SAN SALVADOR, 12 de mayo de 2005 (SIEP) El Servicio Informativo Ecuménico y Popular de El Salvador, comparte con nuestros lectores algunas opiniones del legendario dirigente revolucionario Schafik Hndal, sobre los acontecimientos de 1932.
Después del golpe de estado del 2 de diciembre de 1931 contra Arturo Araujo, Martínez que era su vicepresidente estuvo preso, no confiaban en él los golpistas. Esto lo comprobe por un informe que Ismael Hernández, como encargado del Socorro Rojo Internacional envía al secretariado. Pero había en ese época un acuerdo de no reconocer a los gobiernos que surgieran de facto, por golpes de estado y los Estados Unidos no reconocen a los golpistas. Y Martínez muy astutamente les dice a los golpistas que él tiene la llave para solucionar ese problema ya que él es el vicepresidente y lo que debe alegarse es que Araujo renunció. Araujo había desarrollado una campaña en el campo en la que ofrecía la tierra y había logrado mucho apoyo. El partido no participó en esas elecciones. Pero si decidió participar en las programadas para diciembre de 1931.
Yo hablaba con Jacinto Castellanos Rivas y con muchos otros sobre el 32. El Partido Comunista tuvo local propio, frente a una de las esquinas del Parque Centenario fue una casa que ya se cayó. Yo tuve fotos de esta casa pero en uno de los cateos la policía se las llevó. En ese entonces no había voto secreto y cada partido ponía su mesa y uno podía deducir por las filas que se formaban quien era el partido ganador. Todo mundo se daba cuenta. Era más transparente.
Había una gran efervescencia social en el campo. Y se había desatado la represión. En el Comité Central del Partido habían dos posiciones, una minoritaria que planteaba que había que unirse al pueblo y acompañarlo en la insurrección, que argumentaba que se tenía presencia en el ejército. Y otra, mayoritaria, que sostenía que como Partido no se estaba preparado, que pelear era perder todo lo acumulado hasta ahora, que había que ir a hablar con Martínez, a quien no se le miraba como asesino. En este primer momento Farabundo no estaba a favor de la insurrección. Se organiza una delegacin incluyendo a Farabundo para ir a hablar con
Martnez que los hace esperar. Y al final les informan que esta enfermo, que es mejor que se vayan que si no lo hacen los pueden capturar. La casa donde estaban es de las casas con jardín interior y observan por la ventana como pasa Martínez con vendas en la cara y agarrándose la quijada, era pícaro! Los salió a despedir Jacinto Castellanos Rivas, que después se hizo miembro del Partido, el papá de Raúl Castellanos. Esto volcó la correlación a favor de la insurrección. Solo dos se opusieron, Moisés Castro y Morales y otro. Los demás se sumaron. Allí se toma la decisión y se nombra el Comit Revolucionario.
Se eligió a Farabundo Martí para conducirlo porque era de los pocos que tenía formacin militar, había sido en Nicaragua coronel en el Ejercito Defensor de la Soberanía del General Augusto Cesar Sandino. Se designó como apoyos a Mario Zapata y Alfonso Luna, estudiantes universitarios comunistas que publicaban el periódico Estrella Roja. Se le encomienda a Farabundo para que hiciera el diseño del plan insurreccional. La insurrección ya estaba en desarrollo. Los indígenas habían ingresado masivamente al Partido Comunista en el occidente del pais. Se emite un instructivo para los Comandantes Rojos que se nombran. El plan era tomarse San Salvador.
Me contó Segundo Ramrez que cuando lo nombraron Comandante Rojo para Izalco esa noche no durmió, pensando en como iba a hacerle, al final se le ocurrió el uso de la corneta, ya que él haba hecho la platada, el servicio militar obligatorio y sabía los usos de la corneta. Y se fue a buscar a un conocido que había estado en el ejército y le aceptó participar. En el atrio de la iglesia tocó a reunión y la gente fue llegando. Llegaron centenares y él les echó el discurso y nos vamos a la insurrección, los convenció y regresaron a su casa y volvieron de nuevo ya listos.
Marchaban hacia Sonsonate, a tomarse Sonsonate, y después en el plan se iban a venirse para San Salvador en tren y en los carros que decomisaran. En el cuartel de Sonsonate haba una célula roja que se iba a tomar el cuartel. En el camino a Segundo le llamó la atencin que no haba nada de conmoción, la gente venía de Sonsonate tranquilamente. Esto le preocupó. Mandó una exploracin a averiguar que pasaba que regresaron con la noticia que la revuelta en el cuartel fue sofocada y habían fusilado a los oficiales y suboficiales rebeldes. Y es que el cambio de fecha de la insurreccin en varias ocasiones le permitió a Martínez ubicar los movimientos en los cuarteles. Ante esto, Segundo organizó la dispersión de la gente, que regresaran a sus casas.
Mientras tanto, en San Salvador capturan a Farabundo Martí, a Luna y a Zapata. El acuerdo de ir a la insurrección fue del 5 o 6 de enero y el Comité Militar puso la fecha. Farabundo Martí tomó contacto con los cuarteles, era muy prematuro, se cambió fecha, la última fue la del 22 y eso puso al descubierto a los conspiradores en los cuarteles. Esa gente no saba que la dirección estaba ya presa. Antes no habían las comunicaciones que hay ahora.
Martinez trasladó tropas de occidente a oriente y de oriente a occidente. Y desde entonces quedó la regla en el ejrcito de hacer el servicio militar lejos de su hogar, para no establecer lazos con la comunidad. Entonces empezó la derrota de la insurrección y la matanza. La insurrección triunfo en algunos lugares. Establecieron soviets, consejos, asambleas. Después dijeron que habían hecho una gran represión. En realidad los muertos fueron poquitos. Mataron a un señor de apellido Radaelli, muy represivo, terrateniente de Lourdes, fueron pocos los muertos causados por los insurrectos. No son ciertas las acusaciones.
En esos das la Internacional Comunista ni se dio cuenta de la insurreccin y cuando lo supo emitió opinión condenando la insurreccin, criticando al Partido Comunista por haber cometido un acto de aventurerismo. Fue hasta los años cincuenta que como Partido se restableció la relación internacional. El Partido Comunista no se montó en la insurreccin, como algunos pretenden argumentar, trató de darle organización a una sublevación que ya estaba en marcha y en la que participaban las bases indgenas comunistas defendiéndose de la represión. Encabezar la insurrección fue un acto de fidelidad a los trabajadores. All estuvieron los comunistas con el machete volando riata contra la Guardia. Eso no es subirse al carro. Ya me hubiera gustado ver a estos que hablan en una reunión del comité central en esa poca…