El día jueves 27 de noviembre, fueron capturados y asesinados los compañeros Enrique Álvarez Córdova, Presidente del Frente Democrático Revolucionario, junto con Juan Chacón, Manuel Franco, Enrique Escobar Barrera, Humberto Mendoza y Doroteo Hernández, todos ellos miembros de su Comité Ejecutivo. La captura fue realizada tal como lo informaron la mayoría de medios de prensa, por fuerzas combinadas de los cuerpos de seguridad, que tendieron un dispositivo en toda la zona mientras agentes de la Policía de Hacienda los apresaban en el interior del Colegio Externado San José, de San Salvador. Cumpliendo un plan bien coordinado, la Junta Militar Democristiana se apresuró a desmentir la captura presentando el hecho como un “secuestro” y pidió cínicamente “respeto a las vidas e integridad física” de estas personas mientras ellas eran cobardemente asesinadas.
Esta es una agresión y una provocación canallesca contra el pueblo salvadoreño, fruto de la desesperación por el fracaso de una política criminal que no ha logrado, ni logrará doblegarlo, ni arrodillarlo.
Durante las últimas semanas la Fuerza Armada y sus bandas para-militares han acrecentado la matanza y destrucción de viviendas de la población civil en extensas zonas rurales y los sanguinarios cateos en las ciudades, poblaciones y caseríos enteros han sido asolados, decenas de miles de familias mutiladas de sus seres queridos y de sus propiedades, han sido obligadas a buscar refugio en otros lugares del país o del exterior.
Mientras tanto, la Junta Militar Democristiana, pretendiendo encubrir con un manto limpio sus fechorías fascistas, se proclama insistentemente partidaria de la “paz y el diálogo”. Es el mismo cinismo mafioso aprendido de sus amos los imperialistas yankis, que han empleado en todas sus brutales e inútiles guerras contra los pueblos como pudo verse en Viet Nam.
El “Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional” –FMLN-, integrado por las Fuerzas Populares de Liberación –FPL-, Ejército Revolucionario del PuebloERP, el Partido Comunista Salvadoreño –PCS- y la Resistencia Nacional –RN-, se dirige al pueblo salvadoreño, especialmente a sus grandes mayorías trabajadoras de las ciudades y campo, para decirle: la paz únicamente puede alcanzarse derrocando a este régimen genocida, echando del poder a los asesinos armados, entrenados y sostenidos por los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela y por los peores explotadores que han sembrado la miseria y el hambre en nuestro país.
Para eso combatimos encabezando y conduciendo la heroica rebeldía popular; decenas de miles de jóvenes, adultos, hombres y mujeres se han levantado para empuñar las armas, decenas de miles más colaboran activamente, apoyando en toda forma a estas filas delanteras y cientos de miles de patriotas nos respaldan moralmente, dispuestos también a alzarse en lucha.
La hora de las grandes batallas decisivas, en las que habrá un sitio de combate para cada uno y para todos los patriotas, se está acercando a pasos agigantados. Por eso se desesperan y se dividen los asesinos que están en el poder y se lanzan a cometer los más horrendos crímenes. Por eso preparan golpes de Estado de Vides Casanova contra Abdul Gutiérrez y de Carranza y García contra todos, mientras Duarte se dispone a acompañar al ganador.
En estos momentos nuestras fuerzas preparan y aumentan sus armas, estructuran sus unidades militares estratégicas en diferentes lugares del país, afinan sus planes de lucha, intensifican su comunicación con el pueblo, preparándolo a incorporarse a las acciones decisivas.
Todos los salvadoreños verdaderamente patriotas que aman la paz, la libertad y la independencia, que aspiramos a una sociedad justa debemos disponemos a ocupar un lugar de combate en esas batallas decisivas.
El brutal asesinato de los queridos, valientes y talentosos dirigentes del Frente Democrático Revolucionario aunque muy doloroso, no detiene, sino que hace más resuelta esta marcha hacia la victoria del pueblo salvadoreño.
La única alternativa de solución para la crisis nacional, es la instauración del Gobierno Democrático Revolucionario, postulado por estos dirigentes. Ese gobierno estará integrado y sustentado por las clases trabajadoras de la ciudad y del campo, las capas medias, los elementos y agrupamientos patrióticos del ejército, los religiosos católicos y protestantes comprometidos con el pueblo y los sectores de la empresa privada que estén dispuestos a contribuir a la reconstrucción del país y a la reorganización de la sociedad para hacerla justa y perdurablemente pacífica.
Estas son las fuerzas más valiosas de nuestra nación, las que representan verdaderamente su ser y su futuro. Las fuerzas que ahora oprimen al pueblo salvadoreño, son el futuro peor de la historia nacional y representan el pasado oprobioso de medio siglo de dictadura asesina que hay que dejar atrás definitivamente.
Nosotros que hemos tenido que recurrir a la guerra, para conquistar una paz duradera, estamos abiertos y plenamente dispuestos a escuchar las opiniones de todas las personas, organizaciones o instituciones que aspiran al logro de esta meta de paz, libertad, independencia y justicia social, aunque no estén ellas afiliadas al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional o al Frente Democrático Revolucionario. Respetamos sus ideas y opiniones, la conducta política del Gobierno Democrático Revolucionario buscará ser la síntesis de las variadas ideas, opiniones e intereses de las fuerzas progresistas de la nación y las respetará a todas.
Enrique Álvarez Córdova, Enrique Escobar Barrera, Juan Chacón, Manuel Franco, Humberto Mendoza y Doroteo Hernández, eran elementos representativos destacados de estas fuerzas sociales valiosas a las que pertenece el futuro y no es casual que esta Junta genocida haya bautizado al grupo de agentes de la Policía de Hacienda que escogió para asesinarlos con el nombre de General Maximiliano Hernández Martínez, quien inauguró esta feroz dictadura militar derechista masacrando a más de 30,000 salvadoreños en enero de 1932 y abandonó el poder en 1944, después de imponer otro baño de sangre a nuestro pueblo.
La próxima instauración del Gobierno Democrático Revolucionario no sólo responde a los intereses y anhelos del pueblo salvadoreño, sino que también interpreta las preocupaciones de los gobiernos y fuerzas democráticas y populares de nuestro continente y el mundo entero; frente a los males de la Junta genocida, que se encuentra totalmente desacreditada, puesto que pertenece al grupo de gobiernos más asesinos, más cínicos y torturadores de este continente.
Durante muchos años hemos construido, con incontables sacrificios y sufrimientos, las columnas de combatientes de vanguardia, forjados en dura y heroica lucha que constituyen nuestras organizaciones y están listas hoy para encabezar, dar organización y eficacia a las batallas decisivas del pueblo salvadoreño por su definitiva y verdadera liberación.
Nuestra orden general para los militares revolucionarios y nuestro llamamiento a todo el pueblo es:
¡Todos a prepararnos para las batallas decisivas!
Enrique Álvarez Córdova, Enrique Escobar Barrera, Juan Chacón, Manuel Franco, Humberto Mendoza y Doroteo Hernández, ejemplares patriotas, demócratas y revolucionarios auténticos, vuestras vidas como las de tantos otros miles de heroicos luchadores no han sido en vano.
Todos puestos en pie, listos y unidos para combatir hasta la victoria final, les decimos:
¡Presentes!
¡Revolución o muerte! ¡venceremos!
Shafikc Jorge Handal Ferman Cienfuegos
Salvador Cayetano Carpio Joaquín Villalobos
El Salvador, 28 de noviembre de 1980.