La Administración Bukele y la crisis del sistema político neoliberal Roberto Pineda

Introducción

Una gran alegría estar con ustedes, un abrazo de saludo.[1]  Voy a ser breve, y ojala podamos luego tener un diálogo o lo que sería mejor un debate, porque la verdad se construye mediante el intercambio de ideas, de visiones.

Voy a intentar presentarles un cuadro más que de coyuntura, de lo que percibo como las principales tendencias de la situación política internacional y nacional, esta última a partir de los cambios provocados por las últimas elecciones presidenciales del 3 de febrero de este año[2], la llegada al gobierno de Nayib Bukele el 1 de junio y sus primeros cien días de gobierno. Estamos en un nuevo momento como izquierda y país, con sus respectivos reacomodamientos, desplazamientos, y el surgimiento de nuevas contradicciones.

Antes de esto tocare algunos aspectos generales de orden teórico, que nos permitirán orientarnos en lo que a veces se percibe como un torbellino de acontecimientos que ameritan de nuestro interés y análisis. Y finalmente planteare algunos escenarios de futuro y desafíos. Intentare separar del análisis el manejo propagandístico, porque terminamos muchas veces creyéndonos nuestras propias invenciones, demonios y fantasmas.

Aspectos generales

El punto de partida de esta reflexión es el marxismo[3], la doctrina de la lucha de clases y del socialismo, de la estrategia y la táctica de la conducción revolucionaria. La estrategia y táctica de un partido es -nos enseñaba Lenin- «su conducta política, es decir, el carácter, la orientación y los procedimientos, de su actuación política.”[4]

Entenderemos por estrategia[5] en el campo político de la lucha de clases, la definición primero del enemigo principal a derrotar, segundo, de las alianzas para vencerlo. La estrategia trata del enemigo principal y a la vez de lo que hoy llamamos el sujeto de la revolución[6].  Para definir la estrategia se requiere de un análisis de país[7], de su economía, de su sistema político, de su cultura, de sus luchas. Esto nos permite definir en qué etapa de la revolución nos encontramos.  Nos da claridad, nos da rumbo, nos da certeza. Algunos consideramos que nos encontramos en la etapa de la revolución democrática antiimperialista.[8] 

Con respecto al enemigo principal es fundamental definir al enemigo concreto e inmediato y no al enemigo en general, distinguir al enemigo principal del enemigo secundario, así como aislar al enemigo principal, y aprovechar las contradicciones internas de los enemigos.

Pero no podemos quedarnos solo ahí, hay que pasar también a definir la táctica. Entenderemos por táctica la definición del objetivo a seguir en cada momento de auge o declive de la lucha popular, lo que Schafik llamaba flujo y reflujo[9], así como las formas de lucha y de organización, las consignas de propaganda y agitación en cada momento.

Y entender que al cambiar la situación cambia la táctica, el perfil táctico. Y ojo, nuestra situación ha cambiado. Ejemplos de estos cambios: de las formas de lucha de masas en los setentas[10] pasamos a la lucha armada en los ochentas[11], luego a la lucha electoral[12] en los noventas hasta hoy. De estar en la oposición a ARENA durante veinte años (1989-2009) , pasamos a estar en el gobierno durante diez años (2009-2019), y hoy pasamos de nuevo a la oposición.   

Y ¿por qué estamos hablando de estrategia y de táctica en una ponencia sobre coyuntura, sobre tendencias del país? Por una razón fundamental: una táctica revolucionaria no puede basarse en los sentimientos, en las emociones, en los lamentos, en culpar a la gente por nuestras debilidades, sino en un análisis del estado de ánimo de los sectores populares, de la correlación de fuerzas a nivel nacional e internacional, de los interés de clase en pugna, de nuestras fuerzas y las del enemigo, debe ser un análisis con cabeza fría aunque su posterior implementación requiera de un corazón ardiente. Es por esto que Lenin, el dirigente de la revolución rusa, insistía en el análisis concreto de la situación concreta.

Situación del mundo y del país

Es importante –lo dice la Biblia-separar el grano de la paja. Lo esencial de lo complementario en el análisis. Así como identificar los intereses de clase –lo dice Marx- ocultos detrás de los discursos, de las promesas, de las declaraciones, de las situaciones.  

