El proceso de desarrollo capitalista en Turquía es un proceso más bien tardío con respecto a occidente. Este retraso histórico procede de la peculiar estructura socio-económica sobre la que se ha desarrollado el capitalismo turco. Por esta razón, para comprender las peculiaridades del capitalismo turco, es necesario comprender la historia social y económica del Imperio Otomano que forma la base histórica de la Turquía moderna.
El estado otomano se creó en el siglo XIV (en el año 1300). Se convirtió en un verdadero imperio después de conquistar Estambul (1453). Si miramos la historia del estado otomano, podemos hablar de tres períodos diferentes —-cada uno con propiedades diferentes—-, que abarcan seiscientos años entre su formación y su colapso.
El primer período duró hasta el siglo XVII, fue un período de ascenso del colosal imperio, el estado otomano se expandió territorialmente con las conquistas en Asia y Europa. Desde el punto de vista de su estructura socio-económica y política, el estado otomano reflejaba los rasgos del despotismo oriental clásico de este período, que toma su forma del modo asiático de producción.
El segundo período duró desde el siglo XVII al XIX, fue un período de vacilación, antes del ascenso del occidente capitalista. El sistema de la tierra, que constituye la base económica del despotismo otomano, comienza a deteriorarse; la corrupción y el desorden aumentan en la administración del estado; las luchas por el poder entre la clase dominante se intensifican.
Y, finalmente, el tercer período que abarca todo el siglo XIX y que es el período del colapso, cuando el imperio comienza a desintegrarse a todos los niveles y, poco a poco, se convierte en una semicolonia de occidente.
La sociedad otomana y el modo asiático de producción
Mientras investigaba la evolución histórica de las formas de propiedad y las relaciones de producción precapitalistas, Marx prestó mucha atención al “modo asiático de producción” y al “despotismo oriental”. Esta formación socio-económica típica de oriente no se parecía a la antigua esclavitud, sino al modo medieval y feudal de producción.
La característica común de la antigua esclavitud y el feudalismo medieval, que aparecieron en determinadas circunstancias históricas en occidente, es que ambos modos de producción se basaban en la propiedad privada-individual. En estas sociedades la plusvalía creada por los productores directos (esclavos y siervos) estaba basada en la tierra y se apropiaban de ella los nobles propietarios de la tierra. El estado, tanto en la esclavitud como en la sociedad feudal, era un instrumento especial de opresión destinado a asegurar el dominio de los grandes terratenientes sobre los productores directos.
Cuando miramos la evolución histórica de las sociedades orientales, tanto las formas de propiedad como las relaciones de producción, y la formación de las clases y el estado, en estas sociedades son algo diferentes que en occidente. En estas sociedades no hay propiedad privada individual de la tierra y tampoco existe una clase poseedora de propiedad privada. En las sociedades orientales la propiedad de toda la tierra y los recursos naturales pertenecían a “la más alta unidad”, es decir, al estado, al frente del cual estaba el déspota. Como propietario real de la tierra, el estado también era el propietario real de la plusvalía producida por los productores directos (comunas agrarias). El estado despótico era el centro de gravedad de todas las comunas agrarias y se presentaba como el “padre sagrado” que salvaguardaba el orden en estas comunas. Al ser el poder dominante en las sociedades orientales, el estado despótico tenía tres funciones básicas: la guerra y la conquista (saqueo del exterior), impuestos sobre la tierra (saqueo interior) y las obras públicas que son necesarias para la reproducción.
Marx analiza el “modo asiático de producción” y el “despotismo oriental” en el Grundrisse y en El Capital. En sus muchos escritos sobre esta cuestión Marx expresaba la historia de los otomanos como la historia del despotismo oriental, al menos hasta el siglo XIX, constituyendo un ejemplo típico del despotismo oriental desde el punto de vista tanto del modo de producción como de la estructura del estado.
En el período inicial y de expansión del estado otomano, las tierras conquistadas pasaban a formar parte de las posesiones del estado, y las poblaciones musulmanes y no-musulmanas de estas tierras (productores directos), se convertían en los contribuyentes unidos a la tierra (raeya). La administración de estas tierras estaba a cargo de la burocracia militar (sipahi). La burocracia militar de los otomanos era el sector de la clase dominante más importante y con más peso específico. Los sipahi, que representaban la autoridad central (estado-sultán) en la tierra que ellos administraban, eran los responsables de vigilar la tierra, recoger el excedente (en forma de impuestos) producido por los reaya y además, cuidaban de los soldados del ejército otomano en caso de guerra. Esta relación de producción basada en la tierra era muy importante para el estado otomano, porque su economía se basaba en la guerra y en las conquistas de tierra, además, esta relación de producción le permitía tener un gran ejército.
Ningún gobernante individual, militar o civil de la sociedad otomana, disfrutaba de la propiedad privada de la tierra para su propio derecho y, por consiguiente, tampoco del derecho de explotación individual sobre los campesinos productores. El status quo establecido no permitía a los individuos acumular riqueza individual ni utilizarla a su voluntad. Eso significa que en el orden otomano no existía una relación similar a la de “siervo-señor” o a la de “patricio-esclavo”. La estructura despótica central del estado otomano y la arrolladora propiedad estatal de la tierra, nunca permitió la existencia de una fuerza independiente, es decir, señorización, que se pudiera desarrollar frente a la autoridad central. El único poseedor de la propiedad y la soberanía era el estado monolítico personificado en el monarca (sultán).
De este modo, el sistema de explotación de los otomanos funcionaba más colectiva que individualmente, y se producía a través del estado. La plusvalía arrebatada a los productores directos en forma de impuestos, primero iba a parar al tesoro y después, se distribuía a la clase dominante (los altos oficiales de palacio, la alta burocracia militar-civil y el ulema religioso) en forma de salarios y rentas. Encima de esta pirámide de la clase dominante, organizada de una forma muy centralizada y jerárquico-burocrática, se sentaba el déspota (sultán), quien supuestamente “domina sobre la tierra en nombre de dios y, por lo tanto, disfrutaba de una posición sagrada”. El sultán es el símbolo del poder estatal centralizado y concentrado.
La estructura de clase de la sociedad otomana
La composición social de la sociedad otomana estaba formada por la clase dominante del estado, que se encontraba arriba, y debajo si situaban los productores directos (campesinos y artesanos). Tanto las comunas agrarias como los gremios artesanos de las ciudades, estaban bajo el control estricto del estado central.
En el organigrama social otomano, no existía, ni podía hacerlo, una clase mercantil madura al estilo occidental. Casi toda la plusvalía se concentraba en manos del estado y se utilizaban para satisfacer las necesidades del estado. De este modo, no existían mercancías para el comercio privado y las relaciones de libre cambio. En estas condiciones, era imposible la acumulación de capital mercantil y la formación de una clase mercantil dentro del sistema. El comercio en la sociedad otomana era un comercio a larga distancia destinado a satisfacer las necesidades de palacio (del déspota), del ejército y de la burocracia militar-civil de alto nivel que habitaba en las ciudades. Este tipo de comercio estaba a cargo, bien de los oficiales encargados por el estado, o de los comerciantes que venían del extranjero (que no eran parte del sistema otomano). De esta forma, más que un comercio de mercancías, lo que hacía el estado era intercambiar valores de uso para satisfacer sus necesidades.
En cuanto a la situación de los productores que trabajan en las comunas agrarias y que constituyen la base esencial de la economía otomana, estaban completamente fuera de la vida social y económica de las ciudades y llevaban una vida aislada. En estas comunas agrarias asiáticas, la propiedad privada, la mercancía y las relaciones de cambio nunca se podrían haber desarrollado. En el nivel más bajo de la división del trabajo, estaba la unidad indivisible de la agricultura y los artesanos, y la satisfacción de todas las necesidades desde dentro de la misma comuna; las comunidades se mantenían en una situación de autoabastecimiento y permanecían como unidades económicas aisladas. Por todas estas características, las comunas agrarias subsistieron durante cientos de años.
Marx dijo que estas comunas agrarias asiáticas, inocentes e inocuas aparentemente, formaron la base económica del despotismo oriental mientras éste existió. El desarrollo del mercado y las relaciones capitalistas eran imposibles en un lugar donde no existía propiedad privada y libre cambio. Por lo tanto, Marx señaló que la dinámica interna que desarrollaría el capitalismo estaba ausente en las sociedades orientales que estaban bajo el reino del modo asiático de producción, y por lo tanto, el capitalismo sólo podría venir de un agente externo a estas sociedades.
La evolución de la sociedad otomana tiene un contraste absoluto con el desarrollo occidental. El estado en occidente ha tomado forma de acuerdo con la evolución de la propia sociedad, es decir, según el peso de las clases sociales implicadas en las relaciones económicas. Por el contrario, en la sociedad otomana, las relaciones sociales y las clases fueron moldeadas por el estado.
La proporción de elementos (parásitos) improductivos (oficiales de palacio, alta burocracia militar y civil y el ulema religioso) en la sociedad otomana era mayor que en las sociedades feudales europeas. Por esa razón el gobierno de la población fue una parte esencial en la formación de las ciudades otomanas. Pero estas ciudades no eran “ciudades autónomas” distintas a aquellas que se formaron de manera independiente de la autoridad central en occidente. Todo lo contrario, eran construidas por el propio estado y eran una especie de cuarteles generales administrativos donde habitaba la clase estatal. La necesidad de satisfacer las necesidades de la clase dominante llevó a la organización de la industria y el comercio en estas ciudades. Pero tanto la industria como el comercio, se desarrollaron como una función del estado más que como actividad privada de individuos independientes. De esta manera, la actividad industrial y comercial en las ciudades otomanas estaba bajo el control absoluto del estado. Este estatismo sólido impidió la formación de un sistema de mercado y el desarrollo del cambio, como había ocurrido hace mucho tiempo antes en occidente. De este modo, las relaciones capitalistas y el primitivo proceso de acumulación del capital que se desarrollaron durante los siglos XVI y XVII en occidente, no los pudo experimentar la sociedad otomana.
