Así entró Julio Paíz a Hielo Ardiente y a la consagración musical. Entrevista a Willy Chávez por Fredy Campos. 2010

El reciente fallecimiento del talentoso cantante, me dio pie para ir en busca de esta entrevista que le hice en el 2010 a Willy Chávez, el gran mástil del célebre grupo musical bautizado como «HIELO ARDIENTE, toda una institución del período conocido en El Salvador como LAS BUENAS EPOCAS.

Aquí sus impresiones:

Entrevista: Fredy Campos

-¿Dónde y cuándo naciste?

-Nací en San Miguel el 30 de diciembre de 1948

-¿No te importa si pongo la fecha completa?

-No, a mí eso no me importa, la mayoría de edad te da mayor imagen de experiencia.

-¿Tuviste una niñez feliz?

-Sí, fueron días felices en los que experimenté cosas nuevas cada día, especialmente con todo lo relacionado con la música. A pesar de que mi mamá se me murió cuando yo tenía 6 años y me crié con mis abuelos.

-¿En qué etapa de tu vida descubrís el talento por la música?

-Fijate que yo estudié en una escuela de orientación vocacional. Había sólo tres escuelas con el mismo sistema de enseñanza en todo El Salvador: una en Santa Ana, otra en San Salvador y la de San Miguel, que se llamaba Escuela Renovada Ofelia Herrera.

Cuando yo estaba en segundo grado hicieron una estudio para medir habilidades y aptitudes; entonces me dijeron «Tú traes para músico.» El sistema regular de educación era por la mañana, por la tarde era un sistema de clubes, en donde entre otros, había uno de música, en este club se originó el primer grupito en el que yo participé que se llamó Los Boys Dancers tocábamos con guitarras de madera y con instrumentos de la banda de guerra, allí yo empecé tocando la batería, pero me decepcioné cuando supe que el precio de una batería era el mismo que el de la casa donde vivíamos nosotros…un poco fuera de alcance.

Pasó el tiempo y para 1964 yo ya estaba bien metido en la música y ya había aparecido en San Miguel Los Thunders, un grupo profesional formado por gente de posibilidades.

-¿Te acordás de quiénes eran?

-Sí, el dueño era un señor que tenía una ferretería de nombre Mauricio Nostas, y los músicos originales eran, en la guitarra líder, Mauricio Nostas, la guitarra de acompañamiento estaba Alcides Cardona, en el bajo tocaba Mauricio Aparicio, la batería la tocaba Carlos Díaz, quien ahorita vive en Canadá, y el cantante se llamaba, Nelson López, éste ahorita es un coronel retirado del ejército.

Por esos días también habían aparecido los New Comets de Santa Ana, ahí cantaba un chavo que creo que le decían el gordo Arrazola, estos se convirtieron después en los TNT. En San Salvador había dos grupos, que eran Los Super Twisters y Los Satélites, en donde cantaba Meme Nuila, quien posteriormente vino a tocar la guitarra con Hielo Ardiente me entiendes? Se hizo guitarrista, era muy bueno el chavo. Tocaba la batería uno que le decían el Piojo de Oro, que después se hizo abogado.

-¿Cuántos instrumentos tocás?

-Toco todo lo que es persusión: batería, timbales, congas, luego a los 14 años, como vi que la batería estaba fuera de mi alcance por la economía, aprendí a tocar guitarra, me enseñó un chavo que era vecino mío. Ya a los 4 o 5 meses estaba tocando guitarra, me dijo que no necesitábamos dos guitarras y le quité la primera y la segunda cuerda a la mía y empecé a tocar el bajo ja, ja, ja.

Tocábamos solo rolitas de Los Beatles, Los Ventura, de Jerry y los Pacemakers, casi toda la onda de ese tiempo. Pero hasta aquí todo era por hobby, por darle rienda suelta a tus habilidades pues. Fijate que me entró un vicio de guitarra, tocaba 24 horas al día, era un vicio terrible. Toqué como 7 meses la guitarra y luego me empecé a especializar en el bajo. Después me quedé solo porque a mi amigo se lo llevaron los Holly Boys para San Salvador.

-Qué mala onda…¿Y quién era este chamaco, vos?

-Se llamaba Ricardo Yescas, se hizo después locutor de radio. Después me mudé para La Unión invitado por un grupito que había salido allí. Entonces me sacaron un trato: me dieron tres discos para que me los aprendiera y luego yo se los enseñara a ellos, madre, dije yo, no sabía que yo ya sabía tocar música. Pero todos estos chavos no esperaban futuro con la música, se fueron para la Universidad en San Salvador y yo me regresé para San Miguel. Uno de ellos se llama José Roberto Maldonado, es una eminencia en cardiología en San Salvador.

