Invitan a V Festival de Comida Nicaragüense

SAN SALVADOR, 11 de septiembre de 2008 (SIEP) La Asociación de Nicaragüenses residentes en El Salvador realizaran este próximo sábado 13 el V Festival Gastronómico Nicaragüense en el centro comercial Galerías, a partir de las 10 a. m.

Expresaron que los asistentes podrán disfrutar de comidas y bebidas típicas nicaragüenses como son los nacatamales, el baho, el vigorón, quesillos, pinolillos, y frescos de chía, chicha, cacao, etc. Asimismo durante la tarde se contará con la participación artística del Ballet Folklórico de Jinotepe y del cantautor Lázaro Romero.

Indicaron los nicaragüenses que con esta actividad se contribuye a fortalecer las relaciones culturales entre nuestros dos pueblos hermanos, unidos por una misma historia de sufrimiento y de esperanza.

El largo camino hacia el voto femenino

El largo camino hacia el voto femenino

Carlos Cañas Dinarte

Durante los siglos de gobierno español, las vidas de las mujeres criollas, mestizas, indígenas y negras esclavas se desarrollaron entre el hogar, la iglesia, el hospital y la labranza.

Privadas de asistencia médica ginecológica y de acceso masivo a la educación elemental, salvo que se educaran mediante el sacrificio de su libertad al ingresar a alguno de los conventos de monjas de la región centroamericana, muchas de esas mujeres dependían de los hombres de su casa —padres, hermanos, esposos, cuñados— para escribir o leer documentos personales y judiciales.

Los hombres eran los únicos que poseían los rudimentos necesarios para leer, escribir y hablar “en Castilla”, el lenguaje importado por las tropas europeas de conquista y colonización.

Pese a ello, las leyes imperiales ibéricas cobraban tributo a las mujeres, por lo que les permitían realizar transacciones de fuertes sumas monetarias por tierras o por hatos de ganado, a la vez que les negaban derechos políticos como participar en las elecciones periódicas de autoridades municipales o de la intendencia.

Por estas y otras razones, no resulta extraño que las mujeres hayan tomado parte en muchos de los más importantes motines y alzamientos populares que hubo en la provincia sansalvadoreña y sonsonateca entre los siglos XVI y XVIII. Abrigaban la esperanza de que los cambios radicales les legaran una nueva sociedad que reconociera sus aspiraciones femeninas y les abrieran, de lleno, las puertas de la política, la educación y de la historia.

Aunque la participación política directa de las mujeres era casi nula en la Intendencia de San Salvador y en la Alcaldía Mayor de Sonsonate, la población femenina no se mantenía indiferente a los afanes por separarse de la corona española.
Influidas por un fuerte sentido libertario, algunas “exaltadas mujeres” —como las definieron los informes judiciales de la época— tomaron parte en las acciones independentistas de noviembre y diciembre de 1811, realizadas en San Salvador, Metapán y Sensuntepeque.

Entre aquellas olvidadas mujeres destacan las metapanecas Juana de Dios Arriaga, Úrsula Guzmán, Gertrudis Lemus, Micaela Arbizú, Sebastiana Martínez, Manuela Marroquín, Patricia Recinos, Rosa Ruiz, María Isabel Fajardo, Luciana Vásquez, Juana Vásquez, Juliana Posada, Feliciana Ramírez, Petrona Miranda, Teresa Sánchez, Eusebia Josefa Molina y María Teresa Escobar, al igual que las santanecas Juana Ascencio, Dominga Fabia Juárez de Reina, Juana Evangelista, Inés Anselma Ascencio de Román, Cirila Regalado, Irene Aragón, Romana Abad Carranza, María Nieves Solórzano y Teodora Martín Quezada.

Estos grupos estuvieron encabezados por la viuda María Madrid y la joven Francisca de la Cruz López, quienes, tras ser capturadas y sometidas a largos interrogatorios y acusaciones de alta traición contra el imperio ibérico, fueron liberadas gracias al indulto promulgado el 3 de marzo de 1812.

Pero también hubo bajas en el sector libertario femenino. Así, María Feliciana de los Ángeles Miranda fue procesada y ejecutada, en público, en la plaza central de la ciudad de San Vicente de Austria y Lorenzana, a inicios de 1812. Hasta la fecha, es la única independentista salvadoreña que ha sido reconocida como prócer, mediante un decreto legislativo de noviembre de 1976.

Hace un siglo este contraste de imágenes sólo habría existido en sueños.
Aparte de estas mujeres a las que la historia tradicional salvadoreña ha alejado del sitial de promotoras de la independencia centroamericana y fundadoras del Estado salvadoreño, a partir de 1814 otras mujeres sirvieron como defensoras judiciales de sus esposos, padres o hermanos, encarcelados en las ciudades de Guatemala y San Salvador, de las que los liberaron con éxito.

Este fue el caso de María Teresa Escobar, María Felipa de Aranzamendi y Aguilar, Ana Andrade Cañas y Manuela Antonia de Arce y Fagoaga.

Mujeres y feminismo

Durante buena parte del Siglo XIX, las salvadoreñas sólo tuvieron presencia en tres terrenos sociales.

El magisterio, la poesía y los campos de batalla fueron esos escenarios. Por esto, no es raro encontrar vagas referencias a mujeres connacionales que, en compañía de los soldados regulares, defendieron al país y a la ciudad de San Salvador en acciones bélicas contra el Imperio Mexicano del Septentrión (1822-1823) o contra las tropas guatemaltecas que invadieron y sitiaron a San Salvador, en 1863, para derrocar al general Gerardo Barrios.

Como el Siglo XIX estuvo marcado por las guerras centroamericanas y las revoluciones nacionales, tampoco resulta extraño que una de las primeras organizaciones de notable presencia femenina fuera la de la Cruz Roja Salvadoreña, fundada en 1885 y una de cuyas primeras acciones fue la de auxiliar a los heridos en la batalla de Chalchuapa de inicios de abril de ese año, librada contra las fuerzas invasoras guatemaltecas.