En esta estructura social la dinámica interna que provocó el desarrollo del capitalismo era absolutamente imposible. Como Engels dijo en un artículo escrito en 1890 en Neue Zeit:
“En realidad, como en todos los dominios orientales, el dominio turco también es incompatible con la sociedad capitalista; porque es imposible salvar la plusvalía del dominio completo de gobernantes tiranos y pachas glotones; aquí no podemos encontrar la primera condición esencial de la propiedad burguesa, es decir, la seguridad del comerciante y sus mercancías”.
El período titubeante del despotismo otomano antes del capitalismo occidental
Después del descubrimiento de América y la apertura de nuevas rutas para el comercio, hubo un proceso de rápido desarrollo del comercio y de la acumulación originaria del capital en Europa occidental. Y, especialmente, en Gran Bretaña, en los siglos XVI y XVII, las relaciones feudales de producción desaparecieron, apareció una nueva clase (la burguesía) y aparecieron las condiciones previas (la manufactura) para el futuro capitalismo industrial. Este período de mercantilismo estuvo acompañado de una política de colonialismo en todo el mundo. Este febril proceso de desarrollo capitalista avanzó a pasos agigantados en los siglos XVIII y XIX.
Pero la situación del imperio otomano era completamente diferente en el mismo período. Debido a su estructura estancada, el imperio otomano perdió su poder ante el desarrollado de occidente y entró en un período de estancamiento a principios del siglo XVII. El sistema agrario asiático de los otomanos comenzó a deteriorarse en este período. La ausencia de nuevas conquistas de tierra, el declive de las rutas comerciales orientales, el aumento del contrabando, la insuficiencia de la producción agraria, etc., llevaron a la disminución de los ingresos del estado otomano. A principios del siglo XVII, los gastos del estado otomano triplicaban los ingresos. La crisis financiera del tesoro otomano hacía necesario encontrar nuevas fuentes de ingresos. Pero la única fuente disponible era el incremento de los ingresos procedentes de la tierra. Para incrementar los ingresos, el estado recurrió a vender su derecho a cobrar los impuestos. De este modo, la administración de la tierra que estaba en manos de su burocracia militar (sipahi), pasó a manos de individuos privados, los multezim (personas influyentes que habían acumulado riqueza de una forma u otra). Este fue un acontecimiento muy importante que llevó a la degeneración y disolución del sistema agrario otomano. Con esta medida cambiaron los poderes de los que controlaban la producción agraria y la plusvalía. Ahora los individuos privados sustituían al estado que hasta ese momento expropiaba directamente la plusvalía agrícola bajo la forma de impuestos. Aparecieron nuevos elementos que compartían los ingresos del estado. Esta situación llevaría a la formación de nuevas fuerzas políticas junto a la clase estatal (sultán y la burocracia civil-militar). La propiedad de la tierra que, esencialmente, pertenecía al estado, de facto, había pasado a las manos de los multezims. Ahora, junto con el antiguo sistema agrario asiático, basado en la propiedad estatal, apareció el nuevo sistema agrario (entre el despotismo y el latifundismo) basado en la propiedad de facto de individuos privados (usurpación de la tierra) y las relaciones de explotación privada. Estas personas influyentes comenzaron a formar sus propias fuerzas armadas que con el tiempo desafiarían a la autoridad central. Desde el siglo XVIII en adelante, la autoridad central (los sultanes) cada vez estaba más desesperada ante el despotismo de los terratenientes y señores locales, y también porque no podían superar estas fuerzas centrífugas.
Otro sector que buscaba conseguir parte de las tierras propiedad del estado eran los altos oficiales —-los visires, pachas, gobernadores provinciales, ulema religiosos—- que eran parte de la propia clase estatal. Según las leyes otomanas los oficiales tenían prohibido poseer propiedad privada individual. Pero los oficiales encontraron una solución a este obstáculo. En el imperio otomano era posible asignar tierra a los “waqfs” (un tipo de fundaciones) que se creaban para la “caridad religiosa”, la “solidaridad social” y tenían el derecho a dirigir las tierras pertenecientes a estos waqfs. Después de crear estos waqfs, los gobernadores y las pachas los utilizaron para conseguir tierras del estado. De este modo, las tierras propiedad del estado comenzaron a ser saqueadas por la propia burocracia estatal junto con los déspotas y terratenientes locales de las provincias. En la historia económica de Turquía este sistema de waqfs jugó un papel muy importante en el saqueo de la propiedad pública. Extrañamente, este sistema de waqfs ha seguido existiendo en la historia de la república. Todavía existen bajo el amparo del estado burgués. Cuentan con activos valorados en millones de dólares y cientos de empresas, estos waqfs estatales, una reliquia de la tradición otomana, todavía son lugares de succión para la burocracia dominante.
Por supuesto, los únicos que sufrieron el expolio del sistema agrario otomano fueron los productores que trabajan la tierra (reaya). Los reaya eran formalmente responsables sólo ante el estado y pagaban los impuestos, pero ahora, fueron sometidos a la represión despiadada y a la explotación de los déspotas locales. En poco tiempo, esta represión despiadada y la explotación de los déspotas locales, los terratenientes y los multezims usureros (recolectores de impuestos) se hizo intolerable para los reaya. Como resultado de esta transformación, los campesinos abandonaron la tierra y en los siglos XVII y XVIII se convirtieron en desempleados. Pero como no existía un desarrollo industrial en el sistema otomano, capaz de emplear a estas masas desvinculadas de la tierra, formaron bandas de bandidos o se fueron a las ciudades a formar hordas de parados y holgazanes. En las regiones remotas del centro del imperio reinaba el caos, el desorden y la anarquía.
El proceso de disolución
En el siglo XIX se produjo una disolución más substancial de la estructura tradicional del imperio otomano, a través de sus relaciones con el capitalismo occidental. Este proceso terminó con la transformación del imperio otomano en una semicolonia y su posterior colapso. Por lo tanto, podemos decir que el papel principal de la disolución final del imperio otomano lo jugó el capitalismo occidental, fue el agente externo.
En el siglo XIX el mercado otomano se abrió al capitalismo occidental. Al mismo tiempo, aumentó la dependencia del estado de los banqueros occidentales a través de la deuda externa. Por otro lado, en el mismo período, el capital extranjero creó los ferrocarriles y una red de comunicaciones, como condición sine qua non para el desarrollo del mercado capitalista. El transporte marítimo, la construcción de barcos, la apertura de algunas minas y algunas fábricas con propósitos militares, etc., son otros acontecimientos de este período. Y además de estas transformaciones de la base material, también se dieron algunos pasos importantes para desarrollar la propiedad privada de la tierra. En el marco de estos acontecimientos, apareció la primera burguesía, al principio formada por no-musulmanes y aglutinada en torno a los puertos marítimos.
A principios del siglo XX, cuando el capitalismo alcanzó su etapa imperialista, este largo proceso de disolución del imperio otomano entró en su última fase. En esta fase el imperio otomano se convirtió en una semicolonia, en el sentido literal de la palabra, como Irán y China. Por ejemplo, el Banco Otomano creado por el capital francés, poco a poco, comenzó a funcionar como banco central y se hizo cargo del control de la moneda otomana. De la misma forma, después de algunas serias crisis de deuda, el tesoro otomano cayó en manos del consejo internacional llamado Düyun-u Umumiye (las Deudas Generales), formado por representantes de los estados occidentales.
Pero la clase dominante otomano no aceptó pasivamente este proceso que suponía su declive general. Pero tampoco se comportó de una forma monolítica. Para mantenerse tuvo que introducir algunas reformas, igual que el zarismo ruso, y tuvo que reforzar el aparato del estado (fundamentalmente el ejército). Todos estos procesos llevaron a la formación de dos sectores dentro de la clase dominante otomana, que tenían intereses e ideas contrarias. Estos dos sectores tenían la intención de salvar al estado otomano a su propia forma. Mientras uno de ellos mantenía que este objetivo se podía conseguir con el mantenimiento de las antiguas tradiciones despóticas, el otro defendía la “occidentalización” y la “modernización”. Después de establecerse como el movimiento de la Juventud Turca, este sector reformista se convirtió en una organización política independiente con el nombre de Comité por la Unión y el Progreso. Después de un largo proceso de luchas y choques, este sector consiguió tomar el poder en 1908 y proclamó una monarquía constitucional. Casi todos los cuadros que más tarde encabezarían la formación de una república burguesa salieron de este movimiento y organización.
La dirección nacional del Comité por la Unión y el Progreso, reconocía que la única salvación era acercarse al imperialismo alemán, y estar con él en una guerra mundial. El imperialismo alemán había conseguido, a expensas de sus rivales imperialistas, una gran influencia en el imperio otomano y lo condenó a la esclavitud financiera. El estado otomano entró en la guerra mundial con su una economía y fuerzas débiles, fue derrotado y arruinado. Después de la guerra todas las tierras del imperio, excepto la pequeña región en el centro de Anatolia, fueron ocupadas por las fuerzas imperialistas. Esto llevó a la aparición de contradicciones dentro de la clase dominante otomana y de aquí a la ruptura decisiva del sector que llevaría más tarde a la formación de la república burguesa.
