Ingrese al PCS en 1952…Entrevista con Carlos Regalado

SAN SALVADOR, 26 de marzo de 2010 (SIEP) “Ingrese al Partido Comunista luego de la captura de Salvador (Carpio) y de Tulita en septiembre de 1952, había que ocupar sus lugares en los sindicatos, ingrese en tiempos difíciles y me siento orgulloso de haberlo hecho…” nos cuenta Carlos Regalado, de 78 años, revolucionario salvadoreño, ex dirigente del Sindicato de Zapateros.

“Siendo muy joven, naci el 2 de febrero de 1932, observaba la brutalidad de los abusos de la policía contra la gente, me impactó una vez como golpearon a un joven, detrás de catedral, cerca de un almacén Soundy, lo malmataron, la daban patadas con las cachas de las pistolas, y lo tenían ya en el suelo, eso me indignó…”

Tenía entonces como diez años, eran los tiempos del general Martínez, el joven se retorcía de dolor, y ahí nace una semilla de ser contrario al gobierno, y entonces cuando vino el golpe del 2 de abril lo celebre aunque después me asustó la gran matazón tremenda que hizo, pero después pude celebrar su derrocamiento en las calles, el 8 de mayo de ese año 44. Pero después de nuevo regresaron los fusilamientos de gente del pueblo el 21 de octubre. Fue un año bien movido…

Fui romerista…

Naci el 2 de febrero pero me asentaron hasta en marzo debido a que naci en Cárcel de Mujeres, mi mamá estaba presa y por eso no me asentaron el día que naci…en el 44 me entusiasme con la candidatura del Dr. Arturo Romero, y fui de la Juventud Romerista, la bandera del partido Unión Demócrata que así se llamaba era una franja vertical partida en rojo y blanco. Esos eran los colores y así se vestían las mujeres. Blusa blanca y falda roja. A pesar del poco tiempo que tuvo para desarrollarse, el romerismo fue fuerte, con mucho arrastre popular, y a pesar de la falta de organización existente se extendió como un reguero de pólvora…después del 9 de mayo.

Fueron cinco meses de libertad…la gente se movilizó…incluso el campesino se sumó al movimiento romerista, yo presencie los puños de gente que venía a marchar, y mucha de ella campesina…la derecha estaba clara que ni con fraude iban a poder derrotar al Dr. Romero y por eso se ven obligados a dar el golpe…porque la gente aplaudía a nuestros dirigentes, a también a Abel Cuenca, a Alejandro Dagoberto Marroquín, al Partido Unión de Trabajadores, UNT.

El coronel Osmin Aguirre y Salinas dio la voltereta el 21 de octubre…y como no se sabía, algunos pensaban que todo seguía igual, y todavía salíamos a la calle gritando: ¡Viva el Dr. Arturo Romero! Pere entonces los policías nos comenzaron a cruzar a balazos…

La represión fue cruenta…me acuerdo de un estudiante que golpearon, se llamaba Francisco Guzman, Chico Guzman, lo maltrataron, estaba capturado y hasta que lo mataron, era de Soyapango.

Me acuerdo que allá por la Plaza 14 de Julio, estaba la Farmacia La Estrella de Oro, donde después quedó El Cochinito, el dueño se llamaba José Alvarado y era de izquierda, romerista. Y ahí vendían unos yoyos de madera que había pintado de rojo y blanco, clara propaganda romerista, y además con las siglas PUD, (partido Unión Demócrata) una vez capturaron a un cipote que los andaba vendiendo y lo fueron a buscar a él, y cuando le preguntaron por los yoyos aclaró que él no estaba haciendo propaganda al Dr. Romero sino que lo que significaban las siglas era: Pepe Único Distribuidor, PUD. Los policías se miraban las caras ante la seriedad del doctor.

El 12 de diciembre de 1944 los estudiantes universitarios se tomaron el Colegio María Auxiliadora en el barrio San Miguelito, estaban dirigidos por un estudiante de San Vicente, de nombre Paco Chávez Galeano. Ese mismo día estaban en coordinación con estudiantes que iban a ingresar desde Guatemala, eran acciones contra el golpe de Aguirre y Salinas…pero parece que estos se adelantaron y la policía -que estaba mejor armada-los tenia rodeados, pero no se atrevían a entrar…esto fue desde como a las 10 de la mañana, ya como a las 4 y media, ya no se oían disparos…nosotros estábamos observando una cuadra al sur, por el puente, vimos que unos estudiantes lograron escapar y Chávez Galeano se quedo disparando para cubrir la retirada, se sacrificó por ellos…un verdadero héroe popular. Y ahí estuve desde la mañana viendo es gran balacera…hasta que terminó.

