Desafíos de la izquierda brasileña

ALAI-AMLATINA 21/09/2005, São Paulo.- Entre el sector de la
izquierda brasileña que no tomó las armas hubo un cierto tono de
“¿yo no dije?” cuando el otro sector comenzó a caerse, a partir del
secuestro del embajador norteamericano Charles Elbrick, en Río,
en septiembre de 1969. La historia casi siempre da un giro brusco
en nuestros análisis de coyuntura, en nuestros pronósticos, en
nuestras previsiones sombrías arropadas con pesados abrigos de
conceptos supuestamente científicos. ¿Cuál intelectual o dirigente
político previó la caída del Muro de Berlín?

“¿Yo no dije?” exclamaron los trotskistas cuando salieron a luz los
crímenes de Stalin, denunciados por Kruchev. Y los pro-soviéticos
brindaron con vodka al ver a la camarilla de los cuatro, en China,
desencadenar la “revolución cultural”, una onda de
fundamentalismo ideológico que implantó el terror en nombre del
“auténtico comunismo proletario”. Su versión latinoamericana fue
Sendero Luminoso, en el Perú, que asesinaba a compañeros que
“vacilaban ideológicamente”.

Con la redemocratización de Brasil, la izquierda intelectualizada,
que conoció más el exilio que la prisión, se dividió entre el PT y el
PSDB. “¿Yo no dije?” subrayaron los primeros cuando el gobierno
de Fernando Henrique Cardoso (FHC) reveló su carácter neoliberal,
privatizó el patrimonio público e instituyó el Programa de Estímulo
para la Reestructuración y Fortalecimiento del Sistema Financiero
Nacional (PROER), canalizando valores que hacen aparecer al flujo
del “valerioduto” (1) como una broma de centavos.

Ahora, frente a la estrella que cae, las agoreras del mal
conmemoran eufóricas: “¿yo no dije?” Y la derecha,
confortablemente sentada en el camerino de lujo de este teatro
trágico, aplaude la escena cruel de antropofagia de la izquierda.
¿Pero cuál izquierda? ¿La que baila al ritmo de la música de la
ronda financiera? ¿La que destina 30 mil millones de reales al
agronegocio y sólo 8.000 mil millones a la agricultura familiar? ¿O
la que adjetiva sectariamente sus críticas, exhibe sus manos
limpias frente a la “tsulama” (2), pero no es capaz de presentar una
propuesta viable ­ no utópica ­ de política económica alternativa?
¿O la que se llena la boca y el papel de palabras grandilocuentes,
pero no consigue movilizar media docena de movimientos
populares?

La izquierda brasileña habla de un Brasil quimérico, pero tiene
dificultad de lidiar con las mediaciones ineludibles para alcanzarlo.
Como si en algún lugar del mundo ella hubiera llegado al poder sin
política de alianzas. Y como si en algún país ella hubiese
alcanzado el desarrollo sin serias concesiones al capitalismo.
Basta ver a China, que hoy insiste en ser reconocida como una
“economía de mercado”, y Cuba, que flexibilizó la propiedad estatal
y se volvió asociada de poderosas transnacionales en las áreas de
infraestructura, energía y turismo.

Nada más ridículo que la izquierda que erige sus convicciones
ideológicas en dogmas religiosos. Y trata a sus líderes como
verdaderos Mesías portadores del camino de la salvación.
Fundamentalista, excomulga a los críticos, expulsa a los herejes,
condena al infierno a los adversarios. Incapaz de alianzas dentro
del ámbito de la propia izquierda (véase las elecciones para la
nueva dirección del PT), se inclina por la derrota de sus
contendores, en la expectativa de que llegue el día en que, desde
lo alto de su arrogancia, enfatizará solemnemente: “¿Yo no dije?”

Vías de liberación

No veo futuro para la izquierda fuera de estas tres vías: el rigor
ético, el trabajo de base y la elaboración de un proyecto socialista.

El rigor ético es una virtud soportable mientras no se llega al
poder. Cualquier esfera de poder: gobierno, dirección del partido,
coordinación del núcleo de base, gerente, síndico de edificio etc.
Como todo poder, reviste a quien lo ocupa de una autoridad, de
una identidad que lo hace sentir por encima del común de los
mortales, casi nadie quiere dejarlo. El poder es más tentador que
el sexo y el dinero, porque vuelve a estos dos últimos más
accesibles. Que lo digan los beneficiarios de las “comisiones” del
Banco Rural

¿Cómo asegurar el rigor ético? Con la democracia interna. Líder o
dirigente que no soporta la crítica, es mala señal. Pero no basta
decir “pueden criticarme”. Es necesario crear mecanismos a
través de los cuáles eso se haga regularmente.

El trabajo de base es el gran desafío de la izquierda. Esta última
adora hacer reuniones, manifiestos, mítines. ¡Pero ir a la periferia,
subir a la favela, meterse en el “sertão” (3) ocupa el último lugar!
No es fácil gustar del olor del pueblo, reunirse con los pobres,
aprender su lenguaje (que nos obliga a descender del egregio
trampolín de nuestros conceptos académicos), rezar con ellos,
estrechar los lazos efectivos y afectivos con quienes tiene la gracia
de vivir desprovistos de la lógica maniqueísta que divide a la
humanidad en “buenos y malos”.

Elaborar un proyecto socialista no consiste sólo en criticar el
capitalismo. Implica autocrítica profunda de los errores cometidos
en las recientes experiencias socialistas. Errores teóricos,
estructurales, sociales y personales. Comenzar a analizar en qué
momento el PT borró de su horizonte el proyecto socialista que
figuraba en sus primeros documentos.

