Lucha ideológica y lucha por la unidad de la izquierda en El Salvador, años 1974-1975.

Lucha ideológica y lucha por la unidad de la izquierda en El Salvador, años 1974-1975.

En esta parte se aborda la lucha ideológica y lucha por la unidad de la izquierda, con énfasis en las temáticas de programa político, política de alianzas y formas de lucha, en el pensamiento y la praxis del PCS en los años 1974-1975, reflejado en el periódico Voz Popular. Es un debate muy significativo a la luz de la llegada al país, cuarenta años después, de un segundo gobierno de izquierda. Incluye contexto histórico y breves biografías de Alfredo Acosta Díaz y Américo Mauro Araujo. Anteriormente se había tratado el período de 1972 a 1974.

La construcción de un Programa Democrático, Antioligárquico y Antiimperialista

En el numero 11 de Voz Popular, de noviembre de 1974 se continua con la quinta parte de Elaboremos un Programa Democrático Antioligárquico y antiimperialista. Se habla sobre las características del gobierno democrático y del poder popular. Entre estas estarían que “la gestión del gobierno democrático estaría apoyada por una asamblea legislativa con una amplia mayoría de diputados representativos del frente unido anti-oligárquico y anti-imperialista.”

“La misión principal del gobierno democrático sería la de hacer realidad el Programa de transformaciones económicas, sociales y políticas abanderado por el frente unido anti-oligárquico y antiimperialista…El gobierno democrático será firme e implacable frente a las maquinaciones subversivas de la reacción interna y del imperialismo.”

Y se retoma la experiencia chilena: “en Chile el pueblo conquistó el gobierno, pero no conquistó todo el poder. Una parte decisiva del poder permaneció a disposición e la oligarquía y el imperialismo…La experiencia chilena nos señala: a) que las fuerzas populares deben avocarse ineludiblemente a la solución total del problema del poder, antes o después de la conquista del gobierno, y que deben hacerlo resueltamente b) que la unidad de las fuerzas democráticas y populares debe ser todo lo amplia que sea posible y c) que la unidad de las fuerzas populares y, ante todo, de sus destacamentos más avanzados, debe mantenerse férreamente.”

Y el articulista de VP se hace las siguientes preguntas: “¿Cuál ha de ser la vía para conquistar el gobierno democrático? ¿Cuál es el papel de las elecciones y de otras formas de lucha en la conquista del gobierno democrático?” Y promete responder a estas interrogantes en el último artículo de esta serie.

En el número 12 de VP continúa esta serie de artículos y trata sobre la necesidad de crear un “Área Social de la Economía Nacional” que comprenda tanto al Sector estatal de la Economía como la Propiedad Cooperativa y otras modalidades de la propiedad privada.

En el numero 13 de VP se continua sobre esta propuesta programática y trata sobre la “Realización de una Reforma Agraria” que debe fijar límites de extensión máximo y mínimo para la propiedad privada de la tierra; ser universal y afectar a todas las tierras; dar origen a varias formas de propiedad; ir acompañada de un vasto plan de desarrollo agropecuario; comprender un periodo breve, no mayor de 2 a 3 años; apoyarse en la más amplia participación de las masas trabajadoras del campo y el pago deberá efectuarse por medio de bonos.” En el numero 14 de VP se trata de la Reorientación del Desarrollo Industrial. Y aquí concluye esta serie de artículos. Nos queda debiendo la parte relativa al poder y la vía de la revolución, que será retomada en otra serie posterior. La masacre de La Cayetana en noviembre parece haber alterado ese propósito.

PCS condena crimen de La Cayetana. Pretenden repetir un nuevo 1932. Unidad popular para detener a los fascistas. 10 de diciembre de 1974.

La CP del PCS por medio de la VP No. 15 se pronuncia sobre la cruel masacre cometida por el ejército el 29 de noviembre en el caserío “La Cayetana”, cantón León de Piedra, municipio de Tecoluca, departamento de San Vicente.

Considera que “el rumbo que van tomando las medidas represivas del Gobierno nos hace recordar los hechos anteriores a la insurrección campesina de 1932. Al profundo descontento de los trabajadores provocado por la crisis mundial que abatió al país, se le respondió con medidas represivas hasta lograr el aborto del movimiento insurreccional. Este fue ahogado en un río de sangre. Sobre los cadáveres de varias decenas de miles de campesinos se consolido la dictadura militar al servicio de la oligarquía.”

Agrega que “los únicos que están interesado en conducir al país al despeñadero fascista, son los grupos ultraderechistas. Por eso el Movimiento Popular tiene como cuestión de principio que la unidad de acción de las fuerzas de izquierda y de los sectores progresistas de nuestra sociedad, es una condición básica para detener la escalada fascista.”