Desde muy joven, siendo casi un niño, abrace la política, la política de izquierda…fui romerista, después llegó a la presidencia el Coronel Salvador Castaneda Castro, y poco a poco nos fuimos olvidando del Dr. Romero porque ya no regreso al país, se quedo exilado en Costa Rica…después llegó Osorio y muchos en la izquierda, hay que reconocerlo, nos ilusionamos con que iba a aprobar la Ley de sindicalización, pero lo que aprobó fue campañas represivas, exilios, cárcel, torturas contra los dirigentes sindicales…

Para el golpe de Osorio, que fue en diciembre del 48, fui a ver como atacaban a la Guardia Nacional, que tenia su cuartel donde esta hoy la Plaza del Trovador, en un edificio viejo, andaba curioseando como era mi costumbre desde niño, porque yo vivía en la calle, porque mi mamá era vendedora ambulante, pero no me dejaban en la casa, me quedaba vagando por el centro, siguiendo los balazos, al oír balazos iba a ver que pasaba…

En el sindicato de zapateros

Aprendí el oficio de zapatero en un taller a los 14 años. Había un estilo que se llamaba “zapatos comunistas.” El segundo taller en el que trabaje se llamaba “Oakland” el dueño era Carlos Matus, un chelón, aristocrático, el taller quedaba por el parque San José, media cuadra hacia el sur… A este taller llegaban los sindicalistas a invitarnos para charlas y actividades, al principio me caían mal, pero después le fui prestando atención a lo que decían.

Explicaban que por no haber leyes que protegieran a los trabajadores los dueños hacían lo que se les antojaba y que cuando alguno protestaba contra una injusticia, la respuesta era: te voy a denunciar como comunista. Había leyes pero dispersas y no se cumplían, fue hasta el gobierno de Osorio que se publicó la primera recopilación de Leyes Laborales. Ellos nos explicaban sobre el séptimo día y sobre el derecho que teníamos a vacaciones anuales.

Después los sindicalistas me decían: vamos ir a visitar talleres, pídale permiso al maishtro para ir. Y nos íbamos a visitar, me fijaba como hablaban y lo que decían…Manuel Blanco era el secretario general del Sindicato de Zapateros.

Y me hice sindicalista, aunque me llamaba más la atención la política y entonces participe en el Comité de Reorganización Sindical, en el CROS, y luego en el Comité pro Mejoramiento de los Trabajadores…estaba Manuel Blanco, del Partido, que fue expulsado en marzo de 1951 hacia Costa Rica, José Inocente Guerrero, el esposo de Angélica Trigueros, Felicito Martínez, Micho, que fue el primer secretario general de la FRTS en 1924 y es el papá de Manuel Beltrán, que vive en Apopa, Napoleón Villacorta, que era sastre, todos del PCS.

“Ahí fue que me reclutaron para el PCS, ingrese en el año 1952, una época dura, cuando habían sacado del país o mantenían presos a la mayoría de dirigentes sindicales y del PCS, ingrese para reemplazar a los dirigentes sindicales que estaban fuera…estuvieron fuera por cuatro años, regresaron hasta 1956…bajo el gobierno de Chema Lemus, regresaron hasta de Argentina. Por cierto, el salvadoreño Juan Salvatierra se quedo allá en Argentina, ya no regresó. En la célula que militaba estaba Carlos Cuchilla como responsable y Virgilio Guerra. Estaba Claudio Lozano, Camilo Luna.

Estaba también Antonio Doño, también zapatero. Aunque trabajábamos en distintos talleres sabíamos donde encontrarnos para las reuniones. Nos reuníamos allá por donde fue la Embajada USA, por la Avenida Universitaria, en ese entonces solo había una casa en pie, la de la Demográfica, la ADS era el único edificio, lo demás eran montarrascales… ahí llegaba Mármol, y también Carpio a las reuniones.

