Poesía Salvadoreña Contemporánea

29 noviembre 2007
Poesía Salvadoreña Contemporánea

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Indudablemente los últimos treinta y cinco años de la historia y de la literatura salvadoreñas están marcados por el conflicto social que desembocó en la guerra civil y que polarizó a la nación entera. Al inicio de esta etapa ocurrieron las muertes de los más prominentes poetas de la generación que consolidó un primer canon de literatura salvadoreñal: Claudia Lars (1899-1974), Raúl Contreras (1896-1973), Pedro Geoffroy Rivas (1908-1979), Vicente Rosales y Rosales (1894-1980), Serafín Quiteño (1906-1987), Hugo Lindo (1917-1985) y Lilian Serpas (1905-1985), entre otros. Estos hechos ocasionaron el lógico recambio generacional y coincidieron con una gran efervescencia política iniciada con el secuestro y asesinato del empresario Ernesto Regalado Dueñas, en 1972. Este hecho fue la primera manifestación de la existencia del Ejército Revolucionario del Pueblo, uno de los cinco grupos que después conformaron el Frente “Farabundo Martí” para la Liberación Nacional, FMLN.
En ese mismo año de 1972 la Universidad de El Salvador (UES) fue ocupada por el ejército, lo que marcó el declive de tan importante centro de estudios, imbuido de las mismas contradicciones que ya dividían a la sociedad entera. Antes de la invasión, en la Editorial Universitaria se publicaron algunos de los libros fundamentales de la literatura salvadoreña, como las Obras escogidas de Salarrué (Salvador Salazar Arrué) proyecto ejecutado entre 1969 y 1970 por el poeta Hugo Lindo y apoyado por el rector de la Universidad, Rafael Menjívar Larín. Fue ese un primer intento de recopilación de la obra de uno de los más destacados narradores salvadoreños, y es una obra importante además, porque incluye el único poemario de Salarrué: Mundo nomasito (republicado en edición aparte en 1975). Dicha editorial era dirigida por Ítalo López Vallecillos, quien publicó además las Obras Escogidas de Claudia Lars, con prólogo de Matilde Elena López, la Antología general de la poesía de El Salvador, de José Roberto Cea, el importante poema Los nietos del jaguar de Pedro Geoffroy Rivas, y muchos más.
El otro poema fundacional de Geoffroy, Vida, pasión y muerte del antihombre, así como sus trabajos lingüísticos, vieron la luz por la misma época en la Dirección de Publicaciones. En esta etapa, los integrantes de la Generación Comprometida nacidos alrededor de los años treinta estaban en plena etapa de madurez y producción: Rafael Góchez Sosa (1927-1986), Álvaro Menéndez Leal (1931-2000), Ítalo López Vallecillos (1932-1986), Mercedes Durand (1933-1999), Irma Lanzas (1933), Waldo Chávez Velasco (1933-2005), Eugenio Martínez Orantes (1932-2005), Manlio Argueta (1935), Roberto Armijo (1937-1997), José Roberto Cea (1939) y Roque Dalton (1935-1975), entre otros.
Fue la primera generación poética que pasó por las aulas universitarias, y desde ahí combinó el quehacer poético y el trabajo sostenido en diversas disciplinas académicas. Además de ser el más depurado poeta lírico de su generación, como lo atestiguan sus poemarios Biografía del hombre triste, Imágenes sobre el otoño, Puro asombro, Inventario de soledad y Espejo (inédito), Ítalo López Vallecillos fue un destacado investigador histórico (El periodismo en El Salvador, Gerardo Barrios y su tiempo, La influencia de México en la Independencia de Centroamérica, La insurrección popular campesina de 1932 y La dictadura del general Maximiliano Hernández Martínez), amén de dirigir tres de las más importantes editoriales universitarias centroamericanas: la de la UES; UCA Editores de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, y la Editorial Universitaria Centroamericana, EDUCA, ésta última durante su exilio en San José de Costa Rica.
Otros miembros de la Generación Comprometida se volcaron a diversos géneros, como Menéndez Leal, quien escribió teatro y cuento además de poesía. Entre sus obras poéticas más relevantes, destacan: Los júbilos sencillos, Banderola de señales, Silva de varia música, Antología inédita, Antología heroica y Bip bip bip haikús. Expulsado de la academia militar, Menéndez Leal incursionó en el periodismo radial y la docencia universitaria. Irreverente, subversivo, polémico incluso, el mejor personaje de Álvaro Menén Desleal, como se firmó muchas veces, fue él mismo.
Manlio Argueta es conocido sobre todo como novelista, pero en su obra poética temprana destacan Un hombre por la patria, El animal entre las patas y En el costado de la luz. Argueta, lo mismo que otros de sus compañeros de generación, se vio obligado a salir de El Salvador a raíz de la ocupación de la Universidad. Su obra novelística es muy conocida dentro y fuera del territorio salvadoreño e incluye: El valle de las hamacas, Caperucita en la zona roja (obra con la que obtuvo el premio “Casa de las Américas” en 1977), Un día en la vida; Cuzcatlán, donde bate la mar del sur; y Milagro de la paz, entre otras. Radicó en San José de Costa Rica, donde no sólo realizó la mayor parte de su obra novelística, sino que la dio a conocer. Actualmente es director de la Biblioteca Nacional de El Salvador.
Por su parte, Roberto Armijo se encontraba becado en Francia cuando ocurrió la ocupación de la Universidad y se quedó en aquel país donde realizó una importante actividad diplomática que contribuyó a la declaración franco-mexicana (1981) que reconoció al FMLN-FDR como fuerza beligerante en el conflicto salvadoreño y sirvió como primer empuje hacia el proceso de paz. Armijo publicó La noche ciega al corazón que canta, Seis poemas y una elegía, y participó en la antología colectiva De aquí en adelante junto con Manlio Argueta, Tirso Canales, José Roberto Cea y Alfonso Quijada Urías. De ese grupo, Quijada Urías marchó al exilio en Nicaragua en 1981. Sólo Tirso Canales y José Roberto Cea continuaron trabajando en el país en forma ininterrumpida. Debido a su larga permanencia en el extranjero, la obra poética de Armijo, por lo demás muy importante, ha sido conocida tarde y mal en El Salvador.
Hubo otros escritores que por su edad no se agrupan ni como parte de la generación de los mayores ni de la comprometida, con quien, sin embargo, tuvieron vínculos ideológicos. Oswaldo Escobar Velado (1919-1961) muerto prematuramente de cáncer después de dejar perdurable influencia sobre los poetas jóvenes; Matilde Elena López (1919), quien desarrolló una destacada labor docente y ensayística, autora del poemario Los sollozos oscuros, y Claribel Alegría (1924), más conocida por su obra narrativa, quien ha publicado los poemarios: Aprendizaje, Pagaré a cobrar y otros poemas, Sobrevivo, Suma y sigue, La mujer del río Sumpul, Y este poema rio, Variaciones en clave de mí, Umbrales, Luisa en el país de la realidad y Saudade. Aunque nacida en Nicaragua, es una de las escritoras salvadoreñas con un trabajo extenso y consistente.
Roque Dalton es el poeta salvadoreño más conocido a nivel internacional. Ganó el primer lugar en el certamen “Casa de las Américas” con Taberna y otros lugares (1969), un hito en la poética nacional. Anteriormente había sido finalista del mismo certamen con El turno del ofendido. En 1970 renunció a sus labores en el Comité de Colaboración de dicho instituto y en 1973 ingresó clandestinamente a El Salvador, donde se integró a las filas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Un grupo de miembros de esa organización lo asesinó el 10 de mayo de 1975. Cinco años antes, en Barcelona había publicado Los pequeños infiernos, con palabras de José Agustín Goytisolo; y en 1974, en México, Las historias prohibidas del Pulgarcito. Sus Poemas clandestinos circularon en San Salvador a partir de 1980 precisamente así: clandestinos y reproducidos en hojas mimeografiadas. Un libro rojo para Lenin apareció en Managua, en 1986, y Un libro levemente odioso, en México, en 1988. Referente obligado de una generación que creció a la sombra del personaje literario y político, Dalton ha sido para muchos poetas salvadoreños ese “paisano inevitable” que Darío fue para los nicaragüenses.
De sus contemporáneos José Roberto Cea incursionó en poesía con Los días enemigos; Casi el encuentro; Códice liberado, con el que ganó el segundo accésit del Premio Adonais, Madrid (1966); Todo el códice, primer finalista del Premio Leopoldo Panero (1967), Náufrago genuino, Mester de picardía, Misa-mitin, Los herederos de Farabundo y Los pies sobre la tierra de preseas. Nacido en Izalco, localidad con una fuerte presencia de hablantes del nahuat, Cea reivindica en su obra la raíz de la identidad indígena.
En los cuarenta nacieron Alfonso Quijada Urías (1940), Francisco Andrés Escobar (1942), Rafael Rodríguez Díaz (1943), David Escobar Galindo (1943), Rafael Mendoza (1943), Dina Posada (1946), Ricardo Lindo (1947) y Alfonso Hernández (1948-1988). Con Sagradas escrituras (1969) y El otro infierno (1970), Alfonso Quijada Urías logró sendas menciones honoríficas en el certamen de “Casa de las Américas”, aunque fue Los estados sobrenaturales y otros poemas, en 1971, el libro que tuvo mayor impacto sobre la poesía salvadoreña. De este grupo, sin embargo, Escobar Galindo es quien tiene una trayectoria más destacada. Dueño de una indudable maestría en el uso del verso clásico, y con una obra torrencial de gran calidad que le ha granjeado numerosos premios internacionales, es autor de los poemarios Extraño mundo del amanecer, Destino manifiesto, Sonetos penitenciales, Las máscaras yacentes, El libro de Lilian, Doy fe de la esperanza, Cornamusa, Guijarros de humedad, Devocionario, y El jardín sumergido, entre otros.
Amén de incursionar con éxito en la novela, el teatro y de publicar desde 1985 un cuento semanal en La Prensa Gráfica, Escobar Galindo también participó en la comisión negociadora que firmó los Acuerdos de Paz. Es rector de la Universidad “Dr. José Matías Delgado”. Los demás poetas siguieron muy diversas trayectorias vitales: Rafael Mendoza estudió Derecho, Letras y se dedicó a la publicidad sin abandonar la poesía. Ha publicado Los muertos y otras confesiones, Confesiones a Marcia, Testimonio de Voces, Los derechos humanos, Entendimientos, Los pájaros, Sermones, Homenaje Nacional, Elegía a Media Asta y Poemas para morir en una ciudad sitiada por la tristeza. También fundó, en 1966, el grupo Piedra y Siglo, del cual formaron parte Ricardo Castrorrivas, Jorge Campos, Luis Melgar, Chema Cuellar, Uriel Valencia, Jonathan Alvarado Saracay y Ovidio Villafuerte, así como la página La iguana en flor.
Alfonso Hernández murió tras un combate el 10 de noviembre de 1988 en las faldas del volcán de San Salvador. Miembro del grupo armado Fuerzas de la Resistencia Nacional, encarnó el ideal del poeta guerrillero. Fundó, junto con los escritores Jaime Suárez Quemain, Rigoberto Góngora; Mauricio Vallejo padre, Humberto Palma, Jorge Mora San, Marvin y Geovani Galeas, Nelson Brizuela, David Hernández y Chema Cuéllar, entre otros, la revista La cebolla púrpura. Por su parte, La masacuata agrupó a Roberto Monterrosa, Manuel Sorto, Rigoberto Góngora y Rolando Costa.
Rafael Rodríguez Díaz y Francisco Andrés Escobar han desarrollado una extensa e intensa labor docente dentro del Departamento de Letras de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, UCA. El primero publicó Amor medieval y Oráculos para mi raza, además de animar peñas literarias, dirigir las revistas Taller de Letras y Papeles de la tertulia, y el programa Flor y canto de la radio YSUCA.
Francisco Andrés Escobar ha escrito cuento, ensayo y teatro, además de sostener una intensa labor como docente, actor y director teatral. En 1995 ganó el Premio Nacional de Cultura, el galardón más importante que concede el estado salvadoreño. Ha publicado en poesía Petición y ofrenda, y Solamente una vez.
Dina Posada se destaca por una obra de profundo e irreverente erotismo. Reside desde hace más de veinte años en Guatemala y ha publicado Hilos de la noche y Fuego sobre el madero.
Nacidos en los cincuenta, Horacio Castellanos Moya (1957), David Hernández (1955) y Rafael Menjívar Ochoa (1959) han incursionado sobre todo en la narrativa. Junto con Castellanos Moya, Miguel Huezo Mixco (1954), Mario Noel Rodríguez (1955) y otros tres poetas publicaron La margarita emocionante (1979), en Editorial Universitaria. Huezo Mixco también ha publicado Pájaro y volcán, (UCA Editores, 1989) una antología de poetas combatientes.
Nacido en Tegucigalpa, Honduras, Horacio Castellanos Moya, por su parte se ha dedicado a su trabajo periodístico y sobre todo a la novela. En este género publicó La diáspora, El asco, El arma en el hombre, Donde no estén ustedes, La diabla en el espejo, e Insensatez, entre otros.
Maestro de educación básica y media en escuelas del interior del país y poeta de preponderante vena lírica, André Cruchaga (1957) dio a la imprenta Enigma del tiempo, Roja vigilia y Rumor de pájaros.
Jaime Suárez Quemain (1950-1980), dramaturgo, poeta y editor del periódico El Independiente, fue secuestrado y asesinado durante la peor etapa de represión de la guerra civil.
Tras el fin del conflicto El Salvador entró en una breve etapa de crecimiento económico que se vio frenada posteriormente por la recesión. Durante los años noventa asistimos a una revitalización de la actividad cultural. Sin embargo, el país aún arrastra un rezago enorme debido a múltiples causas, tanto económicas como políticas y sociales, que sería largo enumerar. El nuevo clima, sin embargo, ha permitido que surjan producciones más libres y voces nuevas.
Quizá uno de los hechos más significativos de los últimos años ha sido la exploración de diversas identidades, lo que está contribuyendo a enriquecer el imaginario colectivo. Una de las manifestaciones de esto es el trabajo de un grupo creciente de escritoras que han comenzado a crear espacios propios y a definir una obra personal de mayor exigencia sin recurrir necesariamente a las instancias tradicionales, en su mayoría dominadas y dirigidas por los escritores, y sin supeditarse tampoco a unos cánones definidos también mayoritariamente por los hombres.
Claudia Herodier (1950), licenciada en Filosofía, ha publicado Volcán de mimbre (1978), con el que ganó el segundo lugar en poesía en los Juegos Florales de Quetzaltenango, Guatemala; María Cristina Orantes (1955), hija de los escritores Alfonso Orantes y Elisa Huezo Paredes, publicó Llama y espina (2002); Carmen González Huguet (1958) ganó los Juegos Florales de Quetzaltenango, Guatemala, en 1999, y publicó Testimonio (1994), además del monólogo teatral Jimmy Hendrix toca mientras cae la lluvia (2004). Ha incursionado también en la narrativa con sus novelas El rostro en el espejo, La historia tatuada, Flores de papel, Bienvenidos al olvido, y los libros de cuentos: Mujeres y El color de la melancolía.
Silvia Elena Regalado (1961) dirige la Unidad de Cultura “Roberto Armijo” de la Universidad Tecnológica y editó en 2002 a la colección “Juntas llegamos a la palabra” donde apareció su libro Izquierda que aún palpitas, además de Traición a la palabra, de Claudia Herodier, Insumisa primavera, de Silvia Matus (1950), Atravesarte a pie toda la vida, de Nora Méndez (1967), Al costado del paraíso, de Eva Ortiz (1961), y Oficio de mujer, de Carmen González Huguet. Regalado publicó además Pieles de mujer (1995). Roxana Beltrán (1967) y Susana Reyes (1971) pertenecen también a esta generación. Susana tiene publicada en la colección Nueva Palabra de la Dirección de Publicaciones, Historia de los espejos (2004) y Nora, La estación de los pájaros (2004).
Rafael Menjívar Ochoa: nació en San Salvador, en 1959. Ha vivido en México donde se dedicó al periodismo y a la literatura, y actualmente dirige la Casa del Escritor, situada en la antigua Villa Montserrat, residencia de Salarrué en los Planes de Renderos, Panchimalco, donde funciona un prometedor taller literario. Ha publicado: Los años marchitos, Historia del traidor de nunca jamás, Los héroes tienen sueño, De vez en cuando la muerte, Trece, Tiempos de locura. El Salvador, 1979-1981, entre otros.
Entre los poetas nacidos hasta 1973 las voces más importantes son René Rodas (1963), Javier Alas (1964), Otoniel Guevara (1967), Luis Alvarenga (1969) y Jorge Galán (1973). René Rodas vivió en Canadá durante muchos años y volvió a El Salvador en 2005. Ha publicado Diario de invierno, Civilus Imperatur y La balada de Lisa Island.
Javier Alas: nació en Quezaltepeque, departamento de La Libertad, en 1964. Ha publicado: Luna de basalto; Mar, te deberé mi cadáver; Abisal; Quimeras y la antología Piedras en el huracán (San Salvador, Dirección de Publicaciones e Impresos, 1993).
Otoniel Guevara formó parte del taller literario Xibalbá integrado en la Universidad de El Salvador que incluyó a varios poetas jóvenes en los años ochenta. Publicó El Solar (1987); El violento hormiguero (1988); Lo que ando (1993); Lejos de la Hierba (1994); y Tanto (1996).
Licenciado en Filosofía, Luis Alvarenga publicó Otras guerras (1995) y Libro del sábado (2001) además de desarrollar una importante labor como investigador literario. Actualmente dirige la Dirección de Publicaciones e Impresos, además de la Revista Cultura, dos de las instituciones culturales más longevas del país.
Jorge Galán es Maestre de Poesía por parte de CONCULTURA, ha ganado los Juegos Florales de Quetzaltenango (2004) y el premio Adonais (2006). Publicó El día interminable (2004) y Breve historia del alba (2006). También cultiva la novela, el teatro y el cuento infantil.
Desde sus inicios, la poesía salvadoreña encontró difusión en revistas y periódicos. Un país donde la producción editorial es menos que exigua no permite otra cosa. Han sido muy importantes las revistas El Papo, cosa poética; La cebolla púrpura, La masacuata, Abra, Taller de Letras, Papeles de la tertulia, Realidad, Cultura, Alkimia y Paradoxa, entre otras, además de los distintos suplementos culturales de los periódicos, como Latino Cultural, Tres mil, Astrolabio, La iguana en flor, Búho, y muchos más.
Quizá las figuras más prometedoras entre las nuevas voces que están surgiendo últimamente sean Abraham Moisés Alvarado y Emerson Santiago Ayala. El primero tiene diecisiete años y estudia segundo año de bachillerato técnico en el Instituto Emiliani. Forma parte de los alumnos de la Escuela de Jóvenes Talentos en Letras, programa de alto rendimiento dirigido en forma conjunta por la Universidad Dr. José Matías Delgado y el Ministerio de Educación, desde su fundación en junio de 2005. Moisés obtuvo el primer lugar del Concurso de Literatura Joven de la Fundación Paiz edición 2007.
Emerson Santiago Ayala, por su parte, nació en el Cantón Santa Lucía del municipio de Ciudad Arce, departamento de La Libertad, el 17 de julio de 1990. Está cursando segundo año de bachillerato en el Instituto Nacional de El Congo, INCO, de Santa Ana, y al mismo tiempo es alumno de la Escuela de Jóvenes Talentos en Letras. Emerson obtuvo el segundo y el tercer lugar del Concurso de Literatura Joven de la Fundación Paiz edición 2007, con dos trabajos distintos: “Recomenzar” y “Tri-bulación”. En su corta experiencia como incipiente escritor ha aflorado en él inclinación por lo clásico, lo que ha dado por llamar un “rerrenacimiento”, el deseo por expresar algo en todas sus creaciones, sin abandonar las bases de la estética y la métrica tradicional. Algo que lo divierte y motiva para continuar.
(El articulo original sobre “Poesía Salvadoreña Contemporánea” apareció en Cuadernos Hispanoamericanos, No 678, diciembre 2006. La autora ha enriquecido y actualizado el trabajo, especialmente para una edición de Isla Negra)

