INFORME DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE EL SALVADOR AL IX CONGRESO (Extraordinario)
San Salvador, Agosto 1995.
INTRODUCCION
El Comité Central del Partido Comunista de El Salvador, Organización integrante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, entrega al IX Congreso, con carácter Extraordinario, el Informe de su desempeño.
Una característica especial, es el mismo contexto y razón del Congreso, en el cual una representación de nuestro partido, después de un extenso proceso asambleario tomará la desición de transformar al PCS en parte de un partido superior, el FMLN, y decidirá, tal es la voluntad expresada en los debates, la conformación de una tendencia dentro del FMLN.
El proceso de unificación, es una consecuencia lógica de la voluntad de lucha y espíritu de unidad entre revolucionarios que los miembros del PCS hemos venido sustentando en las últimas tres décadas en que visualizamos el destino de la revolución salvadoreña en la capacidad de unir todas las fuerzas sociales y políticas en pos del cambio progresista de la sociedad salvadoreña y en primer lugar de sus fuerzas revolucionarias.
El período comprendido entre el VIII Congreso realizado en Marzo de 1993 y éste; estuvo saturado de un esfuerzo doble para garantizar por una parte la marcha de los procesos polìticos, institucionales sociales derivados de los Acuerdos de Paz y por mantener al FMLN como fuerza determinante y contraparte del gobierno; lo que supuso librar a su interior dura lucha por la misma existencia del Frente, en contra de aquellos que se propusieron su autodestrucción, su desarticulación o la transformación de su caracter de fuerza revolucionaria, pluralista y democrática.
Por eso en el informe se hace referencia a hechos y valoraciones, que tuvieron como centro el FMLN o los esfuerzos de éste en el contexto nacional por hacer avanzar el proceso de cambios.
Por ello es difícil distinguir lo que específicamente caracterizó al PCS, más allá de sus fronteras orgánicas.
En medio de esa complejidad y de las propias que supone la reinserción se presenta incluir a continuación una descripción de las posiciones asumidas por el PCS frente a retos nacionales y al proceso interno de redefiniciones y reafirmaciones del FMLN.
El Informe también incluye de manera suscinta, un anexo con los logros, dificultades y vacíos de algunas de las estructuras específicas del PCS y del Reglamento y Carácter del FMLN aprobados por el Consejo Nacional.
Es este el lugar y momento preciso para rendir homenaje al compañero internacionalista Jaime Vélez, activo, destacado y entusiasta miembros del CC que el VIII Congreso eligió, quien falleciera a inicios de 1995. Igualmente rendimos homenaje a Miguel Mármol, miembro emérito del PCS quien tuvo el mérito de unir a varias generaciones de comunistas iniciada en los albores de este siglo y quien juramentó el 7 de marzo de 1993 al Comité Central electo. Rendimos homenaje a los miembros del PCS y FMLN que ofrensaron sus vidas en la lucha por la democracia y la justicia sicual en nuestro país.
I.- EL VIII CONGRESO Y EL VIRAJE HACIA LA LUCHA POLITICA
La realización de VIII Congreso del PCS a escasos 15 meses de haberse firmado los acuerdos de Chapultepec, vino a ser un elemento dinamizador del proceso de transformación del FMLN en un partido político abierto y legal, lo que significaba transformar nuestro capital humano experimentado en lo militar y la clandestinidad en militantes y cuadros de un partido legal.
El VIII Congreso definió dos grandes escenarios para la lucha revolucionaria: la lucha política electoral y la lucha social. En una carrera contra los tiempos políticos electorales, tuvimos que transformar nuestras estructuras en fuerza e influencia política.
El sentido de lucha por el poder nos inclinó a una mayor atención y concentración de recursos humanos y materiales al terreno político electoral donde se desarrollaría el enfrentamiento político mas trascendental; pocos fueron destinados a fortalecer o asistir al movimiento social.
En el terreno orgánico partidario, nos abocamos a la estructuración de los organismos territoriales para cubrir las exigencias de la legalidad.
Los enemigos del FMLN habían asegurado que éste al entregar el último fusil, desaparecería. Los sectores duros del ejército, ARENA y el resto de fuerzas de derecha afirmaban que el Frente era una fuerza políticamente débil debido a que su fuerza descansó en las armas únicamente.
