Iglesia Luterana Popular condena asesinato de pastores en Jayaque

SAN SALVADOR, 5 de noviembre de 2006 (SIEP) “Condenamos con todas nuestras fuerzas el brutal asesinato cometido ayer por la tarde contra nuestros hermanos Francisco y Jesús Carrillo, esposos y pastores de la Iglesia Luterana salvadoreña” expreso el Rev. Roberto Pineda de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

Indicó que “ expresamos nuestras condolencias con los hijos e hijas de este matrimonio, con toda su familia e iglesia, con el pueblo trabajador de Jayaque y de Talnique al que pastoreaban de manera valiente y por muchos años.”

“Exigimos que se realice una exhaustiva investigación de este nuevo asesinato contra religiosos, que se suma al del sacerdote católico Antonio Romero asesinado el 25 de septiembre en Acajutla. Las fuerzas del mal andan sueltas asesinando pastores y sacerdotes. Las hienas creadas y alimentadas por Roberto DAubuisson siguen derramando sangre de mártires…” señaló el Rev. Pineda.

“Estos asesinatos son el resultado de la desesperación de sectores de derecha ante el crecimiento de la protesta popular contra este sistema capitalista. Están desesperados ante la crisis social, y ante el desgaste que están sufriendo y quieren garantizar su dominio mediante el temor y el terror. Pero no van a atemorizarnos.”

“Conocimos de cerca a estos pastores, a este matrimonio ejemplar, muy comprometidos con las luchas populares e identificados con los sufrimientos de nuestro pueblo. Francisco y la hermana Jesús eran pastores y eran de los Comandos de Salvamento, así como impartían charlas sobre derechos humanos. Eran infatigables en su compromiso popular.”

“Fueron asesinados al salir de dar un culto en la Iglesia Montes de Pensbert. Murieron como pastores comprometidos con su pueblo, ya se encuentran en presencia de nuestro Padre Celestial. Como Iglesia Luterana Popular les decimos: ¡Francisco, hermana Jesús, presentes, ahora y siempre! ¡Seguiremos su ejemplo de fe y de dignidad! ¡Amén!

Comalapa, une fleche au coeur de la patria centroamericaine

COMALAPA, UNE FLÈCHE AU CŒUR DE LA PATRIA CENTROAMÉRICAINE

La base militaire étasunienne de Comalapa, établie en 2000, constitue une flèche enfoncée au cœur de notre patrie salvadorienne et une série de menace à la paix et à la sécurité de la région latino-américaine dont nous demandons le démantèlement.

Le contrat de dix ans qui autorise cette base militaire est entré en vigueur le 23 août 2000 et peut être prolongé à la demande d’une des deux parties. Elle est le résultat d’un vote à la majorité simple de l’Assemblée Nationale le 6 juillet 2000 dans lequel les partis ARENA, PCN, PDC et PAN ont trahi les intérêts de notre peuple.

Après six ans la base militaire s’est muni de nouveaux instruments d’intervention comme l’École internationale de police (ILEA) aussi appuyés par les partis de droite qui contrôlent le congrès salvadorien.

Seul le Front Farabundo Marti de libération nationale s’est opposé à la base militaire de Comalapa de même qu’à l’ILEA. Le FMLN a présenté un recours devant la Cour Suprême au sujet de la violation flagrante des articles 146, 147 et 159 de la Constitution de la République.

Le but de cette base militaire de Comalapa est présenté comme un moyen de combattre le narcotrafic. En réalité, elle se traduit par un triangle militaire qui veut endiguer stratégiquement les FARC en Colombie, et contrer les gouvernements démocratiques du Venezuela et de la Bolivie. Ce n’est pas pour rien que les autres « centres de surveillance » sont en Curazao et Aruba dans les Caraïbes et à Manta en Équateur.

La base militaire de Comalapa, qui a son siège social à l’Aéroport international de El Salvador, fut sévèrement critiquée par le vieux leader de gauche Schafik Handal, décédé le 24 janvier 2006 et qui a protesté que « les États-Unis ont une longue histoire d’interventions militaires et c’est pour ça que nous continuerons la lutte contre ce traité qui est une atteinte à notre souveraineté.

Cette base militaire est à l’origine des nouvelles menaces en faveur de l’approbation en décembre 2004 du traité de libre-échange (CAFTA) et l’installation d’un bureau du FBI en janvier 2005. Il existe une présence militaire majeure qui existe depuis 1960 à l’époque de José Maria Lemus qui s’appelle Mission Militaire USA.

Le traité dont origine cette base militaire est une honte à notre patrie et un symbole de servitude qui a caractérisé la gestion de l’ex-président Francisco Flores qui a permis aux troupes étasuniennes d’établir au El Salvador une nouvelle colonie.

Il est permis au personnel militaire ou civil étasunien d’entrer dans n’importe quelle installation du gouvernement salvadorien comme les aéroports ou des endroits exclusifs dans lesquels on n’a aucune confiance dans le « personnel local. »

Il est permis à 60 officiers militaires de s’installer avec leur famille dans notre pays. Et ces militaires peuvent se déplacer avec leur uniforme et leur arme particulière dans tout le territoire salvadorien. Déjà ils le font à Cuscatlan, à Chalatenango, à Morazan. Ils font tout autant des exercices militaires que du travail « social » précisément dans les endroits où s’est développé le conflit armé dans la décennie des années quatre-vingt.

Ce traité néfaste a permis d’introduire dans le pays de grandes quantités d’armes, de tous les types et aussi du matériel et de l’équipement militaire, y compris des avions et des hélicoptères. C’est ni plus ni moins qu’une intervention militaire légalisée par le congrès et déguisée en une lutte contre le narcotrafic.

Et finalement ce traité a permis de réaliser que vont se produire des opérations aériennes, terrestres et maritimes. Quel type d’opérations ? Il ne sera pas étrange que cette invasion silencieuse se fasse en disant que la démocratie se trouve en péril ou qu’il faut défendre la vie des citoyens étasuniens en allant jusqu’à s’installer jusqu’à la Maison présidentielle. Ils l’ont déjà fait depuis 200 ans dans plusieurs pays.

Comme mouvement salvadorien pour la paix, membre du conseil mondial pour la paix, nous refusons cette base militaire de Comalapa. Et avec l’esprit de Schafik Handal et de Ana Rosa Ochoa qui se sont engagé-e-s en toute dignité et indépendance. Nous appelons à lutter pour son démantèlement. C’est une responsabilité envers notre peuple et pour la paix mondiale. C’est une responsabilité que nous allons prendre.

Rév. Roberto Pineda, pasteur luthérien, président du mouvement salvadorien pour la paix,

29 octobre 2006

Sociedad Civil salvadoreña exige agilizar desembolsos para VIH-SIDA

SOCIEDAD CIVIL SALVADOREÑA EXIGE AGILIZAR DESENBOLSOS PARA VIH-SIDA

SAN SALVADOR; 1 de noviembre de 2006 (SIEP) “Elevamos nuestra más enérgica denuncia ante el Foro Mundial de Lucha contra el Sida por el atraso en nuestro país de los desembolsos que afectan a muchas Personas que Viven con el VIH-SIDA” dijo la Licda. María Isabel Villegas, secretaria general de la Asociación Cristiana de Jóvenes de El Salvador.

La ACJ de El Salvador, integrante del Foro de ONG de lucha contra el VIH-SIDA, junto con PREVENSIDA, Asociación Atlacatl, Red Nacional de Personas Viviendo con VIH, entre otras, dieron a conocer una carta Abierta a la Junta Directiva del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida que inicia este día una reunión en la ciudad de Guatemala.

La misión del Fondo Mundial es recaudar y destinar recursos a la prevención y tratamiento del SIDA, la tuberculosis (TB) y la malaria. Al ser un acuerdo de cooperación entre los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y las comunidades afectadas, el Fondo Mundial representa un nuevo enfoque para la financiación internacional de la salud.

En la Carta Abierta se denuncia “el atraso en los desembolsos de los dineros correspondientes a la segunda fase del actual proyecto en ejecución, lo cual no ha permitido darle continuidad y sostenibilidad alas acciones contempladas en dicha propuesta.”

Critica “la falta de un monitoreo en la asignación de recursos del Gobierno como parte del convenio de compromisos de país para garantizar la absorción y sostenibilidad en materia de atención, promoción y prevención, de las acciones iniciadas con el actual proyecto en ejecución.”

Se exhorta al Fondo Mundial a “agilizar los desembolsos pendientes a fin de dar continuidad a las actividades planificadas para la segunda fase de la propuesta actual de país.”

Solicita “establecer un mayor balance geográfico para la asignación de recursos financieros a fin que las propuestas presentadas por Latinoamérica tengan una real oportunidad de acceso al financiamiento.”