Los antiguos pobladores de El Salvador

Los antiguos pobladores de El Salvador
El pequeño territorio sobre el que se asienta la República de El Salvador tiene un rico pasado, que se remonta a varios siglos antes de nuestra era. Pese a que la influencia maya y nahua se deje notar incluso hoy día, varios grupos, denominados arcaicos, poblaron con anterioridad a la llegada de aquéllos, los valles, llanuras y montañas que se extienden paralelos al océano Pacífico.

Fragmento de El Salvador.
De José Sánchez Sánchez y Antonio Zárate Martín.
Capítulo II.

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La población indígena estaba presente por casi todas partes, pero la mayor densidad se alcanzaba, igual que en nuestros días, en los fértiles valles de la doble cadena costera, y la menor, en los suelos quebrados y delgados de las montañas del norte y en la llanura litoral.

El origen de este poblamiento y de sus características culturales se halla en la existencia de unos primeros grupos denominados pre-mayas o arcaicos, en la influencia de la cultura maya, en la llegada de sucesivas oleadas de pueblos nahuas desde los altiplanos de México y en la presencia de pequeños aportes étnico-culturales del sur del Istmo.

De los grupos arcaicos pre-mayas se sabe poco, sólo se conservan huellas paleontológicas y restos arqueológicos entre los que figuran petroglifos de significado desconocido. A estos grupos pertenecían primitivos chorotegas, sustrato derivado del tronco chol establecido en el golfo de Honduras 20.000 años antes de Cristo; mangues, conocedores de la cestería, cordelería, labrado de la piedra y talla de la madera, que se dispersan por las costas del Pacífico de América Central, pueblo que algunos identifican como pre-mayas, haciendo oriunda de estas tierras a la cultura maya; y mames, cuyos descendientes históricos son los chortis, lencas, pocomanes y uluas, que practicaban la caza, la pesca, la agricultura estacional, la artesanía y, ocasionalmente, el canibalismo.

Más decisiva es la influencia maya y nahua del siglo I al siglo III después de Cristo. La mayor parte de Guatemala, El Salvador y Honduras quedó dentro del área de cultura maya procedente de las tierras bajas de Yucatán, caracterizada, sobre todo, por su organización en ciudades independientes, por la explotación intensiva del campo a partir del cultivo del maíz, judías y cacao, y por la construcción de grandes estructuras piramidales en centros religiosos y ceremoniales, entre los que destacan los de Tehuacán, Cihuatán, San Andrés y Tazumal, muchas de ellas utilizadas y completadas con nuevas construcciones por los posteriores invasores nahuas. Las huellas culturales mayas aparecen repartidas por la geografía de El Salvador, pero son especialmente importantes en los departamentos de Chalatenango, Usulután, San Miguel, Morazán y La Unión, en el territorio comprendido hasta las riberas septentrionales y orientales del río Lempa, donde se empleó el idioma maya quiché.

Hacia el siglo XI, la mayor parte del país fue ocupada por una primera oleada de pueblos nahuas, los toltecas, tribu originaria del desierto mexicano que se estableció sobre la alta meseta central del Anahuac y dominó a los mayas de Yucatán y Guatemala; en vísperas de la conquista, se produjo una segunda oleada, la de los pipiles, pueblo emparentado por su lengua y etnia con los aztecas mexicanos, que habrían sometido a su vez a los toltecas alrededor del año 1300. Toltecas y pipiles fueron ganados por la cultura de los vencidos mayas, produciéndose un fenómeno de fusión cultural, como se pone de manifiesto en sus abundantes restos arqueológicos (túmulos, sepulturas, construcciones ceremoniales…) entre los que destacan los de la Campana de San Andrés y Tazumal, en Chalchuapa.

