Respuesta de Oxfam a Walden Bello
Angus Cleary (*)
Oxfam valora mucho el trabajo de Walden Bello. Ha desempeñado un papel clave al desafiar la legitimidad de las instituciones globales que anteponen los beneficios de las corporaciones y el interés de los gobiernos del norte frente al imperativo de reducir la pobreza. Así mismo, reconocemos la enorme contribución de Focus al movilizar apoyo para el cambio. En su crítica a la campaña de Oxfam, Walden concluye observando que “sólo con el debate y el diálogo entre contrapartes y aliados podemos trazar una ruta sólida hacia delante”. Esta respuesta es escrita con ese mismo espíritu.
1 El punto inicial de la campaña de Oxfam. En un debate anterior con Philippe Legrain de la OMC, Walden Bello escribió: “El comercio puede ser bueno o malo par el desarrollo nacional —- todo depende de las reglas que lo guían”. Nosotros compartimos esa visión.
Como deja en claro nuestro informe “Cambiar las reglas: comercio, globalización y lucha contra la pobreza”, creemos que el comercio tiene el potencial para actuar como una fuerza poderosa para reducir la pobreza. Y pasamos a argumentar que este potencial no se hace realidad precisamente porque las reglas son diseñadas para beneficiar a los ricos y marginar a los pobres. Nosotros resaltamos el papel de los gobiernos del norte y de las compañías transnacionales en la creación de un sistema de reglas de comercio mundial que sistemáticamente refuerzan las ventajas y las desventajas, y presentamos propuesta para cambiar esas reglas. Esta propuesta descansa sobre un principio que algunos de nuestros críticos rechazan: que a los mercados internacionales, como a los mercados nacionales, se los puede hacer trabajar para los pobres si se desafían las relaciones de poder. A escala global, esto significa desafiar el dominio de los actuales mandatos del FMI-Banco Mundial-OMC. En el ámbito nacional, significa emprender reformas redistributivas.
En ningún momento del informe argumentamos a favor de modelos de crecimiento neoliberales orientados a la exportación, menos aún recetas para el libre mercado en países en desarrollo. De hecho, claramente argumentamos que bajo la globalización el crecimiento produce crecientes desigualdades. Tampoco decimos que el crecimiento de las exportaciones es un sustituto de estrategias efectivas para reducir la pobreza. Sería claramente un absurdo decir que un país como Brasil puede utilizar el comercio para la reducción de la pobreza, en ausencia de cambios fundamentales en la distribución de recursos y oportunidades. Sería igualmente absurdo endosar modelos de exportación que generan destrucción ecológica. Sin embargo, por las razones puestas en el informe, sí creemos que las exportaciones pueden jugar un papel en las estrategias de apoyo a la reducción de la pobreza, tanto a través de la generación de empleo como por la creación de condiciones más amplias de crecimiento económico.
2. Acceso al mercado. Mucha de la crítica de Focus se basa en una lectura equivocada de la campaña de Oxfam. En su primer párrafo, Walden argumenta que la campaña de Oxfam es “una campaña global para promocionar un mayor acceso de los productos de los países en desarrollo en los mercados del norte”. Esto es un error.
El acceso al mercado es un tema entre muchos. Como deja en claro nuestro informe, la campaña de Oxfam apunta a desafiar y cambiar las reglas del comercio mundial en un amplio rango de áreas. Llamamos a hacer reformas fundamentales del Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual en la OMC. Junto con otros, Oxfam ha desafiado consistentemente el abuso del poder de las corporaciones multinacionales y los intereses que se auto-otorgan los países del Norte detrás de ese acuerdo. Como Focus, también rechazamos el hecho de usar a la OMC para premiar con mercados abiertos a los inversionistas extranjeros, liberalizar los mercados de servicios, o forzar dentro de la agenda de la OMC una cantidad de nuevos aspectos incluyendo la competencia y la política de adquisiciones. Uno de los principales temas, en el primer año de la campaña, será la crisis en los mercados internacionales de productos provenientes del Sur, en el que estamos argumentando a favor de mecanismos internacionales para estabilizar los precios a niveles más remunerativos. Un capítulo entero del informe critica la condicionalidad a los préstamos por parte del FMI/BM que apuntan a imponer la liberalización de importaciones en los países en desarrollo. Y un tema principal en la campaña es la acción para prohibir cualquier condición sobre los préstamos, que requiera tal liberalización.
Dicho esto, no nos disculpamos por darle mucha importancia a un mejor acceso a los mercados a los productos del Sur. El proteccionismo del Norte es excesivo y arbitrario, precisamente en aquellas áreas, como las de textiles y la agricultura, donde los países en desarrollo en general y los pobres en particular es donde ganarían más.
La liberalización en esta área ha sido nefasta, desviando masivamente los beneficios del comercio internacional hacia el mundo industrializado. Creemos que es esencial resaltar el aspecto del proteccionismo del norte, no como la primordial o exclusiva causa de la pobreza, pero sí como uno de los más claros ejemplos de cuán corrupto y profundamente distorsionado es el sistema internacional de comercio contra las economías pobres. Los gobiernos de los países en desarrollo están intentando usar las negociaciones de comercio para cambiar este desbalance y nosotros, sin reservas, apoyamos sus esfuerzos. Nosotros consideramos indefendible la gestión de Canadá, EE.UU., Japón y la UE en áreas como la eliminación en fases del Acuerdo sobre Multi-Fibra y la reforma agrícola. La campaña de Oxfam continuará otorgando una alta prioridad a los dos aspectos.