Finalmente, exhortan a “que el nuevo Director Ejecutivo del Fondo Mundial tenga un mayor acercamiento a la realidad de los países de Latinoamérica, para brindarles una mayor atención a sus necesidades.”

Pastores luteranos salvadoreños observan elecciones en Nicaragua

MATAGALPA; NICARAGUA, 4 de noviembre de 2006 (SIEP) “Observamos un fuerte espíritu cívico que esperamos se manifieste en las urnas el día de mañana” dijo el pastor Efraín cerna, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

La Iglesia Luterana Popular (ILPES) junto con otras iglesias que integran las Comunidades de Fe y de Vida (COFEVI) fueron invitadas para que observar las elecciones presidenciales que se realizaran el día de mañana en este país.

“Somos un grupo de pastores de COFEVI en diversos lugares de Nicaragua incluyendo la Costa Atlántica, es para nosotros un honor acompañar al pueblo nicaragüense en estas elecciones presidenciales. Hemos visitado iglesias, sindicatos, cooperativas” añadió.

“Es también para nosotros una gran responsabilidad. Hemos venido a garantizar que sean elecciones limpias y no haya fraude. Somos garantes del respeto ala voluntad de este pueblo hermano. Vamos a ser muy cuidadosos ya que conocemos la experiencia de nuestro país en el 2004 cuando se le arrebató el triunfo a Schafik Handal.”

Finalmente comento que “nuestros anfitriones, iglesias y sindicatos, nos han tratado muy bien. Es un gran esfuerzo el que hace este pueblo valiente para forjarse un mejor futuro. Hemos orado con este pueblo hermano y lo seguiremos haciendo hoy, mañana y siempre.”

Comalapa, an arrow piercing at the heart of Central America

COMALAPA, AN ARROW PIERCING THE HEART OF CENTRAL AMERICA
(Translation by Arístides Gonzalez)
The United States’ Comalapa base was established in year 2000, it constitutes an arrow in the heart of our Salvadorian homeland, and a serious threat to peace and security of the mesoamerican regions, and as such should be dismantled.The 10 years agreement that licences this military base started on 23 August 2000 and can be extended by any of the parties. This is the result of a simple majority decision at the National Legislative Assembly on 6 July 2000 in which ARENA, PCN, PDC and PAN parties betrayed the Salvadorian people. Six years have passed and this military base has new instruments such as the Police International School (ILEA) which was also approved by the right wing parties that control the Salvadorian Congress.
The Farabundo Marti National Liberation Front (FMLN) was the only party that oppossed the establishment of the Military Base of Comalapa as well as the ILEA. The FMLN also presented an appeal before the Supreme Court which argued that the agreement violated articles 146, 147 and 159 of the Republic’s Constitution: . The political and military purpose of this Comalapa Military Base is disguised under the fight against drugs. It is certainly the configuration of a military triangle, a strategic deployment against the FARC guerrillas of Colombia and against the democratic governments of Venezuela and Bolivia. It is no coincidence that the other deployment places are in Curacao and Aruba in the Caribbean and Manta in Ecuador. The Comalapa Military Base, has its location at El Salvador’s International Airport and was strongly criticised by the historic leader of the left, Shafik Handal, who passed away on 20 January 2006. Shafik remarked that “[T]he United States has a long history of military interventions and that is the reason of our fight against this agreement which violates our sovereignty”.This military base was the origin of new threats such as the approval of the 2004 Free Trade Agreement (CAFTA) and the establishment of an FBI’s office in January 2005. There is a major presence than previously in 1960 during the Jose Maria Lemus’ regime, it was called USA Military Mission. The agreement of the military base is shameful for our homeland and a symbol of servilism that characterised the government of Francisco Flores, which permitts the conversion of El Salvador into a colonial regime.[The agreement] Permits the detachment of 60 military officers with their families in our country. [The agreement] Permits civilian and military personnel to access any facilities of the Salvadorian Government as well as the airport and at the same time access to exclusive areas as they do not trust ‘local labor’.These military can circulate freely in their uniforms and arms throughout the Salvadorian territory. They are currently doing this in Cuscatlan, Chalatenango and Morazan. They are performing joint military exercises and civic tasks precisely on those places were the armed conflict took place during the eighties of the last century.In addition, this nefarious agreement allows for the introduction to the country any quantity or type of armament, as well as materiel and military hardware including planes, helicopters. This is an institutionalised military intervention facilitated by congress and disguised as a fight against drugs.
Finally, this agreement allows for aerial, land and maritime operations. Any type of operations. It would not surprise that this silent invasion would at a certain stage take deployment at the President’s Home alleging that democracy or US nationals would be under danger. They have done this during 200 years in many countries. As Salvadorian Movement for Peace and as a member of the World Peace Council we reject this Military Base at Comalapa. In the spirit of Shafik Handal and Ana Rosa Ochoa whom possessed the spirit of dignity and independence, we call for the struggle for the dismantling [of the military base]. This is a commitment with our people and world peace. It is a commitment we’ll comply with.

Reverend Roberto Pineda, Lutheran pastor, president of Salvadorian Movement for Peace.
San Salvador, 29 October 2006.

Iglesia Luterana Popular realiza gira por USA

IGLESIA LUTERANA POPULAR REALIZA GIRA POR ESTADOS UNIDOS

SAN SALVADOR, 3 de noviembre de 2006 (SIEP) “Hemos sido invitados por diversas iglesias luteranas de California y otros estados, para dar testimonio del trabajo que realizamos de acompañamiento al movimiento social salvadoreño” informó el Rev. Ricardo Cornejo, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

Agregó que “vamos a informar a estas iglesias hermanas sobre la situación que vive nuestro país caracterizada por una creciente violencia, por altos índices de desempleo y por una fuga masiva de nuestros jóvenes hacia Estados Unidos en busca de empleo.”

Señaló que “con las iglesias de Estados Unidos nos unen antiguos lazos de amistad y solidaridad. Luego de la Segunda Guerra Mundial llegó a Guatemala el misionero luterano estadounidense Roberto Gussick, que fue quien depositó la semilla del luteranismo en Pasaquina.”

“Y esa semilla germinó y originó en los años cincuenta a la Iglesia Luterana conducida en ese entonces por el Rev. Ciro Mejía, primer presbítero luterano salvadoreño, fundador de la tradición religiosa luterana en nuestro país.”

“Posteriormente durante la época del conflicto armado, las iglesias luteranas estadounidenses acompañaron de manera permanente los esfuerzos a favor de la humanización de la guerra y de búsqueda de una solución negociada. Fueron muchos y muchas, los misioneros y misioneras que estuvieron con nosotros en momentos difíciles, de mucho peligro.”

“Rescatamos de esa época los nombre de Daniel Long y David Dale. Y esa amistad y solidaridad ha seguido presente y por eso los visitamos ya que en esa comunión se revela el rostro de Cristo identificado con los humildes y con los que sufren…“concluyó.

La gobernabilidad del capitalismo periférico y los desafíos de la izquierda revolucionaria

La gobernabilidad del capitalismo periférico y los desafíos de la izquierda revolucionaria
Por: Néstor Kohan (Fecha publicación:03/11/2006)

Desde Marx y Engels hasta Lenin, Trotsky y Mao, desde Mariátegui, Mella, Recabarren y Ponce hasta el Che Guevara y Fidel, gran parte de las reflexiones de los marxistas sobre la lucha de clases han girado en torno a la necesidad de asumir la iniciativa política por parte de los trabajadores y el pueblo.

Pero ¿qué sucede cuando la iniciativa la toman nuestros enemigos? ¿Qué hacer cuando los segmentos más lúcidos de la burguesía intentan resolver la crisis orgánica de hegemonía, legitimidad política y gobernabilidad apelando a discursos y simbología ‘progresistas’, poniéndose a la cabeza de los cambios para desarmar, dividir, neutralizar y finalmente cooptar o demonizar a los sectores populares más intransigentes y radicales?

Para pensar esos momentos difíciles, tan llenos de matices, Gramsci elaboró una categoría: la ‘revolución pasiva’. La tomó prestada de historiadores italianos, pero le otorgó otro significado.

La revolución pasiva es para Gramsci una ‘revolución-restauración’, o sea una transformación desde arriba por la cual los poderosos modifican lentamente las relaciones de fuerza para neutralizar a sus enemigos de abajo.

Mediante la revolución pasiva los segmentos políticamente más lúcidos de la clase dominante y dirigente intentan meterse ‘en el bolsillo’ (la expresión es de Gramsci) a sus adversarios y opositores políticos incorporando parte de sus reclamos, pero despojados de toda radicalidad y todo peligro revolucionario. Las demandas populares se resignifican y terminan trituradas en la maquinaria de la dominación.

¿Cómo enfrentar esa iniciativa? ¿De qué manera podemos descentrar esa estrategia burguesa?