Después, los intereses organizativos femeninos se volcarán hacia la organización y edición de revistas literarias, como “Ramo de violetas”, publicada en 1890 en San Salvador, bajo la dirección de Rafaela Contreras (1869-1893), escritora que hizo suyo el nuevo lenguaje “azulino” propuesto por Rubén Darío, al grado tal que escribió muchos cuentos modernistas que, por décadas, fueron confundidos con los del escritor nicaragüense. En junio de 1889 se convirtió en la primera esposa del bardo.

Hacia el fin de esa centuria e inicios del Siglo XX, El Salvador contaba ya con algunos de los primeros clubes o asociaciones femeninas que trabajaban por la regeneración social de las mujeres y por obtener el derecho al voto.
Una de estas organizaciones fue el club feminista “Adela de Barrios”, establecido en la ciudad de Ahuachapán en momentos en que comenzaba a estremecerse la sociedad salvadoreña con la llegada de ideas femeninas sufragistas, las faldas cortas y los reducidos cortes de pelo. Eran corrientes que provenían de Europa y Norteamérica que pronto fueron condenadas por los sacerdotes desde sus púlpitos, que no tuvieron mucho éxito con las amenazas de excomunión.

¡A las calles!

De 1950 a 2004, las mujeres han hecho de su voto el más determinante en elecciones
En 1890, algunas salvadoreñas de espíritu combativo iniciaron un proceso que estaba llamado a causar una verdadera revolución legal en el país.

Se trataba de alcanzar el que fue denominado por la revista “La juventud salvadoreña”, como “el más importante y elemental de los derechos del ciudadano en la democracia moderna”: el sufragio o derecho al voto para todas las salvadoreñas, hasta entonces excluidas de las decisiones políticas del país.

Influidos por las ideas modernas vigentes en otras latitudes, esas mujeres y algunos intelectuales alabaron los inicios del proceso, que contaba con fuertes apoyos en la recepción de socias en la Academia de Ciencias y Bellas Artes de
San Salvador (mayo de 1888) y en la graduación de la primera universitaria centroamericana, con el doctorado obtenido en septiembre de 1889 por la salvadoreña Antonia Navarro Huezo (1870-1891).

Para muchos de sus contemporáneos masculinos, esos esfuerzos fueron atrevidos, pioneros, abanderados o locos, según quien los interpretara.

Incluso, algunos llegaron a tildarlos de descabellados, cuando los diputados de tres países centroamericanos, reunidos en la capital hondureña, promulgaron la última Constitución Federal del Istmo, en septiembre de 1921. Allí, en letra muerta desde el inicio mismo de su redacción, quedó consignado el derecho al voto para las guatemaltecas, salvadoreñas y hondureñas.

Ciudadanía y sufragio
En San Salvador este logro fue celebrado con repique de campanas, misas solemnes de acción de gracias y otros eventos sociales.

Después de eso, el silencio electoral fue evidente.

María García Herrera fue una de las primeras mujeres privilegiadas en lograr una profesión universitaria en 1943.
Estimulada por aquella acción legal, el 19 de abril de 1922, una salvadoreña de ascendencia colombiana, María Solano Álvarez de Guillén Rivas, fundó la Sociedad Confraternidad de Señoras de la República de El Salvador,

la que contó con el apoyo de la Liga de Mujeres Neoyorquinas. En una de sus primeras marchas por el centro capitalino, realizada el día de Navidad para apoyar al candidato presidencial de la oposición, doctor Miguel Tomás Molina, la respuesta gubernamental fue de fuego y sangre: uniformadas de azul, veintidós de las participantes murieron acribilladas a tiros.

Sin embargo, el baño de sangre no detuvo los ímpetus y afanes de las organizaciones de mujeres sufragistas, pues el fin era lograr apoyo político para alcanzar el derecho al voto y el reconocimiento a su ciudadanía. Por entonces toda mujer nacida en suelo salvadoreño estaba privada de nacionalidad propia, por lo que al casarse con un extranjero adoptaba, de inmediato, la nacionalidad de su esposo. Así lo denunció la escritora Alice Lardé de Venturino en una carta dirigida a su cuñado Salarrué, la cual le remitió desde Buenos Aires, en enero de 1928: “Amo a mi patria hasta el dolor. Amo a esta patria mía que me niega —por sus leyes arbitrarias y crueles—, a esta patria mía que me ha visto crecer, y que ha presenciado los terribles sacudimientos de amor y dolor con que me abrió los ojos a la Verdad, el Destino, y que, a pesar de todo esto, por sus leyes antipatrióticas, me niega el derecho de llamarme suya, de llamarme salvadoreña, que al casarme, por una cláusula que deben abolir cuanto antes, perdí o quieren que pierda y que yo, a pesar de todo esto, grito con más amor que nunca: ¡Soy salvadoreña! ¡Soy salvadoreña! Que mi grito tremendo llegue hasta el corazón de mi patria y al ser conmovido por él, griten los salvadoreños en mi nombre para que reformen la ley, aboliendo esta cláusula que hace perder a la mujer su derecho de nacionalidad patria”.

El sufragismo femenino internacional había cobrado presencia en países anglosajones y europeos, al grado tal que España había ya consignado el voto femenino en su legislación, a partir del primer día de octubre de 1931, gracias a las encendidas intervenciones hechas por la activista y diputada Clara Campoamor (1888-1972).

Cuatro años más tarde, en enero de 1935, las capitalinas Emma Aguilar, Nelly Hernández, Irene Chicas, Amanda Rodríguez, Paula Alvarenga, Juana Araujo, Dominga López y Elvira Vidal se convirtieron en las primeras salvadoreñas en ejercer el voto, aunque, por decisión del Dr. José Casimiro Chica, presidente de la junta electoral de San Salvador, sus papeletas les fueron tomadas en forma honoraria, pero sin que contaran para el escrutinio final, en franca violación al Artículo 180 de la Constitución de 1886 y a las listas de personas electoras del municipio capitalino.