3. Agricultura orientada a la exportación. Focus cita con una aparente aprobación una respuesta de Food First al informe de la campaña de Oxfam, insinuando que nosotros favorecemos “el paradigma del crecimiento orientado a las exportaciones”. Esta presunción aparece como si sólo los intereses monopólicos de la agricultura de exportación se beneficiarán del acceso a los mercados del norte. ¿Significa esto que el mundo industrializado estaría justificado al prohibir las importaciones de arroz de Vietnam y Tailandia, té de India, o azúcar de Mozambique? Seguramente el aspecto real es si los gobiernos nacionales adoptan – o no- políticas que prevengan el surgimiento de estructuras monopólicas. Compartimos muchas de las preocupaciones de Food First respecto al patrón actual de crecimiento agrícola para la exportación en los países en desarrollo. Sin embargo, rechazamos los contrastes simplistas entre “cultivos para el mercado” y “cultivos de auto-abastecimiento”, y entre producción para el mercado nacional y para la exportación. En realidad, vemos que esas dicotomías desvían la atención del tema real de las políticas nacionales y las políticas de las instituciones internacionales que dan forma a la distribución de los beneficios a partir de la participación en los mercados. Después de todo, el mismo modelo de “crecimiento anti-pobreza”, que evita que los pobres se beneficien de las exportaciones, es evidente en muchos mercados domésticos. Estos desequilibrios deben ser enfrentados a través de políticas nacionales que promuevan el empleo y la seguridad alimentaria en las economías pobres. Lo que no compartimos con Food First es la idea de que el modelo actual es incambiable, o la idea paralela de que las exportaciones agrícolas son, inherentemente contrarias a los sectores más pobres.
4. En defensa del Grupo Cairns. Según Focus, Oxfam es actualmente un defensor, desde la sociedad civil, de la posición del grupo Cairns. Esto es un error. Nosotros rechazamos categóricamente el acercamiento del Grupo Cairns a la liberalización del mercado. Como lo argumentamos con bastante detalle en el informe, todos los países en desarrollo debieran tener el derecho a proteger sus sistemas alimentarios, no sólo en los campos en que la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza son un imperativo según su derecho, sino también porque los mercados mundiales están severamente distorsionados. Es por ello que nos hemos unido a otros en el llamamiento a favor de una “Caja de Desarrollo”. Lograr reglas que respeten el derecho de los países en desarrollo a proteger la agricultura es una prioridad principal de la campaña, como especificamos claramente en nuestro informe.
La crítica de Focus a la posición de Oxfam sobre agricultura levanta una importante pregunta táctica que va al corazón de un dilema mayor que enfrentan los gobiernos de los países en desarrollo. Esa pregunta es si al entrar a las negociaciones para un mejor acceso al mercado, los países en desarrollo serán forzados a unos acuerdos desiguales bajo los cuales estarán obligados a abrir sus propios mercados en sectores como la agricultura, la banca, los servicios y otros sectores. Los peligros son obvios y se extienden más allá de la OMC. Sin embargo, seguramente el desafío real aquí, como lo sugiere Focus, es que los gobiernos y la sociedad civil del Sur tienen que trabajar juntos para restringir el ámbito y el mandato de la OMC. Una campaña que expone a los líderes de los países ricos como hipócritas con un doble discurso, es una ayuda en este objetivo. Será mucho más difícil para los líderes de estos países ricos demandar a los países pobres una segunda fase de liberalización si ellos han quedado expuestos por mantener firmemente cerrados sus mercados. Nuestra campaña ha sido concebida con esta mira.
5. Mala imagen en los medios de comunicación. Comentando un informe de prensa sobre el lanzamiento de nuestra campaña, Focus describe como “perfectamente entendible” un artículo del Washington Post calificando a Oxfam como perteneciente al campo del libre mercado. Por encima de cualquier criterio equilibrado y objetivo, el artículo en cuestión constituyó un muy mal ejemplo, como también, el uso altamente selectivo de frases literales del informe de Oxfam. El mismo día en que se publicó el artículo del Washington Post, Oxfam fue condenado por el Herald Tribune por ser “antimercado, antil ibre comercio y antiglobalización”. Otro artículo describió al informe de la campaña como “keynesiano radical”.
Finalmente, Focus critica a Oxfam por acusar a “un gran sector del movimiento contra la globalización dirigida por las corporaciones como “globofóbicos”“. De hecho, aclaramos que no nos estamos refiriendo a los significativos e importantes movimientos antiglobalización y por un comercio justo, de los cuales somos parte, sino más bien a la variedad de pequeños grupos políticos, principalmente en países industrializados, que están fundamentalmente opuestos al comercio con los países en desarrollo. Algunas de estas agrupaciones son de la extrema derecha, mientras otras representan una minoría extrema que favorece la autarquía.
Hemos recibido muchos muchos comentarios sobre el Informe de Comercio en las últimas semanas. Algunos de ellos han sido muy desafiantes; sin embargo damos la bienvenida al debate que se ha generado. Las fuerzas a las que nos enfrentamos son enormemente poderosas, y sólo trabajando con nuestras posiciones y estrategias podemos tener la esperanza de conseguir cambios reales en el mundo. Esperamos que los debates que se están produciendo ahora mismo a través de nuestras redes en todo el mundo ayuden a construir un movimiento por la justicia social más fuerte.
(*) Responsible de Campañas de Oxfam (Gran Bretaña).