Resulta relativamente fácil identificar a nuestros enemigos cuando ellos adoptan un programa político de choque o represión a cara descubierta. Pero el asunto se complica notablemente cuando los sectores de poder intentan neutralizar al campo popular apelando discursivamente a una simbología ‘progresista’. En esos momentos, navegar en el tormentoso océano de la lucha de clases se vuelve más complejo y delicado…

Dentro de ese conglomerado de olas y mareas políticas que se entrecruzan, no todo aparece tan nítidamente diferenciado ni delimitado como pudiera suponerse. En la actual coyuntura política latinoamericana verificamos, por ejemplo, una notable diferencia entre Cuba, Venezuela y posiblemente Bolivia (en este caso particular no tanto por las moderadas posiciones políticas de su presidente sino más que todo por los poderosos movimientos sociales que tiene por detrás), por un lado; con Chile, Argentina y Uruguay, por el otro.

Si Cuba y Venezuela encabezan la rebeldía contra el imperio, el segundo bloque de naciones ubicado en el cono sur de nuestra América expresa más bien cierto aggiornamiento del modelo neoliberal. En este sentido, aunque cada sociedad particular tiene sus propios desafíos, existen problemáticas generales que bien valdría la pena repensar, eludiendo los cantos de sirena embriagadores por ahora hegemónicos que hoy pretenden reactualizar las viejas ilusiones reformistas que padecimos hace tres décadas atrás y que tanta sangre, tragedia y dolor nos costaron. En el caso de Argentina, Chile y Uruguay ya no se trata hoy en día del añejo y deshilachado ‘tránsito pacífico’ al socialismo sino, incluso, de una propuesta muchísimo más modesta: la reforma del capitalismo neoliberal en aras de un supuesto ‘capitalismo nacional’ (en la jerga de Kirchner) o ‘capitalismo a la uruguaya’ (para Uruguay) y así de seguido. Hasta el tímido socialismo del ‘tránsito pacífico’ se diluye y el horizonte se estrecha con los vanos intentos por endulzar al capitalismo y volverlo menos cruel y salvaje…

En esta situación compleja, en el cono sur latinoamericano asistimos a un difícil desafío: pensar desde el marxismo revolucionario no en la inminencia del asalto al poder o de ofensiva abierta de los sectores populares, sino en aquellos momentos del proceso de la lucha de clases donde el enemigo pretende mantener y perpetuar el neoliberalismo de manera sutil y encubierta. No lo pretende hacer de cualquier manera. Paradójicamente, las clases dominantes intentan resolver su crisis orgánica, garantizar la gobernabilidad y mantener sus jugosos negocios enarbolando nuestras propias banderas (oportunamente resignificadas). Resulta más sencillo enfrentar y golpear a un enemigo frontal que intenta aplastarnos enarbolando banderas neoliberales y fascistas (el caso emblemático de Pinochet en Chile y Videla o Menem en Argentina es arquetípico). Pero deviene extremadamente complejo responder políticamente cuando el neoliberalismo se disfraza de ‘progre’, continúa beneficiando al gran capital en nombre de ‘la democracia’, los ‘derechos humanos’, la ‘sociedad civil’, el ‘respeto por la diversidad’, etc., etc., etc.

Estos procesos y mecanismos de dominación política utilizados en la actualidad por las clases dominantes del cono sur latinoamericano y sus amos imperiales se asientan en una prolongada y extensa tradición previa.

No han surgido por arte de magia. Sólo constituyen un ‘enigma irresoluble’ si, como tantas veces nos sugirió el posmodernismo, hacemos abstracción de nuestra historia nacional y continental.

La revolución pasiva en la historia de América latina

Durante el siglo XIX, a lo largo de la conformación histórica de los estados-naciones latinoamericanos, se entabló una singular relación entre Estado y sociedad civil. A diferencia de algunos esquemas mecánicos y simplistas, supuestamente ‘marxistas’ (1), en América latina la relación entre sociedad civil y Estado ha sido en gran medida diferente al proceso de las sociedades europeas (2).

Entre nosotros, en no pocas oportunidades, el Estado no fue un producto posterior que venía a reforzar una realidad previamente constituida sobre sus propias bases sino que, por el contrario, contribuyó de manera activa a conformar sociedad civil. No puede explicarse, por ejemplo, la inserción subordinada y dependiente de las formaciones sociales latinoamericanas en el mercado mundial durante el siglo XIX si se desconoce la mediación estatal. No puede comprenderse el proceso genocida de los pueblos originarios de nuestra América, el robo, la expropiación de sus tierras y la incorporación de la producción agrícola o minera al mercado mundial si se prescinde del accionar estatal. No puede entenderse la conformación de las grandes unidades productivas, como las plantaciones, las minas, las haciendas, que combinaban la explotación forzada de fuerza de trabajo con una producción de valores de cambio destinados a ser intercambiados y vendidos en el mercado mundial capitalista, si se deja de lado el rol activo jugado por el Estado. Ese protagonismo central no tuvo lugar únicamente en la llamada acumulación originaria del capital latinoamericano. Posteriormente, cuando el capitalismo y el mercado ya funcionaban en América Latina sin andadores ni muletas, el Estado siguió jugando un rol decisivo.

Entre las muchas instituciones que conforman el entramado estatal hubo una institución en particular que ocupó este rol central: el Ejército (entendido en sentido amplio, como sinónimo de Fuerzas Armadas) (3). Junto con la represión feroz de numerosos sujetos sociales pueblos indígenas y negros, gauchos, llaneros, etc reacios a incorporarse como mansa y domesticada fuerza de trabajo, los ejércitos latinoamericanos también ocuparon, gerenciaron y realizaron tareas estrictamente económicas.

Ese rol privilegiado y muchas veces preponderante en América Latina no sólo fue central a lo largo de todo el siglo XIX. En el siglo XX el bonapartismo militar (4) ocupó el rol activo que no jugaron ni podían jugar las débiles, impotentes y raquíticas burguesías autóctonas latinoamericanas (injustamente denominadas ‘burguesías nacionales’ por sus apologistas). Ante la ausencia de proyectos sólidos, pujantes y auténticamente nacionales, las burguesías latinoamericanas perdieron su escasa y delgada autonomía, si es que alguna vez la tuvieron (5), y terminaron jugando el rol sumiso de socias menores y subsidiarias de los grandes capitales. Sólo podían disfrutar del solcito del mercado interno y del mercado mundial a condición de acomodarse con la cabeza gacha y el sombrero entre las manos en los lugares secundarios y los espacios semivacíos que les dejaban los capitales multinacionales. Es por eso que gran parte de las industrializaciones latinoamericanas del siglo XX fueron en realidad seudoindustrializaciones, ya que no modificaron la estructura previa heredada por las burguesías agrarias del siglo XIX (6).

Hoy en día resulta a todas luces errónea y fuera de foco la falsa imagen y la ilusoria dicotomía construida artificialmente desde relatos encubridores y apologistas que enfrentaría a ‘burguesías nacionales, democráticas, industrialistas, antiimperialistas y modernizadoras’ versus ‘oligarquías terratenientes, tradicionalistas, autoritarias y vendepatrias’. Nuestra historia real, repleta de golpes de estado, masacres y genocidios planificados, ha seguido un derrotero notablemente diverso al que postulaban los cómodos ‘esquemas clásicos’ y los complacientes ‘tipos ideales’ construidos a imagen y semejanza de las principales formaciones sociales europeas. La historia latinoamericana desobedeció a la lógica europea; la lucha de clases empírica no se dejó atrapar por el esquema ideal; el desarrollo desigual, articulado y combinado de múltiples dominaciones sociales desoyó los consejos políticos etapistas que aconsejaban apoyar a una u otra fracción burguesa (‘burguesía democrática’ la llamó el reformismo stalinista, ‘burguesía nacional’ la denominó el populismo) contra el supuesto enemigo oligárquico. En América Latina las burguesías nacieron oligárquicas y las oligarquías fueron aburguesándose mientras se modernizaban. Las modernizaciones no vinieron desde abajo sino desde arriba. No fueron democráticas ni plebeyas, sino oligárquicas y autoritarias. No fueron producto de ‘revoluciones burguesas antifeudales’ como rezaban ciertos manuales sino de revoluciones-restauradoras, revoluciones pasivas encabezadas e impulsadas por las oligarquías aburguesadas.

Fueron las propias oligarquías, a través del aparato de Estado y en particular de las fuerzas armadas, las que emprendieron a sangre, tortura y fuego el camino de modernizar su inserción siempre subordinada en el mercado mundial capitalista (7). El liberalismo latinoamericano no fue, como en la Francia de los siglos XVII y XVIII, progresista sino autoritario y represivo. En nuestras patrias despanzurradas a golpes de bayoneta y destrozadas a picana y palazos, jamás existió modernización económica sin represión política.

Las burguesías locales fueron históricamente débiles para independizar nuestras naciones del imperialismo pero al mismo tiempo fueron lo suficientemente fuertes como para neutralizar e impedir los procesos de lucha social radical de las clases populares.

