El medio oriente y el laberinto imperial
octubre 01, 2014 Voces Comentar
Publicado en: Actualidad, Contracorriente – Dagoberto Gutiérrez, Nacionales
Dagoberto Gutiérrez
El imperio estadounidense ha decidido recomponer la estructura de poder del Medio Oriente. Esta es una necesidad para afrontar la crisis que le dobla el espinazo, ya que, como nunca, necesita control sobre el petróleo, y la actual composición de la geografía, la economía y el poder, construidas por las antiguas potencias coloniales europeas, ya no parecen responder a las acuciantes necesidades estadounidenses.
Se trata de antiguas fronteras estatales que partieron en su momento a las naciones, que inventaron Estados y dividieron pueblos, y establecieron, en definitiva, estructuras geográficassuficientes, en ese momento, para controlar los accesos a las riquezas que debajo de las arenas esperaban por los monopolios.
En este propósito se mueve decisivamente Washington, arrastrando, por momentos a regañadientes, a una Unión Europea quebrantada por su crisis y disminuida en sus poderes militares. Si observamos atentamente el curso de los acontecimientos, nos podemos dar cuenta que todo parece estar dispuesto para una nueva confrontación de las dimensiones de la primera y segunda guerras europeas, de esas que han sido llamadas mundiales, por sus repercusiones. Sería una tercera guerra mundial, con las características propias del momento.
Ocurre que los protagonistas parecen ser los mismos, pero jugando papeles diferentes. En la primera y segunda guerras, Estados Unidos intervino en el momento más oportuno y necesario para sus intereses, y supo capturar la mejor parte del botín. A estas alturas, sabemos que la primera y la segunda guerra constituyen una sola, y en ambas, lo que llamamos la parte europea de Occidente, se enfrenta a Rusia, que era como la parte asiática y la gran amenaza. En estos momentos, sin embargo, es Estados Unidos el que aparece como el motor del conflicto, y el escenario es un terreno inmediato al territorio de la antigua Unión Soviética. Tanto Europa como Estados Unidos coinciden en considerar a Rusia el enemigo a derrotar, justamente porque en el territorioruso se encuentran los materiales minerales y energéticos que se necesitan para mantener en pie la civilización occidental. Y el Medio Oriente es el territorio movedizo, construido una y otra vez, que constituye en el mundo de hoy un área sensible de influencia y con
trol, donde colisionan los intereses rusos, europeos, estadounidenses, iraníes y chinos.
En las dos confrontaciones anteriores, el mapa capitalista planteó la confrontación entre Alemania y las otras potencias europeas y estadounidenses, pero hoy aparece el poderío chino y el poder ruso, involucrados y mezclados con todo el andamiaje capitalista actual, con inversiones, con intercambios, con capacidad de producción, compra y venta, pero con una permanente y clara diferenciación civilizatoria, definiendo intereses y posiciones que desde el Oriente no solo compiten sino confrontan con el Occidente. El papel actual de China es un factor nuevo que, sin jugar el papel ruso en la confrontación, ha de ser considerado un factor movedizo en la coyuntura. Al mismo tiempo, también es considerable el papel del llamado BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica).
Aparentemente no se trata de la confrontación socialismo-capitalismo. En una apariencia real estamos ante una peligrosísima confrontación inter-capitalista, en donde las antiguas potencias capitalistas que anteriormente controlaban sin control el planeta, están perdiendo ese control e intentan, a cualquier costo, recuperarlo, y establecer un nuevo juego y nuevas reglas del juego.
En ese afán, necesitan un mayor control, una nueva distribución del planeta, una reestructuración de antiguas fronteras, y un cerco que impida que el Oriente emerja como el poder por encima de Occidente. Todo esto no parece posible de ser logrado sin guerra, y aquí hay que saber que en este tema siempre hay cálculos equivocados y sueños sin fundamentos.
Estados Unidos decide romper el poder establecido en Libia para acceder a su petróleo, destruyen al Estado libio y matan a su líder, MuammarKhadafi; cambian en Egipto a su antigua aliado, en medio de un levantamiento bien organizado, y al final de un penoso proceso, instauran su régimen y ponen a su hombre de presidente, el General Al Sisi. Por supuesto, en Libia, el poder estadounidense levantado desde las oficinas transnacionales ha terminado favoreciendo el fortalecimiento del sector árabe más hostil a Washington, y una guerra sin control sacude todo el país. Y en Egipto, aunque aparentemente hay más estabilidad y control, los acontecimientos siguen siendo movedizos.
Cuando Washington organiza la guerra contra el gobierno sirio de Bashar al Assad, sus estrategas consideraron elementalmente que el presidente sirio no resistiría el embate militar durante 6 meses; sin embargo, ocurre que el presidente sirio ha logrado acuerdos estratégicos con las poblaciones asentadas en ese antiguo territorio, y siguiendo la tradición de su padre,Hafez al-Asad, tiene acuerdos y alianzas permanentes con las poblaciones Kurdas del norte sirio, fronterizo con Turquía, y tiene un juego equilibrado entre la población suní, mayoritario en Siria, y la chiita minoritaria, a una de cuyas minorías pertenece la familia presidencial siria.