A la llegada de los españoles, el panorama étnico y cultural estaba constituido por tribus decadentes y variadas, muy influidas entre sí y a menudo entremezcladas, que reflejaban la herencia lingüística y cultural de los pueblos anteriores. Sólo los pipiles y los pocomanes mostraban un nivel de desarrollo material y social superior. Los primeros, los pipiles, organizados a modo de democracia militar con régimen común tribal de tierras, constituían varios cacicatos, entre los que destacaba el de Cuzcatlán, la mayor entidad política que encontraron los españoles en estas tierras. Los segundos, los pocomanes, establecidos desde Guatemala a El Salvador, se extendían por los departamentos de Santa Ana y Chalatenango, y formaban parte de la gran familia mayaquiché. Según algunos eran fruto de la unión de pueblos mayas con protonahuas y primeros habitantes de El Salvador.

Otros pueblos eran los lencas, en los actuales departamentos orientales, en lo que ellos mismos denominaban «Chaparrastique» —lugar de hermosos huertos—; de lengua potón, representaban una avanzada de la cultura chibcha muy influida por la cultura y costumbres pipiles. Los metagalpas, islote racial en los lugares de Cocaopera y Lislique, en territorio lempa, restos de una tribu primitiva casi desaparecida que se vincula con una gran familia a la que pertenecen también los indios sunsos de Honduras y Nicaragua, los misquitos y los uluas. Los chorties, en la zona septentrional de Tejutla, de lengua y sangre maya-quiché. Y los jincas, en la desembocadura del río Paz, cerca de Izalco, grupo autónomo que unos consideran restos de pueblos autóctonos primitivos, y otros, de la fusión de mayas y nahuas.

Fuente: Sánchez Sánchez, José; Zárate Martín, Antonio. El Salvador. Madrid: Biblioteca Iberoamericana. Ediciones Anaya, S.A., 1988.

Biografía del Dr. José Gustavo Guerrero

BIOGRAFÍA DEL DOCTOR JOSÉ GUSTAVO GUERRERO

EX – PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD DE NACIONES

EX – PRESIDENTE DE LA CORTE PERMANENTE DE JUSTICIA INTERNACIONAL.

EX – PRESIDENTE DE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA DE LA HAYA

El ilustre jurista, doctor José Gustavo Guerrero, nació en la ciudad de San Salvador, capital de la República de El Salvador, el 26 de junio de 1876.

Desde muy joven dio positivas muestras de su brillante inteligencia, la que más tarde irradió luminosamente en Asambleas de alcances universales.

Recién regresado de las Facultades de Derecho de las Universidades de Guatemala y El Salvador, partió para Europa, en misión consular primero y diplomática después.

En Italia residió la mayor parte de los primeros años de su vida europea; fue nombrado inicialmente, Cónsul en Burdeos, y Encargado de Negocios en Italia, después, en 1911; posteriormente, presentó credenciales como Ministro Plenipotenciario en París, Madrid y Roma, con sede en la primera de las capitales indicadas.

En 1927 el Presidente, doctor Pío Romero Bosque, le propuso el Ministerio de Relaciones Exteriores. Guerrero declinó al principio el ofrecimiento, pero a ruego de muchos amigos suyos que invocaron su deber de servir a la Patria en el interior, se desprendió de Europa para venir a El Salvador, con mil proyectos en su privilegiada cabeza. Fundó entonces la Escuela Diplomática, estructurando la primera y única ley sobre esa materia que ha tenido la República.

Aquí se encontraba en San Salvador en 1928, cuando se convocó a la 6ª Conferencia Interamericana celebrada en La Habana. Guerrero fue allá presidiendo la Delegación de nuestro país.

En el seno de aquella Conferencia Pan-Americana, por cierto una de las, más importante de cuantas se hayan celebrado. Guerrero fue nombrado Presidente de la 2ª Comisión, la que conoció del espinoso problema de la intervención y no intervención. Las memorables discusiones acerca de ese problema han pasado a la Historia Diplomática de nuestro continente con caracteres de epopeya.

Guerrero abandonó su sitial de Presidente de la importantísima Comisión para poder entrar en los debates libremente. Atacó frontalmente el informe del Relator de la Comisión, doctor Víctor Manuel Maúrtua, jurisconsulto extraordinario, verdadero filósofo del Derecho y orador de notable elocuencia. Maúrtua defendía la política internacional de los Estados Unidos, más que los intereses de su Patria. Esta actitud del ilustre jurista peruano obedecía a causas económicas de orden interno del Perú. Los Estados Unidos estaban representados por una nutrida y eficiente delegación, presidida por el Secretario de Estado, Mr. Charles Evans Hughes.

Guerrero se enfrentó al ilustre Secretario de Estado Americano, combatiendo vigorosamente la política intervencionista. Sabía bien lo que hacía. No ignoraba las consecuencias de aquella actitud. Cuando regresó de La Habana, el pueblo salvadoreño le ofreció una de las ovaciones más grandes de que tiene memoria en El Salvador; pero, dejó de ser Ministro de Relaciones Exteriores.

A este respecto hay que destacar el episodio siguiente: Debido a la conducta del doctor Guerrero en La Habana, el Presidente de El Salvador, presionado por la Legación Americana, le envío un cablegrama rogándole moderase su actitud con relación a la política de los Estados Unidos; mensaje al cual respondió Guerrero con otro, por demás histórico, que decía, más o menos: “En tanto sea yo Ministro de Relaciones imprimiré a la política exterior de El Salvador la línea que reclama la dignidad del país”.

Volvió a París a reasumir sus funciones de Ministro Extraordinario y Plenipotenciario. Quien escribe estas líneas tuvo la dicha de acompañarlo desde San Salvador a París, en carácter de Agregado a la Legación Salvadoreña en Francia. Allá, en la capital francesa, tuvo oportunidad de estar muy cerca de Guerrero durante más de dos años; pudo apreciar, día a día, sus hábitos de trabajo, su esmerada pulcritud, el respeto que le guardaban los más destacados internacionalistas de España, Francia, Italia, Bélgica, Grecia y, desde luego, los grandes juristas del continente americano.

En 1929 fue electo Presidente de la 10ª Asamblea de la Sociedad de las Naciones, con sede en Ginebra. El delegado de Bélgica, monsieur Hymans y Guerrero se dividieron los votos de la Asamblea; pero en el segundo cotejo el delegado belga cedió el puesto al salvadoreño, y fue así que Guerrero salió electo por 51 votos sobre 53; es decir, casi por unanimidad.

Desde entonces, Guerrero adquirió dimensiones universales. Se convirtió en uno de los más reconocidos directivos de la Sociedad de las Naciones; su voz, su opinión, su voto y su consejo eran atendidos con respeto. Frecuentemente era consultado. Estas consultas se operaban desde antes que ocupase al alto sitial de Presidente de la 10ª Asamblea. Referiré un caso centroamericano.

“En el mes de marzo de 1928 el Consejo de la Liga de las Naciones resolvió invitar a la República de Costa Rica para que reingresara a la Sociedad. La Cancillería costarricense, en nota de 15 de agosto de ese mismo año, respondió manifestando: “El artículo 21 ha atribuido a la doctrina de Monroe un alcance jurídico internacional; la cual se ha convertido, después de esa época, para todos los pueblos signatarios, en ley constitutiva de Derecho Público Americano. Esta situación no implicaría peligro alguno respecto a la independencia de las naciones débiles, si todas las veces que el horizonte político se oscurece se pudiera invocar a tal efecto una declaración formal y autorizada de un organismo internacional; de la importancia de la Sociedad de las Naciones acerca del verdadero alcance e interpretación de la doctrina mencionada”, y termina la extensa nota de la Cancillería costarricense: “Habida cuenta de los hechos mencionados, el Gobierno de Costa Rica, antes de pronunciarse respecto a la amable invitación sostenida en vuestro mensaje, DESEA SABER COMO LA SOCIEDAD DE LAS NACIONES INTERPRETA EL ARTICULO 21.”

Me encontraba yo sirviendo mi puesto de Agregado a la Legación de El Salvador en París, en septiembre de 1928, cuando nuestro Ministro Plenipotenciario en Francia y delegado en Ginebra, doctor Guerrero, con la molestia propia de toda verdadera celebridad, me dijo: “He recibido esta nota que la Cancilleria de Costa Rica ha dirigido al Consejo de la Liga de las Naciones pidiendo que la Sociedad interprete el artículo 21 del Pacto. Y he sido comisionado – agregó – para elaborar la respuesta que el Consejo debería dar a la comunicación de Costa Rica, la que en verdad coloca a la Sociedad en aprieto, pues no es a ella a quien corresponde interpretar la Doctrina de Monroe.” Y fue nuestro delegado, el doctor Guerrero, quien formuló la respuesta que, con muy pocas variaciones, dio el gran organismo ginebrino a la Cancillería costarricense.

La aludida respuesta, en su aspecto esencial, dice: “En cuanto al alcance de los compromisos a que se refiere el artículo 21, es claro que este artículo no puede darles una sanción o una validez que antes no poseyesen. El artículo 21 se LIMITA A CONSIDERAR esos compromisos tal y como puedan existir, sin intentar definirlos, ya que un intento de definición pudiera conducir, en efecto, a restringir o extender su aplicación. Tal actividad no incumbe a los redactores del Pacto, concierne tan solo a los Estados que hayan aceptado INTER SE tales compromisos.”

La contestación de la Sociedad de las Naciones a la nota de la Cancillería costarricense, contestación diplomática al fin, es, no obstante, lo suficiente clara para poder afirmar que la Sociedad de las naciones, aunque incluyó en su Carta Constitucional la mención de la Doctrina de Monroe, estimó impolítico tratar de definir la tan discutida Doctrina que ha sido precisamente objeto – esa definición – de comentarios de tantos publicistas y motivo de tantas interpretaciones de Gobiernos”(1).

En 1930 se celebró en La Haya la primera conferencia sobre la Codificación del Derecho Internacional. Guerrero fue Relator del tema “Nacionalidad”, que forma parte del Derecho Internacional Público y del Derecho Internacional Privado.

Ese mismo año de 1930, fue electo por nueve años Presidente del Tribunal Permanente de Justicia Internacional de La Haya, y al expirar su período fue reelecto hasta 1946. Al invadir a Holanda las fuerzas militares de Hitler, el Tribunal de Justicia tuvo que abandonar su sede.

Cuando se creó en 1945 el nuevo Tribunal Internacional de Justicia, Guerrero fue otra vez electo Presidente, fungiendo en este carácter de 1946 a 1949. Después fue electo Vicepresidente de 1949 a 1955.

José Gustavo Guerrero fue un soñador en medio de la tremenda convulsión de la Humanidad; creía en las eternas máximas morales, propugnaba siempre por la proscripción de la guerra; fue siempre un adalid defensor del arbitraje, como medio de solucionar las situaciones conflictivas;
——
(1) La Doctrina de Monroe y la conferencia Interamericana de consolidación de la paz celebrada en Buenos Aires, por el doctor Ramón López Jiménez.

tenía fe en la bondad humana; creía en la eficacia del Derecho Internacional. Para muchos era un alma ilusa, ajena a la realidad materialista.

Guerrero no fue un tratadista a la manera del cubano don Antonio Sánchez de Bustamante y Sirven, del argentino Isidoro Ruiz Moreno, del mexicano Manuel de J. Sierra, del brasileño Hildebrando Ponpeu Accioli, del chileno Cruchaga Tocornal o del dominicano Carlos Sánchez y Sánchez, para citar únicamente autores hispanoamericanos.

Guerrero no fue propiamente un tratadista de Derecho Internacional, pero esto no quiere decir que no dejó obra escrita. Público algunos estudios jurídicos de positivo y alto valor jurídico, como “La Responsabilidad internacional del Estado”, “La VI Conferencia Panamericana”, “La Responsabilidad de los Estados” (en francés), “La Codificación del Derecho Internacional” (en francés), “La Unión Panamericana” (en francés) y un libro de 174 páginas, también en francés, “L´ordre internacional”, que resume gran parte de su pensamiento jurídico. El libro tiene un subtítulo: “Ayer, hoy y mañana”.

