Este año 2011, el Año del Bicentenario de nuestra lucha por la independencia, será un año de un agudo enfrentamiento social en El Salvador. Este enfrentamiento se realizara en cuatro escenarios principales, cada uno de los cuales tratará de ocupar el lugar predominante, con sus actores, dinámicas, papeles, intereses y discursos en la vida del país. Es un nuevo momento de readecuaciones, desplazamientos y definiciones.
Entre estos escenarios se encuentran el de la disputa partidaria electoral con vistas al 2012 y al 2014; el de la ejecutoria gubernamental del Gobierno Funes; el de la campaña de la empresa privada nacional e internacional por posicionarse ventajosamente en nuestra economía y el de la lucha reivindicativa de los sectores populares.
Durante este mes de enero el escenario de la lucha social pasa a ocupar el primer plano desplazando a los otros, particularmente a partir del estallido del conflicto entre trabajadores judiciales y Magistrados, y de las justas demandas del magisterio nacional para ser incluidos en el reciente aumento otorgado por el Gobierno Funes a los empleados públicos.
El escenario de la lucha social
Hay un nuevo momento. La reactivación de la lucha social y sindical es la respuesta de los sectores populares ante el agravamiento de la crisis socioeconómica, provocado por el sostenimiento del modelo neoliberal que logró sobrevivir y adaptarse a un gobierno de izquierda. Los cambios esperados en el plano económico como son los de una reforma fiscal profunda, la desdolarización, el ingreso al ALBA y la eliminación o reducción el IVA no se ha realizado y quizás no se realicen en este gobierno.
Y lo que este gobierno ha hecho es seguir endeudando al país con préstamos de organismos internacionales, porque no se ha atrevido a enfrentar a los grandes empresarios y establecer que las empresas que más ganan paguen más.
Es interesante que no sean precisamente sectores de izquierda los que inician y encabezan este movimiento huelguístico, que surge de un sector – los empleados judiciales- que por medio de anteriores luchas ha logrado colocarse entre los mejor pagados. Pero este hecho no niega que la crisis también golpea a estos trabajadores.
Y es precisamente el hecho que están organizados lo que les permite resistir y luchar por más. La tesis que porque están bien pagados no deben ya luchar es una idea de derecha, responde a un pensamiento conservador que plantea que porque existe un gobierno democrático ya no debemos de luchar. Al contrario, hoy hay que luchar más.
Y no es casual que los que diariamente esta semana han envenenado las mentes de los sectores políticamente más atrasados de la población, esgrimiendo este burdo argumento, han sido las matrices mediáticas de la derecha, TCS, LPG, EDH, etc. Repetir este argumento es colocarse en el lado equivocado de la barricada de la lucha de clases, en compañía de la ANEP y de FUSADES.
La huelga de los empleados del órgano judicial, el llamado a paro de los maestros, la lucha de los trabajadores del Ministerio de Salud, de los trabajadores de la empresa Calvo, está justificado. Forman parte del esfuerzo de miles de trabajadores para conquistar en las calles la comida de sus hijas e hijas.
Es una lucha de carácter económica, legitima. Es una lucha donde miles de trabajadores hacen su experiencia y descubren que en este país solo se avanza luchando. Es una gran escuela. Es un desarrollo positivo. El conflicto trabajadores-estado pasa a ser el conflicto principal y desplaza al conflicto empresarios-gobierno.
Una victoria de los trabajadores fortalecerá el proceso de reactivación del movimiento popular y social y la ampliación de su agenda hacia temas de mediano plazo y de las reformas sociales que se necesitan mientras que una derrota puede conducir a un reflujo del movimiento social y a que lo electoral partidario pase a ocupar el primer plano de la agenda nacional.
El escenario de la lucha empresarial
Los capitalistas salvadoreños han logrado ya establecer que este gobierno no va tocar sus intereses. Es más, algunos saben que incluso pueden aumentar sus ganancias ya que los niveles de “gobernabilidad” son mayores. Otros están adivinando como insertarse para obtener ganancias y únicamente aquellos vinculados en el pasado directamente al control del gobierno se encuentran afectados.
No obstante esto, la gran empresa nacional continúa empeñada en arrinconar políticamente a este gobierno para evitar que se realice el más mínimo cambio de política económica. Y la ANEP encabeza este combate. Y pueden llevarlos a Brasil e incluso a Cuba pero ellos están claros que Mauricio Funes “no es de su equipo.” Y lo van a aislar y a desprestigiar.
