Diseño gráfico y posmodernidad (primera parte)
Diseño gráfico y posmodernidad
Introducción
Con el título diseño gráfico y posmodernidad, no pretendo introducirme en detalles de diversas corrientes filosóficas y grandes cantidades de autores que han teorizado sobre el tema.
Simplemente quiero analizar con conciencia crítica la situación del papel actual del diseño gráfico, en una sociedad capitalista, neoliberalista y global que pretende atenuar la constante situación histórica de dominación de grandes grupos humanos (masa en la actualidad),
que antes se daba por medio de la fuerza, ahora se da por medio de la manipulación comercial, la moda y la enajenación.
De esta manera, la masa es imposibilitada de actuar a favor de un beneficio social concreto por medio de alternativas radicales que puedan mejorar su situación. Siendo el diseño parte del gran mecanismo del funcionamiento de los mercados.
Hipótesis
¿Es el diseño gráfico una disciplina seria o una mera circunstancia de los mercados capitales? Para que exista un verdadero cambio con respecto a lo que define al diseño gráfico en esencia debe existir un cambio social, que permita no solo al diseño sino a todas las actividades o profesiones, aportar un beneficio equitativo al ser humano. De lo contrario el diseño sólo podría entenderse como una actividad posmoderna carente de inteligencia y de sentido ante el desarrollo equitativo de la humanidad.
Desarrollo
Es posiblemente falso afirmar que este mundo sea cambiante o que evolucione, me refiero a la estructura social del mundo humano. Muchos patrones sociales se repiten constantemente, únicamente se adecuan a la época en la que se vive. No logro entender cómo tantos filósofos idealistas se han dedicado a hacer profundas disertaciones
sobre el ser de manera tan ontológica, tratando de buscar un sentido casi espiritual y religioso en muchos casos para encontrar la razón de la existencia humana, para saber qué es lo que la define concretamente o descubrir su esencia.
Hay muchas posibilidades, de hecho estas son infinitas, pero podríamos analizar la situación humana actual y descartar aquellas definiciones dogmáticas, irracionales y totalitaristas que nos han dado las instituciones, las autoridades, el estado, la iglesia, la escuela etc.… No sólo se trata de estar en el mundo, se trata de saber para qué estamos.
Los discursos de las figuras de autoridad (anteriormente mencionadas), son incoherentes con la realidad; por ejemplo: no estamos en el mundo por que Dios así lo quiso, ni para buscar el bien de nuestro prójimo, esperando la recompensa del cielo, no estamos en un país
libre y soberano ni somos ciudadanos que buscamos el bien común para nuestra nación, no estudiamos para ser profesionistas éticos y comprometidos con nuestra sociedad. La realidad nos muestra todo lo contrario. Estas tres circunstancias sociales no se dan únicamente
como valores sociales, morales o culturales, sino que tienen un trasfondo muy importante y profundo, algo que mueve al mundo y define al ser humano más que cualquier concepto ontológico, ese algo es el dinero.
El dinero no es extraño para nadie, es simplemente un sistema de intercambio comercial aceptado por las sociedades, que se refleja en la adquisición de bienes materiales, recursos o servicios; todo gira alrededor de este concepto. Lo que hacemos o no hacemos se relaciona
directa o indirectamente con eso, seamos o no concientes de ello.
Pero el problema no es el dinero sino la distribución del mismo y todo lo que tiene como respaldo es decir: los bienes materiales.
La posmodernidad puede definirse de muchas maneras: puede ser un concepto filosófico, una etapa del desarrollo humano, un cúmulo de cambios de pensamiento, la evolución o trascendencia de la modernidad… Pero en mi opinión es un concepto que no tendría sentido
si dejamos de lado a otros cómo: capitalismo, liberalismo, economía política, poder adquisitivo,consumismo, sociedad masiva y por su puesto el ya mencionado dinero…
Es por todos conocido que en el mundo existen ricos y pobres, hay quienes viven el la opulencia, otros que viven cómodamente, con lujos ostentosos pero sin llegar a ser millonarios, otros que con mucho esfuerzo sobrellevan la vida día a día, hasta llegar a todas aquellas
personas que viven en la pobreza extrema, sin contar con los servicios más básicos de salud, vivienda, agua potable etc.
Pero, ¿a qué se debe realmente que exista esta pésima distribución de la riqueza en el mundo? Todo esto podría remontarnos incluso a los orígenes del ser humano. Pero en este tema nos incumbe mencionar simplemente dos grandes proyectos económicos humanos: el de la
acumulación y la repartición.
Es más que obvio que el proyecto capitalista se relaciona con la acumulación y es en el que nos desenvolvemos socialmente. Este proyecto remonta sus orígenes a la llamada economía
política de Adam Smith, quien a su vez retomó ideas de corrientes filosóficas diversas, sobre todo de la ilustración y el naturalismo.
Tuvo que haber existido el oscurantismo y el renacimiento y por su puesto la Revolución Francesa, en la cual se consiguieron avances en la democratización de la sociedad occidental. También tuvo que existir el desarrollo industrial, con la Revolución Industrial, para gestar
la existencia de sociedades masivas capitalistas. Posteriormente surgirían corrientes filosóficas idealistas como el positivismo que es considerada por autores como Luckaks como una mera justificación del capitalismo, disfrazándose con el estandarte de la ciencia, todo ello
con el fin de apoyar en su tiempo a las corrientes de pensamiento que sustentan también el liberalismo.
Tan trascendente ha sido el pensamiento de Adam Smith y muchos otros autores, que actualmente se siguen desarrollando sus temas, incluso a nivel pragmático, es decir ahora existe el neoliberalismo, que maneja toda la misma estructura del proyecto sociopolítico de la acumulación pero adecuado a las nuevas reformas de los países que forman parte del
capitalismo.
Las guerras mundiales, la guerra fría, la caída de la Unión Soviética y muchos otros acontecimientos a nivel mundial y local como las guerrillas en América Latina, solo han ido demostrando con el paso del tiempo que el capitalismo decae, por que no es para todos, ya que hay una pésima distribución de los recursos, al igual que las pocas sociedades seudo-comunistas, que solamente aplicaron un capitalismo de estado, sin que existiese una verdadera igualdad social o un proyecto económico encaminado a la repartición.
Movimientos sociales alternativos con bases filosóficas materialistas como el socialismo o el anarquismo fueron satanizadas desde hace muchos años, ya que a los poderosos nunca les ha convenido que las personas vivan regidos por la igualdad y la inteligencia en todos los
ámbitos. Grandes filósofos y pensadores como Karl Marx, Mijalil Bakunin, George Luckacks o Enrico Malatesta por mencionar algunos, fueron incluso prohibidos en muchos países, debido a sus ideas radicales de liberación social que pueden llegar a aplicarse y adecuarse a la
época contemporánea. Pero a los capitalistas no les conviene que seamos libres.
El capitalismo mutila la cultura, no permite la democratización de las ideas. De esto no tienen la culpa los medios de comunicación como la televisión, la y actualmente la web (que es un medio relativamente democrático por su flexibilidad en cuanto a la información que se
presenta, mas no por su inaccesibilidad para las mayorías sociales en el sentido económico y/o de poder adquisitivo), sino quienes los controlan es decir los capitalistas: Gobierno, Empresas poderosas, Iglesia y grupos de poder en general.