Cómo definir a la «banda renovadora» de FMLN

SI ERASMO VIVIERA

¿Sabía usted que Erasmo de Rótterdam, cuyo pensamiento fuera afluente de ese caudaloso río denominado “Renacimiento”, publicó en París en 1511, Elogio de la Locura, pequeña obra, en dimensiones, pero grande por su contenido? Pienso que la importancia del libro se destaca especialmente, si meditamos sobre los personajes de que se ocupó Erasmo hace casi medio milenio. Elogio de la Locura, como dice Max Figueroa Esteva, “pone al desnudo, sin tapujos, el falso cristianismo de los monjes y de la Iglesia misma, la hipocresía, la gula, la avaricia, la concupiscencia, la envidia, el egoísmo, la mezquindad y la vanidad de todos aquellos falsos ‘intermediarios’ entre Dios y los hombres, y ni papas ni monarcas, como comprobará el lector, escapan al acerado puñal de su crítica sarcástica.”

Erasmo no incluyó, específica-mente, entre sus personajes a los políticos ni a prospectos de la variadísima fauna que pulula en nuestras sociedades, hasta convertirlas en un megazoológico. Si Erasmo viviera, pienso que la incluiría. A propósito de este vacío, explicable por razones históricas, opino que sería un buen ejercicio académico para estudiantes de letras y de filosofía, intentar seguir los pasos del inmortal humanista, quien decía del Elogio: “Es un divertimento literario”.

En un actual “divertimento literario”, no faltarían los “analistas políticos” o “todólogos”, los banqueros, los pastores-mercaderes, los contrabandistas, los y las proxenetas, los extranjeros que hacen de El Salvador su “tierra prometida”, los monopolistas de todo color, los cofrades del mutuo bombo de ese extraño mundo de “escritores” y “poetas”, de la mal llamada “clase política”, del “quinto poder” de los buseros, de los propietarios de los medios de comunicación masiva, etc., etc. Resulta claro que no faltarían los “renovadores” del FMLN, dirigidos por Facundo Guardado y su mano derecha, Francisco Jovel.

HAGAMOS UN POCO DE HISTORIA

Característica común que define a los renovadores (y a ciertas gentes de otras corrientes del FMLN), es su anticomunismo. Facundo Guardado, cuyas escasas luces culturales son una verdad cartesiana, por claras y evidentes, fue dirigente del Bloque Popular Revolucionario (BPR). Recuerdo, como si fuera ayer, que en una de las muchas manifestaciones en el ahora llamado “Centro Histórico de San Salvador”, una de las consignas que coreaba la masa, era la de “¡Mueran los comunistas!”, Lo cual estaba acorde con los recelos, y hasta odio visceral, que varias organizaciones político-militares de la época, cultivaban como expertos jardineros, contra el Partido Comunista de El Salvador (PCS). Ese “¡Mueran los comunistas!”, no era un antojadizo decir sino anhelo de verlos hechos cadáveres.

En lo que concierne al BPR, debemos recordar que era un ala de las FPL dirigidas por Salvador Cayetano Carpio. Este, un ex comunista de larga militancia, fundó las FPL inspirado en un anti partidismo comunista galopante, patológico, aunque años después, cuando se intentara dar un paso en el proceso de unificación (con vistas a su fusión) de las organizaciones político-militares en un solo partido, el PCS estuvo anuente. Sin embargo, lo percibible era que Carpio esperaba darse un hartazgo, engulléndose al PCS. Como éste advirtiera las intenciones de esa “unidad”, el proyecto se fue enfriando.

Además, las restantes organizaciones en armas (aunque integraban la Comandancia General del FMLN), tuvieron reticencias pues, “históricamente —como me decía Mario López, vilmente asesinado— cada una de las organizaciones no quiere perder su identidad.” De tal manera, que el camino para formar un partido unificado de la revolución se hizo humo en el primer quinquenio de los años ochenta. Debo recordar, asimismo, que durante la guerra, cualquier combatiente que pasara a territorio dominado por las FPL, era tomado como un espía y que hubo no pocos casos de fusilados por esta causa.

EL CASO DEL PRTC

En cuanto al Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), uno de cuyos fundadores fue Francisco Jovel, dejo constancia sólo parte de lo que conozco. Fue fundado por un congreso que duraría del 14 de diciembre de 1975 al 25 de enero de 1976.

La característica remarcable del PRTC era su centroamericanismo. Por eso el PRTC nació como partido istmeño. Sus ideólogos partían de estas tesis: 1a.) En Centroamérica existe una sola formación económico-social. 2a.) Las posibilidades de triunfo de un movimiento revolucionario confinado a un solo país, sin desarrollo paralelo y simultáneo en todos o en la mayoría de los cinco países, debe considerarse como nula. 3a.) El imperialismo norteamericano es el enemigo fundamental de la revolución en todas las etapas. Poco tiempo después, los ideólogos, entre ellos Francisco Jovel, se dieron cuenta de que las dos primeras tesis se daban de bofetadas con la realidad.

En efecto, en el proceso de desarrollo de los países centroamericanos, y de su incorporación al mercado capitalista mundial, se habían configurado formaciones económico-sociales específicas, con muchos puntos de semejanza y hasta idénticos, pero también con muchas diferencias. Esto contradecía la tesis de la supuesta necesidad del paralelismo y simultaneidad de los movimientos revolucionarios en la región.

Si me refiero a tales concepciones erróneas de los ideólogos del PRTC, y, concretamente a Francisco Jovel, es para refrescarles garrafales estupideces teóricas que los comunistas les señalaran en esa época.

En honor a la verdad, el PRTC, nació con pensamiento unitario de las fuerzas de izquierda y no era ni anticomunista ni anti PCS. Se trazó, como objetivo estratégico, la toma del poder, la construcción de un gobierno democrático revolucionario de obreros y campesinos dirigido por el proletariado, llegar a la revolución socialista e instaurar la dictadura del proletariado con vistas a crear la sociedad comunista.

Cabe recordar, que cuando fue creada la “Coordinadora Revolucionaria de Masas Político-Militar” (CR-PM), el 17 de diciembre de 1979, sólo fue integrada por el PCS, las FPL y la RN. El ERP quedó excluido por reiterada oposición de Eduardo Sancho, de la RN. El PRTC no fue invitado por sus traspiés organizativos, ya que no salía del laberinto centroamericanista.

Lo mismo sucedió cuando se creó la “Coordinadora Revolucionaria de Masas” (CRM), el 11 de enero de 1980, y, enseguida, el 22 de mayo de 1980, cuando nace la “Dirección Revolucionaria Unificada Político-Militar” (DRU-PM). El PRTC era presa de vacilaciones, no encontraba ni una veredita que le llevara de la mera teoría de cafetín a las acciones armadas. Cuando tiró sus primeros balazos en El Salvador, se desató una acalorada discusión interna sobre “lo correcto o incorrecto” de la decisión.

¿Qué dirá hoy Francisco Jovel de la línea estratégica general del PRTC de hace 26 años? ¿Cuál es la fuente de su anticomunismo visceral que en nada difiere del de los areneros y de la gente ignorante que, a pesar de sus andrajos y de ser “chuñas” creen que los comunistas comen niños estofados día a día? Si traemos a cuento lo anterior, es para señalar que Francisco Jovel nuevamente se equivoca en sus posiciones “renovadoras”.

¿QUÉ ES LO QUE IMPELE A LOS RENOVADORES?

Me resulta imposible dejar de expresar que Francisco Jovel y su banda de diputados, cuyo business manager es Facundo Guardado, saben que toda organización tiene normas que deben ser observadas fielmente, y que aún los mafiosos y salteadores de caminos, poseen las suyas; que la violación de tales normas acarrea sanciones.

En el caso de las organizaciones políticas, existen principios y objetivos por los cuales se lucha y, además, están las instancias respectivas que velan por su cumplimiento. Dejo constancia de que en un partido político (o en cualquier otra organización) deben caber variadas corrientes de pensamiento, menos aquellas que tiendan a la destrucción de la organización o que alimenten contradicciones irreconciliables. Es inconcebible, por ejemplo, que en el FMLN haya una corriente fascista o derechista por más camuflajes que use.

Además, existe un principio universal en los partidos políticos: El derecho a conservar la opinión una vez sea votada democráticamente una resolución. La resolución votada, será la que deba cumplirse por todos los miembros asociados. Sin embargo, si la práctica demuestra que la opinión reservada era la correcta, puede plantearse nuevamente.

Estas reglas elementales, las debe conocer Francisco Jovel y su banda, pero su virulento antico-munismo, a mi entender, hunde sus raíces en varios estratos que resumo así:

lo.) Protagonismo enfermizo. Siempre quieren aparecer en el proscenio del escenario político y público, como divinas garzas.

2o.) Oportunismo. “La oportunidad la pintan calva”, se dice popularmente. Ellos se agarran, aunque sea de un pelo de cualquier color que sea, para lograr sus inconfesables propósitos.

3o.) Pragmatismo. Los pragmáticos fundamentan sus concepciones en que el criterio de verdad de las doctrinas científicas, políticas o religiosas, es el resultado que ellas producen en la práctica.

Por ejemplo: “Si yo soy efemelista de pura cepa, no puedo llegar a integrar la mesa directiva de la Asamblea Legislativa; pero si soy renovador, y demuestro mi incondicionalidad con ARENA, entonces puedo. Los gringos tienen este apotegma: “Si yo veo que un animal camina como pato, nada como pato, come como pato y grazna como pato, no hay duda de que es un pato”. Los “renovadores” son, efectivamente, “patos”.

4o.) Abjuran del poder. Al observar ese protagonismo enfermizo, ese oportunismo y ese pragmatismo, la banda de los renovadores socavan conscientemente los cimientos del FMLN. De allí, es fácil deducir que los renovadores anhelan no llegar al poder ejecutivo ni tener mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa. Los gritos estentóreos de Jovel acusando en este sentido a la Corriente Revolucionaria Socialista, no son sino una maloliente cortina de saliva.

¿SOLUCIÓN AL PROBLEMA?

Hay dos caminos para cortar de raíz la estulticia de los renovadores: Uno, su expulsión estatutaria; y otro, que voluntariamente renuncien al FMLN y levanten carpa en otra parte. Sin embargo, ellos hablan de quedarse dentro del FMLN. ¿Por qué? Porque es adentro como pueden llevar adelante su trabajo de división y de permanentes y desgastantes tensiones que, desgraciadamente, distraen al FMLN, de las cuales se aprovechan todos sus adversarios, incluidos los periodistas a sueldo que les pasan, debajo de mesa, cheques de la Presidencia de la República.

Es difícil evadir estas preguntas: ¿Por cuánto se habrán vendido Facundo, Jovel y su banda de diputados? ¿Qué privilegios o canonjías les han sido ofrecidos? Además, es muy importante decirlo, que los renovadores no se arriesgan a levantar su propia carpa política porque la praxis nos dice que tanto Joaquín Villalobos como Eduardo Sancho, quienes quisieron desde adentro destruir al FMLN y no lo lograron, levantaron las suyas las cuales, al primer pequeño ventarrón, se les cayeron. Esto confirma que fuera del FMLN los renovadores no serán sino aspirantes a “orejas” de la inteligencia estatal, como ha pasado con Villalobos, Ana Guadalupe Martínez y el ex Comandante “Chico”, Rabindranath Armijo y otros.

Si se opta por la expulsión, esta debe ser pronta. El tiempo para las próximas elecciones corre vertiginosamente lo cual sumado a las dificultades internas del FMLN, le será a éste muy difícil tratar, correcta y profundamente, la problemática nacional y su estrecha vinculación con el pueblo.

¡Qué triste se oye la lluvia en las casas de cartón!

Patria chiquita mía, mi mamacita chula, que linda vas a ser cuando seas libre…”. Estas estrofas poéticas de algunas canciones conocidas, me hacen preguntarme de quien tiene que estar libre esta Patria chiquita de la Mara 18; de la Mara Salvatrucha; de la Mara de los partidos políticos; de la Mara de los Diputados; de la Mara del gobierno; de la Mara de las Transnacionales; de la Mara Neoliberal; de la Mara de los periodistas corruptos y vencidos o de la Mara de los demagogos que cada vez que llueve y se inunda San Salvador discuten en “Mesas Redondas” sobre las inundaciones: quien tiene que limpiar los ríos; quien hace los acueductos y alcantarillados, olvidándose del dolor de las familias que pierden sus casas, muebles y hasta sus vidas, cuando los ríos se salen de sus cauces.
El Barrio Candelaria y el Barrio La Vega por tradición y por tener en sus entrañas el Río Acelhuate siempre pone las casas y pone las víctimas en cada inundación, mientras los políticos se siguen burlando “con sentido humano” de ayudarles a que Río Acelhuate, no los siga matando.
Cuando estaba cipote y vivía en el Barrio La Vega por 1958 me gustaba llegar al Puente de La Vega, para admirar la furia del Acelhuate cuando las lluvias lo hacían crecer y sus aguas pasaban sobre el puente y el Río Arenal desembocaba en ese lugar.
El 12 de junio de 1924 en horas de la mañana, estos mismos Ríos, mientras llovía se crecieron en el Barrio Modelo y desde llamada Calle Barrios, pasando por la Iglesia Candelaria y el Barrio La Vega, comenzó la peor inundación que tuvo San Salvador en esa época, destruyó cientos de casa del Barrio Candelaria y su Iglesia quedó sumergida en el agua, murieron casi 100 personas y la correntada se llevó muchos cadáveres que fueron encontrados en Apopa.
La destrucción fue total, dice Julio Contreras Castro en su libro “Estampas del viejo San Salvador”, y que me prestó mi amigo el Doctor Ricardo Ortiz. El Actual Bulevar Venezuela era una calle empedrada y entre la Iglesia Candelaria y el Mercado Belloso, después de la correntada quedó una laguna, con cadáveres flotando y restos de las casas de la tragedia que vivió hace 81 años y que ahora se sigue repitiendo por la ignorancia de los políticos que nunca se preocupan por las tristezas y necesidades del pueblo salvadoreño.
Ese día terrible después de la correntada fueron recuperados 30 cadáveres que fueron colocados en el Atrio de la Iglesia de Candelaria y en memoria de ellos se ha colocado una Plaza y un Busto recordando esa fecha donde murieron casi 110 personas y el Río Acelhuate destruyó totalmente el Barrio de Candelaria y La Vega.
En la actualidad el Río Acelhuate y arenales están apretados en las calles asfaltadas del Boulevard Venezuela y el gobierno tiene la obligación de mantener limpias y libres las bóvedas donde se construyen sobre ellas, carreteras y viviendas para evitar que el Río Acelhuate salga de su cauce.