Por la creciente presión social, el 5 de diciembre de 1938 la Asamblea Legislativa emitió una ley en la que reconoció que tenían derecho al voto las casadas mayores de 25 años, que presentaran su cédula de vecindad y su acta matrimonial, mientras que las solteras debían tener más de 21 años de edad y un título profesional o ser mayores de 30 años y poseedoras, al menos, del certificado de sexto grado de escolaridad. Así quedó consignado en la Constitución Política de 1939, aunque tuvo poca aplicación práctica.

El aporte Prudencia Ayala ayudó a allanar
el camino hacia el voto femenino.
Frente a la dictadura

Durante el régimen dictatorial de 1931 a 1944, algunas salvadoreñas se dedicaron al periodismo como profesión.
Asimismo cultivaron las letras, las artes y las ciencias; algunas veces a través de medios de moda, como la radiodifusión.

Allí se consolidaron nombres de escritoras y sufragistas, como Lydia Valiente, María Loucel, Ana Rosa Ochoa, Claudia Lars,
Lilian Serpas, Lavinia de Flores, Margarita de Nieva, Rosa América Herrera, Laura de Paz, Mercedes Maití de Luarca, Rosa Amelia Guzmán, Clara Luz Montalvo, Tránsito Huezo Córdova de Ramírez y Mercedes de Altamirano.

En sus programas de radio, estas mujeres abarcaban temas propios de su momento: discusiones en torno al sufragio femenino parcial, los derechos ciudadanos de las mujeres, la prostitución, la violencia intrafamiliar, la educación femenina formal e informal, el alcoholismo, la mortalidad infantil, la maternidad y paternidad irresponsables, la delincuencia organizada, el trabajo femenino y otros más.

Estas escritoras y periodistas, en su mayoría jóvenes, contaban con el apoyo del semanario capitalino “Azogue”, editado en febrero de 1938 con la misión de contribuir al mejoramiento social de la mujer salvadoreña, entendida “no sólo como mantenedora del hogar, sino como opinante y como fuerza social”, que se puso de manifiesto en las acciones cívico-militares de abril y mayo de 1944, cuando varios sectores del pueblo salvadoreño se organizaron y derrocaron la dictadura del general Maximiliano Hernández Martínez.

CEM publicara Album de Viaje de Liliam Jiménez por países socialistas

SAN SALVADOR, 2 de agosto de 2008 (SIEP) “Hace cincuenta años, una mujer salvadoreña desafió a la dictadura militar y viajó a Austria, a un congreso de mujeres de izquierda para denunciar las injusticias que sufría nuestro pueblo” informó el Lic. Roberto Pineda, coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

“Esa mujer fue Liliam Jiménez, militante comunista, poeta, luchadora social, madre, que viajó representando a Fraternidad de Mujeres Salvadoreñas, al IV Congreso de la federación Internacional de Mujeres democráticas (FDIM), realizado en Viena, Austria.

“Liliam Jiménez falleció el año pasado en México, país donde vivió por mucho tiempo exiliada. Era esposa del poeta guatemalteco, también comunista, Raúl Leiva. En este Álbum de Viajes aparecen fotografías de este congreso en Viena, así como de su posterior viaje a la URSS, republica Popular China, reuniones en El Salvador y México.”

Concluyó el Lic. Pineda que “agradecemos al hijo de Liliam, Raúl, por permitirnos publicar este Álbum de Viajes, de esta mujer de izquierda, que con su vida, con su voz, con su dignidad, con su poesía enriqueció la cultura de nuestra patria y mantuvo erguida la bandera del socialismo y de la igualdad de la mujer. Su memoria vive en las luchas y los sueños de este pueblo…”

UN 30 DE JULIO DE 1975.

UN 30 DE JULIO DE 1975.
ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS UN EJEMPLO INMORTAL DE LUCHA.
El 30 de Julio de 1975 constituye para los Universitarios una fecha importante debido a la magnitud de los hechos acontecidos, los cuales marcaron la historia de El salvador y de la Universidad misma.

Durante la década de los 70 la represión gubernamental se agudizaba, la formación de frentes políticos –militares de izquierda eran un hecho real en el país.

El Salvador entraba a una etapa de contradicción entre los opresores y oprimidos, que años mas adelante desembocaría en una guerra civil, dejando como resultado más de 75 mil muertos.

La década de los 70 marca una período oscuro para Universidad de El Salvador , la cual ya, el 19 de Julio de 1972 había sufrido su segunda intervención militar por parte del ejercito Salvadoreño; dejando grandes perdidas humana y de recurso material, en un acto seguido el 25 de Julio de 1975 el gobierno en turno atenta contra el Centro Universitario de Occidente (Santa Ana), lo cual generaría el repudio de los Estudiantes de la sede central de la Universidad , por lo que se solidarizan ante la represión consumada por el ejercito y deciden marchar el 30 de Julio de ese mismo año sin tener idea del genocidio planificado por la dictadura militar de la época.

SOBRE LOS HECHOS.

Aprovechando las fiestas Julias, los estudiantes de la Universidad de El Salvador realizaron una manifestación para condenar al régimen de Molina y la intervención militar al campus. Voces de libertad se escucharon en Santa Ana, un 25 de julio de1975.

En horas de la madrugada del 25, tropas de la segunda brigada del ejercito, guardias nacionales y policías de hacienda, penetraron en el recinto Universitario, ejecutando algunas capturas y decomisando los implementos de los preparativos del desfile. El despliegue de tropas fue de tal magnitud, que cercaron las colonias aledañas, aislándolas completamente, sin dejar entrar ni salir a nadie de dicha zona.

La respuesta estudiantil a estos hechos fue la marcha en plena mañana en el centro de la ciudad, manifestación que fue reprimida con brutalidad…

Mientras tanto la solidaridad no se hizo esperar en San salvador y de esta forma el día 28 de Julio, La Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños (AGEUS) junto con la Comunidad Universitaria en general decide realizar una manifestación pacifica en repudio y denuncia por la intervención exigiendo el respeto a la Autonomía Universitaria, el día elegido fue el día miércoles 30 de julio por la tarde.