Y su preocupación actual es evitar la emergencia de un movimiento social que obligue a los capitalistas a hacer concesiones salariales a sus trabajadores y disminuir así sus márgenes de ganancia. Por eso es que exigen mano dura contra esos sindicalistas “revoltosos”, “gangueros” “oportunistas.”
ANEP esta a la expectativa del desenlace del movimiento huelguístico de los empleados judiciales y maestros. Asimismo están presionando para que el Gobierno Funes inicie la focalización del subsidio al gas licuado este 1 de febrero. Con esto lograran además de aumentar ganancias, desgastar políticamente al régimen.
El escenario de la estabilidad y consolidación del Gobierno Funes.
La estrategia principal del Gobierno Funes en el plano político para garantizar su estabilidad y gobernabilidad es construir una gran alianza que vaya desde la izquierda hasta la derecha, desde el FMLN, pasando por el CD, Amigos de Mauricio y concluya en GANA. Es una estrategia audaz y políticamente correcta en el marco de aislar, neutralizar y derrotar al enemigo principal que es la derecha oligárquica representada en ARENA. Pero es una estrategia a construir, una apuesta política y su ejecución es sumamente difícil. Es claro en la actual correlación de fuerzas que quien atraiga a GANA gana. Pero esto no esta asegurado.
Mauricio Funes sabe que para gobernar se necesita nos solamente encuestas de opinión favorables, sino también plata y aliados. Ha conseguido plata mediante préstamos pero necesita una correlación de fuerzas favorable en la asamblea legislativa que le permita echar adelante sus proyectos. Mientras no exista un movimiento social que desde la calle exija el cumplimiento de las promesas electorales, Mauricio Funes seguirá ejercitando sus dotes equilibristas en la cuerda floja de favorecer a los empresarios y deleitar el oído de los sectores populares.
El FMLN es el pilar básico que sostiene el edificio del Gobierno Funes. Y debido a esto en algunos sectores de izquierda todo lo que se hace desde el Gobierno Funes es positivo. Y hablan hasta de “mi presiente.” Y todo lo que se hace en las alcaldías del FMLN es positivo. Y justifican el desalojo de vendedoras. Y se debe evitar criticar porque esto equivale a hacerle el juego a ARENA. Esta es una posición de derecha.
Y por otro lado, otro sector esgrime que todo lo que hace el Gobierno Funes es negativo, que nada ha cambiado. Que Funes es de derecha. Esta es una posición infantil de izquierda. Nosotros sostenemos que debemos de apoyar lo positivo y criticar lo negativo, apoyar los avances y denunciar los retrocesos e incumplimientos. Y que lo determinante es la lucha social para avanzar. El corazón de la esperanza esta en la lucha social para construir poder popular.
El escenario de la lucha político partidaria.
Es un año preelectoral y ya las maquinarias de los partidos están sumergidas en el laborioso y muchas veces desgastante ejercicio de la definición de candidaturas para alcaldes y diputados. El FMLN enfrentara por vez primera unas elecciones como partido de gobierno.
El FMLN ha logrado acumular a lo largo de 30 años un significativo capital político social. La llegada al gobierno lo ha fortalecido al asumir el gabinete social; ha acumulado una vasta experiencia legislativa y municipal, ha construido un poderoso andamiaje orgánico y cuenta con una vasta experiencia electoral. Es el referente principal del proyecto histórico de cambio. Tratara de evitar que la gente le pase la factura por las políticas económicas del Gobierno Funes.
ARENA por su parte, es un ente político que no se recupera del golpe sufrido en marzo del 2009. Y aunque cuenta con una base política amplia, y con el respaldo de un núcleo sólido de la oligarquía, su cabeza sigue aturdida, sin ver un horizonte claro y el proceso que inicia de definición de candidaturas lo va lastimar aun más.
GANA por otro lado, desarrolla un interesante trabajo territorial orientado a arrebatarle a ARENA su base de apoyo. El PCN y el PDC se debaten entre sus lealtades históricas a la oligarquía y las necesidades de insertarse en la realidad de un país con un gobierno que no es de derecha. El CD tratará de evitar la muerte súbita. El MDP nace con un discurso conciliatorio hacia el FMLN.
El presente es de lucha, el futuro es nuestro
Roberto Pineda
San Salvador, 23 de enero de 2011