Carta a Rafael Aguiñada Carranza

Cuando leas esta nota sabrás que han pasado treinta años desde aquel septiembre de 1975 cuando te asesinaron. Te recordarás que días antes habías aceptado ser uno de los padrinos de mi boda y que también preparábamos un viaje especial a la playa de Las Hojas en el departamento de la Paz, aquí teníamos una confrontación especial con un terrateniente de apellido Closa e hicimos varios viajes a la zona.
Tu muerte abrió varios interrogantes, empezando por los autores, siguiendo por los móviles y llegando a la idea de la fascistización del país; el Presidente de entonces era, Arturo Armando Molina, con quien hablamos tú y yo en la Finca La Gloria sobre sus leyes agrarias; pues bien él asistió a tu entierro, con bastantes tragos adentro, con llanto negando la autoría de tu asesinato; tu entierro fue una manifestación de pueblo, de indignación y dolor, allí no hubo lugar para el miedo y la flor más fragante de tu funeral fue la indignación, que como fuente de la dignidad, promovió después incendios decisivos.
Te acuerdas, Rafael, que éramos diputados del pueblo, dos comunistas, del Partido Legal, Unión Democrática Nacionalista (UDN), miembro de la Alianza Unión Nacional Opositora (UNO); es bueno que contemos que en estos años los diputados ganábamos 2500 colones, que era un salario alto, del cual, nosotros teníamos un poco más de quinientos colones, era la legislatura de 1974 – 1976.
La Asamblea Legislativa era un foro de denuncia y nuestro trabajo siempre fue, como tú sabes, llevar a este foro, la voz iracunda del pueblo; esto era en las épocas de las grandes matanzas, como la de la Cayetana cuando de la Asamblea salían comisiones a investigar lo ocurrido y nosotros usábamos, como debe ser, a este órgano como instrumento de la gente. Te acordarás que nunca nos sentimos funcionarios y siempre fuimos revolucionarios desempeñando una tarea de manera exitosa.
Te cuento Rafael, que en el debate, en el Salón Azul de la Asamblea sobre tu asesinato, atacamos fuertemente a la dictadura militar de derecha; el Partido de Conciliación Nacional siempre negó su participación en tu muerte, y al final de ese debate, el Chele Juayúa, Presidente de la Asamblea en ese entonces me invitó a su oficina para asegurarme que ellos no habían tenido nada que ver y al final de la plática, imagínate, me dio un obsequio, consistente en una pequeña cajita que contenía dos condones.
Dos años después, Rafael, en otras elecciones, la UNO llevó de Candidato Presidencial al Coronel Claramount y el veintiocho de febrero de ese año el Ejército masacró al pueblo en la Plaza Libertad.
La lucha armada ya caminaba con pie de acero y el Partido Comunista logró un acuerdo político fundamental con las otras organizaciones políticas que se preparaban, con sus ritmos, estilos y métodos, para la guerra que se venía encima de manera indetenible.
Ese acuerdo, Rafael, se llamó Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, y fue, la experiencia política militar, más resonante de toda la historia política del país. El ejército nuestro se llamó fuerzas armadas de liberación, FAL, y operamos, en el Cerro de Guazapa, en el volcán de San Salvador, en Chalatenango, en Jucuarán, en Cerros de San Pedro y en la Guerra Urbana.
Tengo que contarte, por duro que sea, que tu hijo, Rafa, murió en esta guerra al resistirse a su captura en las cercanías del Hospital de Maternidad, también debo decirte, que tu hija menor, Galia, que estaba muy chiquita cuando nos reuníamos en tu casa en el IVU, también murió, en Guazapa, a finales de la Guerra.
En 1989 desatamos la mayor ofensiva militar de la historia del país y una de nuestras unidades militares más importantes llevó tu nombre. La guerra terminó con un pacto de paz, el FMLN murió y nació un partido con el mismo nombre, todas las organizaciones integrantes fueron disueltas y una nueva historia se nos vino encima.
La organización sindical, Rafa, en la que vos tanto trabajaste, casi desaparece, porque la clase obrera también se redujo cuando el país deja de ser productor y es convertido en un país de servicios.
Te cuento que hay una nueva clase dominante, que es la financiera, estos son peor que los cafetaleros, pero también te cuento, para que estés tranquilo y contento, que todo está renaciendo con el aliento oxigenante de La Resistencia y que hoy, se está aprendiendo a hacer política desde abajo y desde adentro, algunos, como el Partido fmln participan dificultosamente en la política ajena y la hacen como funcionarios; pero el vigor como la salud de la lucha viene de más adentro de la vida y de la sociedad.
Me parece, Rafa, que podés estar tranquilo, porque el pueblo está avanzando en un planeta en guerra, contra la naturaleza y los seres humanos.
Estamos avanzando y el enemigo es víctima de su lógica y de su racionalidad irracional. Treinta años de tu muerte, sin olvido y con memoria – muestran que nada se detiene.

El día “D” hasta el tope

Managua, Nicaragua. 11 de noviembre de 1989. Son las siete y cuarto de la noche cuando Joaquín Villalobos, comandante del ERP, escucha por radio que sus unidades, en El Salvador, ya han tomado sus respectivas posiciones. “Ya la hicimos”, dice para sí.

Los primeros disparos sucedieron frente a la comandancia del Ejército en Ayutuxtepeque, San Salvador. Una columna de insurgentes de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) había desviado el camino y la confusión permitió que los soldados, a pesar de la oscuridad reinante, la descubrieran y le comenzaran a disparar.

La unidad miliciana respondió lanzando dos cohetes de RPG- 7.
“Aunque los descubrieron antes de tiempo, venían con mucho poder de fuego y lograron controlar la situación”, recuerda Facundo Guardado, entonces coordinador de las FPL en San Salvador durante la ofensiva.

El enfrentamiento de Ayutuxtepeque fue el primero de una ofensiva militar que el FMLN había gestado durante casi un año, cuando varios acontecimientos nacionales e internacionales indujeron a la comandancia general del Frente a entrar en acción.

En su lógica, era imprescindible realizar una incursión de gran envergadura sobre las principales ciudades de El Salvador antes de sentarse a negociar con el gobierno del Presidente Alfredo Cristiani.

La conclusión de la comandancia se daba en tres contextos. Primero, finalizaba la década de los ochenta y el bloque de países socialistas en Europa comenzaba a ceder ante presiones internacionales para permitir una apertura democrática. Este hecho abría un nuevo orden mundial que, sin duda, afectaría al FMLN.

Segundo: a nivel regional, en Nicaragua, el gobierno del Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN) celebraría elecciones libres después de una década de gobierno continuo. De perder los sandinistas, el FMLN se quedaría sin el más importante apoyo estratégico.

Y, tercero, El Salvador era escenario de cambios: Alfredo Cristiani había sido electo como el primer presidente arenero, hecho que daba fin al reinado de la Democracia Cristiana. “Es importante tomar en cuenta que se fue configurando un clima propicio para poder acercarse a una negociación”, asegura Guardado.

La estrategia

Julio de 1989. Managua, centro de operaciones de la comandancia general del FMLN. En una casa enorme, con salones grandes, Joaquín Villalobos, Salvador Sánchez Cerén, Francisco Jovel, Eduardo Sancho y Schafik Handal estaban sentados en torno a la mesa de la sala principal. Preparaban el plan estratégico para la ofensiva que dirigirían. Esa era apenas una de las largas y extenuantes jornadas de trabajo que tuvieron el resto de semanas hasta noviembre.

El plan que discutían partía de dos factores: necesitaban contar con tiempo y territorio suficientes para llevar a cabo con éxito la acción militar. Joaquín Villalobos les explicaba que la conjunción de ambos aspectos debía ocasionar crisis en el Ejército y el Gobierno.

¿De qué forma lo conseguirían? “El principio que planteamos fue penetrar la ciudad y fortificarnos en las zonas populares. Así, cuando el Ejército intentara sacarnos no iba a poder. Pasarían los días y pronto íbamos a estar en CNN y otros espacios de prensa internacional. Todo eso iba a provocar un impacto, de tal forma que se tradujera en una intervención de los cascos azules de la ONU y entonces se iba a generar una verdadera negociación con la intervención de la ONU”, explica Villalobos.

insurrección

Aunque toda la comandancia coincidía en el objetivo, las reuniones se volvían agrias cuando se discutía la posibilidad de una insurrección popular.

Francisco Jovel asegura que Joaquín Villalobos era el más entusiasta con esa idea. Sin embargo, este último explica que esa posibilidad sencillamente no era viable y que, por lo tanto, nunca la visualizó: “Eso simplemente fue un mito.

Tanto el FMLN como el Ejército se habían desarrollado militarmente, eran ejércitos empatados, pero no se podía poner a combatir a la población porque no estaba militarmente preparada para enfrentar al Ejército”.
Eduardo Sancho coincide con Villalobos y agrega que el tema de la insurrección era algo muy subordinado al objetivo original… que era demostrar fuerza de combate.

Pese a las divergencias que surgían, la comandancia general terminaba por sobreponer el objetivo común.
Para poder llevar a cabo las acciones previas a la ofensiva, desde enero hasta octubre de 1989 la dirigencia manejó un fondo común y otro individual que sirvió para pagar la logística. Y aunque ninguno de los entrevistados recuerda una cifra exacta del monto, casi todos coinciden en que éste sobrepasaba los $2 millones.

Cada una de las cinco organizaciones manejaba sus propios fondos, procedentes de los rescates que cobraban por secuestros a empresarios del país y del aporte que les daba la solidaridad internacional.
La ayuda más importante provenía de una campaña permanente que se realizaba en la República Federal de Alemania llamada “Armas para El Salvador”.
Pero ese dinero no bastaba. La magnitud de la incursión obligó a que los cinco comandantes dispusieran todos sus recursos a disposición. Parte de los fondos se gastó en la compra de zapatos, uniformes, alimentos, mochilas y municiones. Porque lo que venía no era una batalla más. Era la más importante de todo el conflicto.

Detalles afinados

Durante los días previos al ataque, el FMLN comenzó a trasladar las tropas, más de 2,000 hombres, desde el interior del país hacia los centros urbanos, incluyendo la capital.

Mientras el FMLN trataba de mantener ocultos sus movimientos, avanzando durante la noche, sus planes eran un secreto a voces para todos, incluso para el mismo Ejército.

“Cuatro días antes había un silencio casi total de los radios del FMLN; eso nos indicaba que algo iba a pasar”, recuerda el general Mauricio Ernesto Vargas, que en 1989 era comandante del Ejército de la zona oriental. Pero días antes de la incursión la historia dio un giro inesperado. El ERP detectó que de una de sus unidades se filtraba información que iba a parar al Estado Mayor.

Para identificar al “soplón”, la dirigencia del ERP lanzó una información falsa.
“Desinformaríamos al Ejército y además íbamos a identificar de dónde venía la fuga”, explica Claudio Armijo, coordinador del ERP en San Salvador durante la ofensiva.

La estrategia dio resultado: una semana antes de la ofensiva, René Emilio Ponce, jefe del Estado Mayor Conjunto, apareció en los periódicos afirmando que la comandancia general del FMLN había abortado una ofensiva militar.
La noticia provenía de sus fuentes de inteligencia, reconoce el mismo Ponce.

“Una de las fuentes principales de información que teníamos eran las infiltraciones que se hacían, no solamente al ERP o a la RN, sino a todas las filas del FMLN”, afirma sonriente.

Pero aquella información era falsa.

“Era una acción de contrainteligencia que se debía soltar para cuidar el plan”, dice Armijo. El cuidado tenía su razón: no sería un simple enfrentamiento; militarmente, la ofensiva planteaba un cambio estratégico, pues llevaría la guerra del campo a la ciudad.
Como San Salvador sería el ojo del huracán cada organización movilizó a lo mejor de sus tropas hasta las colonias populares de la capital.

Los demás combatientes quedaron en los terrenos que mejor conocían: sus zonas de combate tradicionales.
Ese sentido común permitió que, por ejemplo, las unidades del ERP llegaran a tiempo a los sitios establecidos.
Por eso fue también que aquella noche de noviembre Joaquín Villalobos quedó menos preocupado después de escuchar que sus guerreros estaban listos para la acción.

A las 7:15 de la noche de aquel sábado, el comandante se tomó un trago de whisky. Quince minutos después, El Salvador se volvía escenario de la mayor ofensiva guerrillera.

El plan en marcha

Norte de San Salvador. Sábado 11, 19:30 horas. Las unidades del resto de las organizaciones terminaban por tomar posición.
Algunos vecinos de dicha zona ya esperaban visita. Se trataba de los colaboradores y milicianos del FMLN que durante semanas habían trabajado en la logística del plan, preparando el terreno.

El área metropolitana estaba sitiada por las fuerzas insurgentes y en medio enfrentamientos, mientras el resto de la población permanecía en casa, temerosa.
En el interior del país también había enfrentamientos. La ofensiva pretendía afectar los centros militares más importantes de El Salvador.

Los combates continuaron más de lo esperado por los militares. Ellos, en un primer momento, creían que todo se trataba de una simple incursión guerrillera; pero, 72 horas después del inicio de los enfrentamientos, los alzados en armas seguían parapetados en los mismos lugares. Y, sobre todo, continuaban atacando la retaguardia del Ejército: San Salvador.

Fue en ese momento cuando, a juicio de todos los ex guerrilleros entrevistados por Vértice, el Ejército, a través de la Fuerza Aérea, comete su primer gran error. Las zonas populares del norte de la capital comenzaron a ser bombardeadas.

“Las colonias populares fueron ametralladas y bombardeadas de manera cruel porque pensaban que eran gente de la guerrilla. El panorama era caótico”, recuerda Roberto Orlando Cruz, director Ejecutivo de Comandos de Salvamentos.
La tarde del 15 de noviembre, durante una reunión, el Estado Mayor y los jefes de los comandos militares replegados en el área metropolitana llegaban a la conclusión de que “era necesario emplear todos los recursos que tenían para evitar que San Salvador cayera en manos del FMLN”, recuerda el General Ponce.
“La población había sido evacuada a escuelas y al Estadio Flor Blanca, eran como 80 mil personas. Para nosotros, los que habían quedado en las zonas eran simpatizantes del FMLN”, añade.

La respuesta a los bombardeos fue un cambio en la estrategia del único plan que existía. Desde Managua, Joaquín Villalobos se comunicó con Armijo para preguntarle si existía un corredor seguro que conectara desde donde estaban combatiendo hasta las colonias Escalón y San Benito.

Ante la respuesta positiva de Armijo, Villalobos dictó que unidades de las FPL y el ERP incursionaran en tales colonias. Al menos así lo plantea él. Pero Francisco Jovel y Eduardo Sancho, de la comandancia general, aseguran que dicha incursión era parte del plan original.

Vértice no pudo contrastar esta información con Schafik Handal y Salvador Sánchez Cerén (también de la comandancia). El primero, envió un mensaje diciendo que “no le interesaba hablar de este tema, pues no tenía tiempo”. Sánchez Cerén explicó que podía dar entrevista después, a partir del lunes 8 de noviembre.

Improvisación o no, tanto Villalobos como Sancho aseguran que conocían el terreno de antemano. “Tuvimos de manera permanente una unidad en el volcán de San Salvador y varias veces incursionamos en esas zonas. Por eso no nos costó entrar”, reafirma Facundo Guardado.

¿Qué pretendían con llegar a esas colonias? En primer lugar, distraer al Ejercito pues en esos sectores había puntos neurálgicos como la Residencia Presidencial, el Estado Mayor y la Embajada de Estados Unidos, entre otros.
En segundo lugar, el bombardeo a las zonas populares y la muerte de los jesuitas, el 16 de noviembre, mostraba la desesperación en que habían caído los militares. Y eso, a juicio de la comandancia general, ubicaba al FMLN en una mejor posición para negociar.

Llegar a la Escalón tenía otra intención: la madrugada del 21 de noviembre, 11 días después de haber comenzado la ofensiva, fuerzas de las FPL y el ERP se tomaron la torre del Hotel Sheraton, ahora Radisson, donde se encontraba un grupo de asesores norteamericanos y Joao Baena Soares (Secretario General de la OEA).