Ya para ese entonces como Partido controlábamos 5 sindicatos, que se conocían como “los sindicatos de la Quinta” que era donde teníamos el local, en la 5ta. Calle oriente y 10ma. Avenida norte, una cuadra al sur del Parque Centenario. Nos llamábamos sindicatos independientes (del Gobierno). Éramos cinco, dirigidos por comunistas: Panificadores, estaban Salvador Cayetano Carpio y Blas Escamilla; Sastres, estaba Carlos Cuchilla; Tipógrafos, estaba Carlos Alberto Hidalgo, Construcción, estaba Julio Avalos; y zapateros, estaba José Antonio Ponce, Mauricio Romero, Manuel Beltrán, Lázaro Ramírez, y este servidor. Los de la UTF y los Eléctricos para ese momento eran de derecha, del PRUD…

A finales del año 53 abandone el trabajo de zapatero para dedicarme a tiempo completo al trabajo sindical, conseguimos un local allá por el cine Apolo, en la 8va. Calle Oriente. Ahí pusimos el local del comité Pro Mejoramiento Laboral A este cine Apolo es que llegaban a inscribirse en los años 40 los que querían irse trabajar para ampliar el canal de Panamá. En este cine también se realizo en 1957 el Primer Congreso Sindical Nacional de donde surgió la CGTS. Me acuerdo de el Chele Samaria, de Héctor Ventura, de Julio Tejada, de Barrios Amaya, que fueron de la CGS, gobiernista.

“En ese año 52 entre a la directiva del sindicato de zapateros…la dirigía Vásquez, que era gobiernista, estaba también Manuel Beltrán, era la directiva de los años 52-54. Del 55 al 56 fui electo secretario general.

Me contaron que en 1931 hubo elecciones, y participo como candidato el Dr. Arturo Araujo, entonces las elecciones duraban tres días y cada partido tenía una foto del candidato y el color del Partido y se hacia cola, pues me dicen que mucha de la gente del Dr. Araujo se quedo sin votar porque eran muchos; los demás partidos eran los del General Martínez, del coronel Claramont, de Córdoba.

El Dr. Araujo era el candidato del partido Laborista, que era un partido con un discurso de izquierda. El pueblo lo escogió voluntariamente, lo apoyo. Se puede decir que la izquierda ganó, pero no pudo gobernar, dicen que lo mantuvieron bolo y hubo corrupción. Lo mismo nos puede pasar hoy con Mauricio Funes, hay que tener cuidado. Y debe señalarse que Mauricio es el segundo presidente de izquierda que llega al gobierno, y le puede pasar lo que le paso a Araujo, debemos ser cuidadosos.

Hablando de otra cosa…bajo las notas del himno nacional, los militares han asesinado al pueblo, lo han sometido con la religión, como el Imperio Español cuando nos implantó la adoración a Jesucristo. La espada que atravesaba al jefe indio con la otra mano sostenía una cruz y ordenaba arrodillarse ante dioses extranjeros…cada 5 de agosto esa espada se transforma en imagen venerada y se fusiona con el himno, con la bandera, con el escudo, son símbolos del sistema opresor.

En 1957 me fui para Sonsonate…

En 1957 por razones familiares me voy a trabajar a Sonsonate. A mi sobrino Ricardo se le fueron los zapateros y mi hermana me pidió que le ayudara. Al principio no quería venirme, pero en verdad me ayudo a tres niveles: el político, el social y el sindical. Después a los diez años, en 1967 me regrese a San Salvador. Y allá forme hogar. Tuvimos tres hijos.

Y allá llegaba a visitarme Toño Iglesias de la CGTS y del Partido. Seguí conectado. Allá conozco a Fabián Mojica, José López, que venían desde el 32, a Roberto Manchan lo empecé a catequizar…estaba José Gallegos, que era sastre y había que estar corrigiéndolo, porque se desviaba: era muy bolo y penqueaba a su mujer.

Una vez con un amigo pasamos por el taller de Los Morales, el dueño era el abuelo de la esposa de Roque, de Aida. Nos quedamos viendo y el dueño nos pregunto: ¿son zapateros? Dijimos: remiendos hacemos. Me hace falta personal para hacer remiendos, nos respondió. Y obligadamente ahí nos salió el contacto. Ahí trabajaba Teodoro Quinteros Lira, zapatero, dirigente del 32. El me contacto con Fabián Mujica, carpintero, hermano de Julia Mujica, del sindicato de panificadores y ambos del Partido. Al principio viví de posada donde Teodoro, me dio donde dormir. Su casa quedaba en el barrio El Ángel, frente a la terminal de buses, cerca del cine Arce.

