Entrevista al Partido Comunista de Venezuela (PCV)
sep 29
Publicado por Julio
Decidí realizar una entrevista mediante e-mail al Partido Comunista de Venezuela, básicamente porque, al ser un partido diferente al PSUV, partido gobernante en el país, sabía que podían aportar un punto de vista diferente al que aporta el PSUV, la cual cosa ayuda analizar mejor la situación del país.
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La verdad es que me he encontrado perplejo ante el buen trato, la buena respuesta y el punto de vista que ha aportado el PCV con esta entrevista, me han sorprendido gratamente. Agradecemos, pues, el trato cordial del PCV y del Consejo de Redacción del Partido, Tribuna Popular.
Además, os enlazamos un .pdf donde leer la entrevista. CUESTIONARIO Mundo Republicano
1- ¿Cuál es la situación del PCV actualmente? ¿Es una fuerza con bastante apoyo y que tiene su eco mediático o más bien son una fuerza pequeña? ¿Con cuántos diputados cuentan?
El PCV tiene representación parlamentaria en todos los niveles de la estructura política del Estado venezolano: un diputado en el Parlamento Latinoamericano, tres en la Asamblea Nacional, 12 en distintos Consejos Legislativos Estadales, y 65 concejales municipales. Todo ello es resultado de la todavía modesta pero creciente votación que aporta nuestro Partido – dentro de la coalición de organizaciones que impulsa el proceso de cambios– en cada uno de los procesos electorales que tienen lugar en Venezuela prácticamente todos los años. Nuestra fortaleza, medida en términos de participación electoral, es actualmente alrededor de 3% de los votos a escala nacional, pero en ciertas zonas del país ese porcentaje es muchísimo mayor, y en algunos municipios hemos alcanzado votaciones que van desde el 25% hasta 42%, a resultas de lo cual contamos en la actualidad con 5 alcaldes militantes del PCV.
Estamos creciendo también en número de miembros, en los últimos tiempos con algo más de rapidez que lo habitual, siempre en estrecha relación con el desarrollo general del Partido; pero ni el crecimiento numérico de nuestras filas ni la mejoría de nuestros resultados electorales miden efectivamente el verdadero progreso de nuestro Partido ni señala nuestra perspectiva futura. Nos definimos como un Partido de cuadros con proyección de masas, que aspira a generar una ruptura del sistema capitalista, sus instituciones y valores, no a administrarlo; por lo que obtener victorias electorales no está entre nuestras principales preocupaciones, sino mucho más la calidad de nuestros organismos y cuadros, por lo que jerarquizamos nuestros esfuerzos a garantizar la formación político-ideológica de nuestros militantes y el correcto funcionamiento de nuestros organismos, para influir cada vez más y mejor en la necesaria concientización, organización y movilización revolucionaria del pueblo trabajador.
Por su trayectoria y por su consecuencia junto a las luchas de los trabajadores, las posiciones del PCV tienen peso en la opinión pública y en los escenarios políticos. Además, tenemos en la actualidad un espacio de influencia amplio y significativo en el ambiente obrero-sindical, y en menor medida entre las organizaciones campesinas, las organizaciones y movimientos de mujeres y las organizaciones comunales. Asimismo, la Juventud Comunista de Venezuela tiene su actividad de masas propia, especialmente en los espacios de jóvenes trabajadores y de estudiantes.
2- ¿Cuál es la relación del PCV con el PSUV? ¿Qué diferencias hay entre las políticas de uno y del otro?
Formalmente, ambos partidos somos miembros del llamado “Gran Polo Patriótico”, amplia coalición que desde 2011 integra a docenas de organizaciones políticas y sociales de todo el país, y que debería servir como espacio para la dirección colectiva del proceso de cambios, para el debate de políticas, para el análisis crítico y autocrítico de las decisiones gubernamentales, y para la definición de lineamientos estratégicos con la participación de todas las organizaciones que estamos comprometidas en este proyecto.
Pero en la realidad, esta instancia funciona apenas como un aparato utilitarista de movilización electoral, y no cumple ni ha cumplido su misión como “comando supremo” del proceso político. El PSUV, valido de su enorme tamaño y su condición de partido de gobierno, ha mantenido generalmente una actitud hegemonista, frente a nuestro Partido y frente a los demás integrantes del GPP, y no ha permitido nunca que se desarrolle la posibilidad de un espacio de debate y construcción colectiva. Esto ha causado no pocas fricciones entre nuestros partidos desde el propio inicio del gobierno del Presidente Chávez, cuya formación militar y estilo personal de mando limitaban las posibilidades de articulación e intercambios.
