¡Alto a la represión, alto al endeudamiento: estamos en pie de lucha!

¡Alto a la represión, alto al endeudamiento: estamos en pie de lucha!

El Bloque Popular Social de El salador, integrado por organizaciones sindicales, campesinas, magisteriales religiosas, estudiantiles, de veteranos de guerra, mujeres y jubilados, fundado en septiembre del 2003, ante la grave situación que vive nuestro patria, CONSIDERA:

1. La escalada represiva que impulsan desde el Ministerio de Gobernación los sectores más reaccionarios del gobierno de Antonio Saca, es el reflejo del fracaso rotundo que han tenido las campañas mediatizas para adormecer a la población. Recurren al terror porque están atemorizados de perder sus privilegios ante el avance de la lucha popular. La gente ya no les esta creyendo y es por eso que recurren a la Ley Antiterrorista.
2. El movimiento popular y social se ha fortalecido en sus niveles de unidad y de movilización. Como BPS hemos contribuido a constituir el Grupo de los Siete, que convocó a la multitudinaria manifestación del 1 de mayo, que señala un nuevo nivel de acumulación popular. Vamos avanzando y la gente sigue en las calles, peleando día a día, por el pan y la seguridad, por el agua y la salud, por una vivienda y un empleo dignos.
3. Frente a esta crítica situación de evidente fracaso de su proyecto socioeconómico, el régimen corrupto de Saca responde con una ridícula propuesta de crear un fideicomiso. Nos ofrece endeudar más al país para seguir alimentando a sus funcionarios corruptos como el Ministro de Salud, el Ministro de Obras Públicas, etc. Pretende resolver con más préstamos lo que requiere un radical cambio en el rumbo del país.

Frente a esa situación, como fiel instrumento de lucha de nuestro pueblo, ACORDAMOS:

1. Redoblar nuestros esfuerzos por denunciar las políticas represivas de este régimen corrupto. De manera categórica expresamos que ni la ILEA ni la PNC, ni la Ley Antiterrorista ni las amenazas podrán detener las luchas de nuestro pueblo. No les tenemos miedo ni tampoco aceptaremos provocaciones, únicamente defenderemos nuestro derecho constitucional a la organización y expresión de nuestro pensamiento.
2. Rechazar todo tipo de amenazas y pretensiones que abandonemos nuestro compromiso con la lucha popular. Para nosotros la lucha por la justicia es parte de nuestra vida, de nuestros principios y es nuestra razón de ser como organización.
3. Exhortamos a la solidaridad internacional a mantenerse pendientes de las medidas represivas de Saca y reiniciar el acompañamiento solidario con las luchas de nuestro pueblo.

El presente es de lucha, el futuro es nuestro

Coordinación nacional del Bloque Popular Social de El Salvador

San Salvador, El Salvador, 7 de junio de 2007

Jesús quiere dar vida a los jóvenes

Segundo domingo después de Pentecostés

10 de junio 2007

Tema:
Tema: Jesús quiere dar vida a los jóvenes

Rev. Héctor Fernández
Instituto Ecuménico Diaconal
El Salvador
Colaborador de la Iglesia
Cristiana Luterana de Honduras

10 de junio

Objetivos:

Descubrir que la situación en que viven los jóvenes es producto de una sociedad injusta

Que la comunidad de fe reflexione y tome conciencia de la situación de los jóvenes y actué en consecuencia

– Leer Lucas 7. 11 – 17

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Para orientar la reflexión

Jesús se compadece de una madre, se compadece de la mujer a la cual se le ha muerto un hijo joven, la madre seguramente era pobre, las viudas de la sociedad judía de aquel entonces estaban en condiciones muy vulnerables social y económicamente, al igual que las viudas de escasos recursos económicos en nuestro tiempo

En Jesús Dios ha visitado a su pueblo, es una frase fuerte, al dirigirla a la acción de Jesús es como decir que solo y únicamente él puede vencer la muerte, también fortalece todo lo hecho y dicho por Jesús, recordamos aquí la centralidad de su mensaje: el reino de Dios y su justicia a lo cual todo lo demás será añadido

Hoy en nuestro tiempo muchos jóvenes mueren, por causa de la violencia, por arriesgarse a ir “mojado/a” a los Estados Unidos, por la falta de adecuada atención en algunas enfermedades

¿Quién o quienes son los responsables que nuestros jóvenes sean objeto de prejuicios, sufran tantas vejaciones, limitaciones, marginaciones, sociales, políticas y económicas?

Hay un sistema pecaminoso mundial que tiene representantes locales a los cuales no les interesan los jóvenes de escasos recursos económicos, pues saben que gran parte de estos jóvenes han identificado de donde proviene el mal y lo rechazan con lo que esta a su alcance, este sistema pecador esta compuesto por algunos hombres y mujeres que han perdido la perspectiva humana, cristiana, desarrollan sus existencias en un ambiente saturado de pecado y promueven el pecado, la muerte mediante políticas económicas y leyes anti evangélicas que atenta contra la vida, es un sistema que se alimenta de la sangre, de la vida de los jóvenes para mantenerse

Antes de hacer juicios superficiales y culpar a nuestros jóvenes de loss problemas hay que tratar de profundizar en aspectos como los siguientes:

Habría que ver por ejemplo si a los jóvenes de escasos recursos económicos el gobierno local le proporciona estudios, sino gratuitos, por lo menos accesibles, si les proporciona posibilidades de recreación sana, espacios deportivos en los que el acceso este al alcance de su bolsillo, habría que ver si nuestros jóvenes cuentan con incentivos y posibilidades de jóvenes en otras sociedades, becas para realizar estudios medios o superiores que se otorguen sin mecanismos amañados, acceso gratuito a capacitaciones en pintura, teatro, danza, música, otros

Lo que hemos podido constatar en los países centroamericanos, con mas énfasis en Honduras y El Salvador, es que los gobiernos locales no se preocupan por los jóvenes de escasos recursos económicos y sus necesidades, sino que se preocupan por que los jóvenes han abierto los ojos y ven una situación injusta que les rodea y la rechazan, se rebelan ante la injusticia de la cual ellos y sus familias son las victimas

Ante el rechazo de los jóvenes al sistema pecador, los gobernantes promueven y promulgan leyes con la intención de ejercer control a los jóvenes, cada vez mas les muestran la fuerza militar y policial que puede actuar o en algunos casos ya actúa contra ellos. Como en el pasado la política del garrote vuelve aparecer amenazante

Los gobiernos además de ser gestores de la injusticia jurídica, social y economiza de los jóvenes fortalecen los sistemas de “control social” fortaleciendo así ambientes saturados de violencia, la cual se manifiesta de muchas formas, siendo promotores de la violencia le piden a los jóvenes que no sean violentos. Estas situaciones nos muestran que el pecado social, estructural esta llegando a tomar matices alarmantes en nuestra región

Hay otra parte de la sociedad que mata a los jóvenes, con las drogas, esta parte curiosamente no en pocas ocasiones aparece relacionada a algunos funcionarios de gobierno

En algunos de nuestros países, ante la falta de fuentes de trabajo, algunos jóvenes se ven forzados a participar en guerras, algunos de ellos participan en guerras por la necesidad de tener un salario, algo que dar a sus familias, porque los gobiernos no les ofrecen otra posibilidad. También algunos jóvenes de origen latino se ven forzados a participar en guerras de otras naciones, guerras fratricidas de invasión con las cuales supuestamente se defiende la democracia y la libertad, cuando en realidad lo que defienden son los intereses de las personas poderosas económica y socialmente de la nación promotora de las guerras, en todos esos conflictos armados no pelean los hijos de los que tienen posibilidades económicas, pelean y en muchas ocasiones mueren los hijos de los pobres

La mujer que llora a su hijo en el texto de hoy podríamos decir que representa la parte de la sociedad que sufre, que llora la situación difícil de los jóvenes en nuestra región, es aquella parte de la sociedad que no logra que los jóvenes estudien por que el presupuesto economito es insuficiente, llora porque no hay con que dinero apoyar al hijo, la hija, es esa parte de nuestra sociedades que vive preocupada porque no hay como alimentar a los hijos e hijas, llora porque no tiene con que comprarle la ropa y zapatos, no le alcanza en muchas ocasiones ni para comprarles los artículos de limpieza personal, mucho menos para que sus hijos e hijas puedan gozar de sano entretenimiento

Dios ante esas situaciones se compadece, le duele y trata de muchas formas de decirles a las madres de nuestros jóvenes “no llores”

Y a los jóvenes y a nosotros Jesús hoy nos dice “joven levántate” no te quedes postrado, el sistema de muerte puede ser vencido. Yo he vencido la muerte y el pecado. Lucha por tus derechos, lucha porque en tu patria se respire la tranquilidad y la vida digna, para que las oportunidades sean para todos y todas, porque el aroma de las flores fortalezca tus pulmones, para que la justicia se pasee por las calles de tu pueblo y ciudades y en la mesa siempre haya pan y que junta tu familia pueda rezar un Padre Nuestro, pidiendo con acciones, que cada vez mas se acerque mi reino

Nosotros/as como parte de la iglesia de Jesús el Cristo joven, estamos llamados ha actuar junto a Jesús y caminar junto a nuestros jóvenes en la lucha por la vida digna, nuestros jóvenes quienes son el “ya” y el futuro de una nueva situación, una situación mas humana, cristiana en América Latina

Jesús que también era joven quiere devolvernos la vida, la alegría de vivir la vida, para que así como se alegro aquella madre de ver nuevamente con vida a su hijo, nosotros Iglesia de Cristo hoy, nos alegremos y luchemos por la posibilidad de vida plena de nuestros jóvenes

Preguntas para reflexionar

Recomendamos leer: Segunda a Timoteo 1. 5 y 3. 15

¿Cuál es la actitud de las personas mayores de edad con los jóvenes en la comunidad de fe?

¿Qué será lo más correcto decir: los jóvenes son el futuro de la iglesia o los jóvenes son el ya de la iglesia? ¿Por qué?

¿En que situación vive las madres en nuestro país, tomando en consideración las difíciles situaciones que viven los jóvenes en el país?

¿Los jóvenes de escasos recursos económicos en nuestro país tienen ayuda de las instancias del gobierno para estudiar?

¿Los jóvenes de escasos recursos económicos en el país cuentan con acceso gratuito o de bajo costo y buena atención con médicos generales, dentistas, oftalmólogos?

¿Cuándo los jóvenes buscan maneras de vestir, peinarse diferentes a las de los adultos podrá ser una forma de protesta a la situación social del país?

¿Cuándo los jóvenes buscan en los movimientos religiosos que ofrecen milagros, no estarán buscando un escape a su condición social?

¿La desintegración familiar de padres y madres, causada por la migración forzada tiene repercusiones en la vida cotidiana de los jóvenes?

¿Hacemos algo comunidad de fe local o como iglesia nacional por los jóvenes que aun no siendo de nuestra iglesia están en riesgo de caer en las drogas o en pandillas?

Si en nuestro país los jóvenes tiene todo solucionado ¿Qué hacemos personal, institucional o eclesialmente por solidarizarnos con los problemas que enfrentan jóvenes de otras sociedades?

Bloque Popular Social repudia en las calles 3 años de Saca

SAN SALVADOR, 1 de junio de 2007 (SIEP) “No podrán detener la fuerza de este pueblo, que esta cansado, harto, de este modelo depredador que lo mantiene en la miseria. Vamos hacia la victoria en el 2009” indico el Rev. Ricardo Cornejo, dirigente del Bloque Popular Social de El Salvador.

Miles de personas se movilizaron esta mañana en todo el país, para repudiar las políticas económicas y la corrupción que han caracterizado los tres años de la administración de Antonio Saca. Una de estas demostraciones convocada por el movimiento social salio del Parque Cuscatlan y marcho hacia la Asamblea Legislativa. Por su parte, el FMLN realizo concentraciones en las entradas de las principales ciudades.

El Rev. Luís Guzmán, de la Iglesia Bautista Popular, hablo a nombre del BPS en la concentración realizada en la Alameda Juan Pablo II. Señalo que “hay algunos que dicen que la pobreza es voluntad de Dios, que el desempleo es voluntad de Dios, que la corrupción es voluntad de Dios. Esto es completamente falso. Dios es un Dios de amor, un Dios de justicia que se indigna ante las injusticias que cometen los ricos de este país contra nuestro pueblo trabajador…”

Agrego que “muchos pastores nos llaman curas revoltosos por acompañar al movimiento popular, peor nosotros decimos con Jesús, esa si es la voluntad de Dios, la voluntad de Dios es acompañar al que sufre, al que

tiene necesidad de consuelo, al que es humillado por los poderosos. Esa es la esencia del Evangelio de Jesús. La religión no es para enriquecerse sino para dar la vida por los demás, como lo hizo Jesús.”

“Y por eso estamos hoy acá denunciando a este gobierno incapaz, acompañando a nuestro pueblo como nos enseño Monseñor Romero a hacerlo, como nos enseño Schafik Handal a hacerlo, exhortando al pueblo a organizarse para que salgamos de Egipto, para que salgamos de este sistema caduco y explotador… Cual es la voluntad de Dios? Hacer justicia.”

Asimismo la dirigente campesina Guadalupe Erazo denuncio que “denunciamos las amenazas del Ministro de Gobernación, Rene Figueroa contra esta movilización. Donde están los desordenes? Al contrario, hemos dado una lección de civismo, de organización, de poder popular…ante las pretensiones de Saca de mayor endeudamiento de nuestra patria.”

Finalmente, el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular exhorto a “los diferentes sectores populares a manifestarse contra los intentos de este régimen por cerrar los espacios democráticos conquistados, en contra de la represión a los vendedores, en contra de la Ley Antiterrorista, en contra de la ILEA…a mas represión, mas lucha.”

Solidaridad con Venezuela

LAS FUERZAS MUNDIALES AMANTES DE LA PAZ Y DE LA SOLIDARIDAD DEBEN TENERXIMA ALERTA ANTE EL DESARROLLO DE UN PLAN GOLPISTA FASCISTA EN VENEZUELA.

Caracas, 30 de mayo de 2007

La serie de acontecimientos que están teniendo lugar en estos momentos en Venezuela ponen de relieve la puesta en marcha de un plan golpista que pretende derribar el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y al presidente de la República Hugo Chávez Frías, destruir el proceso revolucionario bolivariano e instalar en el poder un gobierno fascista aliado al imperialismo.

A continuación enumeramos los hechos más significativos de este plan en curso de aplicación en estos momentos:

1.- El gobierno del presidente Bush activa una resolución de condena del senado norteamericano en contra del gobierno bolivariano en relación a su decisión legítima de suspender la concesión del espacio radioeléctrico a uno de los principales órganos de comunicación de la burguesía venezolana pro-imperialista, Radio Caracas Televisión (RCTV).

2.- Dicho gobierno ordena asimismo a sus aliados europeos de derecha del Partido Popular Europeo (PPE) y otros grupos de derecha de orquestar una condena “urgente” en términos similares en el Parlamento Europeo.

3.- Los medios de comunicación de masas vinculados al imperialismo están desplegando una amplia campaña de desinformación presentando al Gobierno Bolivariano como violador de la “libertad de expresión y comunicación” y ocultando la participación de RCTV en el golpe de estado fascista de 2002, en el paro petrolero de 2003 y en una gran cantidad de actividades ilegales (fraude fiscal, mensajes subliminales, publicidad clandestina, pornografía, no respeto a las cuotas de producción nacional, incitación a la violencia, propaganda de guerra, entre otros ilícitos). Se oculta asimismo que el canal RCTV no ha sido cerrado sino que simplemente el Estado, en un acto soberano, no renovó el uso que hacía RCTV del espacio radioeléctrico. Esta campaña busca aislar internacionalmente a la Revolución Bolivariana para crear las condiciones propicias para una agresión imperialista en forma de sanciones, golpe de Estado o incluso de intervención militar. Históricamente, en Latinoamérica y el Caribe, como fase previa a la preparación de las agresión imperialista, se observa que los dirigentes de los países objeto de las agresiones, sufrieron una intensa campaña de desprestigio internacional que tenía como objeto legitimar la acción violenta del gobierno imperialista.

4.- Con apoyo del Imperialismo norteamericano y de grupos de poder económico y mediático de alcance global, los grupos de oposición han lanzado una ofensiva callejera en contra del gobierno que pasa progresivamente de emplear medios pacíficos a emplear medios cada vez más agresivos y terroristas. La situación más grave hasta ahora se ha producido el pasado domingo 26 de mayo cuando elementos terroristas abrieron fuego desde las filas de una concentración de oposición frente a la sede de CONATEL (entidad pública reguladora de las telecomunicaciones) contra las fuerzas del orden mientras otros agitadores les lanzaban piedras y botellas. La Policía Metropolitana tuvo 11 de sus miembros heridos, 4 de ellos de bala, de los que 2 están en un estado muy grave. Este acto criminal buscaba provocar a las fuerzas del orden para que éstas reaccionasen en uso de su derecho a la autodefensa causando muertos entre las personas opositoras. De esta manera el imperialismo se permitiría acusar al Presidente Chávez de ser un “asesino” de los “defensores de la libertad de prensa”. Las fuerzas de orden al reaccionar con cautela y mesura han hecho inviable este objetivo.

5.- La contrarrevolución está agitando la calle con los estudiantes reaccionarios de algunas universidades privadas y algunas públicas, hijos de las familias acomodadas y apoyados por el alcalde de Chacao y la policía bajo su mando y partidos extremistas de derecha para crear un clima de miedo y violencia. Las fuerzas del orden son las que están llevando la peor parte en los enfrentamientos y el 29 de mayo 25 policías han sido heridos en incidentes de orden público en la ciudad de San Cristóbal. La sede del Ministerio de Infraestructura en Caracas ha sido atacada por un grupo de contrarrevolucionarios.

6.- Este plan contempla asimismo una activación de los grupos de terroristas paramilitares que acechan en la frontera colombo-venezolana bajo protección de la oligarquía colombiana y de los servicios estadounidenses de espionaje. El régimen colombiano ha expulsado a varios políticos venezolanos del territorio colombiano en lo que parece ser la activación de este frente de agresión contra la Revolución bolivariana.

7.- El plan contempla asimismo la probable actuación de francotiradores sobre estudiantes de universidades privadas, para responsabilizar al gobierno bolivariano y servir de excusa para una presión creciente que conduzca cuando menos a la imposición de sanciones internacionales contra Venezuela y si, es posible, al derrocamiento violento del orden constitucional.

8.- El plan puede venir acompañado del intento de asesinar al Presidente Chávez y a otros líderes de la Revolución bolivariana o incluso de dirigentes de la oposición con el evidente propósito de sustituir el gobierno bolivariano por un régimen marioneta del imperialismo.

Este plan se pone en marcha como represalia a la decisión del Presidente Chávez de sacar a Venezuela de los órganos de colonialismo económico que son el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), así como de otras acciones revolucionarias tales como: nacionalizar empresas claves del sector de las comunicaciones, poner bajo control venezolano los recursos energéticos, garantizar el derecho a la educación y salud a las mayorías excluidas, regular el sector de la salud y educación privada, crear empresas de producción social, cooperativas y empresas de cogestión para favorecer a los trabajadores, rebajar las tarifas telefónicas, incrementar el salario mínimo de los trabajadores, no entregar la renta petrolera a la burguesía nacional incompetente, crear un nuevo canal televisivo de servicio público, poner fin al acceso discriminatorio a la enseñanza universitaria que dejaba fuera de las aulas a los hijos e hijas de la clase obrera y campesina venezolana y favorecía a los hijos de la oligarquía, entre otras acciones, dirigidas a crear un modelo de desarrollo socialista que satisfaga las necesidades materiales y espirituales de todos los venezolanos Estas acciones favorables a los intereses populares y nacionales reafirman un rumbo independiente y progresista que es absolutamente intolerable por el imperialismo y sus agentes de la oligarquía venezolana.

