El miercoles del TLC y la ceniza de la resistencia
Reflexiòn sobre Marcos 1:15
Este Miercoles de Ceniza del 2006 inicio en El Salvador el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Inicio la Cuaresma y al mismo tiempo retrocedimos doscientos años, ya que volvemos a ser colonia, pero tambièn dio comienzo una nueva lucha por la independencia.
Hace doscientos años nuestros proceres se preparaban para una larga lucha contra el colonialismo de España. En las haciendas y en las mismas iglesias surgìa la llama de la independencia llamando al pueblo a prepararse para librarse de las cadenas del imperio español. El pueblo se preparaba.
Lo mismo hizo Jesùs de Nazaret cuando convocò a Simòn y a Andres, a Santiago y a Juan para formar la primera celula de resistencia contra la ocupaciòn militar y comercial del imperio romano. Se estaban preparando para una larga lucha.
Nosotros tambien con la cruz de ceniza en nuestras frentes y con las banderas rojas desafiando al imperio de Bush nos movilizamos este dìa por San Salvador. Sabemos que serà una lucha larga y dificil pero que al final obtendremos la victoria. Hay una certeza evangèlica en esto.
La ceniza sobre nuestra frente es un simbolo de dignidad y de resistencia. Es la señal que indica nuestro compromiso de lucha. La ceniza se origina en las pancartas de las marchas del año pasado contra el TLC, de los ramos bendecidos en el Domingo de Memoria de la Represiòn.
Hay una continuidad històrica entre nuestros esfuerzos y los que realizò Moisès, Abraham, y la pràctica de resistencia de Jesùs de Nazaret. Hay un hilo que engarza nuestros sueños actuales con los sueños de nuestros abuelos y abuelas. El acorazado Aurora sigue anclado en el Neva de nuestros esfuerzos. Y los zares seguiran templando ante la dignidad de los pobres en todas las èpocas.
La ceniza en nuestras frentes nos indica una de las enseñanzas principales de Jesùs de Nazaret: es mejor morir en la cruz que vivir de rodillas. Jesùs muriò de pie, con dignidad, luchando por la independencia de su patria, en abierto desafìo a los TLC de su època, retando al imperio romano. Cuando se vive con dignidad, se muere con tranquilidad.
La ceniza en nuestras frentes debe servirnos para estar alertas sobre la tentaciòn de la opresiòn. Cada uno de nosotros es pecador. Y cada uno puede desarrollar actitudes discriminatorias contra los demàs o conducirse con soberbia y egoismo. Es nuestra naturaleza humana. Y la ceniza nos permite comprenderlo. Nos humaniza, nos enseña humildad.
Venimos de la tierra y regresaremos a la tierra. Adàn significa tierra y lucha por la tierra. La tierra es nuestra herencia. Y el desafìo es que sea una tierra para todos y todas. Y el desafìo cristiano es evitar que sea destruida por el egoismo del imperio, por los intereses del imperio.
La palabra humildad deriva del tèrmino latino humus, que significa tierra. Debemos de ser humildes porque venimos de la tierra. La sabidurìa del Antiguo testamento nos enseña en el Eclesiastes que “todo va al mismo lugar, todo proviene del polvo y volverà al polvo.”
El inicio del TLC en nuestro paìs nos exige que vistamos el sayal de la resistencia, que nos permita enfrentar las amenazas y ataques del imperio. Por lo que debemos de prepararnos para luchar por nuestra fe, por medio de la reflexiòn, del anàlisis de lo que esta sucediendo a nuestro alrededor.
Por medio de la penitencia que es la confesiòn que hemos sido opresores, que en nuestro corazòn ha nacido el egoismo, la envidia, la deslealtad, la injusticia. Por medio del ayuno que es la lucha por los demàs, sin pedir nada a cambio, sin esperar nada a cambio, de manera gratuita, por la gracia del Espìritu Santo.
Me acuerdo que a principios de los setentas en la FUSS, que era una central sindical, que quedaba en la Avenida Cuscatlan, cada 18 de marzo celebrabamos el inicio de la Comuna de Paris, en 1871. Y hacìamos memoria del espìritu de sacrificio, del compromiso polìtico de estos obreros que como Marx dijo “tomaron el cielo por asalto.”
Hoy comprendo que hubo mucho espìritu evangèlico, mucho testimonio de fe en esa experiencia proletaria. Hubo espìritu de resistencia que es el espìritu de Dios.
Este Miercoles de ceniza que fue tambièn miercoles de TLC nos abre las puertas para que nuestras vidas sean una oraciòn dicha desde las avenidas de nuestro corazòn. Para proclamar con total confianza que la historia pertenece a los que luchan, a los que sueñan. Los imperios siempre se desmoronan. Amèn.
Rev. Roberto Pineda
Iglesia Luterana Popular de El Salvador
San Salvador, 1 de marzo de 2006