Durante el siglo XIX en El Salvador, las ideas liberales fueron las ideas avanzadas de los sectores populares que se enfrentaban a un sistema ideológico colonial caracterizado por el oscurantismo y el atraso. El estudio de estas ideas y de los sectores sociales y personalidades que les dieron vida es parte integrante de la tradición revolucionaria de nuestro pueblo.
Y esto resulta clave en este año 2011 que se conmemora el bicentenario de las luchas insurreccionales que marcaron nuestra primera independencia política de España. Es importante asimismo profundizar sobre la sociedad colonial y sus contradicciones así como la situación en aquel momento de la metrópoli y del sistema imperial. Son tres núcleos de ideas que trataremos: la sociedad colonial, la metrópoli y la lucha ideológica.
Las ideas del liberalismo derrumbaron a las monarquías europeas
La toma de la Bastilla en 1789 por los sectores populares franceses es uno de los acontecimientos políticos fundamentales de la humanidad. Y sus repercusiones llegaron hasta este alejado rincón del imperio español. Las ideas de libertad, igualdad y fraternidad eran ideas subversivas en aquella época. Y fueron ideas que terminaron destruyendo los palacios de los reyes y sembrando de sueños a los pueblos oprimidos.
Y asimismo la revolución que realizaron las trece colonias británicas en contra de su metrópoli, influyó poderosamente. Las figuras e ideas progresistas de Jorge Washington, de Benjamín Franklin, de John Adams, la creación del Ejercito Continental, la aprobación de la Constitución, la Fiesta del Te allá en Boston, eran hechos conocidos y admirados por los sectores populares.
La revolución francesa y estadounidense abrió una nueva época que modificó la correlación de fuerzas en el continente europeo. Sacudió las monarquías y originó una situación muy peculiar. A principios del siglo XIX; en 1808 Napoleón Bonaparte invade España y obliga al rey Carlos IV y a su hijo Fernando a renunciar, los encarcela e impone como rey a su hermano José Bonaparte. La cabeza del imperio español derrotada y humillada por los franceses.
Pero como respuesta a la invasión francesa, los sectores populares españoles reaccionan organizando la resistencia. Y se extiende por toda España la llama de la rebeldía frente al invasor. Y se forma la Junta Patriótica de Sevilla. Y los españoles luchan por recuperar su independencia. Y en 1812 como resultado de todo este esfuerzo patriótico se convoca a las Cortes de Cádiz, una gran asamblea nacional con representantes de todo el reino e incluso de las colonias. Y en esta asamblea se aprueba una constitución progresista para aquella época. Y todas estas noticias llegaban de Europa y eran leídas con interés. Llenaban los corazones de entusiasmo.
Y como fondo de estos acontecimientos se encontraban las ideas de los enciclopedistas franceses, de Voltaire, de Diderot, que construyeron una teoría para dinamitar el mundo feudal y abrirle el paso a un mundo en el que la burguesía -que era revolucionaria en esa época-ejerciera su dominio. El mismo papel jugaría posteriormente el marxismo como la teoría para derribar el mundo del capitalismo. En síntesis, las ideas liberales en esa época alimentaron los sueños para transformar el mundo. Y sus ecos llegaron hasta estas tierras cuscatlecas.
Las ideas del liberalismo orientaron la lucha por la independencia
¿Cómo era la sociedad colonial en El Salvador? Era una sociedad que giraba alrededor de la Corona Española, alrededor de la voluntad del Rey, con una economía basada en la producción y exportación del añil. Fueron trescientos años de dominación colonial. De 1524 a 1821. Era una sociedad que vivía bajo la sombra del miedo, de la represión. Con un pensamiento monárquico, feudal, aristocratizante. Con una religión que proclamaba a un Cristo imperial. Y profundamente clasista.
Había cinco sectores claramente delimitados. La clase dominante estaba integrada por los españoles peninsulares, que eran los altos funcionarios administrativos y militares. Nacidos en España. Enviados por España. Luego se encontraba a los españoles criollos. Eran hacendados y comerciantes. Eran españoles nacidos en América. Y por eso sufrían discriminación. Luego estaban los mestizos. Eran artesanos y campesinos. Le seguían los mulatos y negros. Eran trabajadores de los obrajes añileros. Y por ultimo se encontraban los indígenas, que vivían de la tierra en sus propias comunidades.