Este importante estudio del doctor Guerrero fue inmediatamente comentado elogiosamente por la prensa europea; cuando apareció la edición francesa a que antes hicimos alusión, fueron muchos los juicios críticos publicados en Europa. Entre algunos, queremos señalar a Jean Martín, del “Journal de Géneve”; profesor Hans Buré, de la revista francesa “L´ordre”; profesor Hans Webberg, del “Die Friedens-Warfe”, de Zurich”; profesor Henri Schbiger, de “Le Courrier”, de Ginebra; “L´express de Neuchatel”, “Perspectivas de Lausanne”, y para no citar otras publicaciones, cerramos los juicios críticos con la opinión laudatoria del tratadista doctor Antonio Sánchez de Bustamante, publicada en la “Revista del Derecho Internacional” de La Habana en septiembre de 1945.

Por último, en el ocaso de su vida, siempre activa, escribió acerca de la calificación unilateral de la competencia nacional, estudio que no ha llegado a mis manos.

La verdad es que la obra de Guerrero pertenece más a su extraordinaria personalidad. La obra, eminentemente personal, no libresca. Sus intervenciones, discursos, informes, votos, sentencias, consultas evacuadas en todos los organismos internacionales, absorbieron su vida. Esa labor intelectual que no puede apreciarse, como se aprecia el contenido de un libro, está dispersa en los archivos de la extinta Sociedad de las Naciones, en los Tribunales de Justicia Internacional, en la Corte de Arbitraje, en la Academia Internacional de París, de la cual fue Presidente, y en las muchas comisiones de que formó parte, como Presidente o Relator.

Guerrero poseía el raro don de saber conducir con maestría insuperable las grandes Asambleas mundiales. En Ginebra, como en París o en La Haya, José Gustavo Guerrero era consultado por los más conspicuos juristas y políticos de Europa y de la América Latina. En la Presidencia de la 10ª Asamblea de la Sociedad de las Naciones, dejó huellas inolvidables de la sapientísima dirección que imprimía a los grandes debates de los problemas mundiales.

Arístides Briand, de Francia; Lord Cecil Hurst, de Inglaterra; José León Suárez, de Argentina; M. A. Frangulis, de Grecia; M. Adacti, del Japón, y muchos más, rodeaban a Guerrero con respeto y admiración. Pocos juristas de la América Latina han llegado a gozar de esta extraordinaria consideración.

A la Legación de El Salvador en París llegaban constantemente los más destacados juristas y diplomáticos en aquella hora de la Humanidad, vecina a la segunda guerra mundial.

La amistad de Guerrero con los más altos representantes de la política de Francia dio motivo para que corriera la especie en Europa, particularmente en Alemania, que Francia estaba representada en la Sociedad de las Naciones por Arístides Briand y por José Gustavo Guerrero…

Cuando en 1929 el autor de estas líneas llegó a El Cairo, Rodolfo Jiménez, salvadoreño residente allá desde hacía cuarenta años, secretario del Tribunal mixto de Justicia de El Cairo, de dijo: “Jamás, pero jamás, ningún diario de El Cairo ha nombrado a mi lejana Patria de origen; únicamente ahora que ha sido electo el doctor Guerrero Presidente de la Sociedad de las Naciones, han publicado referencias de El Salvador, país desconocido en Egipto en forma absoluta.”

Igualmente en Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Perú y, naturalmente, en países más próximos a Centroamérica, siempre escuché elogios y alabanzas para la figura internacional de José Gustavo Guerrero.

En Río de Janeiro, el internacionalista brasileño doctor Raúl Fernández, que vive aún, amigo y compañero de Guerrero y de la misma edad, me dijo más de una vez: “Gustavo no les pertenece solo a ustedes, Gustavo es gloria del continente americano.”

En la Presidencia del Tribunal Permanente de Justicia Internacional, el doctor José Gustavo Guerrero se caracterizó por un irrestricto apego a la justicia. Esta conducta ejemplar de equidad y respeto a las eternas normas del Derecho, derivadas del concepto de justicia, llevaron la figura de Guerrero al sitial de honor y al más alto aprecio de sus pares y colegas. Reconociendo estas excelsas virtudes, fue reelecto Presidente de la Corte.

Existe un óleo en Ginebra de un grupo de jueces integrantes de la Corte Internacional de Justicia, en el que aparece Guerrero como Presidente, rodeado de todos los jueces. Están de pie, vestidos con sus togas de rigor. Es un cuadro que impresiona. De izquierda a derecha aparecen: Altamira, de España; Erich, de Finlandia; De Vischer, de Bélgica; el secretario, López Oliván; Fromageot, de Francia; Lord Cecil Hurst (Vice-Presidente), del Reino Unido de la Gran Bretaña; Guerrero (Presidente), de El Salvador; Van Eysinga, de Holanda; Conde Rostworwski, de Polonia; Cheng, de China; Negulesco, de Rumania; Hudson, de los Estados Unidos, y Nagaoka, del Japón.

Estimo que el Gobierno de El Salvador debería reproducir ese óleo gigantesco y colocarlo en el Salón de Honor del Ministerio de Relaciones Exteriores, para conocimiento de la generación actual y admiración de las venideras.

En otras fotografías de la Corte Internacional aparece Guerrero con el ilustre tratadista de Derecho Internacional, profesor don Antonio Sánchez de Bustamante y Sirven, de Cuba, quien conservó toda su vida las más cordiales relaciones de amistad intelectual con su eminente colega, doctor Guerrero. Igualmente existen en poder del embajador Gustavo Adolfo Guerrero, hijo, valiosos testimonios del aprecio y admiración que profesaron a su padre los grandes juristas de fama internacional: Anzilotti, de Italia; Bebilaqua y Levy Carneiro, del Brasil; La Pradelle, de Francia; Jesús M. Yepes y Francisco José Urrutia, de Colombia; Ake Hammasskjold, de Noruega; Alejandro Álvarez, de Chile; James Brown Scott, de Estados Unidos; Frangulis, de Grecia; Marcel Sibert, Director de la “Revista de Derecho Internacional Público”, de París, y muchísimos más, cuyas citas harían interminable esta reseña.

Este último, Sibert, orgullo de Francia como internacionalista y publicista, guardaba verdadera veneración intelectual por la personalidad de José Gustavo Guerrero. En las páginas de aquella gran revista, una de las mejores del mundo, Marcel Sibert hizo incontables veces referencias de elogio y admiración a la actuación de Guerrero en la Asamblea de la Sociedad de las Naciones y en la Corte de Justicia, publicando los casos litigiosos de carácter internacional que llevan la firma del eminentísimo salvadoreño.

El doctor Guerrero conservó su lucidez mental hasta el momento de partir para el viaje sin retorno, A la edad de ochenta y dos años se extinguió aquella luminosa vida bajo el cielo azul de Niza, el 25 de octubre de 1958. Allá están sus restos, los que posiblemente serán trasladados a nuestra Patria. Igualmente serán entregados, por sus hijos, todos los recuerdos personales del salvadoreño ilustre; sus togas de juez de la Corte Internacional, el martillo que ocupaba como Presidente del Tribunal, las cartas autógrafas de cientos de personalidades de fama mundial, miles de libros con dedicatoria de los más destacados internacionalistas y políticos de Europa, América y Asia, óleos, estatuas, platones de plata con firmas grabadas de sus pares y colegas, uniformes diplomáticos, etc.
Con todos estos recuerdos podría formarse una “Sala doctor José Gustavo Guerrero” en nuestro Museo Nacional, y con la inmensa biblioteca, más de seis mil volúmenes empastados en cuero, podría enriquecerse la biblioteca de la nación, poniendo esos tesoros bibliográficos al servicio público.

Sirvan estas líneas como tributo emocionado de reconocimiento, gratitud y recuerdo ante la memoria del maestro y amigo, integérrimo ciudadano, excepcional diplomático y notable jurisconsultor, doctor José Gustavo Guerrero.

Dr. RAMON LOPEZ JIMENEZ
Miembro de Honor de la Sociedad Brasileña de Derecho Internacional.
Miembro – Consejero del Instituto Hispano-Luso-Americano de Derecho Internacional.
Miembro Adherente de la Academia Diplomática Internacional de París.

YO TAMBIEN CUENTO

YO TAMBIEN CUENTO
Por Jessica P. Alpert

Miembros que viven fuera y dentro de El Salvador están interesados en las historias de nuestros antepasados así como amigos, vecinos, y familiares. Esta serie de artículos sobre nuestra comunidad estará incluida en la sección “Yo También Cuento” dándonos la oportunidad de conocer más sobre la comunidad israelita. Como les he contado, mi trabajo durante este estudio está basado en la historia oral, o sea, los testimonios de cada uno de ustedes. Con sus historias orales, textos antiguos, y memorias escritas cada día intento entender más sobre la vida judía salvadoreña.

No soy la primera persona que ha estudiado este tema. Esta semana les doy otro vistazo a una de las historias sobre los primeros años de la Comunidad Israelita. Preparada por Don Alexandre Granat, el Rabino de esta comunidad desde el año 1958 hasta los finales del los años setenta. De descendencia húngaro, Rabino Granat vino con su esposa Marianne y aquí tuvieron dos hijas: Annette y Margarita. La familia disfrutó de la presencia y apoyo de sus primos, Ildiko y Pablo Tesak.

La Comunidad Israelita de El Salvador, Segunda Parte
Por Alexandre Granat
San Salvador, El Salvador 1973

En 1909 se produce la llegada al país del señor Alfredo Widawer. Hombre piadoso y de excepcionales virtudes, organiza y orienta realmente el comienzo de la vida religiosa y la vida comunitaria conoció nuevos rumbos. Enérgico y decidido, el señor Widawer organizo las primeras reuniones de los correligionarios para celebrar Rosh Hashana y Yom Kipur. Bueno as mencionar la colaboración entusiasta y abnegada de otras personas que, junto con el señor Widawer, echaron las cimientas de nuestra organización religiosa actual, los señores Julio Lewy, Moisés Lewy y mas tarde, Gerhard Loewenstein, Jorge Lewinsky, Federico Falkenstein, y Federico Lowy. Ellos hicieron posible que estas fechas tradicionales fueran celebradas en casas particulares inicialmente y puede afirmarse que desde entonces, las fiestas mayores han sido celebradas en El Salvador sin interrupción.

En 1912 llegan al país el señor Federico Bloch para trabajar en la firma Luria-Meyer, en San Miguel, los hermanos Max y Martín Levin y el señor Max Rosenblum para la Casa Goldtree. Destinado en la Casa Haas, llegaron a El Salvador los señores Luciano y Roberto Simón. Con su hermano Roberto, fundo posteriormente su propio negocio en 1917. Esta firma fundada por don Luciano Simón tiene hoy como sucesores a los señores Enrique Weill y Jorge Salomón, bajo el rubro comercial de Weill, Salomón, y Cia, que manejan firmas conocidas en el ámbito nacional. Los señores Weill y Salomón llegaron a El Salvador en 1927 y 1928, respectivamente.

En el ano de 1913, llego al país el señor Max Freund, un hombre de grandes dotes y visión. Gracias a su esfuerzo personal, la vida comunitaria adquirió nuevas perspectivas ya que, en la época, concibió la idea de adquirir un terreno para edificar una Sinagoga. Muy merecido, entonces ha sido que el señor Freund haya sido el primer presidente de la Comunidad, elegido en 1943, donde igualmente fueron distinguidos como Presidentes Honorarios los señores Herbert De Sola, León Liebes, Eugenio Liebes, Alfredo Widawer, y Benjamín Bloom. Al término de la Primera Guerra Mundial, el señor Widawer tuvo la generosa actitud de donar los primeros libros de rezos que fueron de útil uso en nuestra Comunidad.