Eduardo Sancho y Villalobos aseguran que la presencia de esos personajes en el lugar fue una casualidad.

Esta postura es compartida por el comandante de la RN Roberto Cañas, quien en ese momento estaba en México como parte de la comisión negociadora del FMLN: “Cuando supimos que estaban ellos adentro nos comunicamos inmediatamente con los contactos que teníamos en Washington para explicarle al Departamento de Estado que la cosa no era contra ellos”.

Las unidades de las FPL y el ERP estuvieron solamente pocas horas en el hotel; sin embargo, esa acción fue —de acuerdo con los entrevistados— la pauta para posicionar al FMLN en la prensa internacional, después de la muerte de los jesuitas.

La misión no duró pues fue interrumpida por fuerzas especiales del Ejército, que sacaron a los guerrilleros del hotel.
Al día siguiente, el 22, los insurgentes comenzaron a replegarse hacia sus retaguardias. Si bien hubo posteriores enfrentamientos no fueron de gran magnitud.

Desde entonces, la ofensiva “Hasta el tope y punto” comenzó a ser parte de la historia.
Hoy, después de 15 años, todos los entrevistados por Vértice coinciden en que era necesario una ofensiva de esa envergadura para poder sentarse a negociar. “De lo contrario, esta guerra todavía estuviera”, sentencia Francisco Jovel. Sus ex compañeros coinciden con él.
Los misiles que no lograron lanzar
Durante la guerra, el FMLN no usó misiles tierra aire.
Trato entre EE.UU. – URSS

Por acuerdo de George Bush (padre) y de Mijail Gorbachev, presidentes de Estados Unidos y de la Unión Soviética, respectivamente, el Frente nunca pudo obtener misiles tierra-aire. Durante la planificación de la ofensiva de 1989, Joaquín Villalobos negoció con Fidel Castro para que le consiguiera algunos. Sin embargo, Castro no agilizó los trámites. Poco antes de que terminara la incursión, salió de Managua un avión y un barco con cargamento bélico, incluyendo los misiles… pero de fabricación norcoreana.

Sin embargo, segundos antes de tocar tierra salvadoreña, el avión cayó y se perdió el cargamento. Y los que llegaron por barco no sirvieron. Fue hasta después de las elecciones en Nicaragua que un alto mando de la Fuerza Aérea de ese país le vendió al ERP una importante dotación de misiles rusos. Fueron los que usaron durante la poco conocida ofensiva de 1990.

Homenaje a Rafael Antonio Arce Zablah

Oxford, Inglaterra. Eran las tres de la madrugada de un día de 1969. El padre Alfonso Navarro Oviedo nos hizo salir con urgencia de la casa parroquial de San Juan Opico, y no nos permitió abordar el autobús en el pueblo. Caminábamos por unas veredas tropezándonos, intentando seguir al guía sin hablar ni usar lámpara. Íbamos indignados, jamás habíamos caminado en la oscuridad y, la verdad, no entendíamos lo que pasaba, teníamos 18 años y recién empezábamos la Universidad. Yo estaba allí ayudando a Rafael Arce Zablah en un programa de alfabetización campesina que ofrecía la Iglesia Católica. Nos sentíamos bien enseñando a la gente a leer, pero nunca pensamos que aquello fuera tan peligroso. Una carta anónima amenazándonos de muerte llegó a la casa parroquial.

El padre Navarro confirmó que la carta venía de la Guardia Nacional y nos pidió salir de inmediato. ¡No estamos haciendo nada malo!, le dijimos, Rafael propuso incluso discutir con los guardias y demostrarles que no era ilegal enseñar a leer, sobre todo porque al avanzar el curso leíamos la Constitución Política. ¡Están locos!, nos dijo el padre, ¡mejor apúrense!; ¡mi papá es militar!, insistía Rafael. La madre de Rafael era miembro de una familia muy conocida en el país y su padre, efectivamente un coronel del ejército, era muy amigo del coronel Molina. El general Humberto Romero era incluso padrino de Rafael. Navarro fue sensato e hicimos bien en obedecerle; en 1977 lo asesinaron.

Desde aquel día nos sentimos profundamente retados en nuestra dignidad y bromeábamos sobre si podíamos o no arrebatarle el fusil a un guardia, pero ni buenos deportistas éramos. La lucha armada contra el gobierno militar se nos volvió un tema persistente. El gran problema era que no sabíamos cómo hacerlo, no teníamos ni idea de cómo proteger una organización en caso de capturas y torturas. Por aquella época llegó al país la película “La batalla de Argelia”. En ésta un general francés explica en detalle el funcionamiento básico del Frente de Liberación Nacional Argelino. Una estructura piramidal permitía compartimentar y proteger la información. Rafael era mi mejor amigo y nos entendíamos con la mirada. Al salir del cine me dijo: ¿Estás pensando lo mismo que yo?, si, le respondí, bueno, ¡entonces ya la hicimos! afirmamos los dos. Hablamos de cómo podíamos llamar al movimiento. Rafael propuso “Jaraguá” porque proporcionaba identidad nacional y se asociaba con rebeldía, desgraciadamente eso no prosperó.

La historia es más larga, luego descubrimos que había otros grupos intentando hacer lo mismo. Pero empezó allí, en San Juan Opico y en el Cine Regis, no en La Habana ni en Moscú. El general de la película sólo nos había resuelto cómo no morir en el primer intento. Había un problema mucho más difícil, ¿cómo hacer una guerra de guerrillas en un país sin montañas ni selvas?; ¿cómo superar a los cien mil paramilitares y 60 mil miembros de la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), que estaban presentes en todos los caseríos y barrios del país?; ¿cómo no ser detectados en un país en donde no se podían caminar veinte minutos sin encontrar una casa o dos horas sin encontrar una calle transitable en vehículo? En definitiva, cómo hacer la guerra revolucionaria en un país donde eso era imposible.

Rafael era poseedor de una inteligencia extraordinaria, segundo bachiller de la república y el primero en la Universidad, hablaba y escribía inglés perfecto. Fue su inteligencia la que resolvió aquel complejo problema. Hizo una gira y se reunió con campesinos de Morazán, Usulután, San Vicente, Chalatenango, Santa Ana y La Unión. Sus conclusiones fueron contrarias a lo que la izquierda pensaba y la derecha temía, sostuvo que no eran los jornaleros de las grandes haciendas el centro de gravedad de una rebelión; planteó que la clave eran los campesinos minifundistas medios y pobres de Morazán, San Vicente y Chalatenango.

La tradición de la izquierda era dirigirse al proletariado y organizar donde habían más conflictos de clase. Los departamentos de minifundistas eran bastiones conservadores donde el Partido Conciliación Nacional doblaba en votos a la oposición. Rafael señaló que zonas como Morazán tenían conflictos con el Estado por abandono social y falta de créditos, y que contrario a los campesinos de Usulután o Santa Ana, que tenían problemas graves de alcoholismo, delincuencia y emigraban constantemente, los de Morazán eran estables, responsables y, si bien había pobreza, por lo menos tenían tierra y sobrevivían.

Aquello en realidad era quitarle cuerpo social al enemigo y aparecerle en donde menos se lo esperaba. Rafael señaló que esas zonas era posible controlarlas primero políticamente y luego militarmente, pero requerían una organización territorial que incorporara a los grupos familiares completos, incluso a miembros de las patrullas y de ORDEN. En vez de enfrentar había que reclutar.

Así fue como nació el concepto de zona de control y fueron esas ideas las que transformaron a Morazán en la retaguardia estratégica de la guerrilla salvadoreña, algo que no pudo ser destruido ni con matanzas como la del Mozote. Esa retaguardia fue la que permitió que el Ejército Revolucionario del Pueblo se convirtiera en una de las guerrillas militarmente más eficaces que ha existido en Latinoamérica. Esas mismas ideas hicieron que Jucuarán, en las costas de Usulután, contara con una organización social que recibió miles de armas por mar sin que las Fuerzas Armadas interceptaran jamás una sola de las operaciones durante once años de guerra.

Rafael murió en combate un 26 de septiembre, hace treinta años, en el municipio de El Carmen en La Unión. Un puñado de jóvenes con más indignación que entrenamiento militar tomamos por primera vez un puesto de la Guardia Nacional. Rafael no pudo conocer a su hijo, ni ver al país en paz y democracia, pero la brigada guerrillera que llevó su nombre y los combatientes de Morazán alcanzaron San Salvador en noviembre de 1989. Rafael fue parte de una generación de jóvenes educada en la excelencia, que abandonaron un futuro personal exitoso para rebelarse y transformar al país. Su imaginación e inteligencia junto a la de otros revolucionarios como Felipe Peña y Lil Milagro Ramírez, sentaron las bases de un movimiento que sólo estaba subordinado a buscar una vida mejor para los salvadoreños. Sin su influencia jamás se hubiese firmado una paz basada en el interés nacional y en un programa democrático.

Dicen que la guerra es una lucha provocada por viejos que se conocen, pero que no se matan, en la que pelean jóvenes que no se conocen, pero que sí se matan. Cuando me preguntan sobre las causas de la guerra, suelo contar que al firmarse la paz fui invitado por un grupo de empresarios para hablar sobre el proceso que se iniciaba. Terminada mi charla una señora, perteneciente a una de las familias más ricas del país, me dijo en tono recriminatorio: ¿Por qué no pensaron en toda la destrucción que provocarían?, señora, le respondí, sólo hay dos posibilidades: o nosotros a los 19 años fuimos tan inteligentes para armar un conflicto que duró 22, o ustedes fueron tan torpes para gobernar que llevaron al país a una guerra”.

ILPES exige solución a problema penitenciario nacional

SAN SALVADOR; 30 de septiembre de 2005 (SIEP) “Las declaraciones del Sr. René Figueroa, Ministro de Gobernación rechazando toda solución negociada a la crisis carcelaria que lleva ya tres semanas son expresión de la prepotencia gubernamental”dijo el Rev. Roberto Pineda, pastor de la Iglesia Luterana Popular.

Desde hace tres semanas los reclusos de las principales cárceles del país se encuentran en huelga de hambre, exigiendo se permita la visita periódica de sus familiares y mejores condiciones de alimentación y de espacio físico. La respuesta gubernamental ha sido la amenaza y la represión.

“Mientras –señaló el pastor luterano-el gobierno ha permitido que altos funcionarios y dirigentes de ARENA, corruptos, que han robado millones de dólares, puedan escapar de la justicia, como García Prieto y Majano, por otra parte se esmera en realizar redadas en sectores populares para atemorizar a la población.”

“La política de mano dura, que por cierto ha fracasado, únicamente siembra el terror en las comunidades populares de la ciudad y del campo, se pretende atemorizar a la juventud y obligarla a que emigre a Estados Unidos, para que pueda enviar dólares, y esas remesas son aquí aprovechadas, succionadas por el gran comercio y la banca. Es un gran pecado.”

“Como Iglesia Luterana Popular denunciamos esta maniobra diabólica de Antonio Saca, sembrar el terror mediante el plan mano super dura, castigar a miles de familias de personas encarceladas evitando que vean a sus familiares, quieren convertir a El Salvador en una gigantesca prisión, de esclavos que trabajen en maquilas y gasten en los grandes centros comerciales las remesas que vienen de otros esclavos que trabajan en Estados Unidos”afirmó el también dirigente del Bloque Popular Social.

“Es importante solidarizarse con los esfuerzos que realizan nuestros hermanos encarcelados, que han comprendido que este sistema corrupto los castiga por ser pobres, han tomado conciencia de su situación y están en pie de lucha y hay que acompañarlos. No podemos dejarlos solos.”

“Hacemos un llamado a los sectores populares para acompañar estos esfuerzos de lucha popular desde el interior de las cárceles, para apoyar a los familiares de reos comunes en la lucha por el derecho a la visita, a denunciar el carácter represivo de este sistema de muerte, de este sistema capitalista, que solo podrá ser destruido con la lucha popular organizada” concluyó.

FSSP conmemora en UES Día del Guerrillero Heroico

SAN SALVADOR, 30 de septiembre de 2005 (SIEP) “El Frente Salvadoreño de Solidaridad con los Pueblos invita a conmemorar un nuevo aniversario de la caída en combate en Bolivia del Comandante Che Guevara” dijo Rigoberto Díaz.

Agregó que “como salvadoreños y latinoamericanos nos sentimos honrados de mantener viva la memoria del sacrificio del Che, de ese guerrillero que abandonó las comodidades del poder para emprender la lucha armada en Bolivia.”

“Es un ejemplo de compromiso con los ideales de la lucha por la justicia social, por el socialismo, por la liberación de nuestros pueblos de las ataduras del imperialismo, el ejemplo del Che sigue asustando a los explotadores, a los opresores, a los imperialistas.”

El Frente Salvadoreño de Solidaridad con los Pueblos esta integrado por el Comité Salvadoreño de Solidaridad con Cuba, el Congreso Bolivariano de los Pueblos, el Bloque Popular Social, las Comunidades de fe y Vida y el Comité de Becarios de Cuba.

La actividad será el próximo jueves 6 de octubre a las 3 p.m. en el Auditórium de la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador. Habrá participaciones artísticas de los grupos Tlatocani, Yulcuicatl, y la Secretaría de Cultura del FMLN. Los expositores serán Tirso Canales, Antonio Martínez, Dagoberto Gutiérrez y Nidia Díaz.

“Los esperamos. Hagámonos presentes para conmemorar esta fecha ya que el espíritu rebelde del Che Guevara, su palabra, su ejemplo, son símbolos de esta lucha que sigue viva y va hacia delante, y como decía el Che, hasta la victoria siempre” finalizó Rigoberto Díaz.

Trabajadores del campo exigen aumento salarial a Saca

SAN SALVADOR, 30 de septiembre de 2005 (SIEP) Representantes de diversas organizaciones campesinas se concentraron esta mañana en la Plaza del Salvador del Mundo desde donde marcharon hacia el Ministerio de Trabajo para exigir un aumento salarial.

Carlos Rodríguez, dirigente de la Asociación Nacional de Trabajadores Agropecuarios (ANTA) explicó que “como trabajadores rurales alzamos nuestra voz ante el presidente Saca exigiendo un aumento salarial que nos permita enfrentar el aumento de la canasta básica de consumo.”

Indicó el dirigente del Bloque Popular Social que “ya no aguantamos la situación en nuestras comunidades, suben los costos de la ropa, el calzado, el transporte, la medicina, los utiles escolares, la vivienda pero no suben los salarios, es insoportable.”

Señaló que “han pasado ya bastantes años sin que el Gobierno decrete aumento para los trabajadores del campo, nos tienen marginados, nos buscan solo en tiempos de elecciones y ya estamos cansados de tantas promesas de este gobierno mentiroso.”

Enfatizó que “lo que hemos presenciado es la destrucción de la agricultura, no existe ningún incentivo para que cultivemos, lo que estan haciendo es traer las verduras de Guatemala y en los pocos trabajos existentes los salarios son miserables.”

“Es por eso que –dijo-formalmente le estamos solicitando al Ministro de Trabajo que se actualicen los salarios en el campo y que cada trabajador rural gane 8 dólares diarios, y los trabajadores en los ingenios azucareros y beneficios de café, el salario sea de 10 dólares diarios.”

“Esto es de justicia porque nos permitirá equilibrar un poco los ingresos con los costos de los productos de la canasta básica familiar y no poniendo los aumentos en la luz eléctrica y el agua”opinó.