-¿Cómo se llamaba ese grupito?

-Los Port Boys, Los Chicos del Puerto. De allí me regresé a San Miguel y me invitaron a participar en un grupito al que se llamaba Los Goblins.

-¿De dónde sacaban esos nombres, vos?

-Palabritas que se oían en inglés en ese entonces vos. Pues aquí me sucedió lo mismo que con mi dúo, a Juan González, le ofrecieron más dinero Los Vikings y se fue con ellos, Caballero se fue para San Salvador a estudiar medicina y me volví a quedar solo. En eso aparece un chavo que me dice: «Guillermo, quiero que toqués en mi grupo» (se llamaba Los Kings). Como el grupo no tenía categoría yo no quería tocar con ellos y se la quiese poner difícil, le dije:

-Mirá, si me comprás un bajo Precission 20, que era lo mejor en bajo, porque toda la mara en esos días tocaban con bajeradas Teisco, solo los Super Twisters y los Satélites se daban el lujo en El Salvador de tocar con Fender, los que distribuía Mario Prossida en San Salvador. Yo sabía que no me lo iba a comprar. Pues a los dos días va a pareciendo el chavo y me dice «Guillermo, vámonos para San Salvador, voy a comprarte el Precission ahorita». Aquí ya no me pude echar atrás y empecé a tocar con el grupito; pero hubo problemas con los papás que no les daban permiso y nos desintegramos.

De ahí ya yo más maduro empecé a formar un grupo serio, recluté a mis músicos, los fui haciendo uno por uno y formamos Los King Masters, ensayábamos como 14 horas al día hasta que nos salían bien las canciones. Así nos fuimos haciendo de un nombre porque yo siempre quise formar un grupo de categoría, nos invitan a amenizar una fiesta de UGAASAL, y aquí tengo mi primer contacto con Tito Carías.

-¿Cómo entra Julio Paiz al grupo?

-Tito nos urgió que había que grabar otro disco ya que Cuando Era un Jovencito había pegado. «Mínimo en dos semanas necesitamos un 45» nos dijo. Nos fuimos para San Salvador Pablo, Armando, el Chele Lila y yo. Había un chavo que tocaba armonía, pero casi no la hacía, como era el dueño de los instrumentos, lo teníamos ahí. Así que fuimos, y grabamos Mientes o Sientes, y El Bardo. Entonces decía Jorge Velado de DICESA, quien era el segundo jefe después de don Toño Hütt, que quería darnos materiales para que yo los trabajara, a lo que yo dije que de veras no quería material de ellos, entonces decía Jorge: «no, no, no ahí dejen a Willy, que agarre lo que él quiera, porque sabe lo que está haciendo». Entonces grabamos El Bardo. y Mientes o Sientes. Willie Maldonado estaba en la consola de grabación porque en este aspecto Tito no tenía la experiencia de Willie, y me dice:

-Mirá, tu feeling para el bajo, papá, súper bien, tu proyección musical, súper bien; todos sabemos que vos sos el cerebro de este grupo. Pero sólo tenés un problema: aunque cantás bien, fijate que se te oye mal, para qué te voy a dar paja, tu voz no colabora papá. Buscate un chavo que tenga una buena voz y con tus canciones va a sonar.

Dicho y hecho. Había un grupo en San Miguel que se llamaba Los J3T2, porque los componían tres con nombres que empezaban con J y dos que empezaban con T.

-Menos mal que no había otros dos que comenzaran con P, porque hubiera oído mal veá vos.

-¡Ja, ja, ja, de plano! Pues un día pasé por donde estaban ensayando ellos y me paré a oirlos desde afuera. Al rato me asomo por la puerta y le digo al cantante:

-Mirá vení, ¿Cómo te llamás?

-Me llamo Julio Paiz.

-¿Por casualidad ya sabés quién soy yo?

-Sí, vos sos Guillermo Chávez.

-¿No quisieras cantar en mi grupo?

-No, vos, fijate que yo tengo compromiso con estos chavos y no los puedo dejar botados.

-Pero mirá, aquí no vas a ningún lado, aquí lo más lejos que vas a llegar es Moncagua, y conmigo vas a hallar futuro. es más, podés grabar tu primer disco ya. Pensalo y si decís

sí, llegate a la casa mañana y te enseño las dos canciones que vamos a grabar, ya pasado mañana nos vamos para DICESA. Al siguiente día llegó a la casa, agarré la guitarra y le enseñé El Bardo y la primera parte de Mientes o Sientes. Nos vamos para San Salvador, borramos las partes que yo había grabado y grabó Julio. Willie se me queda viendo y me dice:

-Mirá, vení para acá, este es el cantante que necesitabas hombre, oí qué bonita se oye la canción con éste, tiene como voz de niño pero se le oye bien, problema resuelto.