Efectivamente, después del largo proceso de guerra revolucionaria la tarea de forjar un nuevo partido no fue fácil, hubo que superar el muro del terror levantado porque la dictadura, con los 30 mil muertos después de la revolución de 1932, con la represión contínua de 60 años, y recrudecida en la década de los años 80, en un desesperado intento por detener el avance de la lucha revolucionaria.
La resistencia y maniobras de la dictadura para detener el proceso de aplicación de los Acuerdos de Paz, en particular para impedir el desmontaje de la maquinaria represiva representada en la Guardia Nacional, Policía de Hacienda y Policía Nacional, y la resistencia a sanciones a los militares señalados por violadores de los derechos humanos, hacían más difícil el trabajo de organización, pues en los pueblos, pedazos de ese viejo aparato represivo se mostraban intactos y amenazantes.
El trabajo fue enorme y requirió mucho esfuerzo y sacrificio, pero en pocos meses el FMLN era orgánicamente uno de los 2 partidos más importantes de nuestro país. La subestimación por parte de la derecha de nuestra fuerza, llegó hasta el mismo día que se conocieron los resultados electorales.
El resultado electoral, con todo y nuestros errores y las condiciones adversas en las que trabajamos, dejó al FMLN como la segunda fuerza política esto fue la confirmación del éxito del gran esfuerzo orgánico que realizamos.
Todo el proceso orgánico multiplicó por varias veces la cantidad de miembros en cada organización, decenas de nuevos cuadros intermedios se incorporaron a responsabilidades.
Junto a la lucha por los acuerdos se hacía presente otro fenómeno, la reinserción de los cuadros y combatientes en la sociedad, en la vida económica y familiar.
En la medida que la falta de recursos económicos fue acentuándose este fenómeno fue pesando más, y las decenas de cuadros que de la clandestinidad y de los frentes de guerra habían salido como funcionarios, comenzaron la dura pelea por asegurar su reinserción, en especial la económica. Este hecho ha sido mas notorio en los cuadros que estuvieron mas involucrados en la guerra pues casi llegaron a perder el total contacto con la sociedad y con sus familias.
Todos los partidos del FMLN hicieron hasta el día de las elecciones un esfuerzo extraordinario para mantener el máximo de cuadros como funcionarios, buscando, en primer lugar, contribuir en los logros electorales del FMLN y además con la esperanza de una victoria electoral de mayores dimensiones.
Finalizado el proceso electoral se incrementan los esfuerzos de parte de la militancia por la reinserción económica, y se produce un proceso de reflujo orgánico y se queda actuando, en lo fundamental, la parte más activa y comprometida del partido como suele ocurrir después de transcurridas las luchas electorales.
A pesar de ello, apreciando objetivamente el proceso, el saldo es favorable, y plantea desafíos nuevos el terreno de la organización, la comunicación interna y la formación política ideológica, que es necesaria resolver dentro del FMLN. Para ilustrar la base de ese desafío veamos el siguiente cuadro:
Congreso
Deptos. Municipios Afiliados Asistentes Asamblea Delegados al Congreso
VIII 11 45 5,200 1,915 386 (20%)
IX 13 156 15,133 2,508 423 (15%)
La participación en Asambleas estaría en el orden de entre el 15 al 20% de nuestra afiliación, lo cual podemos considerar como aceptable y está entre los promedios del resto de organizaciones del FMLN.
Sigue pendiente de cumplirse una orientación planteada en el VIII Congreso: construir y asentar sobre una poderosa organización social las raíces del FMLN, que lo vigoricen como partido político representativo de esos sectores. Esa exigencia hoy es más vigente pues el desgaste de los partidos políticos tradicionales continúa acentuándose, y si el Frente no le pone atención correría la misma suerte.
El Comité Central electo en el VIII Congreso integrado por 45 propietarios y 10 suplentes, estructuró comisiones de trabajo consignadas en el Estatuto, eligió y renovó en dos ocasiones al Secretariado Ejecutivo, y adoptó la decisión de incorporar más suplentes a la Comisión Política.
El funcionamiento de esas Comisiones y Secretarías, salvo excepciones, fue deficiente, desprovistas en la mayoría de los casos de las condiciones materiales y financieras para su desempeño, y afectado por complicaciones personales derivadas de la reinserción en otros.