Las sangrientas dictaduras latinoamericanas cuyas consecuencias nefastas seguimos padeciendo hasta nuestro presente que asolaron nuestro continente durante las décadas de los años ’70 y ’80 no fueron, en consecuencia, un rayo inesperado en el cielo claro de un mediodía de verano. No constituyeron una ‘anomalía’, una excepción a la regla, el interregno entre dos momentos de normalidad y paz. Fueron más bien la regla de nuestros capitalismos periféricos, dependientes y subordinados a la lógica del sistema capitalista mundial.

Nuevos tiempos de luchas y nuevas formas de dominación durante la ‘transición a la democracia’

Agotadas las antiguas formas políticas dictatoriales mediante las cuales el gran capital internacional y local ejerció su dominación y logró remodelar las sociedades latinoamericanas inaugurando a escala mundial el neoliberalismo (8) nuestros países asistieron a lo que se denominó, de modo igualmente apologético e injustificado, ‘transiciones a la democracia’.

Ya llevamos casi veinte años, aproximadamente, de ‘transición’. ¿No será hora de hacer un balance crítico? ¿Podemos hoy seguir repitiendo alegremente que las formas republicanas y parlamentarias de ejercer la dominación social son ‘transiciones a la democracia’? ¿Hasta cuando vamos a continuar tragando sin masticar esos relatos académicos nacidos al calor de las becas de la socialdemocracia alemana y los subsidios de las fundaciones norteamericanas?

En nuestra opinión, y sin ánimo de catequizar ni evangelizar a nadie, la puesta en funcionamiento de formas y rituales parlamentarios dista largamente de parecerse aunque sea mínimamente a una democracia auténtica. Resulta casi ocioso insistir con algo obvio: en nuestros países latinoamericanos hoy siguen dominando los mismos sectores sociales de antaño, los de gruesos billetes y abultadas cuentas bancarias. Ha mutado la imagen, ha cambiado la puesta en escena, se ha transformado el discurso, pero no se ha modificado el sistema económico, social y político de dominación. Incluso se ha perfeccionado (9).

Estas nuevas formas de dominación política principalmente parlamentarias nacieron producto de la lucha de clases. En nuestra opinión no fueron un regalo gracioso de su gran majestad, el mercado y el capital (como sostiene cierta hipótesis que termina presuponiendo, inconscientemente, la pasividad total del pueblo), pero lamentablemente tampoco fueron únicamente fruto de la conquista popular y del ‘avance democrático de la sociedad civil’ que lentamente se va empoderando de los mecanismos de decisión política marchando hacia un porvenir luminoso (como presuponen ciertas corrientes que terminan cediendo al fetichismo parlamentario). En realidad, los regímenes políticos postdictadura, en Argentina, en Chile, en Uruguay y en el resto del cono sur latinoamericano, fueron producto de una compleja y desigual combinación de las luchas populares y de masas en cuya estela alcanza su cenit la pueblada argentina de diciembre de 2001 con la respuesta táctica del imperialismo que necesitaba sacrificar momentáneamente algún peón militar de la época neolítica para reacomodar los hilos de la red de dominación, cambiando algo para que nada cambie.

Con discurso ‘progre’ o sin él, la misión estratégica que el capital transnacional y sus socias más estrechas, las burguesías locales, le asignaron a los gobiernos ‘progresistas’ de la región desde el Frente Amplio uruguayo y el PJ del argentino Kirchner hasta la concertación de Bachelet en Chile consiste en lograr el retorno a la ‘normalidad’ del capitalismo latinoamericano. Se trata de resolver la crisis orgánica reconstruyendo el consenso y la credibilidad de las instituciones burguesas para garantizar EL ORDEN. Es decir: la continuidad del capitalismo. Lo que está en juego es la crisis de la hegemonía burguesa en la región, amenazada por las rebeliones y puebladas como la de Argentina o Bolivia y su eventual recuperación.

Desde nuestra perspectiva, y a pesar de las esperanzas populares, la manipulación de las banderas sociales, el bastardeo de los símbolos de izquierda y la resignificación de las identidades progresistas tienen actualmente como finalidad frenar la rebeldía y encauzar institucionalmente la indisciplina social. Mediante este mecanismo de aggiornamiento supuestamente ‘progre’ las burguesías del cono sur latinoamericano intentan recomponer su hegemonía política. Se pretende volver a legitimar las instituciones del sistema capitalista, fuertemente devaluadas y desprestigiadas por una crisis de representación política que hacía años no vivía nuestro continente. Los equipos políticos de las clases dominantes locales y el imperialismo se esfuerzan de este modo, sumamente sutil e inteligente, en continuar aislando a la revolución cubana (a la que se saluda, pero… como algo exótico y caribeño), conjurar el ejemplo insolente de la Venezuela bolivariana (a la que se sonríe pero… siempre desde lejos), seguir demonizando a la insurgencia colombiana y congelar de raíz el proceso abierto en Bolivia.

Los desafíos de la izquierda latinoamericana antiimperialista y anticapitalista frente a su propia historia

¿Cómo enfrentar entonces ese aggiornamiento de las formas políticas de dominación, ese intento gatopardista por cambiar algo para que el ORDEN siga igual y nada cambie de fondo?

Descartada la visión ingenua de un optimismo eufórico que postula en el terreno de las consignas agitativas un peligroso y falso triunfalismo calificando como ‘avance revolucionario’ a los gobiernos de Tabaré Vázquez, Kirchner o Bachelet, debemos hacer el esfuerzo por comprender nuestros desafíos políticos a partir de nuestra propia historia y nuestras propias necesidades (10). Así lo hizo Fidel cuando encabezó la revolución cubana, así lo hace Chávez en Venezuela. Así lo hicieron los sandinistas, los salvadoreños y los tupamaros en sus épocas fundacionales (cuando eran radicales y estaban contra el sistema), así lo hacen las FARC y el ELN en Colombia, al igual que los zapatistas en Chiapas. En el cono sur latinoamericano se nos impone encontrar nuestra propia perspectiva estratégica y nuestro rumbo político a partir de nuestra propia historia. ¡Debemos estudiar y tomar en serio a la historia!

Eso implica estar alertas frente a cualquier manipulación oportunista. Es cierto que todo relato histórico presupone construir genealogías en el pasado para defender y legitimar políticas hacia el futuro. Pero todo tiene un límite. No se puede ir al pasado, ‘meter mano’, poner y sacar a gusto y piacere según las oportunidades del caso…

Por ejemplo, en la Argentina, no se puede poner en las banderas y en los carteles las imágenes de Santucho y del Che Guevara y luego, como por arte de magia, borrar esos símbolos para reemplazarlos por la foto de Juan Domingo Perón. Y luego, si cambian las alianzas políticas del momento, archivar rápidamente a Perón y volver a poner a Santucho o a quien convenga en esa ocasión. Siempre con la misma sonrisa cínica. ¡Como si todo fuera lo mismo! Eso es poco serio. Eso es hacer manipulación vulgar de la historia en función del presente inmediato. Así no se construye una identidad política de masas que logre aglutinar a la juventud rebelde y a la clase trabajadora combativa en función de un proyecto de emancipación radical. Los cubanos designan a esas maniobras como vulgar ‘politiquería’. Lenin las denominaba ‘oportunismo’. En cada uno de los países de nuestra América hay un término para hacer referencia a lo mismo.

La historia debe ser nuestra fuente genuina de inspiración, no un cómodo salvoconducto oportunista.

Formación política, hegemonía socialista e internacionalismo

No sólo debemos inspirarnos en la historia. En la actual fase de la correlación de clases signada por la acumulación de fuerzas necesitamos generalizar la formación política de la militancia de base. No sólo de los cuadros dirigentes sino de toda la militancia popular. Se torna imperioso combatir el clientelismo y la práctica de los ‘punteros’ (negociantes de la política mediante las prebendas del poder), solidificando y sedimentando una fuerte cultura política en la base militante, que apunte a la hegemonía socialista sobre todo el movimiento popular. No habrá transformación social radical al margen del movimiento de masas. Nos parecen ilusorias y fantasmagóricas las ensoñaciones posmodernas y posestructuralistas que nos invitan irresponsablemente a ‘cambiar el mundo sin tomar el poder’. No se pueden lograr cambios de fondo sin confrontar con las instituciones centrales del aparato de Estado. Debemos apuntar a conformar, estratégicamente y a largo plazo estamos pensando en términos de varios años y no de dos meses organizaciones guevaristas de combate.

¿Por qué organizaciones? Porque el culto ciego a la espontaneidad de las masas constituye un espejismo muy simpático pero ineficaz. Todo el movimiento popular que sucedió a la explosión del 19 y 20 de diciembre de 2001 en Argentina diluyó su energía y terminó siendo fagocitado por la ausencia de organización y de continuidad en el tiempo (organización popular no equivale a sumatoria de sellos partidarios que tienen como meta máxima la participación en cada contienda electoral).