El pueblo venezolano no va a dejar arrebatarse impunemente su derecho a la verdadera independencia, a un desarrollo independiente, a la puesta a disposición de la resolución de los problemas sociales heredados por siglos de saqueo de los recursos naturales y a una verdadera democracia.

Ahora el Pueblo de Venezuela y la Revolución Bolivariana, que encarna las aspiraciones de las más amplias masas populares, requiere de la movilización activa y decidida de los movimientos y organizaciones sociales, así como de opinión pública progresista internacional que denuncie la puesta en marcha de los planes fascistas que buscan hacer de Venezuela una colonia del Imperio.

Esa movilización acompañará la más amplia movilización de las masas populares venezolanas en respaldo a su líder, el presidente Hugo Chávez Frías y al proceso de transformaciones democráticas y revolucionarias que tienen como objetivo máximo construir el Socialismo Bolivariano que asegure la más amplia cantidad de felicidad a cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de la República.

La denuncia activa de los partidos políticos democráticos, de los parlamentarios y representantes populares, de las organizaciones sindicales, de los comités y las redes de solidaridad, de los grupos religiosos, de los grupos sociales de todo tipo y de los intelectuales y académicos de todo el mundo es un elemento indispensable para detener los planes imperialistas en marcha en contra del Pueblo de Venezuela.

¡A tres años de Saca, GRITAMOS: A MÁS REPRESIÓN, MÁS LUCHA POPULAR!

¡A tres años de Saca, GRITAMOS: A MÁS REPRESIÓN, MÁS LUCHA POPULAR!

Pueblo salvadoreño y Pueblos del Mundo:

Han pasado tres años desde que asumiera la Presidencia el Sr Antonio Saca y nunca nuestra Patria había vivido una crisis tan profunda: altos niveles de desempleo que provoca que miles de nuestros jóvenes sean expulsados hacia Estados Unidos y los que se quedan tienen que refugiarse en el sector informal de la economía para sobrevivir.

Altos niveles de inseguridad. Nadie vive tranquilo porque la delincuencia y el narcotráfico se han establecido en las mismas estructuras de gobierno. Este es un gobierno tan corrupto como lo fueron los gobiernos del PCN y de la democracia Cristiana en el pasado.

Este es un gobierno servil, sirviente obediente de las órdenes que emanan de la Embajada estadounidense. Para vergüenza de nuestro pueblo, el único gobierno latinoamericano que tiene tropas en Irak, el único gobierno que no mantiene relaciones con Cuba, el único gobierno dispuesto a darle asilo al terrorista Posada Carriles.

Este es un gobierno que vive de mentir diariamente por medio de TCS del Diario de Hoy, y de las radios propiedad del mismo Saca. Y todavía se rasgan las vestiduras por la acción valiente de presidente venezolano de no conceder permiso a la RCTV. Les duele que haya gobiernos con dignidad como el venezolano.

Este es un gobierno represivo. Con la Ley Antiterrorista pretende atemorizar y detener el torrente popular que crece cada día más como

quedo demostrado con la marcha de más de 100, 000 personas el pasado 1 de mayo. Están con miedo porque saben que el pueblo esta despertando y este pueblo es un pueblo con mucha dignidad. Ya hay desaparecidos, y gente en la cárcel.

Y es por eso que han vendido los bancos. Tienen miedo. Pero no significa que están derrotados. Aun tiene mucha fuerza y recursos. Y aun sueñan con seguir explotando a este pueblo Y se preparan para seguir robando.

Muy pronto trataran de privatizar la salud. Para eso debilitaron al STISSS. Desean sacar millones de dólares de los bolsillos de nuestra gente pobre. Va a privatizar los hospitales y las consultas médicas. Si nos dejamos. Y no podemos dejarnos. Hay que luchar. Vamos a luchar.

Muy pronto trataran de privatizar el agua. Están haciendo ya propaganda. Desean sacar millones de dólares de nuestra gente pobre y saquear nuestro patrimonio nacional. Va a vender los mantos acuíferos a las corporaciones internacionales. Si nos dejamos. Y no podemos dejarnos. No vamos a dejarnos. Hay que luchar. Vamos a luchar.

Están desesperados porque saben que van a perder el 2009. Le temen al 2009. Y ya empezaron la campaña de mentiras y a sembrar el terror. Pero no podrán parar la rueda de la historia. Este pueblo, el pueblo de Schafik Handal y de Monseñor Romero, el pueblo de Prudencia Ayala y Melida Anaya Montes conquistara su derecho a vivir en paz y dignidad. Como Bloque Popular Social nos comprometemos y exhortamos a unirnos para impulsar esa gran batalla de derrotar a ARENA y a esta nueva dictadura financiera.

El presente es de lucha, el futuro es nuestro

Coodinación Nacional del Bloque Popular Social

San Salvador, El Salvador, 1 de junio de 2007

Desafíos de la izquierda: exploración adelantada para apurar el mañana

Intervención en el Foro Regional América Latina sobre la Reinvención del
Gobierno, Brasilia, del 2 al 4 de mayo 2007*

En ocasiones y a veces por largo rato a los seres humanos nos hace falta sabiduría y nos gobierna la arrogancia. Entonces nos salta justo en medio del camino el riesgo de volvernos esclavos de nuestras propias palabras. Y esas curiosas criaturas infectadas de sueños, los hombres y mujeres de izquierda, no somos ni de cerca inmunes a esa dolencia. Al menos mientras conservemos la conciencia de nuestra silvestre condición humana. A fin de cuentas somos por esa misma condición, falibles.

Por eso es que ruego a todos ustedes tomar nota de que si bien mis palabras entrañan una convicción bien profunda, son enteramente abiertas y experimentales como reclamaría cualquier realidad en su porfiado movimiento. No vengo, ni lo quiera Dios, con pretensiones pontificias, pero revolucionarias, eso sí, en la parte actitudinal, asumiendo de tajo que no tenemos todas las respuestas y que por el contrario estamos obligados a aprender a formularnos las preguntas correctas para trabajar sobre ellas y asestar en el aro, la esfera de la victoria.

Hay que caer además en la cuenta de que cuando de procesos sociales se trata, surgen preguntas-respuestas que son puramente coyunturales, en cambio hay otras que son desafíos generacionales, como en estos tiempos.

Después de todo, aquello que escribimos o decimos es tan sólo una
aproximación a la realidad. Reivindico entonces para todos el derecho que
nos asiste a equivocarnos y el deber que también tenemos de corregir.
Hay que felicitar a los organizadores de este encuentro, porque somos un
país que expresa una verdadera sed de la cultura de la reflexión integral,
de la discusión franca, del debate sustanciado, crítico pero desprejuiciado.

I. ¿ES PERTINENTE UNA DEFINICIÓN DE IZQUIERDA?*

La pregunta es verdaderamente ociosa porque la derecha no ha dudado un momento sobre su pertinencia para imponer los inicuos intereses que
representa, no ha dudado sobre su propia definición y existencia.
¿Por qué, entonces la izquierda ha de hacerlo?

¿Por qué, si las causas que la explican, dan origen y le nutren, ahí
están?

¿Por qué, si es preciso remontar la exclusión, la pobreza y la
explotación?
¿Por qué, si vivimos en la región más desigual del mundo?

¿Por qué, si es imprescindible y además es posible erradicar las
desigualdades ilegitimas y aberrantes?

¿Por qué, si el pueblo, el conjunto de las fuerzas patrióticas,
democráticas y cristianas catalizadas por la izquierda hicieron posible la
primera gran utopía de terminar con el militarismo?¿Por qué, si aquí muy
cerca, en nuestras propias vecindades, en los solares de esta gran patria
latinoamericana, las pulsiones sociales y la realidad insumisa está produciendo cambios y vientos en la dirección que apunta nuestro propio
velero?

¿Por qué si estamos cerca y el país necesita democracia sin hambre?

¿Por qué, si la estructura de poder, la maquina de la indigencia lo está
presintiendo?

¿Por qué, si el ogro avariento, el que desencadena esa diáspora de
salvadoreños por el mundo, percibe el remezón bajo sus pies de arena?

¿Por qué, si no se nos agotan las ganas de luchar por todo aquello lo que
nos parece justo?

Entonces sí es pertinente una clara definición de izquierda y una
sostenida reafirmación. Ser de izquierda es remar siempre hacia delante,
estar siempre del lado del débil, de las causas justas, pero con una propuesta alter-programática y asumiendo el deber de buscar el sentido de la posibilidad al cambio social, al cambio alterativo.

II. ACERCA DEL POSICIONAMIENTO HISTORICO.

Hace algunos años aparecieron en escena algunos profetas decretando la caducidad y por tanto la ociosidad de las categorías izquierda-derecha. Pero curiosamente llegaron a tratar de convencer a la izquierda que aceptara su propia obsolescencia, decretada así por los amos del mundo y su maquinaria ideológica, a fin de ganar tiempo y débiles conciencias para intentar consolidar el reino de la derecha neoliberal. La izquierda sin embargo, pese al vértigo de los acontecimientos y a ciertos aturdimientos, no se dio por aludida.