A quien pueda interesar: buenas escuelas de ética, trabajo de
base y perspectiva socialista, son el MST y las Comunidades
Eclesiales de Base. (Traducción ALAI)

– Frei Betto es escritor, autor, en asociación con Leandro Konder,
de “El individuo en el socialismo” (Perseu Abramo), entre otros
libros.

Notas de la traducción:

(1) Valerioduto: se refiere al esquema de corrupción organizado por
el empresario Marcos Valério para distribuir recursos a los
parlamentarios, escándalo que ha sacudido al gobierno de Lula.

(2) “Tsulama”: palabra portuguesa que, parafraseando al tsunami,
significa una ola muy grande de inmundicia.

(3) Sertão: Región agreste, distante de las poblaciones o tierras
cultivadas.

The remaking of the left

Fifteen years after the collapse of the Soviet bloc, few would expect western Europe’s once-powerful communist parties and their various successor organisations to have anything more than the weakest of pulses. But increasingly there are surprising signs of life. The latest is the German Linkspartei, which nine days from the German election stands at 9% in nationwide opinion polls and is the most popular choice for easterners facing high unemployment and low wages. At the moment this party is an alliance of the Party of Democratic Socialism (PDS) of eastern Germany and the mainly west German Social Justice party, a trade-union-led split from the Social Democrats. They are committed to forming a new party within two years.

In Italy, where Silvio Berlusconi’s government appears to be terminally discredited, Rifondazione Comunista (PRC), a product of the last decade of Italy’s radical social movements along with different left groups from the historic Italian Communist party (PCI), is part of the Romano Prodi-led L’Unione, a coalition with the larger and much less radical Left Democrats (from the moderate wing of the PCI) and the Margherita party. Next spring L’Unione will most likely win the Italian general election.

The French Communist party has a high membership on paper, but the efforts of its leader Marie-George Buffet to break with an authoritarian past and to overcome a deep distrust have until recently been limited. In the past year, however, the party’s role in the popular campaign for a “left no” to the European constitution has strengthened attempts to open up the party and make it part of a wider international realignment of the left.

The revival is still patchy. In Spain the United Left, in which the Communist party is the leading partner, is still losing seats in parliament; and in Greece the innovative Synaspismos, a breakaway from the orthodox Greek Communist party, remains small. But the German PDS and Italian PRC have the social weight and commitment to break with the past and make a difference to modern European politics. PDS membership is ageing, but electorally the party appeals disproportionately to the young. Until the formation of the Linkspartei it was stuck in an eastern ghetto. But cooperation with the Social Justice party and its leader Oscar Lafontaine, a former finance minister and star of the west German left, has allowed it to go national – even if its transformation from a former party of state to a party rooted in local social movements, genuinely open to feminism, ecology and other influences, is an unfinished struggle.

The reform process faces a particular problem in that, in many east German cities and regions, the PDS is running underfunded governments facing deep economic problems. The party ends up implementing policies that alienate the very constituencies with whom it is trying to work.

In Italy the strength of the PRC lies in its credibility among strong social and radical trade-union movements and municipal councils. In this spring’s regional elections the L’Unione coalition won 12 out of the 14 regions, including Puglia, where Rifondazione’s gay, communist, Catholic candidate Niki Vendola was elected governor after 10 years of rule by the right. The Italian party’s reforms and democratic culture are proving contagious. Its experience of helping to build a political force beyond itself and in which is it is only one actor among many has been an important influence on the German PDS.

What the German and Italian parties have in common is a readiness to support the militancy that broke out across Europe in the early 90s when unregulated markets hit people’s livelihoods. The PDS, after a difficult process of internal reform, became the only voice of protest at Chancellor Kohl’s brutal annexation of the east. Similarly the PRC’s politically agile leader, Fausto Bertinotti, led the party to work with the militant trade-union and wider social movements that went on to the streets of Italy in the mid-1990s. In France, by contrast, when grassroots trade-union organisations formed alliances with the homeless and the unemployed to protest at the policies of prime minister Alain Juppé, the Communist party was instead preoccupied with the realpolitik of an alliance with the Socialists.

The PCF’s active and non-sectarian involvement in the campaign against the European constitution signalled a significant change of direction. But French political institutions reinforce the party apparatus. Even now, nearly two years before the 2007 presidential elections, prospects for a left realignment are held back by the pressure on each party to have its own candidate. The left in France is also deeply divided by the implications of full recognition of the rights of French Muslims – 10% of the population – to equal citizenship. Sections of the PCF still hold strongly to an interpretation of France’s secular republican tradition, which denies Muslims religious rights, such as the right to wear the hijab in schools. This is another factor that continues to alienate important social movements, on issues of racism and human rights, from the party.

When two of the leading parties from the communist tradition are able to combine electoral success with a readiness to drop claims to vanguard status, however, it marks an important stage in the remaking of the left. But whether political cultures rooted in the routines of party life can adapt to such a degree of experimentation remains an open question.

This article was originally published in The Guardian on 9 September 2005

Tercera vía y posmodernidad

Los problemas de fondo planteados se podrían resumir en una cuestión: cuando la alternativa revolucionaria se ha esfumado, ¿debe la izquierda reformista abandonar el terreno del capitalismo social al que se había adscrito tras la Segunda Guerra Mundial (el keynesianismo) para someterse al capitalismo liberal anglosajón, en cuyo seno lo social es una variable en el ajuste de las tasas de beneficio y no una condición sine qua non de la cohesión social?