“Por ello es que a los ultraizquiedistas los llamamos a meditar sobre sus erróneas concepciones tácticas que no solo debilitan las posibilidades de aislar al enemigo principal del proletariado y del pueblo en esta etapa de la revolución, sino que en ultima instancia hacen el juego a la ultraderecha introduciendo la dispersión y favoreciendo la culminación de sus reaccionarios planes.”
Los puntos sobre las íes. Nuestra polémica con la ultraizquierda. Enero-Abril 1975
En el primer número de VP del año 1975, el 16, inicia una segunda serie de artículos, esta vez orientados al debate ideológico. Inicialmente se titulan Los puntos sobre las ies y luego Nuestro polémica con la ultraizquierda. Este primer artículo lleva el título de Una clásica lección de sectarismo. El artículo trata sobre el X Congreso de ANDES 21 de Junio, celebrado en diciembre de 1974 en Ahuachapan, en el cual se presenta y aprueba un documento titulado “Posición de ANDES 21 de Junio ante las alianzas populares.” El artículo de VP critica los posicionamientos del Comité Ejecutivo de ANDES 21 de Junio, que respondían alas posiciones de esa época de las FPL.
Estuve presente en este congreso de ANDES, como representante de AES junto con Francisco Osorio, Jorge Molina, Benito Lara y otros, y me acuerdo que el debate principal era entre Mélida Anaya Montes por parte del Comité Ejecutivo y el representante del Comité Departamental de Santa Ana , militante del PCS, Orlando Guerrero Chamul. Era un enfrentamiento abierto entre las tesis del PCS y las de las FPL. Y nos reuníamos con Schafik y me acuerdo que incluso participó en el debate como invitado.
Regresando al artículo, se pregunta el autor: “¿puede ser ANDES la vanguardia del proletariado, tal como lo pretenden sus teorizantes? Sobre esto hay muchísima tela que cortar. Y se hace otras preguntas: ¿Es una clase social la masa magisterial? Si la respuesta es negativa ¿a que capa o sector pertenece dicha masa magisterial? ¿Cuál es la ideología dominante en esa capa o sector a que pertenecen los maestros? ¿Cuáles son los intereses que han logrado movilizar a la masa magisterial en su conjunto? ¿Los económicos? ¿Los políticos?”
Y sobre el problema de las alianzas populares opina que “el pequeño burgués, que desespera ante las dificultades, y que todo lo quisiera servido en la mesa, de la noche a la mañana, desearía ver una alianza popular químicamente pura, marchando como un reloj suizo y con ideología proletaria, con solo decir: “¡Abracadabra!”
Los argumentos del Comité Ejecutivo de ANDES 21 de junio son resumidos en cuatro ideas: “se pronuncian en contra de un trabajo de unidad popular indiscriminado y amplio; la pluralidad ideológica es calificada de ideología pequeño burguesa que enarbola el imperialismo yanqui; que reunir dentro de un Frente a todas las fuerzas que quieren luchar aunque sea por un objetivo concreto “responde a una política castrada” y que la finalidad del Frente debe ser la de erradicar el sistema capitalista, que es un principio correspondiente a la ideología del proletariado.”
Concluye que “los ideólogos de ANDES sostienen, como cuestión de principio, en forma absoluta, que “el terreno de la lucha de ANDES es el ideológico.”Pues bien, recogemos el guantelete a la vez que les decimos que las páginas de este periódico, VOS POPULAR, están abiertas al debate y que esperamos sus argumentaciones exhaustivas a fin de que el pueblo en general y a masa magisterial en particular, comprueben quienes están errados y quienes están en la línea correcta.”
En el siguiente número de VP, el 17, continúa la polémica con la dirigencia de ANDES centrada en la experiencia del FAPU y sobre la unidad de acción. Plantea el articulista que el 7 de febrero de 1974 varias centrales sindicales se reunieron y decidieron luchar para ponerle freno al alza de los artículos de amplio consumo popular; luego ANDES 21 de JUNIO el 1 de mayo propuso luchar por una Ley Reguladora del Costo de la Vida.
Agrega que “posteriormente, a instancias de organizaciones campesinas y un sector del clero progresista y con participación de representaciones estudiantiles, magisteriales, campesinas, etc., se formó el FAPU. ANDES participó en la integración del Frente. Sin embargo, poco después, ANDES daba el paso atrás ya mencionado: se retiraba del FAPU porque estar en él equivalía a hacerle el juego al revisionismo y traicionar la ideología proletaria.”
Considera que “el FAPU era, propiamente hablando inspiración del principio de unidad de acción, del aunamiento de esfuerzos para le logro de objetivos muy concretos, específicos y limitados, cual era el alto costo de la vida como centro de lucha. La unidad de acción es, precisamente, la concertación de fuerzas y esfuerzos en pos de problemas concretos y relativamente limitados.”
“Sin embargo, el sectarismo de los ideólogos de ANDES no alcanza a concebir lo que es la unidad de acción y exige UNIDAD IDEOLOGICA concretamente, la UNIDAD EN LA IDEOLOGIA PROLETARIA. Por ello es que, olímpicamente, abandonaron el FAPU.”
Añade que “los ideólogos del Comité Ejecutivo de ANDES no quieren entender que existen alianzas a diversos niveles y en diversos terrenos. Su sectarismo les hace creer que solamente puede haber alianzas fundamentalmente políticas y no logran entender que alianzas, dentro de la unidad de acción, meramente económicas, como es la lucha por el alto costo de la vida, pueden en determinado momento ser transformadas en luchas políticas. Las experiencias de ANDES son de este tipo, precisamente. Esto que entiende cualquier reaccionario, y que es parte del ABC revolucionario, no cabe en las mentes de los ideólogos de ANDES.”
Considera que “en este sentido, se encuentra la típica desviación pequeño-burguesa, dogmática y sectaria, del todo o nada: o todos los que se unen, tras un objetivo concreto, participan de la ideología proletaria o no se hace ninguna unión, ninguna alianza. Los ideólogos de ANDES nos están dando una desgraciada muestra de educación política que han de aplaudir, hasta hincharse las manos, los sectores oscurantistas y retardatarios del país.”
Opina que “a lo que conduce la posición incorrecta del Comité Ejecutivo de ANDES es al aislamiento de su propia organización por una parte; por la otra, a mantener desorganizados a sectores y capas que podrían organizarse en pos de sus intereses inmediatos; y, en fin, a mantener desunidas las filas populares. Estos hechos constituyen un servicio, en bandeja de plata, a la política de la oligarquía y del gobierno de dividir el movimiento popular.”
Confusión, ignorancia y contradicciones en argumentos ultraizquierdistas
