San Salvador, 21 de julio de 2013 El Salvador no puede aislarse del enfrentamiento global entre las resistencias populares y los imperios predominantes y emergentes. Esta es la característica más relevante del escenario internacional desde el derrumbe a finales del siglo pasado, de lo que se conoció como socialismo real. Nuestra inserción en este conflicto es ineludible además de urgente.
El conflicto mundial, con sus diferentes actores y escenarios, entre los que se encuentran los países del OCDE y del BRICS, así como los espacios de lo político, lo militar, lo financiero, las comunicaciones, lo tecnológico, y el control de los recursos naturales, influye, determina, y condiciona los límites y potencialidades de los procesos de cambio que se desarrollan en el mundo, incluyendo a El Salvador. A continuación se describen algunas facetas de esta amplísima pugna.
Rusia detiene en G-8 agresión contra Siria
La primera línea de enfrentamiento militar entre los imperios del atlántico norte y las resistencias del medio oriente está situada en las planicies de Siria, pero en este mundo globalizado fue en Irlanda del Norte, otro bastión de lucha antiimperialista, donde se postergó en la última reunión del Grupo G-8, el ataque imperial sobre este país árabe, que enfrenta una “guerra civil” prefabricada y la amenaza de una agresión imperial.
En el Medio Oriente, Siria es la antesala para atacar a Irán de la misma forma que en nuestro continente Venezuela es la antesala para golpear y controlar a Brasil y aislar a Cuba. Y la “guerra civil” emprendida contra el gobierno nacionalista sirio de Bashar Al Assad, está orientada a fortalecer el cerco contra Irán y avanzar así en la reconquista del Medio Oriente. En este panorama, Israel juega en aquella cancha el mismo papel subordinado que en la nuestra juega Colombia.
Ya los imperios del atlántico norte en este siglo XXI han avanzado en la reconstrucción del mundo colonial, al apoderarse de Irak (2001) y más recientemente de Libia (2012). Pero han fracasado en Afganistán. Y sus enemigos inmediatos a derrotar son Siria, Palestina (en particular la franja de Gaza) y el Hezbola libanés. La apuesta máxima es Irán. Y para esto cuentan con el apoyo de Arabia Saudita, Qatar, Turquía y hasta hace poco Egipto.
Aunque en el caso de Egipto, el derrocado gobierno de Morsi y los Hermanos Musulmanes, tuvieron que pagar caro el precio de su política entreguista frente a Israel y la OTAN y provocaron felizmente que de nuevo los sectores populares recuperaran la calle, creando una situación que momentáneamente debilita la estrategia de intervención militar hacia Siria.
El G-7 menos Rusia desean y sueñan invadir, ocupar, capturar, apoderarse de las riquezas de Siria. Y en su última reunión del G-8 en Irlanda del Norte, los representantes del mundo globalizador angloparlante Obama y Cameron, seguidos por los otros cinco gobernantes, de Japón, Canadá, Francia, Italia y Alemania, mostraron sus colmillos, pero felizmente el ruso Putin defendió enérgicamente el derecho a la independencia y a un arreglo negociado de la crisis en Siria.
Siria y El Salvador: Una historia compartida de lucha contra la opresión
Hay muchas diferencias entre nuestros dos países pero también semejanzas. Su capital es la milenaria Damasco y hablan árabe mientras nosotros hablamos español y nuestra capital es San Salvador. Son 20 millones de habitantes y nosotros somos 6. En su vecindario geográfico, al norte esta Turquía, al oriente esta Irak. Al sur esta Israel y Jordania. Al occidente el Líbano. Nosotros estamos en Centro América.
Son islámicos, y el grupo principal es el sunita mientras que nosotros somos cristianos y el grupo principal es el católico. Desde 1970 el país es dirigido por el Partido Baath Árabe Socialista y es un país productor de petróleo. En nuestro caso, desde el 2009 el país esta conducido por una coalición de centro-izquierda que incluye al Presidente Mauricio Funes y al FMLN.
Siria es la antigua Ugarit donde surgió el alfabeto y es el lugar donde también se descubrió el bronce. Son cinco mil años de historia antes de nuestra era. Son cinco mil años de luchas. Y en esta larguísima historia de resistencia del pueblo sirio aparecen las luchas en contra de la dominación de los sumerios, acadios, asirios y babilonios a partir del 2,260 a.n.e., después por los cananeos, fenicios, arameos, iniciando en el 1600 a.n.e., luego por los hititas a partir del 1430 a.n.e, hebreos, egipcios, persas, griegos, seleucidas, romanos, bizantinos, árabes en el siglo VII, francos en las cruzadas del siglo XII, mongoles en el siglo XIII, otomanos, del siglo XVI al XX y por último franceses, de 1922 a 1946.
