IZALCO, SONSONATE, 30 de abril de 2006 (SIEP) “Hemos asumido como pueblos indígenas la responsabilidad histórica de investigar científicamente el genocidio cometido por la dictadura militar contra miles de nuestros abuelos y abuelas en el año 1932” indico la Revda. Sihuat Tutut, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.
El 22 de enero de 1932 miles de indígenas en el occidente de El Salvador respondieron al llamado insurreccional del Partido Comunista y tomaron diversas poblaciones de donde fueron luego desalojados. La sublevación fracasó y posteriormente el régimen militar desatò una represión masiva contra las comunidades indígenas, asesinando a más de 30,000 personas.
“Hemos constituido la Comisión Nacional para Establecer la Verdad Histórica del Genocidio de 1932, integrada por dirigentes indígenas y personalidades democráticas como Alonso García Quele, Mayordomo de la 1ra. y 2da. Cofradía de Izalco, el Tata Víctor Ramos, cacique de San Ramón, y esta servidora.”
“Además contamos con la participación de la Licda. María Julia Hernández, directora de Tutela legal del Arzobispado de San Salvador, institución que se encargara de recibir testimonios así como realizar las exhumaciones de las tumbas colectivas que existen en nuestros cementerios en el departamento de Sonsonate.”
Agregó la pastora de la Iglesia Luterana Popular que “estamos indignados como pueblos indígenas por los estudios de “académicos” que pretenden negar el papel revolucionario de nuestros antepasados como Feliciano Ama o de instituciones que suplantan las voces de nuestras comunidades para gestionar fondos y protagonismos internacionales.”
“Esta idea –indicó- de una investigación seria sobre los hechos del 32 surge después de una actividad y ceremonia religiosa que realizamos este pasado 22 de enero de 1932, en Izalco, convocada por el Consejo Indìgena de Occidente (CIO), con la presencia de diversas organizaciones tales como la Fundación Ama, Sihuat, ADISES, ASDES, ACOPAI y diversas cofradías.”
Las heridas continúan abiertas…
“Para nosotras es claro que lo que nos sucedió en el año 32 fue un acto de genocidio. El genocidio es un delito internacional que consiste en la comisión, por funcionarios del Estado o particulares, de actos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.”
“Estos actos comprenden la muerte y lesión a la integridad física o moral de los miembros del grupo, el exterminio, la adopción de medidas destinadas a impedir los nacimientos en el grupo o el traslado forzoso de niños. Ésta es la definición contemplada en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948 y recogida en el Estatuto de la Corte Penal Internacional de 1998”
“También –explicó- como parte de este proceso estamos creando un Consejo Nacional e Internacional de Ancianas y Ancianos, para que nos asesoren espiritualmente en este proceso, a nuestro juicio clave para la reconciliación nacional, porque debemos conocer la verdad, solo conociendo la verdad podremos decidir el perdón. Las heridas continúan abiertas…”
“Entre las personalidades que vamos a invitar para que nos acompañen en este proceso se encuentran el Dr. Fabio Castillo Figueroa, la Dra. Matilde Elena López, la Dra. Victoria Marina de Aviles, el líder obrero Blas Escamilla, el escritor José Roberto Cea, el presidente boliviano Evo Morales, entre otros y otras.”
Finalmente la pastora luterana popular informó que “estamos también recuperando las tradiciones de la religiosidad de nuestros abuelos y abuelas que se encuentra presente en los montículos y las cuevas de nuestras montañas, donde continuaron las ceremonias luego que los conquistadores nos expulsaron de nuestras pirámides y sitios sagrados. Estamos haciendo un listado de santuarios y cementerios indígenas, vinculados a los colores del universo.”