El Salvador: 8 imperios y 1 sola resistencia.
Por Roberto Pineda
El enfrentamiento entre las diversas resistencias de los pueblos oprimidos y la dominación de los imperios, moldea a lo largo de la historia el surgimiento y desaparición de naciones, de sus culturas, de sus economías, de sus religiones e idiomas, de sus luchas.
En este devenir histórico, cada pueblo es el resultado de incontables generaciones, cada una de las cuales le imprime su propio sello, cada una de las cuales pintan los colores y trazan los diseños de un lienzo universal, con sus dolores y esperanzas, sus tristezas y alegrías, sus héroes y traidores, sus pesadillas y sueños.
En nuestro territorio hemos resistido la agresión en cuatro mil años de siete imperios. Han sido siete meteoros que incendiaron nuestras montañas. Han sido siete espadas que atravesaron el pecho de nuestros abuelos y abuelas. Han sido siete oleadas de odio y de temor. Han sido también siete jornadas de resistencia y dignidad. Fueron olmecas, mayas, chibchas, aztecas, españoles, mexicanos, y estadounidenses, los que llegaron sin ser invitados, llegaron para destruir y capturar la flor de nuestra nacionalidad.
El río de nuestra resistencia surge en los corazones de nuestros hombres y mujeres y viene bajando desde nuestras montañas del norte hasta besar los mares del sur. Es un río milenario que esconde en sus profundidades el secreto de la rebeldía, el corazón de una patria socialista que no puede ser derrotado.
Los chibchas llegaron desde el sur
El primer puente llegó desde el sur. Conocían las diademas de oro en las cabezas de sus princesas lencas. La nobleza cobraba tributo a sus vasallos. Y sus vasallos organizaron la resistencia. Eran orfebres, ceramistas y tejedores de mantas. La resistencia cubrió nuestro territorio con sus voces insurgentes.
Chalchuapa: cuna de la resistencia pok’omame a los olmecas
El primer grito de resistencia pok’omame fue en Chalchuapa. Luego sonaron los tambores de los chorties en Tejutla. Y el grito se fue extendiendo hacia el oriente, hacia territorio lenca y ulua.
Fue hace muchas lunas que se alzó el jaguar de la rebelión, la cerámica policromada de la resistencia; golpeamos las diecisiete cabezas olmecas de los gigantes sanguinarios, que con sus cascos de tinieblas, y sus enigmáticos sacerdotes, robaban las semillas de cacao de nuestras cosechas y se bebían nuestros espejos. No pudimos destruir sus pesadas narices chatas, y por eso nuestros hijos e hijas seguirán la tarea, de alzar la bandera roja en las marchas populares contra las espadas del jade de la opresión.
El imperio de los maestros de las estrellas es desafiado
Luego vinieron los bacab, maestros de los estrellas, los príncipes mayas con sus plumas y sus caracoles, que desde sus altas pirámides en Tikal, y en Tazumal, vigilaban la faena de nuestros agricultores. Impusieron la religión del maíz y la milpa fue esclavizada por las serpientes de las pirámides, q ue abrían el pecho de nuestras jóvenes para sacarles el corazón. Pero la resistencia encontró los caminos para desafiar sus trece cielos, sus templos, sus estelas, su ceiba sagrada y los obligó a abandonar sus ciudades. En el 1200 d.n.e. fue silenciada su voz. Solo quedaron las ruinas de sus juegos de pelota.
Los aztecas llegan en oleadas invasoras
El cuarto círculo de opresión fue establecido por las sandalias de los guerreros meshica, los tlatoani que impusieron el lenguaje del nopal. Únicamente en el occidente Talnique, Tamanique y Jayaque conservaron el sonido de sus nombres lencas. Estos hablantes de nahuat Abandonaron Tenochtitlan y establecieron su quinto sol en Cuscatlan. Vinieron violentos, e impusieron su lenguaje y religión. Y los ríos fueron apan y los cerros tepet. Adoraban al sol y lo alimentaban con la sangre de los corazones de los prisioneros. Nosotros éramos los prisioneros. Y fuimos también la resistencia y el mundo no termino cuando suspendimos sus sacrificios.
En Acajutla derrotamos a los invasores españoles.
El quinto edificio colonial se inicio en 1524 en Acajutla, lo construyeron los conquistadores ibéricos, usando un viejo arcabuz de pólvora y una extraña cruz de madera, plantaron el aceite del vasallaje en el antiguo Reino de Guatemala y nos obligaron a hundir nuestras rodillas en los obrajes de añil, hasta que surgió la flor roja de la rebeldía, que nace siempre cuando el pueblo despierta en la mañana de la esperanza. Y la rebeldía contra Castilla la encabezó Atonal. Y la flecha de la resistencia estuvo también en el Chaparrastique. Y después Pedro Pablo fue una campana que convocó a la independencia.
El imperio mexicano de Iturbide pretendió anexarnos
La sexta ventana colonial fue abierta por el Emperador Agustín de Iturbide (1821-1823) que envió a sus soldados para conquistarnos y “aplastar la rebelión.” La resistencia fue dirigida por Manuel José Arce y conducida desde San Salvador y San Vicente. Los anexionistas ocuparon Texistepeque y Metapan, e incluso San Salvador.
El imperio inglés dividió nuestras naciones centroamericanas (1821-1824)
El séptimo barco atravesó el océano y llegó a nuestras costas, trayendo de Londres un equipo de generales disfrazados como emisarios comerciales,
que en ingles mencionaron a una reina soberana y solicitaron les fuera entregado el país junto con sus riquezas y se dedicaron a dividir para mandar. Anhelaban construir un canal. En 1843 intentaron apoderarse del Golfo de Fonseca y del Puerto de La Unión.
La Weltpolitik germánica también estuvo presente (1880-1944)
También en Berlín se soñó con estas tierras de trópico mesoamericano. En especial con una base militar. Y se trato de conseguir mediante el comercio y la emigración.
Gerardo Barrios se enfrentó al filibustero Walker
El octavo collar se origina en Filadelfia. Traen una bandera con barras y estrellas en sus portaviones. Y lo más peligroso, traen hamburguesas para desafiar a nuestras pupusas. Coca-cola para destronar a nuestra horchata. Hubo un presidente Monroe que nos identificó como colonia. Pretendieron primero convertirnos en una provincia esclavista del sur de Estados Unidos. Luego los halcones del Pentágono desencadenaron la operación Fénix con sus helicópteros en Guazapa. Y por nuestra parte aparece la figura combativa de Gerardo Barrios. Y luego de Farabundo Martí. Y finalmente de Schafik Handal.
Es claro, para finalizar, que la lucha por la independencia, por la democracia y por el socialismo representan los principales ideales de nuestra resistencia a los imperios.
San Salvador, 10 de enero de 2009