La Guerra de la Independencia y la fundación de la república burguesa: 1919-1923
La república burguesa se instauró en 1923, y representó un punto de inflexión histórico relacionado con el principio del desarrollo del capitalismo en Turquía. Por razones que ya hemos señalado anteriormente, en la sociedad otomana no hubo un desarrollo capitalista al estilo occidental hasta el final de la Primera Guerra Mundial. Por eso tampoco se desarrolló adecuadamente una burguesía nacional como la occidental. De este modo, los oficiales del ejército otomano que mantenían la tradición de ser la antigua “clase estatal”, tomaron la dirección de la lucha por la independencia nacional contra los ocupantes imperialistas occidentales que habían ocupado Anatolia después de la Primera Guerra Mundial. El objetivo de Mustafa Kemal, uno de los pachas otomanos, y compañía, era crear una nación-estado tipo occidental en las zonas liberadas de Anatolia. Esto significa, en una forma u otra, que fueron los pachas otomanos quienes llevaron adelante la misión histórica de la burguesía nacional.
El establecimiento de una república burguesa y la transición al capitalismo en Turquía se realizó en la era imperialista. Este período también fue un período histórico en el cual la gran Revolución de Octubre rompió la cadena imperialista-capitalista. El establecimiento del poder de los soviets de obreros y campesinos se convirtió rápidamente en una fuente de inspiración para la liberación de los pueblos oprimidos. Por lo tanto, la lucha por la independencia nacional en Turquía, un vecino de la URSS, se desarrolló bajo influencia de dos tendencias diferentes: la revolución de octubre y bolchevique, por un lado, y el nacionalismo burgués por el otro.
Esto provocó dos movimientos por la independencia separados. En primer lugar, el movimiento nacionalista dirigido por Kemal, que estaba formado por oficiales del ejército otomano, la burguesía comercial de Anatolia y los grandes terratenientes de Anatolia. El segundo, al que se llamó Ejército Verde, estaba bajo la influencia de la revolución en Rusia y los soviets campesinos y, esencialmente, llevaron adelante una guerra de guerrillas basándose en primer lugar en el campesinado. Esto movimiento también estaba, hasta cierto punto, en contacto con el todavía joven movimiento comunista.
El movimiento nacionalista encabezado por los pachas y burócratas otomanos consiguió sus objetivos gracias a la explotación de nuevo equilibrio mundial de fuerzas creado al final de la guerra mundial y la existencia de la Unión Soviética. Aunque las potencias imperialistas ocuparon una gran parte de Anatolia, en realidad, quedaron muy debilitadas con el resultado de la guerra mundial. Surgió un enorme malestar y mucha rebeldía revolucionarias entre la clase obrera de Europa y también poderosos movimientos de independencia en las colonias que habían comenzado a levantarse. Además, se creó una Internacional revolucionaria bajo la dirección del nuevo régimen revolucionario en la Rusia soviética. En el terreno objetivo, el temor y la amenaza que provocaban la Internacional Comunista y la Unión Soviética eran factores que debilitaban las ambiciones de los imperialistas. La dirección nacionalista en Anatolia tuvo mucho cuidado en pasar por encima de esta debilidad de los imperialistas, y al mismo tiempo, demostró una sumisión total ante la Unión Soviética para conseguir ayuda financiera y militar.
La dirección nacionalista, que funcionaba de una forma independiente del gobierno de Estambul —-bajo ocupación británica—-, creó una situación de doble poder al establecer una nueva Asamblea Nacional y un gobierno en Ankara a principios de 1920. Incluso en esta etapa, el movimiento nacionalista encabezado por Kemal comenzó a mantener contactos diplomáticos con el imperialismo británico. En estos contactos los británicos le respondieron que debía alejarse de la Unión Soviética y deshacerse del joven movimiento comunista y las fuerzas guerrilleras del Ejército Verde formadas por campesinos. Todos estos elementos fueron liquidados en 1921, cumpliendo los deseos británicos, y después el gobierno de Ankara consiguió que le invitaran a la conferencia celebrada en Londres en 1921.
Contrariamente a lo que se cree, el ejército regular encabezado por Kemal no luchó directamente con las fuerzas imperialistas. Después de la conferencia de Londres, los ejércitos de ocupación comenzaron a retirar sus fuerzas de Anatolia. La llamada Guerra de la Independencia es en realidad una guerra contra los armenios en oriente y, principalmente, contra la ocupación griega en occidente. No lucharon ni contra los británicos que ocuparon Estambul y sus alrededores, ni contra los italianos que ocuparon la región del Egeo y el Mediterráneo, ni contra los franceses que ocuparon el sur y la parte suroriental de Anatolia. Aunque hubo una resistencia armada a pequeña escala contra las fuerzas francesas, debemos recordar que en realidad las tropas francesas estaban formadas por armenios.
Después de conseguir derrotar a los griegos (a propósito, los británicos apoyaron a las griegos poco después de la Conferencia de Londres) en Anatolia occidental, el gobierno encabezado por M. Kemal en Ankara fue reconocido oficialmente por los estados imperialistas en la Conferencia de Lausana en 1923. Con la proclamación de la república (29 de octubre de 1923), tres meses después del Acuerdo de Lausana que fue firmado en julio, el nacimiento de la república burguesa turca en el suelo de Anatolia, sustituyó al arruinado imperio otomano.
La burguesía turca era muy débil y cobarde en este período de formación de la república. Luchaba por su independencia nacional contra el occidente imperialista por un lado, y por el otro, frenaba la realización de los requerimientos de la revolución democrático burguesa. Temía un movimiento popular en Anatolia similar a la revolución soviética. Por eso la burguesía turca no abolió completamente las antiguas tradiciones despóticas asiáticas del estado otomano. Todo lo contrario, las utilizó y las adornó con un poco de salsa republicana. El contenido democrático de la nueva república burguesa establecido por M. Kemal era muy débil. Por otro lado, su carácter opresivo y totalitario era muy aparente.
De este modo, las reformas políticas y sociales necesarias del capitalismo moderno para desarrollar en Turquía fueron realizadas desde arriba con métodos bisckmarkianos. No fue el resultado de una revolución democrático burguesa radical. La nueva república burguesa estaba comprometida con los terratenientes y compartía el poder con ellos. Por lo tanto siguieron un camino prusiano de desarrollo capitalista hasta los años sesenta. De este modo el desarrollo del capitalismo en Turquía ha sido un proceso extremadamente tardío y penoso.
La base de clase del poder político establecido en 1923 estaba formada por los siguientes elementos: la burocracia civil-militar que todavía mantenía su posición tradicional (en la forma otomana) de clase dominante; la burguesía comercial; y los grandes propietarios de tierra de Anatolia. El elemento hegemónico en este bloque de la clase dominante era la burocracia civil-militar encabezada por Kemal. El poder kemalista proclamó en el Congreso de 1923 que seguiría el camino capitalista. Al hacerlo el nuevo gobierno declaraba públicamente que estaba a favor de una economía capitalista basada en las relaciones liberales, y que, no tenía problemas con el capital extranjero. Por consiguiente, el gobierno de Ankara asumió las deudas otomanas y aseguró que durante seis años no se tocarían los privilegios y exenciones de los estados imperialistas obtenidos en los tiempos otomanos.
La fundación del Partido Comunista de Turquía
El Partido Comunista de Turquía (PKT) fue fundado en 1920 como una sección de la Comintern bajo la influencia directa de la revolución de octubre. Su congreso fundacional se celebró en Bakú bajo los auspicios de lo bolcheviques. Pero un año después, el movimiento nacionalista burgués de M. Kemal, de acuerdo con el imperialismo británico, organizó conspiraciones contra los comunistas. Temía las perspectivas de crecimiento del PC y una revolución obrera-campesina de tipo soviético. Y en una conspiración 15 dirigentes del PC, incluido el secretario general del partido, Mustafa Suphi, fueron asesinados el 28 de enero de 1921 y arrojados a las oscuras aguas del Mar Muerto.
Esta página de la historia es una completa tragedia para los comunistas turcos. El movimiento nacionalista burgués de Mustafa Kemal siguió una política hipócrita. Llegó a acuerdos secretos con los imperialistas para aplastar el movimiento comunista turco y para ello recurrió a las intrigas. Y al mismo tiempo, pretendía ser un movimiento anti-imperialista y populista para conseguir ayuda de la Unión Soviética. Y, desafortunadamente, tuvo bastante éxito con esta táctica. En realidad, esta realidad histórica fue un ejemplo contundente del error que supone confiar a la burguesía el movimiento de liberación nacional y considerarla su aliado. Un ejemplo similar ocurrió después en China con Chiang Kai-shek.
En realidad, el movimiento socialista en Turquía no comprendió, durante mucho tiempo, la misión de los dirigentes burgueses tipo bismarckiano: Mustafa Kemal y el carácter real del kemalismo. La izquierda turca, consideró durante años al movimiento de Kemal realmente anti-imperialista. La debilidad fundamental de la gran mayoría de la izquierda en Turquía es la concepción del anti-imperialismo sin un contenido anti-capitalista. Por eso entre la izquierda todavía existen simpatías con el kemalismo. Otra mal interpretación de la izquierda es equiparar, más o menos, el capitalismo de estado del kemalismo con el socialismo. Por eso, el movimiento de izquierdas, en general, considera que es su deber cuidar ese estatismo, que alimentó el capitalismo en Turquía y proporcionó a la burguesía nativa la acumulación de capital. ¡Qué lástima! Pero es real.