En el número 21 de VP de febrero de 1975 continúa el debate. Con el título Confusión, ignorancia y contradicciones en argumentos ultraizquierdistas se discute esta vez con el periódico Por la Causa Proletaria del ERP. Inicia el artículo informando que “el editorial del periódico “Por la causa proletaria” (número 14 de diciembre de 1974) viene dedicado a atacar los planteamientos de VOZ POPULAR a favor de la integración de un amplio frente democrático, anti-oligárquico y antiimperialista.
“Según el mencionado editorial esos planteamientos son “conciliadores” y no revolucionarios. “Por la Causa Proletaria” plantea, en cambio, la necesidad de formar un “frente anti-fascista combativo.” Según ese periódico el prototipo de tal “frente anti-fascista combativo” es el Frente de Acción Popular Unificada (FAPU) el cual se pretende contraponer a la UNO, a la que supuestamente hay que destruir “en aras de la revolución.”
En el artículo se hace un “justo reconocimiento” que se habla de “fracción fascista del ejército” en vez del acostumbrado ataque a toda la Fuerza Armada…Este es un verdadero progreso del pensamiento político de estos amigos, que nosotros reconocemos y por el que los felicitamos. Pero es curioso que esto lo dicen ahora sin hacerse la menor autocrítica, sin reconocer que era un craso error suyo el haber venido sosteniendo una línea anti-militarista primitiva e infantil. Hace unas cuantas semanas nos atacaban furiosamente por sostener que hay en la fuerza armada sectores democráticos y patrióticos.”
Sobre el “frente anti-fascista combativo” argumenta que “no cuesta trabajo describir que para estos amigos fascismo es lo mismo que capitalismo y que fascista es lo mismo que burgués. Ellos no saben, o no comprenden, que el fascismo no es ni ha sido siempre la política de la burguesía, ni es ni ha sido la política de todos los sectores y capas de la burguesía en un mismo momento.”
Concluye que “saber hacer esta elemental distinción es una cuestión clave y decisiva en la lucha contra el fascismo, porque de lo contrario no podría concentrarse “la punta de la lucha” contra los fascistas (según la expresión vietnamita) terminaríamos como Don Quijote, luchando inútilmente contra molinos de viento y ayudándoles a los fascistas a reunir en su apoyo fuerzas que no podrían conquistar por sí mismos o a contar con la neutralidad cómplice de otras, para entronizarse y consolidarse.”
En el siguiente número de VP, el 22, aparece el título Nuestra polémica con los ultraizquierdistas (II). En este se hace un resumen de las experiencias internacionales de construcción de frentes amplios, incluyendo los casos de Vietnam, Chile, Portugal, el derrocamiento del General Martínez en mayo de 1944, Guatemala de Arévalo, China. El planteamiento básico es el siguiente: “ la experiencia internacional enseña invariablemente que la política de frente anti-fascista debe ser amplísima, que debe abarcar no solo a todas las fuerzas que están por el socialismo o por la revolución democrática anti-imperialista, sino también a todos los demócratas, a todos los que están contra el fascismo, aunque no sean revolucionarios.”
En Nuestra polémica con los ultraizquierdistas (III) VP continua el debate con el periódico del ERP, Por la Causa Proletaria sobre el “frente anti-fascita combativo.”Opina que “cuando el periódico “Por la Causa Proletaria” escribe a favor de su esquema de “frente anti-fascista combativo” lo hace con el tono y la seguridad de estar abogando por una estrategia más avanzada, mas revolucionaria que la que se expresa en el esquema del frente democrático, anti-oligárquico y anti-imperialista.”
Pero sostiene la VP que “los redactores del mencionado periódico no han formulado ni publicado el programa por el que ellos luchan. El FAPU que ha sido presentado como el modelo de “frente anti-fascista combativo” únicamente ha enarbolado que sepamos, la bandera de la lucha contra el alto costo de la vida, propugnando la emisión, por la Asamblea Legislativa, de una ley que regule automáticamente el costo de la vida, subiendo periódicamente los salarios.”
Subraya la VP que “la ausencia de Programa es común a todos los demás grupos ultraizquierdistas que por cierto mantienen discrepancias con el que publica “Por la Causa Proletaria” y a las cuales nos referiremos oportunamente. No obstante, todos ellos, expresa o tácitamente, sostienen que luchan por el socialismo como el paso inmediato siguiente en el proceso histórico de nuestro país, sin escalones o etapas intermedias.”
Justifica que “el frente democrático, anti-imperialista y anti-oligárquico que nosotros propugnamos, posee un programa definido, se propone realizar los objetivo ya maduros de: la conquista de un gobierno democrático, la conquista de la independencia económica y la total independencia política de nuestro país, emancipándolo de la hegemonía del imperialismo, se propone poner fin al dominio económico y político de la oligarquía para todo lo cual deben realizarse radicales cambios estructurales, económicos y sociales y, ante todo, tomar la dirección del Estado.”
Agrega que “nosotros sostenemos que el frente democrático, anti-imperialista y anti-oligárquico y su programa son más avanzados ,más revolucionarios y más factibles que un frente anti-fascista en la actual situación de nuestro país, pero al mismo tiempo comprendemos que las fuerzas populares que lo integran deben realizar, y están realizando ya, un trabajo por forjar una alianza más amplia con otra fuerzas democráticas que no son revolucionarias, y sin exigirles ingenuamente que lo sean, en torno del objetivo de cerrar el paso al proyecto fascista que avanza en nuestro país, empujado por la CIA y el Pentágono, por la parte más recalcitrante de la reacción interna y los agentes militares de ambos.”
“Pensamos que la acción más importante y radical para atajar y derrotar al peligro fascista es la de llevar a la victoria el frente y el programa democrático, anti-imperialita y anti-oligárquico, porque los sectores más recalcitrantes del imperialismo y la oligarquía son la fuente del peligro fascista que avanza en El Salvador.”
Argumenta que “la UNO es el paso más eficaz, más trascendental que se ha dado en nuestro país para unir a las fuerzas democráticas opuestas a la hegemonía imperialista y oligárquica y posee un programa con esa orientación. Pero los amigos de “Por la Causa Proletaria” no miran esta verdad que tiene el tamaño del volcán de San Salvador y lo que proponen es prescindir de la UNO y de su Programa que, según estos, “contiene las reformas económicas que no han podido hacer los elementos burgueses más avanzados.”
Concluye preguntándose: “¿han discutido Uds., seriamente –amigos- acerca de todo el daño que pueden causar a esta tarea con sus tesis elaboradas tan descuidadamente, y con toda la propaganda que Uds., hacen, concentrada mucho más contra nosotros y contra las fuerzas democráticas agrupadas en la UNO, que contra el imperialismo, la oligarquía y los fascistas?
Nuestra polémica con los ultraizquierdistas (IV)
