SAN SALVADOR; 30 de julio de 2006 (SIEP) En el marco del 10mo. Aniversario de creación de la Maestría en Derechos Humanos y Educación para la Paz de la Universidad de El Salvador, el Dr. Marco Antonio Sagastume, académico centroamericano, realizo una exposición magistral.
Compartió que “las armas para la revolución de 1948 en Costa Rica fueron dadas por Guatemala. Mi padre fue el que llevó lar armas a Costa Rica…Y se abolió el ejército. En Costa Rica no hay ejército. Y se le dio un gran impulso a la educación.”
“Y me podrían decir: ¿de que sirve la educación? Sirve de mucho…fíjense que el único pueblo en Centro América que esta en contra del TLC es Costa Rica. En El Salvador, y en Guatemala son pequeños grupos, universitarios, sindicalistas, que están en contra del TLC, en Costa Rica es la mayoría del pueblo… ¿por qué será?”
“En Guatemala estos días los estudiantes están saliendo a las calles. El Ministerio de Educación pretende aumentar un año más la carrera de magisterio. ¿Qué va a pasar cuando el padre de familia tenga que pagar por un año más de estudio para su hijo?”
“Lo más perversa violaciòn a los derechos humanos es la pobreza. Y si hay pobreza no hay chance para la educación…En Guatemala en la Constitución se dice que la educación será gratuita… Es cierto que educación podríamos no tener pero cultura si tenemos. Mucha cultura. En Guatemala hay 23 idiomas, que antes decían que eran dialectos por ser de los indios, pero solo el Cachiquel tiene más fonemas que el español. En Guatemala el pueblo maya ha rescatado su espiritualidad. Pero como hemos pasado colonizados tanto tiempo pensamos que lo que no es cristiano es satánico. ¿Qué satánico?
“Recientemente fui invitado a dar una conferencia en la Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia. Querían que la conferencia fuera sobre un sistema axiológico de los derechos humanos. Y yo les dije que el único sistema que podríamos construir para los derechos humanos es un sistema ético. Por que si tomamos como punto de partida la visión de la Iglesia Catòlica Romana a la cual respeto mucho, tendríamos que dejar fuera a las mujeres, y a los homosexuales…y a cuantos otros…y otras…”
“Hace poco fui invitado a Nicaragua para dar un taller sobre derechos humanos para profesores universitarios. Y cuando estaba hablando me le acerque a un profesor y empecé a acariciarlo en el hombro…Y note como me miraban y se sonreían y se preguntaban: ¿y qué ondas con este Maco? Y yo seguía hablando y acariciando al profesor que ya estaba rojo como tomate…”
“Al final el profesor acariciado no pudo resistir la presión y me gritó molesto: ¡ya…profesor! ¡Es muy molesto! Entonces le dije: mirà, en la noche nos vamos ir a tomar unos tragos…y les aseguro que me lo voy a tener que quitar de encima. Y es cierto, ya nosotros los hombres con algunos tragos nos volvemos cariñosos. ¿Qué había pasado? No practicamos la ternura y cuando lo hacemos es mal visto… o sea que la ternura como varòn hacia otro varòn no la puedo tener…”
“En El Salvador como hombre ¿puedo tener amigas? no, no puedo tenerlas. Ya se va pensando mal. ¿Puedo tener amigos? amigos si, es permitido. Tener amigos varones. Y ¿por qué no puedo tener amigas? En Europa las mujeres tienen amigos, que no son ni novios ni maridos, solo amigos. A ella no me le puedo acercar a él si. ¿Cómo puedo tener relaciones académicas si es mujer?”
“El problema con las revoluciones es que hubo gente que nos traicionó. En Guatemala, durante la dictadura, le decían a uno: mirà aquel que va allá es del ORPA, aquel otro es del EGP. Si nos ponemos a revisar quienes fueron nuestros enemigos nos encontramos con muchas gentes que compartían nuestra misma ideología…
“¿Qué es la dignidad? ¿Qué nos merecemos como seres humanos? Es un derecho inherente a nuestra presencia en este planeta. Y la dignidad esta vinculada al sentido de pertenencia y de identidad. Cada quien tiene su identidad. La gente del Quiche tiene su identidad. Qui quiere decir muchos y Che árboles. Muchos árboles. Hace poco estuve en San Francisco, California con la comunidad guatemalteca…”
“Y la pase muy bien, me hicieron chuchitos, tamales, comida popular. Y note que ellos viven en casas y los salvadoreños en edificios. Les pregunte porque y me dijeron que porque ellos trabajan demasiado. Pero les dije las ventas de ropa típica están del lado salvadoreño. Es que ellos me dijeron son buenos para el negocio. Son los estereotipos. Nos llenamos de estereotipos y hasta somos crueles cuando hablamos del hombre salvadoreño, de la mujer salvadoreña. Debemos por lo tanto fomentar las relaciones de amistad entre nuestras naciones, nos conocemos poco…”