Antecedentes y datos sobre la fundación del FMLN

El Surgimiento de nuevas organizaciones revolucionarias en los primeros años de la década de los setentas, estimuló e impulsó la lucha popular por conquistar los ideales de democracia y justicia social y, en parte, generó condiciones para que a mediados de esa década se produjera el nacimiento de grandes organizaciones populares que dinamizaron con fuerza el proceso revolucionario que avanzaba hacia niveles superiores de la lucha popular. Dentro de ese contexto, el escandaloso fraude de las elecciones presidenciales celebradas en febrero de 1977 mediante el cual la dictadura militar impuso por la fuerza al General Carlos Humberto Romero y la posterior agudización de la represión fueron factores que confirmaron que cualquier posibilidad de avance democrático por la vía político-electoral estaba cerrado, situación que condujo a que miles de ciudadanos apoyaran y se incorporaran a la lucha armada como única posibilidad de avanzar en la lucha por conquistar la democracia.
En ese entorno, pero de manera más sistemática durante 1978-1979, se ampliaron y formalizaron los contactos e intercambios de información y de opiniones sobre la realidad nacional entre las diferentes Organizaciones Revolucionarias y se empezaron a producir algunos casos de cooperación entre ellas. El 19 de Julio de 1979, los revolucionarios nicaragüenses habían accedido al poder mediante una generalizada insurrección. La Victoria de la Revolución Sandinista ocurrió después que las tres corrientes del Sandinismo (Proletaria, Guerra Popular Prolongada e Insurrecional o Tercerista) surgidas, en 1976, de una división interna se reunificaran. Ese proceso de reunificación de los revolucionarios nicaragüenses y la posterior victoria de su revolución estimuló, de manera significativa, al Movimiento Revolucionario Salvadoreño y le fortaleció la idea de iniciar un proceso de mayor entendimiento, cooperación y finalmente de unificación de los partidos y organizaciones de la izquierda revolucionaria.
El golpe de Estado del 15 de octubre de 1979 cerró la tercera fase del modelo de Dictadura Militar iniciado en 1932. Los fallidos intentos que las diferentes fuerzas revolucionarias y democráticas hicieron por impulsar un programa de reformas económicas y sociales aprovechando la situación conformada a partir del golpe del 15 de octubre se vio enfrentada con la represión profundizada y mas generalizada que ejercían los poderosos militares derechistas que se aferraban al poder y que arremetían, incluso, en contra de sus propios compañeros de armas que buscaban una salida no militar a la crisis. La Nación entera estaba polarizada y la lógica y la dinámica de la guerra revolucionaria estaba planteada. A finales de octubre de 1979 varias Organizaciones Revolucionarias expresaron su voluntad de buscar acuerdos entre sí para la coordinación primero y la unificación posterior de los revolucionarios salvadoreños y en el mes de noviembre solicitaron, por separado, a los amigos cubanos su cooperación para que facilitaran su territorio y poder encontrarse en la Habana en un entorno seguro y tranquilo para discutir, de manera relajada, los aspectos que podrían conducir a la unificación de la izquierda revolucionaria de El Salvador. El 16 de Diciembre los dirigentes de tres organizaciones pudieron reunirse en Cuba y durante el atardecer habanero del 17 del mismo mes Ernesto Jovel de la R.N., Salvador Cayetano Carpio, (Marcial), de las FPL y Schafik Jorge Hándal (Simón), del PCS tomaron la resolución de suscribir el primer acuerdo de unidad y constituir la Coordinadora Político Militar, CPM, en cuya dirección estarían seis personas, o sea, dos por cada organización : Salvador Cayetano Carpio y Mélida Anaya Montes, (FPL), Ernesto Jovel y Julia R.(RN), Schafik J. Hándal y Américo M. Araujo (PCS). Dentro de la CRM, de manera informal, se creó un código sencillo para referirse a cada uno de sus miembros; así : Felipe para las FPL, René para la RN y Paco para el PC. Allí se discutió el ingreso de las otras dos Organizaciones Político Militares existentes: ERP y PRTC. En aquel primer momento se recomendó al PRTC, que entonces era un Partido con estructura orgánica regional a nivel de Centro América, que reformaran su estructura y quedara claramente establecida una conducción nacional propia para poder concertar acuerdos y pudiera formar parte del la Coordinadora Político Militar, (CPM), que era la expresión salvadoreña de la unidad de la izquierda y al ERP se le solicitó que esclareciera más el acontecimiento en derredor de la muerte de Roque Dalton. En la misma reunión de constitución de la CPM se acordó dar por terminado los intentos por modificar, desde dentro, el rumbo del Gobierno de la Junta surgida el 15 de octubre, y persuadir a los aliados que estaban en ese gobierno a abandonarlo; así mismo, acordaron constituir la Coordinadora Revolucionaria de Masas, CRM, que incluiría a las organizaciones sociales identificadas con todas las cinco organizaciones político militares; así, estaría conformada por el Bloque Popular Revolucionario, BPR, de las FPL y que había surgido en Julio de 1975; el Frente de Acción Popular Unificado, FAPU, de la RN que había surgido en el primer semestre de 1977 después que hubo un primer intento de formar una organización, con el mismo nombre, en 1974; la Unión Democrática Nacionalista, UDN, Partido Político por medio del cual el PCS había participado en la coalición electoral UNO en 1972 y 1977; las Ligas Populares 28 de febrero, LP-28, del ERP surgida después del gran fraude electoral cometida contra la UNO en 1977, y el Movimiento de Liberación Popular, MLP, surgido en 1978, del PRTC. En la CRM, a diferencia de la CPM, sí estaban incluidas todas las cinco fuerzas en sus expresiones sociales. Días después se acordó lanzar el 10 de enero de 1980 el primer pronunciamiento público de la nueva Coordinadora Político Militar, CRM, donde se proclamaría el carácter democrático de la revolución, su orientación socialista, sus fundamentos históricos y los contenidos programáticos inmediatos y al siguiente día 11 de enero hacer la presentación y lanzamiento público de la Coordinadora Revolucionaria de Masas, CRM, acto que se celebró en el Auditorio de la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador. Ambos acontecimientos tuvieron un impacto de grandes proporciones. La cresta de la situación revolucionaria se elevaba y la Coordinadora Político Militar tomó el acuerdo de convocar para el 22 de Enero, aniversario 48 de la insurrección popular de 1932, a una manifestación para celebrar la unificación de las fuerzas políticas y sociales de izquierda, apoyar a las organizaciones nacientes y repudiar la política del nuevo gobierno militar-democristiano. Aquel 22 de enero se realizó la más grande movilización ciudadana de El Salvador ocurrida en la segunda mitad del siglo XX. La manifestación, la mañana de ese martes, fue reprimida a fuego de metralleta por la guardia nacional y el ejército. Si el 30 de Julio de 1975, cuando se cometió la masacre contra los estudiantes universitarios y de secundaria, se puede considerar como la bisagra que cambió el rumbo de la lucha popular, el 22 de enero de 1980 podemos considerarlo como el día en que el camino de la guerra popular-revolucionaria quedó sellado. El Partido Demócrata Cristiano empezó a fracturarse y el asesinato, el 4 de marzo de aquel año, a manos de un escuadrón de la muerte ligado a los cuerpos de seguridad, de Mario Zamora Rivas, Procurador General de la República y miembro de la Comisión Política del PDC provocó la renuncia de Héctor Dada de la Junta de Gobierno y, días después, la dirección del PDC expulsó a un grupo de militantes encabezados por Rubén Zamora y Jorge Villacorta. Este grupo de ex pedecistas, con la excepción de Héctor Dada, se constituyó en Movimiento Popular Social Cristiano, MPSC. Durante el mismo mes de marzo empezó la formación del Frente Democrático, FD, con la participación del Movimiento Nacional Revolucionario, MNR; del recién fundado MPSC, del Movimiento Independiente de Profesionales y Técnicos de El Salvador, MIPTES, conducido por Enrique Álvarez Córdoba, miembro de una reconocida familia oligárquica salvadoreña; se sumó, también, un grupo de organizaciones e instituciones como observadores entre las cuales estaban: la Federación Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa de El Salvador, FENAPES; La Universidad de El Salvador, UES; La Universidad Centroamericana, UCA; varios sindicatos independientes y otros grupos de personalidades. El asesinato de Monseñor Romero el 24 de marzo apresuró los acontecimientos y el 18 de abril, mediante acuerdo entre el Frente Democrático, recién constituido, y la Coordinadora Revolucionaria de Masas, CRM se fundó el Frente Democrático Revolucionario, FDR, el que se adhirió al Programa del Gobierno Democrático Revolucionario, (GDR), y así se selló la alianza FMLN-FDR que perduraría durante casi toda la guerra.
Un mes más tarde, los tres principales dirigentes de la Coordinadora Político Militar, CPM, viajaron nuevamente al exterior para reunirse con los representantes del ERP quienes habían solicitado, de manera insistente, ser incorporados pronto a la Coordinadora Político Militar. El 22 de mayo de 1980 se acordó incorporar al ERP e iniciar un proceso que garantizara el paso de la Coordinación a la unificación de las organizaciones revolucionarias. Así, en aquella misma ocasión se formó la Dirección Revolucionaria Unificada, DRU, que estaría compuesta por doce personas, tres por cada organización miembro: Por el ERP: Joaquín Villalobos, (René Cruz), Jorge Meléndez, (Jonás Montalvo) y Ana Guadalupe Martínez, ( María) en el exterior y quien, en el interior, sería substituida por Sonia Medina, (Mariana); por las FPL: Salvador Cayetano Carpio, (Marcial), Mélida Anaya Montes, ( Ana María) y Atilio Montalvo, (Salvador Guerra); por la R.N.: Ernesto Jovel, Eduardo Sancho, (Fermán Cienfuegos) y Alberto Ramos; por el P.C.S.: Schafik J. Hándal, (Simón), Américo M. Araujo, (Hugo) y Mario Aguiñada C. (Viera). En esa reunión también se organizó el frente diplomático y se acordó realizar las primeras giras por Europa, América Latina y Países Socialistas. Durante ese mismo mes se convocó a una huelga nacional para el 12 de junio, día en el cual más de un millón de trabajadores paralizaron el país. La Situación Revolucionaria estaba en su momento más alto, casi en su pico; otra huelga, no exitosa, se convocó para los días 13, 14 y 15 de agosto. La actividad de los Escuadrones de la Muerte vinculados al Ejército y a los Cuerpos de Seguridad Pública era intensa. Ellos introdujeron la práctica del “descuartizamiento” de los cuerpos de sus víctimas; esos grupos del terror regaban los cadáveres decapitados y mutilados de sus víctimas por el Centro de San Salvador y otras cabeceras departamentales, por las principales carreteras del país y en zonas rurales era común ver los cuerpos de los ciudadanos asesinados colgando de algunos árboles. Monstruosos crímenes fueron cometidos por esos escuadrones y, hasta la fecha, ninguno de esos criminales ha sido encontrado, juzgado y condenado pues siguen contando con la protección de los mismos sectores a los que servían. Esos sectores también contaban con la indiferencia benéfica de los altos funcionarios pertenecientes al Partido Demócrata Cristiano. Entonces nació la impunidad que aún prevalece hoy y que fue impuesta por los sectores poderosos de la derecha del país con la benevolencia del Partido Demócrata Cristiano. Los gobiernos del área centroamericana se mostraban preocupados por la situación salvadoreña y la DRU decidió formar dos delegaciones para visitar a varios presidentes del área. A mediados de Agosto la primera delegación compuesta por Marcial, Jonás y Domingo Santacruz (Eduardo), prepararon las reuniones con algunos gobiernos del área; luego se reunieron con la Junta de Gobierno de Nicaragua y el 30 de agosto con el Presidente Rodrigo Carazo Odio de Costa Rica. Ambas reuniones fueron de mucho éxito para el proceso revolucionario unitario. Mientras, para los primeros días de septiembre Ernesto Jovel tenía concertada una cita con el General Omar Torrijos, presidente de Panamá y padre de Martín Torrijos actual presidente del mismo país. El General Torrijos mantenía fluidas relaciones con los militares salvadoreños y poseía mucho conocimiento sobre ellos a partir que era un graduado de la Escuela Militar Capitán General “Gerardo Barrios”.
El país ardía y el primero de septiembre el Coronel José Guillermo García, Ministro de la Defensa, de común acuerdo con el Coronel Abdúl Gutiérrez miembro de la Junta, publicó una Ordenanza Militar donde se daban a conocer cambios de mandos y bajas dentro del cuerpo castrense que dejaba muy debilitado al grupo de la Juventud Militar que representaba al sector progresista dentro del cuerpo militar. El contenido de aquella Ordenanza se había aprobado con el consentimiento de la Embajada de Estados Unidos en San Salvador y no había sido consultada, mucho menos discutida, con el Coronel Adolfo Majano, líder de la Juventud Militar y miembro de la Junta Cívico Militar. La idea era desplazar a Majano y sus compañeros de los puestos de mando y, por otro lado, fortalecer al Partido Demócrata Cristiano, PDC, aliado contrainsurgente de la administración Reagan y el sector fascista de las FAES y su principal líder Napoleón Duarte. Un importante grupo de militares se rebelaron contra aquella maniobra y el Ejército se fracturó. La peor crisis política institucional post octubre 79 de ese cuerpo se desató en la primera semana de septiembre de aquel año. La crisis global nacional se profundizó y la DRU discutía qué posición adoptar ante la rebelión militar: ¿neutralidad, apoyo activo o pasivo, rechazo pasivo o frontal? Miembros de los diferentes partidos que conformaban la DRU y de las organizaciones sociales que conformaban la CRM y los miembros del Frente Democrático, FD, nombraron a personas para darle seguimiento a esta crisis y para buscar contactos con algunos militares. Las FPL, entre otros, nombraron a Milton Méndez, (Medardo Gonzáles), actual Coordinador General del FMLN como responsable de estas actividades. Muy activos y en contacto con los jóvenes militares estuvieron, durante aquellos aciagos días, los sacerdotes jesuitas de la UCA. Algunas personas de los grupos que se relacionaban con los militares rebeldes consideraban que el apoyo a esos militares y la búsqueda de una salida negociada a aquella crisis del ejército sería la solución también para la crisis nacional. Así, afirmaban, se evitaría la guerra y los partidos y movimientos revolucionarios junto con las organizaciones sociales, supuestamente, se verían obligados a apoyarles. Esa tesis no consideraba, de manera suficiente, que quienes negociarían serían, por un lado, la Juventud Militar, (apoyados por una parte del movimiento popular), y por la otra el sector fascista de la Fuerza Armada apoyado por el Gobierno de los Estados Unidos, la burguesía nacional y centroamericana, los ejércitos del área, el Partido Demócrata Cristiano apoyado por la Organización Demócrata Cristiana Internacional. Esa estrategia fue llamada la “Tercera Vía”. Esa correlación negociadora no daba ninguna garantía para una apertura a la democratización del país pero sí para la continuidad del estatus quo. Finalmente, los fascistas se impusieron y obligaron a Majano a salir del país quien desde entonces vive en el exilio. El coronel Majano, no hay duda, intentó cambiar el rumbo de su Institución y promover la democratización del país pero su ingenua visión sobre el mundo que lo rodeaba y la insuficiente fortaleza de sus convicciones le impidió descubrir la naturaleza vil de las clases y sectores dominantes de El Salvador y enfrentarles con firmeza.
Por esos mismos días la DRU hacía los preparativos para estructurar la organización que conduciría la guerra popular. Se discutía la estructura, su funcionamiento, los normativos, el nombre, la simbología, etc. A mediados de Agosto hubo dificultades para tomar acuerdo en relación al mecanismo a utilizar por la DRU para la toma de decisiones. Algunos de los principales dirigentes de la DRU, incluyendo Ernesto Jovel de la R.N., realizaban giras diplomáticas por diversas partes del mundo. El resto de la DRU permanecía dentro del país. Alberto R. asumió, en aquellos días, la representación de la RN ante la DRU en el interior del país. Alberto, quien mantenía estrechas relaciones con el grupo de militares rebeldes se opuso, de manera enérgica, al método de tomar decisiones por mayoría y, por lo contrario, demandaba que la metodología debía ser por unanimidad o por consenso para impedir que alguna de las Organizaciones pudiese hegemonizar. Como la opinión de las otras tres Organizaciones fue que las decisiones, para hacer ágil y funcional a la CRM, se deberían acordar por mayoría Alberto, en consulta con Julia R (de la Dirección Nacional de la RN), decidió retirar a la R.N. de la DRU y tomar, como le llamaron, un “Camino Propio”. El FAPU, por su parte, estuvo muy cerca de salirse de la CRM y, por lo tanto, del FDR, pero un importante grupo de dirigentes del FAPU impidió que ese intento prosperara. Ernesto Jovel, principal dirigente de la R.N., en los primeros días de septiembre ya se encontraba en Panamá para atender la reunión con el General Torrijos, Presidente de Panamá, y cuando supo que la R.N. se había retirado de la DRU decidió suspender la gira y retornar de inmediato al país para enmendar el error, abordó una avioneta particular con destino a El Salvador en compañía de otro dirigente de la R.N., el Pastor Bautista Augusto Coto pero, la avioneta, desgraciadamente se accidentó minutos después de despegar de suelo Panameño. El 6 de septiembre de1980 la DRU recibió, en San Salvador, la confirmación de la trágica muerte de Ernesto Jovel. Dos semanas después la RN se reincorporó a la DRU y los preparativos para el lanzamiento de la nueva organización continuaron de manera normal. La mayoría de los miembros de la DRU que habían salido del país ya estaban de regreso y así se distribuyeron responsabilidades individuales entre su membresía. Se nombró un Estado Mayor Unitario y en conjunto con el FDR propusieron, también, los nombres de los representantes y grupos diplomáticos conjuntos que el FMLN-FDR tendría por todo el mundo. La mayoría de las personas propuestas aceptaron los cargos diplomáticos y desempeñaron importantes labores representando al FMLN-FDR durante los siguientes años, otros solicitaron ser nombrados en otros países diferentes a los propuestos y hubo pocos que no aceptaron las propuestas de aquellos nombramientos. Entre los propuestos estaban:
Costa Rica: Dr Fabio Castillo Figueroa, Luis A. Posada, Jorge Villacorta, Daniel Ríos L
Panamá: Antonio Martínez Uribe, Tránsito Monge, Herberth Guzmán y Oscar Mejía.
Ecuador: Renán Rodas L., Héctor Silva, Roberto Rubio
Venezuela: Gerardo Godoy, Elías Julián Guerra y Guerra
República Dominicana: Hugo Navarrete y Julio Aguilar
España: R.Sánchez, Fidelina Martínez y Ricardo Guiringelo
Bélgica: Álvaro Guillén, José Roberto López y Miguel Bonilla.
Austria: Margarita Gasteazoro, Leandro Uzquiano, Leopoldo Vides y Manuel Reyes
Suecia: Raúl Flores Ayala, Abel Cuenca y Milton Colindres
Países Socialistas con sede en Praga: Jorge Arias Gómez
Canadá: David Márquez
EEUU: David Orellana C., Víctor Manuel Valle y Francisco Atschull,
México: Héctor Oquelí, Oscar Acevedo, Nicolás Pereira
ONU: Rafael Moreno y Salvador Samayoa
Nicaragua: Santiago Ruiz G, Hugo Molina y G. Villalta. Meses después se completaron los grupos por países y se nombraron los Representantes Diplomáticos en otros países del mundo. Igualmente se nombró un grupo de compañeros para darle seguimiento a la CRM y al movimiento popular y social en general. Uno de ellos fue Salvador Sánchez Cerén, entonces miembro de la Comisión Política de las FPL, ex Coordinador General del FMLN y actual Diputado a la Asamblea Nacional
Finalmente, el 29 de Septiembre se logró el acuerdo sobre el nombre que llevaría la nueva organización: Se habían presentado dos propuestas de nombre. La primera, Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí (FLN-FM) y el segundo Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FFMLN). La mayoría de los participantes en aquellas reuniones se inclinaron por el segundo nombre y cuando Jorge Arias Gómez conoció el acuerdo envío una nota a la DRU señalando que gramaticalmente lo correcto era usar una sola F para las siglas; o sea, leerse FMLN y cambiar el “de Liberación” por el “para la Liberación”. Con esa corrección quedó definido el nombre del FMLN. El 3 de Octubre, se discutieron largamente tres propuestas de bandera: la primera consistía en una bandera roja que llevaba, en su ángulo superior izquierdo, una hoz y un martillo sobrepuestos de color oro; la segunda consistía en una bandera con tres franjas horizontales, una de las cuales era roja y cubría la mitad de la bandera y las otras franjas cubrían 1/3, de ellas una era azul y la otra blanca y la tercera propuesta era una bandera roja y en el centro una estrella blanca. Ninguna de ellas, en su formato original, fue aprobada sino que la aprobada fue una combinación de la primera con la tercera propuesta: bandera roja, en medio de ella las siglas FMLN y sobre estas la estrella blanca. Algunas semanas después las letras y la estrella se “estilizaron” que es la bandera vigente que durante estos 25 años últimos se ha cubierto de gloria. Además, se eligió el lema “UNIDOS PARA COMBATIR HASTA LA VICTORIA FINAL”y se nombraron cuatro Frentes de Guerra con los siguientes nombres:
Frente Central: “Francisco Sánchez”
Frente Paracentral: “Anastasio Aquino”
Frente Occidental “Feliciano Ama”
Frente Oriental• “Mario Zapata”
Aquellas propuestas fueron aceptadas y se acordó que el 10 de Octubre se organizaría una conferencia de prensa con un pequeño grupo de periodistas nacionales e internacionales a quien se les hizo invitación especial y en un operativo complejo se les recogió en diferentes lugares de la capital, y tirados sobre el pisote varios vehículos se les condujo hasta una casa de seguridad que los compañeros de las FPL habían facilitado ese día. En aquella casa, se realizó el 10 de octubre de 1980 la conferencia de prensa donde se dio a conocer a la opinión pública nacional e internacional el nombre del FMLN como la Organización Unitaria Político Militar que conduciría la guerra popular revolucionaria en El Salvador, allí se hizo el primer pronunciamiento público como Frente, se difundió su lema, bandera, los nombres de los Frentes de Guerra y su determinación de luchar hasta vencer. El impacto de aquella noticia estremeció al país y fue noticia de primera plana en los principales periódicos del mundo. Desde entonces se considera que el 10 de octubre de 1980 es la fecha de fundación del FMLN.
En Octubre de aquel año el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, PRTC, disolvió su estructura regional a nivel de Centroamérica y cada Partido a nivel local adquirió autonomía. Así, el camino para que el PRTC ingresará al FMLN quedó abierto lo que sucedió el 5 de diciembre de 1980 por lo que la DRU se amplió con tres personas más: Roberto Roca (Francisco Jovel), Venancio Salvatierra (Mario López) y Jacinto Sánchez (Dr. Roberto Galeano). Finalmente, así quedó conformado el llamado FMLN histórico. El 9 de Diciembre de 1980, en medio de una frenética preparación para el lanzamiento de nuestra ofensiva general, un grupo de miembros de la DRU, por primera vez, presenció una Parada Militar Unitaria de los primeros Oficiales graduados pertenecientes a todas las organizaciones del FMLN. Estos oficiales fueron quienes dirigieron, en el campo de batalla, la Ofensiva del10 de Enero del 81, día en que la Guerra Revolucionaria inicio su despliegue en todo el territorio nacional.
Doce años después, una vez concluida la heroica gesta político-militar que libró el FMLN por medio de la cual logró que el país se transformara y que se firmaran los Acuerdos de Paz como desenlace de la guerra popular, y una vez superado los obstáculos políticos que la derecha imponía, el uno de septiembre de 1992 fue firmada la escritura pública de fundación legal del FMLN. Como testigos de aquel acto se tuvo a Monseñor Arturo Rivera y Damas, Arzobispo de San Salvador y a Monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de la arquidiócesis. Inmediatamente el Partido ARENA, por medio de Armando Calderón Sol, interpuso una demanda para que el Consejo Central de Elecciones no inscribiera como Partido Político al FMLN alegando que ningún Partido Político puede llevar el nombre de una persona y que los Partidos en El Salvador, se constituyen por personas naturales y no por grupos organizados. La ONU tuvo que intervenir y presionar, igual Estados Unidos, España, México, Venezuela y Colombia. Así, el Consejo Central de Elecciones (CCE), hoy Tribunal Supremo Electoral (TSE), se vio obligado a admitir su registro legal el 14 de diciembre de aquel año, solo 24 horas antes que las Naciones Unidas, por medio de su Secretario General, declarara formalmente, en un acto realizado en la Feria Internacional, el cese del enfrentamiento armado en todo El Salvador. Ese soleado día de diciembre de 1992 concluyeron más de sesenta años de lucha clandestina y legítima de los revolucionarios salvadoreños y comenzó esta nueva etapa de luchas dentro del marco legal, lucha que ha de ser aun larga y sin descanso hasta conquistar la plena democracia, propósito por el que se fundó el FMLN, el que hoy mantiene plena vigencia y por el que murieron miles de heroicos compatriotas enarbolando la bandera roja con las siglas FMLN y la estrella blanca en su centro. Esos muertos, los héroes del pueblo salvadoreño, son quienes gritan que debemos continuar “UNIDOS PARA COMBATIR HASTA LA VICTORIA FINAL”