Para esos días el gobierno y los empresarios se habían preparado para celebrar el concurso de mis universo, en el cual los empresarios habían invertido mucho dinero para promocionar la industria turística en El Salvador, también representaba un caudal en la política exterior para el coronel Molina, Presidente de la República en esos años.

La marcha convocada en el campus central salió a eso de las cuatro de la tarde del portón de la facultad Ciencias y Humanidades, a pesar de todas las amenazas hechas por el gobierno: de no tolerar ningún tipo de manifestación o cualquier intento de salir a las calles.

En las pancartas, carteles y mantas se escribieron únicamente lemas relacionados con el problema Universitario y expresiones en defensa de los derechos y garantías democráticas.

En el trayecto de la 25 av. Norte, no se advirtió ninguna amenaza inminente contra la seguridad de los manifestantes, sin embargo cuando la cabeza del desfile llegó al paso a dos niveles, aledaños al hospital del ISSS (seguro social) aparecieron trepidantes las unidades blindadas llamadas “tanques rayo…” además de las unidades blindadas se situaron a la altura del hospital de maternidad, camiones de fuerza antimotines, pertenecientes a la guardia nacional, policía nacional y policía de hacienda. El despliegue de las fuerzas en las inmediaciones del Hospital Rosales y al lado norte del colegio Asunción, mostraban un escenario espantoso, que perecía destinado a enfrentar a un enemigo poderosamente armado y no a una manifestación pacifica de universitarios.

HORA DE LA MASACRE.

4:20 p.m. del día miércoles 30 de Julio de 1975, la dictadura militar lo marcaría como un momento que quedó grabada en la memoria colectiva de todos los universitarios.

Los que encabezaban la manifestación quisieron ganar la calle que pasa frente a la entrada del ISSS (3 calle Pte.), desviándose hacia la izquierda para tratar de evitar enfrentamientos con las unidades blindadas…sin embargo un contingente de la guardia ya estaba esperándolos atrás del colegio Asunción, obligándolos a retroceder al paso a dos niveles, forzando a fuerza de balas a muchos a lanzarse del puente, en este lugar fueron muchos los estudiantes fracturados, algunos de los cuales fueron rematados a tiros. En el momento en que daban marcha atrás, comenzaron los disparos de fusiles y ametralladoras, a la par del estallido de bombas lacrimógenas descargadas por los cuerpos represivos… la carnicería humana dio comienzo.

…La fría decisión de tirar a matar en la tarde del 30 de Julio, de seguir hasta aniquilar, de lanzar los carros brindados contra la multitud inerte, de machetear salvajemente al que se ponía a su alcance, de dejar sangrar a sus victimas impidiendo con brutalidad cualquier auxilió oportuno que quisieron brindar los médicos y enfermeros del ISSS; refleja la feroz determinación de la dictadura de acabar con la juventud pensante de un país , demuestra la voluntad de mutilar la conciencia de un pueblo.

El fuego cerrado duró pocos minutos, pero suficiente para derramar mucha sangre juvenil…pero no solo fueron balazos, los muchachos y muchachas que quisieron en su desesperada huida saltar los muros del ISSS, recibieron machetazos en la cabeza y otras partes del cuerpo hasta desmembrarlos, quedando en el lugar trágicas señales de la carnicería…

Así aconteció una fecha que caló en lo más profundo del corazón estudiantil, ¡Así murieron muchos compañeros universitarios, murieron para vivir, pues están presentes en cada puño alzado!

Los periódicos de la época hablaban de tres o cinco muertos, pero testigos de aquella tarde triste hablan de centenares de muertos y desaparecidos, la verdad de los hechos fueron ocultados por la prensa nacional, mintiéndole al pueblo del verdadero genocidio cometido por la dictadura militar.

José Domingo Aldana, Carlos Fonseca, Reinaldo Hasbun, Napoleón Orlando Calderón, Sergio Antonio Cabrera, Roberto Miranda… y muchos más muertos y desaparecidos que hoy 33 años después nos convocan a recordar su memoria y su sacrificio inclaudicable de lucha.

Sepan todos, nuestros mártires, que no han muerto por que viven junto a los estudiantes que hoy iniciamos otra etapa para llevar en alto la responsabilidad de construir la teoría y pensamiento que llevará al movimiento estudiantil universitario a su práctica, para luchar por una anhelada trasformación social por la que muchos hombres y mujeres ofrendaron su vida.

Compañeros mártires del 30 de Julio de 1975, hemos jurado continuar su lucha, nuestra lucha, la semilla ahora ha germinado y nos preparamos para construir y como lo expresa un gran hombre:

“nuestra libertad y su sostén cotidiano tiene color de sangre y está lleno de sacrificio”

30 DE JULIO, PROHIBIDO OLVIDAR…

POR QUE EL COLOR DE LA SANGRE JAMÁS SE OLVIDA…

LOS MASACRADOS SERÁN VENGADOS.

POR NUESTROS CAÍDOS JURAMOS VENCER…

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!

MOVIMIENTO ESTUDIANTIL UNIVERSITARIO SALVADOREÑO

CIUDAD UNIVERSITARIA, JULIO 2008

Los años 70 fueron años de lucha y resistencia del pueblo salvadoreño…

SAN SALVADOR, 12 de julio de 2008 (SIEP) Más de cincuenta años de entrega a la causa revolucionaria, primero en el movimiento sindical, después en las filas del Movimiento Revolucionario 2 de Abril, luego en el Partido Comunista de El Salvador y finalmente en el FMLN, hacen de Domingo Santacruz un referente primordial de la historia de nuestro pueblo. Publicamos la tercera parte de una entrevista no concluida.

En enero de 1970 regreso a El Salvador luego de tres años de estudio en la Unión Soviética. ¿Cuál es el país que encuentro? Es un país sumido en una profunda crisis, en lo social, lo económico y lo político. Los problemas que eran de carácter estructural, histórico, lejos de resolverse se habían profundizado. Aunque la derecha tuvo la posibilidad de realizar algunos cambios, la crisis se profundizo. La tierra se encontraba en poder de pocas manos, controlaban las mejores tierras cultivables, de buena calidad, un total de 811,919 manzanas. Había un 53 por ciento de tierras ociosas.