Ésta es, efectivamente, la cuestión planteada por la teoría de la tercera vía; el núcleo de la estrategia de Clinton-Blair-Schröder, cuya quintaesencia se encuentra en el manifiesto Blair/Schröder, hecho público el 7 de junio de 1999.

Es imposible analizar a fondo este problema en un artículo de prensa; limitémonos, pues, a definir los términos en que se plantea. El manifiesto consta de cuatro tesis, y todas confirman sin reservas su orientación hacia el modelo económico anglosajón.

1. La afirmación del apoyo mayoritario a las fuerzas del mercado: “El Estado debe sostener a las empresas, pero no sustituirlas (…). Las empresas deben tener suficiente margen de maniobra. No deben verse asfixiadas por las regulaciones. Los mercados de trabajo, de capital y de bienes deben ser flexibles”.

Ello significa que el Estado renuncia a regular la competitividad en la batalla entre empresas. Las más poderosas pueden aplastar tranquilamente a las más débiles. En realidad, al desentenderse, el Estado se convierte en la más poderosa palanca de la desregulación.

En lugar de buscar el mantenimiento del equilibrio económico en función de consideraciones que no siempre obedecen a la economía, abandona ese equilibrio societal en “las manos invisibles del mercado” que, como es sabido, lleva siempre a la victoria de los más fuertes. A nivel nacional, ello implica favorecer a las empresas más competitivas en detrimento del resto.

Poco importa que éstas provean puestos de trabajo: el empleo, en la óptica Blair/Schröder, se percibe como una variable secundaria del desarrollo económico; a nivel internacional, las multinacionales podrán sin temor eludir y dominar a las empresas nacionales. Y los mercados de trabajo deberán, por su parte, adaptarse: a eso se llama flexibilidad. Se contrata cuando se necesita, se despide cuando es útil para mantener los márgenes de beneficio.

2. De ahí la segunda tesis: la precarización del trabajo. “Un trabajo para toda la vida es un concepto superado…”; la precariedad se convierte así en un elemento estructural del sistema.

Ninguna seguridad para el trabajo, toda la seguridad para los detentadores de riqueza: esto significa una serie de pequeños curros de por vida. La inseguridad social se convierte, pues, en la norma; la seguridad para las inversiones, en la regla. Poco importa que, a lo largo del siglo xx, el mundo asalariado se haya construido contra ello.

Blair y Schröder decidieron que el trabajo para toda la vida está “superado”… Frente a ello, no se trata de defender la preservación de los logros sociales. Si bien éstos son defendibles aunque sólo sea porque generaciones de asalariados se han sacrificado para adquirirlos, también es sabido que la revolución tecnológica introduce modificaciones sustanciales en el ámbito de la organización del trabajo.

Contrariamente a lo que dicen Blair y Schröder, la respuesta no está ni en la precariedad ni en la rigidez social, sino en la innovación: reducción y reparto de las horas de trabajo, trabajo alterno, creación de nuevas actividades, relanzamiento de grandes trabajos a través de una política europea común…

No son soluciones lo que faltan cuando se pone el crecimiento económico al servicio del desarrollo social. Pero éste no parece ser fundamental para los teóricos de la tercera vía.

3. Para que esta visión del mundo (Weltanschauung) sea natural, en el centro del contrato social debe situarse la ideología individualista. Así, “el sentido del esfuerzo personal y de la responsabilidad han sido ignorados o no han sido recompensados, y la socialdemocracia se vio asociada al conformismo y a la mediocridad en lugar de encarnar la creatividad, la diversidad y la capacidad”.

Dicho de otro modo, para escapar a la grisura del bienestar social hay que convertirse en nietzscheano: el riesgo, la lucha y que gane el mejor. Como si en el mercado del trabajo los asalariados estuvieran en las mismas condiciones que el capital.

En una sociedad que se rige por la ley de la oferta y por una superproducción estructural (como es el caso de la economía occidental desde mediados de los años setenta), el trabajo es escaso y la oferta de mercancías, excesiva. Su consecuencia directa es el paro.

Y no entro en la destrucción de la cohesión social que la naturalización del individualismo como modo de ser social implica. Toda la tradición sindical del siglo xx se liquida de un plumazo.

4. De ello resulta sin remedio el cuestionamiento de la protección social: “Un sistema de seguridad social que termina por entorpecer la capacidad de encontrar empleo debe ser reformado. Los socialdemócratas modernos quieren transformar la red de seguridad compuesta por los logros sociales en un trampolín para la responsabilidad individual”.

Lo social se ve, pues, reducido a una “red de seguridad”, pero, ¿qué hay de los miles de asalariados que no son expertos en funambulismo? Dicho de modo más serio, esta idea significa una auténtica inversión del lugar que ocupa lo social en el pensamiento de la izquierda: hasta ahora, lo social era el fin de la emancipación, encarnaba el objetivo de liberación de los asalariados frente al mundo de la economía que los ata a la dominación y la alienación. Lo social pasa a ser un servidor de la economía. No cuenta la sociedad sino el mercado.

5. Todo esto lleva a la conclusión lógica siguiente: hay que acabar con lo que constituía el corazón de la lucha de los movimientos reformistas, la igualdad. “En el pasado, se ha confundido con frecuencia la promoción de la justicia social con la exigencia de igualdad. (…)

La opinión según la cual el Estado debe corregir las deficiencias del mercado ha llevado con demasiada frecuencia a una extensión desmesurada de la administración y la burocracia.” Notemos cómo la exigencia universal de igualdad, no sólo de oportunidades, sino también de condiciones, se asimila a la burocracia.