Todos los arreglos son míos, los otros chavos eran buenos músicos y me seguían la onda. Además de la parte musical, yo ponía uniformes, asignaba sueldos y otras cosas propias de este trabajo. Pero se vino un problema que había pasado dos veces: el dueño de los instrumentos, Omar Rivera, quería agarrar el 70 por ciento del dinero que ganábamos.

Estamos hablando de por ahí por 1968, yo ganaba 12 colones la hora y a los otros les pagaba 3. Más tarde le dije que les aumentara el sueldo a mis músicos y me respondió: «No, vos pedime lo que querás ganar, pero estos babosos no saben ni m… solo hacen lo que vos les decís», a lo que le respondí: «Sí, pero yo solo no puedo hacer nada sin ellos, son tan importantes como yo en el grupo».

Me dijo que definitivamente no les iba a aumentar a los muchachos y le repliqué que se metiera sus instrumentos por donde le cupieran, se los devolví y se quedó botado, pues la verdad, yo era el capitán de aquel barco y lo iba a llevar por la mejor ruta. A Omar lo dejamos tirado con sus instrumentos por bayunco. De ahí me fui a hablar con el Ing. Carlos Prieto, le planteé la situación y me preguntó: «¿Cuánto necesitás», le respondí: «Diez mil colones, 7 para equipo y 3 para transporte y misceláneos».

De inmediato me tiró un cheque y me dice «No te preocupés, pagámelo como mejor te convenga.» Me fui a a garrar el equipo más bravo que había en el país, el Fender, un revere, piano Yamaha, timbales lo último, catorce micrófonos y una Coaster que era lo único en El Salvador, pues nosotros viajábamos bastante. Teníamos nuestra propia casa, secretaria, contador, motoristas, roadies, trajes elegantes, todo profesional me entendés.

-¿De vos venían todas esas ideas?

-Modestia a parte sí papá, es que yo quería hacer un proyecto tipo Led Zepelin y esos súper grupos internacionales, aunque guardando su distancia me entendés, porque esos babosos tienen aviones.

-¿Cuánto ganabas ya aquí?

Ya aquí yo ganaba mis quince pesos por hora y mis músicos, doce.

-¿En este punto ya son Hielo Ardiente?

-Sí, ya habíamos ido a DICESA a cambiarnos de nombre porque el San Miguel había sido el nombre firmado por Omar y no quería líos legales. Primero le cambié la cantidad que nos daban como regalías, que eran 6 centavos por disco, te firmo si nos das 35 centavos por disco y le cambiamos el nombre le dije a Jorge Velado y éste aceptó.

-¿De dónde sale lo de «Hielo Ardiente»?

-Salióde un mini concurso que hicimos entre los miembros en el que cada uno escribió un nombre en un papelito, yo escribí Hielo y alguien más escribió Ardiente y ese adoptamos.

-Uno de los éxitos más grandes de Hielo Ardiente es Señora, todo mundo sabe que esa es una creación de Serrat ¿Cómo surge la versión exitosa de ustedes?

-Fijate que un amigo mío que estudiaba en México, creo que en el Instituto Politécnico de Monterrey, llegó a San Miguel y me dice: «Fijate que a México llegó JM Serrat y presentó esta canción mirá, agarró la guitarra, me la tarareó, y me dio la letra de Señora. Vine yo y como nunca la había escuchado con Serrat, le saqué los acordes y vámonos papá, éxito rotundo.

-Me estás habalndo sólo de fusilamientos, ¿Tenían canciones originales?

-Claro que sí: Sha la la I love you, Mientes o Sientes, Eres como yo, etc. estás hablando con el Rubén Darío del movimiento papá, ja, ja, ja!

-¿Cuál fue la primera canción que grabaron como Hielo Ardiente?

-Fue Habladurías.

-¿Y de dónde salen con un famosos de la música clásica,vos? La rola «Tristeza» es el célebre Etude 3 de Chopin.

-Locuras con las que a veces yo salía. Eso viene de arriba vos, no sé ni cómo hacía, solo me ponía a preparar música hasta las dos tres de la mañana, al siguiente día a ensayar, luego a grabar o al camino. Sólo así se puede triunfar papá. Fijate que los Beatles, que eran los Beatles, trabajaban hasta doce horas por perfeccionar una o dos canciones.