El CC, en estos dos años y medio funcionó a base de plenarias ampliadas para analizar asuntos que requerían de una posición del PCS como organización del FMLN; en ese sentido se realizaron 30 plenarias que llevaron a decisiones y posiciones, entre las que destacan:
-Organización de Secretarías y Comisiones Nacionales y designación de sus integrantes.
-Definición de Línea Electoral para proponerla e impulsarla como FMLN.
-Definiciones sobre candidaturas para participar en elecciones presidenciales, legislativas y municipales y la aprobación de pre candidaturas de miembros del PCS.
-Posición sobre problemas internos en relación a conducta de ERP, RN y sobre la manera de resolver esa crisis.
-Definiciones sobre temas específicos vinculados a finanzas, género, ONG`s, organización, reconstrucción y reinserción, juventud, movimiento social y otros.
El pleno del CC hizo propuestas en base a criterios de representación territorial y del CC a las instancias nacionales de dirección del FMLN, tanto en la fase de organización como partido legal como en su II Convención Ordinaria. Para los asuntos de mayor trascendencia en lo electoral y frente a los problemas surgidos de la necesidad de impulsar los Acuerdos de Paz y la Unidad, el CC convocó a Asambleas Nacionales, en algunos casos, para informar sobre decisiones adoptadas y en otros, para conocer opiniones antes tomarlas.
Un aspecto no considerado en nuestra proyección fue la tendencia a la descentralización de la conducción como fruto de la demanda de protagonismo de la estructura intermedia del partido. Así, una considerable cantidad de aspectos del trabajo que antes eran atendidos desde la dirección central, pasaron a recibir respuesta directamente en el terreno.
Como consecuencia de la complejidad de la lucha y el trabajo del FMLN, el papel de la Dirección del PCS también se volvió complejo volviendo insuficientes al Comité Central, su Secretariado y su Comisión Política para atender los requerimientos en gran cantidad de asuntos, en particular los demandados por organismos intermedios y las bases del partido.
El CC resolvió incorporar a sus sesiones a los Secretarios Generales de los Departamentos y a los miembros de Comisiones o Secretarias Nacionales que estaban activas, y a los miembros del Consejo Nacional del FMLN que no eran miembros del mismo.
Esta importante decisión facilitó contar con cuadros comunistas que soportan el peso de la actividad de nuestro partido, preparandonos en el ejercicio de conducir en sus lugares y áreas.
Los organismos del CC, debido a carencia de recursos materiales y financieros tomaron decisiones drásticas que afectaron el desempeño de militantes y cuadros en calidad de funcionarios.
En adelante éstos tuvieron que insertarse por cuenta propia en actividades económicas y mantener su responsabilidad adecuándose a las circunstancias presentes.
II.- DEL VIII CONGRESO A LAS ELECCIONES GENERALES DE MARZO-ABRIL DE 1994
La mayor parte de las tesis aprobadas en el VIII Congreso mantienen su vigencia. Conviene resaltar al respecto la posición frente al capitalismo como sistema que ha sido incapaz de resolver los problemas de la humanidad y lejos de eso los agrava.
En nuestro país, sigue siendo vigente la transición hacia la consumación de la revolución democrática en la que se requiere garantizar los cambios derivados de los Acuerdos de Paz, cumpliendo dos tareas:
1.- “Desmontando “hasta sus raíces la dictadura militar: la mentalidad intimidatoria y represiva, los hábitos de gobernar que ella engendró; sus estructuras orgánicas y funcionales, sus huellas expresas, tácitas o por omisión, en las leyes, sus secuelas corruptoras en la administración de justicia y en el ejercicio electoral”, y
2.- “Realizando los profundos cambios estructurales que hagan posible sobre los nuevos rieles de un desarrollo económico sostenido con justicia social. Ello requiere que se implanten y hundan raíces en el pensamiento, en las leyes y las instituciones una democracia participativa con estilo salvadoreño”.
En la fecha de realización del VIII Congreso existían suficientes manifestaciones de resistencia y oposición al cumplimiento de acuerdos claves, principalmente dentro de la Fuerza Armada.
En el Informe del Comité Central al VIII Congreso se sostenía que el cumplimiento o no de las cerca de 40 medidas recomendadas en el Informe de la Comisión de la Verdad, dado a conocer públicamente el 15 de marzo de 1994, era “prueba crucial de todo el proceso de paz, que puede conducir o no a la real democratización de El Salvador,…”.