Es fácil ver a lo que se apunta tras esta tesis: la desigualdad es una condición del desarrollo económico liberal, que, como es sabido, es un axioma del viejo liberalismo del siglo xix. Los que no quieran creerlo pueden convencerse con la explicación que da el propio Gerhard Schröder: “No creo que sea ya deseable una sociedad sin desigualdades” (Le Monde, 20 de noviembre de 1999).

He aquí un buen programa “social” demócrata para el tercer milenio. Se podría hablar hasta el infinito sobre esta idea de igualdad. Limitémonos aquí a decir que nuestros teóricos de la tercera vía la han entendido especialmente mal (¿a propósito?): jamás, ni en Marx, ni en Proudhon, ni en Jaurés, ni en Lasalle, ni en los tradeunionistas ingleses, ni en los comunistas italianos, ni en Keynes, ni en Willy Brandt, la igualdad se confundió con el igualitarismo estúpido y primario.

La igualdad, en la tradición reformista, es una norma moral a la que toda sociedad justa debe tender, precisamente para remediar tanto la desigualdad natural de la fuerza y de la inteligencia como la desigualdad social engendrada por un sistema que la transforma en estructura de dominación. Si la izquierda renuncia a ello deja de ser la izquierda.

El manifiesto Blair/Schröder se publicó en vísperas del escrutinio europeo.

Dicho escrutinio demostró que allí donde la izquierda se presentó bajo los colores de la tercera vía fue derrotada. Inglaterra, Austria, Alemania y, en diferentes grados, Suecia, Holanda e Italia.

Los electores pusieron de manifiesto un viejo teorema de la “ciencia política popular”: prefieren el original (el pensamiento de una derecha afirmado sin ambages) a la copia (el pensamiento de una izquierda que se sitúa en las filas de la derecha sin decirlo abiertamente).

Sin embargo, hay que felicitar a Blair y a Schröder por haber clarificado tan crudamente el campo de batalla de los conflictos del siglo xxi: sabemos ya que, a diferencia de la época de César, en la que Roma estaba siempre en Roma, en la época de la tercera vía la derecha está cada vez más en la izquierda.

————————————————————————————————————————

  • Sami Nair es eurodiputado, profesor de ciencias políticas en la Universidad de París, Francia.

Enjuiciaran en Estados Unidos a coronel genocida salvadoreño

LOS ÁNGELES, USA 16 de septiembre de 2005 (SIEP) “Debe hacerse justicia, este criminal, Nicolás Carranza, camina tranquilo por las calles de Nashville, Tennessee y lleva sobre su conciencia la sangre de miles de nuestros compatriotas”dijo Francisco Flores, miembro del Proyecto Alto a la Impunidad.

El coronel Nicolás Carranza enfrentará juicio el próximo 31 de octubre como resultado de las gestiones que salvadoreños realizan en Estados Unidos, para garantizar que este criminal de guerra enfrente la justicia en ese país, la cual pudo evadir en El Salvador.

El coronel Carranza fue uno de los más temidos militares salvadoreños en la década de los ochenta cuando dirigió la Policía de Hacienda y fue Vice-Ministro de Defensa. Se le considera como uno de los creadores de los Escuadrones de la Muerte, junto al Mayor Roberto DAubuisson, fundador del partido ARENA.

“Los que sufrimos la tortura en las cárceles de la Policía de Hacienda nunca podremos olvidar a este personaje nefasto, que finge ser un ciudadano comun cuando ordenó el asesinato de miles de personas” añadió Flores, que fue capturado y sufrió torturas por ser catequista de la Iglesia Católica.

Explicó Flores que “esto no lo hacemos por venganza, sino porque nuestro pueblo debe saber la verdad y en nuestro país la Ley de Amnistía permite la impunidad de estos criminales, incluso el pueblo estadounidense debe saber quienes son estos “vecinos” que viven en sus comunidades. Es un acto de justicia.”

Subrayó que “el año pasado logramos enjuiciar a otros altos jefes militares genocidas, Vides Casanova y a García, de la Guardia Nacional uno y el otro fue Ministro de Defensa, deben saber que la justicia tarda pero no olvida.”

Informó que “el Centro por la Justicia y la Responsabilidad, CJA, que es la institución querellante, realizará el próximo 15 de octubre una Conferencia para exponer las principales acusaciones contra Carranza. Será a las 6 de la tarde en el New College de esta ciudad. 777Valencia St. Room 404. Hay que llegar para conocer y apoyar.”

En esta reunión “también anunciaremos detalles sobre la Caravana que año con año realizamos a Fort Benning, Georgia, a exigir el cierre de la Escuela de las Américas. Exhibiremos un documental sobre esta “escuela de asesinos” donde entrenaron a Carranza, a Vides Casanova, a García y naturalmente a DAubuisson.”

Finalmente hizo un llamado “para que continuemos exigiendo al Sr. Meneses, director de la PNC; que investigue la desaparición en nuestro país del joven José Omar Chavez, hijo del dirigente comunal Mario Chávez, desaparecido desde el 8 de julio de este año en la población de Quezaltepeque.”

Race, Class and Katrina

Refugees flee to a country outside of their own and are afforded the kindness of strangers in a foreign land. African American leaders are making a point of emphasizing that those people left starving and dying of thirst in New Orleans for five days or more after the hurricane were and are not refugees. They are citizens of the USA! With thousands of people in desperate need, why is this an important point?

