Los errores de adulto de Joaquín Villalobos
Marvin Galeas *
Miércoles, 11 de Julio de 2012
El artículo titulado “Vientos paraguayos en El Salvador”, escrito por Joaquín Villalobos, está lleno de desaciertos, contradicciones y hasta de afirmaciones abiertamente manipuladas. En su totalidad es como un plagio de su propio análisis, previo a la fundación del desaparecido Partido Demócrata, PD. La tesis sostenida, en aquel entonces, era que el FMLN estaba agotado como opción política electoral.
En 1994, Joaquín alentó la escisión de la fracción legislativa del FMLN, el mismo día de la toma de posesión. Algo muy parecido a lo que después hizo, el ex presidente Saca, con ARENA. Aquél fundó el Partido Demócrata y éste GANA. Joaquín de verdad creía que el FMLN, como izquierda marxista estaba acabado, y que el PD lo sustituiría como una izquierda moderada y moderna.
Años después los fundadores de GANA, albergarían una parecida esperanza en relación a ARENA. Estos pensaban que ARENA tras haber sido derrotado y dejado, a propósito, en quiebra moral y económica sería fácilmente sustituido por el nuevo partido que se presentaría, con un impresionante derroche de recursos financieros, como una derecha popular, alejada de las “famosas élites económicas” a las que Joaquín alude constantemente en su artículo.
El FMLN no desapareció. Tampoco ARENA. Lejos de eso ambos partidos siguen siendo las dos principales fuerzas políticas del país. Desapareció el PD, al sacar sólo 13 mil votos en las elecciones de 1997, y GANA, a pesar de sus escandalosos recursos, obtuvo dos diputados enteros y 9 residuales.
Joaquín vuelve a las andadas, ahora apoyando precisamente el proyecto del ex presidente Saca, es decir a GANA. La tesis es la misma: la viabilidad de una tercera opción frente a una derecha oligárquica y a un FMLN estalinista.
Para sustentarla recurre a una mezcla de medias verdades, medias mentiras y mentiras totales. Cualquier europeo despistado que haya leído el artículo de Joaquín, pensará que El Salvador se estancó en los años setenta. El Salvador que pinta Joaquín se parece más bien a la Sudáfrica del apartheid.
El artículo arranca con una mentira absoluta: “En El Salvador las élites económicas han provocado una crisis entre los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial”. Falso. La actual crisis, en realidad, se debe al desacato de los diputados del FMLN y sus aliados a los fallos de la Sala de lo Constitucional en favor de una demanda ciudadana.
Las míticas 14 familias, un número muy antojadizo, fueron golpeadas durante la guerra con una cadena de secuestros por parte de la guerrilla y sobre todo por las reformas impulsadas por Duarte. Hay que decir que aquellas reformas no sólo afectaron a varias familias acaudaladas sino y sobre todo a centenares de miles de salvadoreños, cuando de un plumazo fueron cerradas prósperas fuentes de trabajo en el campo y la ciudad.
Dos o tres familias de aquellas delineadoras en realidad del Estado moderno de El Salvador, sobreviven a estas alturas con más o menos la misma influencia económica que tuvieron en los siglos XIX y XX. La ANEP del paro de 1987, estaba dirigida por una nueva generación empresarial, que se quedó en el país durante la guerra y en la que ya figuraban precisamente varios empresarios de origen árabe.
Villalobos, hoy, suele referirse al PDC de los años Ochenta como moderado. Y a ARENA como el partido de las élites blancas, dispuestas a hacer cualquier brutalidad para no soltar el poder. No toma en cuenta Joaquín que bajo el gobierno de las juntas y la Democracia Cristiana se cometieron las masacres del Mozote y el Sumpul. ARENA acabó con la guerra mediante el diálogo sólo dos años después de haber ganado el Ejecutivo.
Fue bajo el gobierno del arenero Armando Calderón Sol, que por primera vez en la historia moderna del país, una persona emparentada con casi todas las familias de la antigua oligarquía, fue llevada a juicio y enviada a un centro penal a purgar una condena. Nada pudieron hacer las todopoderosas élites blancas que dibuja fantasiosamente Villalobos. Tampoco nada hicieron cuando ARENA perdió las elecciones presidenciales de 2009. Sin mayores traumas el Ejecutivo fue transferido al FMLN.
Los europeos que leyeron el artículo de Joaquín se toparon con esta, digamos, inexactitud: “Antonio Saca, empresario de medios de comunicación de origen árabe y último presidente de ARENA, se separó del partido, formó el suyo, se alió con el actual presidente Funes y se acercó a la Democracia Cristiana y a Conciliación Nacional, los dos partidos más antiguos del país”.
Saca en realidad fue expulsado de ARENA y nunca ha aceptado haber formado ningún partido político. Y ciertamente el PDC y el PCN eran los partidos políticos más antiguos del país, pero murieron porque no alcanzaron el mínimo de votos requeridos en pasadas elecciones. Lo que tenemos ahora son PES y CN, reciclajes, que ya nada tienen qué ver, ni en ideologías ni en figuras, con las antiguas marcas del siglo pasado.
Joaquín sugiere que los cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional están manipulados por las familias adineradas y ARENA.
Nada más alejado de la realidad. Uno de los magistrados mandó a la cárcel como fiscal a los militares acusados de ejecutar la masacre de la Universidad Centroamericana, UCA, otro militó durante varios años en organizaciones de izquierda, un tercero está vinculado académicamente a la misma UCA y el cuarto es un independiente sin vínculos partidarios. Los fallos de la Sala han irritado a todos los partidos políticos, incluyendo a ARENA y por ello se ha ganado el respeto de la sociedad civil.
Tampoco es cierto que Saca aparezca como favorito en las encuestas contra todos los candidatos. Aparte del FMLN el resto de partidos no ha nominado candidatos. El ex presidente es una figura muy conocida lógicamente, pero está muy por debajo de otros líderes nacionales.
Para rematar Joaquín Villalobos justifica el proyecto del ex presidente, bautizado pomposamente como “tercera vía”, con el argumento de que “nada es más corrupto que el monopolio del poder”. Un patético intento de establecer aquel viejo cuento de que “aquí todos somos putas”.
Pintar a dos fuerzas políticas como extremas decadentes, para lanzar una tercera vía moderada, decente y progresista a partir de una alianza entre figuras como el ex presidente, el presidente y el excomandante, junto a otros personajes, entre los que hay figuras bastantes cuestionadas es un grave error de adulto de Joaquín.
Habrá que recordarle por otra parte, que los Setenta quedaron atrás. Muchas de las antiguas familias de la oligarquía de los siglos XIX y XX ya ni siquiera existen. En Sudáfríca ya no hay apartheid, Mandela fue presidente, un indio gobierna Bolivia, un negro en Estados Unidos y los comunistas-empresarios, en El Salvador. Bienvenido Joaquín al Siglo XXI.
*Columnista de El Diario de Hoy.