978, en que conformó la Coalición de Izquierda.

Los cambios en el PCM también se hicieron sentir en el plano internacional. Cuando se produjo la Revolución Cubana, el PCM expresó una clara postura de apoyo y simpatía pese a mantener importantes diferencias de enfoque respecto a cómo entender la realidad latinoamericana y, particularmente, sobre la idea que entonces impulsaron los dirigentes cubanos, y que tuvo gran eco en la izquierda del continente, de impulsar focos guerrilleros como el camino inaugurado para alcanzar la transformación revolucionaria de la región. Después, ante el cisma chino-soviético, ese partido mantuvo distancia frente a las iniciativas de ambos bandos y promovió con otros partidos latinoamericanos el acercamiento y la búsqueda de soluciones que evitaran la ruptura.

En 1968, el PCM siguió muy de cerca los acontecimientos de Checoslovaquia, frente a los cuales, primero, expresó su identificación con las reformas planteadas por Alexandr Dubcek y, después, condenó abiertamente la intervención de tropas del Pacto de Varsovia, que, en su opinión, tenía el propósito de detener la democratización del régimen. De igual forma, los comunistas mexicanos expresaron su rechazo a la intervención militar soviética en Afganistán. En sus últimos años, el PCM, en concordancia con una actitud cada vez más crítica de la situación del llamado socialismo real y con el propio proceso de acercamiento con diversas fuerzas de izquierda y progresistas del país, estableció relaciones con partidos socialdemócratas europeos lo mismo que con diversas izquierdas latinoamericanas, al tiempo que acrecentaba sus vínculos con los partidos eurocomunistas.

Con todas esas posiciones, que en el concierto comunista y, particularmente, en el de América Latina eran entonces por completo extravagantes, el PCM fue visto con grandes reservas por los comunistas soviéticos, los cuales llegaron, incluso, a promover —sin éxito— escisiones en las filas de ese partido y buscaron apoyarse en otras fuerzas más afines a su política.

Contribuciones de los comunistas

Dos fueron, desde mi perspectiva, las contribuciones más importantes que dio en su última etapa la corriente comunista en México. Por una parte, su concepción y postura democráticas que le permitieron dejar atrás muchos de los esquemas más negativos de dicha corriente y contribuir, de esa forma, a las transformaciones que el país ha vivido en los últimos decenios; y, por otra, su persistente lucha por la unidad de las izquierdas, a la cual dio un aporte sustancial.

En correspondencia con los anhelos de amplios sectores de la sociedad mexicana, sensibilizados por la acción de grandes movimientos (entre ellos, principalmente, el de los estudiantes) que habían puesto en el centro la transformación del régimen autoritario y la conquista de libertades democráticas y venciendo, no sin dificultades, las interpretaciones dogmáticas sobre la democracia que el comunismo del siglo XX mantuvo desde muy temprano y que se contraponían al pensamiento marxista en el que decían sustentar su acción, el PCM emprendió en la segunda mitad de los años setenta una concienzuda revisión que le permitió un amplio despliegue político. El inusitado proceso de elaboración colectiva del nuevo programa de los comunistas que precedió a su penúltimo congreso realizado en 1979, en el que participaron militantes políticos, intelectuales y actores de los nuevos movimientos que se dieron cita entonces (feministas, indígenas, jóvenes, homosexuales, etcétera), expresó el vasto y diverso espacio que abría en México la lucha por la democracia. La discusión franca y abierta, la crítica irrestricta como divisa, el abandono de la pretensión monolitista, llevaron pronto al cuestionamiento propio, a la recuperación crítica de una larga historia y a su superación.

Cuando el PCM propuso en 1980 la creación de un partido unitario no sólo tenía ya pleno reconocimiento legal y un grupo parlamentario que, aunque pequeño, lograba que sus acciones legislativas tuvieran importante repercusión en una sociedad que clamaba por cambios democráticos, sino que había alcanzado alianzas electorales con otros tres agrupamientos de izquierda y una creciente presencia en el ámbito político nacional.

Es importante destacar que la construcción de dos formaciones partidistas sucesivas (el Partido Socialista Unificado de México, PSUM, y el Partido Mexicano Socialista, PMS), hasta la creación en 1989 del actual Partido de la Revolución Democrática, proceso del que participó activamente la corriente comunista y a las cuales proporcionó su registro electoral, no tuvo para ésta la pretensión de crear un partido único de la izquierda, pues partió del reconocimiento del pluralismo democrático, tanto como programa para la sociedad mexicana como norma de acción y organización de la misma izquierda. Para lograr esto, el PCM había tenido que librar fuertes batallas tanto con el gobierno y el oportunismo, como con su propio sectarismo y el del resto de la izquierda radical del país.