It’s simple. The Bush administration may be able to justify a delay in sending aid to a foreign land even though too much of a delay may not be acceptable in the international community or even here at home. But how does President Bush justify an unexplainable delay in sending aid to his own citizens in one of his own major cities? No one has satisfactorily answered that question.

The mayor of New Orleans argues that, when all is said and done, the question will be how many died as a result of the hurricane, and how many died as a result of the delay in rescue and relief efforts and outright neglect. He suggests that the death toll from the neglect and the aid delay may be well into the thousands. The mayor’s question is: why were citizens of these United States of America allowed to suffer for so long?

African Americans have been fighting for the full rights of citizenship since the time of slavery. To refer to African Americans as refugees is to casually use a term that does not sufficiently convey that full-fledged citizens were abandoned to rot in the heat without food, water or electricity, in a facility where thousands were left in the dark in conditions worse than those provided for animals. The people of the USA are hard-pressed to believe that our own citizens would be treated so, but they were.

Why the delay and neglect? In New Orleans, those who could afford to get out did. Those left behind were the poor, who are largely African American. Kanye West, the young preppy rapper and highly regarded music producer, blurted out on the NBC telethon that President Bush does not care about Black people. Is he right? Even though West is under harsh fire for making such remarks on national television, many appreciate his audacious courage and believe he is closer to being right than wrong.

The class-versus-race debate is interesting. African Americans are mainly of the working class, and many are of the poorer sections of the working class as a result of racist discrimination. These defining characteristics are a product of the infusion of race and racism into the class dynamics of our capitalist society. Slavery served as an adjunct socioeconomic system to developing capitalism during the early history of this country.

All African Americans are not poor, and all poor people are not African Americans. However, if our government has a policy of neglect towards poor people, it will have a direct impact on African Americans. And, if our government has a policy of neglect towards African Americans, it will have a direct impact on all of the poor, including on the whole of the working class who may not be aware of the fact that they, too, are poor.

Were the poor people of New Orleans neglected because they are African American? Indisputably, one could argue that the fact they are African American made the situation no more of a concern to the Bush administration.

The powers that be consistently want to do two things. They want to obscure the ingredient of race; therefore, we must raise the real significance and role of race as a factor in economic, social and political activity in this country. They also want to hide the very existence of poor whites; therefore, we must uncover their reality and bring them into the light. The actual dynamics of each can be important to mapping out the most fitting course ahead.

We should not let this story die. What is the federal government’s responsibility when there is a disaster of this magnitude? What could the federal government have done to avert such a disaster? To place responsibility for such a huge catastrophe at the local level is a diversion from a focus on how our federal tax dollars are spent versus how they should be spent.

Why were the people not rescued and provided with relief immediately? Why did the Red Cross delay going into New Orleans? What kinds of services are being provided to those who have been relocated and what is the plan to get them back home? Will the homes and land of the poor (just because they are poor does not mean they do not own homes and land) be confiscated (looted) by big developers?

What are the plans for the reconstruction of the areas affected in Louisiana, Mississippi and Alabama, and who’s going to get those contracts? What happened in Mississippi, which took a more direct hit from the hurricane, and other areas beyond New Orleans? What needs to be done to prevent such a travesty from happening again in that area and other coastal cities?

Hurricane Katrina has brought fundamental contradictions to the fore, and we should leave no stone unturned in exposing the real truth, no matter how ugly.

Dee Myles is a Chicago educator.

Honduras: El alza que rebalso el vaso.

El alza que rebalso el vaso.
El Pueblo Hondureño a venido sufriendo el impacto del
modelo neoliberal, el que ha estado a la orden del
día, con las privatizaciones, la liberalización por
medio de la implementación “libre” comercio.
La cosa se ha venido agravando con las continuas alzas
a los combustibles, las que han sido con cualquier
pretexto, con estos trancazos, la situación económica
se ha venido agudizando al punto de reventar; y es que
con estos aumentos a los combustibles el estado de
Honduras obtiene enormes ganancias y las
transnacionales otro tanto o mas, pero el pueblo es el
que sale mas jodido; Con el pretexto del desastre de
Katrina, el presidente Maduro en su rol de mandadero y
vocero de las transnacionales decreto una nueva alza a
los combustibles, misma que es desproporcionada e
injustificada puesto que de nuevo el gran sacrificado
será el pueblo al que se le traslado el sacrificio
total, pero esto si ya no ha sido tolerado, por el
pueblos hondureño y desde el día 6 de septiembre por
la tarde, se levantaros cientos de retenes en
diferentes partes de la ciudad de Tegucigalpa al grado
de paralizar completamente la ciudad, simultáneamente
se desarrollan manifestaciones populares en condena al
modelo neoliberal y el gobierno entreguista dirigido
por el presidente Maduro.
En San Pedro Sula trabajadores y miembros del
sindicato de transporte de carga, también se han
tomado diferentes puertos, mientras en el resto del
país se desarrolla marchas.
La represión no se ha dejado esperar la policía ha
ejecutado violentos desalojos sobre todo en San Pedro
Sula y anuncia operaciones de desalojo para las
próximas horas, el presidente a anunciado una rebaja
de 7 lempiras a la gasolina y otra de 10 centavos al
disel, sin embargo el pueblo rechaza la propuesta y
para el día de mañana se anuncian nuevas marchas.
Si el presidente se descuida la situación se le puede
ir de la mano.
El COPINH se estará movilizando junto a otras
organizaciones.
Estamos a la espera de una cadena nacional de radio en
la cual el presidente anunciara su plan de
contingencia y se puede prever que seguido de eso se
desencadene una brutal represión.
Este es un momento de lucha para el pueblo de Lempira
y Morazán es también la hora de tu solidaridad.