¿Por qué guevaristas? Porque en nuestra historia latinoamericana el guevarismo constituye la expresión del pensamiento más radical de Marx y Lenin y de todo el acervo revolucionario mundial, descifrado a partir de nuestra propia realidad y nuestros propios pueblos. El guevarismo se apropia de lo mejor que produjeron los bolcheviques, los chinos, los vietnamitas, las luchas anticolonialistas del Africa, la juventud estudiantil y trabajadora europea, el movimiento negro norteamericano y todas las rebeldías palpitadas en varios continentes. El guevarismo no es calco ni es copia, constituye una apropiación de la propia historia del marxismo latinoamericano, cuyo fundador es, sin ninguna duda, José Carlos Mariátegui. Guevara no es una remera. Su búsqueda política, teórica, filosófica constituye una permanente invitación a repensar el marxismo radical desde América Latina y el Tercer Mundo. No se lo puede reducir a tres consignas y dos frases hechas. Aun tenemos pendiente un estudio colectivo serio y una apropiación crítica del pensamiento marxista del Che entre nuestra militancia (11).

¿Por qué de combate? Porque tarde o temprano nos toparemos con la fuerza bestial del aparato de Estado y su ejercicio permanente de fuerza material. Así nos lo enseña toda nuestra historia. Insistimos: ¡hay que tomarse en serio la historia! Pretender eludir esa confrontación puede resultar muy simpático para ganar una beca o seducir al público lector en un gran monopolio de la (in)comunicación. Pero la historia de nuestra América nos demuestra, con una carga de dramatismo tremenda, que no habrá revoluciones de verdad sin el combate antiimperialista y anticapitalista. Debemos prepararnos a largo plazo para esa confrontación. No es una tarea de dos días sino de varios años. Debemos dar la batalla ideológica para legitimar en el seno de nuestro pueblo la violencia plebeya, popular, obrera y anticapitalista; la justa violencia de abajo frente a la injusta violencia de arriba.

Pero al identificar el combate como un camino estratégico debemos aprender de los errores del pasado, eludiendo la tentación militarista. Las nuevas organizaciones guevaristas deberán estar estrechamente vinculadas a los movimientos sociales. No se puede hablar ‘desde afuera’ al movimiento de masas. Las organizaciones que encabecen la lucha y marquen un camino estratégico, más allá del día a día, deberán ser al mismo tiempo ‘causa y efecto’ de los movimientos de masas. No sólo hablar y enseñar sino también escuchar y aprender. ¡Y escuchar atentamente y con el oído bien abierto! La verdad de la revolución socialista no es propiedad de ningún sello, se construirá en el diálogo colectivo entre las organizaciones radicales y los movimientos sociales. Las vanguardias perdón por utilizar este término tan desprestigiado en los centros académicos del sistema que deberemos construir serán vanguardias de masas, no de elite.

Si durante la lucha ideológica de los ’90 en los tiempos del auge neoliberal nos vimos obligados a batallar en la defensa de Marx, remando contra la corriente hegemónica, en la década que se abre en el 2000, Marx solo ya no alcanza. Ahora debemos ir por más, dar un paso más e instalar en la agenda de nuestra juventud a Lenin y al Che (y a todas y todos sus continuadores). Reinstalar al Che entre nuestra militancia implica recuperar la mística revolucionaria de lucha extrainstitucional que nutrió a la generación latinoamericana de los ’60 y los ’70.

Tenemos pendiente pensar y ejercer la política más allá de las instituciones, sin ceder al falso ‘horizontalismo’ cuyos partidarios gritan ‘¡que no dirija nadie!’ porque en realidad quieren dirigir ellos ni quedar entrampados en el reformismo y el chantaje institucional. Nada mejor entonces que combinar el espíritu de ofensiva de Guevara con la inteligencia y lucidez de Gramsci para comprender y enfrentar el gatopardismo. Saber salir de la política de secta, asumir la ofensiva ideológica y al mismo tiempo ser lo suficientemente lúcidos como para enfrentar el transformismo político de las clases dominantes que enarbolan banderas ‘progresistas’ para dominarnos mejor.

Como San Martín, Artigas, Bolívar, Sucre, Manuel Rodríguez, Juana Azurduy y José Martí, como Guevara, Fidel, Santucho, Sendic, Miguel Enríquez, Inti Peredo, Carlos Fonseca y Marighella, debemos unir nuestros esfuerzos y voluntades colectivas a largo plazo en una perspectiva internacionalista y continental. En la época de la globalización imperialista no es viable ni posible ni realista ni deseable un ‘capitalismo nacional’.

No podemos seguir permitiendo que la militancia abnegada presente en diversas experiencias reformistas del cono sur se transforme en ‘base de maniobra’ o elemento de presión y negociación para el aggiornamiento de las burguesías latinoamericanas. Los sueños, las esperanzas, los sufrimientos, los sacrificios y toda la energía rebelde de nuestros pueblos latinoamericanos no pueden seguir siendo expropiados. Nos merecemos algo más que un miserable ‘capitalismo con rostro humano’ y una mugrienta modernización de la dominación.