En el numero 24 de VP de marzo de 1975 prosigue el debate. Se afirma que “hemos dicho que la conquista de un gobierno democrático popular es la más eficaz acción para atajar a los fascistas en nuestro país y abrir el camino al sucesivo progreso histórico revolucionario. Sostenemos que esta es una posibilidad objetiva, que ha venido siendo preparada por todo el curso del proceso político social y, en particular, por los últimos 20 años de la historia de nuestro país, de la América Latina y el mundo.”
“Pero convertir esa posibilidad en realidad exige una gran claridad y cohesión en las filas revolucionarias y populares en general y demanda una extensa y disciplinada organización de masas, una lucha preñada de sacrificios y heroísmo, un amplio frente que abarque a todas las fuerzas democráticas, anti-imperialistas y anti-oligárquicas civiles y, sin falta, a todo lo que hay de progresista y democrático en las filas de la Fuerza Armada.”
Señala que “nosotros aspiramos a que también los agrupamientos ultra-izquierdistas, como representativos que son de sectores revolucionarios de la pequeña burguesía y de otros sectores populares, comprendan los fundamentos sólidos de este esquema y decidan dar su aporte para que triunfe. Pero también estamos seguros de que si ellos, a pesar de todo, no lo entienden o no lo quieren entender por no dar “su brazo a torcer” o dicho de otro modo, por puro engreimiento pequeño burgués, por pura pedantería y soberbia de intelectuales “académicos”, serán progresivamente debilitados y marginados del torrente principal de la lucha popular.
Explica que “es justo reconocer que no todos los grupos ultra-izquierdistas sustentan el mismo esquema en esta cuestión del frente único…Los amigos de “Por la Causa Proletaria”, por ejemplo, no exigen (al menos en teoría) que todos los componentes de su “frente anti-fascista combativo” deben sustentar la misma ideología para ser admitidos o para permanecer dentro de él.”
Añade que “sin embargo, y aun cuando cueste creerlo, hay otro grupos ultraizquierdistas que acusan a los de “Por la Causa Proletaria” de “conciliadores “y “revisionistas.”Para estos otros ultras (¡ultrísimos!) la única alianza revolucionaria posible es aquella que concierta entre los que piensan exactamente igual, o mejor dicho, con sus propias palabras, la alianza “entre los que tienen ideología proletaria.”
“Para estos ultrísimos fue ese el argumento central para salirse del FAPU y declararle la guerra; a nosotros nos consideran parte del bando enemigo, al que hay que destruir: ¡Incluso insinúan que hay que destruirnos primero a nosotros…para destruir luego al imperialismo y la oligarquía…! He aquí algunas líneas que ilustran lo dicho…tomadas de El Rebelde No. 27 (enero 1975) y están dirigidas contra el FAPU:
“Este frente, creado como un medio de alianza basado en el trabajo conjunto con los dirigentes oportunistas de los organismos tradicionales de masas, proclamó la necesidad de unirse en un solo canal orgánico con diversos sectores, incluyendo a los revisionistas., para la lucha por reivindicaciones económicas y democráticas…La práctica demostró lo equivocado de tal concepto de alianzas.”
Y también cita líneas del No. 6 de Juventud Rebelde (enero de 1975) dirigidas contra el PCS:
“La lucha que hemos de librar contra el revisionismo debe ser permanente para lograr con ello su destrucción o reducir al mínimo los efectos dañinos que puedan causarle al avance de la revolución….Esto es solo un aspecto de la lucha que el proletariado y sus aliados libran contra sus enemigos de clase.”
Concluye el artículo de VP: “la estrategia de estos otros ultra-izquierdistas es “mucho más radical” consiste en que los únicos revolucionarios son ellos, su pequeño grupo, que lucha por “la revolución” contra todos, empezando por los “conciliadores” que predominan en el FAPU, contra nosotros (que somos “parte de sus enemigos de clase”) contra todos los partidos, sindicatos, y organizaciones de masa en general, que no estén uniformados con su propia ideología, revolucionarista pequeño burguesa, a la que ellos califican de “proletaria” por “añadidura” contra el imperialismo y la oligarquía…Saque el lector sus propias conclusiones.”
En el número 25 de VP continúa el debate. Se plantea que “la estrategia del frente único es plenamente revolucionario y las alianzas que le son propias están dictadas por el proceso objetivo del desarrollo histórico; por causas que son ahora muy conocidas para las ciencias sociales, este desarrollo histórico se dirige en todas partes hacia una misma meta próxima: la sociedad socialista.”
Razona que “ninguno (absolutamente ninguno) de los países que ahora forman parte del campo socialita, llegó en su hora a esa meta por una vía inmediatamente directa, sin pasar por un “puente” sin transitar vía de aproximación, o dicho de otro modo, sin cumplir primero algunas tareas políticas anteriores, planteadas por su propia historia concreta.”
Expresa que “de este terreno objetivo, concreto, material y vivo, es que surge la necesidad y la posibilidad de una estrategia de frente único la cual no puede realizarse de otra manera que por medio de una políticas de alianzas….Para los ultraizquierdistas en general todo queda reducido al tema de las alianzas; es decir, confunden el medio con el fin, como veremos en futuros artículos, ellos reinciden constantemente en este error de concepción y de método en todos los temas.”
Reconoce que “una parte de los ultraizquierdistas, ha comenzado a comprender que es necesario aplicar una política de alianzas, pero solo la explican en base del reconocimiento de que el enemigo es más fuerte, la restringen a unos límites estrechos y le asignan objetivos confusos.”
Pero existe “otro sector de los ultraizquierdistas, que están en posiciones políticas más atrasadas y sectarias. Es el grupo que tiene como núcleo rector a las FPL y realiza su propaganda por medio de “El Rebelde” y por varias otras publicaciones, dirigidas a sectores diversos que conservan ese apellido de “rebelde.”Para este grupo las alianzas son una especie de maldición. Son revolucionarios –según ellos- únicamente quienes no admiten como sus aliados más que a revolucionarios, y consideran que ellos son los únicos “verdaderos revolucionarios” en nuestro país, de donde se desprende el absurdo de que la única alianza que ellos aceptan es la de ellos ¡con ellos mismos!”
Añade que “las FPL y sus publicaciones “rebeldes” sostienen que el proletariado únicamente puede hacer alianzas cuando es más fuerte y organizado que las demás clases sociales, porque solo así puede ser él la fuerza hegemónica y dirigente…En la práctica, este grupo no tiene influencia significativa en el proletariado salvadoreño, pero es necesario analizar sus tesis pretendidamente proletarias en el terreno teórico, por la confusión que esta llevando a otros sectores populares.”