!NO AL AUMENTO DEL TRANSPORTE PUBLICO!

El Bloque Popular Social, integrado por organizaciones campesinas, sindicales, estudiantiles, magisteriales, religiosas, estudiantiles, indigenas, de mujeres y de excombatientes, ante la opinion publica nacional e internacional MANIFIESTA:

1. Observamos indignados la irresponsabilidad y paralisis del gobierno de Antonio Saca frente a la crisis nacional, provocada por el inminente aumento del precio del combustible que provocara aumentos en el transporte publico y los articulos de la canasta basica de la poblacion.

2. Frente a esta grave situacion nacional, como sectores organizados del pueblo asumimos nuestra responsabilidad de luchar con todas nuestras fuerzas por su bienestar y por lo tanto:

a)rechazamos categoricamente cualquier aumento al transporte publico que traslade a la poblacion las consecuencias de esta crisis.

b)exigimos al Presidente Saca tome medidas para regular los precios de combustibles que las transnacionales nos imponen impunemente.

c)exigimos al Presidente Saca tome medidas para regular los precios de los articulos de consumo popular, en especial alimentos y medicinas.

d) exigimos al Presidente Saca abandone sus caprichos ideologicos y se disponga a negociar precios preferenciales con Venezuela.

e) saludamos las iniciativas que distintas alcaldias estan tomando para enfrentar esta crisis nacional.

Como Bloque Popular Social reiteramos nuestra voluntad de luchar por los intereses de los sectores populares, a los que llamamos a prepararse para proximas acciones de una lucha por nuestra soberania, por nuestro derecho a una vida con justicia y dignidad.

El Presente es de lucha, el futuro es nuestro

Coordinacion Nacional del Bloque Popular Social de El Salvador

San Salvador, 8 de septiembre de 2005

Sindicatos demandaran a Saca aumento salarial

SAN SALVADOR, 30 de agosto de 2005 (SIEP) “Nos estamos unificando y vamos a salir a las calles a exigirle a este gobierno neoliberal un aumento salarial para los trabajadores de la ciudad y el campo” dijo José Valencia, coordinador de la Plataforma Sindical Común Centroamericana.

Informó que “hemos constituido el Frente Sindical Salvadoreño como expresión de la unidad de acción del movimiento sindical, con el compromiso de salir a las calles a luchar por nuestras demandas y contra el alto costo de la vida.”

Invitó a “que nos incorporemos a la grandiosa marcha que realizaremos el próximo sábado 3 de septiembre por un aumento salarial y contra el alto costo de la vida. La marcha saldra a las 8 de la mañana de la Plaza del Salvador del Mundo y concluirá en la Plaza Cívica.”

Explicó que “estamos elaborando una propuesta de aumento salarial que contemple a los sectores público, privado y de maquilas. Cada sector tiene sus propias características. En el caso del sector público exigir un incremento salarial del 30 por ciento y el aumento del salario mínimo a 315 dólares que es el costo de la canasta básica de sobrevivencia.”

“En el caso del sector privado-agregó- lucharemos por un incremento del salario mínimo de 316 dólar lo urbano y 246 dólares en lo rural. Con respecto a la maquila, el salario mensual actual es de 141.12 dólares mensuales, y nuestra demanda es de 316 dólares mensuales.”

Subrayó que “estamos conscientes que este esfuerzo del Frente Sindical Salvadoreño vendrá a fortalecer las luchas sociales de otros sectores que estan siendo golpeados por este modelo depredador de ARENA, los llamamos a cerrar filas para defender nuestro derecho a la vida.”

“Somos 27 organizaciones sindicales –enfatizó- las que constituimos el Frente Sindical Salvadoreño. El pasado 24 de agosto presentamos nuestra Propuesta ante la Nación. La marcha del 3 de septiembre será una clara demostración de repudio a las políticas antipopulares de Antonio Saca, será una demostración de unidad sindical y popular contra el regimen corrupto y represivo de ARENA.”

Concluyó Valencia haciendo un llamado a “impulsar la lucha contra este gobierno antisindical e incorporarnos a la marcha del 3 de septiembre, por un nuevo El Salvador, contra el alto costo de la vida, por aumento a nuestros salarios, por el agua para nuestras comunidades, por la defensa de la vida, por la paz y la justicia.”

ACJ apoya Convocatoria a II Encuentro Mesoamericano de Mujeres

SAN SALVADOR, 28 de agosto de 2005 (SIEP) “Es urgente reunirnos y diseñar estrategias para enfrentar la arremetida neoliberal, patriarcal, racista, y el II Encuentro Mesoamericano de Mujeres nos permitirá hacerlo” dijo la Licda. María Isabel Villegas, presidente de la Asociación Cristiana de Jovenes (ACJ) de El Salvador.

Informó que el encuentro de Mesoamericanas por una Vida Digna se realizará en la ciudad de Guatemala el 4,5 y 6 de noviembre convocado por la Red de Genero y la Coordinadora Diocesana de Mujeres (CODIMUJ) de la Diócesis de san Cristóbal, Chiapas.