El Surgimiento de nuevas organizaciones revolucionarias en los primeros años de la década de los setentas, estimuló e impulsó la lucha popular por conquistar los ideales de democracia y justicia social y, en parte, generó condiciones para que a mediados de esa década se produjera el nacimiento de grandes organizaciones populares que dinamizaron con fuerza el proceso revolucionario que avanzaba hacia niveles superiores de la lucha popular.
El Surgimiento de nuevas organizaciones revolucionarias en los primeros años de la década de los setentas, estimuló e impulsó la lucha popular por conquistar los ideales de democracia y justicia social y, en parte, generó condiciones para que a mediados de esa década se produjera el nacimiento de grandes organizaciones populares que dinamizaron con fuerza el proceso revolucionario que avanzaba hacia niveles superiores de la lucha popular. Dentro de ese contexto, el escandaloso fraude de las elecciones presidenciales celebradas en febrero de 1977 mediante el cual la dictadura militar impuso por la fuerza al General Carlos Humberto Romero y la posterior agudización de la represión fueron factores que confirmaron que cualquier posibilidad de avance democrático por la vía político-electoral estaba cerrado, situación que condujo a que miles de ciudadanos apoyaran y se incorporaran a la lucha armada como única posibilidad de avanzar en la lucha por conquistar la democracia.
En ese entorno, pero de manera más sistemática durante 1978-1979, se ampliaron y formalizaron los contactos e intercambios de información y de opiniones sobre la realidad nacional entre las diferentes Organizaciones Revolucionarias y se empezaron a producir algunos casos de cooperación entre ellas. El 19 de Julio de 1979, los revolucionarios nicaragüenses habían accedido al poder mediante una generalizada insurrección. La Victoria de la Revolución Sandinista ocurrió después que las tres corrientes del Sandinismo (Proletaria, Guerra Popular Prolongada e Insurrecional o Tercerista) surgidas, en 1976, de una división interna se reunificaran. Ese proceso de reunificación de los revolucionarios nicaragüenses y la posterior victoria de su revolución estimuló, de manera significativa, al Movimiento Revolucionario Salvadoreño y le fortaleció la idea de iniciar un proceso de mayor entendimiento, cooperación y finalmente de unificación de los partidos y organizaciones de la izquierda revolucionaria.
El golpe de Estado del 15 de octubre de 1979 cerró la tercera fase del modelo de Dictadura Militar iniciado en 1932. Los fallidos intentos que las diferentes fuerzas revolucionarias y democráticas hicieron por impulsar un programa de reformas económicas y sociales aprovechando la situación conformada a partir del golpe del 15 de octubre se vio enfrentada con la represión profundizada y mas generalizada que ejercían los poderosos militares derechistas que se aferraban al poder y que arremetían, incluso, en contra de sus propios compañeros de armas que buscaban una salida no militar a la crisis. La Nación entera estaba polarizada y la lógica y la dinámica de la guerra revolucionaria estaba planteada. A finales de octubre de 1979 varias Organizaciones Revolucionarias expresaron su voluntad de buscar acuerdos entre sí para la coordinación primero y la unificación posterior de los revolucionarios salvadoreños y en el mes de noviembre solicitaron, por separado, a los amigos cubanos su cooperación para que facilitaran su territorio y poder encontrarse en la Habana en un entorno seguro y tranquilo para discutir, de manera relajada, los aspectos que podrían conducir a la unificación de la izquierda revolucionaria de El Salvador. El 16 de Diciembre los dirigentes de tres organizaciones pudieron reunirse en Cuba y durante el atardecer habanero del 17 del mismo mes Ernesto Jovel de la R.N., Salvador Cayetano Carpio, (Marcial), de las FPL y Schafik Jorge Hándal (Simón), del PCS tomaron la resolución de suscribir el primer acuerdo de unidad y constituir la Coordinadora Político Militar, CPM, en cuya dirección estarían seis personas, o sea, dos por cada organización : Salvador Cayetano Carpio y Mélida Anaya Montes, (FPL), Ernesto Jovel y Julia R.(RN), Schafik J. Hándal y Américo M. Araujo (PCS). Dentro de la CRM, de manera informal, se creó un código sencillo para referirse a cada uno de sus miembros; así : Felipe para las FPL, René para la RN y Paco para el PC. Allí se discutió el ingreso de las otras dos Organizaciones Político Militares existentes: ERP y PRTC. En aquel primer momento se recomendó al PRTC, que entonces era un Partido con estructura orgánica regional a nivel de Centro América, que reformaran su estructura y quedara claramente establecida una conducción nacional propia para poder concertar acuerdos y pudiera formar parte del la Coordinadora Político Militar, (CPM), que era la expresión salvadoreña de la unidad de la izquierda y al ERP se le solicitó que esclareciera más el acontecimiento en derredor de la muerte de Roque Dalton. En la misma reunión de constitución de la CPM se acordó dar por terminado los intentos por modificar, desde dentro, el rumbo del Gobierno de la Junta surgida el 15 de octubre, y persuadir a los aliados que estaban en ese gobierno a abandonarlo; así mismo, acordaron constituir la Coordinadora Revolucionaria de Masas, CRM, que incluiría a las organizaciones sociales identificadas con todas las cinco organizaciones político militares; así, estaría conformada por el Bloque Popular Revolucionario, BPR, de las FPL y que había surgido en Julio de 1975; el Frente de Acción Popular Unificado, FAPU, de la RN que había surgido en el primer semestre de 1977 después que hubo un primer intento de formar una organización, con el mismo nombre, en 1974; la Unión Democrática Nacionalista, UDN, Partido Político por medio del cual el PCS había participado en la coalición electoral UNO en 1972 y 1977; las Ligas Populares 28 de febrero, LP-28, del ERP surgida después del gran fraude electoral cometida contra la UNO en 1977, y el Movimiento de Liberación Popular, MLP, surgido en 1978, del PRTC. En la CRM, a diferencia de la CPM, sí estaban incluidas todas las cinco fuerzas en sus expresiones sociales. Días después se acordó lanzar el 10 de enero de 1980 el primer pronunciamiento público de la nueva Coordinadora Político Militar, CRM, donde se proclamaría el carácter democrático de la revolución, su orientación socialista, sus fundamentos históricos y los contenidos programáticos inmediatos y al siguiente día 11 de enero hacer la presentación y lanzamiento público de la Coordinadora Revolucionaria de Masas, CRM, acto que se celebró en el Auditorio de la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador. Ambos acontecimientos tuvieron un impacto de grandes proporciones. La cresta de la situación revolucionaria se elevaba y la Coordinadora Político Militar tomó el acuerdo de convocar para el 22 de Enero, aniversario 48 de la insurrección popular de 1932, a una manifestación para celebrar la unificación de las fuerzas políticas y sociales de izquierda, apoyar a las organizaciones nacientes y repudiar la política del nuevo gobierno militar-democristiano. Aquel 22 de enero se realizó la más grande movilización ciudadana de El Salvador ocurrida en la segunda mitad del siglo XX. La manifestación, la mañana de ese martes, fue reprimida a fuego de metralleta por la guardia nacional y el ejército. Si el 30 de Julio de 1975, cuando se cometió la masacre contra los estudiantes universitarios y de secundaria, se puede considerar como la bisagra que cambió el rumbo de la lucha popular, el 22 de enero de 1980 podemos considerarlo como el día en que el camino de la guerra popular-revolucionaria quedó sellado. El Partido Demócrata Cristiano empezó a fracturarse y el asesinato, el 4 de marzo de aquel año, a manos de un escuadrón de la muerte ligado a los cuerpos de seguridad, de Mario Zamora Rivas, Procurador General de la República y miembro de la Comisión Política del PDC provocó la renuncia de Héctor Dada de la Junta de Gobierno y, días después, la dirección del PDC expulsó a un grupo de militantes encabezados por Rubén Zamora y Jorge Villacorta. Este grupo de ex pedecistas, con la excepción de Héctor Dada, se constituyó en Movimiento Popular Social Cristiano, MPSC. Durante el mismo mes de marzo empezó la formación del Frente Democrático, FD, con la participación del Movimiento Nacional Revolucionario, MNR; del recién fundado MPSC, del Movimiento Independiente de Profesionales y Técnicos de El Salvador, MIPTES, conducido por Enrique Álvarez Córdoba, miembro de una reconocida familia oligárquica salvadoreña; se sumó, también, un grupo de organizaciones e instituciones como observadores entre las cuales estaban: la Federación Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa de El Salvador, FENAPES; La Universidad de El Salvador, UES; La Universidad Centroamericana, UCA; varios sindicatos independientes y otros grupos de personalidades. El asesinato de Monseñor Romero el 24 de marzo apresuró los acontecimientos y el 18 de abril, mediante acuerdo entre el Frente Democrático, recién constituido, y la Coordinadora Revolucionaria de Masas, CRM se fundó el Frente Democrático Revolucionario, FDR, el que se adhirió al Programa del Gobierno Democrático Revolucionario, (GDR), y así se selló la alianza FMLN-FDR que perduraría durante casi toda la guerra.
Un mes más tarde, los tres principales dirigentes de la Coordinadora Político Militar, CPM, viajaron nuevamente al exterior para reunirse con los representantes del ERP quienes habían solicitado, de manera insistente, ser incorporados pronto a la Coordinadora Político Militar. El 22 de mayo de 1980 se acordó incorporar al ERP e iniciar un proceso que garantizara el paso de la Coordinación a la unificación de las organizaciones revolucionarias. Así, en aquella misma ocasión se formó la Dirección Revolucionaria Unificada, DRU, que estaría compuesta por doce personas, tres por cada organización miembro: Por el ERP: Joaquín Villalobos, (René Cruz), Jorge Meléndez, (Jonás Montalvo) y Ana Guadalupe Martínez, ( María) en el exterior y quien, en el interior, sería substituida por Sonia Medina, (Mariana); por las FPL: Salvador Cayetano Carpio, (Marcial), Mélida Anaya Montes, ( Ana María) y Atilio Montalvo, (Salvador Guerra); por la R.N.: Ernesto Jovel, Eduardo Sancho, (Fermán Cienfuegos) y Alberto Ramos; por el P.C.S.: Schafik J. Hándal, (Simón), Américo M. Araujo, (Hugo) y Mario Aguiñada C. (Viera). En esa reunión también se organizó el frente diplomático y se acordó realizar las primeras giras por Europa, América Latina y Países Socialistas. Durante ese mismo mes se convocó a una huelga nacional para el 12 de junio, día en el cual más de un millón de trabajadores paralizaron el país. La Situación Revolucionaria estaba en su momento más alto, casi en su pico; otra huelga, no exitosa, se convocó para los días 13, 14 y 15 de agosto. La actividad de los Escuadrones de la Muerte vinculados al Ejército y a los Cuerpos de Seguridad Pública era intensa. Ellos introdujeron la práctica del “descuartizamiento” de los cuerpos de sus víctimas; esos grupos del terror regaban los cadáveres decapitados y mutilados de sus víctimas por el Centro de San Salvador y otras cabeceras departamentales, por las principales carreteras del país y en zonas rurales era común ver los cuerpos de los ciudadanos asesinados colgando de algunos árboles. Monstruosos crímenes fueron cometidos por esos escuadrones y, hasta la fecha, ninguno de esos criminales ha sido encontrado, juzgado y condenado pues siguen contando con la protección de los mismos sectores a los que servían. Esos sectores también contaban con la indiferencia benéfica de los altos funcionarios pertenecientes al Partido Demócrata Cristiano. Entonces nació la impunidad que aún prevalece hoy y que fue impuesta por los sectores poderosos de la derecha del país con la benevolencia del Partido Demócrata Cristiano. Los gobiernos del área centroamericana se mostraban preocupados por la situación salvadoreña y la DRU decidió formar dos delegaciones para visitar a varios presidentes del área. A mediados de Agosto la primera delegación compuesta por Marcial, Jonás y Domingo Santacruz (Eduardo), prepararon las reuniones con algunos gobiernos del área; luego se reunieron con la Junta de Gobierno de Nicaragua y el 30 de agosto con el Presidente Rodrigo Carazo Odio de Costa Rica. Ambas reuniones fueron de mucho éxito para el proceso revolucionario unitario. Mientras, para los primeros días de septiembre Ernesto Jovel tenía concertada una cita con el General Omar Torrijos, presidente de Panamá y padre de Martín Torrijos actual presidente del mismo país. El General Torrijos mantenía fluidas relaciones con los militares salvadoreños y poseía mucho conocimiento sobre ellos a partir que era un graduado de la Escuela Militar Capitán General “Gerardo Barrios”.