Concluye que “los ultraizquierdistas, que representan una desviación de izquierda en el movimiento revolucionario, coinciden en este punto con los economicistas, que representan una desviación de derecha en el movimiento obrero. Unos y otros exigen, en nombre de una “línea clasista” que el proletariado luche por encima de todo por sus propios intereses, incluso por encima de los “intereses del desarrollo social en conjunto.”
En el numero 26 de VP continua el debate. Expresa que “para terminar, por hoy, con el tema del frente único y las alianzas y antes de pasar a examen del tema, más esencial, de la definición de la etapa histórica que vive nuestro país y del carácter de la revolución que hoy madura aquí, queremos decir a nuestros lectores que la furiosa oposición de los ultraizquierdistas salvadoreños, en el umbral de la última cuarta parte del siglo veinte, no es nada original ni nuevo en la historia del movimiento revolucionario mundial.”
Explica que “en realidad el ultra-izquierdismo es más antiguo que el marxismo y después de surgido el marxismo no ha cesado de disputarle la influencia entre la clase obrera y las masas populares en general, ni tampoco ha cesado desde entonces de venir perdiendo terreno frente a la ofensiva del marxismo.” Posteriormente en el artículo se hacen citas de Engels y Lenin.
Concluye que “las “brillantes” y “muy nuevecitas” ideas de nuestros ultraizquierdistas y sus feroces ataques contra las alianzas, las etapas, los compromisos, etc., son las mismas antiguallas, las mismas polvorientas piezas del museo histórico del pensamiento de la pequeña burguesía y la intelectualidad revolucionaristas, que se viene repitiendo hasta con las mismas palabras desde hace más de un siglo y que hace mucho fueron derrotadas por el pensamiento revolucionario científico del proletariado, es decir, por el marxismo-leninismo.”
En el número 27 de VP continua la polémica. Esta vez se le da respuesta a acusaciones vertidas por el periódico Pueblo del FAPU y el periódico Por La Causa Proletaria del ERP. El periódico Pueblo acusa a VP de pretender vincular al FAPU a una organización clandestina, lo que sería una muestra de “la traición a que los lleva su línea de componendas ideológicas y políticas con las clases explotadoras.”
Concluye con respecto al FAPU y adelantándose a los procesos unitarios de finales de esta década que hay “aspectos interesantes que comentaremos en artículos futuros. Algunos de tales enfoques se acercan o coinciden bastante con los nuestros y ellos nos afirman en la convicción de que el debate actual puede aclarar muchas cosas y promover la unidad de fuerzas revolucionarias ahora dispersas, a pesar de la virulencia con que se nos ha atacado.” (Subrayado del autor de esta reseña R.P.).
Posiciones sectarias, estrechas y anti unitarias del FAPU
En el numero 28 de VP continua el debate, este vez con el periódico Pueblo (No. 1) del FAPU. Se hacen varias citas del periódico Pueblo y se opina que “consideramos que estos planteamientos significan una apertura positiva a favorecer la construcción de un amplio frente popular considerando con realismo y paciencia la labor que habrá que realizarse en tal dirección. Nosotros estamos dispuestos a ir en la práctica al encuentro de estos planteamientos.”
Por otra parte critica el planteamiento del FAPU sobre la hegemonía proletaria en cualquier tipo de frente, la cual no puede lograrse por decreto, sino ganarse en la lucha. Afirma la VP que “el proletariado jamás conquistara la hegemonía en el frente único exigiendo que todos los que lleguen a integrarse a ese frente la acepten como requisito de ingreso y menos si se les exige luchar sólo por sus intereses y los intereses de los campesinos, porque lo que mueve a las clases y sus sectores a tener una acción política cualquiera, son ante todo sus propios intereses y no los de otra clases.”
Sostiene que “lo que objetivamente permite la construcción de un frente único en la actualidad salvadoreña es la coincidencia de una parte importante de los intereses decisivos de varias clases y sectores sociales en un sentido anti-oligárquico y anti-imperialista… La lucha antifascista es un aspecto de esta misma lucha, porque los sectores más recalcitrantes del imperialismo y la oligarquía son los promotores del fascismo como su salida ante la crisis.”
“La conquista de la hegemonía por el proletariado, no es, pues, un punto de partida, un pre-requisito de la política del frente único y de las alianzas que esa política trae implícitas, sino un proceso que únicamente puede avanzar en medio de tales alianzas, al través de ellas, construyendo el frente único.
Aclara que “muchos son los casos en los que el proletariado no pudo conquistar esa hegemonía antes del derrocamiento del poder oligárquico e imperialista, como por ejemplo en Cuba, y fueron sectores revolucionarios de la pequeña burguesía y la intelectualidad quienes encabezaron esa parte del proceso revolucionario. Esto puede ocurrir por errores del partido del proletariado, por la debilidad de este partido a causa de derrotas anteriores aniquilantes, o porque en un país determinado, el propio proletariado, como clase social, sea aún joven; pero en estas situaciones el proletariado y su partido están en la obligación revolucionaria de apoyar la revolución anti-imperialista y anti-oligárquica, o simplemente democrática, aunque la encabecen otras fuerzas, para proseguir en el curso de esa misma revolución y después de ella su lucha por adelantarse a la cabecera rectoral de la sociedad.”
“Los bolcheviques y el proletariado ruso no tenían la hegemonía en febrero de 1917, al realizarse la revolución democrática dirigida por la burguesía que derrocó al zarismo e instauró la República, una aspiración centenaria de todo el pueblo ruso; pero conquistaron la hegemonía en los meses siguientes y encabezaron la Gran revolución Socialista de Octubre.”
No obstante esto, “el proletariado y su partido no deben resignarse de antemano a jugar un papel secundario y su obligación principal consiste en ganar el derecho a ser vanguardia del proceso revolucionario antes de que se configure la situación revolucionaria.”
Concluye que “por lo que se refiere a nosotros, aunque con muchos defectos, con debilidades y cometiendo errores que procuramos superar, estamos trabajando con esa orientación desde hace años. Nosotros no trabajamos “espontáneamente” de acuerdo a “lo que va saliendo”, sino que tenemos una línea general y un Programa por los que nos hemos venido guiando desde hace años y, por cierto, no sin éxito.”
Respondemos a quienes creen que no es conveniente nuestra polémica con los ultraizquierdistas
En el numero 29 de VP se informa que “nos han comenzado a llegar algunas opiniones, en su mayoría procedentes de personas cercanas a los agrupamientos ultra-izquierdistas, en el sentido de que no hacemos bien en sostener esta polémica, porque con ello estamos favoreciendo la división del movimiento revolucionario salvadoreño.”