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1 Pese al riesgo que implica la utilización de un término paradigmático entre los comunistas, quienes se autodesignaron la vanguardia de la clase obrera, con una serie de consecuencias que no desconozco, aquí lo utilizamos en su connotación precisa y puntual en contraposición a aquella definición genética que adquirió en el seno de esa corriente que describe elementos, algunos de los cuales señalaremos aquí, en los que el comunismo mexicano se adelantó o, dicho de otra forma, con los que el PCM anticipó procesos que apenas se vislumbraban.

2 Entendemos como hecho o momento constitutivo lo que el teórico boliviano René Zavaleta señala como causa originaria fundamental de los hechos sociales. Sobre ello en su trabajo sobre el Estado en América Latina escribe: “…lo que corresponde analizar es de dónde viene este modo de ser de las cosas: las razones originarias. Hay un momento en que las cosas comienzan a ser lo que son y es a eso que llamamos el momento constitutivo ancestral o arcano o sea su causa remota, lo que Marc Bloch llamó ‘la imagen de los orígenes’.” René Zavaleta, El Estado en América Latina, Ed. Los Amigos del Libro, Bolivia, 1990, p.180.

3 Un caso particularmente dramático fue la matanza del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, sobre el que se escucharon en el mundo muy pocas voces de condena.

4 Aproximadamente a mediados de octubre de 1919, llegó a México Mijaíl Borodín, revolucionario ruso que había estado exiliado en Estados Unidos y que, apenas repatriado, le fue encomendada la tarea de regresar al continente americano a tratar de establecer relaciones oficiales de la naciente república soviética y a impulsar la incorporación de los agrupamientos socialistas a la IC. Borodín, tras perder los recursos con los que realizaría su tarea (al parecer unas joyas de la zarina rusa) no llegó más que a México. Aquí contactó a algunos de los dirigentes del recién formado Partido Socialista de México, a los cuales sin dificultad convenció de cambiar el nombre por Partido Comunista de México y que los delegados nombrados asistieran al II Congreso de la Internacional Comunista. Aunque instaló un Buró Latinoamericano de la IC, éste no parece haber tenido realmente existencia práctica.

5 Al inicio de este periodo, destaca la huelga inquilinaria que junto a otros encabezaron los comunistas en Veracruz y la Ciudad de México de marzo a junio de 1922 y que luego se extendió a algunas otras ciudades del país. De las filas de esta lucha, saldrían poco después los organizadores de los agrupamientos campesinos que impulsaron los miembros del PCM. Cf. Paco Ignacio Taibo, Bolshevikis. Historia narrativa de los orígenes del comunismo en México (1919-1925), Joaquín Mortiz, México, 1986, pp. 153-197.

6 Martínez Verdugo señala que para 1925 el número de afiliados era de aproximadamente doscientos; en 1928, de 1500 y en 1929 de 3000. Este último número de miembros del partido, el cual en la situación mexicana era considerado ya de consideración, fue el resultado de la intensa actividad en diferentes frentes de los comunistas, entre ellos la lucha armada contra la sublevación reaccionaria de aquel año. Cf. Arnoldo Martínez Verdugo, Historia del comunismo en México, Grijalbo, México, 1983, p. 74.

7 En diciembre de 1923, frente a la candidatura de otro líder revolucionario del grupo de Obregón, De la Huerta, quien a la muerte de Carranza había asumido el interinato, logra organizar un complejo agrupamiento militar que se sublevó afectando a más de un tercio del país. Pese a que entre los sublevados se encontraban algunos de los líderes de las posiciones más avanzadas de la democracia revolucionaria, los comunistas decidieron oponerse al levantamiento delahuertista y participar en la lucha armada contra éste.

8 Cuando Obregón terminó su primer periodo en 1924, lo sucedió en la presidencia Plutarco Elías Calles, quien había sido uno de sus más cercanos colaboradores y su secretario de Gobernación. Al concluir su periodo, Calles pretendía impulsar a alguno de su equipo, pero Obregón lanzó su candidatura y ganó. Antes de tomar posesión del cargo, el 17 de julio de 1928, Obregón fue asesinado en un restaurante de la Ciudad de México. Gracias a ello, Calles logró imponer la candidatura de Portes Gil, con el que se inicia lo que se conoce como el maximato, ya que Calles era conocido entonces como Jefe Máximo de la Revolución.

