Cubanos en la vida política y marital de Jacobo Arbenz

Cubanos en la vida política y marital de Jacobo Arbenz, ex presidente de Guatemala

2006-3-24
Por Carlos Manuel Estefanía.

Carlos Manuel Estefanía.
Director de CubaNuestra

Maria Cristina me quiere gobernar
y yo le sigo, le sigo la corriente.
Porque no quiero que diga la gente
que Maria Cristina me quiere gobernar.

Que vamos para el río, allá voy,
que súbete a la loma, y me subo,
que baja de la loma, y me bajo
y quítate la ropa , y me la quito
(Guaracha de Ñico Saquito)

Introducción

Se ha hablado mucho de la intervención norteamericana en el derrocamiento de Jacobo Guzmán Arbenz, Guatemala, año 1954. Poco se ha dicho de la presencia de Cuba en su vida pública y privada; mucho menos el impacto emocional y las consecuencias políticas que tuvo para el ex- presidente guatemalteco descubrir la seducción de su esposa, la bella deportista salvadoreña María Cristina Villanova Castro, por el cubano, Ennio de la Roca. La pista de tal historia me la dio la antropóloga venezolana Elizabeth Burgos, al recomendarme la lectura de un libro muy bien escrito; “Arbenz y Yo”*, de Carlos Manuel Pellecer (1920), sindicalista, periodista, colaborador, amigo y fiel confesor del coronel guatemalteco.

El joven Arbenz

Jacobo Arbenz nacido en Quezaltenango el 14 de septiembre de 1913, hijo de Jacobo un farmacéutico suizo inmigrado en 1901 y la maestra, Octavia, una mestiza guatemalteca. Siendo muy joven, Jacobo Arbenz sufrió el suicidio de su padre, quien intentando mitigar dolores físicos, se había vuelto adicto a la morfina. Ingresó en la Escuela Politécnica, como se denominaba la academia militar, graduándose de subteniente en 1935.

Es en 1936 cuando el humilde oficial conoce a María Cristina Vilanova, la mujer que le causaría la más grande felicidad y las mayores desdichas de su vida. Era la niña consentida de papá y la mayor de tres hermanos pertenecientes a una familia millonaria salvadoreña. La chica se había educado en un colegio de California cuando conoció aquel joven guapo, pero algo pedante. La bella salvadoreña, persuadida por sus éxitos en cambiar a los chicos con los que había andado,estaba dispuesta a sacar al que consideraba sumergido en una vida aburrida. Y así ocurrió, la culta María Cristina Vilanova, se convertirá con los años en una especie de Evita Perón en Guatemala. A pesar de sus orígenes de clase y la educación recibida de las monjas, María Cristina será atraída por las ideas socialistas, las que transmitirá a Jacobo. Influida por las comunistas Virginia Bravo Letelier (chilena) y Matilde Elena López (salvadoreña), Maria Cristina se convertirá en cierta medida la responsable del control que llegaron a tener los comunistas sobre la persona de su esposo, en un poder detrás del trono de su marido.

Arbenz y si amada María Cristina Vilanova

Pellecer conoce a Jacobo Arbenz en marzo de 1937. Entonces el futuro escritor pertenecía a la sección B, tercer semestre de la Compañía de Caballeros Cadetes, con grados de subteniente, y Arbenz le fue presentado como su profesor de Organización y Logística. Desde entonces habrá de cimentarse la amistad y el cariño que, a pesar de los avatares de la vida, perdurarían entre Carlos Manuel y Jacobo hasta la muerte del segundo en 1971.

La carrera política de Arbenz

Arbenz participa en la insurrección que en octubre de 1944 derrocó al general Federico Ponce Vaides. Pronto se convocan elecciones y estas son ganadas en diciembre por Juan José Arévalos. El nuevo presidente asume oficialmente el poder el 15 de marzo de 1945. Uno de los momentos mas complicados de este proceso tiene lugar durante el arresto y asesinato”por descuido” del jefe de las fuerzas armadas, Francisco Javier Arana, de quien se creía que conspiraba contra el gobierno. Jacobo Arbenz, quien se desempeñaba entonces como Ministro de Defensa del gabinete de Arévalos, se sentirá por años culpable de la muerte de Arana, cuyos seguidores participaran en la lucha por el derrocamiento del propio Arbenz convertido en presidente.
Apoyado por los partidos más radicales de la izquierda, Juan Jacobo Arbenz gana las elecciones guatemaltecas del 1951 asumiendo la presidencia el 15 de marzo. El gobierno de Arévalos nunca legalizó a los comunistas como partido. El mérito corresponde a Arbenz quien, respondiendo a una solicitud de su entrañable amigo José Manuel Fortuny, quien a su vez complacía a Severo Aguirre – quien en los setentas será embajador cubano en la URSS y posteriormente vice presidente de la Asamblea Nacional de Cuba – apoyó decididamente su legalización del Partido Comunista que tuvo lugar el 18 de diciembre de 1952.

Manuel Fortuny, lider de los comunistas guatemalteco se conviertió en el alter ego de Jacobo Arbenz, durante su mandato presidnecial, era además el redactor de sus discursos

Esto ocurre con el mundo en plena guerra fría: el estalinismo bajo el nombre de “comunismo” ha copado las llamadas “democracias populares” de Europa Oriental. En Asia la ideología se impone a fuerza de bayonetas empuñadas por la soldadesca de Mao en China y Kim Il-sung en Corea del norte, y busca la coartada de la lucha anticolonialista para hacer otro tanto en Indochina bajo la orientación de Hô Chí Minh. Todo se orientaba desde la Unión Soviética, a la que sirven mas que a sus pueblos aún cuando se valgan de sus demandas, los partidos comunistas, organizaciones que claman por la justicia y la libertad para cualquier lugar del mundo, que no esté dentro de los límites de la URSS infestada de campos de concentración. Latinoamérica nunca estuvo excluida del expansionismo soviético, para cuyos fines se crearon verdaderos ejércitos conformados por personas de buena fe, fascinadas por excelente propaganda en la que los comunistas sentaron cátedra. Así pues hubo varios intentos de establecer cabezas de playa en el nuevo mundo; recordemos Columna Prestes en el Brasil de los años veinte, la revuelta de Farabundo Martí en el Salvador, – la patria de Vilanova -, y el fugaz intento de crear soviets en centrales azucareros cubanos a principio de los treinta.

Ahora Guatemala, país ubicado estratégicamente como lazo entre las América, se ponía a tiro gracias a la reorientación política, que gracias a su esposa y el equipo del que se fue rodeando, sufrió el Coronel Arbenz desde los tiempos en que era Ministro de Defensa de Arévalos. Un fenómeno similar ocurrirá poco después y en el mismo país con otra pareja, la que conformaban la Hilda Gadea, no tan virtuosa en lo físico pero mucho mas en lo moral que Maria Cristina y el joven Ernesto Guevara, a quien por cierto, la falta de un carné del partido comunista le impidió trabajar de médico en el país centroamericano. Ya con Advenís de presidente, Guatemala se convirtió en un hervidero de izquierdistas, proveniente de todos los rincones de América Latina, incluida Cuba, cuyos comunistas se dijeron presente desde el primer día con la participación entre los invitados, a su toma de posesión, de Juan Marinello, por entonces candidato a la Presidencia de Cuba por el Partido Socialista Popular y con la presencia de Severo Aguirre del Cristo, cuyo mérito será el de haber fundado en el país, con todas las de la ley, un típico partido comunista, como fue el Partido Guatemalteco de los Trabajadores, y fiel a los soviéticos por encima de todas las cosas.

Hay que decir que los marxistas-leninistas operaban en Guatemala mucho antes de su presentación en sociedad con PGT. Fueron ellos quienes conformaron el grupo clandestino encargado de minar y controlar uno de las organizaciones más radicales del país; dentro del Partido de Acción Revolucionaria. La cabeza de ese grupo secreto será el propio secretario general de la organización, José Manuel Fortuny, quien llegará a convertirse con el tiempo en el alter ego de Arbenz, su consejero principal y el redactor de sus discursos. A esta fracción marxista con programa independiente, perteneció también Carlos Manuel Pellecer, quién se convertirá en director del periódico oficial del PAR, “El libertador”. Durante la administración de Arévalos, Pellecer y otros miembros de la fracción comunistoide de su partido se reunirán una vez por semana en la propia casa de Arbenz, encuentros que servirán para orientar la línea de “El Libertador “. Mas tarde, cuando los comunistas ya sean partido, con el respaldo del presidente, la ubicación y activismo de sus miembros alcanzará una fuerza desproporcional al tamaño de su membresía, que si bien no se equipara a lo que la propaganda norteamericana quiso dar a entender al mundo, fue mayor que los que afirman los defensores a ultranza de las medidas nacionalistas de Arbenz. En el año 1953, ahora con el nombre de Partido Guatemalteco de Trabajadores, los comunistas participan en las elecciones para el Congreso, formando parte de la coalición de partidos que apoyan a Arbenz.

De izquierda a derecha, Severo Aguirre del Cristo, Blas Roca, Lázaro Peña y Juan Marinello, figuras del comunismo cubano en tiempos de Arbenz. Severo Aguirre fué el diseñador del PGT, un tipico partido estalista de su tiempo.

Ha de reconocerse pues, que la ingerencia en la política guatemalteca no vino sólo de los Estados Unidos, la intromisión ya era patente en mayo de 1951 cuando se inauguró el Congreso de los Trabajadores del Transporte de América Latina. Justificados con el encuentro, ingresaron al país numerosos sindicalistas controlados por la URSS como era el caso de Luis Saillant, secretario de la organización comunista Federación Sindical Mundial, quien aprovechará la oportunidad para ofrecerle al presidente guatemalteco el respaldo militar de la URSS. Al evento acudieron también, entre otros delegados, los cubanos Rafael Àvila, líder de los camioneros de su país y el llamado Gordo Morena, delegado por Cuba de la Confederación de Trabajadores de América Latina CTAL, el presidente de esta organización, el mexicano Vicente Lombardo Toledano, estalinista destacado en la lucha contra la influencia trotskista en su país.

En el caso del Ernesto Guevara hay que decir que fue en Guatemala donde hizo sus primeras amistades cubanas, entre exiliados que allí estaban como Mario Dalmau, Darío López y Ñico López, el último había participado en el asalto al cuartel de Bayamo como respaldo al ataque al Moncada y será quien introduzca mas tarde a Guevara en el cerrado círculo de los seguidores de Fidel Castro.

Días después de la caída de Arbenz, Guevara se asila en la embajada Argentina, allí conocerá personas de diferentes países, muchas de ellas de orientación comunista, como Rolando Morán, futuro dirigente del Ejercito Guerrillero de los Pobres, Tula Alvarenga, compañera del Secretario General del partido Comunista del Salvador, Cayetano Carpio quien se conocería décadas después como Marcial en el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional y Víctor Manuel Rodríguez, segundo líder del PGT, de todos los asilados que allí habían, los comunistas fueron los mas afines al futuro Che.

La reforma agraria y los comunistas

La coyuntura política para realizar una reforma agraria en Guatemala era favorable. FAO había reconocido en 1950 que las estructuras agrarias inadecuadas impedían el avance económico de los subdesarrollados. No era necesario pues ser comunista para emprender una reforma de este tipo. A pesar de lo anterior, la tarea de elaborar este proyecto fue designada a cuadros vinculados con el comunismo, quienes trabajaron con todo sigilio. El protagonismo de los comunistas en esta reforma es confirmado por un intelectual de izquierda, el Dr. Piero Gleijeses, profesor de la Universidad Johns Hopkins (SAIS), Washington, DC autor del libro libro “Shattered Hope” (La Esperanza Destrozada): “The Guatemalan Revolution and the United Status”, 1944-1954:

En el caso de Guatemala, la Inteligencia de EE.UU. dijo que la influencia comunista en el gobierno de Arbenz era muy fuerte, que Arbenz era comunista o procomunista, que sus asesores más cercanos eran los comunistas y que ellos eran el cerebro detrás de la reforma agraria y el motor en su implementación. Mi investigación indica que esta evaluación es correcta. Al mismo tiempo, la Inteligencia de EE.UU. afirmaba tajantemente que no había infiltración comunista dentro de las fuerzas armadas guatemaltecas y que no había oficiales que fueran simpatizantes del Partido. Esta evaluación también es cierta. Por ende, la evaluación de los analistas de Inteligencia de EE.UU. resultaba matizada: había una muy fuerte influencia comunista dentro del gobierno, pero no había ninguna influencia comunista dentro de las fuerzas armadas.

Por fin, el día 17 de junio de 1952, es aprobado el texto definitivo del Decreto 900 por el que se decretaba la Ley de Reforma Agraria. La Corte Suprema se pronunció en contra, Arbenz respondió disolviéndola. El Decreto apareció en un folleto impreso por la Tipografía nacional, millares de ellos fueron repartidos a las organizaciones revolucionarías con el fin de que estas los distribuyeran entres sus miembros. Cual no sería la sorpresa de afiliados y campesinos al descubrir en la carátula, el sello del Partido Guatemalteco del Trabajo, con la hoz y el martillo, no hubo forma luego de quitarle la fama de comunista a la reforma. A pesar de que la reforma, mas que proponer una colectivización o estatalización de la tierra, fomentaba el minifundio. Una estrategia que por otra parte, ya había sido utilizada por los bolcheviques como recurso político para ganarse al campesinado ruso en los primeros años de la revolución. En el caso de Guatemala llegaron a expropiarse un total de 741.932 hectáreas de las que el 81, 8 por ciento procedían de fincas particulares, el 13, 9 por ciento de fincas estatales y el 4, 3 de fincas municipales, lo que equivalía al 20 porciento de la tierra cultivable del país. Se beneficiaban con ellas unos 138.067 campesinos sin tierra. En este proceso fueron expropiadas 153.171 hectáreas a la United Fruit Company (UFCO), lo que equivalía al 74 porciento del total de sus posesiones en Guatemala. La ley en general favoreció al trabajador agrícola, pero tenía algunas lagunas, referidas fundamentalmente a las garantías de los expropiados, así impedimentos prácticos en el aspecto del financiamiento de la actividad agrícola de los nuevos pequeños propietarios. Por supuesto sirvió además para granjearle al gobierno de Arbenz la enemistad de los “finqueros” y de los grandes plantadores, en partícular de la UFCO.