Efectivamente, el Informe de la Comisión de la Verdad produjo una especie de “terremoto político”. De hecho los afectados dentro de la Corte Suprema de Justicia y la Fuerza Armada, dos de las más importantes caras de la dictadura militar de más de sesenta años, se rebelaron contra el informe y en el seno del gobierno se hizo clara la lucha contra los Acuerdos.
Se trataba de sectores minoritarios pero con control de importantes palancas del poder, que había que aislar poniendo en movimiento la correlación nacional e internacional que hizo posible la firma de Chapultepec y había hecho posible su avance.
La lucha del PCS y de otros en el FMLN y fuera de él, por terminar con la impunidad de los “intocables” empezó a encontrar manifiestas dificultades dentro del FMLN no aparecidas hasta ese momento. Los principales dirigentes del entonces ERP se distanciaron del resto del FMLN, en cuanto a la aplicación de las medidas recomendadas por el Informe de la Comisión de la Verdad, y antes por la Comisión Ad-Hoc, en contra del grupo de militares señalados como responsables de violaciones a los derechos humanos.
Asi pues, a la lucha por la aplicación de los aspectos claves de los acuerdos, como la finalización del programa de transferencia de tierras y los programas de reinserción a los ex-combatientes del FMLN, el despliegue de la PNC y evitar los esfuerzos de los militares por controlarla desde dentro y desde afuera, distorsionando su naturaleza, la instalación del Foro para la Concertación Económica y Social, que no llegó a funcionar, se le sumó la necesaria lucha por la conservación de la unidad del FMLN, que se comenzó a ver debilitada dentro del mismo FMLN.
Los incidentes de Santa Rosa, ocurridos en Managua, Nicaragua, también pusieron en riesgo la marcha de los acuerdos de paz y reforzaron las posiciones de aquellos que cuestionaban la existencia del FMLN. Hasta ese momento el gobierno, Fuerza Armada y ARENA estaban a la defensiva en cuanto a la aplicación de los acuerdos, tanto nacional como internacionalmente. Sin embargo, aquel accidente fue aprovechado por los enemigos de Chapultepec para salir temporalmente de esa situación de defensiva y para pasar a atacar al FMLN.
Dentro del mismo FMLN hubo quienes llegaron a sostener que éste había dejado de existir o que simplemente su existencia tenía los días contados y que no llegaría a las elecciones de marzo de 1994.
Era por tanto un deber revolucionario tratar de asegurar la existencia del FMLN, y con ello la continuación de la lucha por la revolución democrática, por lo menos hasta la realización de las elecciones generales de 1994
Aunque quedaban pendientes de ejecución cuestiones sustanciales relacionados con la PNC, el programa de transferencia de tierras, reformas al sistema judicial y, particularmente, las necesarias reformas y depuración del sistema electoral para asegurar limpieza, transparencia y fiabilidad de las elecciones a realizarse en marzo de 1994.
En ese marco, el debate sobre la estrategia electoral a seguir pusieron en la superficie las diferencias de enfoque dentro del FMLN. y aunque hubo definición de hacer una campaña de izquierda; la superposición de la propaganda de la Coalición, regida sobre todo por el otro socio dejó la sensación de que el Frente no defendía ni explotaba la legitimidad de su lucha durante la guerra.
Pero el debate abarcó otros aspectos claves de la estrategia electoral, como definición de candidatos, estrategia propiamente dicha (objetivos, banderas, plataforma electoral, pactos electorales, de gobernabilidad, coaliciones).
Esa situación, junto a la imagen de aparente división del FMLN que se deducía de las discusiones y negociaciones para integrar directivas municipales, distribución de candidatos a diputados y apoyo al candidato presidencial, proceso iniciado en abril y culminado en agosto de 1993, hacían que la derecha y particularmente ARENA sacaran la conclusión de que el FMLN no sería capaz de superar esa difícil situación y llegar a las elecciones con estrategia electoral coherente.
Sin embargo, en su Convención de septiembre de 1993, el FMLN había logrado definir las candidatura a presidente y vicepresidente de la República, la plataforma electoral y la coalición electoral con la cual se participaría en las elecciones de 1994. Asi, el FMLN salía de su crisis y se puso políticamente a la ofensiva.
Sin exageración se puede afirmar que la derecha en general y ARENA en particular fue impactada por los resultados de la Convención y por la gran vitalidad de fuerzas mostrada por el FMLN en esa ocasión.