Con respecto a esta polémica, señala el articulista de VP que “no fuimos nosotros quienes la iniciamos. En realidad nosotros guardamos silencio por más de dos años frente a los continuos y cada vez más calumniosos ataques, verbales y escritos, de parte de las organizaciones y algunos elementos ultraizquierdistas. Nos limitábamos a hacerles llamamientos a la unidad y a pesar de las críticas, los invitamos muchas veces a dialogar, sin resultados positivos.”
“Esta insidiosa campaña…comenzó a dar por resultado la confusión dentro de la capa popular políticamente avanzada, aquella que constituye lo que pudiéramos llamar el eslabón que une a las organizaciones revolucionarias con las grandes masas del pueblo. El resultado no era el que esos grupos atrajeran al grueso de elementos politizados avanzados, sino era que los confundían y los neutralizaban; estaban logrando apartarlos de la vida política activa.”
Explica que “llegamos por eso al convencimiento de que era indispensable hacer un esfuerzo por explicar nuestro pensamiento del modo más claro que nos fuera posible, para crear una base de análisis que nos permitiera a todos comparar y hacer sus propias conclusiones. Esto no podría realizarse sino en polémica con los planteamientos ultraizquierdistas y, después, en polémica con las posiciones economicistas. Estas últimas, estamos convencidos, le dan alimento y justificación en gran medida a las primeras.”
Considera que “nosotros hemos mantenido la altura de la polémica, hemos esgrimido ante todo principios y análisis amplios; hemos desechado los insultos y las calumnias. Lamentamos, en cambio, que nuestros contendores se hayan desbocado más por el camino de los insultos virulentos…A pesar de los insultos y calumnias, nosotros continuaremos considerando a los ultra-izquierdistas como integrantes del bando popular y no como enemigos. Ellos dicen que nosotros estamos en el bando enemigo y han declarado expresamente su propósito e destruirnos “como una tarea revolucionaria de la lucha de clases.”¡Pero ni ellos ni nadie puede destruirnos!”
Establece que “nosotros cesaremos esta polémica solamente cuando surja la posibilidad práctica de un diálogo franco y directo, encaminado a encontrar los puntos comunes en que podamos ponernos de acuerdo para impulsar unidos la lucha del pueblo salvadoreño por su liberación.”
Expresa que “viene el Primero de Mayo y nosotros los invitamos a que participen unidos con las organizaciones obreras y demás organizaciones populares en los actos de masas de ese día. ¡Los hechos son mejores que las palabras amigos del FAPU!”
Concluye que “nosotros seguiremos adelante y esperaremos con paciencia a que surjan las posibilidades de una unidad basada en principios y en objetivos comunes, y creemos que a la causa de la unidad pueden contribuir mucho todos aquellos que…tienen la justa convicción de que unificar al movimiento popular es una necesidad vital.”
La clase obrera ha ganado el derecho de gobernar y dar al país un nuevo rumbo histórico
El numero 30 de VP de finales de abril de 1975 contiene tres extensos artículos de fondo político-ideológico. El primero se titula la clase obrera ha ganado el derecho de gobernar y dar al país un nuevo rumbo histórico. Se hace una reseña histórica del movimiento obrero desde su nacimiento en los años 20 del siglo pasado, y sus diferentes expresiones FRTS (1924-1932), Comité Coordinador del movimiento Sindical (1946) Comité Pro Confederación de Trabajadores (1947) Comité de Reorganización Obrera Sindical (1948) Comité pro Defensa de los Derechos Laborales (1952) Confederación General de Trabajadores Salvadoreños (1957) y Federación Unitaria Sindical Salvadoreña (1965).
Concluye que “la clase obrera salvadoreña ha demostrado, más que fehacientemente, a través de más de cincuenta años, de lucha firme, tenaz, inflexible, prolongada y difícil, tener el derecho histórico de encabezar la lucha por las transformaciones profundas de nuestro país. Tiene en pocas palabras, el derecho a gobernar y darle el rumbo histórico que necesita El Salvador.”
El segundo artículo se titula La unidad del movimiento obrero es una lucha ideológica y política. Y es el quinto artículo de una serie titulada Contra el economismo iniciada en el número 26 de VP. El primer artículo de esta serie llevaba el título de “Por la orientación revolucionaria del movimiento obrero.”
En el artículo reseñado se considera que “la UNIDAD del movimiento sindical…es un paso decisivo hacia el forjamiento de todas esas armas de lucha y liberación del pueblo salvadoreño; y es también un paso decisivo para la lucha inmediata por mejorar las condiciones económicas y sociales del pueblo trabajador.”
Estima que “la lucha por la unidad del movimiento obrero se ve atacada en estos momentos , también por grupos y elementos que, utilizando una encendida palabrería “revolucionaria” argumentan que solo puede haber unidad entre aquellos que “ tienen ideología proletaria” , los cuales deben mantenerse alejados de los que nos aceptan esa ideología y del partido de la clase obrera, al que ellos califican de “revisionista”…Es realmente triste que se invoque la ideología del proletariado para hacer el juego divisionista.”
Concluye que “las armas para alcanzar la victoria de la lucha liberadora del pueblo salvadoreño son: la unidad del movimiento obrero y el fortalecimiento de su partido; la alianza obrero-campesina y el frente amplio, anti-oligárquico y anti-imperialista.”
El tercer artículo aparece bajo el título Inconsistencia teórica y política en posición antielectoral de ultraizquierdistas. Trata sobre las formas de lucha. Señala que “un punto clave en la argumentación de los ultra-izquierdistas de todos los matices, es su rechazo y condena de la participación en las elecciones. Es aquí donde encuentran el argumento supremo para atacarnos y demostrar que supuestamente estamos “a la cola de la burguesía”; pero es en este punto también donde se pone de manifiesto con mayor fuerza su inconsistencia teórica y política.”Y cita el artículo los planteamientos del folleto titulado “Posición conjunta de las Organizaciones del Pueblo, FPL-ERP ante el proceso electoral” de febrero de 1974, así como del periódico Pueblo del FAPU.
Concluye que “nosotros, creemos saber lo que puede y lo que no puede hacerse con las elecciones y estamos claros también en que hay coyunturas políticas en las que la única posición revolucionaria ante las elecciones es boicotearlas…Nosotros no somos, como afirman los ultra-izquierdistas, partidarios de participar en todas las elecciones, pero tampoco somos, como ellos exigen, partidarios de rechazar toda participación en ellas, cualquiera que sean las circunstancias. Ya iremos poniendo todo esto en claro.”