Pero gracias a la providencia que es muy grande, frente a esa izquierda
> obcecada surgieron hace unos años dos caballeros británicos ofertándonos la
> tercera vía, una receta convenientemente rotulada como centroizquierda.
>
> Desdichadamente por estos días, el adalid político del tercer camino, el
> honorable Tony Blair, se encuentra de salida, el mismo 30 de Junio en que
> habrá de largarse del B.M. el gran halcón herido por el arpón de la critica
> pública, su buen amigo de cruzadas y andanzas, el Sr. Paul Wolfowitz. Se nos
> va el Sr. Blair, no sin antes alfombrar Bagdad y Afganistán, aunque no
> precisamente con pan.
>
> Menos mal que la tercera vía postulaba “una política sin adversarios”.
>
> Después de todo, nadie pasa inadvertido que la botica del tatcherismo se
> vendió mejor sin el bordón de su progenitora.
>
> Pero el Proyecto Blair, no el de la bruja de Blair, sino el de la tercera
> vía está en ruinas, desnudado tal cual es: tan sólo “una racionalización
> para un compromiso político entre izquierda y derecha, en el que la
> izquierda se acerca a la derecha” o en el que una fallida (o fallecida)
> izquierda se troca en su opuesto.
>
> No son las fuerzas progresistas entonces, las que debemos aprender de la
> tesis de Blair, sino la derecha; ya que más allá de sus fuegos artificiales
> es una etiqueta del pragmatismo codificada en una clave del más frío y banal
> tardoliberalismo.
>
> Por eso tiendo a coincidir con Carlos Fuentes en que “Lejos de disolverse en
> la euforia del capitalismo triunfante, la significación de derecha e
> izquierda se hace cada vez más neta… pero donde la distinción entre
> izquierda y derecha se vislumbra más necesaria, es en nuestra América
> Latina”
>
> III. ¿CÓMO DEBE SER LA IZQUIERDA?
>
> La izquierda por definición debe ser una izquierda laica, movida siempre por
> una tentación profana, inventiva y creativa, no confesional, ni clerical,
> porfiadamente idealista, no en el sentido de los extravíos filosóficos, sino
> en su apego a sus altos idearios, como también a la ética de las
> convicciones de la que nos habla Max Weber.
>
> Y no obstante que comulgo en un 100% con la idea de Rousseau de que “Ahí
> donde el hombre cometió un sacrilegio, avanzaron las ciencias”, no creo
> sinceramente, que nos debiéramos reconvertir a una fórmula plastificada o a
> la versión Light, como se dice, y por lo demás históricamente desmemoriada.
> Mejor la izquierda cimarrona y montaraz, pero auténtica y como tal abierta a
> los valores, experiencias y enseñanzas de la época y del mundo, devota de la
> recuperación de los nutrientes de su propia historia… en un perseverante
> refrendamiento de su identidad.
>
> Pero de una cosa estamos seguros, que una izquierda que no es capaz de
> remozarse sustantivamente, poniendo su automovimiento en función de sus
> visiones y objetivos, pierde su condición de izquierda.
>
> Cuando me inicie en los días de secundaria, recomendaba a los compañeros de
> la guerrilla y del MERS que atendía, ir a ver “Siete Hombres al Amanecer”,
> una producción que nos habla de la epopeya escrita por siete combatientes
> que se inmolaron contra las hordas fascistas en el centro de Europa.
>
> La sigo recomendando, pero también creo que asimismo debemos todos ver “El
> Último Samurai”, que nos dice de hombres enraizados en sus hondas
> tradiciones, inflamados de honor y fieles a sus principios y a sus
> formidables espadones, pero que se resistieron a modernizar sus armas…
> heredándonos nada más que su hermosa leyenda.
>
> Del otro costado, una izquierda que postula y se sumerge en las túrbidas
> corrientes del pragmatismo, quizá no abdique políticamente, pero pierde su
> condición de izquierda. Puede ser electoralmente alternante, pero sin
> calidad alternativa.
>
> Y no estoy recomendando la esclerosis múltiple. Creo más bien que si la
> realidad se mueve y el mapa mental que yo tengo de ella no se mueve.
> Entonces me esquematizo y pronto me dogmatizo. A menos por supuesto, que
> aceptemos que la realidad no se mueve.
>
> Porque si la ciudad en que vivo cambia y se altera su topografía, cambian
> sus calles, sus edificios, sus ríos y su gente. Entonces, ¿Qué debemos
> hacer?. ¿Mantenemos el viejo mapa de ella para orientarnos? ¿O hay que
> renovar los trazos de nuestros mapas conceptuales?.
>
> Pero mi reflexión no termina ahí. Vamos a la otra cara. Si la realidad en
> que vivimos cambia pero no estrictamente por el inocente efecto de la
> lluvia, ni sólo por la voluntad y el interés de la gente, sino por la acción
> deliberada, por el concentrado poder de decisión de las elites, entonces
> (como es el caso de nuestro país) la continua modificación de la realidad no
> es inocente y neutra, sino en gran medida torcida en favor de minúsculos y
> excluyentes intereses. Entonces surge otra pregunta, ¿Lo que hay que hacer
> es un acomodamiento acrítico a esa realidad? ¿O usamos una hojita de parra
> haciéndole, a los conglomerados oligopólicos, una amonestación quedita para
> que no hagan olas?
>
> En síntesis, creo que la izquierda para salir avante de la tormenta debe
> actuar siempre con la firmeza del roble y la flexibilidad de la palmera.
> Sentido práctico, capacidad de giro, no pragmatismo.
>
> Mientras hacemos la disección al neoliberalismo, sería también útil dedicar
> un tiempo, armarse de coraje y del bisturí teórico-analítico para terminar
> de hacer el reconocimiento y la autopsia a los infartados regímenes de
> Europa del Este y sacar nuestras propias conclusiones. Aunque ese muerto no
> sea de nosotros.
>
> Pero en definitiva, una verdadera prueba del ácido es el posicionamiento de
> la izquierda frente a temas cruciales: la globalización neoliberal y la
> indispensable inserción internacional de nuestra economía, las
> privatizaciones y las contra reformas neoliberales, el tema del
> autoritarismo, el papel del Estado, la exclusión y la pobreza, la
> sustentabilidad y el medio ambiente, el tema de la población y poder de
> decisión, el tema de la propiedad y el interés social, las relaciones de
> dominación de clase, de género y de edad, la apuesta al conocimiento, la
> democracia, la equidad y el crecimiento de la riqueza nacional, entre otros.
>
> IV. OTRA VEZ SOCIALISMO O DEMOCRACIA.
>
> Esta es una falsa disyuntiva que contiene siempre una trampa.
> Programáticamente, hay que reafirmar el carácter INESCINDIBLE del Socialismo
> y la Democracia, unidos por un denominador común: el empoderamiento de la
> gente y la calidad de vida de la gente. Tanta democracia y tanto socialismo
> como el pueblo quiera, sustentados en una matriz propia del desarrollo, la
> prosperidad sustantiva, integral y equitativo-incluyente, la solidaridad y
> la libertad.
>
> A decir verdad, bajo nuestro ideario, definir la democracia como socialismo
> o el socialismo como democracia es una tautología o algo ciertamente
> redundante. Lo que debemos edificar algún día en El Salvador es un
> socialismo profundamente democrático-participativo, alumbrado por la
> construcción teórica pero que se alimenta de la vida.
>
> Para ganar viabilidad no hace falta renunciar a ese horizonte de una
> sociedad esencialmente mejor y distinta, a la convicción de que la sociedad
> que hemos conocido es superable y sustituible por una sociedad más justa,
> urdida no por inexorables leyes que de todas maneras habrán de cumplirse,
> sino mediante su edificación y modelamiento, merced a la libre,
> autodeterminada y conciente voluntad y acción de personas de carne y hueso,
> de pelito chirizo, a quienes les gustan las pupusas, el fútbol y los elotes
> locos.
>
> Aspiramos a una Democracia sustancial e integral, política, económica y
> social, en un país que no es propiamente democrático, que vive bajo lo que
> Juan Pablo II llamó el capitalismo salvaje, ensombrecido por un poder
> desnacionalizado y anexionista, bajo un régimen autoritario, patriarcal,
> eco-cida y adultocéntrico. Nosotros queremos para El Salvador una Democracia
> multipilar, soportada en sólidos basamentos como los de:
>
> 1- Igualdad
> 2- Diversidad
> 3- Participación
> 4- Libertad
> 5- Solidaridad
> 6- Justicia
> 7- Equidad
>
> Es la alternativa de un poder democrático participativo frente al poder
> concentrado que hoy tenemos. Es el desenmascaramiento de la hipocresía de la
> participación bajo una brutal concentración del poder.
>
> Estamos comprometidos por la construcción de una democracia genuinamente
> representativa pero que abra preferencialmente el espacio para los no
> representados o subrepresentados, los plenamente desposeídos de poder de
> decisión.
>
> Una Democracia de este tipo está llamada a ser un factor clave para la
> superación de la exclusión, la desigualdad y la pobreza.
>
> Toda vez que se comprenda que sin Justicia Social y sin un Sistema Judicial
> independientemente y honesto, que hoy no existe, aún más, la democracia
> política es un juego de apariencias. Aún más cuando nos hallamos actualmente
> frente a un fallido Estado del Derecho.
>
> V. EL DESAFÍO DECISIVO
>
> El desafío esencial de la izquierda probablemente sea el desafío de la
> eficacia. El de la capacidad de unir acertadamente sus grandes sueños a la
> intrincadísima agenda hacia el desarrollo, de alterar las relaciones de
> poder para propiciar la producción de prosperidad y riqueza, socialmente
> compartida y equitativa, dentro de una progresión democrática.
>
> El desafío de elevar la calidad del pensamiento y de la praxis de la
> izquierda, medida por el rasero de sus resultados e impactos concretos, es
> decir, por la calidad de respuesta a la realidad, sea como protesta, sea
> como propuesta. Abanderar soluciones concretas a los problemas concretos
> bajo la irrenunciable idea del cambio alternativo y alterativo que le
> imprima sustentabilidad, profundidad y largo aliento.
>
> Hay que encontrar, hay que producir el eslabón perdido, ese link, ese
> enlace, entre nuestra visión estrategica y lo real concreto, que
> naturalmente comprende las expectativas sociales y políticas de la gente.
>
> Pensar sin rubor y proclamar sin temor la necesidad y la posibilidad de una
> sociedad mejor. Desde una visión integrada de país, en la que los pobres y
> los excluidos son el alfa y omega, el principio y fin del proyecto
> democrático de la izquierda, desde un enfoque incluyente y no excluyente de
> todos los sectores nacionales. Ello exige ponernos en frecuencia con el
> imaginario popular y reivindicar el derecho del pueblo a soñar con el pan,
> el empleo, el salario justo, la vida digna, es decir, su derecho humano a
> soñar inclusive con aquello que el sistema le ha negado y que no puede ni le
> quiere dar.
>
> ¿Tiene que ser un programa de la izquierda para la izquierda?
>
> Pensamos que debe ser un programa nacido de la convocatoria a una amplia y
> diversa conjunción de fuerzas, a la deliberación en común y a la elaboración
> en común.
>
> Postular de entrada, las tres grandes redistribuciones necesarias:
>
> 1- La redistribución del ingreso
> 2- La redistribución del conocimiento
> 3- La redistribución del poder de decisión.
>
> Habrá que explorar por supuesto, nuevos patrones redistributivos.
>
> Necesitamos trascender de la economía de las elites del mercado a una
> economía social, solidaria, de amplia base y plural sustentable para la
> vida.
>
> *VI. EL NUEVO PRÍNCIPE
> *
> El mercado está siendo elevado a un sacropoder y a principio básico de
> reordenación de la sociedad. Tal es el nuevo príncipe. De tal suerte está
> operándose el paso de economías de mercado a sociedades de mercado. Lo que
> nos confronta con una mercantilización de una variedad de relaciones
> sociales, donde el ámbito de lo público tiende a ser determinado por el
> mercado y cada vez menos por la política que emana del campo de lo político,
> que cada vez más pierde su anterior centralidad.
>
> Los poderes del mercado tienden a gobernar más, arrinconando progresivamente
> al gobierno a una gestión pública puramente gerencial. De ahí la patología
> administrativista del Estado en relación con el desempeño de las políticas
> públicas. Renunciando paulatinamente a lo que debería ser una gerencia
> política con un soporte técnico – administrativo, como debiera ser.
>
> *VII. ESTADOMERCADO Y SOCIEDAD.
> *
> Sigo escuchando entre los economistas y en distintos foros, inclusive entre
> las izquierdas del continente que hay que definir posición en relación a la
> antinomia Estado- mercado. Pero si bien debemos aceptar que este no es un
> falso dilema, sino que existe y es crucial. Hay que advertir que la ecuación
> está incompleta porque le falta un factor. Lo que hay que definir es la
> relación Estado-mercado y sociedad, estado- mercado y población. En la que
> el tercer elemento, referido a los seres humanos, es el más importante y que
> debe imprimir su sentido a los otros dos, al Estado, al mercado y también a
> la política.
>
> Frente a la propuesta que, desde la tercera vía hace Anthony Giddens, de
> buscar un equilibrio entre “gobierno, economía y sociedad civil” para lograr
> un “orden mundial saludable”, las fuerzas democráticas y progresistas desde
> la izquierda debemos perseverar reafirmando al ser humano, al pueblo como el
> centro. Para poner al Estado, al mercado y a la política al servicio de la
> gente y no al revés.
>
> Dicho esto, hay que dejar las cosas bien claras, aquí no se trata de aceptar
> o no aceptar al mercado. Se trata de asumir el interés nacional y popular de
> fortalecer el mercado interno y de lograr un acceso de nuestros productores
> al mercado global en los términos de un comercio justo.
>
> Lo que estamos planteando en buen cristiano es el fortalecimiento del
> mercado doméstico en función de la gente y del desarrollo del país, pero un
> rechazo al mercantilismo, lo mismo que a los condicionamientos impuestos por
> la globalización neoliberal, lesivos a los intereses nacionales.
>
> *VIII. SOBRE EL ROL DEL ESTADO. *
>
>
> El Estado tiene un rol estratégico como agente del desarrollo, para imprimir
> una orientación general hacia el predominio de lo social.
>
> El Estado no debe imponer relaciones de dominio al ciudadano, ni declinar de
> sus grados de representación de los intereses públicos, en favor de las
> elites del mercado, tampoco sustituir al mercado, sino cogestionar al
> mercado, regular su actividad, ya que mercados no regulados dan lugar a
> monopolios desbocados.
>
> Y es que el comando de la economía es demasiado importante para los destinos
> del país y de su gente, como, para dejarlo en manos de 10 o 12 grupos.
>
> Ciertamente el Estado aislado no es una nodriza de la cual se alimentaran la
> igualdad, la inclusión, la equidad, la libertad, la solidaridad. Pero la
> verdad es que sin ciertos niveles de intervención del Estado, para prevenir
> o remediar las injusticias de las ciegas fuerzas del mercado no sería
> posible la convivencia y el bienestar humanos.
>
> En resumen la izquierda debe pronunciarse por la primacía de la gente, del
> pueblo como titular de la soberanía y rechazar el brutal sometimiento del
> ciudadano, de la población, al Estado o al mercado, anverso y reverso en el
> subyugamiento político y económico.
>
> *IX. FINANCIAMEINTO DE LAS TAREAS DEL DESARROLLO *
>
> Aunque la política fiscal es una cuestión vertebral respecto al
> financiamiento de las tareas del desarrollo, aún más cuando en El Salvador,
> después de la dolarización, el Estado no cuenta con política monetaria,
> cambiaria ni crediticia para influir en la macroeconomía, sino con una sola
> herramienta que es la política fiscal.
>
> Con todo y eso, la izquierda tiene que trascender de la propensión
> fiscalista, porque circunscribirse sólo a ella estaría expresando una
> orientación estatista, por lo demás equivocada, ya que el Proyecto de
> Desarrollo del país requiere del ahorro privado y del ahorro público, base
> para la inversión privada y para la inversión pública. Sin ambas no hay
> desarrollo. Asumir esto, tiene implicaciones programáticas y estratégicas
> que deben procesarse.
>
> De vuelta al plano estrictamente fiscal, hay que consignar que de no
> elevarse gradual pero sostenidamente 7, 8 o 10 puntos la carga tributaria
> respecto al PIB no podría el Estado hacerle frente a temas relevantes como
> los del alivio y erradicación de la pobreza.
>
> Al Frente naturalmente le interesa no sólo la elevación de la carga
> tributaria/PIB, sino como se va a distribuir esa carga tributaria. Pero
> antes que nada, lo que interesa a la población es a qué objetivos y metas
> sociales va a servir. Por ello mismo, el FMLN ha propuesto una Reforma
> Fiscal Integral para el Desarrollo Humano, proyectada en un horizonte de
> mediano y largo plazo. La cual debe tener en el centro el rol redistributivo
> del Estado, es decir, el de una política social multidimensional y activa,
> bajo una orientación redistributiva sostenible.
>
> Nuestra propuesta es una política fiscal de cinco carriles, lo que significa
> una nueva política por el lado del gasto para elevar la calidad y el
> rendimiento social neto del mismo, de igual manera que por el lado de la
> inversión y el ahorro públicos, la reforma tributaria y también de una
> política de endeudamiento público para apalancar la inversión aplicada al
> desarrollo.
>
> Pero ninguna política macroeconómica es neutral. Por ello es preciso que
> todos asumamos que la política fiscal será siempre una expresión financiera
> de la correlación de fuerzas.
>
> *X. ¿CUALES SON LOS RETOS QUE TIENE LA IZQUIERDA EN RELACIÓN AL MANEJO DEL
> PODER DEL ESTADO?
> *
> El primer reto es tratar de entender, hoy en día, el acertijo del poder:
>
> 1. El influjo de la globalización mercadocentrica que está descompensando a
> nuestros fragmentados estados-nación, trastocando la soberanía y alterando
> las coordenadas de la política y del poder, condicionando efectivamente y
> reduciendo, mucho más que en el pasado, los márgenes del gobierno.
>
> 2. El dislocamiento del poder hacia el mercado y la concentración
> corporativa del mismo en manos de los grupos que dominan la economía, con la
> consiguiente invasión de la esfera de lo público por el mercado, la
> redistribución negativa del ejercicio de la política y la reducción de la
> capacidad reguladora y redistributiva del Estado. Afectando en resumidas
> cuentas su papel como agente del desarrollo.
>
> Con mayor razón se necesita ahora una izquierda madura con vocación
> transformadora y, en función de ello mismo, con una mentalidad y una agenda
> de poder.
>
> ¿Pero de donde debe hacer la izquierda acopio de poder?
>
> 1- Convocando el poder de la gente, desatando sinergias y sus expresiones
> torrenciales, en primer lugar.
>
> 2- Desarrollando una política de alianzas consistente, amplia y creativa que
> reúna, movilice y reconozca los intereses legítimos de todos los afectados
> por las políticas economicidas, bajo un programa y una estrategia política y
> no bajo presupuestos primordialmente ideológicos.
>
> 3- Organizando a las comunidades desde lo local para enraizar y configurar
> el poder ciudadano.
>
> 4- La elevación de la lucha parlamentaria para servir efectivamente a la
> población pero también para convocar las más amplia correlación de fuerzas
> para el cambio.
>
> 5- Fortaleciendo al partido, desarrollando su musculatura organizativa y su
> enraizamiento en el pueblo, su unidad interna, procurando el acierto
> político de sus decisiones, discursos y conductas, pero al mismo tiempo
> convocando al rearme moral de su militancia y base de sustentación, para
> dirigirnos al triunfo.
>
> A esos fines la izquierda debe ser ella misma la diferencia. Marcar
> distancia de la lumpen-política de las derechas y hacer su crítica
> conductual y discursiva de esa política convencional que ha devenido en el
> arte de la simulación y en el congelamiento virtual de todas las reglas de
> la honradez.
>
> La izquierda es la que debería realizar las tres unidades de la política
> para cambiar la política, esto es:
>
> 1. Unir la política al conocimiento.
> 2. Unir la política a la ética pública.
> 3. Unir la política al pueblo.
>
> Y sus cuadros formarse, especialmente los jóvenes, elevando los tres
> coeficientes indispensables de los liderazgos del futuro:
>
> 1- Cultivar el coeficiente intelectual.
> 2- Un alto coeficiente emocional.
> 3- Un altísimo coeficiente ético.
>
> XI. MENSAJE PARA CORTAR EL PASO A LOS NEOLIBERALES.
>
> El archipiélago social, la tendencia a la micronización de los movimientos
> populares, las tendencias centrifugas en el seno del pueblo y de la
> izquierda y el darwinismo político no son el camino.
>
> De las filias y las fobias quizá haya que hacer un ajuste de cuentas con
> nuestras fobias y nuestros desencuentros… y tal vez un tratamiento freudiano
> a uno que otro de nuestros fantasmas interiores.
>
> Reconvoquemos todos, cada quien con su propia camisa y su propia canción.
> Rehagamos los corredores y los posibles puntos de encuentro, los nuevos
> lugares de contacto. Ya que para alumbrar esta dura noche que sufre la gente
> se precisa una constelación de fuerzas.
>
> Los coyunturalismos son siempre malos consejeros, pero los inmediatismos
> electoreristas son la más eficiente forma de extraviar el camino.
> Responsabilidad, responsabilidad y más responsabilidad. Ya que si los
> egoliberales se repiten otro período llegarían a los 25 años en el gobierno,
> lo que es casi el doble de lo que duró la dictadura del General
> Martínez…pero no va a suceder.
>
> ¿O será que importa más de qué color es el gato?, ¿O lo que importa es que
> el gato cace ratones para sacar a esos roedores del gobierno en el año 2009?
>
> Replanteémonos entonces nuestros desacuerdos de Paz si todavía los hubiere y
> tratemos de encontrarnos en puntos programáticos, temas de agenda social y
> política, trazos de estrategia y de táctica. Aunque no coincidamos en todo,
> porque no es necesario, trabajemos una articulación no precisamente
> teológica, sino teleológica y tal vez metodológica.
>
> Después de todo en la Isla de Utopía, la de Santo Tomás Moro (1516) reinaba
> la tolerancia religiosa ya que consideraba insolens e ineptum pretender que
> lo que alguien creía como verdadero fuera adoptado como la creencia de
> todos.
>
> El camino y la estrategia y sus grandes objetivos son más altos que nuestros
> errores y que cualquier prejuicio. Siempre serán oportunas estas breves
> palabras de Bolivar :
> “Compatriotas, escuchad mi voz al terminar mi carrera política; a nombre de
> Colombia os pido, os ruego que permanezcáis unidos, para que no seáis los
> asesinos de la patria y vuestros propio verdugos”.
>
> No hay vuelta de hoja, hay que abrir el compás. Pero, ¿Hasta donde abrir el
> compás?. Conjuntémonos todos con la multivariedad de fuerzas golpeadas por
> el régimen, que adversan las medidas neoliberales y que apoyan el cambio.
>
> En fin, hay mucho que remar y habrá que hacerlo con más fuerza. Pero ahora
> estamos más cerca y remando todos hacia el mismo punto estaremos muchísimo
> más cerca.
>
> No hay tiempo que perder. Hay que viabilizar la victoria democrática y
> popular, y socializar las tareas de la mañana siguiente, para seguir
> avanzando cada día con más remeros, en distintas posiciones, tonalidades y
> estilos, pero como dicen los maestros de la sinfónica, todos a su modo pero
> en una sola sinfonía.
>
> Vamos tomándole el pulso al tiempo social. Porque quizá el mañana pueda
> estar comenzando hoy.
>
>
> San Salvador, 23 de mayo 2007

Aparecida, esperanzas y temores

Aparecida, esperanzas y temores
(Reflexiones desde la teología)
María Clara Lucchetti Bingemer

Ante la conferencia de obispos latinoamericanos

En el primer encuentro del ciclo de debates de Criterio 2007, realizado en el Centro Cultural Borges el 12 del mes pasado, fueron panelistas los doctores en teología Maria Clara Lucchetti de Bingemer y Carlos M. Galli. Respectivamente, decanos en la Universidad Católica de Rio de Janeiro y en la Universidad Católica Argentina. Bajo el título: “¿Qué futuro tiene la Iglesia en América latina?”, coordinó las ponencias y el diálogo el periodista José Ignacio López.

La preocupación central, ante la V Conferencia de Obispos latinoamericanos a realizarse en Aparecida, Brasil, con la apertura de Benedicto XVI (en su primer viaje en cuanto pontífice al continente latinoamericano), fue el interrogante sobre si las expectativas son de esperanza o de temor. Esperanza en que la Iglesia recoja los múltiples desafíos de la sociedad contemporánea. Temor de que no sepa o quiera hacerlo.

José Ignacio López, quien lamentó con fuerza la ausencia de laicos argentinos entre los participantes, escribió en el número anterior un interesante artículo sobre el tema.

De Carlos M. Galli, que además será perito en Aparecida, esperamos un análisis posterior a la Conferencia.

Aquí publicamos el texto de Maria Clara Bingemer expuesto, en parte, en la charla mencionada.

————————————————————————————————————————

La V Conferencia General del episcopado latinoamericano suscita reacciones tanto de esperanza como de temor. Esperanza, en el “continente de la esperanza” de que el pueblo reciba una palabra de aliento en los difíciles tiempos que corren. Temor de que defraude las expectativas si no recoge los avances de Medellín y Puebla, y repita de alguna manera a Santo Domingo. En ese sentido, hay disconformidad con los contenidos y el método del documento de participación.

Por otro lado, es innegable que Aparecida 2007 es el principal acontecimiento eclesial del año. Aunque, al menos en Brasil, país sede, los medios de comunicación se interesan más por la venida del Papa que por la Conferencia y su lema: discípulos y misioneros de Jesucristo hoy. Nuestra atención y reflexión pueden ayudar a que las conclusiones de Aparecida respondan a los deseos y preocupaciones de muchos católicos que hoy, en América latina, no se sienten cómodos en su Iglesia, a la que aman.

El giro metodológico

Muchos no se sintieron identificados con el análisis metodológico del documento. Encontraron pobre y conservador el análisis de la realidad. Incluso que estuviera después de la parte teológica, eludiendo el método consagrado en conferencias anteriores: ver-juzgar-actuar. Se advierte la ausencia de la Iglesia en el diálogo con el mundo académico, con la universidad y en los grandes temas que hoy interpelan al ser humano. También es insuficiente el concepto de cultura y de culturas ante la complejidad actual. La cuestión de la nueva genética, de la bioética presenta además un enfoque pobre y conservador. Se tiene la impresión de que no se enfrentan con valor y transparencia cuestiones que angustian a muchísimos católicos en el continente y que constituyen la principal área de roce con no creyentes, ateos y agnósticos: cuestiones relativas a la moral sexual (limitación de la natalidad, métodos naturales y/o artificiales, relaciones sexuales antes del matrimonio, etc.). Asimismo, las indagaciones relativas a la muerte digna (eutanasia, distanasia, etc.). La percepción de que estas cuestiones son urgentes y deberían ser consideradas por la Conferencia emana del hecho de que buena parte del laicado católico en América latina vive una especie de “cisma blanco” (hay toda una corriente de cristianos laicos, incluso apoyados por sacerdotes, que viven una ética sexual paralela o al margen de la posición oficial y no se sienten excluidos de la comunión eclesial).

Es un signo esperanzador, por otro lado, constatar que el documento de síntesis retomara el método ver-juzgar-actuar, fruto de una escucha atenta y positiva.

En el análisis de la realidad impacta fuertemente la merma en las filas católicas del continente. A pesar de que la mayoría de los católicos de todo el mundo se encuentran todavía en América latina, ese rostro del pueblo “pobre y creyente” trazado en Puebla ha cambiado mucho y rápidamente. No es sólo el “substrato católico” sino el de todas las religiones institucionales el que es corroído por fuertes cambios culturales. Siempre hubo pluralismo religioso en nuestro continente. Lo nuevo es el fin de la cultura de unanimidad católica. Por un lado, una legitimación de la libertad religiosa, cuyo pluralismo, expuesto a la mercantilización de todas las esferas de la vida humana, relativiza el catolicismo y reduce las religiones a un denominador común; y, por otro, un individualismo que tiende a hacer de la religión una opción restringida a la esfera de la subjetividad.

La Conferencia de Aparecida deberá afrontar la realidad desafiante del éxodo de católicos hacia otras denominaciones religiosas; y, dentro de ellas, el constante “tránsito religioso” que va de “conversión” en “conversión”. Y por otro lado, afrontar también el anonimato de la masa y la débil participación activa de los fieles centrada sobre todo en celebraciones litúrgicas de poca incidencia en la vida concreta. Frente a esta situación, las diferentes reacciones van desde la postura apologética de la disputa del mercado religioso hasta la apatía y la perplejidad o, lo que es peor, la redogmatización feroz de la religión y el atrincheramiento identitario.

Con relación al documento de participación, muchas conferencias episcopales han recordado la necesidad de no olvidar dos opciones fundamentales: la preferencial por los pobres y la del protagonismo de los laicos. A ese respecto, la contribución de Brasil afirma: “La credibilidad y la fuerza de la acción evangelizadora reside en la opción por los pobres, que es la opción del propio Jesús. En la historia de la Iglesia, se constata que, cuando no se ha sido fiel en el servicio a los más pobres, se dejó de ser fiel al Reino de Dios, que es vida en abundancia para todos. Lamentablemente, también en los días de hoy, la Iglesia no siempre consigue dar un testimonio convincente de la opción evangélica por los pobres. Una Iglesia que se vuelve tibia en el compromiso con los pequeños y sufrientes traiciona en su esencia el Evangelio de Jesús, que vino a traer vida en abundancia para todos”. Y sigue: “Sobre todo el éxodo de católicos impone a la Iglesia recapacitar, con urgencia, la ministerialidad en el seno de las comunidades eclesiales. Los ministerios continúan centralizados en el ministro ordenado que, a su vez, es cada vez más escaso, en comparación con otras denominaciones religiosas. Además de la necesidad de la creación de nuevos ministerios laicos, como el de las mujeres que son mayoría en nuestras comunidades, no es un despropósito pensar la posibilidad de reinserción en la vida pastoral de los sacerdotes que dejaron el ministerio”.

La cristología de Aparecida

Al ser el discipulado y la misión cristianas el tema central de Aparecida, la cristología cobra una importancia fundamental. Ya el documento de participación señalaba la carencia de una cristología que recuperara la humanidad de Jesús, su inserción en su contexto vital, la centralidad de su ministerio en favor de los pobres, recogiendo la rica tradición de Israel, en donde Dios es el go´el (pariente) del pobre, del huérfano, de la viuda, del extranjero, en suma, de todos los carecientes de plenitud.