Este punto es muy importante. Porque esta aproximación errónea al kemalismo hasta hoy en día ha dejado a la izquierda turca ciega en muchos aspectos, particularmente, en la cuestión kurda donde han adoptado una postura chovinista.
La historia de la república burguesa en Turquía es la historia de persecuciones interminables, prohibiciones y terror contra la clase obrera y el movimiento socialista. Por ejemplo, el PKT, el partido de izquierdas más antiguo de Turquía, en sus setenta años de historia sólo ha estado legalizado dos años. El resto ha trabajado en condiciones de clandestinidad y en secreto.
El PKT ha seguido durante casi toda su historia la línea estalinista soviética oficial. Aunque en el pasado surgieron algunos grupos de oposición, ninguno de ellos rompió con el estalinismo. Sólo hubo una excepción en la historia del PKT, la “Oposición de Trabajadores” organizada en 1932 y donde también participó el gran poeta turco: Nazim Kikmet. Pero este grupo opositor fue acusado de trotskista y fue liquidado por la dirección estalinista del partido.
La primera fase del poder kemalista: 1923-1930
La política económica aplicada durante los primeros años de estado burgués, fue una política económica liberal que buscaba el desarrollo de las relaciones con el capitalismo occidental. El principal objetivo de estas políticas era crear una economía nacional a través del desarrollo capitalista. Pero no existía una clase burguesa nacional ni tampoco la acumulación de capital adecuada para promover las inversiones capitalistas. Por lo tanto, el punto central de la política económica del estado durante este período fue el estímulo y el apoyo a la empresa capitalista privada. El joven estado burgués creado bajo la dirección de los oficiales otomanos, quería el regreso del capital que durante años había sacado a Europa la burguesía no-musulmana y ponerlo a disposición de la burguesía nativa.
Durante este período, el poder político, en gran parte, siguió en manos de los cuadros burócratas militares-civiles. Estos cuadros en cierto sentido fueron condescendientes con la naciente burguesía nacional. Este es un aspecto peculiar del desarrollo capitalista turco. Su objetivo era crear una clase burguesa y un estado burgués tipo occidental. Y el Partido Republicano del Pueblo (CHP) fue creado por los mismos cuadros estatales para este propósito.
Pero a pesar de la política liberal y de las leyes favorables, no se pudo llevar a cabo el avance industrial capitalista ni conseguir el nivel deseado de la clase burguesa “nacional”. No existía la cantidad adecuada de acumulación de capital nativo para esto, y tampoco había afluencia de capital de occidente. Aunque la política general del poder kemalista pretendía la occidentalización (convertirse en un país capitalista), los estados capitalistas occidentales todavía albergaban dudas ante la joven república turca. Como resultado, durante esta primera fase, Turquía permaneció, en gran parte, como un “país agrario” con relaciones de producción pre-capitalistas.
En estos primeros años se realizaron algunas reformas super-estructurales que conformaron el marco del desarrollo capitalista. Para promover este movimiento de reformas, M. Kemal presentó el objetivo de la joven república burguesa de la siguiente forma: “Alcanzar el nivel contemporáneo de civilización occidental”. Pero esta “occidentalización” y las reformas pretendidas por Kemal (Ataturk), eran complicadas en una esfera social que era la continuación de la sociedad otomana. Además, para que estas reformas pudieran llevarse hasta el final, era necesario hacer las transformaciones apropiadas desde la base (industrialización, reforma agraria, etc.,). El latifundismo todavía existía, especialmente en el este y el sureste (Kurdistán turco). Lejos de liquidar el latifundismo, la burocracia kemalista tuvo que aliarse con este latifundismo. Por lo tanto, la mayoría de las reformas super-estructurales sólo fueron reformas superficiales que no podían ir más allá de ciertos límites formales y fueron “ajenas a la población”.
La crisis capitalista mundial y el período del “capitalismo de estado” en Turquía: 1930-1946
En el año 1930, la situación de la economía de la joven república turca no era en absoluto prometedora. Otro acontecimiento importante fue el inicio de una profunda crisis del sistema capitalista mundial (1929-1933). Esta crisis afectó a la economía turca a través del comercio exterior. Como las exportaciones de Turquía se basaban sobre todo en la agricultura, el descenso de los precios de los productos agrícolas disminuyó los ingresos tanto del estado como de los terratenientes. La moneda turca perdió un valor considerable en este período. Por otra parte, el tesoro turco se encontró con un gran problema ya que Turquía tenía que empezar a pagar las deudas otomanas en ese mismo período. Estas deudas devoraban casi una décima parte del presupuesto.
Estas condiciones desfavorables obligaron al joven estado burgués a desarrollar una nueva estrategia económica. Y esta estrategia implicaba la intervención directa del estado en la vida económica (estatismo) para comenzar la industrialización y construir una economía nacional. Los cuadros burócratas civil-militares que mantenían una posición hegemónica dentro del estado también se inclinaban hacia la implantación de esta estrategia. Porque esta sección que ya había estado en la posición de clase dominante, todavía se consideraba los propietarios del estado y los protectores de la sociedad. La burocracia kemalista creía que el capitalismo “nacional” sólo se podría implantar a través del estado. La coyuntura mundial reforzó esta idea. Además, la economía de la Unión Soviética basada en el estatismo no se vio afectada por la crisis, todo lo contrario, seguía creciendo, esto fue seguido muy de cerca por Turquía.
En estas condiciones el estado turco comenzó a preparar planes quinquenales económicos similares a los de la Unión Soviética. Este período se extendió desde 1930 hasta 1946, fue un período caracterizado por “estatismo” absoluto y prevaleció en todas las esferas de la economía. La vida política estaba bajo la dictadura de un partido, el partido oficial del estado, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), que representaba a la burocracia dominante. Aunque el nombre del partido incluía la palabra “pueblo”, no tenía nada que ver con el pueblo y sus intereses. Todo lo contrario, este partido era el representante del bloque de “burocracia-burguesía-grandes terratenientes agrarios”, por medio de una rápida acumulación de capital a través de la superexplotación del trabajo dentro de la nación.
Este estatismo se implantó dentro de un marco político represivo y casi autoritario, las masas trabajadoras no podían decir nada y los niveles de vida no mejoraron. El estado implantó esta política capitalista basada en la sobre-explotación del trabajo tapada con el velo de la retórica “populista” y “anti-imperialista”. Estas prácticas del poder kemalista contaron con el apoyo de algunos dirigentes del Partido Comunista de Turquía (TKP), entonces era un partido estalinista. Ellos (entre los que estaba el secretario general del partido) querían que el partido se pusiera a la cola del poder kamlista. Incluso algunos de estos dirigentes de izquierdas dejaron el partido para publicar el periódico Kadro (cuadro) que apoyaba el estatismo del CHP. Aplaudieron este capitalismo de estado y lo calificaron de política anti-imperialista y populista, sin tener en cuenta la naturaleza de clase nacionalista burguesa del poder kemalista. Defendieron la siguiente idea: “Nuestro estatismo es un estatismo nacional que no se basa en ninguna clase y puede ser un ejemplo para los pueblos del mundo que quieren librar una guerra de independencia”. Esta identificación del estatismo con el socialismo y la sociedad sin clases, ha seguido viva en el movimiento de izquierdas turco, incluso hoy en día.
Después de la muerte de Mustafa Kemal en 1938, poco antes fue proclamado “jefe eterno”, no ocurrió el más mínimo cambio en la estructura de la dictadura de un partido y otro pacha ex – otomano, Ismet Inonu, que recibió el título de “jefe nacional” ascendió a la presidencia.
Aunque Turquía no participó en la Segunda Guerra Mundial, las masas trabajadoras se hundieron en una miseria sin precedentes, como si hubieran participado en la guerra. Un aumento abrupto de los gastos militares, caídas de la producción del 5-6%, reclutamiento de la población productiva para el ejército, proliferación de la explotación bélica… esta situación agravó la miseria y el hambre. Además, las masas trabajadoras sufrían una severa represión y el terror. Además, las minorías que vivían en Turquía, como los griegos, armenios, judíos, etc., también se llevaron su ración de represión. Les usurparon sus propiedades y muchos de ellos fueron enviados a campos de trabajo, este tipo de actos, calificados como “impuesto sobre la riqueza”, recordaban mucho a la Alemania nazi.
Estas condiciones y otras medidas políticas y económicas agravaron el descontento y las contradicciones entre varios sectores de la clase dominante y preparó el camino para la división política del bloque de la clase dominante.
A propósito, aunque Turquía no participó en la guerra, eso no impidió que hiciera sus propios preparativos para venderse al campo imperialista que, probablemente, resultaría victorioso. Por ejemplo, permitieron el desarrollo de una tendencia fascista y racista dentro del estado, ésta colaboró con los nazis en previsión de una victoria de la Alemania nazi. Esta corriente fue liquidada sólo después de quedar claro que Alemania sería la perdedora.
El período de la posguerra: El nuevo equilibrio de fuerzas mundial y Turquía (1946-1950)
Como Turquía había seguido una actitud dudosa durante la Segunda Guerra Mundial y no había tomado parte en la guerra contra el nazismo en nombre de los aliados europeos, para los aliados su posición era bastante dudosa. Pero cuando la derrota alemana fue ya una certeza, Turquía, de una forma hipócrita, declaró la guerra a Alemania, y así compensar su anterior postura.