La implementación de esta reforma agraria, al margen de los beneficios populares que haya traído, sirvió para alertar a las fuerzas anticomunistas tanto fuera como dentro de Guatemala, impulsando la resistencia de estas en los momentos en los que Arbenz no tenía ni el control pleno de las fuerzas armadas, ni una milicia bajo su mando que pudiera reemplazarla.

La rebelión

Ser comunista en Estados Unidos no se consideraba un delito, sin embargo la legalización y el protagonismo que estos adquirían en Guatemala, puso en sobre aviso al gobierno norteamericano, la respuesta del Departamento de Estado de Estados Unidos, no se hace esperar. En 1953 es nombrado como embajador en Guatemala, un colaborador de la CIA, John Peurifoy. En agosto de ese año, se autoriza un plan encubierto para apoyar el derrocamiento de Arbenz. De la tarea se encargarían los hermanos Allan y John Foster Dulles, jefe de la CIA, y Secretario del Departamento de Estado. El estado mayor de estas operaciones radicará en la base aeronaval de Opa Loka en Miami y la misión fundamental será desarrollar la guerra psicológica y apoyar a los insurgentes del Ejército de Liberación. El caudillo de la oposición armada será el coronel Carlos Castillo; nacido en 1914, ingresó junto con Arbenz en la escuela Politécnica, de la que sería director en el año 1949. Al ser asesinado Arana, el jefe del ejército bajo la administración de Arévalos, Castillo, dimite del cargo e intenta un golpe de estado Fracasado en la intentona, Carlos Castillo es arrestado y condenado a muerte, mas logra escapar. Ahora reaparecía este viejo enemigo de Arbenz, convencido de que su misión era liberar a su país. Su lucha se verá respaldada por una poderosa campaña de prensa internacional dirigida a demostrarle al mundo occidental que el régimen de Guatemala atentaba contra sus valores democráticos.
En marzo de 1954 es celebrada en Caracas la Conferencia de la Organización de Estados Amerícanos, donde la delegación de Estados Unidos encabezada por John Foster Dulles consigue el apoyo de los gobiernos del continente, salvo los de México y Argentina, para condenar a Guatemala. En abril de ese mismo año, el Departamento de Estado de EE.UU asume la defensa de la UFCO presentando una reclamación al estado guatemalteco, donde se le pedía que se indemnizara a la empresa por mas de 15 millones de dólares por las expropiaciones. El gobierno arbenzista respondió que la indemnización alcanzaba solo poco más de 60.000 dólares según la declaración fiscal de la tierra hecha por la compañía en su momento.

El 15 de mayo de 1954, arriba el carguero sueco Alfhem al puerto Barrios con un cargamento fletado como material de equipo óptico y de laboratorio. En realidad se trataba de una parte de un alijo de armas compradas a Checoslovaquia por mas de un millón de dólares. Se trataba de morteros de 80 mm, ametralladoras MG-34, submetralladoras Schmeitzer, municiones, entre otras armas. Las armas fueron llevadas en secreto a los cuarteles. Arbenz había convenido en secreto, con el jefe de las Fuerzas Armadas, Coronel Carlos Enrique Díaz que parte de estas armas fueran guardadas fuera del alcance del ejército para armar una milicia popular en caso de necesidad, luego se comprobaría que las armas no funcionaban al provenir de desechos de la segunda guerra mundial. Por su parte, la Cía informada del hecho, puso al tanto al departamento de Estado, el cual denunció el 17 de mayo que un país del este enviaba armas a Guatemala, las que, según los norteamericanos, serían empleadas para fomentar la revolución en Honduras y Nicaragua, peligrando con ello el estratégico canal de Panamá.

Por su parte la Iglesia Católica también se enfrentó a Arbenz; Mariano Rossel Arellano, arzobispo de Guatemala, organizó una procesión que llevó por todo el país la réplica del Cristo de Esquipulas, movilizándose así la población católica contra el régimen. El 9 de abril de 1954, el episcopado guatemalteco publicará la carta pastoral Avance del Comunismo en Guatemala, donde se denunciaba el avance del comunismo ocultado bajo reivindicaciones sociales, la entrada de aventureros de la tercera internacional, la penetración en las cátedras, en la literatura, la multiplicación de células, como respuesta se proponía la doctrina social de la iglesia y el levantamiento del pueblo como un solo hombre contra el enemigo de Dios y el país que representaba el comunismo llamado directamente a la subversión.
En mayo aparece la emisora clandestina La Voz de la Liberación, que operada desde Nicaragua, incitaba a la población guatemalteca a revelarse contra Arbenz y aviones comienzan a lanzar volantes sobre el país asegurando la cercanía de la invasión terrestre. Los jefes militares se reúnen con Arbenz exponiéndole su preocupación por la colaboración con los comunistas y sobre las noticias de la formación de milicias populares. Arbenz intenta calmarlos pero no lo consigue.

Entre mayo y junio se inician los bombardeos, fundamentalmente contra objetivos civiles, Arbenz solicita infructuosamente al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que detuviera la agresión armada desde el exterior.

El 8 de junio, el Estado Mayor del Ejército le presenta un pliego en el que se le solicita a Arbenz que aparte a los líderes comunistas de sus puestos, y cesen las movilizaciones campesinas, interpretadas por los militares como paso previo para organizar una milicia populares. Ante el empeoramiento de la situación y con permiso del Congreso, Arbenz decreta ese mismo día la suspensión de las garantías constitucionales, la policía arresta a mas de 100 sospechosos cometiendo varios asesinatos.

Las tropas de Castillo Armas, que estaban en Honduras, penetran en territorio guatemalteco el 19 de junio. Se suscitaron varios combates entre el Ejército Nacional y el Ejército Liberacionista. Las tropas gubernamentales se imponen en los primeros momentos dada su superioridad aplastante, cuentan con 50.000 hombres frente a los a no más de 400 del Ejército de Liberación, sin embargo luego apenas presentan batalla. Se aludirá como causa de esta vergonzosa actitud a las campañas de persuasión emprendida por la CIA, diseminando entre los militares guatemaltecos la idea de que se encontraban en el vórtice de una guerra entre dos superpotencias, una de las cuales, la Unión Soviética, no podría ayudarlos.

Rebeldes de Carlos Castillos, su fuerza frente al gobierno erá mas bién psicológica que material.

El 24 de junio, Castillo Armas ocupa Chiquimula y nombra un gobierno provisional. Al otro día, Arbenz ordena a Carlos Enrique Díaz que entregue armas a los 5.000 voluntarios que supuestamente acudirían de defender el proceso, según los comunistas. Ese día 25, Arbenz ofrece un combativo discurso, escrito por Fortuny, en el que llamaba al pueblo a resistir. Arbenz no tenía idea, mientras hablaba de las terribles traiciones que le aguardaban, y que le dejarían sin el ánimo necesario para liderar la defensa de su proyecto: Apenas acudieron acólitos a recoger las armas ofrecidas y los pocos aparecidos sólo recibieron fusiles de madera para entrenamiento, mas eso no fue lo peor desde el punto de vista del Coronel, lo que en realidad destruyó toda la capacidad de Arbenz para la lucha frente a un enemigo hasta el momento inferior militarmente, fue el hecho de enterarse aquella noche, que mientras él estaba llamado al pueblo a la lucha, y no obstante lo trágico de la situación, la esposa del presidente se refocilaba con un amante en la Pomona (la residencia de los Arbenz). Aquel día fatídico después de pronunciar su discurso, al volver a su casa, Arbenz supo por el capitán que hacía de edecán de María Cristina, que la señora del presidente había pasado toda la tarde con un amante. La dama reconoció cínicamente el hecho, limitándose a pedirle al marido que no se pegara un tiro y que resolvieran el caso de modo civilizado. El presidente cayo derrumbado, frente a un espejo el que le parecía ver a quien se había burlado de él. Arbenz pasó la noche llorando y maldiciendo, ya no le importaba nada, ni Guatemala, solo quería huir como le confesaría mas tarde a su amigo Carlos M. Pellecer.

Es bajo ese estado de animo que Arbenz renunciará el 27 de junio de 1954, lo hará con un discurso donde acusa a La United Fruit Company, los monopolios norteamericanos, en connivencia con los círculos gobernantes de Norteamérica, de ser los responsables de lo que estaba ocurriendo, de haber tomado de pretexto al comunismo. Explica Arbenz con sus últimas palabrar como presidente que ha decidido renunciar y dejar el poder ejecutivo de la nación a su amigo el Coronel Enrique Díaz, Jefe de las Fuerzas Armadas, seguro de que este garantizará la democracia y las conquistas sociales del pueblo, también reconoce que la situación del país en el plano militar está lejos de ser difícil. El enemigo es débil y carente de valor y no duda que las fuerzas armadas no tendrán mayores dificultades para derrotarlo.

El texto como siempre fue redactado por Fortuny, quien también alcanzará a redactarlá poco antes de exiliarse, el decreto por el que Carlos Enrique Díaz, jefe del ejercito que sustituye a Arbenz, deja fuera de la ley a su propio partido, el comunista. El discurso fue grabado y transmitido horas mas tarde por otro comunista, Carlos Alvarado Jerez, director de la Radio Nacional. Fortuny contraviniendo las instrucciones del cubano Severo Aguirre, que consideraba que los comunistas no debían abandonar voluntariamente a Guantemala, corrió a refugiarse a la Embajada Mexicana el 28 de junio, no sin traerse casi a empujones al pobre Arbenz, cuya mujer e hijos encontraba en la sede diplomática.

Sobre los errores políticos de Arbenz, Armando de la Torre, catedrático de Ciencias Sociales de la Universidad Francisco Marroquín opina:“Árbenz era un hombre bien intencionado, pero no tenía la formación humanística ni política que sí tuvo Juan José Arévalo, su predecesor. Y agrega, “Con sus buenas intenciones, Árbenz pavimentó el camino al infierno que vivió Guatemala”. El catedrático también considera que el primero en romper el orden constitucional, fue Arbenz al disolver la Corte tras esta dictaminar contra del Decreto 900 por el que se decretaba la Ley de Reforma Agraria. Asi mismo considera el estudioso, que al asumir Jacobo Arbenz un discurso abiertamente antinorteamericano, mas bien leer los que le escribía Fortuny fue como ponerse la soga al cuello..

El exilio

El 3 de julio de 1954, Castillo entra triunfante a la capital quedando como Presidente de la República el 1 de septiembre, el 10 de ese mes Arbenz, su familia, junto con el comunista José Manuel Fortuny parten a México, antes de partir el expresidente es desnudado y ultrajado por las nuevas autoridades de su país. Fernando González Davison en su novela Oscura transparencia: La Caída de Arbenz describe el infausto mometo con estas palabras:
“… le bajan los pantalones. Los flashes de las cámaras iluminan la humillación de un Presidente olvidado de Dios. Arbenz abre las pupilas ante quienes asesinan su alma. Los gritos de aquellos no tienen fin. Los tímpanos le estallan de la Vergüenza. Los fanáticos se carcajean. Un militar dispara su arma. La chusma corre y se dispersa. El ex presidente se arregla la ropa…”

“…quítate la ropa , y me la quito”: Arbenz humillado por los vencedores antes de partir de su país

El 19 de septiembre de 1954, El ex Presidente de Guatemala y su esposa deciden ir a Suiza como decíamos al principio, el padre era Suizo y la esposa había estudiado alemán (¿acaso con Ennio de la Roca?) en la Embajada mexicana en Guatemala, pero el gobierno de Suiza les informó que solo podrían permanecer en el país europeo bajo la condición de que Arbenz renunciara a su ciudadanía guatemalteca. Entonces Arbenz decide partir a París con su familia lo que hará el 17 de diciembre de 1954. En Paris, Arbenz estuvo bajo la vigilancia de la policía francesa hasta que recibe asilo dentro del bloque soviético, en Checoslovaquia, que le recibirá con resquemores, creyendo que venía a reclamar el dinero que al parecer había sobrado por las ventas de armas a su régimen, un millón de dólares que el PGT disputaba y del que Arbenz no tenía la menor idea. De Praga se trasladó a Moscú, de aquí se fue a China, de la que regresó a la URSA, pera luego solicitó asilo en Uruguay, viviendo en Montevideo desde 1957 a 1960, año en que Fidel Castro le invitó a que viviera en Cuba, algo que Arbenz aceptó inmediatamente.

Un cubano en la alcoba de Arbenz

Veamos en detalles el periplo de Arvens hacia el oriente y lo que tuvo que ver el amante de María Cristina Vilanova, un individuo del que Arbenz en confesión con Pellicer habría dicho lo siguiente

“ Es un cubano llamado Ennio de la Roca. Pasó años en la “Legión Extranjera” francesa, seguramente, con una brutal historia de represor colonialista en Argelia y Vietnam. No carece de cultura, habla varios idiomas, es bien parecido, y desde luego audaz y sin escrúpulos. Conoció a María en casa de Toño Vilanova, mi cuñado y así empezó el enredo. Se hace pasar por un exiliado cubano, político, perseguido por Batista. Deduzco que con esa careta llegó a Guatemala, aunque pueda ser un agente de la Cía, de esos especializados en seducir esposas de hombres importantes. Para mi no hubo tiempo de hacerle una investigación.¡Mirá cuando he venido a saber de su existencia y en qué condiciones! El tipo se metió asilado a la embajada de México. Para mí, desconocido hasta en las menores cosas, no me preocupé cuando María me dijo que para no aburrirse tomaría clases de alemán con un señor que lo hablaba muy bien. No tuve la menor sospecha de que fuese la misma persona. Hasta en México pude conocer todos los detalles que te cuento e identificarlo…Tarde, porque ya ellos tenían varios meses de tratarse, escribirse y quererse…”
(Arbenz y yo, página 277)

¿Era Ennio un agente de la Cía como supone Arbenz? Difícil es creerlo dado el corte comunista que rodeaba a su esposa, difícilmente la presencia de un amante habría escapado a la vigilancia de los estalinistas en los que tanto confiaba María Cristina Vilanova. Si la existencia de ese amante fue consentida, por los siempre vigilantes comunistas, si estos no alertaron al presidente y si este como suele ocurrir en estos casos, fue él ultimo en enterarse, esto bien pudo deberse a que Ennio era un hombre que trabajaba para el comunismo, en una técnica en la que la KGB siempre fue una experta, la de la alcoba.