El país ardía y el primero de septiembre el Coronel José Guillermo García, Ministro de la Defensa, de común acuerdo con el Coronel Abdúl Gutiérrez miembro de la Junta, publicó una Ordenanza Militar donde se daban a conocer cambios de mandos y bajas dentro del cuerpo castrense que dejaba muy debilitado al grupo de la Juventud Militar que representaba al sector progresista dentro del cuerpo militar. El contenido de aquella Ordenanza se había aprobado con el consentimiento de la Embajada de Estados Unidos en San Salvador y no había sido consultada, mucho menos discutida, con el Coronel Adolfo Majano, líder de la Juventud Militar y miembro de la Junta Cívico Militar. La idea era desplazar a Majano y sus compañeros de los puestos de mando y, por otro lado, fortalecer al Partido Demócrata Cristiano, PDC, aliado contrainsurgente de la administración Reagan y el sector fascista de las FAES y su principal líder Napoleón Duarte. Un importante grupo de militares se rebelaron contra aquella maniobra y el Ejército se fracturó. La peor crisis política institucional post octubre 79 de ese cuerpo se desató en la primera semana de septiembre de aquel año. La crisis global nacional se profundizó y la DRU discutía qué posición adoptar ante la rebelión militar: ¿neutralidad, apoyo activo o pasivo, rechazo pasivo o frontal? Miembros de los diferentes partidos que conformaban la DRU y de las organizaciones sociales que conformaban la CRM y los miembros del Frente Democrático, FD, nombraron a personas para darle seguimiento a esta crisis y para buscar contactos con algunos militares. Las FPL, entre otros, nombraron a Milton Méndez, (Medardo Gonzáles), actual Coordinador General del FMLN como responsable de estas actividades. Muy activos y en contacto con los jóvenes militares estuvieron, durante aquellos aciagos días, los sacerdotes jesuitas de la UCA. Algunas personas de los grupos que se relacionaban con los militares rebeldes consideraban que el apoyo a esos militares y la búsqueda de una salida negociada a aquella crisis del ejército sería la solución también para la crisis nacional. Así, afirmaban, se evitaría la guerra y los partidos y movimientos revolucionarios junto con las organizaciones sociales, supuestamente, se verían obligados a apoyarles. Esa tesis no consideraba, de manera suficiente, que quienes negociarían serían, por un lado, la Juventud Militar, (apoyados por una parte del movimiento popular), y por la otra el sector fascista de la Fuerza Armada apoyado por el Gobierno de los Estados Unidos, la burguesía nacional y centroamericana, los ejércitos del área, el Partido Demócrata Cristiano apoyado por la Organización Demócrata Cristiana Internacional. Esa estrategia fue llamada la “Tercera Vía”. Esa correlación negociadora no daba ninguna garantía para una apertura a la democratización del país pero sí para la continuidad del estatus quo. Finalmente, los fascistas se impusieron y obligaron a Majano a salir del país quien desde entonces vive en el exilio. El coronel Majano, no hay duda, intentó cambiar el rumbo de su Institución y promover la democratización del país pero su ingenua visión sobre el mundo que lo rodeaba y la insuficiente fortaleza de sus convicciones le impidió descubrir la naturaleza vil de las clases y sectores dominantes de El Salvador y enfrentarles con firmeza.
Por esos mismos días la DRU hacía los preparativos para estructurar la organización que conduciría la guerra popular. Se discutía la estructura, su funcionamiento, los normativos, el nombre, la simbología, etc. A mediados de Agosto hubo dificultades para tomar acuerdo en relación al mecanismo a utilizar por la DRU para la toma de decisiones. Algunos de los principales dirigentes de la DRU, incluyendo Ernesto Jovel de la R.N., realizaban giras diplomáticas por diversas partes del mundo. El resto de la DRU permanecía dentro del país. Alberto R. asumió, en aquellos días, la representación de la RN ante la DRU en el interior del país. Alberto, quien mantenía estrechas relaciones con el grupo de militares rebeldes se opuso, de manera enérgica, al método de tomar decisiones por mayoría y, por lo contrario, demandaba que la metodología debía ser por unanimidad o por consenso para impedir que alguna de las Organizaciones pudiese hegemonizar. Como la opinión de las otras tres Organizaciones fue que las decisiones, para hacer ágil y funcional a la CRM, se deberían acordar por mayoría Alberto, en consulta con Julia R (de la Dirección Nacional de la RN), decidió retirar a la R.N. de la DRU y tomar, como le llamaron, un “Camino Propio”. El FAPU, por su parte, estuvo muy cerca de salirse de la CRM y, por lo tanto, del FDR, pero un importante grupo de dirigentes del FAPU impidió que ese intento prosperara. Ernesto Jovel, principal dirigente de la R.N., en los primeros días de septiembre ya se encontraba en Panamá para atender la reunión con el General Torrijos, Presidente de Panamá, y cuando supo que la R.N. se había retirado de la DRU decidió suspender la gira y retornar de inmediato al país para enmendar el error, abordó una avioneta particular con destino a El Salvador en compañía de otro dirigente de la R.N., el Pastor Bautista Augusto Coto pero, la avioneta, desgraciadamente se accidentó minutos después de despegar de suelo Panameño. El 6 de septiembre de1980 la DRU recibió, en San Salvador, la confirmación de la trágica muerte de Ernesto Jovel. Dos semanas después la RN se reincorporó a la DRU y los preparativos para el lanzamiento de la nueva organización continuaron de manera normal. La mayoría de los miembros de la DRU que habían salido del país ya estaban de regreso y así se distribuyeron responsabilidades individuales entre su membresía. Se nombró un Estado Mayor Unitario y en conjunto con el FDR propusieron, también, los nombres de los representantes y grupos diplomáticos conjuntos que el FMLN-FDR tendría por todo el mundo. La mayoría de las personas propuestas aceptaron los cargos diplomáticos y desempeñaron importantes labores representando al FMLN-FDR durante los siguientes años, otros solicitaron ser nombrados en otros países diferentes a los propuestos y hubo pocos que no aceptaron las propuestas de aquellos nombramientos. Entre los propuestos estaban:
Costa Rica: Dr Fabio Castillo Figueroa, Luis A. Posada, Jorge Villacorta, Daniel Ríos L
Panamá: Antonio Martínez Uribe, Tránsito Monge, Herberth Guzmán y Oscar Mejía.
Ecuador: Renán Rodas L., Héctor Silva, Roberto Rubio
Venezuela: Gerardo Godoy, Elías Julián Guerra y Guerra
República Dominicana: Hugo Navarrete y Julio Aguilar
España: R.Sánchez, Fidelina Martínez y Ricardo Guiringelo
Bélgica: Álvaro Guillén, José Roberto López y Miguel Bonilla.
Austria: Margarita Gasteazoro, Leandro Uzquiano, Leopoldo Vides y Manuel Reyes
Suecia: Raúl Flores Ayala, Abel Cuenca y Milton Colindres
Países Socialistas con sede en Praga: Jorge Arias Gómez
Canadá: David Márquez
EEUU: David Orellana C., Víctor Manuel Valle y Francisco Atschull,
México: Héctor Oquelí, Oscar Acevedo, Nicolás Pereira
ONU: Rafael Moreno y Salvador Samayoa
Nicaragua: Santiago Ruiz G, Hugo Molina y G. Villalta. Meses después se completaron los grupos por países y se nombraron los Representantes Diplomáticos en otros países del mundo. Igualmente se nombró un grupo de compañeros para darle seguimiento a la CRM y al movimiento popular y social en general. Uno de ellos fue Salvador Sánchez Cerén, entonces miembro de la Comisión Política de las FPL, ex Coordinador General del FMLN y actual Diputado a la Asamblea Nacional
Finalmente, el 29 de Septiembre se logró el acuerdo sobre el nombre que llevaría la nueva organización: Se habían presentado dos propuestas de nombre. La primera, Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí (FLN-FM) y el segundo Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FFMLN). La mayoría de los participantes en aquellas reuniones se inclinaron por el segundo nombre y cuando Jorge Arias Gómez conoció el acuerdo envío una nota a la DRU señalando que gramaticalmente lo correcto era usar una sola F para las siglas; o sea, leerse FMLN y cambiar el “de Liberación” por el “para la Liberación”. Con esa corrección quedó definido el nombre del FMLN. El 3 de Octubre, se discutieron largamente tres propuestas de bandera: la primera consistía en una bandera roja que llevaba, en su ángulo superior izquierdo, una hoz y un martillo sobrepuestos de color oro; la segunda consistía en una bandera con tres franjas horizontales, una de las cuales era roja y cubría la mitad de la bandera y las otras franjas cubrían 1/3, de ellas una era azul y la otra blanca y la tercera propuesta era una bandera roja y en el centro una estrella blanca. Ninguna de ellas, en su formato original, fue aprobada sino que la aprobada fue una combinación de la primera con la tercera propuesta: bandera roja, en medio de ella las siglas FMLN y sobre estas la estrella blanca. Algunas semanas después las letras y la estrella se “estilizaron” que es la bandera vigente que durante estos 25 años últimos se ha cubierto de gloria. Además, se eligió el lema “UNIDOS PARA COMBATIR HASTA LA VICTORIA FINAL”y se nombraron cuatro Frentes de Guerra con los siguientes nombres:
Frente Central: “Francisco Sánchez”
Frente Paracentral: “Anastasio Aquino”
Frente Occidental “Feliciano Ama”
Frente Oriental• “Mario Zapata”
Aquellas propuestas fueron aceptadas y se acordó que el 10 de Octubre se organizaría una conferencia de prensa con un pequeño grupo de periodistas nacionales e internacionales a quien se les hizo invitación especial y en un operativo complejo se les recogió en diferentes lugares de la capital, y tirados sobre el pisote varios vehículos se les condujo hasta una casa de seguridad que los compañeros de las FPL habían facilitado ese día. En aquella casa, se realizó el 10 de octubre de 1980 la conferencia de prensa donde se dio a conocer a la opinión pública nacional e internacional el nombre del FMLN como la Organización Unitaria Político Militar que conduciría la guerra popular revolucionaria en El Salvador, allí se hizo el primer pronunciamiento público como Frente, se difundió su lema, bandera, los nombres de los Frentes de Guerra y su determinación de luchar hasta vencer. El impacto de aquella noticia estremeció al país y fue noticia de primera plana en los principales periódicos del mundo. Desde entonces se considera que el 10 de octubre de 1980 es la fecha de fundación del FMLN.
En Octubre de aquel año el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, PRTC, disolvió su estructura regional a nivel de Centroamérica y cada Partido a nivel local adquirió autonomía. Así, el camino para que el PRTC ingresará al FMLN quedó abierto lo que sucedió el 5 de diciembre de 1980 por lo que la DRU se amplió con tres personas más: Roberto Roca (Francisco Jovel), Venancio Salvatierra (Mario López) y Jacinto Sánchez (Dr. Roberto Galeano). Finalmente, así quedó conformado el llamado FMLN histórico. El 9 de Diciembre de 1980, en medio de una frenética preparación para el lanzamiento de nuestra ofensiva general, un grupo de miembros de la DRU, por primera vez, presenció una Parada Militar Unitaria de los primeros Oficiales graduados pertenecientes a todas las organizaciones del FMLN. Estos oficiales fueron quienes dirigieron, en el campo de batalla, la Ofensiva del10 de Enero del 81, día en que la Guerra Revolucionaria inicio su despliegue en todo el territorio nacional.
Doce años después, una vez concluida la heroica gesta político-militar que libró el FMLN por medio de la cual logró que el país se transformara y que se firmaran los Acuerdos de Paz como desenlace de la guerra popular, y una vez superado los obstáculos políticos que la derecha imponía, el uno de septiembre de 1992 fue firmada la escritura pública de fundación legal del FMLN. Como testigos de aquel acto se tuvo a Monseñor Arturo Rivera y Damas, Arzobispo de San Salvador y a Monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de la arquidiócesis. Inmediatamente el Partido ARENA, por medio de Armando Calderón Sol, interpuso una demanda para que el Consejo Central de Elecciones no inscribiera como Partido Político al FMLN alegando que ningún Partido Político puede llevar el nombre de una persona y que los Partidos en El Salvador, se constituyen por personas naturales y no por grupos organizados. La ONU tuvo que intervenir y presionar, igual Estados Unidos, España, México, Venezuela y Colombia. Así, el Consejo Central de Elecciones (CCE), hoy Tribunal Supremo Electoral (TSE), se vio obligado a admitir su registro legal el 14 de diciembre de aquel año, solo 24 horas antes que las Naciones Unidas, por medio de su Secretario General, declarara formalmente, en un acto realizado en la Feria Internacional, el cese del enfrentamiento armado en todo El Salvador. Ese soleado día de diciembre de 1992 concluyeron más de sesenta años de lucha clandestina y legítima de los revolucionarios salvadoreños y comenzó esta nueva etapa de luchas dentro del marco legal, lucha que ha de ser aun larga y sin descanso hasta conquistar la plena democracia, propósito por el que se fundó el FMLN, el que hoy mantiene plena vigencia y por el que murieron miles de heroicos compatriotas enarbolando la bandera roja con las siglas FMLN y la estrella blanca en su centro. Esos muertos, los héroes del pueblo salvadoreño, son quienes gritan que debemos continuar “UNIDOS PARA COMBATIR HASTA LA VICTORIA FINAL”