A consecuencia de la guerra, la clase dominante turca se encontró con un cambio importante en la nueva coyuntura mundial. En Europa después de la derrota del fascismo soplaban vientos liberales. Turquía también tuvo que empezar a realizar medidas liberales en la esfera política para poder adaptarse a este cambio. La burguesía turca necesitaba ayuda económica del capitalismo occidental para superar sus problemas económicos. En este contexto, decidió aproximarse al imperialismo estadounidense. Después de comprobar que la dictadura de un partido no era una forma de gobierno adecuada para esta nueva coyuntura mundial, Turquía tuvo que aceptar el establecimiento de nuevos partidos políticos en 1946.
En pocas palabras, tanto las nuevas circunstancias mundiales, como las nuevas relaciones con el imperialismo estadounidense, tendrían sus repercusiones en la vida política en el siguiente período. Como resultado, el CHP, que había estado dominado por la burocracia, ahora no satisfacía a algunos sectores de la clase dominante (especialmente a los grandes terratenientes y comerciantes). Esto provocó una escisión importante dentro del CHP. Los grandes terratenientes y los comerciantes dejaron el CHP y formaron el Partido Democrático (PD). En realidad, los grandes terratenientes y de la burguesía mercantil querían liberase de la protección política de la burocracia kemalista. Y en 1950, con la llegada al poder del PD, la dictadura de un solo partido del CHP, después de 30 años, llegó a su fin. Eso supuso el final de un período dentro de la historia de la república.
Asqueadas por la severa opresión de la dictadura de un partido, las masas votaron por el PD en las elecciones de 1950 y lo llevaron al parlamento con una mayoría aplastante. El PD era en realidad un partido que defendía el orden existente y que reflejaba los intereses de los grandes terratenientes y los capitalistas. Como el régimen no permitía otras alternativas, crearon el PD para deshacerse a toda costa del CHP. El PD facilitó la canalización de la furia para sus propios intereses, se presentó como el defensor de la democracia y las libertades. El PD pronto demostraría que era un completo enemigo de la clase obrera.
En 1946 también se crearon algunos partidos de izquierda. Por ejemplo, el PKT creó dos partidos socialistas legales, aunque él mismo tenían que trabajar en la clandestinidad (porque todavía estaba prohibido formar un partido que llevara el nombre de comunista). Uno de ellos fue el Partido Socialista de los Trabajadores y Campesinos de Turquía y el otro el Partido Socialista de Turquía. Sin embargo, la burguesía turca demostró su intolerancia con los partidos de izquierdas. El CHP kemalista, todavía en el poder, prohibió estos dos partidos socialistas seis meses después de su creación.
Por otro lado, la clase obrera turca utilizó la nueva coyuntura política para crear sindicatos legales. Era la primera vez que se permitían los sindicatos desde el nacimiento de la república. Se crearon cientos de sindicatos locales y el movimiento sindical comenzó a florecer. Pero la burguesía turca estaba aterrorizada. Después de seis meses de sindicatos legales, formados por socialistas y comunistas, el gobierno los prohibió y arrestó a sus dirigentes. De esta forma la burguesía acababa con el movimiento sindical.
La historia de la república turca ha sido la historia del obstáculo, la prohibición y la opresión desde el punto de vista de los derechos económicos y sociales de la clase obrera. La primera ley laboral que regulaba el marco legal de las relaciones industriales se aprobó trece años después de la proclamación de la república en 1936. Sin embargo, esta ley no incluía el derecho a crear sindicatos, ir a la huelga o la negociación colectiva. Sólo en 1947 los trabajadores consiguieron el derecho a crear sindicatos. Incluso entonces, el derecho a la huelga y la negociación colectiva no estaba permitido. Esto se conseguiría en 1963, cuarenta años después de la proclamación de la república. Por otro lado, el estado burgués no permitió la existencia de partidos socialistas legales hasta 1960. Los artículos que prohibían la “propaganda comunista”, copiados del código penal fascista de Mussolini en 1936, siguieron en vigor hasta 1990. Esta ley fue abolida, aparentemente, en 1990. Pero hay otros artículos similares en otras leyes.
El período de gobierno del Partido Democrático: 1950-1960
En este período tuvo lugar un febril desarrollo capitalista dentro de la agricultura debido a una política económica favorable a los grandes propietarios y a los comerciantes dedicados a la importación-exportación. El aumento de la producción agrícola permitió ampliar los recursos que permitían hacer frente al pago de la deuda externa. También comenzó el desarrollo y un avance considerable de la industrialización, aunque dependía del desarrollo de la coyuntura económica mundial. La fuerza motriz de este desarrollo en los años cincuenta fue la apertura de nuevas tierras para la agricultura y el uso de métodos modernos en la agricultura, es decir, el desarrollo del capitalismo en la agricultura.
En cuanto al desarrollo en la esfera política, en este período comenzó la liquidación de los cuadros tradicionales burocráticos civiles-militares de la administración del estado —-que estaban a favor de la intervención del estado en la economía—-, entonces el poder político pasó a la coalición de la burguesía comercial y a los grandes propietarios de tierra. Pero el conflicto entre el sector tradicional que estaba a favor del intervencionismo en la economía y el sector burgués que estaba a favor del liberalismo continuó sin llegar a un acuerdo.
Las relaciones de Turquía con el imperialismo estadounidense se estrecharon. La entrada en la OTAN (1952), la decisión de EEUU de incluir a Turquía en el Plan Marshall, la formación del CENTO, etc., todo esto tuvo lugar en este período. Y también en este período Turquía participó activamente en la política de guerra fría de EEUU con el envío de tropas a la guerra de Corea, y se convirtió en uno de los aliados más estrechos de EEUU en Oriente Medio.
En cuanto a las relaciones de clase, el estado turco buscaba el control de la organización sindical, consideraba que con el nivel existente de desarrollo capitalista era imposible frenar el movimiento sindical de la clase obrera sólo con prohibiciones y medidas represivas. De esta forma, siguiendo las directrices de EEUU, permitieron en 1952, bajo el control del estado, la creación de la Confederación de Sindicatos Turcos (Turk-Is). Esta confederación era algo parecido a una organización semi-oficial. Querían crear un sindicalismo al estilo estadounidense y lo hicieron con la ayuda del AID y el Ministro de Trabajo. Incluso reclutaron a trabajadores del sector público para intentar mantener controlado el Turk-Is.
El período comprendido entre 1950 y 1955 fue un período caracterizado por el liberalismo. Pero también preparó las condiciones previas para una crisis económica y financiera que llegó muy pronto. La deuda externa aumentó y el gobierno siguió una política unilateral de inversión (sólo inversiones agrícolas). Esto convenía a los intereses del capital imperialista. Tanto el capital europeo como el estadounidense preferían llevar el dinero a donde consiguieran mayores tipos de interés y conseguir beneficios con la venta de sus mercancías, en lugar de hacer inversiones directas. Y esto pronto llevaría a Turquía de un callejón sin salida económico y financiero.
La primera crisis seria del capitalismo turco estalló en 1958. La crisis financiera y de la deuda externa preparó el camino para el derrocamiento del gobierno del PD. El déficit comercial alcanzó el 60 por ciento del total de las exportaciones. La importación de los componentes necesarios para la industria (máquinas, equipamiento, materia prima) se hizo imposible. Las inversiones disminuyeron, la economía se hundió y los gastos sociales se redujeron. Finalmente, Turquía llegó a una situación en la que no podía pagar la deuda externa. Por supuesto, las clases trabajadoras fueron las que más sufrieron. Por otro lado, la situación de los oficiales de menor graduación del ejército y otros oficiales dentro de los departamentos del estado también empeoraban casi diariamente.
El PD continuó bombeando recursos de los fondos del estado y los bancos a los grandes terratenientes, a pesar de la crisis económica. No apoyó adecuadamente a los capitalistas industriales. Naturalmente, esto provocó una reacción entre la burguesía industrial. Por otro lado, El PD se alejó del ejército al reducir las ayudas a la burocracia militar y debilitó su influencia política.
La burguesía industrial buscaba poner fin al dominio de los grandes terratenientes. El imperialismo también estaba a favor de poner fin a este poder que era un obstáculo para el desarrollo capitalista de Turquía y para la implantación de un desarrollo capitalista planificado bajo la dirección de la burguesía industria. Pero también estaba claro que con el gobierno del PD era imposible llevar adelante una transformación esencial de la economía turca. El PD se oponía a este plan.
El nuevo período después del golpe militar del 27 de mayo: 1960-1970
En los últimos días del gobierno del PD estallaron grandes manifestaciones estudiantiles contra el movimiento. Debido a la acumulación de contradicciones entre las clases y capas urbanas, los oficiales de baja y media graduación dieron un golpe de estado. Poco después del golpe, el primer ministro Menderes y dos destacados ministros fueron juzgados y ahorcados.
El derrocamiento del gobierno del PD, objetivamente, convenía tanto a la burguesía como al imperialismo. El golpe de estado fue obra de oficiales de baja graduación del ejército, independientemente de las intenciones de los oficiales, no se enfrentaron a la oposición de la burguesía industrial y el imperialismo estadounidense. A largo plazo no iba en contra de sus intereses. En opinión de los oficiales golpistas ¡habían llevado adelante una “revolución” para defender las libertades, para proteger a las instituciones de la república y los principios de Ataturk contra las prácticas antidemocráticas del gobierno del PD! Pero, por otro lado, estos oficiales “revolucionarios” en su primera declaración política dejaron claro que: “Respetamos todos los tratados internacionales. Somos leales a la OTAN y el CENTO”. Esta declaración de la junta “revolucionaria” seguramente fue una garantía para el imperialismo europeo y al estadounidense.