Después conseguí un sitio en el barrio Veracruz, ahí nos reuníamos con el Dr. Vásquez. Y también en el cementerio. Me acuerdo que era bien meticuloso, clandestino. Y llegaba Fernando, que era el pseudónimo de Segundo Ramírez. Llegaba también Segundo Montes, indígena, alto, callado, que era de Nahulingo, y que había participado en los combates del 32. Estaba también Carlos, un joven de 24 años, de Izalco, campesino muy activo en el movimiento sindical, que vivía camino a Acajutla, en el desvío hacia el puerto de la Libertad. En Acajutla construimos el sindicato de la Cementera, de CEPA, y de los mecánicos del muelle. En Nahuizalco había un compañero de apellido Abarca.

Estaba Guayo, Eduardo, otro campesino, que no era del partido pero nos acompañaba, aunque era de la Patrulla Cantonal. En 1966 para la campaña del PAR llevamos al Dr. Fabio Castillo, hicimos una reunión en la tienda de un campesino de nombre Arnulfo. Luego les explique como el PAR era un partido que defendía los intereses de los trabajadores y de los campesinos. Eduardo vivía a la orilla de la línea del tren, y la Guardia Nacional pasaba y nos miraba pero como sabina que él era de la patrulla cantonal, no desconfiaban.

Pero cuando se acercaban las elecciones, la Guardia Nacional convoco a una reunión y llegó a amenazar: “no quiero en Acajutla un solo voto para la estrella blanca…por un voto que saquen vamos a quemar los ranchos.” Y un campesino se atrevió a preguntar: ¿y no son libres las elecciones? El Guardia le respondió: “mirá lo que decís desgraciado, estas de acuerdo vos con que vengan a matar a tu mamá los comunistas.” Y lo agarraron y lo arrimaron a un paredón y lo fusilaron. Y señalando el cadáver repitieron: ¡si no obedecen, los vamos a matar a todos! Esto me lo contó Eduardo con lágrimas en los ojos, asustadísimo. Y dice que lloró cuando en Acajutla nadie voto por el PAR, al preguntar le respondían: es que preferimos quedar vivos…

Una vez me capturaron para la campaña del PAR, me encontraron pegando propaganda, estuve seis días preso en la ciudad de Sonsonate. Nos quitaron la licencia del carro en que andábamos alegando que era prohibido trasmitir propaganda…alegaban que el PAR ya había sido eliminado y estaba cancelado.

Ese año iba a ser candidato a diputado, pero en el momento en que iban a elegirme se presentó Carlos Alberto Hidalgo, a la reunión para informar que se había decidido que el candidato propietario fuera él. El era de Sonsonate peor nadie lo conocía. A mi me llevaban de candidato, la gente me apoyaba. Al final termine aceptando por disciplina pero siempre me quedo a sospecha que fue una pérfida maniobra de este personaje que después fue expulsado del Partido. La gente cuando veía la foto de Hidalgo se sorprendía.

Una vez fui a una reunión del PAR en una finca que el Dr. Castillo tenía en Ayutuxtepeque. Se hizo un balance de la campaña. Ahí plantee la necesidad de prepararnos para otras formas de lucha y recibí me acuerdo el aplauso de todos…

Me di cuenta que para el 1ro. de mayo las celebraciones en Sonsonate se hacían con San José Obrero encabezando la procesión. Me indigne…aunque tuve que someterme e ir. Pero luego les explique a los compañeros que eso era negativo, que como obreros esa era nuestra fecha y que era en todo el mundo un día de protesta, de unidad y básicamente de lucha sindical. Teníamos seccionales de cinco sindicatos: sastres, panificadores, zapateros y de la construcción, y de Dry Clean.

En 1959, al año y medio de haber llegado, los de la CGS convocan a una reunión con el fin de que nos afiliáramos a esta central. Llegan 40 delegaciones de 10 sindicatos, la reunión se hace en el local de la UTF, que estaba afiliada a la CGS. La asamblea la dirigía Enio Ayala, que era el brazo derecho de Ventura, sindicalista reaccionario. Enio dice: aquí la CGTS no se ve. Pido la palabra. Hablo. Me dejo ir…Cuando me ve el Chele Ventura se asusta. Dice. Me sorprende que haya venido. Explico que ya tenemos desfile del 1ro. de mayo con demandas de los trabajadores. Al final, logro deshacerles la reunión, pero temo que van a golpearme. Se me quedan viendo enojados…esta acción tuvo repercusiones, se supo, llegaron a buscarme…llegó Juan Valiente, dirigente de la Construcción y también veterano del 32.