Ahora bien, Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Alemania armaron, financiaron y entrenaron a sectores fundamentalistas para lanzarlos contra Damasco, sin considerar el impacto que esto tendría en toda la región, sobre todo en Irak. No olvidemos que al derrocar y matar a Sadam Husein, el imperio estadounidense destruyó el único factor de estabilización en la región, y la poblaciónsuni, que en Irak controlaba el poder con Sadam,fue desalojada violentamente de ese poder, y sustituida con la mano sucia estadounidense, por un presidente kurdo, y así, los antiguos dueños del poder pasaron a ser perseguidos, reprimidos, encarcelados, sin consideración.
Todo ese desalojo generó poderosas resistencias y rebeliones, como la de Faluya, contra la ocupación estadounidense. Al producirse el levantamiento en Siria, estos sectores sunitas iraquíes participaron y se fortalecieron, y así, el dinero y las armas estadounidenses pasaron a ayudar a sus enemigos.
Una vez controlados los territorios sirios al norte, en las fronteras turcas e iraquíes, importantes sectores de los alzados contra Damasco, se zafan del control de Washington y de Europa y se convierten en el Estado Islámico de Irak y del Levante, y de aquí estalla toda la crisis, porque los actuales acontecimientos aparecen como una continuación de la guerra de Irak, como errores estratégicos de la Casa Blanca, y como desconocimientos geopolíticos. Sin embargo, no podemos concluir que todo lo que ocurre se debe a errores.
Washington construye en Irak un nuevo ejército que sustituye al de Saddam Husein, pero éste, a su vez, se disuelve ante la fuerza militar del Estado Islámico, y abandona el norte petrolero, porque ese ejército iraquí-estadounidense es una mezcla de sunitas y chiitas, pero además, es una verdadera empresa comercial en donde los grados militares han sido comprados a precios altísimos, los de general, y a precios menores los de teniente o capitán, y ningún soldado está dispuesto a pelear en lo que no creen. Por eso Washington descubrió en la emergencia que no tiene soldados en Irak, tampoco gobierno, y que ahora, una vez más, está en la necesidad de enviar nuevamente soldados al terreno para disputar el territorio a ese ejército fundamentalista. Para Barak Obama, que es un presidente débil e inseguro, el tema es áspero, porque sabiendo que el envío de tropas estadounidenses a esa zona es una grave derrota a su política, sabe, al mismo tiempo, que no tiene alternativa. Los bombardeos aéreos, por espectaculares quue sean, no aseguran el control del territorio para los dueños del aire.
Toda esa coyuntura ha aflojado y soltado las antiguas amarras coloniales, y los pueblos, convertidos en Estados, recuperan sus identidades y buscan constituirse en los Estados correspondientes, fuera del control colonial.
A estas alturas de los acontecimientos, se puede considerar que Irak ya no existe como Estado, porque los sunitas son los dueños del poder central, digamos de Bagdad y sus territorios, los chiitas, del sur, y los kurdos, que no son árabes, están en su mejor momento histórico, aunque como nunca aparece lo abigarrado de los intereses de las poblaciones kurdas.
Se llama Kurdistán a la región situada al norte de Irak, de Siria, Turquía e Irán. Es una zona de unos 300 mil kilómetros cuadrados que limita al norte con Georgia, Armenia y Azerbaijan, con unos 23 millones de habitantes y 3 sectores humanos bien delimitados.
Los kurdosiraquíes aparecen como aliados de los Estados Unidos y de las potencias europeas, como centro y territorio de inversiones, como un mundo occidental. Se puede pensar que a estas alturas de los acontecimientos, Washington y Europa apoyan y arman a esta parte kurda dirigida por Barsani, que es, a su vez, enemiga de Bashar al Assad.
La parte kurda turca es la población revolucionaria dirigida por el PKK, y cuyo líder, Okalam, es prisionero del ejército turco, en una isla del Mar de Mármara. Esta guerrilla es la que se enfrenta exitosamente al Estado Islámico en el norte de Siria, es aliada de Damasco y es la que protege a la población civil desde posiciones revolucionarias. Por ahora, los kurdos iraníes se mantienen estables.
Turquía tiene una posición artera en todo el conflicto porque respaldó a los fundamentalistas contra Damasco. Es enemiga del gobierno sirio, disputa el control de las aguas del Éufrates, que nace en Turquía, que tiene fronteras porosas con Siria, con Irak y con Irán, pero que hasta ahora se mantiene renuente a embarcarse de manera abierta en los planes militares de Washington, pero sigue respaldando a sectores del Estado Islámico.
Estados Unidos está bombardeando posiciones del Estado Islámico en Siria y se supone que la Casa Blanca entiende que Bashar puede tener en este momento la condición de interlocutor válido, porque de otro modo, de caer Damasco, todo ese territorio será controlado por el Estado Islámico, y los intereses imperiales no pasan cómodamente por las navajas afiladas de los fundamentalistas.
Dejamos pendiente el papel de Rusia en estos acontecimientos y la relación de estos hechos con la situación de Ucrania. Conviene ponerle atención a la conducta de Alemania, porque, como dijimos al principio, las piezas están dispuestas para una tercera confrontación de alcance mundial y tenemos que ver cómo debe moverse nuestro pequeño país en ese escenario.
San Salvador, 01 de octubre del 2014.