Arbenz derrotado mas que por la Cía, por la traición de su esposa con un Cubano

Ahora bien, una vez desplazada del poder, la familia Arbenz no se escapará de la mirilla de Ennio de la Roca. Al cubano no le bastará con haber gozado de los favores de la primera dama, ahora se dedicará también a extorsionar a su marido. El suegro de Arbenz adoraba a sus nietos y no quería que nada les faltara. De la Roca lo sabía y explotando la situación, obligó mediante el chantaje a que Arbenz le pagara en México la cifra de 20,000 dólares (de la época). Luego el antiguo legionario siguió al matrimonio hasta Europa con el fin de continuar la extorsión. Se hallaba la pareja viviendo en Paris cuando Ennio de la Roca, llamó a Arbenz por teléfono quien inmediatamente reconoció su voz, el chantajista pidió verle con urgencia. Antes de dirigirse a la cita, el coronel tomó su pistola escuadra 45 mm, algo de lo que se percató la esposa. Arbenz se encontró con su contrincante amoroso en la avenida Cléber, no lejos de l´Etoile, el cubano, con sangre fría, le dijo al guatemalteco que sabía venía armado y dispuesto a matarle, Arbenz comprendió que una vez mas había sido traicionado por su esposa, la cual le fue recordada por Ennio, haciéndole tomar conciencia al ex presidente de lo que significaría, para ella, sus hijos, y sus partidarios políticos lo que una tragedia pasional en la que Arbenz mataba a un indefenso cubano. Jacobo Arbenz, que no era un asesino, vio sobre la mesa del saloncito donde se encontraron, una gran fotografía de su esposa con una dedicatoria sentimental que no era precisamente para él. Desesperado sacó la pistola y se la colocó en la sien pero Ennio la desplazó de un manotazo y apretándole la mano del coronel contra el brazo del sillón, le dijo al coronel que no le había llamado para verle matar o morir, sino para informarle que un amigo periodista, que vive en Brasil tenía copias fotostáticas de la correspondencia sentimental entre María y el, su amante, y que las instrucciones para aquel individuo eran las de publicar esos documentos si al cubano le pasaba algo grave. Lo que quería Ennio, era que Arbenz le diera ahora veinticinco mil dólares, pues ya se le habían acabado los veinte mil de México. Arbenz se defendió diciéndole que el no tenía dinero, que el dinero provenía de María Cristina y el cubano le refutó “Pues fue ella quien me indicó pedírselo a usted”.

Al otro día Jacobo tuvo una conversación que le devolvió la fe en aquella esposa, María Cristina Vilanova, que se fueran a Praga o Moscú, donde su “amigo” Ennio no podría seguirles. La proposición la interpretó Arbenz como un rechazo de la esposa al aventurero cubano y le volvió el hombre más feliz del mundo. Mas por supuesto, la decisión de cruzar el telón de acero e ir en dirección de la URSS bien podría ser el deseo de dejar atrás un romance degenerado en chantaje, pero también podría haber tenido una motivación política en la que el omnipresente Ennio servía solo de pretexto, con María Cristina Vilanova nunca se sabe.

Arbenz en Cuba

Es julio de 1960, la familia Arbenz-Vilanova, excluida de la díscola de Mirabella por supuesto, arriba a La Habana. El gobierno de Fidel Castro había condicionado la visa a la participación de Arbenz en la “Primera Conferencia de las Juventudes Latinoamericanas”, cuyos representantes le aclamaron al llegar a Cuba. En los actos públicos Fidel Castro sentaba a Arbenz en un lugar bien visible para luego zaherirle con el estribillo de que “Cuba no es Guatemala”, algo que entonces resultaba peyorativo pero que Pellecer encuentra hoy en día como “ fortuna para los guatemaltecos y maldición para los cubanos”. En realidad la comparación era cruel, no solo porque como dice Pellecer en su libro sobre Jacobo, mientras que el régimen arbenzista se vio solo y acosado con la indiferencia y o complicidad de los países vecinos, Castro había contado no solo con un apoyo mucho más comprometido de los Soviéticos y no pocos aliados dentro de los propios Estados Unidos, no hablemos ya del poder disuasorio de los cohetes soviéticos, que sin dudas, confiaban mas en Castro como un hombre de los suyos que en Arbenz, a quien controlaban de manera indirecta, sino también con los resultados del experimento Guatemala. La lección tomada entonces fue, que no se puede establecer un régimen comunista con fuerzas armadas heredadas de un régimen democrático, lo que se demostró en Cuba, es que para revertir un proceso democrático en Comunista, no bastaba colocar cuadros comunistas en puntos clave. Lo primero que hay que hacer es destruir al ejercito republicano y reemplazarlo por nuevas fuerzas armadas fieles al nuevo régimen. En el caso de Cuba el proceso fue facilitado por el descrédito en que Batista había dejado al ejército antes de la toma del poder por parte de Fidel Castro, no era lo que corría con el arribo de Arbenz, y de ahí que Cuba, mas que una revolución, pudiera completar la agenda totalitaria, contra la que no hay Cía, Carlos Castillo ni un Ennio de la Roca que valga.

Volviendo al amante de lady Vilanova y el cubano que la amó. La ultima vez que Carlos Manuel Pellecer escuchó hablar de este no fue precisamente en los círculos del exilio de Miami, o cosa por el estilo, sino en la Cuba “revolucionaria” donde el escritor trabajaba de periodista del periódico Hoy, órgano del Partido Socialista Popular. El hecho tuvo lugar nada mas y nada menos que en una de las de las grandes concentraciones organizadas por Fidel Castro:

Un individuo, muy cubano gritón y presumido, acercándose a mí dijo: “Oye Pellecer, ¿que haces aquí? ¿Cómo te va, muchacho?” Notando la extrañeza en mi semblante insistió: ”¡Coño! ¿No me recuerdas?” Estuvimos juntos en el Congreso de la república, organizando las brigadas para defender a este come-bolas de tu presidente Arbenz?” y continuó en ese tono grosero. La verdad es que no recordaba haber visto a tal tipo en la actividad de los días de la intervención extranjera, pero el hecho de que me llamara por mi nombre que nadie, sino muy escogidos, conocían en Cuba, dio indicios de veracidad.
Inmediatamente pasó a decirme de su salida para Brasil y de su amistad entrañable con Ennio de la Roca. Me alarmé cuando con odiosa petulancia, amenazó con que iba “a sacarle dinero al tal por cual de Arbenz y a la vieja esa que anduvo con Ennio.”
Arbernz y Yo, página 297

Pellecer le siguió la corriente al individuo obteniendo de este su tarjeta de visita. El cómplice del chantajista le pidió al viejo amigo de Arbenz, encontrarse nuevamente para hablar de las cartas y fotografías que Ennio le había dado a guardar. Pellecer se dirigió inmediatamente a la Redacción de Hoy y allí se entrevistó con Carlos Rafael Rodríguez, entonces director del Periódico de los comunistas cubanos y uno de los hombres más cercanos a Fidel Castro, contándole la truculenta historia de Arbenz, Ennio y las amenazas del periodista contra Jacobo. Carlos Rafael se quedó con la tarjeta del chantajista, del cual Pellecer nunca volvió a tener noticias. Tampoco se las dio a Arbenz, quien al parecer nunca supo que el custodio de aquellos documentos que tanto le preocupaban era otro de los “internacionalistas” cubanos y que estaba en su patria, la misma en la que recibió asilo.

Pellecer

Pellecer cuenta de los planes del Che y Castro de iniciar una guerrilla en Guatemala y la idea de enviar a ella a Arbenz, a quien primeramente había que liberar de la perniciosa influencia de José Manuel Fortuny. Se habló hasta de utilizar un comando de terroristas entrenados en Viet Nam para que liquidaran al pusilánime fundador del PGT, quien al enterarse salió volando para Moscú, Despegado de Arbenz Fortuny estuvo trabajando mas tarde en la Radio Checoslovaquia. En 1977, el viejo redactor de los discursos de Arbenz, participará en la fundación del diario mexicano, Unomás, donde se desempeñara por 19 años como editorialista, morirá el 18 de marzo del año 2005, había nacido el 22 del mismo mes pero en el año 1916

En septiembre de 1962 una delegación del Movimiento Revolucionario-13 de Noviembre, arribó a La Habana y se entrevista con el ex-presidente Árbenz, propniéndole que, una vez alcanzada cierta estabilidad, se pusiera al frente de la guerrilla, pero Arbenz, aún liberado de la influencia de Fortuny, resultará inservible, si no fue guerrillero en su juventud, menos lo será ahora cuando ya no estaba para tales trotes. Otros serán pues los encargados de exportar, sin mucho éxito que digamos, la revolución desde Cuba a Guatemala Ya desde enero de ese año el PGT había envíado a tres militantes suyos a Cuba a recibir entrenamiento militar, a los que se les sumará en la formación guerrillera una veintena de miembros de las JPT: Juventud Patriótica del Trabajo (ala juvenil del PGT) que ya estaben en la isla, becados por el gobierno cubano para estudiar carreras universitarias. Entre los guatemaltecon entrenados por Cuba tenemos a Edgar Ibarra, Alejandro Sancho, Ricardo Miranda y Judith, quienes desde enero del 62 habían sido enviados a recibir entrenamiento militar; Monterroso, Ricardo Ibarra, Julio César Macías, Rodolfo Payeras, Tristán Gómez, Carlos López, Luis Rivas, Mario Lemus, Plinio Castillo y José María Ortiz Vides, como parte de los becados universitarios que pasario la formación militar. Algunos de los jovenes entrenados en Cuba llegarían a ser dirigentes guerrilleros, como Julio César Macías, José María Ortiz Vides y Mario Lemus.

Los hijos

Arbenz quiso evitar en su hija Arabella aquello que consintió en su esposa, reprimiéndola en exceso y convirtiéndola sin querer en una rebelde nata. Por su parte, Leonora se transformó en un ser prepotente con todos los que le rodeaban, dificiel es seguirle la pista como a su herman. María Crisitna Vilanova recomendó pues que se les aplicara la disciplina soviética. Es el año 1956 cuando el matrimonio siguió viaje de Praga a Moscú y de allí a la China de Mao, países en los que Arbenz encontrará aún mayor pobreza de la que había dejado en Guatemala. En su paso por Moscú, el matrimonio dejará a las niñas internadas en una escuela de la cercada ciudadela de Inganov antes de partir a Pequín. Al regreso de China, Jacobo fue llamado por el departamento internacional del Partido Comunista de la Unión Soviética para discutir la revuelta causada por Arabella, quien harta de la disciplina soviética había intentado organizar una fuga masiva de alumnas soviéticas y extranjeras, la “insurrección” contaba con conexiones incluso en el exterior. Manipulado en sus sentimientos por los comunistas de su país, Arbenz expresó las disculpas más lastimeras ante los funcionarios del kremlin y repudió a su hija.

Será una hermana de María la que rescatará a las niñas ya casi locas por la enseñaza soviética.
Arabella se hará actriz, participando en México en la película “Un alma pura”: donde interpretara los personajes de Clara y Claudia. Desgraciadamente, la impulsiva joven terminó dándose un tiro el 5 de Octubre de 1965, en Bogotá tras una discusión con un novio, el t famoso torero y actor Jaime Bravo. Aquello destrozó completamente a Arbenz, perdiendo con ello el poco interés que le quedaba en política. Fue en el año 1965 durante el sepelio de la joven en México, Arbenz, en un respiro que le dan los comunistas, le confesará a Pellecer, quien desde 1962 ya había roto con el comunismo:” he fracasado como político, como esposo y como padre”.

Por su parte el hijo de la pareja; Jacobo Arbenz Vilanova, tras vivir fuera de su patria por casi 50 años, más de la mitad de ese tiempo en Costa Rica, regresó a Guatemala y volvió a inmiscuirse en la política. En el 2003 será proclamado como aspirante a la primera magistratura por la Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG) y no dejará durante la campaña de hacer referencias a las reformas que medio siglo atrás, su padre impulsara en el terreno agrario.

A modo de Conclusión

A final de los sesenta Arbenz se marcha de Cuba para Suiza, estableciéndose en Lucerna, allí vivió sin su María y su Fortuny, solo y alcoholizado. Luego regresó a México intentando ingresar en su patria y vivir allí con María y a su hijo, mas el proyecto no se consumó, el coronel murió en México el 27 de enero de 1971. Dicen que fue de un ataque al corazón mientras tomaba uno de baño caliente como gustaba hacer, así perdió la vida, abandonado por su familia y de los comunistas que tanto le habían usado, fue la consecuencia definitiva de aquella puñalada moral que le diese, tal vez en nombre de la Cía. o sabe Dios si de la KGB el cubano llamado Ennio de la Roca. Por su parte Maria Cristina Vilanova volvió a El Salvador para hacer las paces con su familia, dedicándose a los negocios y alejándose definitivamente de la política. Cuando comenzó la guerra revolucionaria inspirada desde Nicaragua y Cuba, María Vilanova abandonó su país trasladándose a Francia

El caso de Maria Cristina Vilanova ha sido objeto de una ponencia presentada en el VII Congreso Centroamericano de Historia. Celebrado en Tegucigalpa, Honduras. Entre el 19 y el 23 de julio 2004. Bajo el título de “Oficios de su sexo:” Mujeres, familias, y el mito de la economía informal en Guatemala a mediados del siglo XX” John T. Way, Candidato de Doctorado en Historia John T. Way, de Yale University Escribe:

Lo de emascular a Arbenz y presentar a su esposa como una seductora del estalinismo satisfacía las necesidades tanto del estado anticomunista guatemalteco (lo que necesitaba explicar su traición a Arbenz y apropiarse de la legitimidad política y social de la Revolución) como del Washington (para lo que era preciso políticamente promocionar el “comunismo” guatemalteco). No importa para el análisis actual si fuesen verdaderas o falsas las varias acusaciones. Existía también la idea de que María participaba como fundadora de la Alianza Femenina Guatemalteca, un partido comunista; que se acercaba a Carlos Manuel Pellecer (secretario de la Confederación General de Trabajadores de Guatemala quién más tarde renunciará al comunismo) y a Manuel Fortuny (dirigente del Partido Guatemalteco del Trabajo) y que así convertía su casa en un “salón rojo.” Otros chismes decían que María dirigía a Jacobo para no luchar en contra de la invasión, que ella robaba diamantes y otros bienes del estado, y hasta que le ponía los cuernos a Jacobo, haciendo el amor con un doble agente cubano llamado Ennio de la Roca.