En los anos inmediatos a la Segunda Guerra Mundial, las casas de los esposos Widawer y Freund, fueron espontánea y generosamente ofrecidas para los rezos y reuniones de la Comunidad.

En esos anos difíciles para la vida judía en los países europeos que promovieron una mayor corriente migratoria hacia América, en El Salvador llegaron numerosas familias buscando refugios temporales en esta hospitalaria nación. Como muchos otros, Don Eugenio Liebes, Don Ernesto Reich, Don Enrique Guttfreund, y don Max Freund trabajaron constantemente para sacar sus seres queridos de Europa. Justo es mencionar el constate apoyo que nuestra Comunidad ha brindado a estas familias a quienes, con legendario espíritu de hospitalidad favorecieron el mejor destino de nuestros hermanos exilados.

Debemos mencionar igualmente por la importancia que tiene en el desarrollo económico de esta hospitalaria tierra, la fundación y funcionamiento del Banco Occidental por el señor León Emmanuel Dreyfus de Santa Ana, quien posteriormente se traslado a San Salvador con la sucesión de la Familia Bloom. Con relación a esta familia, el ultimo miembro de ella, el señor Benjamín Bloom donó su fortuna de aproximadamente 9 millones de dólares al Supremo Gobierno de El Salvador con el definido mandato de erigir un hospital, el mas completo posible para la atención y cuidado de la NET. Con el tiempo, este hospital fue construido y, a la par que cumple a cabalidad con los fines de su creación y con los deseos del donante, representa un moderno complejo arquitectónico que es signo característico del avance edilicio de la ciudad.

Un destacado hombre de negocios, como el señor Armando Frenkel, ha contribuido a crear para los judíos residentes de la Republica una respetable consideración. También, el señor Ernesto Liebes fue una de las personalidades sobresalientes de nuestra comunidad. El puede ser considerado como padre de la idea sionista en nuestra Comunidad y fue el primer presidente de la Organización Sionista de nuestra Comunidad. El Estado de Israel reconoció sus grandes meritos y lo nombro su Cónsul honorario en 1949, habiendo sido elevado mas tarde a Cónsul General.

El señor Carlos Bernhard, procedente de Alemania, llego al país cuando tenía 15 anos. Bajo la influencia de Don Ernesto Liebes, él tomo parte muy activa en la Comunidad y de la Organización Sionista. En el ano 1959 fue nombrado por el gobierno del Estado de Israel, vice cónsul honorario y algunos años mas tarde elevado al puesto de Cónsul honorario.

Otro destacado miembro de nuestra Comunidad, digno de mencionar es el señor Enrique Guttfreund** quien llego al país en 1934, para trabajar con Casa Goldtree. Dedico muchos esfuerzos a la organización de la vida comunitaria, interesándose especialmente en la educación de la juventud. Formar parte siempre de la Junta Directiva de la cual actualmente es vicepresidente. En su afán por la educación y las artes tomo interés en la alfabetización del país y fundo la Asociación Pro Arte de El Salvador de la cual fue presidente por muchos anos desde su fundación en 1958.

El impredecible final del laberinto cubano

Entrevista al sociólogo cubano Aurelio
Alonso: El impredecible final del laberinto cubano

Waldo Fernández Cuenca
La Ventana/Casa de las Americas

La Revolución Cubana está próxima a su medio siglo. Teorizar desde cualquier
ángulo sobre ella se vuelve un ejercicio difícil pero apasionante. El
proyecto político y social cubano, me atrevo a decir que gatea todavía,
busca situarse en un mundo áspero y contradictorio. Con enemigos poderosos y
grandes amigos en todo el mundo. Cuba sigue su camino. Mas en su andar,
importantes pensadores desde las más extremas y moderadas posiciones opinan
sobre ella. Aurelio Alonso, actual subdirector de la revista Casa de Las
Américas es uno de ellos. Sobre un críptico laberinto hurga en los
intersticios de los grandes retos que hoy enfrenta nuestra nación, 50 años
después de haber escogido un destino diferente. Este sociólogo y reconocido
pensador intenta darnos algunas claves de la Cuba actual.

¿Qué sintió Aurelio Alonso como pensador y persona cuando supo que se
derrumbó el campo socialista y la URSS?

-Para mí como para casi todo el mundo fue algo totalmente inesperado y
sorpresivo, pero si en algún lugar del mundo ha habido una comprensión
racional del derrumbe y no una comprensión por claudicación fue en Cuba,
porque nosotros sabemos que en algunos países de ese campo, como Polonia y
Hungría, se había desarrollado ya una proyección reformista muy fuerte hacia
una economía de mercado.

“En los años 60 el proyecto cubano trató de desarrollarse con una cierta
autonomía, lo cual no pudo realizar con éxito, y tuvo que adherirse al CAME
y alinearse al sistema soviético. Pero ya el Che Guevara casi había
pronosticado el derrumbe del sistema socialista, algo que en general se veía
muy difícil y poco probable. Yo pienso incluso hoy que el sistema podía
haberse reformado desde adentro sin haberse desestructurado.

“Para nosotros la caída en lo económico fue una catástrofe y en lo político
provocó una crisis de paradigma. Se había asumido el criterio que ese sería
nuestro modelo de desarrollo, y de repente se desmorona, motivo por el cual
muchos pensaron que aquí también iba a caer el socialismo. No obstante, para
los dirigentes cubanos se retuvo con claridad la opción de resistir por
todos los medios este embate. Que esto era necesario y posible a la vez.”

¿En algún momento usted pensó que aquí también se caería el socialismo?

-Sí, yo siempre pensé que podía caerse, como pienso que todavía puede
caerse. Si algo demostró el campo socialista fue que la irreversibilidad del
sistema no era una ley inviolable. Esa falsa idea de que habíamos llegado a
una sociedad superior y que no era reversible fue totalmente errónea. Esto
lo asume Fidel en el 2005 en un discurso -que resultó alarmante y sorpresivo
porque nunca él había reconocido posibilidades al fracaso- cuando habla que
nuestro socialismo podíamos destruirlo nosotros mismos, y menciona la
corrupción. Yo hablaría de mucho más que de la corrupción, hablaría de
burocracia, de inmovilismo y de la rutinización de nuestro sistema.

“Pienso que la destrucción del sistema siempre es posible y hay que salvarlo
todos los días, rehacerlo todos los días, perfeccionarlo todos los días,
incluso lo que no se haga hoy puede ser un lastre para el mañana. Este ha
sido un problema serio del socialismo cubano: que ha estado entrampado desde
afuera por un bloqueo externo pero también desde adentro por una cuota de
incertidumbre muy alta.”

Usted, en una entrevista para el periódico mexicano La Jornada, habla de
reinventar el socialismo.
¿Qué significa para Aurelio Alonso reinventar el socialismo en Cuba?

-La primera vez que yo usé esta palabra fue en Chile en el año 2003, cuando
digo que el futuro del mundo debe ser socialista pero que había que
reinventarlo, no solamente en Cuba sino también los proyectos de socialismo
que nacen hoy en América Latina en el marco de sociedades que están
intentando cambios radicales y revolucionarios, como lo son Venezuela,
Bolivia y ahora el caso de Ecuador.

“Estos son países que tienen que reinventar, no pueden asumir ningún esquema
anterior, ni el modelo soviético ni el actual modelo chino que es muy
controversial debido al alto compromiso alcanzado con el mercado en esa
sociedad, lo cual ha generado mucha incertidumbre en determinados sectores,
en cuanto al rumbo futuro. Para encauzar esas experiencias socialistas de
hoy hay que pensar en reinventar. Se ha vuelto un verbo clave.

“Nuestro socialismo también hay que reinventarlo, mirando críticamente a la
experiencia del sistema en el siglo XX. Por ejemplo en el plano económico
debemos decir que de una economía que está muy estatizada debemos llegar a
una economía más flexible donde el Estado no pierda su poder económico. Es
decir, ni el control integral del aparato económico nacional, ni su
protagonismo empresario, como inversor principal, en sectores que resulten
clave. Pero que deje espacios a otras formas de propiedad, como pueden ser
formas de propiedad cooperativa, y también una mayor presencia de la
economía familiar. Y ni siquiera excluir la posibilidad de otras en las
cuales ni hayamos pensado. Los esquemas atentan contra la imaginación.

“Todo esto debe implementarse con un balance donde ninguna de las formas no
socializadas o menos socializadas imponga una norma de mercado a las más
socializadas. Buscar una configuración que provea eficiencia, pero no en los
términos cuantitativos de la economía de mercado, sino con una concepción
nueva de la eficiencia, orientada a hacer sustentable al sistema en su
conjunto.

“Ahora, ¿qué camino habría que tomar? ¿Qué tiempo puede demorar? ¿Cómo se
puede hacer? Esas son preguntas más concretas que requieren respuestas más
concretas. Y respuestas más concretas implican el manejo de muchas variantes
que no están a mi alcance. Pero no tengo duda en cuanto a la necesidad de
romper la identificación de lo estatal con lo socializado o socialista.

Habría mucha más tela por donde cortar, por supuesto.”

¿No hay una idea implícita también en ese término de fracaso?

-Claro que sí. Hay dos cosas: está el significado del fracaso del modelo
anterior y está no perder de vista también los aportes reales de aquel
modelo. Empezando por la Unión Soviética, que de un imperio más feudal aun
que capitalista, sostenido por el mujik (el campesino), se convirtió en
menos de medio siglo en la segunda potencia mundial. No todo fue fracaso en
aquella economía, de la cual pueden extraerse experiencias importantes,
siempre teniendo en cuenta que el conjunto del modelo no se sostuvo, ni en
lo económico ni en lo político. En lo político porque el socialismo, que es
el único régimen mundial donde la sustentabilidad depende de la democracia,
no ha sido capaz de crearla.

“El capitalismo puede vivir sin democracia, fíjate que donde primero se
implanta el modelo neoliberal en América Latina es en el régimen de
Pinochet, el capitalismo usa los mecanismos de institucionalización política
que le son convenientes y rentables en cada lugar sin ningún escrúpulo. E
incluso aplica patrones autoritarios, y a veces de corte fascista, al amparo
de esa institucionalidad que llama democrática por sostenerse en regímenes
electorales y de alternacia gubernamental.

“Al capitalismo no le interesa crear una verdadera democracia, pero al
socialismo sí, y eso fue lo que faltó en Moscú, donde si hubiera habido un
verdadero poder popular, el gobierno soviético hubiera podido asumir un
esquema de reformas mucho más radical encaminado a sostener el sistema
socialista. No radical en renunciar al mismo. Todo eso falló porque no había
un poder popular, el pueblo no tenía ningún poder, desde un nivel
comunitario hasta los más altos niveles estatales, en la toma de
decisiones.”

¿Cuáles son entonces los problemas del proyecto democrático cubano?

-Creo que debemos partir de reconocer que hemos armado un proyecto demasiado
estatizado, muy burocratizado con un nivel muy limitado de participación
popular en los sistemas de decisiones de todo orden. Esto puede definir a
grandes rasgos el problema, pero que tiene muchas expresiones puntuales e
institucionales. Por ejemplo existe un sistema de poder popular donde la
Asamblea Nacional -que electoralmente es muy democrática, pero los elegidos
tiene un poder muy limitado para tomar cualquier decisión- se reúne solo dos
veces al año y vota cosas que ya han sido tramitadas. Esas votaciones
unánimes te dan la medida de lo insustancial de su gestión.

¿Habría que refundar entonces la democracia cubana actual?

-«Refundar» no es la palabra, refundar significa volver a fundar, un diseño
distinto, liquidando todo lo anterior. Yo creo que hay que transformarlo
críticamente, tener una posición más crítica por parte de los actores
políticos, en todos los niveles, de poder hacia la organización del poder.

El papel del partido a mi juicio debería ser transformado: el partido no
puede dirigir al Estado, es el pueblo el que debe dirigir al Estado. Martí
usaba unas palabras que siempre me han impresionado, él hablaba de un
partido para formar la república no para dirigir la república, para Martí el
partido debe tener un papel más ético, más de vanguardia.