Frei Betto, entre Lula y la moderna imaginería religiosa colonial

Frei Betto en un articulo titulado “Desafíos a la nueva izquierda” (01/02/2005), falsea a Lenin y manipula el pensamiento de José Carlos Mariátegui bajo el propósito de sostener una idea política que beneficia a los grupos de poder y al imperialismo y no a los movimientos que buscan el cambio social en América Latina. Su planteamiento político se resume en anteponer la “fuerza de las ideas” a la fuerza de la rebelión popular para buscar el cambio. La esencia de este discurso, como veremos en el desarrollo de este artículo, es anunciar que no hay que tocar al Estado opresor (no hay que asaltarlo) y dejar que todo siga igual sin que nada cambie. Según Betto, en la “actual coyuntura latinoamericana queda descartada la estrategia liberadora centrada en la propuesta de asalto al Estado… antes de apelar a la idea de fuerza es necesario recurrir a la fuerza de las ideas. La elección de Lula es expresión de este nuevo camino”.

Lenin decía que si los axiomas geométricos chocasen con los intereses de los hombres (grupos de poder), “seguramente habría quien los refutase” (1). Algo parecido se da en la distorsión que hace Frei Betto de la concepción socialista propuesta por el marxismo. Usa para ello el problema de la electrificación y del progreso material en Rusia socialista de los bolcheviques. Según Frei Betto, “el ideario socialista” se vino abajo “víctima de su pragmática identificación con el progreso material”, y acusa a Lenin de haber enfatizado “el socialismo como sinónimo de electrificación” (2).

Desde el punto de vista de la teoría del socialismo científico es un error ubicar en el mismo nivel un elemento tecnológico (electrificación) y la concepción socialista de la sociedad. Lenin nunca hizo una amalgama conceptual de electrificación y socialismo. La electrificación en la Rusia soviética de los años 20 fue concebida, de acuerdo al mismo Lenin (3), como parte del programa de desarrollo socialista de este país para “reconstituir la economía nacional, y que mostrara la manera de asentar a Rusia sobre la verdadera base económica necesaria para el comunismo”. El aspecto principal de este planteamiento tiene que ver con el atraso económico de este país al momento de la revolución y con la necesidad que tenía el nuevo sistema de dotarse de un aparato de producción moderno y competente. La agricultura en Rusia era una de las más atrasadas de Europa donde millones de familias ligadas a la tierra eran víctimas de un sistema de explotación casi feudal y alejado de todo rasgo tecnológico en la producción. Cerca del 90% de los campesinos pobres eran analfabetos, y miles de pueblos y millones de personas sobrevivían en un estado de atraso medieval sin electricidad y al margen de cualquier elemento que les aliviara la vida cotidiana y las duras jornadas de trabajo.

No se puede reducir el socialismo a un elemento de naturaleza tecnológica importante pero que no hace parte de la concepción doctrinaria de la teoría socialista. La conquista del poder político y el establecimiento de la dictadura del proletariado es el primer paso hacia la construcción del socialismo. Pero la nueva sociedad no se reduce a la destrucción del viejo Estado y las antiguas relaciones de producción capitalistas, sino también a edificar el Estado socialista que sólo puede desarrollarse en la medida que consolide bases materiales de producción socialistas y que las necesidades de los trabajadores sean resueltas y satisfechas plenamente. Materialmente, y en todo los aspectos de la vida social (económico, científico, ideológico y cultural), el nuevo sistema tiene que ser superior a la sociedad abolida. El socialismo no significa la distribución de la miseria engendrada por el sistema que ha sido reemplazado, sino más bien desarrollar la economía en función de abolir para siempre los sufrimientos materiales de la población. Para cumplir este objetivo estratégico (suprimir la miseria y la explotación) se plantea no solamente la electrificación, sino también la industrialización del país. En el supuesto caso de que el socialismo, ya sea en China, Vietnam u otro parte del mundo, no sea capaz de desarrollar su base material bajo el propósito de suprimir la miseria, la desocupación, la prostitución, la corrupción y otras lacras propias del sistema capitalista, no podrá sobrevivir mucho tiempo al desarrollo de sus propias contradicciones internas y a las inevitables explosiones de la lucha de clase.

Es una tergiversación de la historia de la lucha de clases y del socialismo, admitir que la bancarrota y fragmentación de la ex Unión Soviética, tuvo como causa primordial, como dice Frei Betto, en una “pragmática identificación con el progreso material”. Esta idea hace creer que si los soviéticos se hubieran quedado en los marcos de una economía de autarquía y atrasada, el socialismo se hubiera mantenido sano y robusto hasta ahora. Eso no es así. La electrificación, junto con el desarrollo industrial, constituyó uno de los logros más grandes de la época del socialismo en Rusia. Por ello hay que anotar que las causas fundamentales de la caída del socialismo en la ex Unión Soviética, no hay que buscarlas en los éxitos industriales y materiales de este país, sino más bien en el desarrollo de la intensa lucha de clases en el seno mismo del socialismo.

Desde 1917 se inicia una aguda contienda entre la burguesía que había perdido el poder, y las fuerzas socialistas que hacían su experiencia en el manejo del Estado y la nueva sociedad. Esta lucha fue más aguda en las altas instancias del Estado y en el Partido Comunista donde el revisionismo y el oportunismo complotaron con el apoyo de burgueses y terratenientes. El fin del socialismo en la Unión Soviética se relaciona al triunfo político de la alianza burguesía y revisionismo que en acción conjunta (apoyados por las potencias mundiales) actuaron desde adentro y desde afuera contra la dictadura del proletariado y el Estado socialista. Cuando en 1956 Nikita Kruschev implanta el capitalismo monopolista burocrático y da inicio al desmantelamiento del socialismo, a pesar que habla en nombre del socialismo, lo hace en función de los intereses de la burguesía rusa y de las potencias imperialistas. El proceso de restablecimiento del capitalismo en la ex Unión Soviética y su bancarrota económica posterior, bajo la dirección de Kruschev, Brezhnev, Kosygin y Gorbachov, no hay que cargarlo a la cuenta del sistema socialista diseñado por Marx y Engels, sino más bien al fracaso del revisionismo moderno.

Betto y Mariategui

Según Frei Betto, Mariátegui “latinoamericanizó el marxismo” y propugno un “socialismo a partir del pueblo”, contrario al progreso y basado en la cuestión indígena y no en “el proletariado industrial”. En resumen, dice Frei Betto, tomó “más atención al pueblo y menos rigor en la óptica de clase” (4).

¿Verdad o mentira?

No es la primera vez que se tergiversa el pensamiento de Mariátegui. Por lo general los intentos de manipulación provienen más del campo de la “izquierda”, que de la propia derecha que en este terreno ha perdido toda esperanza de ganar alguna batalla. Aquí hay una confusión, y se trata de adjuntar a los postulados de Mariátegui, las ideas reaccionarias y anticlasistas de Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador en 1924 del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), que durante toda su existencia propuso una “revolución antiimperialista”, al margen de la lucha de clases y del socialismo. Alan García Pérez, actual líder de este partido reaccionario a señalado que la “lucha de los pueblos por su desarrollo no es una lucha de clases sino de pueblos… Esa es la diferencia entre el comunismo científico y el socialismo democrático, cuyo fundador en América Latina es Haya de la Torre” (5). Haya de la Torre cobró notoriedad como promotor de las más sucias campañas contra el comunismo y contra la revolución bolchevique en Rusia. Durante sus 50 años de carrera política, pactó y colaboró con los peores regímenes civiles y militares del Perú. El jefe del APRA buscó un entendimiento con el imperialismo yanqui y los grupos de poder en el Perú, mientras que Mariátegui postuló una total ruptura con el capitalismo, la semifeudalidad y el sistema imperialista mundial.

Las tergiversaciones a Mariátegui comienzan a partir de su famosa frase de que la “revolución peruana no será ni calco ni copia sino creación heroica”. Es cierto que el revolucionario peruano hizo de la teoría revolucionaria marxista no un simple calco o copia (más cerca del estilo dogmático religioso que científico) sino más bien una creación heroica del proletariado y su partido comunista. En esta dirección supo combinar la ciencia marxista surgida en Europa donde la lucha de clases había alcanzado pleno desarrollo (por el rol preponderante del proletariado) a la situación concreta del Perú con una economía semifeudal y de capitalismo incipiente. Desde esta perspectiva internacionalista él precisó que: “La revolución latinoamericana, será nada más y nada menos que una etapa, una fase de la revolución mundial” (6).

Mariátegui es internacionalista, y su forma de aplicar el marxismo no niega de ninguna forma la importancia de la experiencia revolucionaria mundial, sobre todo la revolución Rusa a la que Mariátegui consideró paradigma y ejemplo universal del tránsito del capitalismo al socialismo. “La Aurora de una edad nueva”, dice el marxista peruano (7). Mariátegui, nunca habló de un “socialismo a la peruana”, o un socialismo a la brasileña, o ecuatoriana, alejado de la ciencia marxista y de la lucha de clases. El marxismo es universal y su aplicación depende de las circunstancias objetivas de la realidad, pero ello no significa ningún cambio en sus principios y en sus propuestas estratégicas. Como él mismo lo señala, el marxismo es “un método fundamentalmente dialéctico que se apoya íntegramente en la realidad en los hechos” (8). Y en esta misma dirección señala en 1929: “El Partido socialista adapta su praxis a las circunstancias concretas del país, pero obedece a una amplia visión de clase, y las mismas circunstancias nacionales están subordinadas al ritmo de la historia mundial” (9).

Acusar a Mariátegui de haber concebido la revolución como un hecho alejado de las clases dejando de lado al proletariado, es una exageración pocas veces vertida contra el fundador del Partido Comunista del Perú. Para Mariátegui ningún cambio social se realizaba al margen de la lucha de clases. Enfatiza que sólo la lucha política dirigida por el proletariado tenía carácter liberador. En 1923 analiza problemas históricos en Perú, Brasil, Ecuador y Bolivia y otros países de América Latina. Su conclusión resume su posición clasista y revolucionaria para resolver las reivindicaciones del campesinado pobre (principalmente indígena), y de otras clases oprimidas. Señala que el problema de la tierra y el brutal sistema de explotación semifeudal impuesto contra millones de campesino, se resolvía únicamente con la lucha por el poder político y el establecimiento del socialismo. Como él mismo lo dijo, estas eran “tareas que incumben a los Partidos Comunistas de la América Latina”, y que los partidos tenían que infundir en las masas “una clara conciencia de clase, orientándolas a sus reivindicaciones concretas y revolucionarias”, alejándolas de soluciones utópicas de carácter moral o religioso. “Sólo una conciencia de clase, sólo el “mito” revolucionario” hará avanza a las masas hacía su liberación dice Mariátegui (10).