9 Diego Rivera (1886-1957) vivió en Europa desde 1907 hasta 1921 y en París se asoció al movimiento cubista, trabando amistad con Derain, Klee, Picasso y otros. Tras una breve estancia en Moscú, donde decoró el teatro de las Fuerzas Armadas, regresó a México y se convirtió en uno de los dirigentes del movimiento artístico revolucionario conocido como muralismo. A su llegada a México, Rivera comienza a organizar lo que se denominaría Grupo Solidario del Movimiento Obrero y que un año después daría vida al Sindicato de Obreros, Técnicos, Pintores y Escultores, en el que destacaron, además de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Xavier Guerrero, Fermín Revueltas, Jorge Juan Crespo de la Serna, Germán Cueto y otros artistas que habían ya ingresado al PCM, y con el que colaboró también el otro gran pintor mexicano, Clemente Orozco. Cf. Arnoldo Martínez Verdugo, o. c., p. 58.

10 Algunos de los fundadores del Partido Socialista habían mantenido el nombre en un pequeño agrupamiento que, poco después, se incorporó a las filas del PCM.

11 Entre los fundadores del nuevo partido se encontraban algunos destacados slackers, como se conoció en Estados Unidos a los evasores del servicio militar durante la Primera Guerra Mundial. Muchos de ellos cruzaron la frontera mexicana con el fin de evadir a la justicia en su país y guiados por el atractivo de un país en plena convulsión revolucionaria. “Mientras la mayoría de los slackers escribe Paco Ignacio Taibo hizo de México una tierra de destierro temporal, algunos de ellos, los más animosos, los más militantes, evadieron las primeras imágenes, los primeros miedos y se vincularon al movimiento mexicano.” Varios editaron en México diversas publicaciones que contribuyeron a la difusión del pensamiento socialista y de los acontecimientos que entonces ocurrían en Europa. Entre ellos, destacan el hindú Manabendra Nath Roy, los norteamericanos Richard Francis Phillips (conocido en su militancia comunista como Frank Seaman), quien editó la página en inglés del periódico El Heraldo, y Lynn A. E. Gale, editor de la revista Gale’s Magazine, quien pronto se separó del PCM para formar un efímero Partido Comunista de México, tratando de disputarle el reconocimiento de la IC. Además de ellos, el primer secretario general del PCM fue José Allen, también de origen norteamericano, y quien se prestó a ser informante de los servicios de seguridad de su país. Otro extranjero relevante en el PC fue el suizo Edgar Woog (de seudónimo Alfred Stirner), quien también se incorporó más tarde al aparato de la IC. Cf. Paco Ignacio Taibo, o. c., pp. 23-29.

12 Los dos delegados del recién formado PCM al II Congreso de la IC fueron, precisamente, M. N. Roy y R. F. Phillips y, en realidad, ninguno habló a nombre del partido que los había nombrado delegados, sino de sus respectivos países. Roy, incluso, ya no regresó nunca al país que por más de dos años le había dado asilo y se quedó en Moscú como importante funcionario del Komintern. Phillips regresó un año después, junto con el japonés Sen Katayama, en su calidad de funcionario de la IC, con el fin de establecer lo que se llamó Oficina Panamericana de la IC. Años después, en 1924, el norteamericano Bertram D. Wolfe, quien también será miembro de la dirección del PCM a cargo de su labor de prensa, asistió al V Congreso del Comintern representando a los comunistas mexicanos.

13 “Durante los tres años que transcurren escribe Arnoldo Martínez Verdugo desde su llegada a México hasta su asesinato, Mella desplegó una intensa actividad organizadora, teórica y política. Fue el alma de la solidaridad de los mexicanos hacia el pueblo de Cuba y el organizador de la ANERC (Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios Cubanos); editó periódicos, intervino en numerosas asambleas y mítines; fue un activo impulsor de la Liga Antiimperialista de las Américas y de la solidaridad con Sandino; se integró plenamente en las filas del PCM y durante los meses de junio a septiembre de 1928, cuando el secretario general asistía a los debates del VI Congreso de la Comintern, actuó como secretario general interino. En calidad de tal viajó por distintos lugares del país atendiendo reuniones de comités locales, dirigió circulares con el seudónimo de Juan José Martínez y participó intensamente en la preparación de la asamblea de unificación obrera y campesina. Pero la parte más importante de la actividad de Mella en México fue su labor teórica y propagandística en las páginas de El Machete. A Mella le correspondió revelar en sus inicios el contenido de las concepciones del peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador del APRA, y dar fundamento al vínculo entre la lucha antiimperialista y el programa nacional de la clase obrera.