Se ha advertido la ausencia de las afirmaciones cristológicas que describen a Jesús como el rostro humano de Dios, entregado a la humanidad, y el rostro de los hombres y de las mujeres en conversación con el Padre. La religiosidad popular latinoamericana, sintiendo la presencia solidaria de Dios en la prueba y en el dolor, da especial valor al Jesús sufriente, aunque no pierda la esperanza de “vida en abundancia” en el Cristo resucitado.

En el encuentro con los discípulos, Jesús promete la vida plena. El seguimiento y el discipulado, por lo tanto, nacen de esta experiencia. Y la misión es el anuncio a todos de esta novedad.

De la misma forma en que el Reino fue central en la vida y en la obra de Jesús, “buscar primero el Reino de Dios” también es lo único que le importa al cristiano, pues “todo lo demás le será dado por añadidura”. La categoría “Reino de Dios” es, por lo tanto, fundamental en toda cristología y, de manera especial, en una elaborada a partir y desde América latina. El Reino es el proyecto de Jesús y los que lo siguen asumen igualmente su proyecto. Los mártires del continente son testigos de esta fidelidad a Jesús y su Reino.

El Reino de Dios es justicia, paz y amor para toda la humanidad, salvación integral, liberación de todos los signos de muerte que sofocan la vida. Se trata de un Reino escatológico, con una dimensión inmanente y otra trascendente. En la primera, el Reino de Dios se identifica con personas que volvieron a nacer del Espíritu, empeñadas en la construcción de una nueva sociedad, justa y solidaria para todos.

A diferencia de Conferencias anteriores, se echó de menos en el documento de participación la faceta liberadora de la misión de Jesús, ya que la eficacia de la evangelización exige su presencia. En cuanto Palabra que se hizo carne, forma parte del profetismo descubrir el rostro desfigurado de Jesús en el de millones de marginados, sumergidos en la miseria, desempleados, sin techo y sin-tierra, enfermos, emigrantes, los que no tienen posibilidad de vivir dignamente.

La opción evangélica por los pobres es la del propio Jesús, “que siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza”. Su vida y misión se caracterizaron por la atención a los más débiles y excluidos de la sociedad de su tiempo, no respetados en su dignidad de hijos de Dios. La acción de Jesús junto a los pobres no es una acción asistencialista, sino defensora y promotora de la vida en abundancia que él vino a traer a todos, no dudando trastocar las estructuras excluyentes, tanto de la religión judaica cuanto de la sociedad.

En la vida de Jesús, los pobres no son meros objetos de caridad. Por su acción, la Buena Noticia los pone de pie, los integra en la comunidad tratando de hacer de ellos sujetos de un mundo nuevo, solidario e inclusivo de todos.

El seguimiento de Jesús implica, por tanto, la opción preferencial por los pobres, sobre todo en un continente marcado por la injusticia social que, a los ojos de la fe, se constituye en el escándalo del pecado estructural.

En el documento de síntesis hay una cristología muy densa y bella, tomada del cuarto Evangelio. No se destaca tanto la elaboración de los Evangelios sinópticos y no se valora como central la cuestión del Reino de Dios; por lo tanto apunta hacia un discipulado más centrado en la conversión individual y subjetiva. La opción evangélica por los pobres está mencionada sin llegar a ser, sin embargo, el centro mismo del apartado. Eso seguramente habrá frustrado a algunas corrientes más progresistas de la Iglesia del continente, más identificadas con la Teología de la Liberación. Sobre todo cuando la injusticia social estructural no ha mejorado en nada desde la última conferencia del CELAM. Por el contrario, ha empeorado.

¿Aparecida confirmará y consumará el entierro de la Teología de la Liberación? ¿Hay otro modelo de teología que reemplace a la que durante mucho tiempo fue identificada como el modo propio de hacer teología en Latinoamérica?

Una teología contextual

Hace más de dos mil años, cuando la primera comunidad cristiana reconoció que Jesús de Nazareth, que había caminado en medio de ellos haciendo el bien y hablando con autoridad, que había sido matado por los poderes de la teocracia judía y de la pax romana, que había resucitado por el poder de Dios Padre, era el Mesías esperado, surgía un nuevo acontecimiento histórico y transhistórico: el cristianismo.

El genio de Pablo de Tarso comprendió inmediatamente que aquella espléndida novedad no podía quedar aprisionada dentro de los estrechos límites de la sinagoga so pena de morir atrofiada. Enfrentando incluso a Pedro, jefe del colegio apostólico, Pablo entiende que el cristianismo debe ganar el mundo, y que para eso debe entrar en las culturas adonde le sea dado llegar y hablar el idioma que hablan los del lugar donde la misión lo lleve.

Es así que, al pretender dirigirse y hacerse entender por los círculos más letrados del mundo greco-romano, el mundo culto de entonces, la comunidad eclesial cristiana va a tener que descubrir un nuevo lenguaje que rescate las categorías de la antropología hebrea y entre en comunión profunda y fecunda con las categorías de la ciencia de la época, que era la de la filosofía griega.

La teología, por lo tanto, nace inmersa y determinada por un contexto. Nace ya contextual y no tiene posibilidad de no serlo. Es fruto de un feliz casamiento entre la antropología hebrea y la filosofía griega. Con esa reflexión y ese discurso el cristianismo conseguirá penetrar en las diferentes culturas, expresarse a sí mismo y expresar el misterio que lo configura, ser recibido y entendido en los diferentes contextos culturales. Se convierte no solamente en la religión de unos pocos, sino de muchos y ha adquirido un cariz de fuerza civilizatoria, sin el cual la historia de Occidente hoy no sería comprensible.

Sin embargo, los contextos cambian y se reconfiguran y la teología está llamada a acompañar ese proceso vivo y cambiante, a fin de poder seguir siendo entendida en diferentes contextos y culturas y seguir respondiendo a las preguntas de los hombres y mujeres de ayer y de hoy.

Hace más de cuarenta años, la Iglesia reunida en concilio rescató la importancia de esto. En su ardiente deseo de dialogar con el ser humano, el mundo y la cultura modernos, la teología comprende que no puede seguir pensando y hablando con las categorías medievales. Es por eso que la teología conciliar y post-conciliar tiene algunos rasgos fundamentales que se reflejan en un sano y profundo cambio en su reflexión, en su discurso y en su lenguaje:

1. Un giro antropocéntrico.

2. La historia como categoría teológica.

3. Vuelta a las fuentes.

Hace poco menos de 40 años, al final de los sesenta e inicio de los setenta, la Iglesia en América latina expresa su deseo de dar nuevos pasos en su ser eclesial y en su quehacer teológico y pastoral: dejar de ser una Iglesia reflejo y pasar a ser una Iglesia fuente. La conferencia de Medellín, en 1968, segunda del episcopado latinoamericano, iba al encuentro de ese deseo: la propagación de la fe inseparable de la lucha por la justicia; la articulación de las bases comunitarias alrededor de la palabra de Dios; un nuevo modo de hacer teología, que parte de la realidad y la piensa a la luz de la Escritura.

En 1979, la Conferencia de Puebla llegaba a su término consagrando los mismos ejes ya madurados y consolidados: la opción preferencial por los pobres, las comunidades eclesiales de base, y la teología de la liberación.

Los sectores más progresistas de la Iglesia veían la necesidad de un cambio de alianzas. El proceso de evangelización del continente, que había elegido preferencialmente las clases dirigentes y las élites como destinatarios de su labor misionera y evangelizadora, veía ahora la necesidad de dar preferencia a los pobres y a los medios populares para desde ahí llegar a todos. En un momento en que la mayoría de los países latinoamericanos sufrían por la falta de libertad bajo sangrientas dictaduras y cuando los sistemas explotaban cruelmente a las clases desfavorecidas, la voz de la Iglesia se hacia oír como portavoz y defensora de los derechos humanos.

La teología hecha en América latina ganó mundo y fue discutida favorable o negativamente, aunque siempre con interés. Provocó respeto en Europa y en los Estados Unidos. Y aquí en el continente ganó credibilidad junto a las bases, a los movimientos populares, a otras fuerzas que no siendo eclesiales encontraban lenguaje e ideales comunes al comprometerse con las luchas de los más pobres.

Los tiempos cambiaban, nuevos vientos soplaban, en el Vaticano y aquí. La democracia parecía florecer de nuevo en Latinoamérica, el muro de Berlín caía en 1989, el socialismo real era ya superado por nuevas propuestas y por un mundo donde las utopías parecían cosas del pasado. La modernidad y la razón potente entraban en crisis y empezaba un nuevo momento histórico llamado –bien o mal– post-modernidad. El contexto dentro del cual se debía elaborar el discurso teológico pasó muy rápidamente a ser otro y diferente.

En los últimos veinte años hemos venido asistiendo y viviendo ese cambio. Sin embargo, es importante constatar y afirmar que el deseo y la convicción fundamental que animaba a la Iglesia del continente en los años 60, 70 y 80 está vigente todavía. Deseo y convicción de evangelizar atacando igualmente las causas de la injusticia que sufren cada día millones de personas. El problema de la injusticia no ha mejorado. Por el contrario, ha aumentado y hoy es mucho más grande el número de quienes gimen bajo el cruel peso de la pobreza, de la miseria, de la violencia, de la exclusión. Excluidos de todos los beneficios del progreso, hombres y mujeres no tienen posibilidad de acceder a los derechos humanos, porque no resolvieron siquiera el problema de los derechos animales, como escribe Frei Betto.

Cambió y se tornó más complejo el contexto donde nuestra teología se piensa y se dice. Nuevos elementos han sido integrados sin que desaparecieran los antiguos. El cuadro contextual es por lo tanto más rico, más complejo y más desafiante para la teología que quiere ser dialogante con el pueblo.

A la pobreza socio-económico-política se ha agregado otra cuestión seria e interpelante: la pobreza antropológica. Es el área que va a contemplar todas las cuestiones emergentes de género, de raza, de etnia, de ecología. La reflexión teológica va a llegar a la conclusión de que si una persona es pobre, es excluida. Si es pobre y mujer, es doblemente excluida. Si es pobre, mujer y negra, lo es triplemente.

Si Puebla todavía podía hablar a un continente más o menos homogéneo en términos eclesiales y teológicos, un pueblo “pobre y creyente”, la Iglesia hoy se confronta con un nuevo estado de cosas. El campo religioso se ha vuelto cada vez más plural, reflejando una pérdida de hegemonía del cristianismo histórico en términos de capacidad de influencia y número de adeptos.

El contexto en el que vivimos, por lo tanto, no es más como el que vivieron nuestros antepasados, nuestras abuelas, las generaciones que nacieron y se criaron entre símbolos y afirmaciones de la fe cristiana y católica. Hoy vivimos en un contexto donde la religión muchas veces desempeña más el papel de cultura y fuerza civilizatoria que de credo de adhesión configurador la vida. Más aún: vivimos en un contexto secularizado y plural en todos los aspectos y términos. Hoy, globalización mediante, las personas nacen y crecen en medio de un mundo donde se cruzan, dialogan e interactúan el ateísmo, la no creencia, la indiferencia religiosa y varias religiones, antiguas y nuevas. El cristianismo histórico –y en él, el catolicismo– se encuentra en medio de esta interpelación y de esta pluralidad.

Hoy asistimos a la privatización de la vida religiosa, que va de la mano de la autonomía del hombre moderno versus la heteronomía que regía el mundo teocéntrico medieval. Cada uno elabora su propia “receta” y el campo religioso pasa a asemejarse a un gran supermercado, así como también a un “lugar de tránsito” donde se entra y se sale. La modernidad no terminó con la religión: resurge con nueva fuerza y nuevas formas, no tanto institucionalizada como antes, sino plural y multiforme, salvaje e incluso anárquica, sin aspiraciones de volver a lo pre-moderno.

El ser humano que vivió la crisis de la modernidad, o que ya nació en medio de su clímax y nada en aguas post-modernas –a diferencia del adepto a la religión institucional, que adhiere a una sola y permanece en ella, o incluso del ateo o agnóstico que niega la pertenencia y la creencia en cualquier religión– es como un “peregrino” que camina entre los meandros de las diferentes propuestas religiosas, sin reparo a pasar de una a otra, o de armar su propia composición religiosa con elementos de una y otra propuesta.

La cuestión de la sacralidad presenta, pues, un rostro que convive con el del secularismo moderno, generador de sospecha y ateísmo, para el cual la trascendencia está sometida a la constante e incesante crítica de la razón y de la lógica iluminista.

Sin duda, el catolicismo y la Iglesia son llamados a encontrar su lugar en medio del tejido plurirreligioso que atraviesa la sociedad contemporánea. De esta forma, debería participar de un proyecto común donde las religiones tendrían un papel importante en beneficio de la humanidad. Las religiones del mundo entero están siendo convocadas, según el parecer de importantes pensadores, a aportar en la elaboración de una nueva ética mundial, y no pueden abstraerse de esa convocatoria o ignorarla. Pero tampoco pueden acudir renunciando a lo que constituye el fondo más profundo de su identidad.

En vísperas de una V Conferencia del episcopado latinoamericano, la fe y la teología cristianas se ven interpeladas por la cuestión de su identidad, a veces perdida y fragmentada en medio de un mar de experiencias que se pretenden religiosas, pero que no necesariamente pasan por la Alteridad, que en su absoluta libertad se revela como Santidad, o sea: “Alteridad totalmente otra”.

La aparición de esta sacralidad plurirreligiosa no necesariamente implica un crepúsculo de la adhesión a una religión tradicional, con todas sus consecuencias, pero sí exige un constante y agudo discernimiento.

En este contexto plural y cambiante, la teología latinoamericana sigue encontrándose con interpelaciones y cuestiones tan serias y fundamentales que la llevaron a elaborar un discurso nuevo en los años 60 y 70. Pero tiene igualmente el grave deber de abrir sus oídos y volver su atención a los nuevos desafíos.

La fuerza de la fe en Jesucristo –experiencia desde la cual surge y se configura el discurso teológico– sabrá dar a la teología nacida y elaborada en el contexto actual la forma y el tono adecuado para conformar una respuesta convincente y consistente frente a las inquietudes del pueblo de Dios. Pero, si la teología quiere seguir siendo una palabra que contribuya eficazmente para la liberación del hombre todo y de todos los hombres, y no un discurso elaborado en ambientes académicos al que sólo tengan acceso algunos pocos eruditos, grandes conocedores de libros y tratados, pero no necesariamente peritos en humanidad, la presencia de lo nuevo debe ser oída, acogida e incorporada con armonía y generosidad. Ser experta en humanidad es el compromiso de la Iglesia después del Concilio, según expresión de Pablo VI. Seguir siéndolo es su compromiso hoy, en este momento, en este continente de la esperanza que necesita ver su esperanza reforzada y confirmada.

Expectativas que persisten

En mi opinión, la V Conferencia General debería pronunciarse en torno de estos grandes temas:

– La persistente injusticia social. La tremenda contradicción de ser portadores del Evangelio y discípulos de Jesucristo, ser países cristianos (Brasil es cuantitativamente el mayor país católico del mundo) y albergar injusticias vociferantes y absurdas como que un tercio de sus habitantes estén por debajo de la línea de pobreza. Es, en suma, la cuestión de los pobres y de la opción de la Iglesia por ellos a fin de dar credibilidad a su anuncio. Este punto lo considero importantísimo para acallar las afirmaciones acerca de que la opción por los pobres “ya pasó”, como si se tratase de una moda. Creo urgente que la V Conferencia asuma esa cuestión.

– La violencia. Nuestros países se han convertido en focos de verdadera guerra civil urbana. Está muriendo toda una generación, sobre todo de hombres jóvenes y negros. Esto sucede en Brasil, Colombia, Venezuela, Perú y otros. El tema de la paz y del perdón, de la reconciliación, está en el corazón del mensaje evangélico. Ser discípulo de Jesucristo implica, por lo tanto, hacer del meollo del Sermón de la Montaña y de las Bienaventuranzas una prioridad absoluta en el ministerio ejercido, en la evangelización, la catequesis, la organización de la pastoral. Sin un decidido compromiso en favor de la paz, fruto de la justicia, la Iglesia del continente estará dejando pasar por alto algo fundamental para la credibilidad de su misión.

– Las nuevas cuestiones morales de los católicos. O sea, lo relativo a la vivencia de la sexualidad, la procreación, la familia, la defensa de la vida (aborto, eutanasia), la homosexualidad, etc. Todas esas cuestiones se les plantean a los católicos cotidianamente y no pueden ser minimizadas o pensadas con ligereza. Es necesaria una palabra franca de la Iglesia que, sin ceder respecto de la moral que emana del evangelio, tenga la apertura suficiente para poder entablar un diálogo, sobre todo con las generaciones más jóvenes que por no ver esa apertura terminan alejándose de la Iglesia.

– El diálogo con el mundo intelectual, con los formadores de opinión, con los que trabajan con ideas y que están formando la cabeza de las nuevas generaciones, en la escuela, en las universidades, en los medios de comunicación. La cuestión de las nuevas tecnologías también debería ser contemplada con extrema atención. El advenimiento de Internet que crea un mundo virtual que abarca y desvanece fronteras de espacio y tiempo, de los teléfonos celulares como extensión del cuerpo humano, de constantemente nuevas tecnologías al punto de que ya se habla de un post-humano que excedería el ámbito tanto de la antropología filosófica tradicional como la de la antropología teológica cristiana. Esto plantea a la Iglesia el enorme desafío de seguir comunicando y transmitiendo un mensaje milenario, cargado de fuerza trascendente y con peso de eternidad a través medios pluriformes, siempre nuevos y diferentes, so pena de ser incapaz de comunicarse y hablar con los jóvenes, ricos o pobres, letrados o incultos. Los medios de comunicación social y los medios digitales progresivamente van incluyendo y abarcando a todos y creando un nuevo lenguaje que es preciso aprender.

– La pluralidad religiosa. Vamos velozmente hacia un mundo donde el cristianismo ya no es hegemónico. Ganan espacio religiones tradicionales (por ejemplo, el islam) y a la vez surgen otras. Esta situación suscita en la Iglesia el desafío de dialogar humildemente con otras propuestas religiosas y escucharlas respetuosamente. El incidente por la interpretación de las afirmaciones del papa Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona muestra cómo los ojos del mundo se vuelven hacia la Iglesia esperando de ella una apertura dialogal cada vez más amplia y una posición que no sea rígida ni de rechazo frente a la creencia diferente del otro. No obstante, si bien por un lado, hay una expectativa de apertura y diálogo, por otro hay también una fundamental necesidad de discernimiento ante esta pluralidad religiosa que se ve en toda América latina. La proliferación de nuevas propuestas pretendidamente religiosas necesita ser cuidadosamente discernida, dado que una cultura de sensaciones como la que vivimos puede generar propuestas que en realidad no son religiosas en el sentido pleno del término, sino meros intentos de auto-ayuda, epidérmicos y superficiales. La Iglesia no puede renunciar a esto, porque de lo contrario se convertiría en una mercadería más del supermercado religioso. O incluso en otro lugar de tránsito, de pasaje, para personas que van de propuesta en propuesta, de iglesia en iglesia, de religión en religión buscando nuevas y excitantes sensaciones que luego descartarán y remplazarán por otras. Asimismo con las religiones antiguas y tradicionales, la Iglesia debe buscar cada vez más caminos de diálogo sin abdicar de su identidad. Sólo hay diálogo entre diferentes. La uniformidad no genera diálogo, como tampoco lo generan la mismidad y la repetición monótona y no creativa. Hay un movimiento mundial que convoca a las religiones a luchar juntas por los valores que constituyen los fundamentos básicos de la condición humana: paz, justicia, verdad. La V Conferencia podría brindar una valiosa contribución deteniéndose en la diversidad religiosa de un continente donde, sin embargo, el cristianismo tiene muchísima importancia.