El pensamiento de Mariátegui, tiene su más alta materialización en la fundación del Partido Comunista del Perú (PCP) en octubre de 1928. Esta organización, que en sus inicios se llama Partido Socialista, fue concebida como organización del proletariado, y en tanto ello, hizo parte de la Tercera Internacional Comunista dirigida por los bolcheviques rusos. Su concepción de la revolución y el socialismo es científica y dialéctica, cuya gestación es parte del proceso de la agudización de la lucha de clases y de la crisis del sistema económico social imperante. Basándose en el marxismo sabe que el socialismo se gestaba en las mismas entrañas del capitalismo, pero para llegar a ella, no bastaba que se desarrollen las causas objetivas (crisis del sistema) sino que era fundamental la actuación conciente (factor subjetivo) y la decisión de lucha del sujeto revolucionario, es decir del proletariado y sus partido de vanguardia. Pero Mariátegui no sólo habla de la lucha violenta para llegar al socialismo, sino que plantea su concepción doctrinaria sobre socialismo y modernidad. No hay ninguna contradicción dice él en respuesta a sus enemigos que han tratado de adjudicarle sin ninguna razón posiciones campesinistas y hasta anti modernidad. El no concibe el socialismo al margen de la tecnología, la ciencia y en todo lo adquirido por la “civilización moderna”, comprendiendo en esto lo que en toda su existencia ha producido el capitalismo. Dice Mariátegui: “El socialismo presupone la técnica, la ciencia, la etapa capitalista, y no puede importar el menor retroceso en la adquisición de las conquistas de la civilización moderna, sino, por el contrario, la máxima y metódica aceleración de la incorporación de estas conquistas en la vida nacional.” (11).

Como quiera que sea, Mariátegui en aplicación del marxismo-leninismo, proclamó que no había lucha antiimperialista sin lucha por el socialismo, y que no habría solución al problema de los pobres del campo sin una tenaz contienda de clase por el poder político. Mariátegui sustenta su estrategia revolucionaria en un profundo análisis de las clases sociales y sus relaciones en el proceso de producción de bienes materiales. Para él, la clase más oprimida de la sociedad peruana es el campesinado (a causa de la semifeudalidad), pero admite que esta clase, no era portadora del nuevo régimen social, el socialismo, al cual se llega solamente bajo la dirección del proletariado y de su partido revolucionario. Mariàtegui sostuvo romper con cualquier relación con el capitalismo y el imperialismo, y llamo a luchar contra las posiciones pequeño burguesa “adversa a toda fórmula de populismo demagógico e inconcluyente y de caudillaje personalista” (12). De ahí que quedan refutados todos los intentos de sociólogos, historiadores, curas y otros personajes, de poner a Mariátegui como un teórico abstracto y no clasista.

Frei Betto y el camino de Lula

Frei Betto, no tiene ningún problema para anunciar su concepción abstracta sobre el “mal y el bien” en las acciones políticas en América Latina. Recurrir a la fuerza y asaltar el Estado es lo malo, lo importante es la fuerza de las ideas, dice. Y para reforzar sus argumentos anuncia que la “elección de Lula es la expresión de este nuevo camino”. () “En la actual coyuntura latinoamericana queda descartada la estrategia liberadora centrada en la propuesta de asalto al Estado… antes de apelar a la idea de fuerza es necesario recurrir a la fuerza de las ideas. La elección de Lula es expresión de este nuevo camino” (13).

Hace más de 500 años el fraile Bartolomé de las Casas (14), uno de los máximos exponentes del movimiento pro indigenista de su época, no con pocos méritos, había recurrido a la fuerza de las ideas para convencer a los conquistadores españoles de mantener una relación “humana y cristiana” con los indios americanos. Era posible, había dicho él, “colonizar a los indios sin arrebatarles sus derechos sobre sus tierras, ni atropellarles física o culturalmente” (15). De las Casas, dedicó gran parte de sus 82 años, y entre 1515 y 1566 fue el autor de numerosas denuncias y textos plenos de razones morales, éticas y evangélicas, con el propósito de defender a los indios del crimen, tortura y genocidio practicado contra ellos por los españoles. Como se conoce, los españoles, entre ellos los reyes católicos de España, si bien es cierto leyeron las bien documentadas denuncias de Bartolomé de las Casas, ello no sirvió para detener el genocidio y la inhumana explotación de los indígenas americanos. Los conquistadores se quedaron 300 años y fueron expulsados de las tierras conquistadas, no con razones morales o cristianas, sino más bien cuando los pueblos se levantaron en armas, y con cañones, fusiles, y cuchillos, violentamente acabaron con el Estado colonial y el sistema impuesto a la fuerza por los conquistadores.

¿Alguien cree, que bastará la “fuerzas de las ideas” (razones morales, éticas, etc.) para que los americanos y las otras potencias mundiales dejen de matar de hambre y de miseria a los pueblos latinoamericanos?. ¿Se puede concebir una América Latina justa, en paz y de pleno confort para sus habitantes, sin echar abajo al Estado y los testaferros del imperialismo que tienen el control del poder político?.

Se equivocan quienes piensan así. Como ya lo hemos señalado anteriormente (16), y ahora lo volvemos a repetir, la gran burguesía y los terratenientes, además del imperialismo, no van a ceder voluntariamente y en forma pacifica el poder político y económico a las masas populares. Ninguna “clase social opresora, así lo confirma la historia social, abandona el poder si antes no es derrotada completamente en el terreno militar y político. El cambio histórico de una sociedad a otra, no se realiza por cuestiones de carácter moral, ético, humanista o religioso, sino más bien por la contienda en torno a intereses económicos, sociales y políticos propios de las clases que componen una sociedad determinada… El esclavismo fue sepultado sólo cuando los esclavos se levantaron en armas contra los grandes imperios esclavistas. La feudalidad sólo fue liquidada como sistema cuando los siervos armados lucharon por su libertad. El sistema capitalista, solo será reemplazado por el socialismo cuando la clase obrera, como en Rusia en 1917 y en China en 1949, se organice en su propio partido revolucionario y se plantee decididamente dirigir una guerra de clases (en alianza con otras clases oprimidas) que culmine en la derrota definitiva de los grupos de poder y del imperialismo.

El aspecto esencial del discurso de Frei Betto, convocar a la “fuerza de la idea”, antes de “recurrir la fuerza” resume un planteamiento político que se desarrolló en América Latina desde mediados de la década del 80 y que cobra fuerza en 1990 cuando la Perestroica, se había convertido en el libro de cabecera de la burguesía internacional, y cuando el naufragio de la URSS se había consumado. A partir de aquí, la izquierda latinoamericana se puso a la cabeza de una campaña internacional con el claro objetivo de defender y apoyar los “acuerdos de paz”, en Centroamérica y en toda América Latina, incentivar el abandono de la lucha armada, proponiendo al mismo tiempo la participación electoral y el abandono de la lucha por el socialismo. Estos puntos servirán de base para que en los inicios de la década del 90, una centena de organizaciones de izquierda de diferentes países de América Latina, entre ellos el Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) representado por Luis Ignacio Da Silva (Lula, actual presidente de Brasil) crean lo que se conoce como el Foro de Sao Paulo. Este Foro en su III encuentro de julio de 1992, realizado en Managua (Nicaragua), y en el que estuvieron presentes los máximos dirigentes de los grupos guerrilleros latinoamericanos , entre ellos las FARC-EP (Colombia) y la Unión de Liberación de Guatemala (URNG). En dicho evento, exigió la “agilización del proceso negociador en Guatemala y en Colombia”, indicando que el contenido de esta negociación constituía “una respuesta viable” para lograr una solución política y no militar al conflicto armado” (17). Las conclusiones de este evento, apuntalaron la campaña para que los grupos guerrilleros capitulen y se integren al sistema político burgués. Las discusiones y resoluciones de este Foro, como lo señalaron sus voceros en 1993, durante la clausura del IV encuentro realizado en La Habana (Cuba), significaban para la llamada izquierda latinoamericana: “el programa de la izquierda de América Latina y del Caribe” (18). ¿Y cuál fue este “programa”?. El programa, que aún esta vigente se resume en lo fundamental en el rechazo a la vía armada para la conquista del poder político, y descarta la lucha por el socialismo, en tanto no “hay condiciones subjetivas ni objetivas”, se dice. Se privilegia la lucha electoral, y aboga por una economía, “Social de Mercado”, en contraposición al “capitalismo salvaje”. Y es aquí que nace lo que se conoce como “antineoliberalismo”.

La aplicación de estos planteamientos han sido desastrosos para el movimiento popular en América Latina, y ha entregado grandes beneficios al imperialismo (sobre todo a los americanos) y a los grupos de poder locales. Los primeros en poner en ejecución las directivas del Foro de Sao Paulo fueron los grupos guerrilleros (M-19 en Colombia, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, etc.) que mediante acuerdos de paz y salidas electorales capitularon frente a la gran burguesía, los terratenientes y el imperialismo. Más fresco aún se refiere a la guerrilla Zapatista, que públicamente ha renunciado a la lucha por el poder del Estado, cuya acción política y guerrillera, sirve más a la especulación turística que a los intereses de los campesinos pobres en México. Una acción renovada de las ideas del Foro de Sao Paolo, se han materializado en los conceptos de gobierno “antiimperialista” y “antineoliberalismo” acuñados por una izquierda que ha perdido completamente el paso de la historia de la lucha social. El producto, más reciente y destacado de este peregrinaje hacia la derecha y el engaño, son Lula en Brasil, Lucio Gutiérrez en Ecuador, Néstor Kirchner en Argentina, Carlos Mesa en Bolivia, y ahora ultimo la participación gubernamental de los Tupamarus en Uruguay.

Es esencial tener claro la dimensión histórica clasista del Estado, y como en más de 190 años de República no ha cambiado su carácter de clase. En los gobiernos (sistema de gobierno) se han turnado civiles, militares, democráticos, dictaduras, cholos, blancos, obreros y otros, pero ello no ha afectado en nada el lugar preponderante en el Estado de burgueses y terratenientes. No tomar en serio la lucha contra el Estado, es como recibir la muerte por cucharadas. Mientras se mantenga la intangibilidad del Estado, se continuará pagando la deuda externa, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones imperiales seguirán dictando la política interna, el hambre y la miseria seguirán en alza, y los grupos de poder locales y el imperialismo seguirán explotado brutalmente a los oprimidos de este sub continente.

¿Lula es el camino como se dice?. Los hechos hablan por si solos y no hay necesidad de ningún argumento adicional. En Brasil nada ha cambiado para los pobres. El hambre y la miseria sigue en desarrollo, los campesinos siguen sufriendo el brutal sistema de explotación semifeudal. La lucha de los pobres se criminaliza como en las peores épocas dictatoriales. Los grandes propietarios de tierras siguen asesinado a cientos de pobladores. Los ricos siguen explotando y manejado el Estado y la política de este país a su antojo. La gran burguesía y los terratenientes no han perdido un milímetro de su poder con la llegada al gobierno del líder del Partido de los Trabajadores de Brasil. El discurso de Lula disfrazado de populista, de antiimperialista o de antineoliberalismo, es parte del juego político que le conviene ahora a la burguesía, y que en lo inmediato sirve como elemento de una estrategia de largo alcance que refuerza (momentáneamente) el Estado y el cimiento jurídico-político donde descansa la falsa democracia y el derecho de los opresores. Además, los gobiernos de “izquierda” como el de Brasil, aparte de constituir una mascarada de gobierno burgués-terrateniente, son una especie de espejismo en los ojos de los pobres y contribuye a desactivar (por poco tiempo), las explosiones sociales en América Latina, cuyo crecimiento es inevitable a causa de la aguda lucha de clases y del sufrimiento de los pobres. Terminamos este artículo con la opinión de uno de los fundadores del PT de Brasil, cuyo argumento es un contundente desmentido a la plegaria de Frei Betto en torno a la validez política del ejemplo de Lula en esta región. “La dirección del partido se convirtió de manera fanática al neoliberalismo y las reformas que están siendo hechas en Brasil son mucho más profundas y perversas que las reformas que ya venían del gobierno anterior de Fernando Henrique Cardozo”. (19).

Bruselas, 25 de febrero 2005.

Notas

1. Lenin, Marxismo y Revisionismo, 16 de abril 1908.
2. Frei Betto, Desafíos a la nueva izquierda, Rebelión, 01/02/05.
3. Lenin, VIII Congreso de los Soviet de toda Rusia, diciembre 1920, publicado en Obras Completas N° 42.
4. Frei Betto, Desafíos a la nueva izquierda, Rebelión:1/2/2005. “El peruano José Carlos Mariátegui , que latinoamericanizó el marxismo, denunció en sus escritos el culto supersticioso de la idea de progreso. Interesado en superar el positivismo y el determinismo, propuso un socialismo como ‘creación heroica’ a partir del pueblo, poniendo en el centro, en América Latina, la cuestión indígena, el universo campesino, la multitud de pobres, y no el prometeico proletariado industrial. En resumen, más atención al pueblo y menos rigor en la óptica de clase”.
5. Alan García Pérez, Modernidad y Política en el siglo XXI, mayo 2003.
6. José Carlos Mariátegui, “Mensaje al Congreso Obrero”, 1923 publicado en Ideología y Política. Obras Completas.
7. José Carlos Mariátegui, “Mensaje al Congreso Obrero”, 1923 publicado en Ideología y Política. Obras Completas.
8. Mensaje al Congreso Obrero, 1923 publicado en Ideología y Política. Obras Completas.
9. Programa del Partido Socialista Peruano. Este programa fue redactado por José Carlos Mariátegui en octubre de 1928, y aprobado en el Comité Central del partido, en 1929.
10. J.C. Mariátegui, 1923, El Problema de las razas en la América Latina.
11. Programa del Partido Socialista Peruano. Este programa fue redactado por José Carlos Mariátegui en octubre de 1928, y aprobado en el Comité Central del partido, en 1929.
12. J.C. Mariátegui, 1923 Punto de Vista Antiimperialista.
13. Frei Betto, Desafíos a la nueva izquierda, Rebelión:1/2/2005.
14. Bartolomé de las Casas, nació en Sevilla (España) en 1484 y murió en julio de 1566. Fue actor de memorables denuncias de defensa de los indios y de la sanguinaria conducta de los españoles en el “Nuevo Mundo”.
15. José Alcina Franch, prológalo a Bartolomé de las Casas, Obra Indigenista, 1986.
16. Luis Arce Borja, El Estado Sagrado en América Latina, 29 de noviembre 2003.
17. Declaración de Managua, III Encuentro del Foro de Sao Paulo, julio de 1992.
18. Fidel Castro, discurso en la clausura del IV Encuentro del Foro de Sao Paulo, julio de 1993.
19. Declaraciones de Plinio Arruda Sampaio Junior, fundador del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT), O4/02/05).