El panorama internacional.

El aspecto principal de la situación internacional es que el balance de fuerzas se está modificando. Los Estados Unidos cada vez más ven limitadas sus posibilidades de definir a su favor las diversas temáticas del enfrentamiento global. Esto explica la situación de Siria, Corea del Norte, Venezuela, Afganistán, etc., pero también de las protestas en Hong Kong, en la que China tuvo que ceder. China aparece como una gran potencia económica, en disputa por la hegemonía del sistema capitalista. Y lo mismo la Rusia de Putin.

El presidente Trump y su lema de “Primero América” pretenden detener esta tendencia a la multipolaridad y restaurar la hegemonía estadounidense, desde una visión aislacionista, racista  y guerrerista, priorizando la guerra comercial contra China, y en general la fuerza militar sobre la diplomacia, lo que presenta un serio peligro a la paz mundial, en particular su campaña –calurosamente aplaudida por Israel y Arabia Saudita- contra Irán.

Por esto son importantes las elecciones de 2020 en Estados Unidos, que fortalecerán o derrotaran el proyecto de Trump. Ojala que las fuerzas democráticas estadounidenses logren detener este proyecto ultra reaccionario. Trump está preocupado al respecto.

Una de las peores pesadillas de  Trump, como supremacista blanco,  y su equipo ultraderechista es el inevitable cambio demográfico que ocurrirá pronto en Estados Unidos y que colocara a los hispanos/latinos como la mayoría electoral. Esto explica el odio de clase, racista, xenófobo, contra la emigración mexicana y centroamericana, en su esfuerzo por revertir esta tendencia[13]

Asistimos al nacimiento de un nuevo orden mundial multipolar diferente del unipolar surgido luego de la caída de la Unión Soviética, en el que Estados Unidos dictaba y ordenaba. La historia  no se terminó, como lo suponía en su libro Francis Fukuyama[14].

Por otra parte, el modelo neoliberal  global amenaza de nuevo con una crisis similar a la  sufrida en el 2007-2009. Este modelo vigente desde hace más de 30 años ha logrado revertir -mediante la flexibilización laboral, privatizaciones, tratados comerciales, etc.- los logros alcanzados durante décadas de lucha por los trabajadores en el norte y el sur global. La actual revolución tecnológica ha venido a fortalecer esta globalización neoliberal, en particular en lo ideológico a través del impacto de las grandes cadenas de comunicación, como CNN. 

Y en América Latina y el Caribe asistimos a una ofensiva imperial y de la derecha que ha logrado revertir las tendencias conocidas como ciclo progresista iniciadas a partir de la llegada de Hugo Chávez en 1999 al gobierno en Venezuela y que se expresa en derrotas electorales sucesivas de los gobiernos de izquierda  y de centro-izquierda, siendo nuestro país el último vagón de este tren. No obstante esto, que es la tendencia principal,  vemos emerger con interés la derrota reciente de Macri en la Argentina que ojala se repita en octubre, y logremos mantenernos en los gobiernos de Uruguay y Bolivia. Por otra parte, Venezuela y Nicaragua continúan sitiadas, bajo un ataque brutal.

Este es el escenario internacional en el que llega y gobierna Nayib Bukele.

El panorama nacional

Caracterización del régimen Bukele

A nivel nacional les comparto de entrada esta reflexión:

“Nayib es el resultado del agotamiento del modelo político instaurado en 1992 y a la vez expresión de una ramificada cultura política autoritaria, naturalizada e internalizada en los sectores populares e incluso en la izquierda; es la creencia que el “hombre fuerte”, el líder, el caudillo, define los destinos de la patria clasista, racista y patriarcal. Autoridad y obediencia son las vigas maestras de esta cultura autoritaria.”

“Comprender, descifrar  este complejo fenómeno es parte de la recuperación del respaldo y la confianza popular, que no es automático y no debe de serlo. Y en un delicado marco en que compartiremos la oposición política con la derecha oligárquica  y su poderoso aparato ideológico, y teniendo a las puertas en 2021 un nuevo enfrentamiento electoral.” 