– Los laicos y su identidad y misión dentro de la Iglesia. En la década del 90 hubo un gran esfuerzo en el continente, en muchos niveles, para formar laicos, ayudarlos a asumir su papel dentro de la Iglesia, autocomprenderse como productores de los bienes eclesiales y no meros consumidores. Creo que eso llevó a que se multiplicaran los centros de fe y cultura, los centros de formación de laicos y hoy podamos ver muchas vocaciones teológicas laicales, ministerios laicales que con éxito van asumiendo en la comunidad eclesial creciente importancia en el campo de la liturgia, de la espiritualidad, de la reflexión teológica, de la asesoría pastoral, de la coordinación comunitaria, etc. Sin embargo, todavía existen resistencias por parte de significativos sectores del clero y de la Iglesia en general. La novedad del cristiano laico, con su rostro y su papel dentro de la Iglesia y de la sociedad, todavía advierte dificultades. Ahí merecerían un especial capítulo las mujeres que son siempre y necesariamente laicas, ya que no tienen acceso al ministerio ordenado. El laicado espera de la V Conferencia una palabra que aliente su vida y su fe, que lo anime a seguir adelante buscando la vivencia de la santidad sin sentirse rechazado o disminuido porque se le ha asignado la esfera de lo profano y, por lo tanto, no tiene mucho que decir en su Iglesia. Sería importante que la V Conferencia tuviera la osadía de mostrar que obispos, sacerdotes, laicos y religiosos son todos discípulos de Cristo y encuentran la fuente de su discipulado en su mismo Bautismo.

Creo que la V Conferencia puede ser una ocasión de oro para decirle a América latina y al mundo que la Iglesia quiere anunciar a Jesucristo y engendrar discípulos mostrándose ella misma como la primera discípula, confesándose ignorante y pecadora y necesitada de oír, escuchar, aprender muchísimas cosas a fin de poder hablar realmente como fiel portavoz del maestro y no como anunciadora de sí misma.

Caminando hacia la V Conferencia de Aparecida

Caminando hacia la V Conferencia de Aparecida (*)

J. B. Libanio Teologado de Belo Horizonte, Brasil (**)

La conferencia de Aparecida se sitúa en una trayectoria que va desde el nacimiento de la CELAM hasta nuestros días, pasando por el Concilio Vaticano II, Medellín, Puebla y Santo Domingo.

El Concilio Vaticano II y Medellín marcaron etapas de apertura, mientras que las conferencias siguientes fueron introduciendo propuestas contrarias en sus opciones funda-mentales e inflexiones de dirección. Algunos aspectos generales caracterizan el momento actual en lo que se refiere a las opciones básicas del Concilio Vaticano II y de Medellín. En las décadas anteriores, aquellas se hicieron de manera sencilla y radical. Hoy la situación se hizo más compleja y plural de manera que se hace necesario volver sobre ellas a fin de reajustarlas al momento sociocultural presente. La preocupación por las estructuras económicas y las políticas injustas se orientó hacia la evangelizaron de la cultura y hacia la atención al género, a la etnia y al fenómeno religioso, especialmente el neopentecostalismo. Se salió de foco la transformación de la realidad socio-política y económica, por la percepción de la inevitabilidad del sistema neoliberal y por el gigantesco peso de sus estructuras. Hablar de cambio en estos campos suena como pura ingenuidad e idealismo romántico. Simultánea-mente, al interior de la Iglesia se desarrolló un viraje hacia una cierta interiorización y clericalización, en detrimento de la opción por los pobres y del compromiso social. Para algunos críticos se configuró un claro neoconservadurismo (1). A cuarenta años de la terminación del Concilio Vaticano II y casi lo mismo de Medellín, se percibe que las opciones fundamentales de esos eventos no se implantaron o se perdieron en las últimas décadas. El análisis elaborado por A. Brighenti del Documento de Participación hacia la V Conferencia en Aparecida, confirma esta constatación. Este autor señala una serie de elementos criticables del documento.

El ser humano aparece sin rostro, como si fuese una categoría, una esencia. En la cristología se presenta a un Cristo sin Jesús. En la eclesiología, el Reino de Dios se eclipsa y la Iglesia se aísla del mundo. La preferencia por el término misión, en vez de evangelización, refleja un contexto eclesiocéntrico de cristiandad. La visión del mundo transfiere su función de inspiradora y desafiante de la evangelización a la de ser un mero escenario de una salvación más allá de la historia. La preocupación misionera se concentra en el hecho del éxodo de los católicos, en lugar de cuestionar la calidad de la presencia de la Iglesia en la sociedad. Concluyendo, el documento de participación se inserta en el distanciamiento gradual de la tradición latinoamericana legítima y original inaugurada en Medellín y, en último término, de las intuiciones y de los ejes teológicos centrales del Concilio Vaticano II (2). Es una crítica contundente.

Tomando en consideración las breves observaciones del contexto socio-eclesial del Concilio Vaticano II hasta el Documento de Participación, cabe una doble actitud ante la Asamblea de Aparecida:

a) Establecer con claridad las opciones básicas consideradas innegociables e imprescindibles del Concilio Vaticano II y de Medellín, completadas con algunos logros de Puebla y Santo Domingo, para resistir y, eventualmente, reconstituir las que han sido abandonadas.

b) Avanzar hacia temas y decisiones nuevas.

I. RESISTIR Y RECONSTITUIR LAS OPCIONESSICAS

1. Introducción

Un primer paso consiste en resistir en la defensa de las opciones básicas del Vaticano II, Medellín, Puebla y Santo Domingo que deben ser mantenidas y reconstruirlas en el caso de que hayan sido desmontadas.

El hecho de la pérdida o de la no implantación de las opciones del Vaticano II y de Medellín ocurre, con claridad meridiana, según el análisis de la coyuntura de la Iglesia que se ha estado haciendo por teólogos de varios continentes (3). La evolución de la coyuntura eclesiástica en América Latina en las últimas décadas ha confirmado tal evaluación. Basta con analizar el desarrollo de las sucesivas Conferencias del Episcopado de América Latina cada vez menos sintonizadas con las opciones anteriores. El aspecto consensual de tal percepción nos dispensa de mayores análisis. Vale la pena tomar conciencia, también de manera sumaria, de algunos factores que influyeron en esa desviación.

En el campo económico asistimos al reinado solitario y despótico del neoliberalismo, con las terribles consecuencias que todos conocemos. Se implantaron democracias, en vez de los regímenes dictatoriales militares, pero que se pusieron al servicio del neoliberalismo, con pocos cambios en favor de las clases populares. En el campo cultural, se desarrollaron tendencias antitéticas. Por un lado, continuó vertiginosamente el avance de la modernidad en el mundo occidental o influido directamente por él. Tal hecho se visibilizó especialmente en lo referente a la tecnología, especialmente la biotecnología y la informática. La secularización disminuyó la relevancia social de la religión en la esfera política. Por otro lado, se instaló una aguda crítica a la razón de la ilustración en su expresión instrumental, debido a los nauseabundos crímenes que cometió, máxime en las dos guerras mundiales. Se fragmentó el saber de tal forma que se perdió de vista la globalidad, tan ambicionada por la modernidad, siguiendo las huellas de Hegel y Marx. Y, por fin, explotó el anclaje religioso que relativizó el significado de la secularización. Las repercusiones no se hicieron esperar en las instancias eclesiásticas. Un sólido éxodo de católicos hacia las denominaciones evangélicas hizo a los pastores voltear la atención a la conservación del propio rebaño. En el horizonte cultural sonaron dos palabritas cargadas de explosividad que atemorizaron los terrenos eclesiásticos: relativismo y subjetivismo. Por todos lados, las personas y los grupos reivindicaron su propia verdad y autonomía, sabiendo que éstas se situaban en un universo plural y relativo. Nadie postulaba ya la exclusividad de la verdad. La Iglesia no estaba acostumbrada a vivir en el espacio de tal pluralismo y diversidad de verdades y valores. Y veía aumentar en su seno las experiencias libres en los campos de la liturgia, la disciplina, la vida religiosa, la educación, la pastoral, la expresión teológica, amenazando la tranquilidad serena de la uniformidad.

Las respuestas se buscaban en el nivel de la experiencia religiosa. Surgió el desafío mareante de los medios de comunicación. En todo esto, el magisterio se preocupaba por la recta doctrina y por el encuadramiento del clero y de los fieles.

El sistema teológico sufrió, igual que las ciencias, el impacto de la especialización. Se fragmentó en infinitas disciplinas y corrientes plurales. El anclaje espiritualista y carismático de los movimientos religiosos se desinteresó de la reflexión teológica, lanzando sospechas y descréditos sobre el ministerio teológico. Y las instancias romanas aumentaron la vigilancia y el control sobre la teología moderna europea y sobre la teología de la liberación; con las respectivas condenaciones de teólogos, brotaron orientaciones restrictivas hacia la vocación del teólogo (4). Y, para tristeza general, se sufre hasta el momento de una carencia de teólogos con síntesis y visiones amplias al modo de KarI Rahner.

Las últimas luces fulgurantes que iluminaron el Concilio Vaticano II están por apagarse.

2. Opciones básicas del Vaticano II

Cuarenta años después del término del Concilio Vaticano II, rescatemos las opciones fundamentales que juzgamos todavía hitos necesarios para la V conferencia de Aparecida. En 1963, al inicio de la segunda sesión del Concilio, Paulo VI formuló esta pregunta a los padres del Vaticano II: ¿Iglesia, qué dices de ti misma? ¿Es lo que el Concilio respondió lo que nos orienta hasta hoy en la comprensión de la Iglesia? Aquí no profundizaremos en ninguna de la respuesta, sino las expondremos como un listado (5).

a) Primado absoluto de la Palabra de Dios.

Esto, en la práctica, significó dos movimientos maravillosos. Se dio valor a la Palabra en la liturgia, en las celebraciones y en todas las actividades religiosas. La Palabra ocupó el debido lugar en la producción teológica, en la formación del clero y en la vida de los fieles. Se multiplicaron las obras de exégesis y sobre temas (bíblicos, que ofrecieron material para que los fieles pudieran alimentarse espiritualmente de la Escritura.

b) Afirmación de la base laical de la Iglesia: Iglesia Pueblo de Dios.

Se dio una revolución copernicana en la concepción de la Iglesia. En lugar de partir de la jerarquía para definirla, se afirmó el hecho fundamental: todos somos iguales por los sacramentos de iniciación y en la participación de e la eucaristía. La Iglesia se definió como Pueblo de Dios. El laico adquirió en ella su verdadero lugar, con un amplio espacio de iniciativa, libertad, autonomía, participación y generación de cinco espiritualidades propias.

En términos de América latina, surgieron las primeras comunidades eclesiales de base en intima conexión con la experiencia de nuevos, ministerios laicales. Más tarde, en las olas de Medellín, las CEBs se desarrollaron y Paulo VI i profundizó en los ministerios no ordenados (6).

c) Afirmación colegial de la Iglesia.

En íntima articulación con la base laical, el Vaticano II infundió un espíritu colegial, superando el autoritarismo presente en los tres centros: Roma, la diócesis, la parroquia. La colegialidad se transformó en un aire nuevo que se respiró en el ámbito de la Iglesia, dando su valor a la Iglesia local, a las comunidades. Se alimentó una conciencia de sinodalidad y de comunión, incrementando las conferencias episcopales, los consejos diocesanos, parroquiales y comunitarios.

d) Espíritu ecuménico.

Desde su convocación, la aspiración ecuménica atravesó todo el desarrollo del Concilio. Se manifestó como verdadera episteme, un modo nuevo de pensar la Palabra de Dios y las prácticas eclesiales. Influyó en la acción pastoral interna de la Iglesia en dirección a la comunión ecuménica en la oración, en la producción teológica, en la proximidad con los hermanos evangélicos en la vida. En el horizonte estaba ya la intercomunión eucarística hasta hoy todavía no realizada por la Iglesia católica, mientras que otras Iglesias cristianas ya la practican (6). En las acciones pastorales, las Iglesias cristianas se unieron en la preocupación social común, promocional y liberadora.

e) Ampliación para el diálogo interreligioso.

El Concilio se abrió a las grandes tradiciones religiosas del mundo. Y en el continente latino- americano el diálogo interreligioso se confrontó con las religiones indígenas y afro americanas.

f) Diálogo con el no creyente: desde la libertad religiosa.

Las constitución pastoral Gaudium et Spes sentó las bases para la construcción del humanismo (cristiano) basado en los Derechos Humanos. Incentivó a los cristianos para la lucha por la justicia social en diálogo con los hermanos no creyentes dentro de las entidades seculares. Y la Iglesia en cuanto institución, se entendió como compañera en un empeño semejante en el interior de la sociedad civil y en una acción constructiva con el Estado, superando todo sueño de neocristiandad.

g) Nueva relación de la Iglesia con el mundo.

La constitución Gaudium et Spes confesó la íntima sintonía de los cristianos con los hombres y mujeres de hoy en las alegrías y las esperanzas, en las tristezas y en las angustias (8).Modificó la actitud fundamental de cara a los problemas fundamentales del mundo moderno. Reconoció la autonomía de las realidades temporales, terrestres, renunciando a los últimos resquicios de la cristiandad.

h) Dimensión de servicio.

La constitución dogmática Lumen Gentium asumió como determinante para el ejercicio del ministerio ordenado la actitud básica de Jesús; servidor. El triple oficio de los ministros ordenados fue entendido como servicio a la comunidad. Y la Iglesia, como un todo, se definió, como tal, en relación con el mundo. Y cada cristiano se entendió, en el espíritu del lavatorio de los pies por Jesús, al servicio del hermano.

i) Concepción amplia de santidad.

Hasta entonces, si no en la realidad, al menos en el imaginario del católico común, la santidad estaba reservada primeramente a los religiosos y, eventualmente, al clero diocesano. Y sólo en casos excepcionales a los laicos. El Concilio modificó tal concepción, tratando, primero, de la vocación universal a la santidad, y sólo después, de los modos específicos de vivirla. Tal perspectiva propició el surgimiento de varias espiritualidades laicales en la Iglesia, habiendo algunas influenciado hasta al clero y a los religiosos/as.

j) María vista en una triple relación: Cristo, Iglesia, fiel.

La figura de María, como aparecía en ciertas expresiones de la piedad católicas producía en los evangélicos la sospecha de que disminuía el papel redentor de Cristo. El Concilio se alejó de tal visión, al transformar el Decreto sobre María en un capítulo de la Lumen Gentium y al referirse a María como la fiel discípula de Jesús, vista en el proyecto histórico-salvífico de Dios. Le atribuyó la misión de conducir los fieles a la Iglesia y a Cristo, sin ningún detrimento de la persona de Jesucristo.

k) Clima de amplio diálogo: interno y externo a la Iglesia.

Los textos del Concilio mantienen la relevancia de la estabilidad de lo que está escrito. Mientras tanto un evento de tal naturaleza le sobrepasó con mucho el significado, creando alrededor de si mismo un clima, un imaginario. Nació la con- ciencia de la autonomía y del pluralismo de la modernidad, que exige diálogo, tanto al interior de la Iglesia cuanto en relación con las instancias y personas fuera de ella. Fracasó definitivamente el sistema de cristiandad y de la pura ortodoxia en las que se imponían las verdades de fe por la fuerza de la autoridad.

I) Valorización del “carisma” en relación a la institución.

En el mismo clima e imaginario creado por el Concilio, se Invirtió la sensibilidad al interior de la Iglesia católica. Hasta el pontificado de Pío XII pesaban fuertemente las estructuras y se imponía una mentalidad jurídico-canónica. El aire carismático de ligereza, libertad y creatividad, insuflado por el pontificado de Juan XXIII y por las novedades del Concilio, invadió el conjunto de la Iglesia.

m) Cambio de la teología fundamental.

El Concilio significó un nuevo paradigma teológico, en comparación con la teología común postridentina y premoderna. Cl. Geffré lo formuló como el paso de la teología dogmática a la hermenéutica (9). Consistió en el cambio de la concepción de verdad que antes venía toda desde el lado del objeto. Primero se establecía la tradición, después el sujeto envuelto en ella. En el horizonte lejano estaba el mundo rural con la matriz de la naturaleza. El sujeto se insertaba en una tradición sin tomar distancia de ella y sin mirarla como objeto de análisis. Algo anterior al cogito de Descartes.

La teología dogmática se preocupaba por conocer la esencia y la sustancia de las cosas, la verdad inmutable. Los conceptos se elaboraban abstractamente, igual que sus relaciones mutuas, y sus implicaciones. De esos conceptos se deducían muchas consecuencias teóricas, por medio, sobre todo, de la lógica formal y de la argumentación silogística. Se recurría a la autoridad de los antiguos para establecer las verdades. Fue la lectura teológica amplia-mente usada en la neoescolástica, especial-mente postridentina, redactada principalmente en latín. El Vaticano II asumió la perspectiva hermenéutica, que centra la atención en la interpretación de las verdades dogmáticas en la mentalidad de cada época, de cada cultura. El sujeto se acerca a la realidad con una precomprensión subjetiva e histórica interpreta, por tanto, la realidad, y ésta, a su vez, modifica su precomprensión. De manera simple y directa, la naturaleza del conocer humano es interpretar, y ello ocurre también respecto a la revelación y a las verdades dogmáticas. Todo conocimiento conjuga el elemento objetivo de la verdad, la realidad que se conoce, y el aspecto subjetivo de quien conoce. En la construcción de la verdad se hace necesario el diálogo para alcanzarla más plenamente y no la imposición hecha por la autoridad (10)

3. Opciones básicas de Medellín

Paulo VI pretendía con la Conferencia General de Obispos de América Latina en Medellín aplicar el Concilio a este continente. Sin embargo tanto, aquella se configuró como recepción creativa que interpretó el Concilio con originalidad perspicaz. Modificó la pregunta fundamental.

Dirigió a toda la Iglesia católica del continente la interpelación: ¿qué servicio se puede prestar al pobre en un continente de opresión y liberación? ¿Qué significa comprometerse en un contexto de América Latina?

a) Cambio del contexto.

  • Situación social: Ya no se vivían los años de optimismo del tiempo conciliar. Se implantó en el continente un capitalismo transnacional, apoyado por la ideología del desarrollismo. Para desenmascararla, los economistas de la CEPAL elaboraron la teoría de la dependencia. En vez de desarrollo, se propugnaba por la liberación al interior de los países y de cara a los países centrales. En el programa entraban las reformas de base.

El mundo político se incendió con el surgimiento de movimientos populares y estudian- tiles, con la concientización y organización de sindicatos urbanos y rurales y, sobre todo, con los movimientos revolucionarios, unos clandestinos, otros a cielo abierto. La revolución cubana ejercía su atracción. Personajes simbólicos como Fidel, Che Guevara, Camilo Torres y otros poblaban el horizonte utópico, especialmente el de los jóvenes.

En contrapartida, la represión militar y policial se organizaba, financiada desde dentro y desde fuera por los intereses burgueses, llegando a construir regímenes de excepción, dictatoriales.

Se apoyaban en la ideología de la Seguridad Nacional. Se asistió a la sucesión de golpes militares a partir de 1964 en Brasil, después en 1966 en Argentina, en 1968 en Perú. Este clima de tensión envolvió a Medellín. En el ámbito cultural, la pedagogía de Paulo Freiré, la instalación de centros de cultura popular, Movimientos de Educación de Base alimentaban propuestas revolucionarias. Y el clima mundial, que estalló en Francia en mayo de 1968, favorecía en América Latina la esperanza revolucionara, incluso por la vía armada.