“Esto nos lleva al análisis de que son dos cosas distintas un
partido-vanguardia y un partido-poder. Si nos montamos en una estructura de
poder ya estamos rebasando el papel de la vanguardia; y si nuestro propósito
es articular la garantía, la reproducción y el perfeccionamiento de la
vanguardia dentro del proyecto, nuestra aspiración no puede traducirse en el
ejercicio del poder, ya se refiera a administrar con eficiencia, o cualquier
dispositivo que releve al pueblo de la responsabilidad de las decisiones.

“No son ideas antagónicas, pero tampoco coincidentes, incluso pueden
contraponerse en algunas cosas porque ejercer el poder crea intereses
corporativos, entonces quieres estar en el Partido para poder ejercer el
poder. Es toda una dinámica de intereses y compromisos de acuerdo al papel
que juegan las instituciones.”

¿Cree usted en la superación de una férrea mentalidad de plaza sitiada sin
subestimar nunca la inteligencia del enemigo?

-Eso es muy difícil. Para superar esa mentalidad de plaza en estado de sitio
debe dejar de existir el estado de sitio real. Esta mentalidad de plaza
sitiada se crea porque somos una verdadera plaza sitiada. Los últimos 15
años son la prueba más clara de ello: cómo los Estados Unidos han cambiado
toda su política hacia el antiguo campo socialista excepto hacia Cuba. Y
comienzan el hostigamiento hacia esos regímenes latinoamericanos que se
aproximan o siguen proyecciones antiimperialistas, afines a las de Cuba.

“La política de cerco existe y el centro principal se está desplazando hacia
Venezuela. Este país es, más que Cuba, objeto previsible de una posible
invasión, por los intereses norteamericanos allí, puesto que Venezuela es
uno de los suministradores más de petróleo a los Estados Unidos, y esta
asentada geográficamente sobre las segundas reservas de petróleo más grandes
del mundo.”

En varios de sus artículos sobre la sociedad cubana y el impacto de la
crisis de los 90 usted dice que Cuba tiene una crisis de inserción debido al
mundo al cual se enfrenta. ¿Ha logrado el país insertarse en la dinámica
global contemporánea a la vez que protege su modelo?

-Yo hablo sobre la crisis de inserción que provocó la caída del llamado
«campo socialista», porque hasta el año 1989 Cuba no padecía esta crisis
debido a su inserción dentro de un sistema internacional. La inserción
siempre ha sido un problema para nuestro país, los primeros años de la
revolución fueron de ruptura y búsqueda de un camino independiente de
inserción en el mercado mundial, el cual no logramos. Ya entonces se pueden
identificar los elementos propios de una primera crisis de inserción hasta
que Cuba opta por ingresar al CAME y obtiene una asociación internacional
articulada, orgánica y estable. También una nueva situación de dependencia.

“Este sistema (el del CAME) no llegó a dominar una porción suficientemente
elevada de la economía mundial. Además se montó sobre un equívoco, puesto
que no llegó a ser un sistema distinto, en términos de mercado, al sistema
capitalista dominante, es decir, al mercado mundial, sino es una forma de
integrarse desde una perspectiva colectiva a la economía mundial.

“Cuba vive a partir de ahí un momento económico provechoso, aunque nos
volvimos también más azucareros, más dependientes de un mercado cautivo con
pocas posibilidades de salirnos de ese sistema. En la época actual hemos ido
logrando una inserción policéntrica, ya que no dependemos de ningún centro
en particular. Me atrevería a caracterizar la articulación económica
internacional a partir de tres contrapartes: Venezuela, China y algunos
países desarrollados.”

¿Cómo ve Aurelio Alonso el socialismo del siglo XXI que Chávez nos propone?

-Esa es una teorización. Confieso que yo también he usado ese término, pero
lo cierto es que no se sabe todavía cuál es, o cuales serán los socialismos
de este siglo porque solo han pasado siete años. Yo creo que hay una
correlación de fuerzas que demuestra condiciones favorables, como nunca
hasta nuestros días, para reiniciar una búsqueda del socialismo en América
Latina. Por ahí viene el verbo «reinventar», y como todavía habrá mucho que
reinventar, le hago un cierto rechazo a que alguien venga a estratificar
modelos como si tuvieran la verdad en la mano.

“Nosotros no podemos ponernos a construir modelos en abstracto, tampoco
significa que no podamos teorizar pero debemos hacerlo de manera progresiva.
Las condiciones de los países que vayan a construir ese socialismo saliendo
de profundas complicaciones de dependencia neoliberal como son los países
latinoamericanos, deben ser sobre la base de una serie de pasos, de
construcciones distintas a una sociedad como la cubana de economía muy
estatizada. Quizás los objetivos sean similares pero los puntos de partida,
los caminos, las estrategias tienen que ser distintas.

“Incluso nosotros no debiéramos ver, a ultranza, como un pecado capital,
privatizar. Venezuela parte, de hecho, de una sociedad hiperprivatizada, y
no creo que los procesos nacionalizadores que se hagan necesarios puedan
orientarse a la desprivatización masiva. También existen condiciones
diferentes para los países que parten con una cantidad enorme de recursos
materiales, naturales y los que no. Nunca van a ser iguales tampoco las
condiciones en que pueda triunfar un proyecto socialista en un país
capitalista desarrollado, necesariamente serán condiciones diferentes. El
dilema no está en teorizar o no teorizar, sino en si construimos modelos o
no construimos modelos, a partir incluso de experiencias evaluadas como
exitosas.”

¿Hasta qué punto le hizo daño a nuestra economía copiar el modelo soviético
y adoptar una excesiva centralización?

-Eso es muy difícil de decir. Habría que preguntarse también hasta que punto
la economía hubiera subsistido si no adopta el modelo soviético. No se
trataba solamente de acogerse a un modelo sino de adaptarse a las exigencias
de un conjunto de países para poder insertarse. La cuestión no era «si no te
adaptas al modelo no te ayudamos», era «si no te adaptas no tienes manera de
insertarte».

“Este modelo le hizo daño y le hizo bien al país, porque nos permitió salir
de la crisis de principios de los 70 y a partir de ahí obtuvimos una
dinámica de desarrollo estable. Uno de los grandes daños fue en el aspecto
financiero, pues había que buscar en el resto del mercado fuentes de
financiamiento no contempladas en el CAME, y nos acogimos al flujo de la
corriente crediticia en eurodólares que ofrecía el mundo desarrollado en
esos años. Como es sabido, esto generó un proceso de endeudamiento que
desbordó la capacidad de pago del país en divisa convertible.

“También habría que considerar que nuestras políticas de inserción han
estado ligadas a instrumentos jurídicos y no a una dinámica mercantil. Se
montaban fábricas que después no funcionaban o funcionaban a muy baja
capacidad por no hacerse las previsiones pertinentes. Fíjate que la crisis
de la economía cubana no empieza en realidad con la caída del campo
socialista, empieza con la carencia de recursos financieros para saldar los
cumplimientos de la deuda externa en divisa convertible en los primeros años
de los 80.

“En el año 1985, Cuba tiene que decirle a los acreedores occidentales
capitalistas que no puede pagar y para poder acceder a nuevos préstamos los
acreedores le exigen al país una fuerte reducción del gasto público y un
programa de privatización que priorizara la eficiencia económica por encima
de los gastos sociales. Una versión de las «políticas de ajuste» del FMI y
el Banco Mundial, características de las ataduras de la dependencia
neoliberal. Cuba no acepta y declara la moratoria de la deuda.

“Los créditos capitalistas significaban alrededor del 16% de la entrada de
divisas al país, pero ese 16% afectaba al 35% de la economía cubana. Los
convenios con los países del CAME se basaban en lo que esos países te podían
dar, que no coincidía siempre con lo que se necesitaba; en tanto, los
créditos capitalistas significaban la entrada de divisas al país para buscar
ofertas de acuerdo con tus necesidades. La moratoria de la deuda con los
acreedores occidentales trajo como consecuencia que el nivel de dependencia
de Cuba al CAME se elevara de aproximadamente un 65% hasta cerca de un 90%
en 1989.”

¿Qué cambios estructurales más urgentes necesita la economía cubana para un
despegue de sus fuerzas productivas?

-En primer lugar debemos enrumbar la mirada hacia la subsistencia. Siempre
hemos rechazado aplicar un modelo de subsistencia, pero los principales
gastos del país siguen siendo los combustibles y los alimentos. Nunca se
podrá llegar a la total suficiencia, pero no se puede depender en 50 o 60%
de importaciones en esos rubros. En este país hay mucha tierra sin cultivar.

Está la famosa anécdota de Raúl de que solo veía marabú en su viaje a
Camaguey. Evidentemente hay un problema estructural que requiere un cambio
estructural.

“Hay un 30% de los productores agrícolas que hoy garantizan más del 60% de
la producción de alimentos, y estos son los productores privados y las
cooperativas con mayor autonomía en sus decisiones. Son los menos atenazados
por los suministros del Estado, por el compromiso de entrega al Estado, por
la elección de sus cultivos por parte del Estado, por los precios que impone
el Estado. Yo no soy un experto en esos temas pero sí hay mucha gente que ha
escrito sobre eso y tiene sus puntos de vista.

“Creo que habría que ponerle un poco más de atención a los críticas. Hay que
generar cambios en la agricultura que garanticen un mayor
autoabastecimiento. Yo pienso que el socialismo del siglo XX fue tan
estatista de vocación en todas partes, que hoy nos cuesta adoptar otras
formas de propiedad como la cooperada y la privada.”

¿Considera la negación del mercado como la negación del desarrollo?

-Mira, el mercado no es el capital pero el capital sí hizo al mercado. Las
economías de mercado avanzan hasta que el capital se cae. Debe buscarse la
desconexión entre mercado y capital y a su vez el mecanismo de reducción del
peso específico del mercado como dispositivo de conducción de la economía.

Yo no creo en el «socialismo de mercado». Tú no puedes dirigir la economía
socialista mediante el mercado. La economía socialista debe estar dirigida
de manera global por una institucionalidad social representativa de los
intereses de la población y que domine al mercado.

“Al mercado hay que acudir para armar una lógica de eficiencia sin
comprometer el proyecto social. Una eficiencia no dictaminada por las leyes
del mercado sino por una lógica montada en los intereses superiores de la
sociedad, dentro de la cual el mercado provea también, con sus mecanismos,
aseguramientos armónicos con el interés global del proyecto. El mercado de
que hablo no puede convertirse en una concesión al interés privado en
detrimento del interés social, sino subordinarse a él.”

Desde que Raúl asumió la presidencia del país se habla de cambios,
básicamente. ¿Cómo pudiéramos diferenciar la personalidad de Raúl con la de
Fidel?

-Fidel es el estadista más brillante del siglo XX. Ha sido el jefe de Estado
que ha demostrado la mayor capacidad para resolver la subsistencia social en
las condiciones más adversas posibles y mantener un consenso para el
sistema. Las revoluciones generan personalidades: ahora mismo, en Ecuador
nadie sabía quien era Correa hasta hace dos años y este ha adquirido una
talla de estadista impresionante. Raúl no es Fidel. Creo que Raúl tiene
condición de estadista, como la tuvo el Che, y Dorticós y Carlos Rafael
Rodríguez. Es una opinión muy personal. Diría incluso que Raúl aventaja en
algunos aspectos a Fidel, yo creo que Raúl es mejor administrador, y mucha
gente lo cree en Cuba. Él tuvo un peso decisivo en muchas de las reformas
que se implementaron en los años 90 y que sirvieron para contener el
desplome de la economía cubana.

¿Cuán cerca o cuán lejos está el final del laberinto cubano tras la caída
del Muro?