“En este movedizo terreno, interpretar y acompañar de manera permanente el sentir popular es la clave, el corazón de nuestra conducta, y a partir de ahí establecer nuestra táctica de lucha es uno de nuestros desafíos como izquierda, por el contrario, pretender dictar de manera autoritaria “la línea” a ser obedecida por los sectores populares, seguramente nos conducirá a nuevas derrotas, porque los tiempos han cambiado, y lo que pudo ser válido en otros momentos, -en estilos de conducción- hoy podría estar ya claramente desfasado. Surge la necesidad de escuchar, acompañar,  preguntar, explicar, convencer en vez de mandar y ordenar.”[15]

Asimismo les comparto este otro planteamiento de abril de este año:

“Nos encontramos claramente ante una nueva recomposición del bloque hegemónico, -ante el colapso del bloque anterior surgido en 1992-que fue iniciada desde el gobierno de Saca y hoy se cristaliza en el triunfo de Bukele, y que es el resultado en el plano político de los profundos cambios económicos y sociales que por una parte, han desplazado a los viejos poderes oligárquicos y por la otra, del fracaso en consolidar por la vía electoral un poder popular.”

“Representará una vía de centro-izquierda y pro mercado (socialdemócrata) en oposición a la izquierda de los gobiernos nucleados en el ALBA. Es además un bonapartismo sui generis el que presenciaremos del 2019 al 2024. El gobierno Bukele será anti oligárquico pero no antiimperialista; pro empresarial pero no necesariamente neoliberal.”

“Y sucede en el marco de una ofensiva planetaria conservadora que llevó a la presidencia de Estados Unidos a Trump, que ha barrido con gobiernos de izquierda y centro-izquierda en Sudamérica (Brasil, Argentina, Chile) y que mantiene en jaque a los gobiernos de Venezuela y Nicaragua, integrantes del ALBA.”[16]

Nayib Bukele, nacido en 1981,  representa los intereses de un sector de la pequeña burguesía empresarial de origen árabe palestino. Viene de una familia progresista. Su papá, Armando Bukele, fue un opositor a la dictadura militar, amigo cercano de Schafik.  No viene de la derecha. Es el propietario de la distribuidora de motocicletas Yamaha y otras compañías que ofrecen servicios de publicidad. No viene ni es un gobierno de la oligarquía. Ni viene de la derecha ni de la oligarquía.

Esto es clave. Es importante su identificación de clase  porque esto explica su naturaleza bonapartista, de creerse salvador de la nación, mesías criollo, que al lograr hacer estallar el sistema de partidos políticos, pretende colocarse más allá de las ideologías, más allá del bien y del mal, de la derecha y de la izquierda. Es un gobierno mesiánico, icónico pero a la vez pragmático. Es un gobierno en disputa entre sus promesas de campaña de donde deriva  su respaldo popular y las necesidades de su estabilidad garantizadas por sus alianzas. 

En este marco, existen aspectos esenciales del proyecto político de Nayib Bukele, desde su campaña para la alcaldía de Nuevo Cuscatlán en el 2011,  luego en la alcaldía de San Salvador (2015-2018) , en la construcción de su partido Nuevas Ideas a partir de octubre de 2017 y durante estos tres meses en el Ejecutivo, hay los siguientes rasgos:

Elevado respaldo popular

Esto es lo esencial, lo determinante  y para nuestros intereses y futuro como izquierda es lo más preocupante, ya que pesca en nuestras aguas, en las correntadas  de los sectores populares, y con caña de pescar nueva. Como izquierda nos encontramos en situación de disputa de estos sectores populares, que son nuestra razón de ser. Y debemos registrar que el estado de ánimo de la gente ha cambiado.

Ya habían ocurrido antes diversas situaciones parecidas.

En 1961 surge el Partido Demócrata Cristiano, PDC  y con un dirigente muy carismático, el Ing. José Napoleón Duarte (con Duarte aunque no me harte decía la gente)   y logra conquistar la alcaldía de San Salvador en 1964. En esa época no teníamos instrumento electoral. Nos disputaba los sectores populares, en particular las vendedoras de los mercados, que eran muy combativas, estaban enamoradas de él, asimismo nos disputaba el magisterio.