Y nos fuimos fortaleciendo como núcleo sindical de izquierda. Incluso logramos abarcar otros sectores como mercados, campesinos, ganamos conflictos sindicales. El Gobernador departamental, Armando guerra, nos ayudo algunas veces, a resolver problemas con patronos. Y nos vinculamos a la política, hicimos mítines del PRAM. Organizamos el FUAR…ocupábamos el parque para actividades políticas. Y en el FUAR entrenábamos con palos de escoba…había mucha disciplina, entrenamiento en medidas de seguridad…Y nos burlábamos del alcalde: este alcalde cree que es le dueño de este parque, pero no, nos pertenece a nosotros, los trabajadores. Y hacíamos reuniones de campesinos, de mujeres, del PRAM.

En esto nos apoyaba el camarada Dr. Alberto Vásquez Cárcamo. El tenía una clínica en la ciudad, aunque era originario de Panchimalco. Los militares lo mataron el 10 de mayo de 1967. Dirigente del PRAM y militante del PCS.

En la campiña funcionaba una casa de seguridad del FUAR en el que recibíamos adiestramiento político-militar. Era una finquita con palos de mango. Los cursos eran de una semana completa, uno entraba y ya no salía…había la exigencia que no había que salir de los cuartos, no fumar, no hacer bulla porque era como una casa abandonada… Una vez se acercaron unos policías…creo que venían de la acera de enfrente. –Ey, allá vienen unos policías ¿qué hacemos? –Para comenzar no hagamos bulla…suerte que pasaron de largo.

Me acuerdo que allá por 1961 una vez Schafik me vio en una escuela político-militar que tenía el FUAR y me pregunto: ¿y vos donde estudias? No estudio, soy zapatero, le respondí. Se sonrío y dijo: ¿zapatero? ¡Siempre hay un zapatero en la lucha!

Trabaje luego en el centro de Sonsonate, en una zapatería de nombre Marconit, donde se hacia zapato fino, el dueño era Cecilio Martínez, y tenía un hijo que era izquierdista, el Choco Chilo, el esposo de mi hermana me llevó a trabajar allí… En ese taller conocí a militantes que lucharon en el 32, solo habían pasado 25 años, me acuerdo de Popeye, de Antonio Morales, de Joaquín Quintanilla, eran como cinco, ellos supieron de la captura de Farabundo y mejor se escondieron, buscaron refugio.

Contaban que como a las tres semanas ya había pasado lo más fuerte de la represión, a sus casas los fueron a buscar para matarlos, andaban con un listado de zapateros comunistas, frente a sus mujeres los mataban. Comentaban los judiciales entre ellos: ¡es zapatero…no hay que dejar uno solo vivo! Era por el papel que había jugado el gremio.

Me acuerdo que en esa época leí mucho a José María Vargas Vila, un escritor colombiano revolucionario, antiimperialista y además poeta. Leí La ubre de la loba… era también muy anticlerical, combatía la religión, le daba duro a los sacerdotes y a los militares, era también un poco misógino. Tenía una obra llamada Flor de Fango.

A Sonsonate llegaba a visitarnos Miguel Mármol, Antonio Doño, Luís Felipe Cativo, que era chelito, ojos verde y pelo rubio. Me acuerdo que era difícil explicarles a los trabajadores sobre la justeza que nos pagaran los patrones el séptimo día. Les costaba entender que era justo, pensaban que era como aprovecharse del patrón.

En 1967 yo no sabía que habían matado al Dr. Vásquez. Y una vez escuchó: -¡ya mataron al cantante! ¿a quien? A Alberto Vásquez -¿Dónde? –Aquí en Sonsonate. Era él al que habían matado, me sentí horrible…la Guardia nacional lo mató…Mi mujer oyó los balazos…la clínica de él quedaba en el puente de en medio del pueblo. Hay tres puentes en Sonsonate. Por la Iglesia del Ángel. En agosto de ese año regrese a San Salvador…

El 28 de febrero de 1977 llegue como a las 9 de la noche a la Plaza Libertad. Iba a quedarme la noche, mi esposa se regreso para la casa. Entre por el cine Libertad, donde estaba un reten, alcance a ver a Claudio Lozano, de Sonsonate. Luego se fueron acercando los policías. Primero estaban a una cuadra de distancia. Para amedrentarnos se ponían a chillar los corvos en el suelo. Vi a Marianella García Villas, diputada del PDC; ella trataba de convencer a los policías que se retiraran…

A Roberto Manchan lo matan en 1980…

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