Los criollos junto con los mestizos, mulatos y negros y algunos indígenas fueron la fuerza social que impulsó el proceso de independencia y asumieron las ideas del liberalismo. Se enfrentaron a los españoles peninsulares. Se organizaron y aprovecharon las aperturas que daba la Corona para ir ganando espacios en las alcaldías. Y lograron atraerse a un significativo sector del clero, rompiendo así el control ideológico colonial. Supieron combinar la lucha electoral con la lucha insurreccional, así como impulsar el trabajo internacional y diplomático.
Y surgieron de sus filas figuras como los Hermanos Aguilar, consecuentes luchadores independentistas y antiimperialistas, que sufrieron prisión, destierros, persecución. Personalidades como José Matías Delgado y Manuel José Arce, como Pedro Pablo Castillo y José Santiago Celis. Cada una de estas personalidades contribuyó a la construcción de un pensamiento liberador y de una práctica política independentista.
No obstante esto, en términos de su contribución a la construcción de una identidad nacional existen dos visiones extremas. Hay un sector de historiadores de la derecha que plantea que fueron ellos los padres de la patria. Asimismo hay un sector de historiadores de la izquierda, que sostiene que nuestros próceres únicamente estuvieron animados por la defensa de sus intereses económicos. Considero que debemos de superar este maniqueísmo simplista y valorar en su justo merito el papel que desempeñaron.
Y el debate sobre esta primera generación de luchadores liberales también se extiende para sus continuadores. Divido en cuatro grandes generaciones la causa liberal salvadoreña. La primera es la de los luchadores por la independencia, luego la gesta de Francisco Morazán, le sigue la de Gerardo Barrios para concluir con Francisco Menéndez.
José Matías Delgado y Pedro Pablo Castillo; líderes independentistas
La primera generación liberal, que tuvo como sus más altos exponentes a José Matías Delgado y Pedro Pablo Castillo fue la generación que por diez años, de 1811 a 1821 impulsó la lucha por la independencia. El hecho más destacado fue la insurrección popular del 5 de noviembre de 1811. Luego asumen la conducción del estado y se enfrentan en 1822 a la invasión del Imperio de Iturbide. Organizan la resistencia y derrotan a los invasores. Lograron romper con la dominación colonial. Y fueron antiimperialistas, enfrentaron a dos imperios.
Francisco Morazán y la lucha contra la oligarquía conservadora.
El segundo capítulo de la historia de la causa liberal lo simboliza la gesta heroica del general Francisco Morazán, que de 1827 a 1842 encarnó el proyecto unionista liberal en pugna con el proyecto oligárquico conservador. Durante una década este jefe liberal encabezó diversas campañas de naturaleza político-militar contra la reacción conservadora, con sede en la ciudad de Guatemala y personificada en Rafael Carrera. Incluso expulsó al nefasto Arzobispo Ramón Casaus y Torres, enemigo jurado de los independentistas y de los unionistas.
Morazán impulsó desde la presidencia de la Republica Federal de las Provincias Unidas de Centro América, la construcción de escuelas y carreteras, promovió el libre comercio y la llegada de inmigrantes y capital extranjero; permitió el matrimonio civil y el divorcio, fue separada la Iglesia del estado y proclamó la libertad de religión y de expresión. Y los bienes eclesiásticos fueron confiscados y se abolieron las órdenes religiosas. Y se prohibió e control de la iglesia sobre la educación. Morazán simbolizó una visión política liberal claramente antioligarquica y anticlerical. Murió fusilado por la oligarquía.
Gerardo Barrios y la lucha contra los filibusteros
El tercer capitulo de la historia del liberalismo lo encarna la gesta patriótica de Gerardo Barrios, continuador de Delgado y de Morazán. En 1828, a los 15 años, ingresa al ejército de Francisco Morazán y participa en al Batalla de Gualcho. En 1846 asume la presidencia y ese mismo año conduce las tropas salvadoreñas que se enfrentaron victoriosamente al filibustero William Walker en Nicaragua.