Poco después del golpe de 1960 el CHP, el antiguo “partido del estado” fundado por M. Kemal, fue llamado por los oficiales golpistas para que asumiera el poder. El CHP representaba a la burguesía urbana aglutinada alrededor de Is Bankasi (Banca Empresarial), que era, y todavía lo es, el banco más grande de Turquía y, en parte, pertenecía al propio CHP —-y a la intelectualidad burguesa y burocracia civil-militar—-. Estos círculos querían una industrialización capitalista planificada (lo que llamaban “economía mixta”) y también querían atraer al capital extranjero. Idearon la “organización planificada del estado” y prepararon planes quinquenales con la ayuda del imperialismo occidental. Con estos planes querían conseguir la liquidación de las relaciones de producción pre-capitalista, la reforma agraria y la transferencia de los recursos de la agricultura a la industria, lo que básicamente iba en contra de los grandes propietarios de tierra.
Después de un breve período de tiempo, comenzó a funcionar el régimen parlamentario regular de Turquía y las elecciones. En 1965 el Partido por la Justicia (AP) llegó al poder. Aunque fundado como una extensión del PD, ahora, a diferencia del pasado, también representaba a la burguesía industrial. El PA siguió con una política que daba prioridad a la industria, especialmente a la industria de ensamblaje. Poco a poco creció el número de holding y también la concentración y centralización de capital.
El año 1960 fue un importante punto de inflexión desde el punto de vista del desarrollo del capitalismo y de la clase obrera. Se aprobó una nueva constitución. Con la llegada de una relativa democratización de la vida política y social se abrió un nuevo período.
Durante los primeros cuarenta años de república, la burguesía nativa floreció gracias a la acumulación de capital provocada por el capitalismo de estado. Comenzaron las inversiones privadas industriales. La industria capitalista privada se desarrolló a pasos agigantados. Paralelamente, la clase obrera comenzó a crecer rápidamente y entró en ebullición. En los años sesenta toda la sociedad demostró una tendencia a prosperar política y culturalmente. Todos los sectores de la sociedad comenzaron a crear sus organizaciones, asociaciones, cooperativas, etc., Por primera vez en cuarenta años comenzaron a publicarse públicamente los libros de izquierdas prohibidos. Las ideas socialistas atrajeron la atención de amplios sectores intelectuales. Aunque el proceso avanzaba a pasos agigantados, se trata de un proceso tardío si se compara con la historia de los movimientos proletarios en los países europeos.
Después de 1960 se produjeron acontecimientos importantes relacionados con el movimiento de la clase obrera. En 1961 se fundó un partido socialista legal, el TIP (Partido de los Trabajadores de Turquía) que después se convertiría en el primer partido de masas en la historia de la república. Al principio fue fundado por sindicalistas, pero después se unieron intelectuales socialistas. Atrajeron inmediatamente la atención de los trabajadores activos en los sindicatos, el TIP llegó a ser muy popular tanto en las ciudades como en las zonas rurales y consiguió quince parlamentarios en las elecciones de 1965, gracias al sistema electoral relativamente democrático de entonces. Las luchas de los trabajadores comenzaron con un fuerte empuje, incluso en las primeras etapas. En 1963 se aprobaron el Código de Huelga y la Negociación Colectiva. El movimiento de clase se mantuvo en ascenso después de 1963. Sólo había una confederación, Turk-Is, que era una organización controlada por el estado. Esta era cada vez más insuficiente para defender las luchas económicas de la clase obrera. La dirección del Turk-Is demostró que estaba muy alejada de la causa de los trabajadores. El Turk-Is no apoyó la lucha económica de la clase obrera y esto provocó una fuerte oposición dentro del Turk-Is. La nueva generación de trabajadores y sus dirigentes, era muy crítica con el sindicalismo servil ante el estado burgués, disfrazado como un “supra-partido y un sindicalismo apolítico”, los trabajadores buscaron nuevos cauces para lucha sindical. Cuatro sindicatos expulsados del Turk-Is (Maden-Is, Lastik-Is, Basin-Is, Gida-Is) fundaron una nueva confederación, la DISK (Confederación de Sindicatos Revolucionarios de Trabajadores) en febrero de 1967. Estos sindicatos siempre estuvieron en la primera línea de lucha y organizaron, particularmente, al sector privado.
La DISK se convirtió en el centro de la lucha sindical en Turquía, y también se convirtió en el foco de los círculos socialistas obreros dentro del proletariado. Y después hubo otro importante punto de inflexión en la historia de la clase obrera turca: el año 1968.
Las acciones de la juventud y la oleada de huelgas generales en Europa en 1968, inmediatamente, afectaron a la juventud turca y ésta se movilizó. La oleada de acciones de la clase obrera comenzó en ese momento y sobrepasó el marco legal de la burguesía. Las acciones de la clase obrera, como las ocupaciones de fábricas, boicots, huelgas ilegales, aunque con un carácter espontáneo, sí contenían una esencia revolucionaria. Inmediatamente estuvieron acompañadas por las demandas de la juventud a favor de la independencia nacional y las manifestaciones y ocupaciones de tierra de los campesinos en las áreas rurales. El DISK se fortaleció, muchos trabajadores del Turk-Is empezaron a abandonarlo y se pasaron al DISK.
En 1968 el único partido de izquierdas legal era el TIP. Muchos círculos e individuos de izquierdas, representando a diferentes tendencias políticas, trabajaban dentro de este partido. El TKP ilegal, por otro lado, no intentó crear una organización separada hasta 1973 y trabajó también dentro del TIP. En realidad, la mayoría de los dirigentes del TIP eran antiguos militantes del TKP. A pesar de esto, existía un completo abismo entre los viejos cuadros del TKP y las jóvenes generaciones del período de ascenso posterior a 1960, y la joven generación de socialistas que no sabían demasiado del TKP y su historia. Pero el TKP era más antiguo y en cierto sentido era el partido histórico de Turquía, realmente tuvo un efecto directo o indirecto en muchas formaciones políticas, incluido el TIP.
En los años sesenta, en el proceso de movilización política en Turquía, el guerrillerismo y el maoísmo comenzaron a organizarse, particularmente, dentro del movimiento juvenil, como en muchos otros países. Debido a este factor y otros factores similares, el TIP, que unía a varias fracciones de izquierda, poco a poco comenzó a experimentar un proceso crónico de escisiones. Desde entonces, no se ha podido comparar con un partido legal de masas de la clase obrera, como sí lo era al principio.
Dentro del TIP tuvo lugar una escisión importante: por un lado, el guerrillerismo y el maoísmo y, por el otro lado, los proletarios revolucionarios que defendían el trabajo entre la clase obrera.
El estado comenzó a organizar los movimientos religiosos reaccionarios y los dirigió contra los trabajadores y estudiantes para acabar con el naciente movimiento de izquierdas. Estas organizaciones reaccionarias estaban directamente financiadas por las empresas petroleras árabe-estadounidenses —-como ARAMCO—- en Oriente Medio.
La burguesía comenzó a preparar los ataques no sólo contra las organizaciones sindicales de la clase obrera, también contra los derechos sindicales en general. El gobierno burgués realizó algunas propuestas legislativas en el parlamento para prohibir el DISK. La clase obrera respondió a estos ataques con una acción de masas. Los días 15-16 de junio de 1970, tuvo lugar una lucha obrera en la que participaron 150.000 trabajadores en Estambul e Izmit. Estos días han quedado marcados como una fecha muy importante de la historia de lucha de la clase obrera turca. Las calles de Estambul e Izmit que son el centro del proletariado industrial moderno se vieron sacudidas durante dos días por las acciones de los trabajadores. Según los compañeros de aquella generación y que fueron testigos de estos días, los empresarios, después de ver el magnífico bramido de la clase obrera, o se encerraron en sus casas o abandonaron Estambul. La policía y el ejército atacaron a los trabajadores con armas y provocaron 3 muertos y 200 heridos. El gobierno burgués declaró la ley marcial. Pero a pesar de todo, no pudieron romper la marea ascendente del movimiento obrero y la izquierda. Por primera vez en la historia de Turquía el viento soplaba fuertemente hacia la izquierda.
1970-1980: El período de monopolización de capital en Turquía
Este período es el de aceleración de la monopolización industrial. La fusión de la banca y el capital industrial, la formación de grupos financieros como en occidente y el ascenso de su papel en la política, todo esto tuvo lugar en este período. De nuevo se desarrolló la diferenciación entre la clase capitalista. Por ejemplo, la gran burguesía que se basaba en el capital industrial y bancario creó su propia organización separada, el TUSIAD, que ahora se llama “Club de los Ricos”. Se creó en 1970 y se ha convertido en un elemento decisivo en el poder político desde entonces.
La característica distintiva del desarrollo capitalista en este período, es la implantación de un modelo de industrialización basado en las deudas externas y la “sustitución de la importación”. La expresión concreta de esto fue un rápido desarrollo de la industria de ensamblaje en los años setenta. Por ejemplo, la industria automovilística y la industria de bienes de consumo duraderos en Turquía desde el principio se crearon como industrias de ensamblaje. Los componentes se importaban del extranjero y después se montaban en el país. Aquellos capitalistas que invirtieron en estas industrias consiguieron una enorme acumulación de capital en un corto espacio de tiempo, gracias a los bajos salarios y al aumento de la tasa de explotación.
