SAN SALVADOR, 10 de junio de 2010 (SIEP) “En diciembre de 1983 la Comandancia General realizó una histórica reunión en Morazán para evaluar el estado de la guerra y definir el rumbo estratégico. Entre los documentos aprobados sobresale este balance y análisis de la situación militar de la Guerra Popular Revolucionaria…” señaló el Lic. Roberto Pineda, del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”
“El extenso documento se titula “Situación revolucionaria y escalada intervencionista en la guerra salvadoreña” y constituye un esfuerzo por comprender las leyes particulares de la guerra revolucionaria salvadoreña para poder así derrotar los planes intervencionistas de la entonces Administración Reagan.”
El documento se divide en seis partes. La primera es una “apreciación general de nuestra guerra revolucionaria hasta el 1ro. de enero de 1984” y establece que “el FMLN constituye el fenómeno político-militar más avanzado que haya conocido el proceso revolucionario latinoamericano hasta hoy.”
La segunda parte trata sobre “las etapas históricas fundamentales que desembocan en la actual situación revolucionaria” así como aborda “las fases de desarrollo de la ultima etapa de la Guerra Revolucionaria” que va de enero de 1981 con el lanzamiento de una Ofensiva General hasta finales de 1983.
La tercera parte aborda el análisis crítico de los diferentes planes estratégicos del FMLN en la última etapa de la guerra. Concluye que”es previsible que el fenómeno revolucionario salvadoreño tendrá una expresión insurreccional y una gran batalla militar en su desenlace, pero es difícil prever el momento en que se conjugarán todos los factores que llevarán a la situación que haga posible tal desenlace. Lo que sí es evidente es que el FMLN mantiene una acumulación acelerada de fuerzas y un irreversible paso hacia la victoria.”
La cuarta parte se refiere al análisis del plan estratégico del enemigo y considera que “los tiempos y posibilidades de escalonamiento del plan de intervención de Estados Unidos dependen de factores políticos internos en Estados Unidos, de factores estratégicos a nivel mundial y del propio avance militar que el FMLN logre imponer.”
Agrega que “si los planes militares del FMLN profundizan la crisis moral del ejército, los planes de Estados Unidos se dificultarán enormemente al perder la base de sustentación humana que los concrete, obligándolos o bien a redefinir su posición con respecto al FMLNFDR, o a intervenir militarmente en un momento políticamente difícil para ellos.”
La quinta parte trata sobre el problema de “la acumulación de fuerzas en nuestra guerra revolucionaria” y plantea que “el apoyo de Estados Unidos a la dictadura modificó las condiciones en que se estaba desarrollando la situación revolucionaria, al aparecer un factor externo que dio la posibilidad al Estado salvadoreño de resistir la lucha que las masas libraban, bajo formas y niveles espontáneos o primarios de organización popular.”
Explica que “al perderse la posibilidad de la insurrección general y no contar con el desarrollo militar suficiente que permitiera enfrentar el apoyo imperialista a la dictadura, esto impidió continuar el avance ininterrumpido que hasta ese momento mantenía el movimiento revolucionario.”
Finalmente enumera cuatro elementos fundamentales para mantener la perspectiva de victoria revolucionaria. Estos son los siguientes: “el poderoso movimiento de masas salvadoreño, que ha contado con un alto nivel de organización y conciencia de clase; la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la consiguiente conformación del FMLN y el orgánico desarrollo político-ideológico de las organizaciones que lo componen; el mantenimiento de la lucha armada como forma fundamental en combinación con la lucha política; y la proximidad geográfica de las revoluciones nicaragüense y cubana y su apoyo solidario.”