• Situación eclesial: La Iglesia, plantada en ese clima de euforia, transformación, cambio rápido y expectativa revolucionaria, fue atravesada por un período de experiencias audaces en diversos campos de su vida. Recordemos algunos datos y hechos. Se reforzó la apertura social de Juan XXIII y del Concilio Vaticano II, defendiéndose la mística de una Iglesia de los pobres. Paulo VI, con la encíclica Populorum Progressio, profundizó el tema de la pobreza y de la Iglesia del tercer mundo. Entró en escena una pléyade de obispos de extrema apertura social, de valor intelectual y evangélico, cuya mayor expresión era D. Helder Cámara. La Iglesia del Brasil firmó la maravillosa experiencia de la colegialidad. La Acción Católica, especialmente bajo la forma de JOC, JAC, etc., mostró una pujanza apostólica y crítica social en relación a la política del Estado y de la propia Iglesia. Las comunidades eclesiales de base comenzaron a surgir en el noreste de Brasil y después en muchos otros lugares. La vida religiosa se insertó en los medios populares en el espíritu de apertura del Vaticano II. Cristianos laicos y algunos sacerdotes y religiosos, en nombre de la fe, participaron en la política revolucionaria, despertando la furia de los sectores conservadores eclesiásticos y de la sociedad burguesa.

Esa vigorosa agitación intra y extraeclesial fecundaba a la teología y se alimentaba de ella. En Europa se elaboraban las teologías del mundo, de las realidades terrestres, política, de la esperanza y de la revolución. Y, en el corazón de Medellín, se gestó la teología de la liberación, cuya forma programática apareció en el libro de G. Gutiérrez, algunos años después (11). En ese contexto complejo y tumultuoso ¿qué respuestas ofreció Medellín para la Iglesia de América Latina?

b) Principales respuestas de Medellín a ese contexto

• La conversión en la misión hacia afuera: Los obispos y los teólogos interpretaron, en términos de significado y de praxis, a la luz de la categoría teológica de los signos de los tiempos, la realidad social y eclesial del continente, especialmente el conflicto entre evangelización y liberación. Frente a ese horizonte, realzaron en la evangelización la dimensión temporal en lo tocante a las estructuras sociopolíticas y económicas, dejando atrás la tradición de la mera enseñanza de verdades y prescripciones morales. Para ello, echaron mano de la metodología del ver-juzgar-actuar, la cual bebieron en dos fuentes: la tradición de la JOC, JAC, etc., y la constitución pastoral Gaudium et Spes. El nuevo enfoque social de la evangelización desautorizó y rompió la alianza entre la Iglesia (cristianismo) y las fuerzas conservadoras del status quo, esto es, de la oligarquía latinoamericana que hacía siglos venía dominando a la Iglesia y apoyándose en ella. En el centro y corazón de Medellín refulgió la opción por los pobres sin adjetivos en los diversos campos: social, intraeclesiástico, educacional, pastoral, vida religiosa, ministerial, etc. Tal opción buscaba la liberación de los pobres. La categoría liberación hizo su entrada en el escenario eclesial y teológico. Pasó por una transformación de sentido. Proviniendo de las ciencias políticas, sufrió una ampliación histórico-antropológica y terminó incluyendo la dimensión teológica. Pesó en ese momento la influencia de la pedagogía concientizadora y liberadora de Pablo Freiré, que ensayaba en el noreste brasileño las primeras experiencias de alfabetización de adul-tos, que fueran simultáneamente politización crítica respecto a la sociedad capitalista.

• La conversión al interior de la Iglesia: Al interior de la Iglesia, obispos, sacerdotes, religiosos asumieron una mayor pobreza y sencillez de vida, despojándose de antiguos aparatos de ostentación, riqueza y bienestar, para asumir un tenor de vida cercano al pueblo simple, abandonando la seguridad de las instituciones poderosas. El contacto con las clases populares resultó en una vigorización de su religiosidad. Se dejó de enfrentarla bajo el prisma de la ignorancia, de la pura alienación, para descubrir en ellas gérmenes de sabiduría y liberación. Se incrementaron las comunidades eclesiales de base, articulando íntimamente la fe y la vida, el compromiso religioso y el social. En esa ola renovadora eclesial, la presencia de la Biblia fue fundamental. Dejó de ser un libro hermético, conocido únicamente por el clero, para caer en las manos del pueblo. Se crearon círculos bíblicos que siguieron la genial metodología de C. Mesters (12).

La predicación, la teología y la práctica de la Iglesia se enfocaron a la justicia social. Se superó una concepción intimista del pecado, trabajando la realidad del pecado social (13). Se condenó la violencia institucional del propio sistema y no sólo la de las guerrillas y de la lucha armada. Resumiendo: La Iglesia, como totalidad, asumió una postura profética en los discursos, prácticas y en la propia institución. Predominó el aspecto socio-estructural y se concentró en la liberación de los pobres.

4. Opciones básicas de Puebla

Diez años después de Medellín, los obispos de América Latina se reunieron en Puebla. Pretendían responderá una pregunta fundamental: ¿Cómo resituar Medellín en la nueva coyuntura política y eclesial de América Latina y de la Iglesia?

a) Contexto de la Conferencia

• Situación social; Eran otros tiempos políticos y, sobre todo, eclesiales. La represión alcanzaba síntomas de paroxismo. Los regímenes militares llevaban la arbitrariedad, torturas, asesinatos a grados insoportables. El capitalismo transnacional imponía impunemente las leyes de la economía, sometiendo a los países periféricos a una dura explotación. Los Estados nacionales perdían autonomía. El crecimiento del neoliberalismo deshacía las conquistas sociales. En el campo cultural la censura ideológica cerraba los horizontes críticos. La situación represora se justificaba por la ilusión del milagro económico. Brasil creció, durante los gobiernos militares, al diez por ciento por año, aprovechando el vacío existente. El sistema hacía alarde de tal crecimiento. Pero al final de régimen militar se ago-taba tal maravilla, preparando el proceso de democratización.

• Situación eclesial: Para la Conferencia de Puebla pesaron más los cambios eclesiales. Después de Medellín aparecieron las primeras señales de reacción a las iniciativas innovado-ras postconciliares y al anclado liberador de la Iglesia latinoamericana, por parte de Roma y de sectores conservadores eclesiásticos de nuestro continente. En honor de la verdad, nunca asimilaron ni el Vaticano II ni Medellín. Adquirieron fuerza después de algunos años de retroceso tímido ante las olas libertarias sociales y eclesiales. Como éstas perdieron la energía, los conservadores pudieron levantar cabeza, escondida bajo la avalancha libertadora. En la base de las reacciones conservadoras se escondía una cierta decepción con los rumbos que la Iglesia tomó en la animación del Concilio. Frente a la encíclica Humanae Vitae de Paulo VI (1968), surgieron reacciones de oposición, hasta de los episcopados. La amplia laicización de decenas de millares de sacerdotes asustó. El final melancólico del pontificado de Paulo VI preparaba el clima de reacción. En un momento de sufrimiento confesó tener la sensación de que «por alguna grieta entró la humareda de Satanás en el templo de Dios» (14). Él esperaba que vendría, después del concilio, un día de sol para la historia de la Iglesia. Vino, por el contrario, un día de nubes, de tempestad, de oscuridad, de búsqueda, de incertidumbre. Predicamos el ecumenismo y nos alejamos siempre más unos de otros. Cavamos abismos en vez de cerrarlos (15).

En América Latina, el CELAM que organizó el encuentro de Puebla asumió una línea cada vez más conservadora. Denunciaba que en la Iglesia latinoamericana se hacía una falsa interpretación de Medellín, al radicalizarse la opción por los pobres, el compromiso social, la base de la Iglesia -léase la comunidad eclesial de base-en una verdadera «Iglesia popular». Además de esto, acusaba a la vida religiosa, propugnada por la CLAR y consustanciada en la inserción popular de los religiosos/as, de magisterio paralelo en continuas fricciones con los obispos. Estigmatizaba a la teología de liberación como marxismo. Reprendía a las conferencias episcopales nacionales por su excesiva autonomía -entiéndase sobre todo la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil. Ese clima de sospecha contagió a amplios sectores eclesiásticos latino-americanos y a las instancias romanas. Entre la convocación de Puebla por Paulo VI y su realización murieron dos pontífices y sucedió la elección de Juan Pablo II. Ya al inicio de su pontificado, desconociendo, naturalmente, la realidad de la Iglesia de América Latina, el Papa hizo un largo discurso en la inauguración de la conferencia, reflejando la tendencia eclesial de desconfianza de cara a la Iglesia de la liberación, la cual se remitía a las opciones de Medellín. Los conservadores pensaron que era entonces el momento de reconducir a las Iglesias del continente al lecho seguro del control institucional por parte de Roma, tanto en el campo interno de la vida eclesiástica, como en la actuación en la sociedad. En la organización de Puebla predominó tal preocupación, de modo que los teólogos de la liberación fueron sistemáticamente excluidos de toda asesoría. El largo documento de Puebla desconoció a la teología de la liberación, como si no existiera. Y eso que había sido la primera teología original de América Latina. Es realmente espantoso para la mirada de un historiador constatar esa ausencia total, incluso de las palabras «teología de la liberación».

Evidentemente la tendencia conservadora no encontraba unanimidad en los obispos. Incluso habiendo eliminado del aula episcopal a los teólogos de la liberación, hubo obispos que se hicieron asesorar por ellos fuera del ámbito estricto de la conferencia. Algunos de ellos eran personas de renombrada credibilidad por su vida, cultura e inteligencia. Ese juego fue el que produjo el texto oficial y las opciones de Puebla. Si, de un lado, se alineó al clima general de sospecha, sin embargo hizo concesiones a la Iglesia de la liberación a causa del estilo evangélico de sus propuestas, del coraje profetice de algunos obispos e, incluso, por las afirmaciones del Papa. Después de la apertura, éste entró en contacto con el sufrimiento del pueblo mexicano y produjo afirmaciones llenas de valor que el documento tuvo que incorporar, dándole abertura social, tanto en su parte de diagnóstico, cuanto en la de las propuestas pastorales.

b) Respuestas de Puebla

La nitidez y la contundencia de las opciones de Medellín fueron matizadas en el documento de Puebla. Se debilitaron las opciones centrales por los pobres y por la liberación, adjetivándolas y complejizándolas. Sin negarlas. Puebla suavizó sus contornos. Así, la opción por los pobres recibió una serie de adjetivos. Se habló de opción preferencial, de amor preferencial y de solicitud (382), de preferencia por la evangelización y por los servicios a los pobres (707), de compromiso preferencia! (769), no exclusivo (1145). Y después añadieron al sus tantivo «opción» muchos otros adjetivos: evangélica, no ideológica, etc. Esa adjetivación y las expresiones adversativas terminaron debilitando la radicalidad de Medellín.

La entrada de la opción por los jóvenes tuvo el lado positivo de llamar la atención hacia ese grave problema para la Iglesia, y tuvo el lado negativo de disminuir el impacto de la opción por los pobres. Divide y vencerás, decían los roma- nos. Puebla sustituyó el término liberación por evangelización liberadora. El sustantivo quedó como adjetivo: un debilitamiento semántico. La realidad y la religiosidad popular son vistas preferentemente bajo el aspecto cultural. Se habló del sustrato cultural católico como fruto de la evangelización constituyente, y de una religiosidad popular simple, que ha de ser conservada ante la secularización. El movimiento libertador fue incluido en la ola secularizadora. El tema de la evangelización de la cultura comenzó a crecer en importancia.

La comunión y la participación se volvió el eje estructurante de la Iglesia. Se atribuyó importancia a la iglesia particular, junto con una cierta parroquialización de las CEBs. Se defendió la dignidad de las personas, delante de las violaciones presentes en los regímenes militares. Se propugnó por una acción conjunta con los constructores de la sociedad, con mayor atención a la inteligencia de la sociedad y no sólo a los pobres.

Resumiendo: Se desvió el acento hacia el aspecto cultural y se multiplicaron las opciones, debilitando así la opción por la liberación de los pobres, tan aguzada en Medellín.

5. Opciones básicas de Santo Domingo

La pregunta central en Santo Domingo fue diferente: en pleno proceso de contención eclesial y de desconfianza respecto a la Iglesia de la liberación, ¿cómo reconducir la Iglesia a estas nuevas orientaciones romanas?

a) Contexto sociocultural y eclesial

La situación sociopolítica y económica en 1992 había reforzado el neoliberalismo con las conocidas consecuencias, gestando un nuevo tipo de pobreza: desempleo, exclusión, cercanía a la muerte. Otros efectos nefastos se hicieron sentir: la centralidad absoluta de los mercados, el deshacerse de los considerados “despojos sociales” del seguro social, el rompimiento de las fronteras comerciales y el endurecimiento de las políticas económicas neoliberales.

Culturalmente, creció la importancia del conocimiento en todos los campos. La exclusión cultural de países y segmentos sociales, se radicalizó en el interior de la sociedad del conocimiento. El que no tiene acceso al saber, queda segregado del mundo real y se pierde en la noche de la casi total pobreza.

Y en la Iglesia, se sumaron dos movimientos antitéticos, que hasta ahora han convivido. El refuerzo neoconservador de las instituciones eclesiásticas y la ola carismática hizo refluir el compromiso social y liberador. Mientras tanto otros movimientos sociales, también con fuerza liberadora, surgieron en los diversos países y tocaron a la puerta de la Iglesia: movimientos feministas, ecológicos, pacifistas, antirracistas, interreligiosos.

b) Respuestas de Santo Domingo

• De cara a la situación más amplia: La experiencia de Santo Domingo fue, en parte, traumatizante. La Iglesia de América Latina tuvo poca libertad de expresión en la Asamblea organizada desde los poderes centrales de la Iglesia.

A pesar de los retrocesos, también hubo puntos nuevos que se lograron.

Se firmaron algunos lineamientos en las tendencias. La problemática social, orientada hacia la lucha contra la injusticia en vista de la transformación de la sociedad, se transmutó hacia la evangelización de la cultura moderna, llamada adventicia, utilizando la telemática. La cultura afro-amerindia y la religiosidad popular ofrecieron una plataforma para la inculturación de la fe, respetando ciertas restricciones en el campo litúrgico.

La evangelización se pensó como acción contraria a la cultura moderna, restaurando o creando una nueva cultura. Reinó desconfianza respecto a la modernidad y a los procesos transformadores de la realidad social. Sin embargo, sin polemizar directamente con la modernidad, se optó por crear una cultura de valores estables, cristianos, informando con ellos a la cultura latinoamericana, en lugar de acentuar el aspecto del cambio social. El proyecto inicial de crear una única cultura cristiana acabó constituyéndose con la aceptación del hecho de la pluralidad de las culturas, procurando, sin embargo, impregnarlas de valores cristianos absolutos. La opción por los pobres, según la posición predominante en Santo Domingo, ha provocado cierto radicalismo y exclusivismo en el interior de la Iglesia. No se ha olvidado la opción por los pobres, pero esta ha sido matizada.

• De cara a la situación eclesial: Respecto a aspectos de la vida interna de la Iglesia, se acentuaron más la conformidad que la diversidad, el poder central que las instancias locales, la obediencia que la libertad, la tradición que las experiencias nuevas y creativas, lo común que lo original, el aspecto espiritual de la santidad que el del compromiso. Este conjunto de preferencias configuró un escenario conservador y espiritualista. Sin embargo, se dio por lo menos en la letra y en los deseos, un paso significativo, al afirmarse el protagonismo de los laicos. Por ahí se abrió una puerta para mayores adelantos que, en general, todavía están en espera de la iniciativa de los propios laicos.

La Conferencia de Santo Domingo se reunió en el clima de la memoria del descubrimiento de América y de la Primera evangelización. Mirando a ésta, el Papa y consecuentemente las Iglesias del continente, extendieron el gesto de pedir perdón a los pueblos indígenas y a los negros que se trajeron como esclavos. Esto significó un acto de humildad en relación al pasado, pero al mismo tiempo, una actitud de crítica y de revisión pastoral continua, para no repetir errores tan graves como los del pasado.

• La nueva evangelización: Santo Domingo se embarcó en la propuesta de la Nueva Evangelización, que ya venía siendo agitada desde el discurso de Juan Pablo II a la CELAM, en Puerto Príncipe (Haití), el 9 de marzo de 1983, en el que se afirmó que el V Centenario de la evangelización debía ser un compromiso “no de re-evangelización, sino de una evangelización nueva. Nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión” (16) Esta misma expresión la repitió el Papa en otros momentos de sus viajes apostólicos a la República Dominicana (17), a Uruguay (18).

La expresión “nueva evangelización” llevaba cierta ambigüedad. Para algunos significó la disminución de la dimensión liberadora, el refuerzo el aspecto espiritualista, de los medios de comunicación y de la exterioridad de los personajes de la Iglesia, en especial del Papa, Teresa de Calcuta, Chiara Lubich, etc. Otros descubrieron que Medellín ya había hablado de la nueva evan-gelización para incluir la temática liberadora y la ampliaron para una solidariedad latinoamericana y mundial. Santo Domingo mantuvo viva la categoría de los “signos de los tiempos”, recordando algunas ¡deas centrales de Juan XXIII, Vaticano II y Medellín. En relación a América Latina, sonaba como una interpretación privilegiada del proceso liberador desde adentro de la situación de opresión.

Resumiendo: Santo Domingo fue cruzado por la tensión de dos opciones de fondo. Una en la dirección de apoyar, incentivar las comunidades eclesiales de base (CEBs), con la consecuente opción por los pobres, sin más.

La otra prefería insistir en los movimientos apostólicos de los laicos de carácter internacional, tales como: renovación carismática, comunión y liberación, movimiento de neocatecumenado. Se procesaba así una matización en la opción por los pobres que ya estaba en curso desde antes de Puebla. Esta matización fue homogénea, mientras que la otra fue apenas residual.

Conclusión

Este rápido recorrido por el Concilio Vaticano II y por las tres Conferencias del Episcopado latinoamericano nos permite rescatar de entre todas las opciones hechas, aquellas que juzgamos imprescindibles y no negociables, para llevarlas a la Asamblea de Aparecida. Dos verbos nos sonaron como palabras de orden: rescatar y resistir. Rescatar las opciones fundamentales de la Iglesia del Continente y resistir a las fuerzas que las vienen minando desde hace décadas.

Avanzar hacia temas y decisiones nuevas

Una vez garantizadas las opciones anteriores, hay que avanzar en puntos que contesten a las nuevas situaciones que hoy se hacen urgentes. A modo de esbozo, adelanto algunos elementos que juzgo relevantes para la Iglesia en la actual coyuntura social y eclesial.

1. Revisar el ministerio ordenado a la luz de las opciones del Concilio Vaticano II y Medellín.

Tal revisión implica la superación del autoritarismo y del centralismo pastoral. Desafortunadamente, se ha observado en la generación clerical joven, trazos autoritarios. Esto tiene que ver con la formación en seminarios que volvieron al molde de la “institución total” (19). Ese clero ha acentuado “los signos distintivos de su condición – fiestas, vestimenta, poderes-, ausencia de inquietud en relación al destino de la sociedad (y de la Iglesia), poco amor (¿ninguno?) por los estudios, ninguna pasión por el ecumenismo, por la justicia social. Son presbíteros que se preocupan más con su carácter y poder sagrado, que con una presencia significativa en el mundo, con el diálogo con la sociedad, con un competente servicio al hombre de hoy” (20). Es necesario encontrar la vía de la sencillez y de la cercanía del clero a las personas. Yendo más lejos, y hasta secundando los deseos de Juan Pablo II en la Encíclica Ut Unum Sint, es necesario redimensionar el magisterio oficial y la jerarquía eclesiástica en el espíritu de servicio y sencillez (21). Siguiendo en la línea de las innovaciones de Vaticano II, la Iglesia revitalizó la institución del diaconado permanente, abierto también al hombre casado. Ya tendremos tiempo suficiente para someter el ejercicio de este orden a una revisión, con la triple alternativa de la continuidad, o de la reformulación del actual ejercicio, o aún de la abolición de este ministerio en nuestro contexto pastoral. Partiendo de las experiencias en curso, se están haciendo estudios en esa dirección (22). La imposibilidad de celebrar la eucaristía semanal en la mayoría de las comunidades católicas (23) obliga a la Iglesia a pensar en soluciones más eficientes, contundentes y de corto plazo. No resuelve el reducir la cuestión del ministerio ordenado al problema de la promoción vocacional, aunque ésta tenga relevancia. Hay que ver un horizonte más amplio.