-No se sabe dónde está el final del laberinto, ni siquiera la salida del
laberinto está todavía clara. La salida ha tenido un proceso de reinserción
que le debe mucho a la política de resistencia, pero también a los cambios
que se están produciendo en América Latina y a la crisis del sistema
imperialista. Estamos en una época de grandes incertidumbres, no podríamos
precisar aun los caminos de esos proyectos y cómo van a enfrentarse al
imperialismo. Un imperialismo que nos gusta calificar de agonizante pero
que, incluso en su agonía, no se quedará de brazos cruzados. Seguramente van
a repetirse las agresiones armadas, las cruzadas, las invasiones.

“Por lo tanto el principal aliado que van a tener los pueblos de la América
Latina será la resistencia de los invadidos. En cuanto a Cuba debemos pensar que la situación de plaza sitiada puede durar 100 años más. El sitio es un componente real de nuestro laberinto.”

México es mi segunda patria…Entrevista con José Napoleón Rodríguez Ruiz (II)

SAN SALVADOR, 8 de noviembre de 2008 (SIEP) “México es mi segunda patria…tengo tres hijos allá…”afirma con orgullo el Dr. José Napoleón Rodríguez Ruiz, destacado intelectual revolucionario salvadoreño. Compartimos su palabra…

“A principios de los setenta en la izquierda en general había un gran debate sobre las formas de lucha. El ERP y las FPL reivindicaban la lucha armada mientras que el PCS había dicho no a la guerra, y algo de razón tenían…no toda la razón, pero habían elementos válidos en sus análisis.”

¿Salvador Cayetano Carpio? él era un gran amigo y la Tulita su compañera, también, a tal grado que fui yo el que lleve a la dirección del Partido su carta de renuncia como secretario general del PCS. Después del VI Congreso del PCS de abril de 1970, quede fuera, quede como en el limbo…Antes Salvador me había dicho: mirá viejo, querés ser de las FPL. Y le respondí: me voy a quedar todavía un rato en el Partido…pero después ni era del ERP, ni de las FPL y ni del PC. Estuve fuera un tiempo…

A principios de los sesenta éramos un contingente de poetas, Roque, Armijo, el Pichón, Manlio, Tirso, y sufrimos muchas carceleadas ( Blas Escamilla me cuenta que Manlio tenía un saco gris colgado en su cuarto ya listo para tomarlo cuando llegaba la policía a capturarlo, solo lo descolgaba y se lo llevaba, y al llegar a la celda estaba tan cansado que solo sacudía un espacio y se acostaba a dormir y al momento empezaba a roncar…ya estaba acostumbrado a esa rutina mientras que él se dedicaba a saludar a viejos amigos que estaban en otras celdas: ¿cómo están? ¿qué han hecho? y por lo general los sacaban en dos o tres días para volverlos a capturar posteriormente…RP)

Ingreso a la Resistencia Nacional

A mediados de los años setenta, caminaba por la Facultad ( de Derecho de la UES) y me encontré con el Br. Najarro, presidente de AED y empezamos a platicar y me dice: venite con la Resistencia Nacional, nos podes dar un aporte importante. Y acepto.

Habían pasado ya 25 años desde que una vez, en otra conversación, Mario Salazar Valiente, dirigente estudiantil comunista me dijo: mirá, gran hijo de puta, sos una gran mierda, imagínate, apoyando a Franco..! Quede sorprendido por la gran puteada…y Mario continuó: sos una gran mierda porque sos de la ACUS, sos seguidor del fascista Franco.

Resulta que yo llegue a la Facultad procedente del Liceo Salvadoreño, sin ninguna claridad de líneas políticas y me sentí atraído por las charlas que daban dos hermanos, Manuel y Jesús Castro Ramírez, solo tenía 17 años, me acuerdo que también Abraham Rodríguez, llegaba a oírlos. Y sí, eran seguidores de Francisco Franco.

Ingreso a la Juventud Comunista

La “amigable” platica con Mario me despertó…y termine ingresando a la Juventud Comunista y a su referente, la AEU. Y empecé a militar…para esa época llegó Schafik a la facultad, pero entraba y salía, entraba y salía…

En el 52 , ya con Osorio, se desató una feroz represión, la que logre evadir gracias al apoyo del Dr. Reynaldo Galindo Pohl, que era amigo personal de mi papá, el Dr. Napoleón Rodríguez Ruiz. Galindo Pohl fue de los lideres estudiantiles que derrocaron al general Martínez en 1944 y el jefe de la Asamblea Constituyente de 1950. En 1954, luego que me gradué de Doctor él me llamó y me dijo: mirá aquí te van a matar, es mejor que te vayás. Y me ofreció irme a estudiar a Italia o Francia. Acepte la beca ofrecida y me fui a Roma a estudiar Derecho Romano.

Regrese en 1957 coincidiendo con la llegada de muchos intelectuales que habían estado exilados atendiendo al llamado hecho por el Coronel José María Lemus. Coincidió también con que mi papá asumió el puesto de Rector de la UES, hasta el 2 de septiembre de 1960,cuando el ejercito penetró a la Rectoría y le abrieron la cabeza de un culatazo…

A mucha honra 23 veces he estado preso, conocí el Palacio Negro, o sea las mazmorras en los sótanos del cuartel de la Policía nacional, sí, con Blas estuve preso ¡un gran cuate, un gran amigo! Nos capturaban por cualquier motivo. Con mucho orgullo siendo estudiante fue canillita de Opinión Estudiantil, un periódico de combate del estudiante universitario, lo vendíamos en la calle, en los mercados, y después fui su director.

En una de esas carceleadas, en la cámara de torturas me quiebran los tobillos, es por eso que uso botines…una vez me capturaron junto con dos amigos sindicalistas: Felipe Cativo y Manuel Marín. Y decidieron sacarnos por Guatemala como se usaba en aquella época, se coordinaban las policías para la represión, y fíjate que en esta ocasión me salvó la previsión, el amor de mi mamá, ya te voy a contar: una vez mi mamá muy preocupada por las frecuentes capturas de su querido hijo, me dice: ¡te van amatar! ¡te van a matar! ¡y esto te va salvar! y me entregó un billete doblado de 100 colones, con la recomendación de guardarlo en el calcetín y usarlo cuando fuera necesario.

Y la oportunidad pronto se presentó, la que te digo, que nos sacan a Guatemala. Cuando nos entregaron a los policías chapines para que nos trasladaran al Quiche, escuchamos cuando estos dijeron: ¡mejor demoles mecha! y me acuerdo de los 100 colones milagrosos que me había dado mi mamá y se los ofrezco ¡y funcionó! Al ver el billete cambiaron sus rostros y se convirtieron en escoltas hasta el Quiche, de donde emprendimos el regreso, que era también usual ( Me contaba Blas que al regresar al país lo recomendable era presentarse en los locales abiertos para que lo vieran, para evitar el peligro que lo fueran a matar y alegaran que uno estaba fuera del país exilado…RP)

Como en esa ocasión no pude avisar de la captura, mi familia estaba muy preocupada y me anduvo buscando en los barrancos, en los túneles, para recuperar mi cadáver y que no se lo comieran las aves de rapiña como a veces sucedía con los cuerpos torturados de presos políticos, allí lanzaba la policía política del régimen militar a sus víctimas…Con Cativo y Marín, grandes camaradas, logramos llegar a Escuintla y allí contactamos con una célula del PGT, quienes se encargaron desde allí de nuestra estadía y regreso a la patria.¡Así funcionaba entonces el internacionalismo proletario! Al llegar a casa mi tía y mi mamá, me reciben con su acostumbrado: ¡Ay Pepe, que te sacas de andar metido en cosas!

En 1960 estoy preso en una bartolina de la Penitenciaría cuando para mi sorpresa llevan a la misma celda esposado al coronel Oscar Osorio. Y platicamos largo y tendido, me cuenta como fue que le hicieron la camita a Chema Lemus, y como habían planificado la intervención a la UES, a la Rectoría que fue cuando mi papá los enfrentó, encaró a la tropa: ¡Yo soy el Rector! Y el oficial al mando le respondió: ¡si es a vos a quien venimos a buscar!
(continuará…)

Encuentro con mi ser masculino

ENCUENTRO CONSER MASCULINO

Quisiera relatar brevemente una experiencia difícil hasta el día de hoy para mí de registrar. Fue prácticamente un rito, una iniciación, un cerrar ciertas puertas en la historia de mi vida y un abrir otras de cara a una existencia más nueva, renovada.

En un encuentro de formación de masculinidades realizado en el Cajón del Maipo tuve la oportunidad de revisar buena parte de mi historia personal, desde mi infancia pasando por mi adolescencia, juventud hasta hoy, mi período de madurez, con mis 41 años, casado y con dos hermosos hijos. En ese encuentro dibuje mi contorno del cuerpo sobre un papel y lentamente fui agregando toda la historia afectiva que he ido escribiendo sobre mi piel, mi carne y mis huesos producto de mi formación, la presencia de mi padre, mi hermano, los varones de mi familia, la inmensa realidad de mi madre con todo lo que ella cargo sobre mis hombros de culpa, y lo que yo fui agregando gratuitamente en la historia de mis afectos, mis búsquedas en relaciones de pareja y también en búsquedas religiosas, místicas, en una comunidad religiosa masculina y con toda la carga moral que ello implica. Evidentemente en esta historia tuvo su rol protagónico mi sexualidad, la trayectoria de mis exploraciones infantiles y mis refugios adolescentes, el reflejo de la disarmonía familiar de padres que no se comunican, el refugio de toda esa fuerza en la fe y la represión vivida con culpa hasta mi enamoramiento siendo religioso y la vivencia de la soledad y el destierro.

Esta trayectoria reflejo y refleja aún un camino escondido, escindido, de desahogo masculino y viril pero también de una inmensa búsqueda afectiva, de soledad y de culpa aún no saneada. De alguna manera he cargado con esta historia durante mucho tiempo y he sabido convivir con ella, he guardado las apariencias y hasta he formado mi familia con quienes he aprendido a sanar parte de mi pasado, pero digamos que nunca me había confrontado tan contundentemente con todos mis dolores y soledades de varón como cuando tuve que recorrer –casi al finalizar la jornada- con la mirada el dibujo donde estaban todos mis dolores, mis soledades, mis afectos no encontrados, mi sexualidad desenfrenada, mi deseo de poder y dominio, ahí estaba tanto el niño que se sentía solo, con ausencia de padre y sobreprotegido por su madre, como también el adolescente ensimismado en la masturbación, como el religioso que se reprimía y auto castigaba, estaba el joven solitario deseoso de una mujer y el que se ufana de haberla encontrado y de tenerla como una posesión, estaban mis pálidos éxitos económicos que durante tanto tiempo he sentido que esta cultura nos impone como también se encontraba mi mirada actual de padre que sigue reproduciendo en sus hijos varones las mismas exigencias y categorías de masculinidad, poder, fuerza, iniciativa sexual, seguridad, éxito, valor, y todo lo que el estereotipo nos impone y que no he sabido desandar.

Así de golpe tuve que mirar todo eso escrito en mi cuerpo sobre un papel. También estaban allí mis raíces indígenas y mis sueños de futuro y de paz, pero ambos estaban con una palidez que se había enmudecido por toda la trayectoria anterior. De alguna manera quede pasmado ante ese espectáculo de mi mismo.

Cuando lo compartí con mis compañeros no pude evitar ensimismarme, encerrarme, amurrarme como siempre, quería llorar y como siempre me ha pasado en mi vida no podía!!! No podía llorar, había atrofiado ese músculo sanador. Fue allí cuando en el ritual de este compartir mis compañeros se acercaron a mi y me recostaron en sus manos para lentamente comenzar a levantarme sobre sus cabezas. Cuando esto estaba aconteciendo sentía que todos ellos levantaban lentamente todo el peso de mi historia, toda mi imagen en el papel, pero no sólo eso, levantaban a mi papa, un mapuche obrero golpeado por la vida, ensimismado y cabizbajo que ahora esta solo, levantaban también a mi abuelo y a mis ancestros, levantaban mis dolores, mis heridas abiertas, mis llagas de vacíos afectivos, mi pene que arrojado tanto tiempo su culpa, levantaban a todos, también a las mujeres con quienes me había desahogado y a quienes también había hecho sentir mal. En definitiva era protagonista de un acto de justicia de amor que sellaba con mi cuerpo. Entonces comencé a llorar, y lloré como años no lo hacía. Como cuando era niño y quería expresar con toda mi alma un dolor. Lloré hecho todo lágrima, hecho completo sollozo y llanto. Lloré hasta que me canse. Hasta cuando sentí que mis compañeros lentamente me acunaban y me dejaban, pasaron mil años, segundos, no lo sé.