Que el investigador diga que tales imágenes favorecen al imperialismo norteamericano, no nos aporta nada, por supuesto que lo hacen, y no solo al imperialismo, sino también a todos los que se opongan al otro imperialismo, al del comunismo, del mismo modo en que favorecen al antinorteamericanismo y tapa los pecados de la intervención estalinista en Guatemala la las importantes omisiones que uno encuentra generalmente en los trabajos, de una izquierda que se niega a abordad en todas sus facetas, tanto al personalidad de Arbenz, como el complejo proceso que al Coronel le tocó encabezar, mucho mejor sería desmentir o confirmar los mencionados chismes. Lo que si nos aporta de utilidad el doctorarte de Yale University son datos fuentes interesantes para estudiar aquel proceso, en la siguiente referencia:

Es posible que la señora Arbenz participara en la AFG, pero tal información no aparece en Mujeres, Boletín de la Alianza Femenina Guatemalteca ni en el órgano del partido comunista, Octubre. Para más información, vea: Marco Antonio Flores, Fortuny: un comunista guatemalteco (Guatemala: Oscar de León Palacios, Palo de Hormigo y Universitaria, 1994), 187 y passim; Jesús M. García Añoveros, Jacobo Arbenz (Madrid: Historia 16, 1987), 40-41; Alcira Goicolea, “Los Diez Años de Primavera,” en Historia general de Guatemala, 6 tomos, (Guatemala: Asociación de Amigos del País, 1997), VI:25; Ronald M. Schneider, Communism in Guatemala, 1944-1954 (New York: Octagon, 1979 [1958]), 110; Carlos Manuel Pellecer, Arbenz y yo (Guatemala: Editorial Artemis & Edinter, 1997), 261-63, 277 (re Ennio de la Roca), y passim; Carlos Manuel Pellecer, Renuncia al comunismo (Mexico: Costa-Amic, 1963), passim; Stephen Schlesinger y Stephen Kinzer, Bitter Fruit: The Untold Story of the American Coup in Guatemala, 1984 ed. (New York: Anchor Press/Doubleday), 1984 [1982]), 51-52. La señora Arbenz dijo al autor Piero Gliejeses que ellos (la pareja) pensaban que el comunismo era inevitable. Piero Gleijeses, Shattered Hope: The Guatemalan Revolution and the United States, 1944-1954 (Princeton: Princeton University Press, 1991), 148. A pesar de eso, los historiadores están de acuerdo que la política de Jacobo Arbenz era capitalista.

El investigador destaca la historia de la imagen pública de la Vilanova de Arbenz como ejemplo el discurso político de género, en el que tanto la derecha como la izquierda, manipula las imágenes y retórica acerca de las mujeres, mas con piezas como María Cristina resulta imposible al escritor o al lector de su vida mantenerse imparcial o sereno ante ella. Se entra pues en valoraciones, que por ser tan subjetivas abren el espacio para las interpretaciones mas diversas y por tanto para las manipulaciones peor o mejor intencionadas.

María Cristina Vilanova y Jacobo Arbenz una relación atormentada

Fuentes:
*Carlos Manuel Pellece, Arbenz y yo, Artemios & Edinter, Guatemala, 1997Fernando González Davison, Oscura transparencia: La Caída de Arbenz, Editorial Artemis Edinter, Guatemala 1999
Jesús M. García Añoveros. Jacobo Arbenz, Serie Protagonistas de América, Historia 16 Quorum, Madrid, 1987
Francisco Mauricio Martinez, Románces Históricos, pagina 11; Grandes Amores de la Vida Real, Revista Domingo, prensa libre, 10 de febrero del 2002, pagina
Jorge G Castañeda, Compañero, Vida y Muerte del Che Guevara, Vintage Español, Nueva York, 1997
http://www.sigloxxi.org/pellecer.htm
http://www.lossless-audio.com/usa/index0.php?page=746640461.htm
http://www.wepa.com.gt/mln/h.html
http://www.alecobravo.com/JacoboArbenzBiography.htm
http://www.prensalibre.com/pl/domingo/archivo/domingo/2004/junio04/130604/central.html
http://www.tricontinental.cubaweb.cu/revista159/texto10.html
http://www.guatelinda.com/home/historia.php
http://www.memoria.com.mx/107/107mem08.htm
http://www.guatelinda.com/home/historia.php
http://indie.imdb.com/name/nm0033358/
http://www.canalsocial.net/GER/ficha_GER.asp?id=84&cat=biografiasuelta
http://cinemexicano.mty.itesm.mx/peliculas/bienamados.html
http://www.prensalibre.com/pl/2003/septiembre/01/65416.html
http://www.alecobravo.com/JaimeBravo.htm
http://www.odhag.org.gt/INFREMHI/TOMO3C2.HTM

Los “machos” ceden terreno

2 de octubre de 2005
Los “machos” ceden terreno

La masculinidad en Centroamérica toma nuevos matices. A la par del rol tradicional, que sigue pesando en la sociedad actual, se descubre una visión más moderna, y otra en transición que ya atrae la atención de los expertos.

Morena Rivera
Fotos: Sandro Stivella y César Avilés
Hablemos El Diario de Hoy

Santiago Moreno dice estar cambiando los patrones tradicionales que él siempre presenció en el seno de su familia.

Su padre era el proveedor de la casa, el que gritaba cuando se disgustaba, la cabeza del hogar. “El que llevaba los pantalones en todo momento”, recuerda.

Su madre era la encargada de las tareas domésticas, la que cuidaba los hijos y la que acataba las órdenes de su marido. “Para hacer cada cosa debía antes tener el consentimiento de su esposo”, comenta Santiago, un ingeniero industrial, de 34 años, que le ha dado otro rumbo a su nueva familia.

“Sé que tenemos los mismos deberes y derechos con mi esposa, y sé que mis hijos también necesitan mis abrazos, mis muestras de afecto”, agrega. ¿Por qué no reproduce las mismas costumbres dominantes, como una vez lo hizo su padre?

Un estudio sobre “Masculinidad y factores socioculturales asociados al comportamiento de los hombres”, delimitado en cuatro países de la región: Costa Rica, Nicaragua, Honduras y El Salvador, refleja que los roles tradicionales de los hombres ceden cada vez más terreno a un comportamiento más moderno y otro que aún se haya en transición.

La investigación, financiada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), analiza desde una perspectiva sociocultural las representaciones que ellos tienen de su rol de padres, sin dejar de lado su etnia, su residencia, su religión, su educación y su posición social.

La información global para los cuatro países refleja que el 50.6 por ciento de los centroamericanos sigue creyendo que su papel es el de proveedor económico del hogar y el responsable de la autoridad y de la disciplina familiar, aunque esta cifra sube cuando se trata solo de El Salvador (59.8%).

El doctor Ricardo González, especialista en masculinidad y consultor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), considera que aunque hay muestras de relaciones más equitativas y solidarias, los patrones tradicionales siguen reproduciéndose en la sociedad.

“En países como El Salvador están tan arraigados que el cambio es lento y no parece tan significativo”, refiere González. A su juicio, aún queda una gran brecha entre el deber ser y el comportamiento real de los hombres. “La prioridad para ellos es el trabajo, y el cuido de los hijos va más con la madre”, sostiene.

En el estudio, que fue realizado durante el 2002, se interroga a los participantes sobre si cambiar pañales o dar de comer a los hijos es responsabilidad de la madre. De diez consultados siete están de acuerdo con ello, y sólo el tres creen que también es un quehacer que corresponde al padre.

Contra el arraigo cultural

Para el antropólogo de la Universidad Pedagógica, Pedro Ticas, los roles divididos entre el hombre y la mujer son aprendidos. “Esa segmentación entre sexos no se la ha inventado el hombre, la ha creado el sistema, el Estado, la institucionalidad”, subraya.

Aunque todo indica que esas relaciones sociales llevan tendencia a modificarse. El documento detalla que el 39 po ciento de los centroamericanos tiene ahora una mentalidad más moderna sobre sus roles con respecto a la paternidad, el 38% en el caso específico de El Salvador.

Santiago Moreno ha disfrutado cada actividad que corresponde al cuidado de sus hijos. Cuando ellos estaban pequeños solía cambiarlos y se turnaba con su esposa para darles el biberón en las noches. “Si me comparo con mi progenitor, sé que he sido un padre más moderno”, sostiene.

A criterio del sociólogo Luis Gálvez Trejo, el alcanzar altos niveles educativos puede influir en ese cambio de mentalidad. Igual sucede si la mujer lo logra, pues le permite tener una visión más amplia de la vida y más condiciones para negociar con su pareja.

La acelerada inserción de ellas en el mercado laboral, sobre todo porque un hogar ya no puede sostenerse con un solo ingreso, las ha llevado a adquirir su cuota de poder. “Si ellos tenían el control de la familia porque aportaban toda la plata, ahora se ven obligados a negociar”, razona Gálvez Trejo.

Esquemas como el que la mujer debe llegar virgen al matrimonio se están debilitando, en especial en los hombres de 20 a 49 años que residen en las zonas urbanas. Eso de alguna forma demuestra, de que el camino ya se ha iniciado. Pero un cambio completo puede llevar más de tres siglos, añade Gálvez Trejo.

Hay un grupo reducido, el 10 por ciento según el documento, que pasa por un período de transición o no logra una síntesis acabada del cambio. Ellos muestran “duda” o responden con un “no sé” cuando son consultados sobre la equidad de género entre hombres y mujeres.

En la investigación “Masculinidad y factores socioculturales asociados al comportamiento de los hombres” se concluye que la visión de una paternidad tradicional sólo puede cambiar en alguien que haya cursado la secundaria completa.

Pero el doctor Ricardo González cree que no es suficiente. “ No basta para cambiar actitudes y comportamientos”, dice. Ejemplo de ello es que la irresponsabilidad paterna se ve en hombres de todos los niveles educativos. “También es necesaria una transformación de mitos y creencias”, señala.

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Un proceso de siglos

El sociólogo Luis Gálvez Trejo ha pregonado en sus talleres con hombres la construcción de una nueva identidad masculina. Aunque los comportamientos tradicionales ya comienzan a suavizarse en el imaginario social de ellos, siguen siendo más fuertes los patrones machistas.

¿Qué es ser hombre en El Salvador?

Todas las sociedades hasta donde hoy las conocemos son machistas, no es asunto de europeos ni de latinoamericanos. No son menos machistas los salvadoreños que los mexicanos.

¿Qué sigue identificando entonces a los hombres?

Los hombres somos formados para resolver los problemas por una vía violenta y no para hablar y para negociar. A los hombres se les permite llorar, pero está determinado cómo y cuánto tiempo. No está bien visto que griten o se desmayen.

Muchos creen que hay una sexualidad para el placer y otra para la reproducción. A los hombres se les ha enseñado a mostrar sus deseos sexuales, en cambio a ellas a reprimirlos.

¿Cree que, como reflejan los estudios, los hombres están cambiando sus patrones tradicionales?

Los patrones culturales pueden sufrir transformaciones, pero para eso se requieren siglos. La educación está ayudando, pero mientras la sociedad siga reproduciendo esos comportamientos es lógico que nuestros hijos crecerán con esa idea.

¿Por qué países como Costa Rica tienen una visión más moderna de la paternidad?

En Costa Rica se ha apostado más a la educación que en El Salvador. En esa cultura los ciudadanos están más acostumbrados a exigir sus derechos.

¿Qué tan reciente es el tema de la masculinidad en El Salvador?

Este tema se expandió en Europa a inicios de los setenta. En el país se habla desde 1991, cuando en la capital surgió un grupo preocupado por la idea hegemónica del ser hombres. Ahora ya existen unos veinte hombres preparados para hablar del problema y otro buen número ha descubierto que la construcción de una nueva masculinidad ha mejorado sus relaciones de pareja.

¿Cree usted que las investigaciones sobre masculinidad son útiles en ese proceso de cambio?

Sí creo que se está creando todo un sistema de información, pero ¿esto significa que van a cambiar las políticas públicas?, yo sería escéptico en ese sentido.

Esquema de la paternidad

El estudio “Masculinidad y factores socioculturales asociados al comportamiento de los hombres” revela que el 25 por ciento de los recién nacidos no cuenta con un padre legalmente reconocido.

Los hombres de países centroamericanos favorecen los embarazos y nacimientos de niños no deseados, se trata de experiencias sexuales donde ellos buscan el placer físico, pero no las consecuencias reproductivas.

El hombre sigue demostrando su masculinidad por el vigor físico. El tamaño de los genitales se asocia con la potencia sexual y el hijo varón aún es sinónimo de virilidad.

La Encuesta Nacional de Salud Familiar (FESAL) contempla que uno de cada tres hombres ha procreado hijos con más de una mujer, proporción que disminuye del 41 por ciento en el área urbana al 29% en la zona rural.

Se agrega, además, que el 15 por ciento ha procreado un hijo nacido vivo con mujeres con las que nunca se casó o acompañó. Uno de cada diez hombres de 45 a 59 años ha tenido diez o más hijos nacidos vivos.

Equidad de género: ¿Una lucha masculina

Equidad de género:
¿Una lucha masculina?

El cuestionado anhelo de la equidad de género en El Salvador no sólo lo sueñan algunas mujeres. Ahora, un grupo de hombres ha retomado las quejas de “ellas” para convertirlas en el discurso autocrítico que construya una nueva forma de masculinidad. Paradójicamente, según ellos, son las mismas mujeres las que, de alguna manera, bloquean su trabajo. ¿Por qué?

Claudia Zavala
vertice@elsalvador.com

No se definen como “hombres feministas”. Si bien aceptan que el trabajo de ese grupo de mujeres es fundamental para el cambio, avanzar en el proceso de equiparación de oportunidades masculinas y femeninas no pasa por el camino de “voltear la tortilla”, para que “ellas” sean las que tengan ahora el poder.

Los “Hombres por las relaciones igualitarias” aseguran que al menos con la conciencia y voluntad de cambio se inicia. Y aunque su esfuerzo no está etiquetado bajo el amparo de una ONG o una asociación de mayor peso, creen ser los pioneros locales de una evolución que ya ha iniciado en otros países

Sin embargo, los “peros” no les dan tregua. Desde que iniciaron, en 1992, las miradas de desconfianza forman parte de su historia. Porque, según ellos, “las mujeres creen que son las indicadas para trabajar el tema de maltrato y violencia, porque ellas casi siempre son las víctimas”.
Por el momento, la Fiscalía General de la República no cuenta con estadísticas recientes sobre denuncias de maltrato intrafamiliar del año 2002 porque, según su Oficina de Prensa, “se están actualizando”. Al menos hasta julio de 2001, sólo se conocían 10 casos denunciados a nivel nacional.