Se presentan tres cuestiones relacionadas con esta situación: reincorporar al ejercicio del ministerio a los presbíteros que fueron reducidos al estado laical o que están sin ciudadanía eclesiástica; la ordenación de hombres casados de valor indiscutible, y el ministerio ordenado de mujeres. Actualmente, esta última cuestión se encuentra fuertemente bloqueada por el texto contundente del documento de Juan Pablo II (24). Permanece todavía abierta la cuestión de la diaconisa. Esto podría ser un primer golpe para romper con la armadura eclesiástica.

2. Pensar seriamente en una “renovación litúrgica” popular

El Vaticano II continuó y profundizó la reforma de la liturgia romana clásica con un provechoso fruto espiritual y pastoral. Las celebraciones litúrgicas adquirieron una vitalidad pujante.

Semejante emprendimiento necesita ser llevado a cabo en la liturgia popular en diálogo con la cultura popular religiosa afro-amerindia. Esto implica profundizar la importancia teológica y social de la religiosidad popular, especialmente en los niveles de comunidades de base. Ya es hora de considerar seriamente la reserva católica de América Latina, invirtiendo el proceso de influencia. En lugar de dejarse plasmar por orientaciones desde la matriz europea o norteamericana, influenciar estas instancias con el vigor, la creatividad y la originalidad del catolicismo mestizo, moreno.

3. Animación carismática de las estructuras internas de la Iglesia

El fenómeno carismático está presente con gigantesco vigor. ¿Cómo no percibir en él una señal del Espíritu? Como toda acción de Dios en la historia, padece de ambigüedades y de discernimiento. La ola carismática posee enorme potencia] transformador de las instituciones, si esta realiza el principio jesuítico de que “el sábado es hecho para el hombre y no el hombre para el sábado. En otras palabras, le cabe la maravillosa tarea de humanizar, de espiritualizar, en el pleno sentido del término, la rigidez de muchas formas institucionales y jurídicas de la Iglesia. Eso incluye refortalecer la dimensión de diaconía, de pobreza, de simplicidad en el ser, en el vestir, en el vivir de los representantes de la Institución eclesiástica. Los movimientos carismáticos adoptan a veces posiciones antitéticas. Algunos se presentan fuertemente centralizados en la persona del líder. Estos no ayudan a liberar la Iglesia de las formas centralizadoras y autoritarias. Otros sin embargo, cultivan una transparente libertad entre los miembros. Ellos tienen condiciones de pensar y ensayar un modelo “democrático” y participativo de Iglesia. Y si se articulan con las CEBs, anticipan ya una Iglesia, una red de comunidades en el interior de las parroquias y diócesis. Entonces la Iglesia se vuelve para el fiel una comunidad de libertad, diálogo, igualdad. En ese mismo espíritu, se facilita asumir el principio de subsidiariedad en el gobierno de la Iglesia.

4. Enfrentar el fenómeno religiosos y de las espiritualidades

La ola carismática tiene otro rostro: el surgimiento del fenómeno religioso con exuberante efervescencia de nuevas espiritualidades. Estas existen para todo gusto. ¿Qué hacer? El futuro de la Iglesia depende de la forma en la que ella discernirá esa mezcla religiosa y de espiritualidades, valorizando las que le traen renovación, y evangelizando las que la desvían de las opciones de Vaticano II y Medellín. La evangelización a la luz de la pneumatología paulina de la libertad, purifica las experiencias religiosas de los ruidos míticos, mágicos, fundamentalistas, meramente emocionales y los descuadra de los ritos espirituales rígidos.

5. Establecer con los nuevos movimientos una relación de comunión responsable y libre

Los nuevos movimientos eclesiales de espiritualidad y apostolado proliferan. Sobre ellos se hacen análisis matizados. Juan Pablo II (25) y el cardenal Ratzinger, en algunas de sus manifestaciones (26), mostraron cierto entusiasmo.

La reciente toma de postura crítica frente al movimiento del neocatecumenado manifiesta, talvez, ya una cierta inflexión del optimismo anterior (27). Otros autores nos critican fuertemente (28).

Como tarea tenemos las condiciones para someterlos a un proceso de discernimiento, captando su lado creativo y animador, y señalándoles los riesgos y límites. En un momento de reflujo autoritario, la novedad, la ligereza, la valorización de la presencia del Espíritu Santo, la libertad, tienen mucho que contribuir. Pero en la medida que se incorporan aspectos conservadores y autoritarios en detrimento de las comunidades locales, refuerzan el lado negativo de la coyuntura eclesial actual.

Algunos de ellos empezaron con convicciones ecuménicas, con experiencias transconfesionales, privilegiando Pentecostés en contraparte a lo institucional, valorizando las experiencias espirituales y comunitarias. Sin embargo, poco a poco se volvieron fundamentalistas y agresivos, en una defensa virulenta de la propia identidad (29). Las Iglesias de América Latina tienen delante de sí la tarea de potenciar estos movimientos eclesiales en la dirección de articularlos: con la vida pastoral de la Iglesia local; con las comunidades eclesiales de base en mutua fecundación; con compromisos sociales en la línea de la opción por los pobres.

6. Enfrentar la nueva sociedad globalizada del conocimiento

Cada día las ciencias y la tecnología avanzan más, especialmente en el campo de las ciencias de la vida y de la información, lo que trae graves problemas éticos. El conocimiento se convierte en la materia prima importante en el mundo de la producción, de la administración de las empresas. Sin conocimiento, se pierde competitividad.

La Iglesia necesita de los laicos/as y de los profesores de ética y de teología moral, preparados para ese diálogo. Un laicado valiente y competente, apoyado por el magisterio, le ahorraría declaraciones oficiales infelices y sin conocimiento suficiente sobre temas difíciles, complejos y sombríos.

La sociedad del conocimiento está generando un nuevo tipo de pobre y excluido. Está desafiando a la Iglesia a mostrar su rostro concreto y real, como hizo en Puebla (nn. 31-39). Esto significa avanzar más allá de la opción por los pobres de Medellín y de Puebla, borrándole los epítetos ideológicos y los adjetivos debilitadores, para recuperarle la fuerza evangélica. En una palabra, estamos frente a la tarea de retomar con amplitud la práctica de la liberación en el contexto neoliberal.

7. Purificar el lenguaje teológico

El Concilio Vaticano II y la teología de la liberación produjeron una profunda transformación del lenguaje teológico premoderno, escolástico, esencialita, inmovilizante. Le quitaron escombros tradicionales al usar en su discurso y en la predicación un lenguaje accesible a los fieles de hoy.

En términos sencillos, el lenguaje teológico necesita responder a: la experiencia existencial de las personas situadas en la postmodernidad de manera que les sea significativo; exigencia de compromiso social con los pobres; avances continuos de las ciencias demandas éticas anclaje religioso valorización del simbolismo, de la metáfora, del género narrativo.

8. Enfrentar la evangelización de la cultura

Se hace indispensable una evangelización de la cultura que no tome en cuenta la cultura. El fracaso del socialismo real se debió, además de por las fallas económicas, al hecho de que no creó culturalmente el deseado hombre nuevo. Se descuidó la cultura. La presencia de la Iglesia en la sociedad futura depende de cómo ella se sitúe en el campo cultural. El camino pasa por la construcción de una cultura a partir de los pobres, no por una adaptación cultural a los valores burgueses capitalistas. El socialismo creó el imaginario de la liberación, pero fracasó por la ausencia de valores fundamentales. La Iglesia tiene condiciones de reunir al imaginario liberador social los trazos evangélicos, dándole consistencia y profundidad. La evangelización de la actual cultura moderna y posmoderna requiere que se construya en el interior de la Iglesia y fuera de ella, por medio de la pastoral, de discursos, de prácticas, de instancias y símbolos, un imaginario que exprese la opción por la liberación de los pobres. Sólo así se consigue transformar la realidad. En otras palabras, esto significa la creación, como verdadera alternativa al pensamiento único dominante, de un nuevo paradigma cultural, que tome en cuenta las mayores con-quistas del momento actual: el pensamiento ecológico, la cosmología moderna, el género, las etnias, la paz, la ética del cuidado y de la compasión (30).

9. Encontrar canales jurídicos

El espíritu y el carisma del Vaticano II y de Medellín desaparecerán, si de cierta manera no fueren institucionalizados. Sus opciones principales no pueden depender únicamente de la buena voluntad de las personas – obispos, párrocos o líderes -, sino que deben asumir un carácter imperativo y ser reglamentadas de manera concreta, o se convierten en deseos piadosos. A modo de ejemplos; que la relación entre las conferencias episcopales y los obispos diocesanos adquiera un carácter vinculante en determinados asuntos; que las selecciones de los párrocos, obispos, se hagan de manera obligatoria con una mayor participación de los fieles interesados; que los consejeros diocesanos incluyendo a los de las comunidades, no asuman meramente un foro consultivo y decorativo, sino que tengan poder de decisión, etc.

10. Desarrollar una eficiente pastoral de los emigrantes

Las migraciones se convierten en un fenómeno creciente desafiando la pastoral de la Iglesia en el mundo entero y en el interior de los países. Ya son centenas de millones los que se mueven dentro de los países y hacia fuera de ellos en migraciones crecientes. ¿Por qué dejan su tierra? ¿Por qué buscan otra tierra, y qué tierra es esa? Intervienen factores de expulsión y de atracción. Del lado objetivo, encontramos pobreza, falta de futuro en el lugar donde están, la creciente segregación económica, racial y religiosa, los conflictos internos regionales.

Del lado subjetivo parpadean sueños de riqueza, de los EUA de dinero fácil y abundante, de ahorrar tacaña y rápidamente recursos para resolver definitivamente la cuestión de la vivienda y de otras exigencias básicas. Pobreza y sueño, falta de futuro e ilusión de un futuro radiante. Es la carencia del ser humano que Frei Betto llamó de “hambre de pan y de belleza” (31).
La pastoral del futuro enfrentará desde la defensa de los derechos fundamentales del emigrante, sobretodo de los indocumentados, hasta una migración del clero y de los religiosos juntos. Mientras caminamos lentamente o dormimos, las denominaciones evangélicas pentecostales y neopentecostales ocupan rápidamente esos espacios. No siempre en beneficio de las personas. No nos mueven razones proselitistas, sino únicamente las de lealtad evangélica y de amor hacia aquellos que caen presos fácilmente de distorsiones religiosas.

11. Repensar la pastoral familiar en moldes plurales

Tomando en cuenta las nuevas formas de familia que escapan al modelo tradicional – padre, madre, hijos- se exige de la pastoral del futuro una mayor apertura en relación a aquellas familias que no responden a la futura tradicional defendida por la Iglesia. Se requieren mejores conocimientos psicológicos y sociológicos para enfrentar esta nueva situación. No basta la teología y la pastoral tradicional que hasta hoy comandaron la acción de la Iglesia. Los discursos del magisterio distan mucho de estos nuevos retos. El papel de un laicado entendido en política familiar se hace imprescindible para tal pastoral. El clero célibe difícilmente consigue captar mucho de los problemas que atraviesan a la familia.

12. Invertir fuertemente en una pastoral de los medios

La ciencia y la tecnología de la comunicación pasan por revoluciones jamás vistas. Se anuncian saltos tecnológicos inmensos que están revolucionando la relación entre las personas y creando una nueva generación de usuarios. Los retos pastorales consisten, entre otros aspectos, en la presencia significativa de la Iglesia en este universo tecnológico y cultural y en la articulación de tales medios con las exigencias comunitarias de la vida cristiana, con la disciplina del arcanum y con las características propias de la fe cristiana.

Los medios se constituyen mucho más que en simples instrumentos de comunicación. Configuran la actual cultura. Un lenguaje teológico que no tome en cuenta este dato cultural pasa- ría al margen de los oyentes y lectores. Como se trata de cultura, el empeño tiene que ser en una mayor profundidad, percibiendo las modificaciones del comportamiento, y del horizonte simbólico de las personas. Solamente ahí adentro se evangeliza. Conclusión Este texto se propone, en este momento de la preparación para Aparecida, provocar una reflexión, un discernimiento y confección de elementos de estudio frente a la V Asamblea. Aunque algo amplio, fue escrito en forma sucinta y abreviada en espera de ulteriores contribuciones.

Notas

(*) Tomado de la Revista “Christus” Nº 755 CRT Mexico)

(**) Traducción de original portugués: Luiza Agrícola y Raúl Cervera / “Reflexión y Liberación”)

(1) J. I. González Faus, El meollo de la involución eclesial, en Razón y Fe 220 (1989), nn. 1089/90, pp. 67-84; O neo-conservadorismo. Um fenómeno social e religioso, en Con-cilium n. 161 – 1981/1; F. Cartaxo Rolim, Neoconservadorismo eclesiástico e urna estrategia política, en REB 49(1989), pp. 259-281; J. Comblin, O ressurgimento do tradiciona-lismo na teología latino-americana, en REB 50 (1990), pp. 44-73; P. Blanquart, Le pape en voyage; la géopolitique de Jean-Paul II, en P. Ladriére – R. Luneau, dir., Le retour des certitudes. Événements et orthodoxie depuis Vatican II, Paris, Le Centurión, 1987, pp. 161-178; J. B. Libanio, La vuelta a la gran disciplina, B.Aires, Paulinas, 1986.

(2) A. Brighenti, V Conferencia do Episcopado da América Latina. Este texto fue presentado en el Seminario conme-morativo de los 40 años del Concilio Vaticano II, organizado por el Instituto Nacional de Pastoral de la Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil en Itaici del 08 a 10 de febrero de 2006, en vías de publicación. Accesible en < HYPERLINK "http://www.adital.com.br" www.adital.com.br > 03.03.2006.

(3) Ver la cita anterior. Se añade la obra: J. R. Quinn; Reforma do papado: indispensável para a unidade crista Aparecida: Santuario, 2002.

(4)Congregacao para a Doutrina da Fe, Instrucao sobre a vocacao eclesial do teólogo. Sao Paulo: Paulinas, 1990

(5) Para una profundización remito al lector al libro: Concilio Vaticano II. Em busca de urna primeira compreensao. São Paulo, Loyola, 2005.

(6) Paulo VI, Evangelii nuntiandi (1974).

(7) J. Delumeau, Gutter I’aurore. Un Christianisme pour demain. París, Grasset, 2003, pp. 197ss.

(8) Constitución Pastoral Gaudium et spes, n. 1.

(9) CI.Geffré, Croire et interpréter. Le tournant herméneutique de la théologie, Paris, Cerf, 2001.

(10) A. Torres Queiruga dedica buena parte de su teología a desmontar esa teología dogmática, premoderna. Véase, por ejemplo: Fin del cristianismo premoderno: retos hacia un nuevo horizonte. Santander: Sal Terrae, 2000.

(11) G. Gutiérrez, Teología de la liberación. Lima, CEP, 1971

(12) C. Mesters, Mirar en el espejo de la vida. Centro Bíblico Ecuménico, Buenos Aires, 1993; id.. Círculos Bíbli-cos, Petrópolis, Vozes, 1973; id. Por tras das palavras, Petrópolis, Vozes, 41980; id. Flor sem defesa, Petrópolis, Vozes, 1983; id., O Projeto “Palavra-Vida” e a leitura fiel da Biblia de acordó com a Tradicao e o Magisterio da Igreja. In REB 49(1989), pp.661-673; Tereza M. P. Cavalcanti, O método de leitura popular da Biblia na América Latina. A contribuicao de Carlos Mesters. Tese de doutoramento, Departamento de Teología, PUC-Rio de Janeira, 1991.

(13)Frei Betto, Dimensao social do pecado, in Grande Sinal 29 (1975) 491-502; J. Aldunate, El pecado social: teoría y alcances, in Teología y Vida 24 (1983) pp. 99-110; Cl. Boff, Pecado social, in id., Comunidade eclesial – comunidade política: ensaios de eclesiologia política, Petrópolis, Vozes, 1978, pp.157-184.

(14) Osservatore Romano de 29/06/1972.

(15) A. Melloni, O que foi o Vaticano II? Breve guia para os juízos sobre o concilio, in Concilium 312 (2005/4) 36/460.

(16) AAS 75 (1983), p. 778

(17) Osserv Romano, ed. port. xv n. 776, 14.10.1984, pp. 1, 2, 16.

(18) Osserv Romano ed. port. xix , 15.5.1988.

(19)L. R. Benedetti, O “Novo Clero”: Arcaico ou moderno? In REB 59 (1999), p. 89. 20] Ibid. 21] J. R. Quinn: Reforma do papado: indispensável para a unidade crista Aparecida: Santuario, 2002. 22] M. Dwulatka, Diaconato Permanente: Ministerio Evangelizador na Comunhao e na Missao da Igreja, Dissertacao de Mostrado, Faculdade de Teologia do Centro de Estudos Superiores da Companhia de Jesús, Belo Horizonte, 2006. 23] Datos delCentro de Estatísticas da Conferencia nacio-nal de los Obispos del Brasil apuntan una media de 70% de comunidades que en los domingos tienen celebración sin eucaristía por simple falta de ministro ordenado: R. Valle -M. Pitta, Resultados estatísticos do levantamento nacional das comunidades eclesiais católicas, Rio de Janeiro: Centro de Estatística Religiosa e Investigacoes Sociais, 1993.

(24) Joao Paulo II, “Ordinatio Sacerdotalis”: Carta apostólica aos Bispos da Igreja Católica sobre a ordenacao sacer- dotal reservada somente aos homens. Petrópolis: Vozes, 1994.

(25) G. Urquhart, A armada do papa: os segredos e o poder das novas seitas da Igreja Católica, Rio de Janeiro: Record, 2002: el autor cita innumeras veces afirmaciones e demostraciones de aprecio de Juan Paulo II a los movimientos eclesiales. Juan Paulo II, en la celebración de Pentecostés de 1998, aplica el texto de Joel citado por Pedro (Hch 2,17) a estos movimientos que reuniam en la plaza de San Pedro unos 500.000 adeptos: “Hoje a Igreja se rejubila com a renovada confirmacao das palavras do profeta Joel que acabamos de ouvir: ‘Eu derramare) meu Espirito sobre vossa carne’(At 2,17). Voces, presentes aquí, sao a prova tangível deste ‘derramamento’do Espirito”.

(26) J Ratzinger – V. Messori, A fe em crise. O cardeal Ratzinger se interroga. Sao Paulo, EPU, 1985: 27s; Confe- renza del Card. Ratzinger: Movimenti ecciesiali e loro co- llocazione teológica, in II Regno 43 (1998/13), n. 818, p.

(27) Discurso do Papa Bento XVI aos Membros do Caminho Neocatecumenal – Sala Paulo VI- Quinta-feira, 12 de Janeiro de 2006, no qual ele remete a praxis litúrgica do neocatecumenato as normas relativas á celebracao. eucarística, emanadas, em seu nome, pela Congregacao para o Culto i Divino e a Disciplina dos Sacramentos. i

(28) G Urquhart, A armada do papa: os segredos e o poder ) das novas seitas da Igreja Católica, Rio de Janeiro: Record, ‘ 2002 ,

(29) J. Delumeau, Guetter I’aurore. Un Cristianismo pour demain. París, Grasset, 2003, pp36ss.

(30) L. Boff, Ecologia: Grito da térra, Grito dos pobres, Sao Paulo, Ática, 1995; id.. Ecología, mundializacao, espiritualidade. A emergencia de um novo paradigma, Sao Paulo, Ática, 1993. 31] Frei Betto, Fome de pao e de beleza . Sao Paulo, Siciliano, [19-].