Alfredo Acosta Díaz
Nace en Chalchuapa en 1928. El 3 de abril de 1944 se incorpora al Comité Juvenil Romerista, del partido Unión Democrática, PUD, del Dr. Arturo Romero. En los años 47-48 cumple con el servicio militar obligatorio en San Miguel y experimenta el violento rigor de “la platada.”
En 1956 se incorpora al Partido Acción Nacional, PAN, que llevaba como candidato a la presidencia al cafetalero Roberto Edmundo Canessa. En 1959 es impactado por el triunfo de Fidel Castro y el Movimiento 26 de Julio en Cuba. A finales de ese año es reclutado por su hermano Humberto Negro, de oficio carpintero. Es juramentado como militante del PCS en Santa Ana el 7 de enero de 1960. Se integra a una célula junto con Víctor Gregorio Rivera, Eduardo Camporreales, Pedro Yan. A veces –cuenta- llegaba de San Salvador a atendernos Raúl Padilla Vela.
En enero de 1962 viaja a la Habana, Cuba, presidiendo una delegación invitada al tercer aniversario del triunfo de la Revolución Cubana, junto con Guadalupe Carpio, Dimas Alas, Lety Castro, Claudia Lechuga y Patricio (sindicalista de Ciudad Delgado).
En 1963 viaja a estudiar a la Escuela de Cuadros del PCUS en Moscú, junto con Rafael Aguiñada Carranza, Dagoberto Gutiérrez, Tirso Canales, Chiquitín García, Miguel Ángel Cea y después se incorpora el Dr. Antonio Díaz. En 1965 regresan a El Salvador. Es integrado al Comité Departamental de Santa Ana del PCS y abiertamente trabajaba con el Partido Revolucionario Abril y Mayo, PRAM. En 1969 es trasladado a la capital
En el VI Congreso del PCS de agosto de 1970 es electo al comité central, comisión política y secretariado. Asimismo pasa a formar parte de la Comisión Nacional de Organización, conducida por Rafael Aguiñada Carranza. En noviembre de 1970 participa en la organización de las actividades vinculadas al entierro de Raúl Castellanos Figueroa, muerto en Moscú el 30 de octubre de ese año. En esas jornadas el PCS por primera vez desde 1932 aparece públicamente.
En 1972 es candidato a diputado por Santa Ana por la Unión Nacional Opositora, UNO, lleva como suplente a Dagoberto Gutiérrez. En 1974 es electo diputado suplente por la UNO, y esta vez Dagoberto es el propietario. Luego del asesinato de Rafael Aguiñada Carranza el 26 de septiembre de 1975, asume la conducción de la CON del PCS.
En 1976 es electo secretario general del partido Unión Democrática Nacionalista, UDN, el rostro legal del PCS. Es el tercer secretario general, antes había estado Mario Inclan, simpatizante del PCS y el primer secretario general, militante del PCS, fue Carlos Rivera, asesinado en 1970 y también originario de Chalchuapa.
En abril de 1979 por decisión partidaria, no asiste al VII Congreso sino que junto con Raúl Vargas, “nos quedamos al frente del Partido mientras este sesionaba.” Alfredo fue ratificado en el VII Congreso como miembro de comité central, comisión política y secretariado. En el VIII Congreso de 1993 fue homenajeado. Neri sigue a sus 86 años firme en sus convicciones revolucionarias.