-Contame la historia de «Julia.»

-Esa canción se la oí en Panamá a un señor que cantaba con un acordeón a la salida de un restaurante adonde habíamos ido a cenar con Tito Carías. Lo oí una vez, y le dí un balboa para que la tocara de nuevo; le pagué para que la tocara una diez veces más hasta que se me pegó. Cuando llegué a El Salvador, le hice los arreglos correspondientes y el resto es historia.

-¿Cómo era tu relación con el grupo, eras tranquilo o eras un dictador con los otros chavos, eras su amigo o eras «el jefe»?

-Eramos amigos, pero me respetaban como el líder, a veces me odiaban porque los presionaba pero eso nos llevó a figurar me entendés. Y en realidad la reputación llegó al punto de adquirir el respeto hasta de otros músicos de otras bandas famosas en ES.

-¿Cómo se separa el Hielo Ardiente?

-Mirá, todo tiene un ciclo vos los sabés bien, ya era suficiente, porque esa vida también cansa. En la última gira por Estados Unidos en 1974, porque también fuimos el primer grupo que hizo giras internacionales, después de la Flores, estando en San Francisco reuní a los muchachos y les dije: señores, tengo que darles la noticia que yo ya no voy a seguir con el grupo. No crean que los abandono, Uds. ya han crecido como músicos y es tiempo ya de que sigamos con nuestros planes de vida, al menos yo así lo hago. Si Uds. quieren seguir es su decisión, pero yo aquí me quedo. Por toda respuesta me dijeron los chavos que sin mí no eran nada y cada quién siguió su vida.

-¿Por qué crees vos que ya no surgen músicos de pegue en ES después de ustedes, los de LBE?

-Mirá, no solo en El Salvador vos. Las Buenas Epocas fueron el resultado de un boom mundial ves? Y se dio en los sesenta y setenta y ya no se volvió a dar en todo el mundo. Ya no hubo otros Beatles, ya no hubo otros Rolling Stones, ya no hubo otro Santana. Vos decís en tu página que viste en el documental a los músicos de LBE ya alcanzados por al edad y siguen cantando, pero también es el caso de Los Rolling Stones, Ringo, Paul MacArtney, etc. No es que en El Salvador ya no nazcan músicos con talento, es que en el mundo entero ya no se dan las condiciones de las Buenas Epocas.

-Hey ¿Puedo decir que yo te aconsejé que dijeras eso Willy? Ese análisis está fenómeno brother.

-¡Ah ja, ja, ja, ja, sí hombre, dale! 

-¿A qué te dedicás ahora?

-Sigo en la música, es más en todos estos años he organizado grupos musicales en Los Angeles con músicos salvadoreños, mexicanos, nicaragüenses, etc. Hoy día trabajo en clubes haciendo un dúo con mi esposa quien tambiénes artista.

-Finalmente ¿Tenés algún mensaje para LBE?

Sí, quiero en primer lugar felicitarte por lo que has hecho para los músicos de nuestra generación al crear esta página. De plano que la necesitábamos, Fredy. En segundo lugar quiero disculparme con los productores del documental de LBE por no haber podido darles la entrevista, aunque me invitaron lo cual les agradezco con mucha humildad, sepan que yo respeto mucho lo que están haciendo y les auguro un gran éxito; sin embargo yo soy un poco camera shy y no hubiera querido hacer un mal papel, o decir algo inexacto o inapropiado por estar pensando en cómo me voy a ver en la película. Mis sinceras disculpas por mi malacrianza. Un saludo a toda la mara de LBE y a vos gracias por tu paciencia de santo Fredy.

-No hay problema brother, de todas maneras yo sólo te hacía las preguntas, dejaba la grabadora y me dormía hasta la siguiente pregunta. Ja, ja, ja, ja!

Y aquí terminó la entrevista con Willy Chávez, un músico slvadoreño muy «sui generis.» En el transcurso de una conversación lo mismo cuenta un chiste de Pepito, que habla del último libro de Isabel Allende. En su período de éxito en El Salvador lo mismo grabó una canción escuchada a un hombre en una calle cualquiera de Panamá, que una fundamentada en un Etude de Chopin. Como Los Beatles, trabajó 24-7 por subir a la montaña, como Los Beatles, escogió San Francisco, California, para terminar las giras e iniciar un nuevo ciclo de vida.

Willy Chávez, un hombre nacido para dejar una huella profunda de su paso por la vida, un salvadoreño que contribuyó en gran parte a dejarle a El Salvador el legado de Las Buenas Epocas, y ni siquiera lo sabe.

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