Esto creaba una situación con altos niveles de desempleo, la capacidad adquisitiva de la población era reducida, el costo de la vida iba en ascenso. Y esta situación se vio agravada por el conflicto con Honduras, que recién concluía. Lo que se llamó la guerra del futbol, que recién finalizaba. Esta guerra fue la culminación de fuertes contradicciones de grupos de poder centroamericanos que rechazaban el peso de la oligarquía salvadoreña. Debido a esta guerra regresaron de Honduras 200,000 salvadoreños. La situación estaba a punto de estallar.

En esa época como partido estábamos ya trabajando en la construcción de una amplia alianza con sectores democráticos que luego se plasmó en la Unión Nacional Opositora, la UNO. Con esta unidad íbamos a enfrentar a una derecha que estaba dividida en el PCN; el FUDI y el PPS. La derecha se encontraba con una situación en la que su modelo de sustitución de importaciones se encontraba ya agotado, aunque el país económicamente estaba en una situación todavía controlable. Los años 70 fueron años de lucha y resistencia del pueblo salvadoreño.

El Partido no mostraba cohesión ideológica ni organizativa. Había grietas. Carpio en su carácter de secretario general, distribuyó, hizo circular a las bases del partido un Informe al comité central sobre el conflicto con Honduras, y este se encontraba paralizado discutiendo este documento, mientras Carpio andaba formando agrupamientos para enfrentar a la dirección del partido, encabezada por Schafik (Handal) y Raúl (Castellanos Figueroa).

Los desacuerdos entre Carpio y la dirección del Partido, un debate que duro diez años…

El origen de estos desacuerdos entre Carpio y los otros miembros de la dirección del partido los ubico diez años atrás, luego del golpe de estado de derecha del 25 de enero de 1961. Era una época de efervescencia provocada por la Revolución Cubana y los éxitos del Frente Nacional de Orientación Cívica, FNOC, que había derrocado a Lemus. Había un flujo revolucionario, mucho entusiasmo. Incluso dentro de las filas de la recién creada Democracia Cristiana. Y en su ala izquierda, había influencia de la Revolución Cubana. Claro, ellos hablaban de la “revolución de los pobres, sin violencia.” Hasta Memo Ungo andaba en esta oleada.

Este auge se reflejaba, de alguna manera en el FNOC, que estaba conducido por Raúl (Castellanos Figueroa). En su dirección estaban también gente cercana al partido como Mario Salazar Valiente, Gabriel Gallegos, Pedro Mancía Cerritos, Mario Moreira entre otros. Para ese tiempo Carpio estaba estudiando en la escuela de Cuadros en la Unión Soviética. Schafik había regresado de Chile en el 56. Raúl era el dirigente más experimentado del PCS.

El FNOC aglutinaba al Partido Revolucionario Abril y Mayo (PRAM), Fraternidad de Mujeres Salvadoreñas, la Asociación Juvenil 5 de Noviembre y la Tazumal, AGEUS, el Partido Revolucionario Democrático (dirigido por José María Méndez padre) y la Confederación General de Trabajadores Salvadoreños (CGTS). Era un movimiento político de masas que logró derrocar a un dictador pero no logró tomar el poder, no se tradujo en poder. El FNOC luego del derrocamiento de Lemus en octubre del 60 se dispersó. Y esto fue evaluado.

Y entonces en 1961 Raúl plantea la necesidad de crear un nuevo instrumento que supere al FNOC, propone la creación de un frente político superior, con características político-militares, que recoja, procese y supere la experiencia del FNOC. Que tome en cuenta que la oligarquía no iba a ceder voluntariamente el poder a los sectores populares.

En este marco, Carpio regresa ese año 1961 de la URSS y se encuentra con esta situación. Y califica estos esfuerzos como expresiones de ultra izquierdismo, que reflejaban desviaciones pequeño burguesas, de sectores pequeño burgueses enquistados en la dirección del PC. Criticó que esa no era una posición del proletariado sino una desviación ideológica. Schafik salió en defensa de la posición de Raúl y desarrolló esa posición.

Explicó que había la necesidad de construir un movimiento de los sectores más avanzados políticamente, altamente organizado, una fuerza organizada, calificada, de choque, con capacidad de respuesta, de auto defensa de las masas, que realizara acciones de propaganda armada, y de lucha armada. Argumentó que se había botado a Lemus, pero no se pudo alcanzar el poder por falta de un instrumento de este tipo.

El debate con Carpio siguió hasta 1963 cuando funcionaba el Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR).Carpio logra desplazar a Schafik de la conducción de este instrumento. Carpio estaba interesado en que el Partido promoviera la organización del movimiento sindical y en que este superara su carácter artesanal, la visión de pequeño taller y fuera al encuentro del proletariado industrial y Carpio estaba empeñado en esta dirección…

O sea que las diferencias que hacen crisis en 1970 tenían diez años de venirse gestando. En 1970 por ejemplo, Carpio se opuso a la idea de construir una amplia alianza de fuerzas políticas contra la dictadura militar, que incluyeran al PDC y al MNR. Carpio saltó enojado y expresó en su estilo que tal idea era “avanzar en dirección del pensamiento pequeño burgués y apartarse de la lucha del proletariado.”

Carpio indicó que ya el PAR con la candidatura del Dr. Fabio Castillo en 1967 había demostrado la inconsecuencia de esa línea…que se estaba abandonando al movimiento obrero…En ese momento se le sumó a estas ideas Raúl Padilla Vela. Pero fue un pensamiento que no avanzó, no prevaleció…

Carpio había perdido la batalla dentro del PCS

Ya para ese momento, enero de 1970, Carpio había perdido la batalla interna en la dirección del partido. Había dado la batalla ideológica, la perdió y entonces se dedicó a crear organizaciones con elementos seguidores de él, fieles ejecutores de sus designios, y entonces formó grupos como los Nonualcos, la Tazumal, y otros.