En ese periodo nosotros andábamos en la onda insurreccional con el FUAR y en la onda obrerista, haciendo huelgas y construyendo sindicatos. Luego este mismo personaje ya como presidente en los ochentas forma la Unión Nacional Obrero Campesina, UNOC, que entra en disputa con  la UNTS, que era influenciada por el FMLN. Por otra parte, ARENA durante 30 años nos ha disputado los sectores populares. Su base social es popular. Pero hoy hay aspectos diferentes. Venimos de una gran derrota política y electoral. Perdimos más de un millón de votos.[17]

Este respaldo ciudadano ha incluso paralizado el accionar de  los diversos integrantes del movimiento popular, que además de unas cuantas declaraciones, no han logrado de manera articulada movilizarse de forma contundente alrededor  de los miles de despidos injustos en los ministerios, o el cierre de programas sociales.

No logramos convertir la sorpresa en protesta. Y esto es preocupante porque también es el resultado de una década de  desmovilización popular. Y es clave para las batallas futuras contar con un movimiento popular fuerte y combativo. Únicamente los excombatientes han salido a las calles, así como los ya tradicionales cierres populares de calles por  la falta de agua.[18]                                                          

Focalización en la juventud.

En particular en los millenials, le ayuda para esto su edad, 37 años, y su correspondiente manejo de la tecnología digital.  Logra comunicarse con este sector, de los nacidos entre finales de los ochentas y el 2000, y a la vez lo representa en sus rasgos culturales.  La generación anterior, -a la que pertenezco- es la de los baby boomers, que nacen luego de la Segunda Guerra Mundial. El último censo poblacional fue en el 2007, identifica a los jóvenes o adolescentes, entre 15 y 24 años, con el 20 por ciento de la población. [19]  Pero la juventud no solo es número, es potencialidad de transformación social, es radicalidad, es creatividad, etc.

Estilo autoritario.

Es un rasgo de su personalidad que encaja en el imaginario popular de lo que debe ser un gobernante. En nuestro caso no pudimos cumplir ese estándar, se percibía como un gobierno débil.  Esto explica el gobernar a través de twitter, los fatídicos “Yo ordeno…”, los despidos de familiares de dirigentes del FMLN, de empleados públicos, etc. [20]  Esto es muy peligroso y debemos enfrentarlo enérgicamente porque puede conducir a la limitación progresiva de nuestros derechos políticos y sociales.

Estilo pragmático.

Importan los resultados. Delincuencia (el Plan de Control Territorial, bajar los índices de muertes), corrupción (la CICIES), política internacional (las visitas de funcionarios, incluyendo a Nancy Pelosi y a Warren Buffett). Y en política, sepámoslo, las percepciones son realidades. Si no revisen la última encuesta sobre gobierno, partidos políticos y seguridad de la Prensa Gráfica. [21]

Estilo virtual.

Uso de redes establece un nuevo estándar de relación entre gobernantes y gobernados. Lo mismo sucedió en la campaña electoral, nosotros suponíamos que por no contar con estructura organizada territorial Bukele iba a fracasar y no fue así.  Las redes, el Facebook, el Instagram, el Twitter, le resolvieron este difícil problema. Debemos tomarlo en cuenta.

Estilo espectacular.

A la gente le gusta el espectáculo, el ilusionismo, el show, el estilo relajado, cool, bromista. Así somos, la gente rechaza lo solemne, lo adocenado. Hasta las corbatas, hasta las guayaberas, la gente lo relaciona con burocracia, con  dilapidación de recursos.

Nueva relación con Estados Unidos.

Viene a satisfacer la necesidad de seguridad económica de un sector de la diáspora y población en general. Acordémonos de las remesas y por esto goza de amplio apoyo popular. La gente lo aplaude. Esto nos afecta como izquierda ya que contribuye diplomáticamente al bloqueo de  Cuba, de Venezuela, de Nicaragua. Nos afecta porque la soberanía y la independencia se convierten en monedas de cambio  del juego político.

El combate a la delincuencia.

En tres meses logra disminuir los índices de asesinatos. Y de esta forma satisface una –quizás- la necesidad más sentida de la población, la necesidad de seguridad en sus comunidades. Esto es el corazón de la estrategia ya como gobierno. Existe un odio popular a la delincuencia que a veces nos cuesta interpretar por nuestra formación humanista.  A futuro, como izquierda nos corresponde diseñar una política que asegure mediante la organización popular la seguridad ciudadana y el rechazo a la militarización vigente.