Notas:
1) Estos esquemas simplistas fueron extraídos principalmente de: (a) los estudios de orden filosófico de la década de 1840, críticos de la Filosofía de derecho de Hegel, donde Marx le reprochaba a su maestro subordinar la sociedad civil al Estado; y de (b) los análisis sociológicos de la década de 1850 donde Marx analizó la sociedad francesa y el fenómeno político bonapartista.
2) Véase el inteligente estudio de Carlos Nelson Coutinho sobre Gramsci en América Latina y particularmente sobre la revolución pasiva en Brasil ‘As categorías de Gramsci e a realidade brasileira’. En C.N.Coutinho: Gramsci. Um estudo sobre seu pensamento político. Rio de Janeiro, Civilização Brasileira, 1999. También pueden consultarse con provecho los trabajos de Florestan Fernandez sobre la revolución burguesa, recopilados por Octavio Ianni: Florestan Fernandes: sociología crítica e militante. São Paulo, Expressão Popular, 2004. Juan Carlos Portantiero había adelantado algunas inteligentes reflexiones en este sentido en su archicitado ensayo ‘Los usos de Gramsci’ (1975) (Buenos Aires, Grijalbo, 1999), pero a diferencia de los dos autores anteriores, Portantiero terminó convirtiendo a Gramsci en un comodín socialdemócrata bastardeado hasta límites inimaginables.
3) Véase nuestro trabajo ‘Los verdugos latinoamericanos: las Fuerzas Armadas de la contrainsurgencia a la globalización’, ensayo incorporado en nuestro: Pensar a contramano. Las armas de la crítica y la crítica de las armas. Buenos Aires, Editorial Nuestra América, 2006.
4) Adoptamos esta categoría de Mario Roberto Santucho: Poder burgués, poder revolucionario (1974). En Daniel De Santis (compilador): A vencer o morir. PRT-ERP Documentos. Bs.As., EUDEBA, 1998 (tomo I) y 2000 (Tomo II).
5) Véase el testamento político del Che, cuando afirma: ‘Por otra parte las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo si alguna vez la tuvieron y sólo forman su furgón de cola. No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución’. ‘Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental’ (ediciones varias).
6) Véase el capítulo ‘Expansión industrial, imperialismo y burguesía nacional’ del libro de Silvio Frondizi: La realidad argentina. Ensayo de interpretación sociológica (en dos tomos, Tomo I: 1955 y Tomo II: 1956); Víctor Testa (seudónimo de Milcíades Peña): ‘Industrialización, seudoindustrialización y desarrollo combinado’. En Fichas de investigación económica y social, Año I, N°1, abril de 1964. p.33-44. Este artículo fue recopilado póstumamente en Milcíades Peña: Industrialización y clases sociales en la Argentina. Bs.As., Hyspamérica, 1986. p.65 y ss.; y finalmente nuestro ensayo: ‘¿Foquismo?: A propósito de Mario Roberto Santucho y el pensamiento político de la tradición guevarista’. En Ernesto Che Guevara: El sujeto y el poder. Buenos Aires, Nuestra América, 2005.
7) Tratando de pensar la conformación social de la dominación burguesa en Argentina y América Latina de una manera diferente (tanto frente al reformismo stalinista como frente al populismo nacionalista), el viejo dirigente comunista Ernesto Giudici -quien en 1973 propuso la herética unidad del comunismo con las organizaciones político-militares PRT-ERP y Montoneros- arriesgó una hipótesis más que sugerente. Siempre decía que hay que pensar la historia latinoamericana a partir de su propia cronología histórica, sin violentarla para que entre en el lecho de Procusto de cronologías diversas. Hecha esta salvedad, Giudici consideraba pertinente una analogía con las formaciones sociales europeas; ya no con Francia modelo de El 18 Brumario de Luis Bonaparte ni con Inglaterra- arquetipo empírico que está en la base de El Capital-, sino con el prusianismo alemán. La formación histórica del capitalismo en Argentina, por ejemplo, se asemejaba mucho más a la atrasada Prusia que a las modernas Francia o Inglaterra. Como en Prusia, la burguesía argentina vivía haciendo pactos y compromisos con los propietarios terratenientes, utilizando al ejército como fuerza social privilegiada en política y reprimiendo toda vida cultural autónoma. La hipótesis analógica del ‘prusianismo’ cumplía en los razonamientos de Giudici un rol mucho más abarcador que el ‘camino prusiano en la agricultura’ del que hablaba Lenin, por contraposición a la modernización de la agricultura capitalista de los farmers norteamericanos. Véase ‘Herejes y ortodoxos en el comunismo argentino’, en nuestro De Ingenieros al Che. Ensayos sobre el marxismo argentino y latinoamericano. Buenos Aires, Biblos, 2000 (hay reedición cubana ampliada, 2006).
8) Es bien conocido el análisis del historiador británico Perry Anderson (a quien nadie puede acusar de provincianismo intelectual o de chauvinismo latinoamericanista), quien sostiene que el primer experimento neoliberal a nivel mundial ha sido, precisamente, el de Chile. Incluso varios años antes que los de Margaret Thatcher o Ronald Reagan. No por periféricas ni dependientes las burguesías latinoamericanas han quedado en un segundo plano en la escena de la dominación social. Incluso en algunos momentos se han adelantado a sus socias mayores, y han inaugurado con el puño sangriento de Pinochet en lo político y de la mano para nada ‘invisible’ de Milton Friedman en lo económico, un nuevo modelo de acumulación de capital de alcance mundial: el neoliberalismo.
9) Recordemos que para Marx la república burguesa parlamentaria que él nunca homologaba con ‘democracia’ constituía la forma más eficaz de dominación política. Marx la consideraba superior a las dictaduras militares o a la monarquía porque en la república parlamentaria la dominación se vuelve anónima, impersonal y termina licuando los intereses segmentarios de los diversos grupos y fracciones del capital, instaurando un promedio de la dominación general de la clase capitalista, mientras que en la dictadura y en la monarquía es siempre un sector burgués particular el que detenta el mando, volviendo más frágil, visible y vulnerable el ejercicio del poder político.
10) En ese sentido sería conveniente no confundir las necesidades diplomáticas coyunturales de determinados Estados a los que defendemos de la agresividad imperialista y con los cuales nos solidarizamos activamente, con las necesidades políticas del movimiento popular en nuestros países del cono sur latinoamericano. Aunque luchamos por los mismos fines antiimperialistas y socialistas, no siempre lo que le conviene a los Estados amigos es lo que le conviene a los movimientos sociales y populares de nuestros países.
Reflexionemos sobre un ejemplo histórico concreto: la Revolución Cubana sufre un embargo criminal de EEUU desde su mismo desafío al coloso del norte. Prácticamente todos los Estados del continente, siguiendo la presión yanqui, rompieron relaciones con Cuba a inicios de los ‘60. Uno de los pocos que no lo hizo fue México. Durante décadas, en México gobernaba el PRI, partido burgués, corrupto y autoritario si los hay (surgido del congelamiento de la revolución mexicana). El PRI mantenía ‘hacia afuera’ una política de no confrontación con Cuba, lo cual resulta muy útil diplomáticamente para frenar a EEUU. En lo interno reprimía al movimiento obrero, compraba dirigentes, dividía las organizaciones populares, masacraba estudiantes, hacía desaparecer indígenas, etc. A fines de los ’60 en México surgen organizaciones guerrilleras que son masacradas. Años más tarde, surge el EZLN contra el PRI. ¿Cuba rompe amarras contra el Estado mexicano? No, no lo puede hacer. Necesita mantener relaciones diplomáticas con el Estado mexicano para eludir el bloqueo yanqui, lo cual resulta plenamente comprensible. ¿Entonces? ¿Qué debe hacer el movimiento popular en México? ¿Apelar a la autoridad moral de Cuba para apoyar al PRI? La respuesta negativa es más que obvia (no obstante existieron corrientes que así lo hicieron durante años. La vertiente de Lombardo Toledano de nefasta memoria apoyaba al PRI con retórica de ‘izquierda’, apoyaba las represiones del gobierno como ‘progresistas’, incluida la masacre de Tlatelolco, etc, etc). Sobre estas dificultades objetivas que el internacionalismo militante no puede desconocer, véase nuestro diálogo-entrevista (realizado junto con el compañero Luciano Alzaga) al presidente de la Asamblea Popular de la república de Cuba Ricardo Alarcón. En http://www.lahaine.org/index.php?p=14057 y http://www.rebelion.org/noticia.php?id=30096
11) Apuntando en esa dirección y hacia esa tradición política, hemos querido contribuir con un pequeñísimo granito de arena a través de nuestro Ernesto Che Guevara: El sujeto y el poder y con diversas experiencias de formación política en varias cátedras Che Guevara, dentro y fuera de la universidad, tanto en movimientos de derechos humanos, en el movimiento estudiantil como en escuelas del movimiento piquetero.

Daniel Castaneda, mi papá, fue un ejemplo de revolucionario…

Daniel Castaneda, mi papá, fue un ejemplo de revolucionario…

Doña María Cecilia de Quijano, doña Consuelo Acosta, y el veterano revolucionario Blas Escamilla

SAN SALVADOR, 5 de noviembre de 2006 (SIEP) Cada mañana al levantarse Consuelo Acosta desde su apartamento observa San Salvador, observa la Catedral y a lo lejos Guazapa; observa las calles y avenidas que caminaba su padre José Daniel Castaneda, organizando la resistencia del pueblo.

Daniel Castaneda vivió la mayor parte de su vida en la más rigurosa clandestinidad, ocultando su nombre y su rostro, evadiendo la persecución de las dictaduras, soñando con un nuevo amanecer para la patria sojuzgada, sacrificando su vocación de actor por la de militante revolucionario.

De origen santaneco, Daniel abrazo desde muy joven la causa revolucionaria. Nació el 30 de enero de 1897 y murió en San Salvador el 1 de mayo de 1997 a los 100 años y tres meses. Fueron 100 años de indoblegable compromiso con las luchas populares por la justicia social, la democracia y el socialismo. Fue conocido como Ponce y luego como Pío.

Daniel tuvo dos hijas Delfina y Consuelo y un hijo, Vladimiro. Su compañera de vida y de lucha se llamaba Benigna Acosta. “En 1987 nos catearon la casa y el Partido decidió que nos fuéramos para Cuba…regresamos hasta después de los Acuerdos de Paz. Recién venido de Cuba fue que se cayó y se rompió el fémur y ya no podía caminar.” Nos relata Consuelo Acosta que “me acuerdo cuando era pequeña que lo íbamos a ver actuar con mi mamá al Teatro de santa Ana. Era el primer actor de la Compañía Teatral.

Leopoldo Martínez, Segundo Ramírez, Daniel Castaneda, Roberto Castellanos Calvo y Oscar Oliva. En el patio principal de la Confederación General de Trabajadores de Guatemala, después de una reunión de emigrados el año 1953.

“Mi papá era muy reservado, bien prudente, tanto que por mucho tiempo no supe en lo que andaba. Solo lo veía salir y regresar. Alguien me dijo que él era del Partido. Del Partido Comunista. Era por protegerme. Y yo nunca le pregunte, así fui educada…eso le permitió sobrevivir… Yo siempre andaba viendo donde esconderlo…me consagre a mi papá, esa fue mi tarea…Tengo 79 años.”

Daniel Castaneda interviniendo en el Congreso Obrero de Guatemala el 16 de agosto de 1945.

A mediados de los años 20 Daniel forma parte ya del Sindicato de Sastres de la ciudad de Santa Ana y por lo tanto de la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños (FRTS). En 1933 se incorpora al Partido Comunista de El Salvador (PCS).

Jorge Arias Gómez, ya fallecido y quien fue un amigo cercano de Daniel, caracterizó esta incorporación al PCS escribiendo que “no es sino hasta después de la insurrección de enero de 1932, cuando el Partido Comunista de El Salvador, había sido literalmente liquidado a balazos, y en una etapa de difícil reconstrucción del mismo, que este nuestro centenario luchador social se incorpora a las escasas filas de los comunistas.”

El 11 de octubre de 1943, Daniel Castaneda y Virgilio Guerra, ambos del PCS, firman un Memorial dirigido a la Corte Suprema de Justicia denunciando al dictador Martínez. El 2 de abril de 1944 lo encuentra repartiendo armas al pueblo santaneco para la insurrección, la cual es derrotada, pero sirve de prólogo para el 8 de mayo, cuando una Huelga de Brazos Caídos obliga al dictador a renunciar. Daniel se traslada a San Salvador para promover la organización popular.