¿Arrepentimiento?

“Existe un subregistro que no figura en las cifras oficiales y eso lo sabemos nosotros, porque, incluso, lo hemos vivido en carne propia”, expresa Luis Gálvez Trejo, coordinador de esta agrupación masculina.

Gálvez Trejo es sociólogo y labora en el área de investigación de la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia. Explica que, luego de la finalizada la guerra, en la cual él participó, imperaba la lógica de adaptarse a la dinámica de cambio e instauración de la institucionalidad perdida. “Yo daba discursos de democracia social, política y económica… pero en mis relaciones personales era todo un caos”, admite.

Según él, fue en ese momento que inició su “búsqueda” sobre el porqué de su manera de ser especialmente violenta. Coincidió con varios hombres de diferentes profesiones médicos, psicólogos, maestros, ingenieros, empleados públicos en la necesidad de conformar un foro permanente de estudios sobre masculinidad. Se acordó, entonces, establecer un espacio abierto de discusión, flexible, sin estructura orgánica definida. Llegaron a reunirse cerca de cien hombres, “aunque fijos eran sólo unos quince”.

Uno de los participantes fue Ricardo González, médico especializado en salud pública, quien ha trabajado con la Organización Panamericana de Salud, OPS, el tema de violencia intrafamiliar y masculinidad. “El 90 por ciento de los agresores son hombres. Es necesario analizar la violencia intrafamiliar como un problema de salud pública y, por eso, es tan importante la participación de los hombres en este proceso”, indica.

A juicio de González, cuando un hombre se separa de su pareja, pierde el empleo o enfrenta un embarazo inesperado este tipo de tema son más sensibles a ser abordados, “por la situación de vulnerabilidad en que se encuentra”.

González destaca que, hasta ahora, el movimiento feminista ha tratado el tema de violencia intrafamiliar como si fuera sólo problema de mujeres, cuando es realmente un problema de hombres. Para él, esto se ha convertido en un verdadero impase del movimiento feminista, pues han tratado con mujeres maltratadas, concientizándolas en sus derechos y posibilidades, pero han dejado a un lado a quien les origina su dolor. “Muchos hombres están maltratando a las mujeres que aman y no saben por qué”, dice.

La desconfianza

Menciona, además, algo que le parece básico en un hombre para abordar esta temática: Debe existir, indispensablemente, un proceso personal paralelo a la comprensión del discurso. Es decir, que de nada sirve que comprendan racionalmente por qué son violentos si en su vida personal no se esfuerzan por iniciar un cambio real en sus emociones y conductas. Por eso ellos se definen, básicamente, como hombres en proceso de cambio.

“Se necesitan pioneros que sensibilicen, pero la sociedad civil está muy corta, como dormida ante esta tema”, enfatiza.

Pero pocas mujeres creen en la honestidad de ese proceso. Al menos eso es lo que ellos aseguran haberse encontrado en el camino. El caso de Gálvez Trejo, como la cara más conocida de este movimiento, parece ser el más evidente.

El hecho de que hace cinco años su ex compañera de vida lo demandara por violencia física y psicológica es una marca difícilmente de borrar con simples declaraciones de arrepentimiento y deseos de cambio.

“Ella, al igual que yo, también es víctima de la guerra. Creo que eso tiene mucho que ver en nuestra relación. Pero ha habido mujeres feministas que me han dicho directamente: ‘¿Y vos quién sos para hablar de no violencia contra la mujer, si conocemos bien tu historia’”, relata.

Gálvez Trejo, quien asegura haberse sometido a un tratamiento psiquiátrico para “encontrarse a sí mismo”, no oculta los roces que ha tenido con algunas de ellas. Incluso denuncia que alguna de ellas se atrevió a hablar con su jefa, la magistrada Anita de Buitrago, para “pedir su cabeza”. Según él, todo se debe a que, hace un par de años, organismos internacionales les ofrecieron financiamiento para apoyar el movimiento masculinista en el país, con la condición de que conformaran una ONG. La negativa del grupo a recibir el dinero se debió, según explica, a que decidieron fortalecerse internamente, antes de aventurarse en un proyecto de mayor exigencia.

“Hay ciertas organizaciones de mujeres que se plantean el poder de una forma individualizada, creo que se sintieron amenazadas por nosotros, porque éramos un grupo novedoso en el país, que podía atraer más ayuda”, señala. A juicio de Gálvez Trejo, estas mujeres tienen muchas veces una postura “fundamentalista”, que funciona bajo la lógica de los partidos políticos: “Yo tengo más financiamiento, entonces yo exijo más cuota de poder”, compara.

Al ser consultadas sobre estos supuestos roces, dos representantes del grupo feminista Las Dignas comentaron, sin señalamientos personales, su experiencia con la agrupación enfocándose, sobre todo, en las diferencias de discurso (ver recuadro)

¿Hasta qué punto, en El Salvador, es factible que un movimiento de esta naturaleza prospere y aporte resultados reales? Quizá sólo el tiempo y los resultados de este esfuerzo aporten aristas para plantearse si la factibilidad de una equiparación entre ambos sexos y en diferentes ámbitos es posible. Es probable, incluso, que el tiempo muestre realidades decepcionantes antes las crecientes estadísticas de violencia intrafamiliar. Quizá sólo se trate de justificaciones discursivas para apoyar fallidos proyectos de ONG. O al final sólo queden las cenizas de una “agrupación placebo” para calmar la conciencia de muchos hombres que demuestran, a puño cerrado, el supuesto amor por sus mujeres.

Darles ánimo

Margarita Velado y Gilda Parducci, de Las Dignas, coinciden en que es un error personalizar las supuestas rencillas existentes con algún miembro de “Hombres por las relaciones igualitarias”. Al contrario, al hacer un análisis desapasionado del trabajo que hasta ahora han hecho concluyen en que es un avance importante porque “se están cuestionando la manera en cómo han sido socializados para ser como son”.

Sin embargo, tienen claro que este es un proceso complicado y extenso, muy diferente al camino que deben seguir las mujeres, desde la perspectiva feminista. “Es diferente porque ellos hablan desde la superioridad del poder. Nosotras queremos obtener privilegios y ellos deben cederlos”, explica Parducci. Según ella, para trabajar el tema de la masculinidad es necesario llevar paralelamente un proceso personal de cambio y autocrítica, “sino de nada sirve, porque no habría autenticidad en el planteamiento”.

El caso de Luis Gálvez Trejo parece seguir esa lógica. Al menos eso parece al conocer desde afuera su vida personal. En 1998 fue demandado por su ex compañera de vida por violencia física y psicológica. En diciembre de 2000, le embargaron el sueldo por incumplimiento de cuota alimenticia. En mayo de 2001, fue él el que demandó a su ex compañera por violencia psicológica y solicitó la custodia de su hija, de ocho años de edad. En septiembre de 2002, el Juzgado Tercero de Familia llegó a una resolución salomónica: La menor vivirá seis meses con la madre y seis meses con el padre. La madre ha decidido apelar y se espera la respuesta de la Cámara.

A juicio de Gálvez Trejo, su historial personal es el que ha hecho que algunas mujeres de organismos feministas le tengan poca confianza: “Personalizan las cosas. Algunas me han dicho ‘¿Y vos quién sos para hablar de masculinidad o de cambios? Si yo ejercí violencia, bueno, lo acepto, pero honestamente me esfuerzo por cambiar”, argumenta.

Un movimiento de nivel internacional

El interés de los hombres por reflexionar sobre la discriminación de género y masculinidad es, relativamente, nuevo. De hecho, los países más adelantados en el tema como Estados Unidos y algunas naciones escandinavas iniciaron su trabajo a fines de los setenta.

Hechos de violencia en contra de la mujer han motivado este esfuerzo masculino en diversos países del mundo. En los años ochenta, poco a poco, el movimiento fue expandiéndose entre algunos países de Latinoamérica y regiones de Europa.

En España, Valencia y Sevilla fueron las primeras ciudadanas en consolidar grupos de reflexión, en 1985. Quizá el impulso inicial de mayor peso, a nivel latinoamericano, fue en 1997, cuando se realizó el Primer Encuentro Latinoamericano sobre Género y Masculinidad.

Sin embargo, llama la atención que han sido hechos de violencia en contra de la mujer los que han sido el detonante para que los hombres tomen conciencia de la importancia del tema.
Por ejemplo, en 1989, fueron asesinadas catorce muchachas canadienses por el simple hecho de cursar una carrera destinada a los hombres. Esto generó la denominada “Campaña del lazo blanco”, en ocho países europeos.

El cuestionado anhelo de la equidad de género ya no sólo lo sueñan las mujeres. Un grupo de hombres retomó las quejas de “ellas” para convertirlas en el discurso autocrítico que construyera una nueva forma de masculinidad.

En España, la chispa promotora se expandió por completo en 1998, tras el asesinato de la andaluza Ana Orantes, una mujer de 60 años que acudió a un canal de televisión para relatar los abusos que su esposo la hacía padecer desde siempre.
Cuando ella regresó a casa, su marido la amarró a un radiador, la roció de gasolina y la quemó en plena calle.

La indignación social que sobrevino sirvió de plataforma para crear entidades como la “Asociación de Hombres por la Igualdad de Género”.
La mayoría de estos colectivos están conformados por empleados de delegaciones municipales o ayuntamientos, lo que facilita la realización de talleres de reflexión en instancias gubernamentales y escuelas.
Y nuestro país puede seguir el ejemplo en función de la paz en el hogar.

El derecho a la fiesta y a la lucha

El derecho a la fiesta y a la lucha
Emir Sader

Rio de Janeiro

Hace exactamente cuatro años atrás celebrábamos muchos de nosotros en la Avenida Paulista y otros tantos en el resto de Brasil y en el exterior, por fin la victoria de Lula, la victoria del PT, la victoria de la izquierda. Nos encontrábamos con tanta gente que exteriorizaba, en las lágrimas, en los gritos, tantas cosas reprimidas, que venían de lo más profundo: el recuerdo de los compañeros que no pudieron celebrar con nosotros el fin de las frustraciones acumuladas y que un gobierno, que había despedazado el país, terminaba por fin derrotado aquel día.

Celebrábamos, pero con un trago amargo en la garganta. Sabíamos que era nuestro gobierno, pero alguna cosa se nos escapaba. Ganábamos, despedíamos al gobierno Fernando Henrique Cardoso (FHC) con su derrota – lo más importante en aquel momento -, pero se cernían sombras sobre la victoria, que indicaban que ella se nos escapaba. De la “Carta a los brasileños” a “Lulita, paz y amor”, de Duda Mendonça a Palocci, y – confirmando tristemente las sombras, Henrique Meirelles-, algo nos indicaba que nuestra victoria no era necesariamente nuestra victoria, la victoria de la izquierda, la victoria del anti-neoliberalismo, la victoria del “otro mundo posible” por el cual habíamos luchado tanto tiempo.

Habíamos luchado contra las privatizaciones, habíamos luchado contra las (contra) reformas neoliberales, de menos Estado, menos políticas sociales, menos reglamentación, menos derechos laborales, menos empleos formales, menos soberanía, menos esfera pública, menos educación pública, menos cultura pública. Habíamos luchado contra la cesación de los derechos de los trabajadores, de los jubilados, de los trabajadores sin tierra, de las universidades públicas, de la salud pública. Habíamos resistido y en aquel día sentíamos que, a pesar de todo lo que se había dilapidado del país, habíamos derrotado al proyecto neoliberal de FHC, habíamos triunfado.

El día de la posesión y del discurso de Lula en Brasilia parecía el punto de llegada de más de una década de luchas de resistencia, en las que Brasil se había vuelto depositario de las esperanzas de la izquierda de todo el mundo. El Brasil de Lula, del PT, del MST, de la CUT, de Porto Alegre, del presupuesto participativo, del Foro Social Mundial.

Nuestras desconfianzas se confirmaron con más rapidez de lo que suponíamos. Henrique Meirelles, la continuación de las tasas de interés y el superávit primario, constituían las puntas de un iceberg más profundo: la continuación del modelo económico heredado de FHC. Al principio, se la llamó la “herencia maldita”. Pero no fue abierta como paquete, para mostrar al Brasil deshecho y rehecho como Bolsa de Valores en las manos de los tucanes-pefelistas, el Brasil de la privatización de la educación y de la cultura, el del mayor escándalo de la historia del país con la privatización de las estatales – saneadas con el dinero público del Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES), para luego ser vendidas a precios ridículos de nuevo con recursos públicos del BNDES.

En nombre de la superación de esa “herencia” nos fue impuesta una (contra) reforma de las pensiones, que desató un fatal desencuentro entre los movimientos sociales y el gobierno, porque señalaba el camino de “reconquistar la confianza del mercado” a expensas de los derechos sociales de los trabajadores. Nuestro gobierno hacía lo que se llegó a decir que haríamos, “lo que FHC no había tenido coraje de hacer”, sin decir que era porque no tuvo fuerza, por la resistencia que le opusimos.

No tardó mucho para que el modelo -denominado al comienzo la “herencia maldita” – fuese perennizado, con el mantenimiento de las tasas de interés reales más altas del mundo, con un superávit primario más alto que el definido por el FMI, con la dictadura de las “compensaciones” de recursos a cargo del equipo económico, que pasó a tener el poder de definir cuantos recursos se destinarían (o no) para las políticas sociales, cuál sería el aumento posible del salario mínimo y todo lo que debería ser la referencia central del gobierno, para poder cumplir la “prioridad de lo social”, aspecto por el cual había sido elegido.

De esta manera se perpetuó el modelo, luego se afirmó que esto era el mejor, se
agradeció al antecesor de Lula por la herencia – a partir de allí rebautizada de bendita – que había dejado y se afirmó que “si yo tuviese diez años, diez años mantendría este superávit primario”. Acompañaba a esta política, un discurso desmovilizador, de auto-complacencia, que no señalaba cuáles eran los adversarios, los que habían generado el país más injusto del mundo, que llevó a Lula a la Presidencia para redimirlo y no para mantenerlo.