Lucha contra la corrupción.

La gente apoya la CICIES. La clase política la rechaza. Es un pulso político en el que si se establece Nayib gana y si no se establece también gana porque le echara la culpa a los partidos políticos, a los que él llama los “mismos de siempre” acusándolos de proteger la corrupción. Se acuerdan de lo poderoso del lema: “devuelvan lo robado.” Y de nuevo, en política, las percepciones son realidades.

Rechazo del sistema político.

Bukele es el producto de la crisis del sistema político neoliberal, que surge de los Acuerdos de Paz de 1992, y de la Constitución dabuisoniana de 1983.  La gente no se siente representada por los partidos políticos, ni por todo el andamiaje institucional. No confía en los jueces, ni en  los diputados, ni en los magistrados, ni en los generales, ni en los gobernantes en general.

¿Dónde estamos?

Les comparto unas reflexiones realizadas en marzo de este año:

“La derrota del 3 de febrero es de carácter estratégico global; incorpora los diversos niveles de la conducción estratégica partidaria, implica una ruptura epistemológica-política con el quehacer actual caracterizado por el electoralismo interno, y el clientelismo político de cara a los sectores populares.”

“Entre las salidas a la crisis existen dos extremos que debemos de evitar. Por una parte se encuentra la nostalgia de girar hacia la izquierda, de regresar a nuestras “seguras” raíces obreristas y marxistas-leninistas, que fueron la característica de nuestra izquierda por más de sesenta años, desde la creación del PCS en 1930 hasta los Acuerdos de Paz de 1992. Por otra parte, se encuentra la tentación de morder la manzana socialdemócrata, girar hacia la derecha.”

“En el primer caso, la ventaja sería contar con fórmulas ideológicas definidas pero a la vez el peligro el de convertirnos en una nueva secta, minoritaria y marginal, como algunas de nuestras formaciones en la izquierda. En el segundo caso, la perspectiva es la de transformarnos -quizás profundizar aún más en el camino ya recorrido-en un partido apéndice del sistema político, integrado y funcional al sistema capitalista vigente.”

“Y entonces el dilema a resolver radica en como conservar lo acumulado en cantidad y en calidad, -que no es poco y es realmente valioso-, pero damos el viraje hacia nuevos teatros de lucha que nos permita recuperar la confianza popular, el principal objetivo a lograr para superar esta crisis de credibilidad. La magia está en buscar un camino propio, con audacia, como lo hemos hecho a lo largo de estos 100 años.”

“El problema principal radica en que amplios sectores han perdido confianza en nuestra naturaleza revolucionaria. Este es un problema grave, inédito y complejo. Recuperar esa confianza llevara tiempo y exigirá mostrar no a través de discursos rimbombantes, sino mediante evidencias concretas que este viraje hacia la lucha se está realizando.”[22]

Escenarios a futuro

Podemos dibujar tres grandes escenarios:

Consolidación del nuevo modelo.

Nayib Bukele tiene tres grandes  fortalezas: la principal es el respaldo popular el cual podría manifestarse en el 2021 como conquista del legislativo. Esto vendría a fortalecer su proyecto político, y a concluir el desmontaje del sistema  vigente.

Otro pilar es el respaldo internacional, que incluye el de la clase política estadounidense, no solo de Trump sino también de Pelosi, no solo entonces del elefante sino también del burro. Agreguemos la Unión Europea. Y el México de López Obrador.

Y quizás hasta de China, ya que la ruta de la seda no hace distinciones ideológicas, negocios son negocios.  4 grandes pilares internacionales. Y a la vez tres adversarios regionales como  Guatemala, Honduras y Nicaragua, cada uno de estos por sus propias razones.  Y probablemente el respaldo de las fuerzas armadas, dado el reciente relevo generacional en sus filas.   Y como adversarios internos están los partidos políticos, los medios de comunicación  y la empresa privada.

Coexistencia del nuevo modelo con la oligarquía. 