El 21 de octubre de 1944 se cierra este periodo con el golpe de estado del coronel Osmin Aguirre y salinas. Daniel sale al exilio para Guatemala. Y en Guatemala participa en la fundación de la Escuela Claridad, donde estudiaban los fundamentos del marxismo-leninismo. En 1948 participó en la formación de Vanguardia Democrática, que fue el núcleo del futuro Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT).

Luego del golpe de estado contra el Gral. Salvador Castaneda Castro, en diciembre del 48, Daniel regresa a El Salvador y asume sus responsabilidades partidarias, que lo condujeron a finales del año 50 a asumir la secretaría general, cargo que entregó a Salvador Cayetano Carpio hasta 1964 en el V Congreso del PCS. Daniel sustituyó al Dr. Julio Fausto Fernández, que fue expulsado de las filas del PCS en 1950 por aceptar cargos diplomáticos de la dictadura militar.

A principios de 1950 fue organizado por el PCS un Comité Salvadoreño por la Paz. Entre sus actividades estuvo una campaña de recolección de firmas para apoyar la lucha por la paz mundial. Muchos intelectuales como Francisco Gavidia, Salvador Cañas, y Francisco Moran acompañaron este esfuerzo. En 1952 representando este organismo viajaron a la Republica Popular China al Congreso Mundial por la Paz, Daniel junto con Jacinto Castellanos Rivas y Waldo Chávez Velasco.

Mientras estaban en China, el presidente Osorio desató el 26 de septiembre de 1952 una feroz y masiva represión contra el movimiento popular y en especial contra el PCS. Los tres regresaron hacia San José, Costa Rica. Y luego Daniel marcho a Guatemala. Allí le sorprende en junio de 1954 la invasión de Castillo Armas por lo que decide asilarse en la embajada salvadoreña, la cual lo regresa al país.

Los años sesenta y setenta fueron de intensa actividad política. Y pudo presenciar el conflicto armado y desde Cuba conocer de la firma de los Acuerdos de Paz en 1992. Una nueva generación de revolucionarios había tomado el estandarte roja que Daniel nos heredaba.

Moisés y el mandamiento antimperialista

MOISES Y EL MANDAMIENTO ANTIMPERIALISTA
Reflexión sobre Éxodo 1 y 2

La prohibición de adorar a dioses extranjeros es la base sólida sobre la que descansa el edificio de la fe del Antiguo Testamento. Y es además una herencia valiosa para las generaciones de revolucionarios que asumen en el mundo la lucha por el socialismo como la tarea de sus vidas.

Lo que conocemos como 10 mandamientos de Yahvé entregados a Moisés, constituyen una significativa denuncia antiimperialista, son el resultado de una guerra de liberación, que originó un credo político de la resistencia hebrea que sigue teniendo vigencia en la actual lucha contra la globalización neoliberal.

Los 10 mandamientos surgen del calor del desierto y de la altura de la montaña. Desierto y montaña son elementos explosivos. El calor del desierto encendió con justicia los corazones de los que huyeron de Egipto, mientras que la altura del Monte Sinaí amplió la visión y permitió diseñar los principios de una nueva vida socialista.

Entre Yahvé y la resistencia hebrea hay una alianza per secula seculorum, por los siglos de los siglos. Es una alianza tatuada en la piel del corazón de los que marcharon por el desierto y sintieron el frío de la soledad; de los que cantaron los himnos de victoria y celebraron con el pan y el vino de la rebelión.

Las ocho prohibiciones y dos preceptos fueron surgiendo como gotas de hermandad en un mundo de opresión. Es la sabiduría de la resistencia que se encuentra siempre vigilando el ataque del enemigo. Era prohibido con la muerte regresar a la esclavitud. La resistencia es la vocación de los oprimidos. Yahvé los había sacado con mano fuerte de la casa de la explotación. Y no había marcha atrás.

Y no se podía permitir que los dioses del imperio hicieran propaganda. Ni que se adueñaran de imágenes para promover la opresión. Ni que los obispos utilizaran el nombre de Dios para enriquecerse. Había que celebrar la fiesta de la liberación. Había que honrar a nuestro padre y madre. No podíamos matar por hambre ni por represión ni intervenir militarmente como lo hacen los imperios. No podíamos ser desleales y egoístas.

No podíamos robar y saquear países como lo hacen los poderosos. No podíamos dar falso testimonio de nuestros hermanos y hermanas. No podíamos codiciar las tierras de los campesinos ni el salario de los humildes. Y esto estaba escrito en la piedra de la dignidad del hombre y la mujer, creados a imagen y semejanza de Dios. Era el programa revolucionario de una vida nueva.

Y en el centro de esta plataforma antiimperialista se encuentra el hecho que Yahvé es un dios celoso que castiga con firmeza a los poderosos y abraza con ternura los oprimidos. Para tí no habrá otros dioses frente a mi (Éxodo 20.3) Los revolucionarios dirigidos por Moisés no podían permitirse la menor debilidad frente al enemigo, que se encontraba presente en la amenaza de las tropas del faraón y en la amenaza más peligrosa de las tropas de muchos corazones, que anhelaban regresar a la tranquilidad de la opresión, a la dulzura del yugo imperial.

El carácter antiimperialista y revolucionario de la vida de Moisés inicia en Egipto. Moisés nace en Egipto. Nace en medio de una situación de mucha opresión. El pueblo hebreo era esclavo en Egipto. Egipto era el imperio. Y donde hay opresión hay resistencia. Y los esclavos se rebelaron contra la espada del faraón. El Éxodo es un libro que relata esta historia de liberación del pueblo hebreo. Israel surge en el calor de esta lucha. La liberación de Egipto nos enseña nuestra hermano Jorge Pixley es el hecho fundante y fundador del pueblo hebreo.

El faraón egipcio ordenó a los capataces de los hebreos que les impusieran trabajos muy duros. Pero mientras más los maltrataban, más aumentaban. Eran tratados los hebreos con mucha crueldad. Los utilizaban para construir ciudades graneros. Pero también les temían y odiaban.

El odio hacia los hebreos llegó al extremo que el faraón ordenó a las parteras egipcias Sifra y Fúa, matar a los niños de estos esclavos. Pero Sifra y Fúa obedecieron a su corazón y desobedecieron al faraón. Se solidarizaron con los hebreos. Iniciaron una hermosa tradición universal que consiste en que los pueblos de los imperios se solidarizan con los pueblos oprimidos. La solidaridad de los estudiantes de la Universidad de Kent con Vietnam en los años sesenta es una página de esta tradición milenaria.

También una mujer hebrea desafió esta prohibición del faraón y tuvo un hijo y lo escondió durante tres meses. Luego lo puso en una cesta en el río Nilo. Y la cesta es encontrada por la hija del faraón que decide salvarle la vida al niño. De nuevo surge la solidaridad y esta vez en el corazón del mismo círculo gobernante. Moisés es educado como príncipe. Una grieta en la pared del imperio.

Cada persona descubre su camino a la liberación. Me acuerdo que Schafik nos contaba que él fue impactado por un discurso de un estudiante universitario que llegó a donde estudiaba a invitarlos a incorporarse a la Huelga General de Brazos Caídos contra el dictador Martínez. Eso fue en 1944. El nunca olvidó ese llamado. Marcó un quiebre en su vida. Una ruptura vital. Fue transformado por la palabra liberadora.

En determinado momento de nuestra vida se abren las puertas del cielo. Un encuentro, una experiencia e incluso una lectura nos transforman la existencia. Nos cambia la piel del alma. La lucha es un don de Dios igual que la fe, que la esperanza. y que el amor. Pero el poder, la riqueza y hasta la sabiduría pueden bloquear este proceso, como le sucedió al joven rico en los Evangelios. Pero no fue así con Pedro, ni con Juan, ni con Santiago. Ellos se incorporaron a la lucha.

Y le pasó a Moisés. El pudo superar las barreras culturales y de clase. Era egipcio y era hebreo. Y fue más hebreo que egipcio. Moisés fue al encuentro de sus hermanos y se conmovió ante su opresión, ante su falta de derechos, ante la injusticia que rodeaba sus vidas. Moisés pudo derrotar las murallas del poder, de la riqueza y de la indiferencia que muchas veces provoca la sabiduría. Aprendió a ver con el corazón, a sentir indignación ante la injusticia.

La experiencia vital de Moisés sucedió en una de sus visitas a sus hermanos. Vio que un egipcio estaba golpeando a uno de sus hermanos hebreos. Y entonces miro bien a todos lados, y al no ver a nadie por allí, mató al egipcio y lo enterró en la arena. Con este acto subversivo, violento, transformó su corazón y transformó su vida. Hizo el aprendizaje de la resistencia al opresor.