Nunca sentimos tanta amargura. Porque una cosa era ver al país despedazado por los que nos habían derrotado, otra era ver un equipo en el Banco Central, completamente ajeno a toda la tradición de los economistas del PT, atribuirse el derecho de predominar sobre lo dio notoriedad al PT: sus políticas sociales. Otra cosa era ver a los grandes empresarios imponer sus intereses ligados a los agro-negocios-exportadores, de diseminación de los transgénicos, sobre los de los sin tierra, la reforma agraria, la economía familiar, la autosuficiencia alimentaria en nuestro gobierno. Otra cosa era ver a las radios comunitarias reprimidas en lugar de ser apoyadas, la prensa alternativa sobrevivir a duras penas, mientras el gobierno continuaba alimentando a los grandes monopolios anti-democráticos de los mass media privados. Otra cosa era ver a los softwares alternativos subestimados o excluidos en favor de los grandes lobbies de las corporaciones privadas. Todo eso, por nuestro gobierno.

Fue duro, fue muy duro. Quizás hubiese sido más fácil – si todo fuese pensado desde el punto de vista de la biografía individual de cada uno – haber roto, haberse ido, haber dicho todo lo que lo gobierno merecía oír, en todos los tonos y sonidos. Pero habría significado decir que habíamos sido irremediablemente derrotados, que todo lo que habíamos hecho en las décadas anteriores había desembocado en una inmensa derrota. Habría significado abandonar las trincheras de lucha que habíamos construido con tanto esfuerzo y sacrificio.

Ganas no faltaban. En ciertos momentos habría sido mucho más fácil dejar que corran sueltas las palabras, adherir a la teoría de la “traición”, refugiarnos en las denuncias y abandonar la posibilidad de construir una alternativa concreta.

Como si no fuese suficiente todo eso, vinieron los “escándalos”: Waldomiro Diniz, Roberto Jéferson, el “mensualazo”, las “sanguijuelas”: cada uno como un nuevo puñal en nuestro corazón. La imagen ética del PT, construida como la niña de nuestros ojos, era revertida. Nos volvíamos el partido de los “mayores escándalos de la historia del país”. La palabra “petista” pasaba a ser revestida de una imagen de desconfianza y de “corrupción”. Nada peor podía acontecer a un partido que había nacido, crecido, fortalecido y se había vuelto victorioso con las banderas de la “justicia social y de la ética en la política”. No éramos fieles ni a la una ni a la otra.

Sin embargo no nos fuimos. Nos quedamos. Seguimos intentando encontrar los hilos para retomar el camino del que nos habíamos desviado. Sabíamos que los grandes enfrentamientos todavía estaban por darse. Sabíamos que nuestra política externa era la correcta y se había vuelto esencial para el continente, ahora lleno de gobiernos progresistas, como nunca en la historia de América Latina. Sabíamos que nos podíamos enorgullecer de Petrobrás – que casi se había tornado en Petrobrax en las manos criminales de los tucanes -, de la autosuficiencia en materia petrolera, de que una de las mayores empresas del mundo había alejado a Brasil de la crisis del petróleo a través de una tecnología de investigación y extracción de petróleo en aguas profundas, con tecnología nacional y pública.

Sabíamos que la privatización en la educación, que había hecho proliferar facultades y universidades privadas como verdaderos centro comerciales que vendían educación como Big Mac, había terminado. Que se fortalecían las universidades públicas, que pasábamos a tener, por primera vez, políticas públicas de cultura, abiertas a la creatividad y a la diversidad popular. Que Lula no era FHC, que el PT no era el PSDB. Que los movimientos sociales no eran ya criminalizados y reprimidos. Que la relación con Venezuela, Bolivia, Cuba, Argentina y Uruguay era de hermandad y no de prejuicios de quien mira hacia el Norte y hacia fuera. Que el ALCA había sido quebrado y derrotado por nuestra política externa. Que Brasil había sido el principal responsable de la reaparición del Sur del mundo en el escenario internacional con el Grupo de los 20 y las alianzas con Sudáfrica e India. Que las políticas sociales del gobierno, pese a no ser las que históricamente habían caracterizado al PT,
cambiaban, por primera vez las manecillas de la desigualdad – la mayor del mundo, el mayor desafío de la historia brasileña – en el sentido positivo. Que no solo por solidaridad con la amplia mayoría de los brasileños – pobres, miserables, excluidos, discriminados, humillados y ofendidos secularmente -, teníamos que valorizar esas políticas
sociales.

Nos quedamos también porque sabíamos que irse sería volver a caer en la vieja e infértil tentación del refugio en el doctrinarismo, camino justamente que el PT se había propuesto superar. Ello sería reanudar el viejo circulo de Sísifo, interminable proceso de avances, victoria, “traición” y reanudación de la resistencia. Como una tragedia griega que había condenado a la izquierda a tener razón, pero siempre a ser derrotada A tener vergüenza y desconfianza de la izquierda que triunfa. De los desafíos que la construcción de una hegemonía alternativa pone frente a nosotros.

Valió la pena habernos quedado, haber continuado en la lucha, haber creído que este es el mejor espacio de lucha, de acumulación de fuerzas, de construcción de alternativas para Brasil. No porque hayamos triunfado en las elecciones. Claro que también por ello. Porque derrotamos al gran monopolio privado de los mass media, demostrando que es posible e indispensable construir formas democráticas de expresión de la opinión pública, quitándola de las manos oligopólicas de las cuatro familias que se creían dueñas de lo que se piensa en Brasil. Claro que porque derrotamos el bloque tucano-pefelista – y de carambola mandamos a la jubilación política a Tasso Jereissatti, a la ACM, Jorge Bornhausen, a FHC -, derrotamos la derecha.

Pero sobre todo porque recuperamos la posibilidad de construir ese “otro Brasil”, camino que parecía clausurado por tanto superávit fiscal, tasas de interés exorbitantes y tantas denuncias. Nos recuperamos, en especial en la segunda vuelta, porque llamamos la derecha, derecha. Hablamos un poco de las desgracias que ellos causaron a Brasil: por fin abrimos el dossier de la “herencia maldita”. Criminalizamos las privatizaciones, posibilitando que apareciese a la superficie la condena mayoritaria de los brasileños a un proceso embellecido y sacralizado por los mass media y por los emisarios del gran capital privado dentro de ella. Porque apelamos a la movilización popular, porque hicimos una campaña de izquierda en la segunda vuelta. Porque comparamos el gobierno de ellos con el nuestro que, incluso con todas sus flojeras, se mostró incuestionablemente superior al de ellos. Fue eso lo que triunfó. Triunfamos por lo que cambiamos, no por lo que mantuvimos. Ganamos porque nos
mostramos diferentes y no iguales a
ellos.

Celebramos ahora de nuevo, en la Avenida Paulista y en muchos otros sitios y sobre todo en esos millones de casas de beneficiados de la Bolsa Familia, de la electrificación rural, de los microcréditos, del aumento del salario mínimo, que sobre todo los dignifica, al sentirse tomados en cuenta y representados. Es en esas casas donde nunca se dudó que este gobierno es mejor que todos los otros. Que nos habían dado la lección de la tenacidad y de la resistencia contra las campañas terroristas de los mass media.

Celebramos con el mismo trago amargo en la garganta, pero con esperanza y con más confianza. Celebramos el derecho de tener otra oportunidad. Celebramos la fuerza que conseguimos construir y reconstruir. Celebramos el derecho de salir de la política económica conservadora que impidió el crecimiento económico y que podría bloquear la extensión del crecimiento social en caso que perdure la dictadura de las “compensaciones” de recursos. Celebramos el derecho de desterrar esa maldita expresión – “compensación” – del vocabulario político del gobierno.

Celebramos el derecho a reabrir espacios de lucha y de esperanza que nuestros errores habían amenazado con cerrarlos. Celebramos porque conseguimos salvarnos de una derrota que habría condenado a la izquierda – y con ella, al país – a muchos años de nuevos retrocesos. Celebramos porque bloqueamos la posibilidad de regresiones en América Latina y seguimos sumándonos a los procesos de integración. Celebramos porque en este momento firmamos un acuerdo con Bolivia, demostrando que el camino del diálogo y del entendimiento con los países amigos es el camino correcto.

No fue fácil mantener la dignidad y esperanza, incluso durante la campaña. Pero resistimos, con dignidad, hasta que triunfamos. Y reconquistamos el derecho a la esperanza. Sobre todo en la segunda vuelta, con una campaña de izquierda, de reivindicar el Brasil que queremos, señalando los enemigos de un Brasil justo y solidario: las fuerzas políticas, mediáticas, económicas, las elites tradicionales.

Ganamos el derecho a luchar, a luchar por un gobierno que por fin promueva la prioridad de lo social, que sea un gobierno posneoliberal, trabaje por la construcción de una democracia con alma social.

Celebremos, porque merecemos la victoria, a pesar de nuestros errores. Pero para estar a la altura de nuestra victoria, tenemos que hacer de ella una victoria de la izquierda. Una victoria que esté a la altura del emocionante apoyo que el gobierno recibió, a lo largo de toda la campaña, de los más pobres, de los más marginados, de los que constituyen la amplia mayoría de los brasileños, de los que trabajan más y ganan menos. De los que supieron, como nadie, resistir al torrente de propaganda que los mass media difundieron sobre todos. Hacer del nuevo gobierno, ante todo el gobierno de ellos. De todos los brasileños, pero sobre todo de los que siempre habían sido marginados, excluidos, reprimidos, que siempre vivieron y murieron sobreviviendo, en el anonimato, en el silencio, en el abandono.

Celebremos, pero juremos nunca más dejar que nuestro gobierno se desvíe del camino del desarrollo económico y social, de las políticas de universalización de los derechos, de democratización de los mass media, de socialización de la política y del poder. Nunca más aceptemos que nuestro gobierno se confunda con el gobierno de los otros, haga y diga lo que los otros dijeron, legándonos la “herencia maldita”.

Celebremos y reanudemos la lucha, en condiciones mejores, por ese “otro Brasil posible” que está al alcance de nosotros, del gobierno, del PT, de la izquierda, de los movimientos sociales, de la intelectualidad crítica, de la militancia política y cultural. De esa lucha depende el segundo gobierno Lula, que conquistamos con mucho sufrimiento y tenacidad.

Supimos decir “No a la derecha”, sepamos decir “FHC nunca más”, sepamos construir la “prioridad de lo social”, sepamos derrotar a la derecha en todos los planos, sepamos construir un Brasil justo, solidario, democrático y humanista. Para volver a celebrar de aquí a cuatro años, sin tragos amargos, sin desconfianza, con el corazón y la mente orgullosos del país que supimos construir.

Universidad Tecnológica (UTEC) realiza despido de 60 trabajadores

SAN SALVADOR, 30 de octubre de 2006 (SIEP) “Nos han despedido porque estamos sindicalizados y porque van a contratar a una empresa privada de seguridad” dijo uno de los 60 trabajadores despedidos de la Universidad Tecnológica (UTEC).

Explicó que el sábado 28 fueron convocados por el Jefe de Servicios, Coronel Benjamín Ramos, quien les decomisó sus herramientas de trabajo, para según él, realizar pruebas de balística y verificar que los permisos de portar armas estuvieran en regla.

Posteriormente, denunciaron, “vimos aparecer a elementos de la Unidad Antimotines de la PNC y nos desarmaron, sin darnos ningún tipo de explicación. Únicamente nos dijeron que fuéramos a recoger los cheques, que estábamos despedidos. Y pusieron seguridad privada en los portones, son de la empresa Coarmy.”

“Hemos pedido dialogar pero se niegan a hacerlo. Y ya están amenazando con despedir a los trabajadores del sector de ordenanzas. Están cumpliendo las amenazas que nos hicieron cuando nos organizamos en el sindicato STEES. Es una patronal antisindicatos.”

“E incluso nos deben la última quincena. Estos militares que dirigen esta universidad deberían llevarse la mano a la conciencia que dejan en el desempleo a 60 familias únicamente para favorecer a empresas de socios o de familiares” indicaron los trabajadores.

“Denunciamos al Rector Licdo. José Mauricio Lousel, que sale los miércoles en televisión clamando por democracia en el país y en su universidad no se respetan los derechos sindicales, al Rector Adjunto Coronel Reynaldo López Nuila, que sigue actuando como cuando era director de la Policía Nacional y al también Coronel Benjamín Ramos, que no olvidan su pasado militar de represión.”
“Denunciamos que la PNC se preste para despedir a trabajadores sindicalizados. Es una grave distorsión que están haciendo. El derecho a constituir sindicatos esta garantizado en nuestra Constitución. La UTEC es una universidad que viola los convenios 87 y 98 de la OIT. ¿Qué ejemplo pude darla a sus estudiantes?” argumentaron.

Concluyeron que “vamos a hacer uso de todos los medios legales y pacíficos para denunciar esta situación. Vamos a demandar a la UTEC ante los tribunales y vamos a denunciar a esta universidad ante la OIT. Somos con mucho orgullo miembros del Sindicato de Trabajadores de la Educación de El Salvador, STEES.”

¡Exigimos alto a la represión de Fox en Oaxaca y respeto a la voluntad popular en Nicaragua! ¡Mesoamerica en pie de lucha!

¡Exigimos alto a la represión de Fox en Oaxaca y respeto a la voluntad popular en Nicaragua! ¡Mesoamerica en pie de lucha!

El Bloque Popular Social de El Salvador, integrado por organizaciones sindicales campesinas, estudiantiles, religiosas, comunales, cooperativas, de mujeres, indígenas, jubilados y veteranos de guerra, ante el agravamiento de la situación de represión en Oaxaca, México y los indicios de un gigantesco fraude contra el FSLN en Nicaragua, considera que:

1. La lucha del pueblo de Oaxaca en contra del criminal gobernador Ulises Ruiz es una lucha justa que cuenta con el respaldo de los pueblos del mundo. La represión de la Policía Federal contra la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, APPO es expresión del carácter dictatorial del régimen de Vicente Fox, sirviente del gobierno de George Bush.

2. La lucha del pueblo de Nicaragua por conquistar un gobierno que garantice empleo y seguridad es una legitima reivindicación de este pueblo hermano. La descarada intervención del gobierno Bush e incluso de personeros de ARENA es una sucia maniobra orientada a burlar la voluntad popular del pueblo de Sandino el próximo 5 de noviembre.

3. La lucha del pueblo panameño que se manifestó en altos niveles de abstención en el referéndum para ampliar el Canal de panamá en beneficio de las grandes corporaciones transnacionales y desplazando a miles de familias campesinas.