Otra variable es que el gobierno de Nayib Bukele podría –únicamente de necesitarlo- extender una “mano amiga” hacia la empresa privada, hacia la oligarquía en general y en particular hacia su sector árabe, que recientemente abrió su propio banco, el  Abank, antes Banco Azteca y hoy propiedad  de la familia Salume; así como darles un reconocimiento a los medios de comunicación y tratar con respeto a los partidos políticos. Esto tendría costos electorales por lo que sería más viable a partir de los resultados del 2021. Los Estados Unidos seguramente empujaran junto con su nuevo embajador Johnson, por este desenlace, de ser posible incluso antes del 2021. Esto les permitiría mayores niveles de incidencia sobre Bukele.

Otra posibilidad hipotéticamente posible,  aunque muy difícil  por los roces habidos,  es la de un acercamiento entre Nayib Bukele y el FMLN, la cual sería altamente preocupante no solo para Estados Unidos, sino también para la oligarquía y el partido ARENA, que confía en que sea el FMLN el que de la batalla principal contra  el actual presidente.

Fracaso del  nuevo modelo.

También existe esta posibilidad. Es muy difícil mantener de manera permanente niveles altos de aceptación popular, al final, la gestión gubernamental desgasta. Si el presidente Bukele y su administración cometen errores graves la factura será alta. Diversos temas podrían ser catalistas de este viraje como son la lucha contra la corrupción, contra la delincuencia, baja súbita de niveles de vida, trato hacia los migrantes, rechazo al autoritarismo, etc. Todas esta son granadas con espoletas activadas. Y los partidos políticos, medios de comunicación  y empresa privada esperan ansiosos este desenlace.

Las amenazas  a los diversos actores de esta obra

Bukele enfrenta como Edipo, el enigma de la esfinge esta vez de la historia. Para mantener sus  niveles de popularidad debe necesariamente romper con el modelo neoliberal pero si lo hace perderá aliados estratégicos como el gobierno estadounidense y la Unión Europea.

Políticamente, la principal amenaza para los Estados Unidos, es la reanudación de la alianza entre fuerzas democráticas y progresistas, rota inexplicablemente en octubre de 2017, y que fue la alianza que garantizó el inicio del ciclo de gobiernos progresistas en El Salvador en el 2009 y continuado en el 2014.

En el caso de la derecha o sea de ARENA, PCN, PDC, Vamos, Nuevos Tiempos  e incluso algunos sectores de GANA, es la de ser barridos del mundo de la política y que sus financistas, los dueños de estos partidos,  decidan buscar otros horizontes, incluso el de tocar a  las puertas de Nuevas Ideas.

En relación al FMLN, la principal amenaza consiste en que su política de oposición sea interpretada por los sectores populares como un imperdonable apoyo a la delincuencia y a la corrupción; y además sirva para hacerle el trabajo político a ARENA, que esperara confiada los resultados de  estas acciones. La experiencia de estos dos años nos indica que este tipo de acciones se revierten. Se requiere afinar el abordaje político frente a Bukele, no caer en su juego.

En el caso de los medios de comunicación tradicionales seguramente buscaran una coexistencia pacífica con el régimen Bukele, tuvieron ya diez años de gobiernos del FMLN para aprender el arte de la simulación. Esto mismo aplica en el caso de la Iglesia Católica Romana y las demás iglesias evangélicas. 

Los desafíos

Ante la complejidad de esta situación se vuelve necesario hoy más que nunca impulsar la lucha ideológica, educar políticamente en un pensamiento emancipador tanto a la militancia de izquierda como a los sectores populares, que reúna diversas características. Y digo emancipador no digo marxista, porque debemos incorporar otras miradas, otras lecturas, como la feminista, la teología de la liberación, la poscolonial, etc.

Entre las características de este pensamiento emancipador está la de ser crítico,  no aferrarse a dogmas, reivindicar la audacia; estratégico, manejarnos con un horizonte a mediano y largo plazo, y no permitir que la inmediatez – la próxima elección, la próxima huelga- nos ahogue. ¿Cómo nos vemos de aquí  a diez, veinte, treinta años? Esto es clave porque frecuentemente el torbellino de acontecimientos nos impide ver el bosque.