Creo las Fuerzas Armadas revolucionarias salvadoreñas, aglutinando a algunos sindicalistas, a algunos estudiantes universitarios, a los integrantes de la Célula Frank Paiz, entre estos los entonces estudiantes Roberto Vargas, Salvador Moncada, Salvador Menéndez Linares, el Peche Alfredo Quezada, y no pudieron llevarse a Miguel Ángel Sáenz Varela, que también era de esta célula pero que era ya un cuadro de dirección del Partido.

Al regresar de la URSS busque a Carpio ya que él era el secretario general y tenía que informarle de los estudiantes allá. El hizo un fuerte esfuerzo para reclutarme para sus posiciones. Le dije lo que se había discutido en Moscu, que no habíamos estado de acuerdo con la posición sobre la guerra con Honduras, de la Comisión Política del PCS que hizo Pepe Rodríguez Ruiz.

Carpio me invitó a su casa en la Colonia Zacamil para almorzar. Me echó todo un rollo como de 3 horas tratando de denigrar a Schafik, a Raúl y a Roberto (Castellanos Calvo). Los acusaba de ser fieles representantes de sectores pequeño burgueses dentro del Partido. Además agrego que tenía sospechas que trabajaban para los servicios de inteligencia del enemigo.

Me calentó, me indignó que hiciera estas últimas acusaciones. No le ayudaron en nada para convencerme, como era su propósito. Le exprese que no se puede acusar a nadie sin presentar pruebas. Y que él como secretario general debía de presentar pruebas, y ceñirse a los estatutos. Los estatutos de nuestro partido definían el proceso que debía seguirse.

Le dije que me sorprendía que él como secretario general con una larga trayectoria histórica de compromiso político, pudiera llegar a estas conclusiones que eran graves y causaban un grave daño al Partido. Le rete a que si tenía pruebas de lo que estaba diciendo que yo lo acompañaba. Pero que si no las tenía, que debía de rectificar y someterse humildemente al principio de la autocrítica.

Me fui luego a ver a Schafik, que vivía en la Colonia El Roble, al costado sur del parque, en un pasajito, le dije: vengo de ver a Carpio, me ha contado algunas cosas, le manifesté mi preocupación por estas acusaciones y mi deseo de reintegrarme al trabajo político…parece que no era el primero que llegaba porque Schafik no mostró ninguna sorpresa ni mayor preocupación. Me expresó que las diferencias con Carpio llevaban ya bastante tiempo. El incluso había sido sacado del FUAR como resultado de estas divergencias.

Sus relaciones con Carpio habían sido anteriormente fraternas, incluso en un momento vivieron juntos en un cuartito, me expreso que respetaba y admiraba mucho sus valores, capacidades, dotes, su experiencia en la dirección del movimiento sindical, sacrificio, pero que también tenia defectos, si Saúl no encontraba compañeros que se le doblegaban y sometieran entonces chocaban con su personalidad, si alguno le discutía se convertía en su enemigo. Ellos trataron de convencerlo, pero él se fue distanciando, y como representante de los sectores obreros, en 1964, buscó el apoyo de diverso sindicalistas para ser electo en el V Congreso como secretario general. Pero en 1970 había ya perdido la batalla…

En 1970 al regresar, me nombran para integrarme al Comité Departamental de San Salvador como responsable de Educación. El Coordinador era Blas Escamilla, Raúl Padilla Vela el de Organización. Además lo integraba Emma Guadalupe Carpio, Romeo Granadino, Jesús Paz, (que lo expulsaron del país por ser hondureño junto con Salvador Moncada.) Nos reuníamos en la Col. Ferrocarril, en la casa de Padilla Vela.

Yo regrese con mucho entusiasmo, con muchas ideas en la cabeza para poner en práctica lo aprendido y me encuentro con todo el mundo sumido en la lectura del informe de Carpio sobre los sucesos de la guerra con Honduras. Horas y horas, meses enteros dedicadas las células a esta lectura y discusiones, mientras la vida transcurría, la lucha de clases se estaba desarrollando fuera de nuestras largas y estériles lecturas y discusiones.

Y entonces lo primero que propongo en el Comité departamental es que se retire de las bases el Informe de Carpio y logró convencerlo, el único que tuvo dudas fue Blas, por su amistad con Carpio. Ambos venían del sindicato de panificadores.

El centenario del natalicio de Lenin

En aquel momento nos encontrábamos inmersos en los preparativos para la celebración del centenario del natalicio de Vladimir Ilich Lenin. Habíamos organizado dos actividades. Una en el local de la Unión de Trabajadores Ferrocarrileros (UTF) el 24 de enero y otra en el paraninfo de la Universidad Nacional. En su exposición en la UTF Carpio critico abierta y públicamente a la dirección del Partido de la que formaba parte. En la asamblea había militantes y simpatizantes y esto produjo confusión y sorpresa.

Propuse que se convocara de urgencia para discutir la posición del CD en relación a las declaraciones de Carpio en la UTF, en las que hablo públicamente criticando a la dirección del Partido. Nos fuimos para la casa de Raúl. Y para nuestra sorpresa vimos aparecer a Salvador. Explicó que venia solo a saludarnos. Padilla Vela, que no tenía pelos en la lengua, le dijo: mira Salvador, nos vamos a reunir, nos hemos convocado para discutir tu posición pública sobre la dirección del partido, como secretario general tenés derecho a quedarte, pero lo mejor es que no te quedés. Y no se quedo se despidió y se fue.

Luego de una acalorada discusión acordamos enviar una carta exigiendo la aplicación de los estatutos a Carpio por haber criticado a la dirección del Partido, sin permitir espacio para la defensa. Y a Blas se le encargó que entregara esta carta. Carpio comprendió que la Departamental se le venia encima y confió en lograr el apoyo de una parte de las células a las que se dedico a visitar. Pero nosotros también salimos a visitar a las células para explicarle la situación, trabajamos a las células y lo neutralizamos. Únicamente pudo llevarse a Dimas Alas, que era el secretario general de la FUSS, y a Ernesto Morales. A la Chila y a Chepe Martínez, panaderos, y a los de la Frank Paiz.