En nuestro caso, son dos mil años de lucha y es una historia de resistencia que comprende otros imperios y naciones dominantes, incluyendo la olmeca, maya, azteca, del imperio español que va del 1524 al 1821, y coincide con la dominación otomana en Siria, luego la influencia inglesa en el siglo XIX, y la dominación norteamericana, que se vuelve hegemónica partir de 1941 y sigue vigente.
En 1922 la Liga de las Naciones, en una clásica postura imperial, al desaparecer el Imperio Otomano, repartió el dominio de la antigua Siria entre dos potencias: a Reino Unido le correspondió Transjordania y Palestina y a Francia, Siria y el Líbano.
Esto determinó que la última independencia fue lograda en 1946, después de la Segunda Guerra Mundial. En 1963 se instala el Concejo Nacional del Comando Revolucionario, cercano al Partido del Renacimiento Árabe Socialista , Baath. Cuatro años después, en 1967 se enfrenta la agresión militar de Israel que con el apoyo de las potencias occidentales, invade y se apodera de las Alturas del Golan. Hoy resiste exitosamente las embestidas imperiales de la OTAN y del gobierno de Estados Unidos.
La victoria de El Salvador sobre Australia
Ya que no logramos derrotar a los imperios en desarrollo económico, ni en ciencia y tecnología, ni en poderío militar, ellos nos permiten amablemente, de vez en cuando, que podamos derrotarlos en los estadios para que sepamos que este mundo es ancho y ajeno. Y también permiten bondadosamente que podamos vencerlos en espectáculos religiosos, deportivos y hasta musicales.
Pero cuidado con intentar superarlos en laboratorios de tecnología nuclear porque para los países emergentes como Brasil y los desahuciados como el nuestro, lo autorizado son los escenarios, las canchas y las iglesias. Y esto no significa que la victoria de la Sub-20 sobre Australia de 2 a 1 sea irrelevante sino que hay que colocarla en su justa dimensión al aplaudir a la “Azulita” y sin olvidar el “histórico” El Salvador 6 Italia 5 de nuestra Selecta de Playa en el 2011.
O nos veremos seducidos por la publicidad de los espectáculos y nos olvidaremos de las tareas de la resistencia popular global que hoy se expresa en Brasil, en Turquía, en Sudáfrica, en Egipto. Y que en nuestro país asume rasgos todavía débiles, borrosos, opacos, pero que puede estallar en cualquier momento como ha sucedido en el pasado. Hay que estar siempre a la expectativa.
Y no olvidemos que mientras los imperios imponen el silencio del temor, la resistencia popular asume la alegría de la palabra, consciente que el pan de la esperanza es el alimento de los que sueñan y luchan y que nunca debemos de aceptar el panem et circenses sino el ritual eterno del panem et pugnare.
Los pueblos duermen y despiertan, duermen y despiertan. Durante el sueño acumulan energías, aprenden, se fortalecen, se reconocen, se organizan. Y cuando se levantan, con la firmeza de sus pasos se construye el horizonte y con la profundidad de su mirada se levanta la dignidad del porvenir.
La lucha contra las minas, contra las bases militares, contra las represas, contra los asocios publico-privados, es parte de ese enfrentamiento global contra los imperios y sus corporaciones. Es una lucha global que se pelea en cada territorio y que se disputa en cada jirón de piel.
La lucha contra la opresión es también una pelea a muerte que transcurre al interior de nuestra mente. No podemos o no deberíamos pelear afuera sino hemos peleado adentro. La primera tarea y quizás la más difícil es desalojar, arrancar al opresor de nuestro cuerpo y de nuestra vida. Es detectar en nuestra cultura patriarcal y de clase, las raíces de la opresión y erradicarla. No es fácil, es cuesta arriba.
En nuestro caso como hombres, el desafío planteado es el combatir tanto el androcentrismo como la homofobia, así como la necesidad de construir una nueva masculinidad liberadora que nos permita nuevas relaciones con nuestras compañeras ( madres, esposas, hijas) y compañeros (amigos, compañeros de trabajo, vecinos) basadas en el respeto a la diversidad, la amistad sincera y la dignidad de todo ser viviente, que permita superar también la visión de dominación sobre la naturaleza por una visión de armonía, de comunidad, de respeto.