  • Artículo publicado en www.reflexionyleberacion.cl. Las notas ausentes al pie de página no se encontraron en el documento original

La globalización en retirada

La Globalización en retirada

La tarea urgente no es teimonear a la globalización hacia una orientación “socialdemócrata”, sino administrar su retirada para que no traiga el mismo caos y los mismos coflictos que caracterizaron su ocaso en la primera etapa

A comienzos de la década de 1990, se presumía que la globalización sería la ola del futuro. Hace quince años, los documentos de los pensadores globalistas como Kenichi Ohmae y Robert Reich celebraron el advenimiento del surgimiento del llamado mundo sin fronteras. El proceso por el cual las economías nacionales relativamente autónomas se transformarían en una economía global única funcionalmente integrada era pregonado como irreversible.

Cuando se lo incorporó por primera vez como término al vocabulario inglés a comienzos de la década de 1990, se presumía que la globalización sería la ola del futuro. Hace quince años, los documentos de los pensadores globalistas como Kenichi Ohmae y Robert Reich celebraron el advenimiento del surgimiento del llamado mundo sin fronteras. El proceso por el cual las economías nacionales relativamente autónomas se transformarían en una economía global única funcionalmente integrada era pregonado como irreversible.
Y aquellos que se oponían a la globalización fueron descartados con desprecio como una encarnación moderna de los ludistas que destruían las máquinas durante la Revolución Industrial.
Quince años después, a pesar de las marcas de productos que se consumen en todo el mundo y el aprovisionamiento externo, lo que se entiende por economía internacional sigue siendo una colección de economías nacionales. Estas economías son interdependientes, sin lugar a dudas, pero los factores domésticos determinan todavía en gran medida su dinámica.
La globalización, en realidad, ha alcanzado su nivel más alto y comienza a retroceder.
Predicciones brillantes, resultados decepcionantes
Durante el apogeo de la globalización se nos dijo que las políticas de Estado ya no importaban y que las grandes compañías pronto dejarían pequeños a los Estados. En realidad, los Estados todavía importan. La Unión Europea, el gobierno estadounidense y el Estado chino, son actores económicos más fuertes hoy que hace una década. En China por ejemplo, las empresas transnacionales marchan al son que toca el Estado y no a la inversa.
Es más, las políticas de Estado que interfieren con el mercado para desarrollar estructuras industriales o proteger el empleo todavía hacen la diferencia. De hecho, a lo largo de los últimos diez años, las políticas de gobiernos intervencionistas han marcado la diferencia entre el desarrollo y el subdesarrollo, la prosperidad y la pobreza. La imposición de controles al capital en Malasia durante la crisis asiática entre 1997-98 evitó que este país sufriera un proceso traumático como el de Tailandia o Indonesia. Los controles estrictos al capital también protegieron y aislaron a China del colapso económico que devoró a sus vecinos.
Hace quince años nos dijeron que esperáramos el surgimiento de una elite capitalista transnacional que manejaría la economía mundial. Ciertamente, la globalización se transformó en la “gran estrategia” de la administración Clinton, que avizoraba a la elite estadounidense primera entre pares en una coalición mundial liderando el camino hacia un nuevo y benigno orden mundial. Ese proyecto está hoy hecho trizas. Durante el reinado de George W. Bush, la facción nacionalista ha superado ampliamente a la facción transnacional de la elite económica. Los Estados de corte nacionalista están hoy compitiendo duramente unos contra otros, buscando que su propia economía se imponga sobre las otras.
Hace una década nacía la Organización Mundial del Comercio (OMC), sumándose al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) como uno de los pilares del sistema de gobernanza de la economía internacional en la era de la globalización. Con aire triunfalista, los funcionarios de los tres organismos se reunieron en Singapur durante la primera reunión ministerial de la OMC en diciembre de 1996, y definieron la tarea pendiente de la “gobernanza mundial” como el logro de la “coherencia” – es decir, la coordinación de las políticas neoliberales de las tres instituciones para asegurar la integración tecnocrática de la economía mundial, sin sobresaltos.
Pero ahora Sebastián Mallaby, el influyente comentarista pro-globalización del Washington Post, se queja de que “la liberalización del comercio se ha estancado, la cooperación para el desarrollo es menos coherente de lo que debería ser, y la próxima conflagración financiera será atendida por un bombero herido”. En realidad, la situación es peor aún de como él la describe. El FMI está prácticamente difunto. Conscientes de que el Fondo precipitó y empeoró la crisis financiera asiática, más y más países en desarrollo se niegan a pedir prestado del Fondo o están pagando por adelantado, a la vez que algunos declaran su intención de no volver a pedirle al Fondo nunca más. Entre estos países se incluyen Tailandia, Indonesia, Brasil y Argentina. Como el presupuesto del Fondo depende en gran medida del pago de las amortizaciones de la deuda de estos grandes prestatarios, este boicot se traduce en lo que un experto describe como “una reducción inmensa del presupuesto del organismo”.
El Banco Mundial parece gozar de mejor salud que el Fondo. Pero habiendo tenido un papel central en la debacle provocada por las políticas de ajuste estructural que dejó a la mayoría de los países en desarrollo y las economías en transición que las implementaron, con mayor pobreza, más desigualdades y en estado de recesión, también el Banco atraviesa una crisis de legitimidad. Para agravar las cosas, un panel de expertos oficiales de alto nivel encabezado por el ex economista en jefe del FMI Kenneth Rogoff descubrió recientemente que el Banco ha manipulado sistemáticamente sus datos para hacer prevalecer su posición pro-globalización y ocultar los efectos adversos de la globalización.
Pero donde la crisis del multilateralismo es quizá más aguda es en la OMC. En el mes de julio pasado, la Ronda de negociaciones de Doha para una mayor liberalización del comercio llegó a su fin abruptamente cuando las conversaciones entre el llamado Grupo de los Seis se rompieron agriamente a raíz de la negativa de Estados Unidos a recortar sus enormes subsidios a la agricultura. El economista pro-libre comercio estadounidense Fred Bergsten comparó una vez a la liberalización del comercio y la OMC con una bicicleta: se cae si no avanza. El colapso de la organización que uno de sus directores generales describió una vez como la “joya en la corona del multilateralismo” podría estar más cerca de lo que parece.
Porqué se estancó la globalización
¿Por qué se vino a pique la globalización? Primero que nada, se exageró el alcance de la globalización. El grueso de la producción y las ventas de la mayoría de las transnacionales sigue teniendo lugar dentro de su país o región de origen. Existe solamente un puñado de compañías verdaderamente globales cuya producción y ventas están relativamente dispersas por igual en distintas regiones.

En segundo lugar, en vez de haber forjado una respuesta común y cooperativa ante la crisis mundial de sobreproducción, estancamiento y ruina ambiental, las elites capitalistas nacionales han competido entre sí para lograr esquivar el peso del ajuste. La administración Bush por ejemplo, ha promovido una política de un dólar débil como forma de fomentar la recuperación y crecimiento de la economía estadounidense a costa de Europa y Japón. También se ha negado a firmar el Protocolo de Kioto para lograr que Europa y Japón deban absorber los mayores costos del ajuste ambiental mundial, y conseguir de esta forma que la industria estadounidense resulte comparativamente más competitiva. Si bien la cooperación puede ser la opción estratégica racional desde el punto de vista del sistema capitalista mundial, los intereses capitalistas nacionales están preocupados fundamentalmente en no perder frente a sus rivales en el corto plazo.
Un tercer factor ha sido el efecto corrosivo del doble discurso desplegado descaradamente por la potencia hegemónica, Estados Unidos. Aun cuando la administración Clinton sí intentó encaminar a Estados Unidos hacia el libre comercio, la administración Bush, por el contrario, ha predicado hipócritamente el libre comercio y al mismo tiempo practica el proteccionismo. Por cierto, la política comercial de la administración Bush parece ser libre comercio para el resto del mundo y proteccionismo para Estados Unidos.
En cuarto lugar, ha habido una gran distancia entre la promesa de la globalización y el libre comercio y los resultados efectivos de las políticas neoliberales, que han sido más pobreza, desigualdades y recesión. Uno de los pocos lugares donde ha habido una disminución de la pobreza en los últimos 15 años es China. Pero fueron las políticas intervencionistas del Estado que controló las fuerzas del mercado, y no las prescripciones neoliberales, las responsables de haber sacado de la pobreza a 120 millones de chinos. Por otra parte, los defensores de la eliminación de los controles de capital han tenido que enfrentar el colapso real de las economías que adoptaron esta política a raja tabla. La globalización del sector financiero tuvo lugar mucho más rápido que la globalización de la producción. Pero demostró ser la avanzada no de la prosperidad sino del caos. La crisis financiera asiática y el colapso de la economía argentina, que afectaron a dos de los practicantes más doctrinarios de la liberalización de las cuentas de capital, constituyeron dos hitos decisivos en la revuelta de la realidad contra la teoría.
Otro factor que contribuye al quiebre del proyecto globalista deriva de su obsesión por el crecimiento económico. Por cierto, el crecimiento infinito es la médula de la globalización, el resorte central de su legitimidad. Si bien un informe reciente del Banco Mundial continúa –contra toda lógica—exaltando el crecimiento rápido como la clave para la expansión de la clase media en el mundo, el calentamiento global, el agotamiento inexorable del petróleo barato (peak oil) y otros eventos ambientales hacen que la población comience a tener claro que el ritmo y los patrones de crecimiento que acompañan a la globalización son una prescripción a toda prueba para alcanzar un Armagedón ecológico.
El último factor, que no debe subestimarse, es la resistencia popular a la globalización. Las batallas de Seattle en 1999, Praga en 2000 y Génova en 2001; la marcha masiva contra la Guerra realizada en todo el mundo el 15 de febrero de 2003, cuando el movimiento anti-globalización se metamorfizó en movimiento mundial contra la guerra, el fracaso de la reunión ministerial de la OMC en Cancún en 2003 y el casi fracaso de Hong Kong en 2005; el rechazo de los pueblos de Francia y Holanda a la Constitución Europea favorable a la globalización neoliberal en 2005 –fueron todos ellos encrucijadas claves de la lucha mundial de toda una década que ha hecho retroceder al proyecto neoliberal. Pero estos eventos de alto perfil no han sido más que la punta del iceberg, la suma de multitud de luchas contra el neoliberalismo y la globalización en miles de comunidades en todo el mundo, en las que han participado millones de campesinos, trabajadores, estudiantes, pueblos indígenas y muchos sectores de la clase media.
Postrada pero no vencida
Si bien la globalización puede estar postrada, aún no ha sido vencida. A pesar del descrédito, muchas políticas neoliberales continúan aplicándose en muchas economías ante la falta de alternativas creíbles a los ojos de los tecnócratas. Ante el panorama de estancamiento en la OMC, las grandes potencias comerciales están haciendo hincapié en los tratados de libre comercio (TLC) y los acuerdos de asociación económica (EPA, por su sigla en inglés) con los países en desarrollo. Estos tratados y acuerdos son de muchas maneras más peligrosos que las negociaciones multilaterales de la OMC, ya que a menudo exigen mayores concesiones en términos de acceso a los mercados y una aplicación más estricta de los derechos de propiedad intelectual.
Sin embargo, ya no todo es tan fácil para las grandes empresas y las potencias comerciales. Los neoliberales doctrinarios están siendo relevados de cargos importantes, dando paso a tecnócratas pragmáticos que a menudo subvierten las políticas neoliberales en la práctica, presionados por los movimientos populares. En el caso de los TLC, el Sur global está comenzando a darse cuenta de los peligros que implican y comienza a oponerles resistencia. Gobiernos clave de América del Sur, bajo la presión de sus ciudadanos, descarrilaron el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) –el gran plan de George W. Bush para el continente americano—durante la conferencia de Mar del Plata en noviembre de 2005.
Asimismo, una de las razones por las cuales mucha gente resistió al Primer Ministro Thaksin Shinawatra en los meses que precedieron al reciente golpe de Estado en Tailandia fue su afán por concluir un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Por cierto, en enero de este año cerca de 10.000 manifestantes intentaron tomar por asalto el edificio de Chiang Mai, en Tailandia, donde funcionarios de los gobiernos de Estados Unidos y Tailandia negociaban el tratado. El gobierno que sucedió a Thaksin ha suspendido la negociación del TLC entre Estados Unidos y Tailandia, y el éxito de los tailandeses ha inspirado a los movimientos que en todas partes del mundo buscan frenar la firma de los TLC.
El retroceso de la globalización neoliberal es más marcado en Latinoamérica. Bolivia, país que ha sido explotado durante mucho tiempo por los gigantes extranjeros del sector energético, ha nacionalizado sus recursos energéticos bajo la presidencia de Evo Morales. Néstor Kirchner de Argentina ha dado el ejemplo de cómo los gobiernos de los países en desarrollo pueden enfrentar al capital financiero, al forzar a los tenedores de bonos del Norte a aceptar solamente 25 centavos por cada dólar que les adeudaba Argentina. Hugo Chávez ha lanzado un ambicioso plan para la integración regional, la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), un proyecto fundado en la cooperación económica genuina en lugar que en el libre comercio, y en el cual las transnacionales del Norte tienen muy poca o ninguna participación, y que está orientado por lo que el propio Chávez describe como una “lógica más allá del capitalismo”
La globalización en perspectiva
Hoy en día, la globalización no parece haber sido una nueva fase superior del desarrollo del capitalismo sino una respuesta a la crisis estructural subyacente a este sistema de producción. Quince años después de que fuera proclamada como la ola del futuro, menos que una “nueva fase exitosa” de la aventura capitalista, la globalización parece haber sido un esfuerzo desesperado del capital mundial para escapar de la recesión y el desequilibrio en que se sumió la economía mundial en las décadas de 1970 y 1980. El colapso de los regímenes socialistas centralizados en Europa Central y del Este distrajo la atención de la gente de esta realidad al comenzar la década de 1990.
Mucha gente de los círculos progresistas todavía piensa que la tarea del momento es “humanizar” la globalización; sin embargo, la globalización es una fuerza desgastada. La multiplicación de los conflictos económicos y políticos de la actualidad se parece, en todo caso, al período posterior al fin de lo que los historiadores llaman la primera era de la globalización, que se extendió desde 1815 a la irrupción de la Primera Guerra Mundial en 1914. La tarea urgente no es timonear a la globalización comandada por las transnacionales hacia una orientación “social demócrata”, sino administrar su retirada para que no traiga el mismo caos y los mismos conflictos que caracterizaron su ocaso en aquella primera era. http://www.ecoportal.net/

  • Walden Bello es profesor de sociología en la Universidad de Filipinas y director ejecutivo del instituto de investigación Focus on the Global South (http://www.focusweb.org/) que tiene su sede en Bangkok.

Artículo publicado en http://www.tni.org/ – Una versión ampliada de este trabajo titulada “The Capitalist Conjuncture: Overaccumulation, Financial Crises, and the Retreat from Globalisation” se puede encontrar en la edición más reciente de Third World Quarterly (Vol. 27, No. 8, 2006).

Walden Bello, Ecoportal

Carlos Taibo analiza los movimientos antiglobalización

Carlos Taibo analiza los movimientos antiglobalización

“Los ciudadanos del mundo rico no escaparán del cambio climático”

En su último libro, Movimientos antiglobalización. ¿Qué son? ¿Qué quieren? ¿qué hacen?, publicado por Catarata, Carlos Taibo analiza la evolución de las redes sociales que se han opuesto al actual modelo de desarrollo económico neoliberal, un sistema que privilegia el flujo de capitales mientras restringe el de las personas. El autor, profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid y analista habitual de la actualidad internacional en diferentes diarios como El País o La Vanguardia, explica en una entrevista para elplural.com las claves de estos movimientos sociales.
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P- ¿En qué momento de desarrollo se encuentran ahora los movimientos antiglobalización?

R- Tendemos a pensar en lo más próximo, pero los más poderosos son los que operan en países más pobres como Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia, México, Tailandia… Allí el desarrollo es muy estimulante. En el Norte desarrollado estos movimientos no han crecido tanto pero lo hacen de forma constante, poco a poco. Eso es saludable, preferible a crecimientos espectaculares, que son más inestables y tienden a virar.

– Una crítica recurrente a estos movimientos es que son más destructivos que creativos. El presidente brasileño Lula da Silva les instó desde el foro de Portoalegre a no definirse por oposición…

Estos movimientos mantienen distancia respecto a políticos como Lula, quizá sea él quién debería replantearse el fiasco de las políticas que ha abrazado. En cuanto a la imagen de que hay más oposición que proposición es fruto más de las distorsiones que impone la lógica del sistema que consecuencia de su propia actividad. Las propuestas y mensajes de alternativas forman parte de su actividad cotidiana.

– También hay quien mantiene, como Naomi Klein, que cuando estos movimientos estaban adquiriendo más notoriedad, como con las protestas contra la OMC de Seattle en 1999 o y en los años siguientes en las cumbres del G-8, se producen los atentados del 11-S en 2001 y se desvía la atención…

En cualquier caso eso ha quedado superado. Ya en marzo de 2002, apenas unos meses después de los atentados, se reunieron más de 400.000 personas en una manifestación en Barcelona… Si el proceso de globalización ha seguido adelante, también los movimientos críticos con él han continuado adelante, aunque esa fecha marcara ciertas dificultades y dudas.

– Pero a partir de entonces la agenda política marca continuamente nuevos retos para esos activistas, como la guerra de Iraq…

Los movimientos tienen un cariz global y nada escapa a su espíritu crítico, y en ese sentido es un buen ejemplo la guerra de Iraq, que en principio no está relacionada con el proceso de globalización capitalista. Las manifestaciones contra la guerra en enero de 2003 en Europa fueron fruto de una iniciativa del Foro social de Florencia, es decir, que los movimientos antiglobalización son conscientes de que no les faltan tareas en los ámbitos más dispares, no sólo la contestación expresa de la globalización capitalista, sino también lucha pacifista, ecologista, feminista…

– Susan George acaba de estar en Madrid y también vinculaba la oposición al actual desarrollo económico con la preocupación medioambiental, ¿no son demasiados frentes abiertos?

Es que los retos están ahí… Debemos de partir de la evidencia de que a los ciudadanos de los países ricos nos preocupa muy poco lo que ocurre en el Sur empobrecido. Pero hay que preguntarse si también se va a responder con indiferencia ante un cambio climático que va a obligar a cambios en las estructuras económicas y en el funcionamiento de nuestras sociedades… La ciudadanía no va a escapar de estos discursos porque les afecta.

– En un reciente encuentro de la izquierda europea en Londres sobre cómo adaptarse estratégicamente a nuevas realidades se volvía a apostar por el pragmatismo del Blair, e incluso por lanzar mensajes más conservadores en aspectos como la inmigración… ¿Por qué la izquierda tradicional no mira más a movimientos sociales como los antiglobalización?

– Falta sintonía cognitiva y emocional… La mayoría de los movimientos se despliegan en un ámbito político fuera de las instituciones e incluso desde la contestación a ellas, y desde una crítica a la izquierda tradicional, por considerar que muchos partidos se han adaptado dramáticamente a la lógica del sistema, muchos sindicatos han perdido su capacidad de combate de antaño, muchas ONG han defraudado las expectativas de cambio… No faltan las declaraciones de líderes relevantes que coquetean con los movimientos, aunque lo común es mirar para otro lado. La pregunta es si luego estos políticos son consecuentes con esos guiños, pero me temo que no…

– ¿Y no están abocados a escucharlos?

De momento, y no es poco, estos movimientos han recuperado para el debate público temas que estaban marginados, cómo el cambio climático, la pobreza del tercer mundo o la rapiña de las potencias occidentales, que ahora se tratan sin que provoque mayor sorpresa. No parece sin embargo que hayan conseguido avances de transformación real de las sociedades, pero quizá no ha pasado el tiempo suficiente para calibrar si pueden trasladar a la práctica sus ideas, se verá con el tiempo…

Sergio Collado, El Plural