Las interesadas en conocer sobre este encuentro pueden comunicarse con
Miriam Martínez Méndez, Red Género y Economía REDGE, miriammar8@yahoo.com.mx ; mujerdialogo@prodigy.net.mx ; y con Angelina Miranda Ochoa, CODIMUJ codimuj@yahoo.com

Agregó Villegas que “es importante divulgar la convocatoria al encuentro que refleja nuestras reflexiones como mujeres mesoamericanas y es la siguiente:

II Encuentro Mesoamericano de Mujeres 4, 5, y 6 de noviembre de 2005. Guatemala, CA.

Nosotras mujeres mesoamericanas nos encontramos organizadas desde México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá articulándonos con los Foros Mesoamericanos. En el año 2003 participamos en la mesa de mujeres del IV Foro de Honduras, nuestra apuesta era y continúa siendo la construcción de un plan mesoamericano con equidad de género, vinculado a los procesos mundiales del Foro Social Mundial. Nuestras estrategias son de alianzas, de ubicar un mundo posible para las mujeres. Nuestra visión de proyecto mesoamericano es hacia la vida digna, justa, desde la equidad de género y en contra de la política neoliberal globalizadora, patriarcal y racista.

En México tenemos la experiencia de implantación del TLCAN (Tratado de Libre Comercio con América del Norte) el cual ha dejado mayor desigualdad genérica a través de la discriminación, exacerbándose la violencia hacia las mujeres y cada vez más perdida del estado de derecho, lo cual genera impunidad, se vive una estela de pobreza económica y de derechos, de afectación al medio ambiente, aumento de la migración, pérdida de derechos laborales y hostigamiento sexual, etc. La experiencia nos ha indicado que los tratados de libre comercio se han firmado sin que se cumpla el derecho a la información, eso sucedió en México con el TLCAN. En esta década del nuevo siglo invitamos a las mujeres que se encuentran en el movimiento feminista, de mujeres, indígena, urbano, del movimiento social, lésbico, etc. a sumarse a las acciones para evitar la implantación del TLCAN plus y del ALCA en América.

En el seguimiento a la construcción del proyecto mesoamericano contamos con la Agenda Mesoamericana de Mujeres la cual tiene 6 puntos: 1.- Exigir la no ratificación en los Parlamentos de cada uno de los países centroamericanos, del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Europa, porque tienen un mayor impacto negativo y fomenta el sexismo, racismo, exclusión y terrorismo contra las mujeres y recarga el trabajo reproductivo de las mujeres. 2.- Exigir la no privatización de los recursos naturales ni de los servicios básicos (salud, agua, educación) porque aumenta la feminización de la pobreza. 3.- Promover la implementación de medidas que garanticen el acceso universal para las mujeres a los servicios básicos y a la tierra y un medio ambiente saludable, para acceder a una vida digna. 4.- Rechazamos la militarización y los fundamentalismos religiosos que generan e incrementan la violencia dirigida hacia las mujeres. 5.- Nos pronunciamos contra la exclusión de las mujeres indígenas y afrodescendientes, con capacidades diferentes, lesbianas, bisexuales, trabajadoras del sexo y mujeres viviendo con VIH SID. Exigimos el reconocimiento de los pueblos indígenas y el respeto a su identidad cultural, a su territorio y biodiversidad (propiedad legítima de los pueblos indígenas). 6.- Exigimos que se declare a Mesoamérica como una zona de desastre humanitario por el feminicidio. Asimismo exigimos que el movimiento social retome como prioridad de su agenda la defensa de la vida de las mujeres.

Para el logro de la Agenda Mesoamericana invitamos a todas las mujeres del país a participar en la Campaña Nacional de Educación Popular entre Mujeres para compartir acerca de sus formas de resistencia y logros ante la política neoliberal, patriarcal y racista existente. Para esta campaña proponemos realizar talleres acerca de cada uno de los 6 puntos de la Agenda Mesoamericana de mujeres, articulándonos con la Carta Mundial de Mujeres para la Humanidad de la Marcha Mundial de Mujeres. El objetivo es reflexionar acerca de lo que nos sucede en las comunidades, colonias y familias, y qué hemos hecho para mejorar nuestra situación.

Es importante que los resultados de cada uno de los talleres que realicemos en nuestras comunidades y organizaciones los envíen a las direcciones de correos indicadas, con el fin de elaborar un documento el cual llevaremos al Segundo Encuentro Mesoamericano de Mujeres a realizarse del 4 al 6 de Noviembre de 2005 en Guatemala y se considerará parte de nuestra agenda nacional.

En cuanto a la metodología del II Encuentro Mesoamericano de Mujeres ésta se encuentra planeada a través de foros y mesas de trabajo que pretenden ubicar las causas de vivir en un sistema de globalización neoliberal y patriarcal y generar propuestas para mejorar la condición de las mujeres.

Finalmente, Villegas hizo un “llamado a unir fuerzas a todas las organizaciones de mujeres y populares para que con la movilización de nuestras comunidades logremos avanzar la lucha por la paz, la justicia y la igualdad.”

¿La OMC resucitó gracias a las ONG?

Después de su debacle hace poco más de un año en Cancún, la Organización Mundial de Comercio (OMC) parecía moribunda. Las negociaciones no avanzaban. Estados Unidos y la Unión Europea no cedían a las demandas de acceso a sus mercados y de recortes a los subsidios agrícolas hechos por los grandes países agroexportadores del Sur, liderados por Brasil y la India y agrupados en el G-20. Tampoco cedían a las demandas del G-33 y el G-77 grupos de países más pobres por un trato especial que les permitiera proteger a sus mercados nacionales y a los pequeños productores rurales. Los países del Sur resistían los intentos de las superpotencias del Norte de imponer una nueva ronda de negociaciones que tocara nuevos temas, como inversiones y competencia, y tampoco estaban dispuestos a resolver pendientes, como recortes arancelarios, servicios y derechos de propiedad intelectual.