4. La lucha del pueblo costarricense en contra de la actitud servil del presidente Oscar Arias empecinado en aprobar el tratado de Libre Comercio (CAFTA) que ya esta lesionado las economías de los países que lo han aprobado.

5. Los pueblos en Mesoamerica se encuentran en pie de lucha, decididos a no seguir permitiendo el saqueo de sus recursos naturales y a conquistar el derecho a una vida digna.

En este marco, como organizaciones populares salvadoreñas acordamos:

1. Manifestar nuestro repudio a la escalada represiva contra el pueblo de Oaxaca que ya ha cobrado la vida de cinco personas y la captura de más de un centenar de ciudadanos. Exigimos que se retiren las tropas federales de esta ciudad y se garanticen los derechos humanos de la población.

2. Manifestar nuestro repudio por las acciones intervencionistas de funcionarios estadounidenses, así como de personeros del partido ARENA que ha llegado a enseñar las técnicas fraudulentas que utilizaron contra Schafik Handal en las elecciones presidenciales del 2004.

3. Manifestar nuestra alegría por el rechazo del pueblo panameño a la ampliación del canal de Panamá, expresado en el alto nivel de abstención en el referéndum del 22 de octubre.

4. Manifestar nuestra admiración por la justa lucha del pueblo costarricense en contra del TLC ya que ha sido el único país que ha logrado evitar este desastroso acuerdo comercial.

5. Como organizaciones del pueblo salvadoreño expresamos nuestra voluntad de continuar luchando contra la Base Militar de Comalapa, que es una lanza clavada en el corazón de nuestra región así como contra la ILEA. La lucha es una sola.

El presente es de lucha, el futuro es nuestro

Coordinación Nacional del Bloque Popular Social

San Salvador, 31 de octubre de 2006

Iglesia Luterana Popular llama a la solidaridad con Oaxaca

SAN SALVADOR, 29 de octubre de 2006 (SIEP) “Repudiamos enérgicamente la masacre cometida contra el pueblo de Oaxaca el pasado viernes 27 de octubre, y exigimos que se ponga paro a la represión contra este heroico pueblo” dijo el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

Agregó que “la marcha que fue reprimida cruelmente por la Policía Federal exigía la salida, la renuncia del gobernador Ulises Ruiz, gobernante del PRI, corrupto e ilegitimo que mantiene su poder prepotente apoyado en la represión y los asesinatos.”

La crisis en Oaxaca inicio en mayo de este año cuando los maestros se declararon en huelga exigiendo la renuncia del gobernador Ulises Ruiz, a lo que se respondió con el envío de tropas federales, las cuales masacraron a la población el pasado viernes.

Indicó el pastor luterano que “este es la hora de demostrar nuestra solidaridad con el pueblo mexicano, hacemos un llamado a realizar demostraciones frente a las embajadas de este país y que exijan la dimisión del asesino Ulises Ruiz.”

“Responsabilizamos desde ya al gobierno asesino de Vicente Foz y del fraudulento Calderòn por los muertes ocurridas así como de la militarización que han establecido en la ciudad de Oaxaca. Ellos son los responsables de las masacres y el genocidio que se esta cometiendo.”

“Como latinoamericanos debemos elevar nuestra voz para detener a estos criminales que están derramando la sangre del pueblo oaxaqueño. Hay que movilizarse, hay que denunciar como lo hizo Bartimeo, hay que solidarizarse con nuestros hermanos y hermanas de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, APPO.”

“Llamamos al Sub Comandante Marcos y a Manuel López Obrador López Obrador, que unan sus voces exigiendo el castigo de los responsables, en especial de Ulises Ruiz, carnicero del pueblo mexicano. Es la hora de la unidad y de la resistencia.”

Finalmente explicó que “como Iglesia Luterana Popular de El Salvador nos mantenemos en oración para que nuestro Señor Jesucristo derrame su espíritu de resistencia sobre el pueblo de Oaxaca para enfrentar la ofensiva de las tropas federales y recuperar su derecho de vivir en paz.”

Prisiones privatizadas en EEUU, modelo de exportación Mazmorras Inc.

Prisiones privatizadas en EEUU, modelo de exportación
Mazmorras Inc.
Por Eduardo Blaustein, especial para Causa Popular
“Construir más prisiones para detener el delito es como construir más cementerios para detener las enfermedades mortales”. Robert Gangi, experto en el sistema penitenciario USA.

Hace veinte años Estados Unidos, en el marco de su eterna batalla contra el delito y la crisis penitenciaria, inauguró un nuevo modo de hacer las cosas: el modelo de las cárceles de construcción y gestión privadas, en el que entre otras bondades los presos se convierten en trabajadores mal pagos de enormes empresas transnacionales.

Aunque denunciado como el subproducto de poderosos lobbies de la industria de la inseguridad y por violaciones a los derechos humanos, hay quienes quieren exportar el negocio a América Latina.

Antes incluso que en los documentales de Michael Moore, la cultura paranoica de los Estados Unidos, su bíblica necesidad de expiar como sea un Mal que anida en todas partes, se verifica en películas de acción horribles en las que grandes corporaciones maléficas dominan los hilos del poder desde las sombras.

A esas películas les encanta reiterarse en la idea de corporaciones que conspiran con invenciones espantosas, que crean soldados-androides y que manejan lúgubres prisiones futuristas.

Para la mirada latinoamericana, es más que llamativo que esa cultura del miedo tenga evidentes correlatos en situaciones reales que en EEUU sólo son denunciadas por unos pocos liberales y radicals loquitos. Una realidad olímpicamente ignorada en la construcción interior y for export que hacen los EEUU sobre sí mismos. Y de nuevo, una cultura reciclada en los márgenes por lo más berreta de la industria cinematográfica.

En los últimos 30 años en EEUU, particularmente desde los tiempos neoconservadores de Ronald Reagan y la “guerra contra las drogas”, la tasa de encarcelamiento creció hasta niveles delirantes: el 500%. En EEUU existen más de 5.700.000 personas judicializadas, lo que representa el 5% de los mayores de 18 años. 3.260.000 personas viven con sentencias de prisión en suspenso. 685.000 están en libertad condicional. Poco más de dos millones una ciudad de buen tamaño están directamente presos.

EEUU goza hoy del privilegio, representando apenas el 5% de la población mundial, de tener al 25% de los presos a escala global. De manera inversa, el 63% de sus encarcelados pertenece a las minorías negra y latina, las más pobres, siendo que esas minorías sólo constituyen una cuarta parte de la población nacional.

Es evidente que los EEUU no constituyen una sociedad segura pese a esos índices de castigo y encarcelamiento, así como las ciudades argentinas no se hicieron más seguras por el hecho de que la seguridad privada pasara de casi cero a contar con un ejército de 110 mil vigiladores privados hacia fines de la década del 90, ni la ciudad de Buenos Aires se hizo más apacible por tener más policías por cada mil vecinos que Nueva York o Los Ángeles (10 contra 6,6 y 3,5), ni el conurbano se convirtió en una pradera bucólica por la sanción apresurada de las leyes duras demandadas por Juan Carlos Blumberg, a quien, por sus saberes, debemos llamar ingeniero.

La larga batalla ha llevado a extremos para nosotros inconcebibles, aún cuando vista desde nuestro lugar en el mundo parezca eternamente perdida. Como sociedad dada a la eficiencia y el pragmatismo, resistente además a la acción del Estado y al pago de impuestos, hace un cuarto de siglo en Estados Unidos comenzó a plantearse que la crisis del sistema carcelario se estaba haciendo terminal y que ya resultaba imposible contener a los centenares de miles de antisociales que merecían ser encerrados (nada que ver con lo que sucede en las cárceles y comisarías bonaerenses).

Invocando a la víscera sensible del bolsillo de los ciudadanos, la campaña contra el sistema público penitenciario fue liderada por sectores que comenzaron a propagandizar cuentas. Que cada interno cuesta a los contribuyentes unos 21.000 dólares anuales. Que los reclusos de Nueva York le quitan al erario público 590 millones de dólares anuales.

Naturalmente, del cuestionamiento a la ineficiencia y el despilfarro de las agencias estatales se pasó a las efectividades conducentes. La solución propuesta desde lobbies privados fue la construcción y el gerenciamiento de cárceles a cargo de… empresas privadas.

A mediados de los años ’80, Kentucky y Texas se convirtieron en los primeros estados en traspasar prisiones a manos de compañías con fines de lucro. Un activista republicano, Thomas Beasley, fue uno de los impulsores de la iniciativa e inmediatamente se hizo fundador de la Corrections Corporation of America (en adelante CCA, Corporación de Establecimientos Penitenciarios de América), en alianza con un inversionista y especulador llamado Jack Massy, conocido por ser el co-creador de un ícono estadounidense: la cadena de los Kentucky Fried Chicken.

0800 BARROTE

Puede que sea útil adelantar que esto que comenzó en EEUU hace unos veinte años, es lo que viene sucediendo en América Latina, particularmente desde la quiebra de los estados, la imposición de planes de ajuste, la catástrofe social generalizada y la multiplicación de la violencia social. Lo más siniestro sucede cuando esa misma violencia social se convierte también en objeto de negocio.

Si uno rastrea por Internet cómo andan las paranoias del mundo, no se encuentra únicamente con referencias a presuntos terroristas musulmanes detenidos, legal o ilegalmente, sino con páginas sorprendentes y muy profesionales, como por ejemplo Segured.com.

En Segured.com uno puede encontrarse de movida con links que llevan a informes acerca de las bondades de la AK o la edición de nuevos manuales antisecuestro.

Más interesante resulta atender al discurso de la propia página y encontrarse con párrafos como este: “Segured.com es la red de la seguridad en el mundo hispano parlante. Es el ágora de la seguridad”.

Tras una breve relación acerca de lo que significaba el ágora en la Grecia Antigua, se dice que “Segured.com nace en un momento crucial para el ámbito hispanoamericano, cuando el terrorismo pasó de ser un factor de importancia local a una de las fuerzas que modelan el mundo”.

Y de ahí, ya más tranquilos, se puede pasar a la lectura de un documento cualquiera. Uno en que se dice, como quien se restriega las manos de entusiasmo, que “el sector de la seguridad privada tendrá un crecimiento exponencial durante los próximos años, en parte por la incapacidad del sector público para llenar las demandas del ciudadano en cuanto a protección (…) Para las empresas de seguridad privada, hay múltiples nuevas oportunidades de negocios que…” (etc., etc.).

Claro que en EEUU los negocios se vislumbran antes y se realizan mejor. El de las cárceles privadas es uno que hizo furor apenas nacido. Se calcula que en la actualidad los ingresos derivados del gerenciamiento de las cárceles privadas y otros servicios anexos superan los cuatro mil millones de dólares.

Finalizada la década de los ’90 el número de prisiones privadas era de 163 a lo largo de 30 estados, aunque la mitad ubicadas en Texas (38 en los pagos donde George Bush fue gobernador, además de recordman de la pena de muerte), California, Florida y Colorado.

El negocio se extendió y repartió entre cerca de 20 empresas. Pero muy particularmente entre dos corporaciones: la CCA y Wackenhut Corrections, que manejan más del 75 por ciento de todas las camas de las cárceles privadas.

La CCA sigue siendo la mayor empresa privada en el sector y maneja contratos en Estados Unidos, Puerto Rico, Inglaterra y Australia. CCA fue pionera también en el arte especulativo de construir edificios para cárceles antes de que se firme algún contrato para su uso eventual.

Cuando un gobierno está lo suficientemente desesperado por quitarse de encima su excedente de presos, entonces, como por milagro, aparece la CCA, como única oferente y garantizando por tanto márgenes de rentabilidad maravillosos.

A tal punto floreció el negocio que la industria carcelaria se hizo niña mimada de Wall Street. La revista Fortune Magazine publicó un artículo con el título “Cómo enriquecerse gracias a las empresas que crecen más rápido”.

Allí se decía: “¿Aspira usted a obtener retornos elevados de sus inversiones, pero desconfía de las acciones sobrevaluadas de las grandes empresas? Las acciones de Corrections Corporation of America, que maneja cárceles privadas, crecieron en un 747%, lo cual es un magnífico montón de plata”.

El sueño del laburante ideal

Existe un aspecto particularmente bello que hizo tan rentable a esta industria: los ingresos de las cárceles privadas no sólo provienen de los contratos con el Estado, el traslado de presos, la tercerización de servicios, sino del uso de la cuantiosa mano de obra encerrada en esas mismas prisiones, algo prohibido en una convención de la OIT que los EEUU no ratificaron.

Esa fuerza de trabajo carcelaria ya había crecido en un 358% entre 1980 y 1994. Muchos de los presos no reciben siquiera el salario mínimo legal y por supuesto que compiten con los trabajadores del mundo exterior pero sin poder negociar colectivamente.

En algunos estados, incluso se retiene parte del salario o bien para asignarlo a los gastos de “alojamiento” de los presos, o bien para indemnizar a las víctimas de los delitos.

Ya para 1993, el universo penal-laboral de EE.UU. contaba con 600.000 trabajadores, con lo cual se convirtió en el tercer empleador del país, apenas por debajo de General Motors y de Wal-Mart. De los bajísimos salarios de las cárceles privadas supieron aprovecharse empresas notorias: TWA, Boeing, Konika, Texas Lockhart Technologies, Microsoft, Starbucks o Colgate Palmolive, a menudo a través de subcontratistas.

Al mismo tiempo, las prisiones privadas hacen lo imposible por no contratar personal afiliado a sindicatos y acude a mano de obra barata, con frecuencia proveniente de zonas rurales en decadencia o enclaves industriales desmantelados.

Como se verá, el hecho de apelar a un tipo de personal lumpen, no sólo que resiente la “calidad del servicio” en las cárceles, sino que atenta lisa y llanamente contra los derechos más elementales de los presos, amén de su integridad física y de su vida.

Acaso lo más perverso de la lógica de la industria del barrote sea que su origen y su prosperidad son directamente proporcionales a la cantidad de violencia que produzca una sociedad; muy particularmente a la de la cantidad de presos que esa sociedad fabrique.

Se calcula que una cárcel privada es rentable si su disponibilidad de camas está ocupada en un 90%. La consecuencia es que los habituales problemas de derechos humanos en las cárceles se multiplican por distintas causas: la necesidad empresaria de ahorrar costos y aumentar ganancias, la ausencia de responsabilidad ante la sociedad, la necesidad de sólo ofrecer explicaciones y optimización de beneficios ante los accionistas, las cláusulas de confidencialidad entre las empresas.