“En el momento de su muerte, Mella dirigía la formación de un grupo expedicionario que emprendería la lucha armada contra la dictadura de Machado…” esta fue la razón por la que el dictador envió a México agentes para asesinarlo. AMV, o. c., p. 105.

14 En marzo de 1929 se levantaron en armas varios generales encabezados por Gonzalo Escobar, que lograron agrupar a casi 30 mil militares y controlar cerca de una decena de estados del país. “Esta nueva asonada militar escribe Martínez Verdugo no era un hecho aislado, sino la apertura de un nuevo frente de lucha contra el gobierno. Si tomamos en cuenta que durante estos días se mantenía en actividad la guerra cristera y que poco después estallaría la huelga estudiantil por la autonomía de la universidad, la rebelión de los 44 generales llevaba la crisis política a una agudeza jamás vista desde el asesinato de Venustiano Carranza.” AMV, o. c., p. 99.

15 AMV, o. c., pp. 102-103.

16 “La revolución francesa escribe R. Flores Magón en su escrito Vamos hacia la vida conquistó el derecho de pensar, pero no conquistó el derecho a vivir, y a tomar este derecho se disponen los hombres conscientes de todos los países y de todas las razas. Todos tenemos derecho de vivir, dicen los pensadores, y esta doctrina humana ha llegado al corazón de la gleba como un rocío bienhechor. Vivir, para el hombre, no significa vegetar. Vivir significa ser libre y ser feliz. Tenemos, pues, todos derecho a la libertad y a la felicidad. La desigualdad social murió en teoría al morir la metafísica por la rebeldía del pensamiento. Es necesario que muera en la práctica. A este fin encaminan sus esfuerzos todos los hombres libres de la tierra. He aquí por qué los revolucionarios no vamos en pos de una quimera. No luchamos por abstracciones, sino por materialidades. Queremos tierra para todos, para todos pan. Ya que forzosamente ha de correr sangre, que las conquistas que se obtengan beneficien a todos y no a determinada casta social.”

17 Luis N. Morones fue el dirigente de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) que agrupó a la corriente moderada y posibilista;del sindicalismo mexicano, la cual extrajo de las experiencias de participación de los obreros en el proceso armado la idea de que los agrupamientos de los trabajadores tenían que servir de apoyo a los gobiernos “revolucionarios” (que es como comenzó a denominarse a la nueva burocracia estatal), como manera de obtener beneficios para los trabajadores. Pronto el moronismo aprendió del sindicalismo norteamericano las prácticas gansteriles y corruptoras que se enfilaron de manera violenta contra los anarquistas y los comunistas.

18 En 1920, ante las tesis de la IC sobre la participación parlamentaria, el entonces secretario general del PCM escribió un artículo en el que decía: “No creemos útil utilizar en este país el arma parlamentaria, porque estamos convencidos de que nada podemos hacer con esa arma (…) ¿Para qué nos serviría entrar en instituciones del Estado, si diez años nos han mostrado la facilidad con la que se derrumban esas instituciones…? Las revueltas por adueñarse del poder político y económico cuando triunfan se lo deben a las masas usando armas extraparlamentarias.” Citado en Paco Ignacio Taibo, o. c., p. 73.

19 Aunque ninguno fue electo como miembro del Partido Comunista, Luis G. Monzón, Úrsulo Galván, Francisco I. Moreno, Gregorio Turrubiates y Roberto Calvo Ramírez se incorporaron a ese partido siendo diputados.

20 El movimiento cristero, que debe su nombre a su lema de “Viva Cristo Rey”, fue una sublevación político-religiosa que se inició en 1926 en contra de las medidas anticlericales del entonces presidente Elías Calles. Aunque el siguiente presidente, Portes Gil, logra llegar a acuerdos con la jerarquía eclesial, otorgándole ciertas concesiones, el movimiento se mantendrá hasta 1936.

21 Como parte de la línea sectaria entonces dominante y después de la expulsión del PCM, entre otros, del principal dirigente de la Liga Nacional Campesina, Úrsulo Galván, quien desertó de la lucha anticallista y del pintor Diego Rivera por negarse a suspender sus obras pictóricas en edificios oficiales, el PCM desató una serie de expulsiones con el fin, decían, de “depurar al partido de los oportunistas de derecha”.