Todo indicaba que el sacrificio del campesino coreano Lee Kyung Hae y la lucha en las barricadas en Cancún habían contribuido a un golpe casi mortal a esta institución del poder de las grandes corporaciones trasnacionales.

Pero la OMC es como un gato con nueve vidas: cada vez que parece estar muerta, sus patrocinadores en el Norte encuentran la manera de revivirla. Esta vez ocurrió a través de una serie de negociaciones en Ginebra sobre el “marco” para las futuras negociaciones. No se esperaba nada nuevo, pero Estados Unidos y Europa lograron sacarse de la manga una victoria. La traición al Sur por los gobiernos de los países líderes del G-20, sumado a la ya antigua promoción de varias ONG internacionales a favor del concepto de la “Caja de Desarrollo” abrieron el camino a esta victoria del Norte. Y en esto hay lecciones muy importantes para los movimientos sociales.

Primero: confiar en los gobiernos de países con economías gigantescas e intereses propios, como Brasil y la India, es una ilusión. Brasil quiere un mayor acceso para sus agroexportadores a los mercados europeos y norteamericanos. El gobierno de Lula ha amarrado su carreta al caballo de la agroexportación. El ministro de Agricultura, Roberto Rodrigues, es ex presidente de la cámara de agroindustria, ex consultor de Monsanto y feroz defensor de los transgénicos.

Como dijo en Cancún un líder de Vía Campesina: “Cualquiera que piense que al exportar una tonelada más de soya de Argentina o Brasil, muere un niño menos por inanición, no entiende acerca de la dinámica de la pobreza”. El incremento en la cantidad de soya para exportación en Brasil y Argentina está sacando a miles de familias rurales del campo, sumergiéndolas en una pobreza cada vez más aguda.

Lo que más necesita la gran mayoría de los productores rurales son precios justos y acceso a sus propios mercados locales y nacionales. El comercio libre hace que esto sea imposible. En cambio, permite a las corporaciones extranjeras usar los precios artificialmente bajos por la competencia desleal para acaparar los mercados nacionales.

Segundo: creer que es posible “una OMC con cara humana” es una trampa. Desde hace años, ONG internacionales, como Oxfam-Gran Bretaña, hacen cabildeo en favor del concepto de la Caja de Desarrollo, como un mecanismo para aminorar los efectos nocivos de la OMC. La idea original era negociar una “caja” en la OMC – un conjunto de excepciones- en la cual los países pobres colocarían sus productos “sensibles” a las importaciones baratas, como los alimentos básicos. Dichos productos sensibles estarían sujetos a menos “disciplina” de parte de la OMC (menor reducción de aranceles y menor apertura de mercados), así confiriendo un grado de protección al sector campesino y a la seguridad alimentaria. Después el gobierno de la India propuso agregar a esta “caja” la demanda de mayor acceso a los mercados del Norte y algún recorte de subsidios agrícolas en Estados Unidos y Europa.

Desde el inicio, esta propuesta fue criticada por los movimientos sociales, como Vía Campesina, debido a que acepta las reglas de juego de la OMC y, en el mejor de los casos, a cambio de protecciones muy ligeras, dejaría campo abierto a la liberalización y privatización de todo lo demás.

Según el analista Walden Bello, después de Cancún el concepto quedó como mera idea que parecía no contar con suficiente apoyo. Pero ante la negativa de los países del Sur a avanzar en las pláticas, los negociadores del Norte, especialmente el de Estados Unidos, Robert Zoellick, decidieron aceptar, al menos en apariencia, algunas demandas del Sur.

Ahora sin el nombre de Caja de Desarrollo, y reducido a lo esencial protecciones especiales muy limitadas, acceso (mutuo) a mercados y quizás algún recorte de subsidios resultó ser la llave que necesitaban las superpotencias para lograr la anuencia del G-20 (sobre todo Brasil y la India) al desestancamiento de las negociaciones de la OMC. La gran novedad de julio fue simplemente un acuerdo mutuo Norte-Sur de recortar más sus aranceles (mayor apertura de mercados en todos lados) y la “promesa” de parte del Norte de negociar en el futuro la posibilidad de protecciones especiales y recortes de sus subsidios. O sea, más libre comercio y más promesas.

Según Vicente Paolo Yu III, del South Centre, en Ginebra, fue “gracias al esfuerzo y cabildeo de las ONG internacionales en Ginebra” que este “avance” fue posible. Pero es un verdadero desastre. De nuevo demuestra la no confiabilidad de los partidos políticos de la izquierda light en el poder.

Hace un par de años, en el Foro sobre el ALCA en Quito, al escuchar a la representante de una ONG internacional que hablaba maravillas de la Caja de Desarrollo y las posibilidades de trabajar “dentro del sistema”, un campesino del Sur dijo: “Proponen negociar la muerte lenta en lugar de la muerte rápida. No nos interesa ni su versión ni la oficial. No queremos una OMC menos mala, ni una ALCA mejor”. Lo triste es que fue precisamente la ilusión de una OMC mejor la que permitió revivir al monstruo moribundo.

  • Peter Rosset es investigador del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (CECCAM), http://www.laneta.org/ceccam La Jornada (México, D.F.) Sábado 2 de octubre de 2004.