Luego el Partido retomo la conducción del movimiento social y dio dirección a las huelgas de los panificadores y textileros. Asimismo se convoca al Comité central y se iniciaron los preparativos para el Congreso del partido, que seria el VI. Se convocó a una reunión ampliada del CC que criticó las posiciones de Carpio. Según Schafik en esa reunión Carpio presento la renuncia y no se le acepto, pero después al ver que tenia todo en contra, se le acepto. El CC por mayoría acepto que había que resolver esta situación.

El 30 de marzo Carpio presenta su renuncia. Y es aceptada. Entonces él devolvió bienes, entregó documentos y se le facilitaron fondos por algún tiempo, se le facilito vehiculo y chofer, que era Mayo Sibrian, que era el chofer de Carpio.

El VI Congreso del partido se realizó en agosto de ese año, fue en una casa en Los Planes. También el VII fue en Los Planes. Hubo alrededor de 80 delegados que ingresaron bajo estrictas condiciones de clandestinidad. En este congreso se sometió a crítica el desempeño de la dirección y varios de sus miembros fueron separados de sus cargos. Para algunos compañeros y compañeros fue difícil asimilar la situación con Carpio. Me acuerdo de una compañera maestra, Mercedes López, fue una situación difícil. El congreso analizo la situación política, económica, social del país y trzo orientaciones para el nuevo periodo.

Sostuvo el VI Congreso que el país vivía una agudización de la crisis que reflejaba el agotamiento del modelo lo cual creaba condiciones para derrotar a la derecha en el plano electoral.

Se evaluó necesidad de fortalecer y cohesionar al partido, resolver los problemas acumulados, incluyendo al izquierdismo pequeño burgués y al reformismo dentro del movimiento sindical manifestado como economismo, que retardaba el desarrollo del Partido y su papel de vanguardia entre las masas. El Congreso eligió a los miembros de la dirección, pero se considero prudente no elegir a un secretario general sino quedo un triunviro integrado por Schafik, Raúl y Roberto (Castellanos Calvo). A mi se me envía a fortalecer la Comisión sindical. Y desde este espacio fundo la Escuela Sindical.

Como estrategia política se adoptó la necesidad de organizar la fuerza política que enfrentara y derrotara al Partido de Conciliación Nacional, al PCN. Este era un reto para el cual necesitábamos un instrumento político, aprovechando toda la experiencia positiva acumulada con el PAR. La primera propuesta que hicimos fue una coalición integrada por nosotros como Partido Revolucionario, junto con el Movimiento Nacional Revolucionario y el Partido Demócrata Cristiano. O sea PR-MNR-PDC.

Pero cuando hablamos con el PDC, tanto José Napoleón Duarte como Abraham Rodríguez nos manifestaron que no estaban de acuerdo, que rechazaban hacer una alianza política con el Partido Comunista por medio de un partido ilegal como era el Partido Revolucionario, el PR. Es así como llegamos al UDN, que era un partido legal.

Y nos movemos al UDN

Y decidimos buscar al coronel José Ascencio Menéndez, cariñosamente conocido como Cabro Loco, originario de Apaneca, fundador del partido Unión Democrática Nacionalista, UDN. Fue también el fundador del PAR. Empezamos pláticas con él y los que lo acompañaban, entre estos Chico Lima, Álvaro Magaña, Mario Rodríguez Inclán, su esposa Dalila. Fueron reuniones positivas. Y nos movemos al UDN. Acordamos convocar a la primera Convención Nacional, en la que se eligió una nueva directiva.

Fue electo como secretario general Carlos Humberto Rivera, agrónomo de Santa tecla, dueño del agroservicio La Semilla, que después fue secuestrado y apareció asesinado. Como presidente fue electo Manuel de Paz Villalta, secuestrado y desaparecido. En esa primera directiva estuvieron por parte nuestra, Alfredo Acosta y mi hermano Pedro Santacruz. Teníamos directivas en muchas partes del país, en San Vicente, San martín, Usulután, en Cuscatancingo.

Y por medio de esta alianza política, que bautizamos como Unión Nacional Opositora, UNO, y llevando como candidatos a José Napoleón Duarte y a Guillermo Ungo obtuvimos un significativo triunfo electoral en las elecciones presidenciales de 1972, pero debemos de reconocer que como Partido no estábamos preparados para asumir la conducción estratégica de la respuesta popular al fraude cometido por la dictadura militar.

Y los militares, la dictadura, la oligarquía, se impusieron…esta experiencia señaló, expresó ya a esta altura, el agotamiento del sistema político y creo las condiciones para el desarrollo de modalidades alternativas. Diversos sectores se nos acercan, incluyendo a sectores profesionales, sectores de la UES se incorporan, los intelectuales se incorporan al esfuerzo político en contra de la dictadura militar.

Estas incorporaciones nos comprobaban que las posiciones de Carpio y de otros compañeros estaban equivocadas. La vía electoral todavía no se había desarrollado a plenitud. Había un potencial político que debía de aprovecharse. La inmensa mayoría del pueblo necesitaba todavía transitar por la vía electoral, hacer su propio aprendizaje político, necesitábamos divulgar el programa político de la UNO, construir conciencia política.

Tanto las bases programáticas como las jornadas de lucha electoral de la UNO, del 72 y del 77 fueron claves para este aprendizaje político de los sectores populares que comprendieron la necesidad del cambio. El pueblo salvadoreño estaba como una esponja, ansioso de recibir conocimientos e incorporarse la lucha política electoral. Esto echó al traste la tesis de Carpio de que “el escalón de desarrollo de la conciencia de clase era la lucha económica.”

Comprobamos en la práctica que por medio de la lucha política electoral incluso los sindicatos, los gremios, podían incorporarse. Era la mejor oportunidad para enfrentar el problema de la crisis política existente.