Un pensamiento histórico, debemos conocer y profundizar sobre la rica y variada historia revolucionaria de nuestro país, es una tradición ya bicentenaria. Un pensamiento que vincule lo local con lo global. El internacionalismo. Nuestras luchas forman parte de las luchas por la dignidad, por la igualdad, por la justicia que hombres y mujeres efectúan en todos los rincones de este mundo. No somos una isla, somos parte de un continente, nos decía el epígrafe de John Donne en la introducción de la novela Por quién doblan las campanas de Hemingway.

Un pensamiento ecológico, que tome conciencia que el capitalismo está destruyendo el planeta en el que vivimos; miren los incendios provocados en el Amazonas;  miren los destrozos causados por Dorian en las Bahamas; y finalmente un pensamiento tecnológico, que tome en cuenta los avances de este nuevo mundo del internet y los smartphones, de la inteligencia artificial y  los hologramas.

No es fácil la tarea, pero como decía el Che el presente es de lucha, el futuro es nuestro. Y como decía nuestro querido Schafik, la lucha…continúa.

Gracias!


[1] Ponencia realizada el 7 de agosto en Escuela de Cuadros de Planes de Renderos, invitado por secretaría de Educación del FMLN

[2] Pineda, Roberto. El desafío urgente de la izquierda en El Salvador. Febrero de 2019. https://www.alainet.org/es/articulo/198013

[3] Pineda, Roberto. Pensamiento y praxis del marxismo en El Salvador. Abril 2014. https://www.alainet.org/es/active/72906

[4] V.I. Lenin. Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática.  Editorial Progreso. Moscú. 1980.  Pag.18

[5] Tomo como referencia la parte relativa  a estrategia y táctica del libro Marxismo Vietnamita de Truong Chinh. Colección 70. Ediciones Grijalbo. México D. F. 1970.

[6] https://ecumenico.org/mpties-realiza-charla-sobre-el-sujeto-revolucionar/

[7] Un ejemplo de esto son las Tesis del VII Congreso del PCS, de marzo de 1979. https://ecumenico.org/segunda-parte-de-tesis-y-fundamentos-del-pcs-1979/

[8] Ibid.

[9] Pineda, Roberto. Schafik Handal y la conducción estratégica de la guerra circa 1985. https://www.alainet.org/es/articulo/171135

[10] Pineda, Roberto. Lucha de masas, lucha electoral y represión política en El Salvador de 1975. https://ecumenico.org/lucha-de-masas-lucha-electoral-y-represion-politic/

[11] Santacruz, Domingo. La construcción del Partido FMLN y el aporte de las cinco organizaciones históricas que lo constituyeron. https://www.marxists.org/espanol/tematica/elsalvador/reflecciones/index.htm

[12] Handal, Schafik. El FMLN y la vigencia del pensamiento revolucionario  en El Salvador. 2005. https://www.marxists.org/espanol/handal/2005/dic01.htm

[13] Los hispanos serán mayoría en EEUU la próxima década. https://www.elmundo.es/america/2013/03/19/estados_unidos/1363730296.html

[14] https://www.academia.edu/28455906/F._Fukuyama_End_of_History_and_the_world_after_the_end_of_Cold_War.pdf

[15] Introducción a libro del autor El primer gobierno de Izquierda en El Salvador,  Ediciones Prometeo Liberado. San Salvador, 2019 próximo a  ser publicado.

[16] Pineda, Roberto. El proyecto político de Nayib Bukele y sus perspectivas. Abril de 2019. https://www.alainet.org/es/articulo/199202

[17] https://elmundo.sv/fmln-perdio-1-1-millon-de-votos-presidenciales-y-arena-perdio-657000/

[18] https://lanoticiasv.com/protestas-por-falta-de-agua-potable-colapsan-el-trafico-en-distintos-puntos-de-san-salvador

[19] https://actualidad.rt.com/actualidad/316640-bukele-presidente-millennial-salvador

[20] https://www.elsalvadortimes.com/articulo/politicos/nayib-bukele-dictador-potencia/20171031003055030826.html

[21] https://www.laprensagrafica.com/lpgdatos/Nuevas-Ideas-crece-en-simpatias-20190901-0290.html

[22] Pineda, Roberto. Algunos apuntes sobre la actual crisis de .a izquierda salvadoreña. Marzo de 2019. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=253419

San salvador, 7 de agosto de 2019

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