SAN SALVADOR, 18 de mayo de 2010 (SIEP) “Un año después de haber presentado en la Asamblea General de las Naciones Unidas una Propuesta de Paz, la alianza FMLN-FDR presentó ante el mundo una segunda propuesta, que damos a conocer…” expreso el Lic. Roberto Pineda, del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”
A diferencia de la primera propuesta, esta vez esta dirigida hacia el Poder Ejecutivo, que presidía Álvaro Magaña, la Asamblea Nacional Constituyente, que estaba recién electa y era presidida por el Mayor Roberto DAubuisson y las Fuerzas Armadas de El Salvador, conducidas por el General Eugenio Vides Casanova.
Habían nuevas realidades que enfrentar: el gobierno de Reagan impuso en diciembre de 1981 a la derecha salvadoreña, particularmente al PDC y a la recién creada ARENA, la misión de unificarse alrededor del Pacto de Apaneca, y realizar elecciones para una Asamblea Constituyente que redactara una nueva Constitución.
En enero de 1982 el FMLN-FDR envió una carta al Presidente Ronald Reagan explicando las causas internas del conflicto y haciendo un llamado a la no intervención. La respuesta fue aumentar la ayuda militar al régimen contra-insurgente. En marzo el FMLN realizo un esfuerzo insurreccional para impedir estas elecciones pero no pudo evitarlas. Y fue esta asamblea la que eligió en mayo como Presidente provisional a Álvaro Magaña. El conflicto se prolongaba…”
En junio la Iglesia Católica vía CEDES se pronuncio por una solución política al conflicto, posición que fue respaldada en agosto por una declaración del Papa Juan Pablo II en la misma línea.”
Mientras la primera propuesta de octubre de 1981 se refería a la necesidad de contar con “testigos” en esta segunda se habla de la creación de “un grupo de Buenos Oficios, que organice y posibilite el diálogo y ponga en comunicación a los delegados de las partes, para que, conjuntamente determinen y acuerden los asuntos relativos al procedimiento de inicio y desarrollo del diálogo.”
Asimismo plantea que otros sectores nacionales participen en el dialogo y que “como muestra de buena voluntad y seriedad mutuas, y para arribar a resultados positivos, el diálogo se realice con la presencia de testigos solventes.”