Las relaciones con el Presidente Maduro, quien proviene de la militancia política de izquierda y tiene experiencia como activista en diversos ambientes sociales y especialmente en los medios sindicales, han sido hasta ahora menos tensas, pero esto no se ha traducido en mejoras reales en cuanto al funcionamiento del GPP ni en cuanto a la construcción de espacios de auténtica dirección colectiva.
Confluimos con el PSUV especialmente en el objetivo de la lucha antiimperialista, tomando en cuenta que es un partido poli-clasista; de orientación reformista; con un perfil ideológico difuso en el que se articulan elementos democratacristianos, socialdemócratas, nacionalistas y marxistas; controlado en lo fundamental por fuerzas de origen pequeño-burgués y de las capas medias. En la perspectiva de la Revolución Socialista –aun por conquistar–, en el proceso de definición y deslindes de la lucha de clases, consideramos que los sectores progresistas del PSUV podrán jugar un importante papel.
3- ¿Suelen confluir en las decisiones del Gobierno o suelen estar en contra?
El PCV mantiene una posición autónoma, crítica y propositiva ante el gobierno y ante el PSUV. Esto significa que, aunque dentro del contexto de las agudas contradicciones que enfrentan a Venezuela con el imperialismo global, mantenemos nuestro apoyo al gobierno como lo hemos hecho desde 1999, nos reservamos el derecho a exponer nuestros propios planteamientos acerca de la situación nacional y nuestras opiniones y valoraciones sobre las políticas adelantadas por el gobierno. Tanto en las páginas de nuestro periódico, Tribuna Popular, como en el marco de la rueda de prensa semanal que sostiene nuestro Buró Político todos los lunes, damos a conocer públicamente, de manera cordial pero franca y directa, nuestras divergencias con el gobierno, que son especialmente agudas en materia de política económica y en materia de asuntos laborales.
Es compleja la situación en que se encuentra nuestro Partido desde 1999: no somos ni queremos ser oposición a un gobierno que pese a todo continúa teniendo una orientación general popular, democrática y antiimperialista; pero no somos ni podemos ser parte de un gobierno al que consideramos expresión de fuerzas que, por su naturaleza y vocación histórica, se oponen a la profundización revolucionaria de los cambios democráticos con miras a una perspectiva socialista en nuestro país.
Nuestro Comité Central, el pasado mes de julio, lo resumió en una declaración política: “El PCV […] nunca ha centrado su accionar ni su política en la búsqueda de cargos o prebendas. La razón de ser del PCV no es ocupar Ministerios o puestos en instituciones del Estado burgués, sino constituirnos legítimamente en fuerza concientizadora, organizadora y movilizadora de la clase obrera y el pueblo trabajador de la ciudad y el campo, para la lucha antiimperialista, la defensa de la independencia, el impulso del desarrollo soberano y la conquista del Poder para la construcción de la sociedad socialista.”
4- Según el punto de vista del PCV, ¿cuál es el estado de la Revolución en Venezuela, si es que la hay?
Esta pregunta ya ha quedado parcialmente respondida, pero podemos ser más precisos y enfáticos: no creemos que haya habido revolución alguna en Venezuela en 1999. El 14º Congreso Nacional de nuestro Partido, reunido en agosto de 2011, lo expresó así: “Lo que ha ocurrido, esencialmente, es que la burguesía asociada y subordinada a los monopolios imperialistas […] que ejercía el dominio del Estado […] ha sido desplazada del control estatal, pero en general no por las clases y capas realmente interesadas en un cambio revolucionario. Son otros segmentos de la burguesía, y fundamentalmente de la pequeña burguesía, asociados a ciertos grupos e individualidades civiles y militares, quienes, pese a la resistencia de factores progresistas y revolucionarios, ahora determinan la tendencia dominante en la dirección del Estado, no para transformarlo y crear un Estado Democrático-Popular Revolucionario, sino para administrar la renta petrolera bajo monopolio estatal, introduciendo reformas sociales y políticas, pero preservando el modelo económico rentista tradicional y el tipo de Estado burgués que corresponde a tal modelo, altamente burocratizado, elitesco, ineficiente, corrupto, populista y asistencialista.”
En los cuatro últimos años, se ha venido observando un desgaste creciente del impulso y el nivel de apoyo popular que tuvo ese proceso de cambios desde su inicio, desgaste que se detuvo y revirtió parcialmente por la reacción emocional del pueblo ante la enfermedad y muerte del Presidente Chávez. La transición al gobierno ahora presidido por Nicolás Maduro se cumplió con relativa normalidad y sin grandes sobresaltos, pero desde entonces ha quedado cada vez más en evidencia que la tendencia hacia el desgaste continúa y hasta se acentúa, ahora agravada por los severos problemas económicos que enfrenta el país. Adicionalmente, persiste el empeño de algunos grupos de la extrema derecha nacional, auspiciados y apoyados por intereses imperialistas globales (que tienen sus sedes principales de coordinación y dirección en EE.UU., Colombia y España), en derrocar por cualquier vía al legítimo gobierno nacional y revertir los cambios habidos en los últimos 15 años. Hasta ahora les ha sido imposible lograr sus objetivos, principalmente debido a las fortalezas que todavía mantiene el proceso de cambios, pero también en alguna medida como resultado de sus propias divisiones internas. No obstante, siguen siendo un peligro latente.