El golpe militar del 12 de marzo de 1971
Cuando la burguesía vio que la oposición de la clase obrera crecía a pasos agigantados durante un período de relativa libertad, inmediatamente, tomó sus precauciones. De este modo, sólo diez años después, se produjo un segundo golpe militar. Este golpe estuvo provocado por el miedo de la burguesía turca y el imperialismo estadounidense al movimiento obrero y al aumento de acciones anti-estadounidenses entre la juventud. También apareció una corriente de anti-americanismo e independencia nacional entre el ejército. El poder dominante encontró la solución con un golpe militar (12 de marzo de 1971) y clausuró el parlamento. Aunque al principio se presentó como un golpe de izquierdas, en realidad, fue un golpe reaccionario (derechista) bajo la batuta de EEUU.
Durante este período, entre 1971 y 1974, con un régimen semi-militar muy opresivo tanto el movimiento obrero como el socialista recibieron un duro golpe. El único partido legal de la clase obrera, el TIP, fue prohibido. Las actividades de los sindicatos afiliados al DISK y las asociaciones juveniles también fueron prohibidas. Miles de intelectuales socialistas, trabajadores, jóvenes revolucionarios, sindicalistas, etc., fueron arrestados y torturados. El movimiento de la izquierda se desintegró completamente y las organizaciones quedaron hechas añicos. La burguesía turca ahorcó a tres dirigentes juveniles que eran estudiantes de universidad cuando sólo tenían veinte años, acusados de violar la constitución. El objetivo de la burguesía era intimidar a la juventud revolucionaria y aislar a los socialistas y revolucionarios de la población.
Este período duró tres años y para la burguesía fue el ensayo del régimen militar fascista del 12 de septiembre de 1980. En este período sacó muchas lecciones para su propio interés. Impuso nuevas prohibiciones para obstaculizar el desarrollo de la izquierda. Cambió la constitución, relativamente liberal, de 1961 y abolió todos los artículos democráticos de la vieja constitución. Introdujo nuevos artículos anti-socialistas en el Código Penal. El arquitecto de esta política fue Ecevit que actualmente es el primer ministro.
Después de 1973. El ascenso del movimiento obrero
En 1973 se celebraron nuevas elecciones y en 1974 el partido, aparentemente, de izquierdas de Ecevit llegó al poder. Comenzaba una nueva coyuntura tanto para la burguesía como para la izquierda. El movimiento de izquierdas ahora estaba completamente desintegrado y dividido en decenas de nuevas organizaciones.
Ideológica y políticamente, existían dos principales tendencias entre esta izquierda desintegrada. En primer lugar, la tendencia estalinista tradicional que pretendía organizarse entre la clase obrera y el movimiento sindical y que seguía la línea oficial del PCUS. Y en segundo lugar, la tendencia populista revolucionaria, que estaba organizada entre los estudiantes y las capas pequeño-burguesas de las ciudades y provincias. Por supuesto, la fuente ideológica de alimentación de esta tendencia también era el estalinismo. Su línea política se encarnó en el maoísmo y el guerrillerismo.
Desgraciadamente, en ese período no existía ninguna tendencia comunista internacionalista organizada sobre la base del marxismo revolucionario. Aunque existían algunos círculos intelectuales pequeños que defendían las ideas de Trotsky y criticaban el estalinismo, no pudieron formar una organización política activa entre la izquierda, ni siquiera formar una corriente de pensamiento. La razón era que la corriente estalinista era muy fuerte entre la izquierda turca y la concepción del “socialismo del estado estalinista” era ampliamente aceptado por los intelectuales socialistas. En aquel momento existía entre la izquierda un prejuicio negativo contra Trotsky y el trotskysmo. En su opinión Trotsky es un “enemigo del leninismo”, “un aventurero”, “un traidor”, etc., Desgraciadamente, esta situación tragicómica, por no decir estúpida, no ha desaparecido totalmente.
En 1973 el TKP, que durante años existió sólo como un buró externo de Moscú, decidió organizarse de nuevo ilegalmente dentro del país. El TKP ilegal con este paso adelante consiguió una popularidad rápida e importante. La razón principal de esto fue, junto a su organización ilegal, su creación de un movimiento amplio legal de masas en su periferia y si capacidad de influir en el movimiento sindical, consiguieron dominar la dirección del DISK. Entre 1970 y 1980 muchos militantes del TKP ilegal consiguieron salir elegidos en los comités ejecutivos de muchos sindicatos y organizaciones legales de masas. Fundaron bajo el control directo del partido, asociaciones de jóvenes, profesores, empleados técnicos y mujeres, con decenas de miles de militantes. Y por supuesto existían cientos de células secretas del partido formadas por los trabajadores de las fábricas.
En realidad, la forma de organización de TKP era correcta. Pero tanto su línea política como la dirección eran completamente reformistas y defendían la colaboración de clases. La dirección del TKP dependía de la burocracia soviética y seguía la línea dictada por ella de forma ciega, el resultado inevitable de esto fue una división dentro del partido basada en el reformismo y las ideas revolucionarias. También en el mismo período se fundaron muchos partidos socialitas legales e ilegales. Pero ninguno de ellos llegó a tener la implantación entre los trabajadores que tenía el TKP.
En el período entre 1970 y 1980 el crecimiento del movimiento de la clase obrera no tuvo precedentes. Al mismo tiempo, las ideas socialistas se extendían entre la clase obrera. El DISK, bajo la dirección del TKP, organizó por primera vez un mitin de masas en 1976 para celebrar el 1º de Mayo que había estado prohibido durante cincuenta años y que casi estaba olvidado por el proletariado. En el mitin participaron 200.000 personas. Después estallaron las huelgas más largas de la historia del país. El sindicato más militante del DISK, el sindicato de metalúrgicos, comenzó las huelgas que afectaron a 120 fábricas con 40.000 trabajadores y que duraron 11 meses. Estas huelgas provocaron un enorme ambiente de solidaridad. El movimiento juvenil, las mujeres trabajadoras, los intelectuales, etc., vigilaban las tiendas donde estaban los huelguistas. No dejaron a las familias de los trabajadores nunca solos.
Todo esto aterrorizó a la burguesía y la obligó a tomar medidas. Sabía que las siguientes manifestaciones del 1º de Mayo serían más masivas y estarían dominadas por la izquierda. En 1977 en la manifestación del 1º de Mayo en Estambul participó medio millón de personas pertenecientes a todos los sectores de la sociedad. Sin embargo, la burguesía ya había adoptado sus medidas y preparó una provocación para obstruir el ascenso del movimiento de obrero y la izquierda. En esta acción contrarrevolucionaria la burguesía contó con la ayuda de los servicios secretos del imperialismo estadounidense.
En esta gran manifestación del 1º de Mayo hubo una provocación sangrienta orquestada por los servicios secretos turco y estadounidense. Sobre los 500.000 manifestantes cayó una descarga de disparos realizada por grupos de provocadores. Murieron cuarenta trabajadores a causa de los disparos o atropellados por la policía.
La memoria del 1º de Mayo de 1977 no ha desaparecido desde entonces de la mente de los trabajadores y revolucionarios, se ha convertido en un día histórico, no se ha olvidado la masacre y se mantiene viva la furia. Desde entonces, la celebración del 1º de Mayo, cualesquiera que sean las circunstancias, se ha convertido en una tradición para los revolucionarios de Turquía.
La atmósfera política comenzó a cambiar después del 1º de Mayo de 1977. La burguesía incrementó sus provocaciones contrarrevolucionarias. Una vez más, estaba preparándose para bloquear el ascenso de la izquierda con un golpe militar, como ha hecho siempre. Pero antes de eso, la farsa socialdemócrata de Bulent Ecevit y su partido, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), comenzó sus ataques anticomunistas. Ecevit estaba dispuesto a terminar con la influencia del TKP en el DISK y pacificar este sindicato.
Por otro lado, los dirigentes obreros y revolucionarios comenzaron a sufrir los ataques de grupos paramilitares armados encabezados por el fascista MHP (Partido del Movimiento Nacionalista) en las ciudades, especialmente en los barrios obreros. Comenzaron a perpetrar asesinatos selectivos de figuras conocidas de la lucha revolucionaria y en el movimiento obrero. La lista de muertes se publicaba en los periódicos fascistas. Comenzaron los asesinatos políticos de figuras políticas importantes perpetrados por fuerzas contra-guerrilleras entrenadas por la CIA. Docenas de personas murieron asesinadas. Intentaron calmar a las masas con este sistema.
Finalmente, asesinaron al presidente del DISK, Kemal Turkler, que era el dirigente de los metalúrgicos. Los metalúrgicos era el sector más destacado de la clase obrera turca. Kemal Turkler era conocido y respetado por toda la clase obrera. Su asesinato fue un punto de inflexión en este período. A su funeral asistieron 500.000 trabajadores. Pero desgraciadamente el movimiento de la clase obrera carecía de una verdadera dirección revolucionaria que pudiera llevar adelante la lucha de resistencia contra el golpe militar. La dirección burocrática del TKP se retiró, fue una completa rendición y llegó a un compromiso vergonzoso con el gobierno de Ecevit.
El golpe militar del 12 de septiembre
En estas condiciones desfavorables, después del 1º de Mayo de 1977, el movimiento obrero comenzó la retirada y la clase obrera se calmó. El resultado fue horroroso, el pacifismo y el agotamiento masivo, lo que pretendían los golpistas. La burguesía turca hacía decidido controlar la crisis política y económica, intensificada justo entes de 1980, por los tanques, cañones y armas. Y el 12 de septiembre de 1980, Turquía presenció el tercer golpe militar. La constitución y el parlamento fueron abolidos, todos los partidos, incluidos los burgueses, fueron prohibidos. Los dirigentes del partido arrestados, el DISK fue prohibido, los sindicalistas arrestados, los acuerdos colectivos firmados por los sindicatos fueron derogados, los salarios congelados… Durante el período de la dictadura militar del 12 de septiembre, decenas de miles de personas fueron arrestadas y torturadas; cientos de ellos asesinados, colgados e incapacitados. Aquí algunas cifras:
1.650.000 personas arrestadas, la mayoría fueron torturadas.