22 El Partido de la Revolución Mexicana adoptaría en 1947 el nombre de Partido Revolucionario Institucional, PRI. Es interesante observar que los sucesivos nombres que adoptó ese partido -PNR-PRM-PRI-reflejan, entre otras cosas, la sucesiva apropiación estatal del hecho revolucionario de 1910.

23 Además de la reforma agraria, que abrió paso a la propiedad campesina colectiva, y de la reforma educativa, que proclamó su carácter socialista, en 1938 se realizó la expropiación de las compañías petroleras, entonces en manos del capital norteamericano, lo mismo que los ferrocarriles.

24 Hay que recordar que desde mediados de los años veinte, tras la muerte de Lenin, se produjo la división en el seno del grupo dirigente del partido bolchevique. Stalin, entonces secretario general de los comunistas rusos, tras expulsar a Trotsky del país, inició un largo proceso de exterminio criminal de todos sus contrincantes políticos, acusándolos de ser “trotskistas”. Precisamente en 1940, la mano criminal de Stalin llegó hasta México para asesinar, a través de sus agentes secretos de la NKVD, al viejo bolchevique. Trotsky había sido acogido en su exilio por el gobierno de Cárdenas, ante lo cual el PCM alzó furiosas protestas. Sin embargo, de acuerdo con el testimonio de Valentín Campa, uno de sus entonces dirigentes más destacados, la dirección del PCM se negó a participar en el asesinato, razón por la que él y H. Laborde, entonces secretario general, fueron expulsados acusados de “trotskistas”.

25 Tras las expulsiones de los principales dirigentes del PCM, éstos formaron el Partido Obrero y Campesino de México (POCM), al que se fueron sumando otras corrientes expulsadas del PCM. A principios de los años sesenta, algunos de los principales dirigentes de ese partido reingresaron a las filas del PCM.

26 El entonces presidente Luis Echeverría usó el lema de “apertura democrática” para distinguirse de su antecesor, Díaz Ordaz, por lo que se conoció como “aperturistas” a quienes se sumaron al apoyo al nuevo gobernante.

El vuelo nupcial

¿Por qué las adolescentes sueñan con los más aclamados actores de cine o con políticos carismáticos y no se conforman con los jóvenes del vecindario?

En una extensa investigación empírica FrancescoAlberoni descubre los importantes cambios que se están produciendo en la relación entre los sexos. Mientras que los hombres buscan hoy la estabilidad en una relación “definitiva”, las mujeres jóvenes se están volviendo más libres y exigentes. El enamorarse de ídolos no es una conducta simplemente infantil, sino un tipo de ensayo que revela una enorme valentía, ya que significa una auténtica elección. Las chicas escogen a sus héroes según los rasgos estéticos y morales más valorados para construir así la imagen precisa del hombre que desean encontrar. Alberoni muestra que en el presente las mujeres poseen una vitalidad inédita y una energía creativa sin precedentes, son capaces de entregarse totalmente a diferentes objetos: al héroe ideal, al hombre amado real y a la casa, luego a los hijos y al trabajo. Pero también cortan con facilidad una relación decepcionante y vuelven a buscar lo que desean. El vuelo nupcial, metáfora que Alberoni toma de las abejas, comienza como persecución de un ídolo masculino por parte de todo un «enjambre» de muchachas, pero ellas no caen al suelo, sino que vuelan de nuevo para depositar sus emociones en un objeto diferente. En este profundo cambio de la relación entre los sexos, los hombres se quedan en una preocupante desventaja. Según Alberoni, será la creatividad de las mujeres la que decidirá como será en el futuro.

Francesco Alberoni es conocido en todo el mundo por su teoría del enamoramiento y del amor y sus libros han sido traducidos a veinte idiomas. Es profesor de sociología y Rector de la Libera Università de Lingue e Comunicazioni IULM de Milán. Editorial Gedisa ha publicado entre otras, sus obras: Ten coraje, Te amo, El primer amor, Enamoramiento y amor, La amistad, El erotismo y Los envidiosos.

Indice

1. Las pasiones amorosas

2. El despertar del amor

3. El vuelo nupcial

4. Teorías del enamoramiento

5. Dos amores

6. El amor en femenino y el amor en masculino

7. La categoría erótica