5- ¿En qué luchas está centrando los esfuerzos el PCV?
La 13ª Conferencia Nacional de nuestro Partido, recién concluida en agosto de este año, acaba de ratificar y enfatizar la línea política del PCV hacia la construcción de un bloque obrero-popular revolucionario integrado por las fuerzas políticas y sociales genuinamente comprometidas con la profundización de los cambios hacia una verdadera revolución. Este bloque, ya en construcción alrededor de un núcleo central conformado por los sectores más conscientes y organizados del movimiento obrero-sindical, está llamado a disputar el poder político en Venezuela en el mediano plazo.
Ello requiere avanzar aceleradamente hacia un cambio en la correlación de fuerzas, que es en la actualidad abrumadoramente contraria a tal posibilidad por estar clara y decididamente bajo el control de una coalición de sectores de la pequeña burguesía en auge, de la burguesía comercial-importadora, y del capital financiero. Para lograr tal cosa, estamos haciendo esfuerzos intensificados en la organización y fortalecimiento del núcleo central obrero-sindical de este bloque de fuerzas, lo que, por cierto, nos está llevando a una nueva ronda de confrontaciones cada vez más agudas con el gobierno y su política en materia laboral y sindical, que es en general favorable a los intereses patronales y contraria a la organización autónoma y clasista de las y los trabajadores.
6- Según vuestro punto de vista, ¿se está produciendo una reducción de la pobreza en Venezuela? ¿Cómo creen que está la sociedad venezolana a día de hoy?
Hubo efectivamente una sustancial reducción de la pobreza entre los años 2004-2010, en comparación con los niveles existentes antes de 1999. Ello fue en buena medida resultado de los planes extraordinarios (llamados “Misiones”) puestos en práctica por el gobierno nacional para atender las necesidades sociales más urgentes, los cuales lograron resultados muy exitosos en plazos relativamente cortos gracias al abundante financiamiento que recibieron del gobierno y al masivo apoyo popular de que disfrutaron.
Desde 2011, y especialmente en 2013 y 2014, no obstante, este avance se ha desacelerado, debido por un lado a las dificultades financieras que atraviesa el país, y por otro lado, a los vicios y deformaciones que han aparecido en las propias “Misiones”. La persistencia de las dificultades económicas nacionales al día de hoy, la improvisación, el coyunturalismo y el efectismo, hacen temer por la continuidad a mediano plazo de esos esfuerzos sociales, y por la sostenibilidad de los avances logrados.
7- ¿Que políticas aplicaríais para mejorar la vida de los venezolanos y venezolanas?
Desde hace más de un año, y con mayor fuerza tras la reciente 13ª Conferencia Nacional de nuestro Partido, hemos venido proponiendo una “Nueva y Revolucionaria Política Económica”, fundamentalmente distinta de la aplicada por el gobierno a lo largo de estos años, que no ha sido capaz de evitar las tremendas dificultades que enfrenta el país en esta materia y hasta podría haberlas agravado.
Esta “Nueva Política” es una propuesta amplia y completa de reorganización de la economía nacional desde sus propias bases, e incluye entre otros puntos: un programa general de industrialización y estímulo a la economía productiva con generación de empleos de calidad; la nacionalización completa de la banca y el sistema financiero; la nacionalización completa del comercio exterior, a fin de evitar los efectos perniciosos de la importación de bienes y servicios que deberíamos producir nacionalmente, y de la hemorragia de divisas que esa importación requiere; la reforma integral del sistema tributario, con eliminación del IVA y aumento sustancial de los impuestos al capital; el establecimiento de un sistema de planificación central participativa de la economía; el reordenamiento de las finanzas públicas y del gasto presupuestario del Estado sin afectar los intereses del pueblo y los trabajadores. Hay un vivo y creciente interés en diversos sectores de la clase trabajadora y el pueblo todo por nuestras propuestas, ante las estrecheces que hoy enfrenta el país y ante la perspectiva de que éstas se agraven en el futuro cercano, ya sea por la persistencia de la actual política económica o por la introducción de reformas con negativo impacto en los sectores populares.
8- Hace poco pudimos leer la noticia de que el gobierno de Venezuela estaba construyendo casas abrigo para niños huérfanos de Palestina. ¿Es cierta? ¿Cómo se encuentran las obras de las casas o ya están hechas?