Cuando ya quede en el piso y pude remontarme de nuevo, volví en mi. Me sentía extraño, tenía vergüenza y sentía como que había botado una inmensa imagen de mí, una carga, un lastre. Era como un venado recién nacido no sabía como pararme, como mirar, que decir, pero algo además me pasaba, estaba profundamente feliz, no lo podía evitar, tenía ganas de reírme, más aún de gritar, de cantar de abrazar. Por ello creo que el rito continuó cuando comenzamos entre varones a hacer una danza. Nos tomamos de las manos y bailamos ritualmente, rítmicamente y comenzamos a gritar algo así como cantos ancestrales, fue espontáneo, natural, sentía que estaba saliendo un nuevo hombre de todo esto, un nuevo varón que celebra que se repone de su dolor que se encuentra con otros y se refleja en otros y por eso canta, salta, en círculos esta danza ancestral.

Así lentamente fuimos bajando los ritmos. La danza –purrun mapuche- fue calmando sus ánimos después de un tiempo ilimitado, cuanto había pasado, horas, minutos, segundos, no lo sabía. Volvimos del éxtasis, yo más que nadie, pero volvimos transformados, éramos otros varones que habíamos abierto o cerrado un círculo sagrado, hecho con nuestras vidas y nuestros dolores compartidos.

Después de eso nos abrazamos como nunca había sentido el encuentro de otro ser que me comprende. Una alegría profunda, calma, serena, emocionada y permanente ha quedado en mi desde aquellos abrazos que tan sinceramente di y recibí aquella noche en el cajón del Maipú. Desde aquel día intento ser un hombre nuevo, ya no me escandalizo tanto de mi mismo, me culpo menos y me espero más como también exijo menos de los demás, especialmente de la mujer que me ama hoy. Pero –por último-quisiera reconocer que desde aquel día hay una certeza fundamental que me acompaña y no puedo olvidar, no estoy solo en esta lucha. Hay otros varones más que están conmigo y que luchan cada día por encontrarse, renovar su vida y seguir caminando.

Con todo mi afecto para ustedes.

Desde mi ser masculino los bendigo.

M.M. Santiago, Noviembre de 2008.

COFEVI acompaña a la Caravana de la Esperanza

AHUACHAPAN, 15 de noviembre de 2008 (SIEP) “Esto es algo apoteósico! la gente se lanza a las calles para saludar a su futuro presidente, esta caravana de la esperanza se ha convertido en la caravana de la victoria popular” expresó emocionado el Rev. Ricardo Cornejo, pastor de la Iglesia Luterana Popular.

La caravana de la esperanza recorrió este día todo el Occidente del país, iniciando en la sede del FMLN, recorriendo la Troncal del Norte, Apopa, Quezaltepeque, Santa Ana, Ahuachapan, Ataco, y Sonsonate. Las Comunidades de Fe y Vida acompañaron este esfuerzo.

“Miles y miles y miles de hombres y mujeres vitoreando a su futuro Presidente, aquí esta el espíritu de Monseñor Romero en este pueblo de Occidente, aquí esta el espíritu de Prudencia Ayala, de los pueblos insurrectos de 1932, el espíritu de Feliciano Ama…”

“Vamos hacia la victoria popular el próximo 15 de marzo, este es el pueblo de Schafik Handal que recupera su destino y se prepara para construir la nueva Patria, con soberanía y empleos, con dignidad…Como Iglesias Históricas acompañaos a nuestro pueblo” señaló el religioso luterano.

En Santa Ana, Mauricio Funes afirmo que “ha nacido una esperanza que se ve reflejada en el rostro de miles de niños que nos sonríen, de mujeres, de ancianos que han recuperado la esperanza…hace un año nació la esperanza , ahora esta naciendo una poderosa fuerza por el cambio que nos va llevar el 15 de marzo al control del ejecutivo…”

Luchamos por despenalizar el aborto en El Salvador…Entrevista con María Isabel Villegas

SAN SALVADOR; 13 de noviembre de 2008 (SIEP) “La lucha de las mujeres por la igualdad política y económica pasa en El Salvador por la despenalización de aborto. Es una tarea de honor en la que debemos de derrotar a la derecha y sus expresiones políticas y religiosas…” expresó la Licda. María Isabel Villegas, feminista salvadoreña.

“Y este próximo 25 de noviembre, Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres, vamos a levantar esta importante bandera de lucha, que debe ser parte de la plataforma reivindicativa del movimiento popular.”

“Hace once años, en 1997, la derecha política y religiosa pudo imponerse y aprobar una legislación represiva sobre el aborto. Manipulando a la opinión pública lograron derrotar nuestra propuesta democrática de legalizar el aborto. Pero la lucha continúa…Han ganado una batalla, no la guerra”

“Debemos de revertir esta derrota y lograr que la sociedad salvadoreña no sacrifique a sus hijas, a sus mujeres…No podemos permitir que se castigue, que se encarcele a una cipota, a una muchacha que peligra su vida por el embarazo, que haya sido violada o que el feto padezca malformaciones severas y previsibles. Se ha establecido el reinado de la crueldad contra las mujeres pobres, porque las mujeres ricas pueden resolver con su dinero. La culebra capitalista muerde de nuevo los vientres de las mujeres pobres.

Es triste como muchas iglesias hipócritamente dicen defender la vida y conciben el aborto como un gravísimo pecado pero no condenan a los grandes comerciantes del aborto que en sus clínicas privadas se enriquecen debido a que no tienen competencia. Es un negocio cautivo el que realizan. El capitalismo que vivimos en El Salvador niega el sagrado derecho que tenemos las mujeres para decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Se nos convierte en criminales por defender nuestras vidas. Esas mismas iglesias que nos atacan son las mismas que se arrodillan ante los poderosos y celebran cultos en sus banquetes cuando nuestro pueblo se muere de hambre. Hablan de la muerte de los fetos y callan sobre la muerte de los miles de niños y niñas por hambre y enfermedad. Esas iglesias no defienden la vida, lo que defienden son sus privilegios egoístas. Y esa no fue la praxis de Jesús ni de María de Nazaret.

Y frente a esta situación la única respuesta es la lucha. Así como conquistamos en 1950 nuestro derecho al voto así debemos de conquistar en esta época nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Así como derrotamos, si también las mujeres a la dictadura militar en 1992 debemos ahora impulsar la aprobación de una Ley de Salud Sexual y Reproductiva. Esta ley debe tener como centro la eliminación de las clínicas privadas clandestinas donde se realizan los abortos y garantizar abortos en instituciones públicas. Porque nos han privatizado la salud. Y terminaremos así con este negocio millonario de los ricos salvadoreños y de quienes los defienden. En defensa de la vida de nuestras mujeres y en memoria de las miles de mujeres que han muerto como resultado de abortos mal realizados debemos legalizar el aborto. El aborto es una necesidad en esta sociedad machista. Y debemos de conquistarlo. No debemos de permitir que ninguna mujer quede embarazada contra su voluntad, y mucho menos si es una joven campesina. Y para esto tenemos que organizarnos y marchar, como lo hicieron nuestras mujeres indígenas en enero de 1932…

En el espíritu victorioso de Fidelina Raimundo y Prudencia Ayala proclamamos este 25 de Noviembre como una jornada contra la impunidad y por el

derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Estamos caminando…

La victoria histórica de Obama

Howard Zinn*
La victoria histórica de Obama

Aquellos de nosotros que desde la izquierda hemos criticado a Obama, como yo lo he hecho, porque no ha podido asumir posturas fuertes en torno a la guerra y la economía, debemos unirnos a las expresiones de júbilo de aquellos estadunidenses, negros y blancos, que gritaron y lloraron el martes por la noche al darnos cuenta de que había ganado las elecciones presidenciales. Es en verdad un momento histórico, que un hombre negro vaya a conducir a nuestro país. El entusiasmo de los jóvenes, negros y blancos, la esperanza de los viejos, simplemente no pueden ser ignorados.

Hubo un momento similar hace un siglo y medio, en 1860, cuando Abraham Lincoln fue electo presidente. Lincoln había sido criticado duramente por los abolicionistas, por el movimiento contra la esclavitud, por no haber logrado asumir una posición clara y valiente contra el esclavismo, por actuar como astuto político y no como fuerza moral. Pero cuando lo eligieron, el líder abolicionista, Wendell Phillips, que había sido un furioso crítico de la cautela de Lincoln, reconoció la posibilidad que yacía en haber logrado la presidencia.

Phillips escribió que por vez primera en la historia de la nación “los esclavos han escogido a un presidente de Estados Unidos”. Lincoln, dijo, no era un abolicionista, pero de algún modo “consiente representar la posición antiesclavista”. Para Phillips, como peón en un tablero de ajedrez, Lincoln tenía el potencial, si el pueblo de Estados Unidos actuaba vigorosamente, para moverse por todo el tablero, convertirse en reina y, como Phillips lo dijo, “barrer con todo”.

Obama, al igual que Lincoln, tiende a mirar primero sus fortunas políticas en vez de hacer decisiones basadas en principios morales. Pero, siendo el primer afroamericano en la Casa Blanca, elegido por una ciudadanía entusiasta que espera una jugada decisiva hacia la paz y la justicia social, él presenta la posibilidad de un cambio importante.

Obama se vuelve presidente en una situación que grita por un cambio de esa naturaleza. La nación se ha enfrascado en dos guerras fútiles e inmorales, en Irak y Afganistán, y el pueblo estadunidense se ha vuelto decididamente contrario a tales guerras. La economía está siendo sacudida por golpazos tremendos y corre el peligro de colapsarse, conforme las familias pierden sus hogares y la gente trabajadora, incluidos aquéllos de la clase media, pierden sus empleos. Así que la población está lista para un cambio. De hecho, está desesperada por un cambio, y “cambio” fue la palabra más utilizada por Obama en su campaña.

¿Qué tipo de cambio se necesita? Primero, anunciar la retirada de nuestras tropas de Irak y Afganistán, renunciar a la doctrina Bush de la guerra preventiva y a la doctrina Carter de la acción militar para controlar el petróleo de Medio Oriente. Obama necesita cambiar radicalmente la dirección de la política exterior estadunidense, declarar que Estados Unidos es una nación amante de la paz que no intervendrá militarmente en otras partes del mundo, y que comenzará a desmantelar las bases militares que mantenemos en más de cien países. Además, debe comenzar a reunirse con Medvediev, el líder ruso, para alcanzar acuerdos acerca del desmantelamiento de los arsenales nucleares, en cumplimiento del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.

Esta retirada del militarismo liberará cientos de miles de millones de dólares. Un programa fiscal que incremente con decisión los impuestos para el uno por ciento más rico de la nación y que incida en su riqueza y no solamente en sus ingresos, arrojará más de cientos de miles de millones de dólares.

Con todo ese ahorro de dinero, el gobierno podrá otorgar una atención gratuita a la salud para todos, poner a millones de personas a trabajar (lo que el llamado libre comercio no ha conseguido). En suma, emular los programas del New Deal, en los que el gobierno otorgó empleo a millones. Esto es sólo un bosquejo de lo que podría transformar a Estados Unidos y hacerlo un buen vecino para el mundo.

Traducción: Ramón Vera Herrera.

  • Howard Zinn creció en Brooklyn, sirvió como bombardero en la Segunda Guerra Mundial y desde entonces está profundamente involucrado en los movimientos por los derechos civiles y contra la guerra. Es autor de muchos libros, incluido A Power Governments Cannot Suppress (Un poder que los gobiernos no pueden suprimir) publicado por CityLights Books, 2007.