Américo Araujo
Américo Mauro Araujo Ramírez, nace en San Salvador el 21 de noviembre de 1944. Fallece de 68 años el 1 de abril de 2012 en La Habana, Cuba.
En 1958 se convierte en un simpatizante de los barbudos que combatían en la Sierra Maestra contra la dictadura de Batista en Cuba. Participa en enero de 1959 en un Acto en celebración del triunfo de la Revolución Cubana realizado en la UES. Ese año conoce a Federico Baires en el INFRAMEN. Juntos participan en las jornadas populares contra Lemus en 1960, incluyendo la marcha del 2 de septiembre que es reprimida y donde capturan y encarcelan a Lico Baires.
En enero de 1961 se incorpora a la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Media, UNEEM,. En abril de ese año ingresa a la Vanguardia de la Juventud Salvadoreña, VJS. Y por medio de la VJS participa en el FUAR y forma parte de su III Asamblea realizada en mayo de 1962 en la azotea del Edificio Chahín.
Ingresa al PCS el 26 de diciembre de 1961 junto con Diana Minero, Américo Duran, Federico Baires y Guadalupe Carpio. Son juramentados por Raúl Castellanos Figueroa y se constituyen como célula. En agosto de 1962 acepta una beca para ir a estudiar Medicina a la URSS. Regresa al país en 1969.
En el VI Congreso del PCS en agosto de 1970 es electo para integrar el comité central. En el VII Congreso del PCS en abril de 1979 es electo subsecretario general del PCS. En mayo de 1980 forma parte de la Dirección Revolucionaria Unificada, DRU, que aglutinaba a la RN, FPL, ERP y PCS.

En agosto de 1985 es capturado, desaparecido y posteriormente enviado al Penal de Mariona, de donde es luego liberado por una acción de las FAL. Luego de los Acuerdos de Paz fue Director Ejecutivo de FUNSALPRODESE. Al momento de su muerte se desempeñaba como Embajador de El Salvador en República Dominicana.

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