Entendemos que el gobierno nacional ha tenido un nuevo gesto de solidaridad internacionalista con el pueblo palestino, al cual siempre ha apoyado tanto en los foros políticos y diplomáticos mundiales como a través de acciones concretas de ayuda humanitaria. Es cierto que en este caso ha habido un ofrecimiento del gobierno venezolano de recibir grupos de niños y adolescentes palestinos que hayan sufrido la desarticulación de su grupo familiar como resultado de los recientes ataques sionistas contra la franja de Gaza, pero no contamos con la información sobre el estado actual de las conversaciones con el gobierno palestino al respecto.
En todo caso, el gobierno venezolano tiene en marcha desde hace unos tres años un gigantesco plan de construcción de viviendas, denominado “Gran Misión Vivienda Venezuela”, que ha producido y entregado a familias de bajos ingresos unas 700 mil unidades habitacionales totalmente equipadas y amuebladas, virtualmente sin costo alguno. No nos sorprendería que, de concretarse el traslado de grupos de huérfanos palestinos a nuestro país, se destinen a este fin algunas de las decenas de miles de unidades actualmente en construcción.
Lo que sí podemos asegurar es que esos niños serían tan bien recibidos como lo han sido siempre los numerosísimos árabes de distinto origen que han inmigrado a nuestro país por distintas razones y se han establecido aquí desde la llamada Segunda Guerra Mundial, como lo fueron los cientos de miles de refugiados de la Guerra Civil española que aquí encontraron su nuevo hogar, o como lo son en la actualidad los refugiados de guerra colombianos que han venido a nuestro país huyendo de la dura situación que persiste en el suyo.
9- ¿Qué opináis del proceso de independencia de Catalunya?
Con todo respeto por los asuntos internos y las políticas de las organizaciones progresistas y revolucionarias del Estado español y de cada una de las Comunidades Autónomas que por ahora lo integran, una independencia que garantice la consolidación del poder de la burguesía catalana sobre el pueblo trabajador de ese territorio, sería un avance tan pequeño y tímido que no merece en nuestra opinión tanta atención como la que se le ha dado. Y esa es precisamente la dirección en que parecen soplar los vientos predominantes en la mayoría de las Comunidades Autónomas en que se ha planteado seriamente el tema de la independencia: proyectos independentistas impulsados por coaliciones bajo la clara hegemonía de fuerzas de derecha y centroderecha (CiU en Catalunya, PNV en Euskal Herria, etc.), que han logrado cooptar a amplios sectores populares con legítimos y muy respetables sentimientos nacionalistas, pero cuyos intereses de clase no serán favorecidos en lo absoluto por una independencia lograda bajo las condiciones que imponga la correlación de fuerzas existente, de orientación y contenido claramente antipopulares. Estimamos de todas maneras que el referendo independentista planteado para Catalunya, sean cuales sean sus resultados, es un evento que puede tener consecuencias progresistas para toda España, al reabrir o reactivar oportunidades y debates políticos de mayor trascendencia, que han estado en general cerrados por décadas.
10- ¿Cómo veis la situación de España? ¿Veis posible que las fuerzas de izquierda puedan volver a conseguir el poder?
Habría que empezar, de nuevo con todo respeto, por definir con claridad qué o quién es la “izquierda” en la España actual. La frase “volver a conseguir el poder” sugiere que las fuerzas de izquierda lo han tenido en el pasado más o menos reciente, y eso, desde nuestro punto de vista, no es verdad.
Desde nuestra perspectiva, el PSOE es, como en general lo son todos los partidos llamados “socialistas” de Europa occidental, partícipe consciente y deliberado de un arreglo muy similar al esquema bi-partidista que regía en nuestro país hasta fines del siglo pasado, y que permite un cierto grado de alternabilidad “democrática” entre actores políticos que están, en lo esencial, todos comprometidos con la estabilidad y la perpetuación del estado de cosas reinante. Son por lo tanto de “izquierda” sólo dentro del estrecho marco definido por ese arreglo, por ejemplo en comparación con el PP; pero en cuanto a su potencial para impulsar cambios profundos hacia la genuina democratización del Estado español, no son de izquierda en lo absoluto.
La constitución post-franquista creó un marco jurídico que garantiza la continuidad del actual estado de cosas en España sobre la base de tres soportes político-institucionales igualmente comprometidos en sostener la llamada gobernabilidad: la monarquía, la “izquierda” y la derecha (esta última sin comillas). Y los acontecimientos de los últimos meses, que pudieron poner en jaque esa gobernabilidad si el partido “socialista” hubiera hecho honor a su nombre e historia remota y se hubiera opuesto a la perpetuación de la monarquía, así lo demuestran: nada puede esperarse de esa clase de “izquierda” si acaso llega a ganar las elecciones en el futuro, lo que no parece improbable.