La trampa
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Miércoles, 11 de Julio de 2012
¿Qué le pasa a Joaquín Villalobos? Él fue mi jefe durante la guerra. A veces no estuve de acuerdo con sus decisiones o planteamientos, pero siempre respeté su capacidad y honestidad intelectual. Lo conocí de cerca como un líder audaz, quien tomaba decisiones y acciones, mientras el resto del FMLN se desgastaba en discusiones estériles. Esta audacia lo convirtió en el comandante más dinámico, menos predecible, menos dogmático y más flexible de la insurgencia. En una palabra, en el más peligroso para el adversario.
Este tipo de audacia incluye, por definición, el riesgo de equivocarse. Otros comandantes guerrilleros poco se equivocaron, porque poco aportaron al proceso insurgente. Este tipo de audacia política también incluye una dosis de soberbia: atreverse a efectuar giros sorprendentes sin esperar que los demás terminen de entenderlos.
A veces esto es indispensable. Si Villalobos no hubiera abandonado, sin hacerles caso a los demás miembros de la Comandancia General, la guerra de guerrillas, concentrando sus fuerzas para formar la Brigada Rafael Arce Zablah y pararse al ejército frontalmente, la insurgencia probablemente se hubiera acabado en 1983.
A veces la audacia y soberbia le hicieron cometer errores graves a Villalobos. Como cuando rompió con el FMLN sin asegurarse que los comunistas se quedaran solos. Formó el Partido Demócrata y se quedó sólo él.
Y nuevamente hoy, cuando trata de convencer a la izquierda democrática a apostar a Tony Saca como la “tercera vía”, para romper la polarización ideológica en El Salvador, en su reciente columna “Vientos paraguayos en El Salvador”, escrita para El País de Madrid y reproducida por La Prensa Gráfica. Igual que en 1994, Joaquín Villalobos piensa que cuando él va adelante y habla fuerte, los demás le van a seguir. Por suerte, en tiempos de paz esto ya no funciona.
Empecemos con el análisis que está a la base de su llamado a apostar a Tony Saca: “En El Salvador las elites económicas han provocado una crisis entre los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial”, escribe Villalobos, refiriéndose a la actual crisis constitucional. Atrevida afirmación. Si el punto de partida es tan equivocado, las conclusiones serán insostenibles. No son las “elites económicas” que han provocado esta crisis, sino el interés común y la estrategia concertada del FMLN y del bloque Funes-Saca de hacerse del control de la Corte Suprema y de la Fiscalía, luego de ya haber logrado controlar la Corte de Cuentas, el Consejo Nacional de Judicatura y el Tribunal Supremo Electoral. Es cierto, la derecha, en su tiempo, hizo lo mismo. Pero hay una diferencia: La derecha política y económica ha manoseado las instituciones para privilegiarse al máximo (política y económicamente) del sistema republicano. Es condenable. En cambio, la alianza FMLN-GANA lo hace para destruir el sistema. La derecha pervirtió las instituciones, la nueva alianza entre izquierda autoritaria y el sector más corrupto de la derecha las destruyen. Unos distorsionaron las reglas, otros las quieren sustituir por nuevas que les permitan avanzar hacía un Estado irreversiblemente autoritario.
En medio de esta crisis, Villalobos no ve lo obvio: el surgimiento de una alianza FMLN-Saca que aplicaría una estrategia “todos contra ARENA”, no importando si al final tengamos como presidente a Sánchez Cerén o a Tony Saca, sino ve “el surgimiento de una tercera fuerza basada en la alianza Saca-Funes”, que “crearía un nuevo balance político, y sacaría a El Salvador de la polarización”.
Ahí estamos en el meollo del asunto: Para que la estrategia común FMLN-Saca funcione, el último no puede presentarse simplemente como el candidato del pedazo que logró arrancar a ARENA. GANA no suma suficiente y no tiene legitimidad. Se necesita preparar el terreno para que Saca pueda ocupar el espacio del centro, y en particular del centro-izquierda, donde hay un enorme vacío. Este vacío lo ocuparon en el 2009 figuras como Mauricio Funes, Alex Segovia, Héctor Silva y Héctor Dada, para exitosamente complementar al voto duro del FMLN y derrotar a ARENA. Pero esto no se puede repetir, luego del desastre del gobierno Funes-FMLN. Para el 2014 se necesita una “tercera fuerza” aparentemente independiente del FMLN, y otras figuras, porque los que entraron al gobierno se desgastaron. Ahí es donde de repente cobran importancia figuras históricas de la izquierda democrática como Ana Guadalupe Martínez, Juan Ramón Medrano y Joaquín Villalobos.
Para mí y mi orgullo de haber sido parte del ERP, conducido por estos nombres ligados a la mejor tradición democrática entre los insurgentes, esto es golpe difícil de asimilar. El hecho que termina siendo Joaquín Villalobos el que le abre el espacio a Tony Saca a ocupar el lamentable vacío que todos nosotros hemos dejado en la centro-izquierda de nuestra sociedad, es inconcebible.
“Nada es más corrupto que el monopolio del poder”, concluye Villalobos en su columna. ¿Será realmente que no se da cuenta que el regreso de Tony Saca al poder, o la asunción de Sánchez Cerén a un poder compartido con Tony Saca, es la mejor receta para establecer un “monopolio del poder”? Uno que se parecería al establecido en Nicaragua, que nunca se hubiera dado sin la ayuda de una derecha corrupta con necesidad de asegurarse inmunidad y participación en el control de las instituciones.
- Columnista de El Diario de Hoy.