En las prisiones privadas se registran mayores índices de violencia y de violaciones a los derechos humanos: ataques contra prisioneros, abuso físico y sexual, agresiones de presos contra presos, motines y fugas, el sufrimiento de quienes padecen de alguna enfermedad y no son bien atendidos por el ajuste de los gastos médicos.

¡A por nuevos mercados!

Alvin Bronstein es un típico viejo abogado y activista estadounidense, miembro entre otras cosas de la Junta Directiva de Reforma Penal Internacional (PRI).

Impugnador histórico del régimen de las cárceles privadas, Bronstein alerta acerca de un fenómeno de los últimos años: “Las empresas penitenciarias de lucro ponen su atención en el mundo en desarrollo, donde los gobiernos que están bajo presiones financieras extremas, por el manejo de una sobrepoblación extrema y el derrumbe de las prisiones, son un blanco atractivo para los vendedores de la industria de las prisiones privadas”. Con buenas razones, el hombre dice que si en EEUU ocurre lo que ocurre, cuánto peor podría hacerse la situación en las naciones del Tercer Mundo.

Las denuncias acumuladas contra el funcionamiento de las cárceles privadas, sumada a la falta de cumplimiento de las promesas que se hicieron sobre ellas (ahorro de recursos públicos, mejor trato a los presos, disminución de los índices de reincidencia), hicieron que los EEUU viera disminuir el crecimiento del fenómeno.

Pero al igual que ocurre con las industrias contaminantes o el uso de fármacos que son prohibidos en los países centrales, justo cuando en EEUU comienza a desecharse la alternativa de la industria del barrote, ésta amenaza con venirse a América Latina. De hecho, existen centros de reclusión operados por empresas privadas no sólo en EEUU sino en Inglaterra, Escocia, Australia, Sudáfrica, Canadá, Nueva Zelanda y Puerto Rico. Y se acumularon iniciativas para implementar el sistema en países como Costa Rica, Belice, Venezuela, México, Brasil y Chile.

Nunca faltarán lobbies a la hora de alentar esa salida. La presión de los grupos de interés está en el corazón del fenómeno de las cárceles privadas en EEUU y en el de las denuncias que se acumulan. Las empresas penitenciarias forman parte del poderoso Consejo Americano de Intercambio Legislativo y se mostraron cuestión de expandir mercados como las más activas a la hora de sancionar leyes que limitan la libertad condicional y requieren sentencias obligatorias más prolongadas.

Según un informe de Alvin Bronstein, “en estados con poblaciones penitenciarias de crecimiento rápido, empresas como la Corrections Corporation of America y la Wackenhut han contribuido con cientos de miles de dólares a las candidaturas de gobernadores y legisladores estatales (…) También han ofrecido contratos lucrativos de asesoría y empleos a quienes hacen las leyes y a empleados ejecutivos del sector penitenciario, hasta el extremo de fomentar el soborno y la corrupción”.

Chile, el modelo tan bien mirado por la derecha argentina, es uno de los países que, frente a la crisis de su sistema penitenciario, anunció la implementación de la industria del barrote. En un documento redactado por Lucía Dammert y Javiera Díaz, del Programa de Seguridad y Ciudadanía de FLACSO, se menciona que parte de esa crisis se hace visible en encuestas como una realizada por el Centro de Estudios La Tercera, que mostró que el 69% de los chilenos considera que las fugas en las cárceles se deben a la negligencia y corrupción de los gendarmes (servicio penitenciario).

“La respuesta pública frente a esta situación”, dicen Dammert y Díaz, fue poner en marcha ese nuevo sistema que, presuntamente, debe “disminuir el hacinamiento, aumentar la calidad de vida de los presos, disminuir la reincidencia y paralelamente reducir los costos públicos en el mantenimiento de las cárceles”.

Esa vía de solución fue denominada “Modernización del Sistema Carcelario” y se inició en el 2002, con Ricardo Lagos como presidente. “Se inició, entonces, un programa de concesiones que consiste en la construcción de 10 nuevos establecimientos penitenciarios de reclusión con una capacidad total estimada en 16.000 plazas y con una inversión de 280 millones de dólares.

Dicha infraestructura en un principio se construiría en etapas hasta el año 2005”. Hasta el año pasado, prácticamente no hubo avances en el programa, de lo que se puede deducir que algunos chilenos tomaron nota de la experiencia estadounidense a la hora de resistir.

Será que el sufrimiento argentino en cuanto a violación sistemática de los derechos humanos fue y es monstruoso. Será que, a golpe de gatillo fácil y afano, es demasiado el desprestigio de las fuerzas de seguridad y penitenciarias.

Será que algo se ha aprendido en los últimos treinta años de historia que nadie se atreve en vos alta a traer la receta marketinera de las cárceles privadas. Será que hay la suficiente resistencia a la criminalización de la pobreza. La cuestión es que el horno de Argentina no está para nuevas privatizaciones. Pero nunca se sabe, ingeniero.

Datos

Según el Departamento de Justicia, en Estados Unidos hay 690 presos por cada 100.000 habitantes.
En la mayor parte de los países europeos, salvo Rusia, la proporción está por debajo de los 100 por cada 100.000.
La tercera parte de la población adulta masculina de EEUU, 30 millones de personas, está fichada.
Entre 1979 y 1990, los gastos penitenciarios de los EEUU subieron 325% en concepto de funcionamiento y 612% en el rubro construcción

¡Raúl Castellanos Figueroa, Presente…Ahora y Siempre!

¡Raúl Castellanos Figueroa, Presente…Ahora y Siempre!

SAN SALVADOR, 29 de octubre de 2006 (SIEP) En una mañana esplendida, con el cielo azul y los vientos de octubre acariciando los árboles del Cementerio de los Ilustres en esta capital, se realizó el Culto Ecuménico en Homenaje al revolucionario salvadoreño Raúl Castellanos Figueroa.

Raúl Castellanos Figueroa nació el 14 de diciembre de 1924 en San Salvador y murió el 29 de octubre de 1970 en Moscú, entonces capital de la Unión Soviética. Desde muy joven se integró a la lucha revolucionaria del pueblo salvadoreño.

El Rev. Ricardo Cornejo explicó que como Iglesia Luterana Popular “rendimos tributo a la memoria de este ejemplar luchador popular que denunció las injusticias que se cometen contra nuestro pueblo y que sembró la semilla del socialismo por medio de su militancia en el Partido Comunista de El Salvador, PCS.”

“Como Iglesia Luterana Popular consideramos nuestra responsabilidad evangélica mantener viva la memoria histórica de la rebeldía de nuestro pueblo y de la continuidad histórica de sus luchas, que arranca en Farabundo, continúa en Raúl Castellanos, luego en Schafik y estamos seguros que vendrán muchos más, hombres y mujeres que seguirán luchando.”

Por su parte, el Rev. Roberto Pineda, también de la ILPES, comparo a Raúl castellanos Figueroa con “Bartimeo, el ciego que estaba sentado a la orilla del camino y empezó a gritar cuando supo que Jesús se acercaba, y la gente le decía que se callara pero el seguía gritando, hasta que logró que Jesús lo escuchara y le devolviera la vista.”

“Bartimeo padecía de ceguera física y fue curado, pudo ver la realidad y decidió seguir a Jesús. Hay otro tipo de ceguera. A veces nos volvemos ciegos espirituales no podemos ver, sentir el sufrimiento de los demás. La indiferencia ante el dolor de nuestros pueblos es una ceguera espiritual. Debemos de abrirnos al dolor de nuestro pueblo, a sus angustias, a sus sueños.”

“Bartimeo nos enseña que hay que gritar, no podemos quedarnos callados. Raúl Castellanos Figueroa fue como Bartimeo, un agitador, un luchador popular. En 1944, formo parte del comité clandestino de estudiantes universitarios que decretó la Huelga General de Brazos Caídos. Era una huelga contra un dictador muy cruel que había gobernado el país por trece años. Y el país fue paralizado. Y el general Martínez cayó, tuvo que ceder la presidencia.”

“Y Raúl continuó luchando contra otros dictadores militares, contra Osorio, contra Lemus, contra Rivera, contra Sánchez Hernández, y en el Parque Libertad su voz combativa acompañaba siempre los mítines de la oposición, su sabiduría iluminaba los senderos de la lucha popular por el socialismo hasta que en el otoño de 1970 la muerte le sorprende en la patria de Lenin.”

“Raúl era de una estirpe de revolucionarios, de una familia de comunistas. Su padre fue Jacinto Castellanos Figueroa, la última persona en conversar con Agustín Farabundo Martí. Este le dijo: “Chinto, vos vas a ser de los nuestros.” Y así fue, Jacinto, el papá de Raúl, fue un revolucionario ejemplar, fue la persona que educó a Raúl y a muchos otros en las ideas del marxismo y la lucha social.”

“Aquí mismo en esta tumba esta también enterrado Roberto Castellanos Braña, el hijo de Raúl, que a principios de 1980 fue secuestrado junto con su esposa, la danesa Annete Mathiessen, también comunista, y luego aparecieron sus cadáveres torturados. Florencia Castellanos, hija de Raúl, también revolucionaria salvadoreña murió recientemente en San José, Costa Rica.”

“Su esposa, Rosita Castellanos, costarricense y salvadoreña, ya fallecida, fue también militante del PCS, fundadora junto con Berta Deras de Aguiñada, aquí presente, con su hija y su nieta en 1956, de Fraternidad de Mujeres Salvadoreñas. Una familia de revolucionarios, una familia de comunistas.”

“Las ideas de Raúl, las ideas de revolución y socialismo, siguen guiando los pasos de las nuevas generaciones de jóvenes salvadoreños que continúan impulsando la lucha por la justicia, por la paz, por la democracia. En esas ideas se encuentra el grito de Raúl, de este Bartimeo salvadoreño que desde muy joven recupero la vista y nunca la volvió a perder. Amén.”

Comalapa, una lanza en el corazón de la patria centroamericana

COMALAPA, UNA LANZA EN EL CORAZON DE LA PATRIA CENTROAMERICANA

La Base Militar estadounidense de Comalapa, establecida en el año 2000, constituye una lanza clavada en el corazón de nuestra patria salvadoreña y una seria amenaza a la paz y la seguridad de la región mesoamericana por lo que debe ser desmantelada.

El convenio de diez años que autoriza esta Base Militar entró en vigor el 23 de agosto del año 2000 y es prorrogable a solicitud de cualquiera de las partes. Es el resultado de una votación por mayoría simple en la Asamblea Legislativa el 6 de julio del 2000 en la cual los partidos ARENA, PCN, PDC y PAN traicionaron los intereses de nuestro pueblo.

Han pasado ya seis años y esta Base Militar cuenta con nuevos instrumentos de intervención como es la Escuela Internacional de Policía (ILEA) que también fue aprobada por los partidos de derecha que controlan el congreso salvadoreño.

Únicamente el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional se opuso tanto a la Base Militar de Comalapa como a la ILEA. El FMLN incluso presento un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia, por la flagrante violación a los artículos 146, 147 y 159 de la Constitución de la República.

El propósito político-militar de esta Base Militar de Comalapa se disfraza alegando que es para combatir el narcotráfico. En realidad se trata de configurar un triangulo militar, un cerco estratégico contra las guerrillas de las FARC en Colombia, y contra los gobiernos democráticos de Venezuela y Bolivia. No es casual que lo otros “centros de vigilancia” este en Curacao y Aruba en el Caribe y en Manta, Ecuador.

La Base Militar de Comalapa, que tiene como sede el Aeropuerto Internacional de El Salvador, fue duramente criticada por el ya legendario líder de izquierda, Schafik Handal, fallecido el pasado 24 de enero y quien señaló que “los estado Unidos tienen una larga historia de intervenciones militares y es por eso que vamos a seguir luchando contra este convenio que es atentatorio contra nuestra soberanía.”

Esta Base Militar fue la semilla de donde han surgido nuevas amenazas como son la aprobación en diciembre de 2004 del Tratado de Libre Comercio (CAFTA) y la instalación de una oficina del FBI en enero de 2005. Hay una presencia mayor que la que existió en 1960 en la época de José María Lemus, con lo que se llamaba Misión Militar USA.

El convenio que origina esta Base Militar y que es una vergüenza para nuestra patria y un símbolo del servilismo que caracterizó la gestión del presidente Francisco Flores, les permite a las tropas estadounidenses convertir a El Salvador en una nueva colonia.

Le permite al personal tanto militar como civil estadounidense ingresar a cualquier instalación del gobierno salvadoreño así como el aeropuerto y a la vez contar con áreas exclusivas en las cuales solo ellos pueden tener acceso ya que no confían en el “personal local.”

Les permite a 60 oficiales militares estar instalados con sus familias en nuestro país. Y estos militares pueden desplazarse con sus uniformes y con sus armas respectivas por todo el territorio salvadoreño. Y ya lo están haciendo, en Cuscatlan, en Chalatenango, en Morazán. Están realizando ejercicios militares conjuntos y labores “sociales” precisamente en aquellos sitios donde se desarrollo el conflicto armado en la década de los ochenta del siglo pasado.

Y también les permite ese convenio nefasto introducir al país cualquier cantidad de armas, de cualquier tipo, así como material y equipo militar, incluyendo aviones, helicópteros. Es una intervención militar legalizada desde el congreso y disfrazada de lucha contra el narcotráfico.

Y finalmente este convenio les permite realizar que va a realziar saludos operaciones aéreas, terrestres y marítimas. Cualquier tipo de operaciones. No sería extraño que esta invasión silenciosa alegando que la democracia se encuentra en peligro o que debe defender la vida de los ciudadanos estadounidenses se animara incluso a instalarse en Casa presidencial. Ya lo han hecho en 200 años en muchos países.

Como Movimiento Salvadoreño por la Paz, miembros del Consejo Mundial de la Paz, rechazamos esta Base Militar de Comalapa. Y en el espíritu de Schafik Handal y de Ana Rosa Ochoa, que tuvieron espíritu de dignidad e independencia, llamamos a luchar por su desmantelamiento. Es una responsabilidad con nuestro pueblo y con la paz mundial. Es una responsabilidad que vamos a cumplir.

Rev. Roberto Pineda, pastor luterano, presidente del Movimiento Salvadoreño por la Paz. San Salvador, 29 de octubre de 2006