Durante su gobierno impulso la creación de escuelas normales para los maestros de primaria así como la introducción del café. Fue un férreo enemigo del poder de la iglesia. Fue fusilado por los sectores oligárquicos que encabezaba el presidente Dueñas, el 29 de agosto de 1865. Es un símbolo del espíritu internacionalista, antiimperialista, unionista y antioligárquico del pueblo salvadoreño. Igual que Morazán, Barrios murió fusilado por la oligarquía.
Francisco Menéndez, el último caudillo liberal
El presidente Francisco Menéndez fue el último caudillo liberal que se enfrentó a la oligarquía. Su gobierno duro cinco años, de 1885 a 1890. Pero en esos cinco años se logró desplazar a los sectores conservadores del gobierno, en particular al presidente Zaldívar, que pasó a la historia como el presidente que despojó a las comunidades indígenas de sus tierras ancestrales. En 1860 inicio su carrera militar bajo las órdenes del Capitán General Gerardo Barrios. Menéndez dejo para la posteridad la Constitución de 1886, modelo de estatuto nacional avanzado para su época.
La revolución agrarista de Anastasio Aquino
Hay un hecho histórico que sucede doce años después de declarada la independencia. En 1833 se levanta el caudillo indígena Anastasio Aquino y se enfrenta precisamente a los liberales que controlaban el gobierno, se enfrenta a Mariano Prado. Aquino representa una visión ideológica agrarista, indigenista, de lucha por la tierra, y lo relevante es que construye un ejército y se enfrenta a “los blancos independentistas,” a la nueva clase dominante. Aquino murió ahorcado por la oligarquía.
En la visión liberal los indígenas deberían de ser “civilizados”, integrados a la nueva sociedad republicana en su carácter de ciudadanos, deberían de ser asimilados, conducidos hacia el progreso, lo que chocaba con la cosmovisión indígena en la que ellos se veían como comunidad. Y esto llevo a la resistencia y a esta gloriosa rebelión que tuvo como sede las tierras de los nonualcos, en el centro del país.
Y es que como principio de la humanidad, de todas las épocas y naciones, donde existe la opresión surge la resistencia. Y en nuestro caso, por siglos nuestro pueblo ha luchado por mejores condiciones de vida y en contra de la opresión de los imperios, incluso antes de la invasión española de 1524.
La resistencia victoriosa de Jayaque, Talnique y Tamanique.
Hay pasajes de nuestra historia que han sido cubiertos por las brumas del pasado. No hay crónicas ni registros. Pero podemos inferir que estas poblaciones que conservaron sus nombres lencas en medio de amplios y abarcadores territorios de lengua nahuat, fue porque no pudieron sr conquistados. Porque por razones de población o de geografía lograron efectuar una resistencia victoriosa ante la invasión azteca. Y conservaron sus nombres como símbolos de esa resistencia, no fueron asimilados.
Para concluir deseo expresar que existe una profunda continuidad histórica entre las luchas que realizaron estas cuatro generaciones de combatientes liberales del siglo XIX con las luchas de los trabajadores del siglo XX; con las luchas de nuevas generaciones que ya bajo la bandera del marxismo se levantaron en armas en 1932; y desafiaron la dictadura martinista en abril y mayo de 1944, desplegaron la Guerra Popular Revolucionaria de 1980 a 1992, y hoy ya en el siglo XXI han derrotado a la derecha y continúan la lucha por la democracia y el socialismo. Somos parte de una larga tradición de lucha, la lucha no comenzó ayer, comenzó hace mucho tiempo atrás, lucha por la que podemos como universitarios sentirnos orgullosos de ser los herederos y herederas, para poder continuarlas. Gracias.
*Ponencia realizado por el Lic. Roberto Pineda, junto con Lic. Guillermo Campos, en el marco de Cátedra sobre Filosofía Política, realizada en la Universidad de El Salvador el 24 de febrero de 2011.