Sam Webb
Presidente Nacional del Partido Comunista de los EEUU
7 de septiembre de 2004
No fue ninguna sorpresa para m que casi toda la gente que encontr durante un viaje reciente de tres semanas por el medio oeste quisieron recordarme de inmediato que estas elecciones son las ms importantes de sus vidas.
Mientras que estaban de acuerdo que la tarea poltica predominante es derrotar a Bush y a sus contrapartes en el Congreso y elegir a Kerry y a un Congreso ms favorable a la gente, nadie quiso reducirlo a una sencilla competencia entre los partidos demcrata y republicano.
Estas elecciones, me dijeron, continan una lucha de casi 24 aos contra las fuerzas de la reaccin poltica extremista que ahora se encuentran atrincheradas en la Casa Blanca, en el Congreso y en la Corte Suprema pero con esta diferencia: El 2 de noviembre bien poda marcar el momento crucial por el bien o por el mal.
Una victoria de Bush dara a la ultraderecha luz verde para incrementar su proyecto de formar de nuevo, de manera drstica y unilateral, el paisaje domstico e internacional para servir a los intereses del imperialismo norteamericano.
Por otra parte, una victoria de Kerry y del amplio movimiento democrtico que lo apoya sera un golpe contundente a la extrema derecha, traera un cierto alivio en cuestiones materiales inmediatas, y levantara el sitio a la constitucin poltica de nuestra nacin.
Tambin creara a un terreno poltico mucho ms favorable, en el cual el movimiento popular podra luchar por su agenda, comenzando con poner fin a la ocupacin de Iraq.
As que son tan altas las apuestas y, si eso fuera poco, el electorado queda tan dividido que el resultado depender de cual campaa pueda promover al voto ms grande.
Dadas estas circunstancias, cual debe ser el papel de los izquierdistas y progresistas?
No hay que analizar a cada palabra, revisar cada discurso, y escudriar a cada declaracin de Kerry, ni tampoco condenarlo con alabanza dbil. Su tarea principal, como lo veo yo, es presentar un enfoque ms agudo sobre las diferencias entre las dos lneas polticas representadas por Kerry y Bush respectivamente, para delinear el campo de juego poltico sumamente mejorado que una victoria de Kerry traera consigo, y, sobretodo, participar en los esfuerzos de base para movilizar el voto.
Haciendo esto, la izquierda ayudar a los votantes a obtener una comprensin del cuadro ms grande, ampliar los esfuerzos prcticos para llegar al electorado, y fortalecer sus conexiones con las organizaciones democrticas principales conexiones que son crticas para las luchas postelectorales.
A travs del pas hay un sentimiento cada vez mayor contra Bush, pero esto solo no basta. Lograr la victoria exige que millones estn convencidos de que las diferencias entre Bush y Kerry son verdaderas, substanciales y importantes a sus vidas en un amplio rango de cuestiones: Seguro Social, seguro mdico, cuidado de salud, horas extra, salario mnimo, educacin pblica, accin afirmativa, derechos reproductivos, derechos de inmigrantes, los derechos de gays, libertades civiles, poltica presupuestaria, proteccin del medio ambiente, Cuba, guerra preventiva, pruebas y uso de las armas nucleares.
Hasta sobre la cuestin de Irak, hay diferencias entre los dos. Pero ms importante, la derrota de Bush sera un rechazo a su poltica de guerra y de ocupacin, y eso no podra ser descartado por una administracin Kerry. As, la observacin que se oye en algunos crculos de la izquierda, que votar por Kerry pero tapndome las narices, es ineficaz e inmovilizadora. Puede traer una cierta autosatisfaccin momentnea a los que la expresan. Pero har poco para convencer a votantes indecisos o abstencionistas a que vayan a votar.
En mi experiencia, aparte de los comentaristas radiales derechistas de este mundo y sus oyentes leales, muy poca gente cree que Kerry es un candidato del movimiento izquierdista y progresista. La mayora sabe que l est ligado estrechamente a la clase dominante norteamericana, y que es un defensor del capitalismo, al igual que Bush.
Sin embargo, esta afiliacin comn de clase y el amor que tienen los dos al sistema de la libre empresa no evita que muchos votantes entiendan que Kerry es un centrista poltico y que abraza polticas distintas a Bush.
Tampoco les impide darse cuenta que una victoria de Kerry dara a los movimientos amplios una palanca poltica que ahora no tienen.
El peligro ms grande de estas elecciones no es que millones de gente tengan expectativas poco realistas de una administracin Kerry, pero ms bien que una seccin substancial de votantes todava cree que no hara mucha diferencia por quin voten el 2 de noviembre.
La responsabilidad de los izquierdistas y progresistas no es pasar su tiempo quejndose por los defectos de Kerry, pero convencer a millones que s hay una opcin, y que el resultado de estas elecciones llevar consecuencias enormes para el futuro de nuestra nacin.