El siguiente día, tuvo otra experiencia también vital, la de la ingratitud y la deslealtad que muchas veces acompaña a los que luchan por la justicia. Vio que dos hebreos estaban peleando y al intervenir para separarlos le reprocharon la muerte del egipcio. Los oprimidos muchas veces pero no todas las veces confían en sus opresores y rechazan la liberación. Así han sido socializados. Es una venda que hay que romper para que recuperen la vista. Y Moisés al oírlos tuvo miedo y experimentó la soledad del revolucionario.

Y pronto el faraón lo mandó a buscar para matarlo. Era la represión del sistema. Y tuvo que exilarse. Huyó y se fue a vivir a la región de Madian. Alí iba a enriquecer su visión de mundo y a prepararse para las luchas futuras que Dios le tenía reservadas. Dios nos entrega a cada persona una misión, una tarea a cumplir. La lucha es de todos y de todas.

Al llegar a Madian de nuevo se identifica con los oprimidos, en este caso, con las oprimidas. Defiende a siete jóvenes, hijas del sacerdote Reuel o Jetro, que deseaban sacar agua de un pozo y unos hombres se los impedían. Reuel le da posada a Moisés y luego le entrega a una de sus hijas, a Sefora, como esposa. Moisés aprende de su suegro el oficio de pastor y también de sacerdote. Moisés se prepara para la lucha contra el faraón del imperio.

Rev. Roberto Pineda

Iglesia Luterana Popular de El Salvador

San Salvador, 3 de noviembre de 2006

Centro de Estudios Marxistas revela lista de documentos del PCS

CENTRO DE ESTUDIOS MARXISTAS REVELA LISTA DE DOCUMENTOS DEL PCS

SAN SALVADOR, 29 de octubre de 2006 (SIEP) “Hace cinco meses nos comprometimos a indagar y divulgar el pensamiento marxista en El Salvador y hoy les presentamos este importante listado de documentos del Partido Comunista” dijo el Maestro Roberto Pineda, del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

“Estamos haciendo un esfuerzo por digitar estos valiosos documentos históricos que revelan la estrategia y la táctica de los revolucionarios aglutinados en el Partido Comunista en las décadas del sesenta y del setenta del siglo pasado. Es un listado que iremos ampliando como parte de nuestros desafíos.”

El Partido Comunista de El Salvador (PCS) fue fundado el 30 de marzo de 1930 en las orillas del Lago de Ilopango, dirigió la insurrección indígena-campesina de 1932, su dirigente máximo Agustín Farabundo Martí fue asesinado ese mismo año, en octubre de 1980 integra el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y es disuelto en 1995.

“Asimismo ponemos a disposición una colección de fotografías de los dirigentes comunistas salvadoreño Oscar Gilberto Martínez Carranza y Rafael Aguiñada Carranza, facilitadas por su esposa la también luchadora social Berta Deras de Aguiñada.

“También un listado de entrevistas a destacados y destacadas luchadores de izquierda así como discursos de Schafik Handal, el más conocido de los comunistas salvadoreños, por su papel de conducción en el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.

Entre el listado de documentos del PCS y discursos de Schafik Handal se encuentran los siguientes:

1. Informe del Comité Central al Quinto Congreso del PCS.
132 paginas. Abril de 1964.

2. Programa Agrario del Partido Comunista de El Salvador. Aprobado en el V Congreso del PCS. Celebrado en marzo de 1965 (sic). 60 paginas. s.l.e., s.f.e.

3. La proletarización orgánica e ideológica del Partido. Publicaciones de la Comisión Nacional de Educación. Por SANCHEZ (1964?)

4. Planteamientos del PCS. Enero de 1966. CP del CC.

5. Tesis generales para nuestra concepción estratégica político-militar s.f., s.l.e.

6. La actuación durante la guerra. Por Saúl. Septiembre de 1969. Incluye cartas de célula Frank Paiz.

7. Respuestas a Carta Semanal del 10 de septiembre de 1969

8. Acerca del próximo Congreso Extraordinario del Partido 3 páginas, s.f.e., s.l.e. (circa 1969)

9. Informe del CC al VI Congreso extraordinario (Resoluciones, concusiones) agosto de 1970

10. Pleno del CC del PCS. 18 de octubre de 1970. 24 paginas. Lineamientos básicos de la estrategia del PCS.

11. Pleno del 25 de julio de 1971. Las tareas estratégicas y nuestros avances en su cumplimiento. 17 paginas

12. Informe de la CP al CC del PCS. Agosto de 1972.

13. Pleno el CC de agosto de 1972. Breve análisis de la situación nacional. 18 paginas.

14. Pleno de CC de junio de 1973. La rectificación y la construcción del Partido. 14 paginas.

15. Pleno de CC de noviembre de 1973. La grave situación del país y los problemas del pueblo exigen una solución a fondo y sin demora. 13 paginas.

16. Pleno de CC de abril de 1974. Balance político de participación en elecciones de diputados y alcaldes de marzo de 1974. 13 paginas.

17. 45 años de sacrificada lucha revolucionaria (1930-1975). Partido Comunista de El Salvador. San Salvador. 1975

18. “Que la sangre de Rafael Aguiñada Carranza no se haya derramado en vano.” Discurso de Schafik Handal el 29 de septiembre de 1975.

19. Apuntes para el balance de la jornada electoral. Circa abril de 1976

20. Nuestra línea política en la presente coyuntura. Aprobado por la CP del PCS. 19 de abril de 1977

21. Apuntes en torno a la línea general del PCS. San Salvador. Junio de 1977

22. FUNDAMENTOS Y PERSPECTIVAS. Revista teórica del Partido Comunista de El Salvador. No.1 El Salvador 10 de octubre de 1979. Comisión Nacional de Propaganda del C. C. del PCS.

23. Estrategia y táctica del PCS. 1979. El Salvador.

24. FUNDAMENTOS Y PERSPECTIVAS. Revista teórica del Partido Comunista de El Salvador. No.2 El Salvador, C. A. marzo de 1980. Comisión Nacional de Propaganda del C. C. del PCS.

25. FUNDAMENTOS Y PERSPECTIVAS. Revista teórica del Partido Comunista de El Salvador. No.3 El Salvador, C. A. junio de 1980. Comisión Nacional de Propaganda del C. C. del PCS.

26. Ante la hora de la verdad. Conversación con Schafik Jorge Handal. Revista América Latina. Academia de Ciencias de la URSS. Instituto de América Latina. No. 11 1980

27. El Poder, el Carácter y Vía de la Revolución y la Unidad de la Izquierda. Schafik Handal. Revista Fundamentos y Perspectivas. No. 1 1982 San Salvador

28. El viraje de las grandes masas. Schafik Handal. Revista Fundamentos y Perspectivas. No. 2 1982 San Salvador

29. RAUL CASTELLANOS FIGUEROA. Secretariado del CC del PCS. 30 de octubre de 1985.

30. El Salvador: Partido Comunista y Guerra Revolucionaria. Entrevista a Schafik Jorge Handal (febrero 1985-febrero 1988) por Marta Harnecker. Ediciones Dialéctica. Buenos Aires. 1988

31. No habrá democracia en nuestro país, sino se somete el ejército a la autoridad civil. Handal, Schafik Jorge. (s.l.e) Ediciones Liberación. 1990. 72 p.

32. El socialismo: ¿una alternativa para América Latina? Entrevista a Schafik Jorge Handal por Marta Harnecker. 13 de enero de 1991. Publicaciones “Alternativa.”

33. Cuatro minutos para las doce. Conversaciones con el comandante Schafik Handal (1992) de Miguel Bonasso y Ciro Gómez Leyva.

34. Discurso durante la Ceremonia de la Firma del Acuerdo de Paz. Schafik Handal. Ciudad de México. 16 de enero de 1992

35. La humanidad tiene derecho a algo mejor. Discurso de Schafik Handal. 28 de marzo de 1992. Anfiteatro de Feria Internacional de El Salvador. Ediciones Alternativa. Abril de 1992

36. Estatutos del PCS. Aprobados por el VIII Congreso. Marzo de 1993

37. Sobre la transición, formas de lucha, las alianzas y la unidad. Proyecto del CC del PCS al VIII Congreso. Marzo de 1993

38. Reglamento Interno. Proyecto del CC del PCS al VIII Congreso. Marzo de 1993

39. Exposición sobre macroestrategia. Schafik Hándal. 5 de noviembre de 1994. 20 paginas.

40.Jorge Shafick Handal – El Salvador: La lucha continúa. Intervención en el Seminario de América Libre. Octubre 1996

41. Palabras de Schafik Handal, en la Celebración del Primero de Mayo 2005 en la Plaza de la Revolución, La Habana Cuba

42. El FMLN y la vigencia del pensamiento revolucionario en El Salvador. 1 de septiembre de 2004

43. Discurso de Schafik Handal en La Paz, Bolivia, 22 de enero de 2006