De no resolver estas cuestiones hic et nunc, vamos a llevar subidos en una carroza a la nueva sociedad los fantasmas autoritarios del viejo orden y estos se van apoderar de las banderas y van a definir las agendas de la militancia, como ya ha sucedido en el pasado. La experiencia de la URSS es aleccionadora.
Los puentes y los horizontes de la nueva sociedad se construyen hoy y se construirán mañana. Y deben de tener la solidez de los principios de la justicia social para evitar que la fuerza de los ríos de la política y la fuerza de los vientos del poder, los destrocen, como ha sucedido en otras experiencias históricas.
Los perdedores y ganadores de la nueva crisis intergubernamental
Nos encontramos a casi seis meses de las próximas elecciones presidenciales y por lo tanto, cada acción de las diversas fuerzas políticas y sociales en conflicto incide directamente en los resultados electorales, beneficia o perjudica a los tres principales candidatos. A continuación pasamos revista a tres de estas situaciones, a sus actores principales, intereses y posibles desenlaces. Y finalmente hacemos algunas consideraciones sobre la batalla electoral y el papel del movimiento popular, y algunas perspectivas.
Las temáticas seleccionadas son las del conflicto entre la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y la Asamblea Legislativa alrededor de la elección de magistrados de la Corte de Cuentas de la República, la controversial tregua entre pandillas y la prolongada crisis económica.
Sobre el conflicto entre la SC-CSJ y la AL. Es un conflicto inédito en el país. En el pasado la Corte Suprema de Justicia y la misma Asamblea Legislativa obedecía a la Presidencia. Así fue durante los 20 años de gobierno de ARENA (1989-1992). Durante los 5 años de gobierno de la Democracia Cristiana (1984-1989). Durante los 17 años de gobierno del PCN (1962-1979).
La existencia de este conflicto es el elemento central de la profunda reforma política que vive el país como resultado de la llegada de un gobierno de centro-izquierda en 2009 y será probablemente su herencia política histórica más destacada, incluso más que el elemento de lo social, que ya venía siendo cultivado por el ultimo gobierno arenero.
Lo interesante es que es la Embajada de Estados Unidos, la que hábilmente se coloca como principal impulsora de estos procesos así como la ANEP y el partido ARENA mientras que el Presidente Fuñes y el FMLN y hasta algunos sectores del movimiento popular, como sus adversarios.
Este conflicto es positivo y es un avance en la consolidación del proceso democrático iniciado a partir de los Acuerdos de Paz de 1992. Forma parte esencial de la sexta reforma política que vive nuestro país. La primera fue en 1841 con la fundación de la República; la segunda en 1886 con la Constitución liberal, la tercera en 1950 con la Constitución social; la cuarta en 1983, con el establecimiento del pluralismo político; la quinta con los Acuerdos de Paz de 1992 y la sexta es la reforma política iniciada en 2010 y todavía en marcha.
Lo paradójico de este proceso de reforma política es que sus principales iniciadores le han dado la espalda y se han colocado como detractores. Pero en la medida que esta reforma responde a la necesidad de modernizar el ejercicio democrático, puede avanzar incluso con la oposición de sus antiguos impulsores. Es una reforma política que comprende pero no se reduce a lo electoral. Y es una reforma política que despierta el apoyo de la población, la cual seguramente pasara la factura electoral a sus detractores. En esto el olfato de nuestro pueblo no se equivoca.
La tregua entre pandillas: peligros y oportunidades
En marzo de 2012 inicio un proceso novedoso y controversial. El Ministro de seguridad, Gral. Munguía Payés decidió realizar un viraje y modificar su enfoque inicial militarista de combate a las pandillas por un enfoque orientado a lograr una tregua. Y esto provocó una sustancial disminución de los niveles de homicidios, que andaban por la docena diaria. Asimismo generó un protagonismo de los “facilitadores” de la tregua así como de los principales dirigentes de las pandillas MS-13 y Barrio 18.
Por otra parte, la opinión pública y la mayoría de los sectores populares rechazaron esta tregua ya que el peso social de los sectores que han sido victimizados es inmenso y es un sector que se siente desprotegido y marginado del proceso. Y entonces existe la contradicción entre una medida que es positiva, ayuda, pero para la cual no existen las condiciones subjetivas en la población. La resolución de este dilema será la clave para el avance o retroceso de este complejo proceso de reconciliación nacional.
La crisis económica
La crisis económica afecta fuertemente la percepción ciudadana sobre el rumbo del país. El alto índice de desempleo sumado al creciente costo de la vida impacta sobre el estado de ánimo de la gente. Y a esto se suma la parálisis del crecimiento en la economía y el fuerte endeudamiento.