2.Más de 50.000 personas tuvieron que emigrar a los países europeos como inmigrantes políticos.
3.Se pidieron 700 sentencias de muerte, 480 fueron sentenciados, 216 fueron suspendidas por el parlamento y 48 fueron ahorcados.
4.200 personas murieron en la tortura.
5.23.677 asociaciones prohibidas.
El golpe militar del 12 de septiembre es la respuesta contrarrevolucionaria de la burguesía al ascenso del movimiento obrero. Este régimen militar fascista no sólo salvó a la burguesía de su callejón sin salida, también reestructuró el orden político burgués sobre bases reaccionarias, sus efectos todavía continúan. A pesar de la impresión que quiso dar el régimen militar al convocar elecciones parlamentarias en 1983, la realidad es que no ha cambiado nada en Turquía. La burguesía todavía teme a la clase obrera y a la izquierda, por eso mantiene su régimen opresor. Pero incluso esto no ha sacado a la burguesía del callejón sin salida, todo lo contrario, está más hundida en el pantano. La burguesía y su régimen “parlamentario” no pueden engañar a nadie. Por eso lucha desesperadamente en medio de una crisis política, económica y social.
En pocas palabras, las experiencias que en el pasado atravesaron los países europeos: ascenso y caída del movimiento obrero, masacres, ataques fascistas, dictaduras militares sangrientas, etc., Turquía lo ha experimentado intensamente durante los últimos cuarenta años.
Uno de los objetivos del régimen del 12 de septiembre fue superar el límite del mercado interno. Los “24 decretos de enero”, que fueron un símbolo del régimen militar en la esfera económica, han dado paso a una nueva estructuración económica orientada a los exportaciones. La línea Ozalista (la versión turca del thatcherismo) suavizó los obstáculos para la reestructuración y ha dado pasos adelante serios hacia la integración de Turquía en el mercado mundial. Uno de estos pasos es la pertenencia a la UE que todavía es un gran problema.
El período posterior al 12 de septiembre de 1980
Aunque la dictadura militar sangrienta del 12 de septiembre —-que fue presentada en occidente como un régimen militar apacible—- ha comenzado a disolverse con el tiempo, su legalidad todavía continua. Por ejemplo, el código de leyes aprobado por la junta militar está aún vigente, aunque recientemente se han hecho algunas enmiendas a la constitución.
El régimen político actual es un gobierno policiaco-militar camuflado con un parlamento que está lleno de diputados nacionalistas y reaccionarios. Se pueden encontrar rastros de la forma despótica de la administración, herencia del imperio otomano, en las actuales estructuras políticas del estado. El ejemplo más contundente de esto es el peso del ejército en la vida política y económica, que es completamente diferente a la situación de los países de Europa occidental. Una institución del ejército y las grandes empresas, el OYAK, que está dirigida por los generales, es uno de los mayores monopolios del país. Este monopolio tiene dos grandes bancos y también el monopolio de la industria automovilística (la Renault turca, que es una empresa subsidiaria de la Renault francesa). El Consejo de Seguridad Nacional está dominado por el estado mayor del ejército que todavía domina la política.
La tortura contra los prisioneros políticos arrestados es una parte sistemática de la vida política en Turquía. Las prohibiciones de los sindicatos aprobadas por el régimen militar del 12 de septiembre todavía están vigentes. Otro hecho importante es el aspecto despótico-militar del estado turco que se ha fortalecido durante el período de la lucha de liberación nacional del pueblo kurdo.
Durante esta guerra del ejército turco contra la resistencia nacional kurda, han muerto asesinados veinte mil kurdos, diez mil están en la cárcel, miles son torturados, cientos de miles de campesinos kurdos han tenido que huir de sus tierras y pueblos. Obligados a emigrar a otras ciudades, estas personas están condenadas al desempleo y el hambre. Las prisiones son centros de tortura y los prisioneros políticos tienen que recurrir a las huelgas de hambre para conseguir sus derechos más elementales. Son masacrados en las prisiones, que son quemadas, demolidas y bombardeadas por las fuerzas armadas del estado. En pocas palabras, Turquía, es presentada como un “paraíso” para los turistas, es justo lo contrario en relación a su régimen político.
Después de capturar a Abdullah Ocalan en febrero de 1999 y con el debilitamiento del PKK, el ejército turco tiene un nuevo objetivo político: “la amenaza de la reacción” encarnada en el fundamentalismo islámico. Han prohibido el Partido del Bienestar encabezado por Necmettin Erbakan, que era visto como el elemento fundamentalista más peligroso, pero esto después de haberse convertido en el principal partido de la oposición en las elecciones que se celebraron en la segunda mitad de los años noventa. La intervención de los militares, que prohibieron el partido que había ganado las elecciones, se la ha llamado el “golpe encubierto” del 28 de febrero de 1997. El Partido de la Virtud, formado como una extensión del Partido del Bienestar después de su cierre, también se enfrenta al mismo destino y Necmettin Erbakan tiene prohibida su participación en política. Los elementos radicales islámicos, adoptados por el imperialismo estadounidense durante los años de la guerra fría y apoyados con petrodólares procedentes de los países árabes, ahora son considerados una amenaza, ahora ya no son útiles para los estadounidenses y la burguesía turca. Y ahora, como no quieren un foco islámico de poder, estos elementos han sido liquidados de la vida política y económica.
Aunque el sector pro-europeo de la burguesía ve la entrada en la UE como la única solución (y aunque parece una idea correcta desde el punto de vista de la burguesía), la región se enfrenta a muchos problemas. Turquía sufre una crisis económica no vista antes. El desempleo crece rápidamente. Como esta crisis ha estallado en un momento en que la economía capitalista mundial está en recesión, no es fácil para el capitalismo turco superar la crisis a corto plazo. Las repercusiones de la continuación de las crisis en las esferas política y social producirá inestabilidad política y una amarga lucha de clases.
Como resultado de largos años de persecuciones y prohibiciones, la clase obrera todavía está desorganizada incluso sindicalmente y, tampoco ha superado su temor al aspecto policiaco-militar del régimen burgués. Debido a la demoledora política sindical de la burguesía, la militancia sindical ha caído hasta el 7 por ciento. Esto significa un número total de 1.300.000 militantes sindicales, incluida la militancia en los sindicatos de trabajadores públicos que tienen un total de 400.000 (que no tienen derecho a la negociación colectiva ni derecho a huelga). Entre ellos, la confederación sindical más grande, Türk-Is, tiene 650.000 militantes. El DISK era la confederación sindical más grande antes del golpe militar de 1980, después perdió toda su fuerza y se ha convertido en una confederación pequeña. Ahora tiene 120.000 miitantes. El Hak-Is, que tiene orientación islámica, tiene 100.000 militantes.
Los partidos de izquierda legales en la actualidad no tienen relaciones con la clase obrera y los sindicatos, como ocurría con el partido socialista TIP o el TKP en el pasado. La dirección del TKP, que tiene fuertes raíces históricas, experimentó un proceso de aburguesamiento similar al de la burocracia soviética.
Hay cinco partidos de izquierdas en Turquía que vale la pena mencionar: HADEP (Partido Democrático del Pueblo) formado en 1994, IP (Partido de los Trabajadores) formado en 1994, SIP (Partido del Poder Socialista, ahora se llama Partido Comunista de Turquía) formado en 1995, ODP (Partido de la Solidaridad y la Libertad) formado en 1996 y el EMEP (Partido del trabajo) formado en 1996. Excepto por el HADEP, el más grande de estos, sólo consiguió un 0,7 por ciento en las elecciones generales. El ODP, construido en primer lugar por ex – izquierdas cansados y renegados después del colapso de la Unión Soviética, hoy parece ser un partido ineficaz y desorganizado. El HADEP fue formado por los kurdos y consiguió el 4 por ciento en Turquía en las últimas elecciones de abril de 1999, gracias a los votos que ganaron en Kurdistán en las pasadas elecciones generales. Aunque consiguieron el 90 por ciento en algunas zonas del Kurdistán turco, ahora no tienen representación parlamentaria, porque los partidos políticos deben tener al menos el 10 por ciento del total de votos para poder entrar en el parlamento.
Por otro lado, nunca ha habido un partido socialdemócrata al estilo occidental en Turquía debido a las grandes diferencias en el proceso de desarrollo capitalista. También debemos recordar que en este país existió una dictadura de un partido político que duró un cuarto de siglo. Se han producido algunos intentos de formar partidos socialdemócratas por parte de aquellos círculos políticos que deseaban seguir el ejemplo de los países europeos. Las fracciones que salieron del partido estatal oficial, el Partido del Pueblo, intentó organizar estos partidos socialdemócratas por arriba. El partido del primer ministro actual, Ecevit —-El Partido de la Izquierda Democrática—- procede del Partido del Pueblo. Ahora está en coalición con el fascista Partido del Movimiento Nacionalista (“lobos grises”).
El Partido del Pueblo bajo la dirección de Deniz Baykal cada vez es más pequeño y está inmerso en luchas fraccionales interminables. Estos partidos no tienen lazos históricos con el movimiento sindical de la clase obrera, como ocurre con los partidos socialistas y socialdemócratas en Europa, y tampoco se organizan sobre esas bases. Por estas razones, las condiciones políticas en Turquía son muy diferentes de las europeas en muchos aspectos.