El asesinato de Miembros del FMLN, pertenecientes a estructuras intermedias y logísticas fue escalando hasta tocar a la Comisión Política. Así, el asesinato de Francisco Vélis (octubre de 1993), coincidió con el Informe del Secretario General de ONU y División de Derechos Humanos de ONUSAL una de cuyas conclusiones era: “las violaciones de los derechos humanos con motivaciones políticas se habían vuelto más directas”.
El asesinato era un claro mensaje intimidatorio a la base social y de apoyo al FMLN de cara a las elecciones.
El FMLN inició una ofensiva política y diplomática en respuesta a ese proceso. Como resultado de ello fue creada, no sin antes superar la resistencia del gobierno, militares y ARENA, el Grupo Conjunto con la misión de investigar la existencia de grupos ilegales armados con motivación política.
Por otra parte, los acuerdos de paz debían terminarse de cumplir y sobre esta base se negoció una nueva recalendarización hasta mayo de 1994, no importando el ganador de las elecciones.
Realizamos grandes esfuerzos en la campaña presidencial y en el Departamento de San Salvador con resultados ya conocidos.
El VIII Congreso definió que el FMLN debía apostarle a ganar como variante máxima el ejecutivo, la mayoría del legislativo y de las principales alcaldías de las cabeceras del país. Como variante mínima se planteaba obtener la mayoría del legislativo y de las alcaldías, de manera de seguir con la fuerza suficiente para frenar los intentos de revertir el cumplimiento de los acuerdos, “mantener en alto la lucha para consumar la revolución democrática y preparar la victoria de ésta más adelante”.
Más en concreto el PCS se propuso como objetivos de la estrategia electoral asegurar que el FMLN se transformara en una fuerza política indispensable a tener en cuenta para las grandes decisiones nacionales; organizar y movilizar a la gente y vincular el Partido a ella; cimentar en las bases del FMLN la sicología de victoria; alcanzar cuotas importantes de poder; crear un bloque de oposición de izquierda; asegurar una segunda vuelta en las elecciones presidenciales.
III.- RESULTADOS ELECTORALES, LUCHA POR LA APLICACION DE LOS ACUERDOS PENDIENTES Y DEFENSA DE LA UNIDAD DEL FMLN.
El significado más importante de la lucha de este período y de los resultados electorales obtenidos por el FMLN se expresa en la imposibilidad del gobierno y la derecha toda, de revertir el proceso de cambios resultantes del Acuerdo de Paz.
Es decir que sigue siendo válida la afirmación del VIII Congreso de que “el país ha iniciado el proceso de transición hacia la revolución democrática y que este proceso constituye la sustancia del período histórico en el cual nos encontramos”.
Los intentos de disminuir al FMLN, de romperlo desde su propio interior han sido vencidos, éste se reafirmó como parte y sujeto fundamental de este proceso y transita ahora hacia la reafirmación de su papel como principal agente de las transformaciones de nuestra sociedad.
En el presente, el autoritarismo busca imponerse como necesidad del neoliberalismo, una vez que en el actual gobierno los principales cargos son copados por miembros del COENA que responden a esa línea.
Esta deformación es contraria a la democratización y a la tendencia mundial vigente de separar y diferenciar EL ESTADO Y EL PARTIDO DE GOBIERNO. Es un atentado a la democracia basada en la soberanía popular.
ARENA, que ganó el gobierno, está desprovisto de la unidad y de la mayoría para gobernar porque su modelo favorece intereses de minorías y por eso genera rechazo de grandes y variados sectores sociales.
Este contexto despierta la conciencia de diversos sectores acerca de las bondades de la concertación para la solución de problemas nacionales y sectoriales y mantiene por tanto el espacio para avanzar en la democratización del país.
Lo anterior evidencia el papel transformador que en las actuales condiciones tiene la concertación y para que el FMLN aproveche su experiencia y su fuerza en este terreno necesita resueltamente niveles superiores de unificación. De allí que el motivo principal de este Congreso se justifica en las exigencias políticas que vive El Salvador ahora.
¡¡POR LA PATRIA, LA REVOLUCION DEMOCRATICA Y EL SOCIALISMO!!
¡¡ IX CONGRESO DEL PCS POR UN FMLN UNIFICADO!!
Comité Central
Partido Comu