Por el momento la crisis empuja a nuestro pueblo a una actitud de resolver primero su sobrevivencia y luego refugiarse en la indiferencia y el desinterés político. Pero esto puede modificarse en cualquier momento. La realidad siempre se encarga de crear las motivaciones que golpean la conciencia de la gente y la impulsan a regresar a las calles para conseguir sus demandas. Así ha pasado en Egipto, y antes en Brasil, y en Turquía. Así pasará en El Salvador.
El movimiento popular y lo electoral
Lo fundamental es que habrá segunda vuelta. A ninguna de las tres fuerzas le alcanza la cobija para imponerse en el primer hervor. Esto modifica fuertemente el anterior esquema bipartidista vigente por casi veinte años. Y refleja la capacidad que tiene la derecha de renoverse y proyectarse.
Y si bien es cierto que el surgimiento de GANA divide a la derecha y la debilita, también lo es que abre el peligro real de que el FMLN pase a convertirse en una tercera fuerza, que es el sueño dorado de la derecha y de nuestros “aliados estratégicos” de Washington, desde los Acuerdos de Paz de 1992.
Estamos ya a casi seis meses de las elecciones presidenciales. Pronto iniciara la campaña electoral “legal” y pronto estaremos inundados por una propaganda superficial y escapista. Y el desafío del movimiento popular será el de exigir que el FMLN no continúe supeditando su agenda legislativa a las necesidades del partido GANA, como sucede con relación a la elección de magistrados de la Corte de Cuentas, PDDH, y la negativa al cumplimiento de resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la CSJ.
Lo más preocupante es la actitud tanto de pragmatismo electoral como complaciente con los imperios que explica el apoyo “entusiasta” a la ley de Asocios Público Privado y últimamente al Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, ADA. A esto hay que sumar la aparición pública con un sector de militares conducido por un cómplice del asesinato de los jesuitas.
Con esta última medida, el FMLN probablemente lograra atraer a sectores atrasados rurales de expatrulleros, pero seguramente perderá a sectores urbanos de las capas medias a los cuales les resulta inexplicable esta alianza con cómplices de atroces asesinatos, como fue el de los padres jesuitas. Si el movimiento popular y social no logra detener esta escalada del FMLN hacia el centro seguramente la derecha, en cualquiera de sus expresiones, lograra imponerse en el 2014,
Por lo tanto, el desafío principal para la izquierda social salvadoreña, organizada y no organizada, es el de evitar convertirse en espectador pasivo en la campaña electoral e insertarse en el debate con un claro programa antineoliberal – que incluye la desdolarización entre otra medidas- que permita mediante transformaciones antiimperialistas y antioligarquicas recuperar nuestra independencia y abrir el rumbo a un verdadero desarrollo social rechazando convertirnos en un país maquila, como parece ser el consenso alcanzado de los sectores dominantes locales e internacionales. El cumplimiento de esta tarea determinara nuestra incidencia real en el actual proceso electoral.
Perspectivas
Todo parece indicar que existe un consenso básico de la mayoría de fuerzas políticas, las cuales giran alrededor de entregar al país al capital internacional en sus diversas vertientes, tanto al que ya está aquí como al que está por llegar, confiando en que las “ventajas” de la inversión extranjera permita sacar a El Salvador de la profunda crisis en el que el modelo neoliberal lo ha hundido. Las diferencias radican en los ritmos y las modalidades de la entrega. Pero la decisión está tomada.
En este punto fundamental coinciden, con sus respectivos matices y discursos para justificarlo, desde el FMLN, pasando por el Presidente Funes, el poderoso Consejo para el Crecimiento –Bobby Murray Meza, Francisco de Sola, Francisco Calleja y Ricardo Poma-, Embajadas de EE.UU. y Unión Europea, ARENA, GANA, ANEP, FUSADES y hasta la UES en proceso de privatización.
Esto explica que las controversias electorales se desarrollen alrededor de nimiedades de los candidatos y no sobre plataformas programáticas. Es porque existe un consenso tácito y a veces explicito de caminar por esta vía.
Frente a esto como movimiento popular y en resistencia a los imperios, se precisa vincular la reforma política en marcha con la necesidad de impulsar la reforma económica, orientada a quebrar, romper el modelo neoliberal y fundamentada en la recuperación tanto de nuestra moneda mediante la desdolarización, como de nuestros recursos estratégicos, mediante la nacionalización de la energía, telecomunicaciones y fondos de pensiones, para empezar. El movimiento popular y social tiene la palabra…