La oligarquía decidió bloquear en 1972 el proceso de entrega de la victoria electoral y al hacerlo exacerbó el sentimiento popular de repudio al régimen militar así como debe reconocerse que la lucha electoral se había lesionado, se había fracturado, y surgió la necesidad de abrir otras vías de expresión de la voluntad popular. Al interior del partido, en las células, se inicia una discusión sobre este fenómeno y concluimos que si bien era cierto que la lucha electoral se había lesionado, no estaba todavía agotada.

Regreso a los países del socialismo

En noviembre de 1971 la dirección del partido me designa como delegado del PCS al VI Congreso del partido Obrero Unificado de Polonia (POUP). Y viajo a Varsovia. En este congreso Gomulka fue sustituido por Edward Gierek. Llegaron varios latinoamericanos, es entonces que conocí al dominicano Narciso Isa Conde, y también estaban La Pasionaria, la española Dolores Ibarruri, el brasileño Luís Carlos Prestes, el costarricense Manuel Mora y otros destacados dirigentes comunistas.

Luego viajo a Praga, Checoslovaquia para n encuentro de la revista Internacional Problemas de la Paz y del Socialismo. No teníamos entonces representante en la revista. Luego viajo a Moscú, y aprovecho para visitar a mi escuela, y me reúno con mis antiguos profesores.

Regreso el 30 de enero de 1972. Lo hago vía Montreal luego México donde soy capturado por la INTERPOL. Y antes me habían interrogado en Montreal.

Capturado y encarcelado en Guatemala.

Me capturan cuando hacia fila para viajar a El Salvador. Me sacan del aeropuerto y me meten en un carro y me desaparecen. Me secuestran durante tres meses, pasándome de El Salvador a Guatemala y viceversa. Me someten a todo tipo de torturas. Pero me mantengo firme, me había preparada psicológicamente para este momento y logro superarlo. Ni siquiera la militancia comunista logran arrancarme.

Experimento toda clase de torturas, desde la capucha hasta la rueda de caballitos, el avión, el fusilamiento, la colgada. En una ocasión me visten de militar y me mandan para la frontera con Honduras. Me inyectan el suero de la verdad. Me aplican choques eléctricos. Me bañan con agua con hielo. Me dislocan los dos brazos. Luego de tres meses me trasladan al Tercer Cuerpo del ejército de Guatemala.

Es una celda oscura, sin servicios sanitarios. Y entonces el suelo esta cubierto de excrementos. Se camina sobre los excrementos. Es una oscuridad completa y un hedor insoportable. Paso doce días colgado de pies y manos. Me acusan de haber viajado a Europa a buscar financiamiento para la campaña de la UNO. Luego me trasladan a El Salvador, al fatídico Palacio Negro del cuartel de la Policía Nacional. Paso siete días en una celda, con los testículos escaldados, golpeado, torturado. No tuve flaqueza. Mis fuertes convicciones ideológicas me ayudaron a vencer la tortura. Los interrogatorios giraban alrededor de dirigentes de la UNO, de contactos en Europa, fuentes de financiamiento…

Al principio en el PCS no se enteraron de mi captura, peor luego al no regresar, entraron en sospechas. Yo logre avisarles a los camaradas del PGT. Sucedió que donde estaba capturado, en el Tercer Cuerpo, fuera de la celda había un pasillo largo, y descubrí que a ambas lados del pasillo había puertas de hierro. Y en una ocasión alguien toco a mi puerta y le respondí. Y me prometió conseguirme lápiz y papel para que enviara un mensaje. Y lo hizo. Como el ya había estado me dijo que me iba a dejar papel y una mina de lápiz en un agujero de la pared. Y así lo hizo. Le envié un mensaje a mi hermano Pedro. Y este envió a su esposa para buscarme. Y me encontraron. Viene a Guatemala y busca a Santiago López, un abogado del PGT para que me ayudara a salir. El se apoyo en magistrados y fueron a todos los cuerpos de seguridad a gritar mi nombre.

Cuando oí mi nombre grite bien fuerte que allí estaba. Y dijeron de nuevo mi nombre y volví a gritar. Y entonces Santiago puso un recurso en los tribunales y me sacaron del Tercer Cuerpo. Me sacaron vendado de los ojos, me cambiaron ropa y me llevaron a un hotel donde llego la Policía y me capturaron, pase de ser desaparecido a ser detenido. Me acusaron de ser traficante de drogas.

Cuando en el juzgado me preguntaron porque había sido detenido explique que no sabía la razón. El secretario del Juzgado que era un estudiante progresista, me dijo: el cuerpo del delito es droga. Y entonces me trasladan para el reclusorio de Pavón. Pase un año preso. Me leí todos los libros que había en esta penitenciaria, organice también una Escuela Política. Estando allí me entere que muere Segundo Ramírez. Un día llego a buscarme Dagoberto Gutiérrez. El Partido lo mandaba. Me pregunto que era lo que había hablado. Y le manifesté que no les había reconocido ni mi militancia comunista.

Todo el año 72 lo paso preso en Guatemala. Fui liberado hasta enero del 73. Y caí con rubéola. Llegue a pesar 122 libras. Pero siempre con la moral en alto, seguro de mis ideales que nunca he abandonado ni lo voy a hacer. Me tuvieron preso por un año. Regreso a El Salvador. Me designan para la secretaria de Educación, la SNE Al Chele Aguiñada lo pasan para la Comisión Sindical. Ese año a Schafik lo eligen como secretario general. Y da comienzo una escalada represiva del régimen militar, crecen las capturas. En 1974 matan al Bitle, a Jorge Alberto Moran Cornejo, lo asesinan en y lo lanzan al Río Acelhuate, en 1975 capturan en La Union al Niño, a Víctor Manuel Sánchez, el chofer de Schafik, junto con otro compañero. Lo detiene la guardia nacional, lo sacan y luego lo vuelven a capturar y lo desaparecen. Luego en septiembre de ese año asesina al Chele Aguiñada…

En 1974 surge el frente de Acción Popular Unificada, el FAPU como un esfuerzo amplio surgido desde el ERP. Lamentablemente se desarrollan conflictos al interior del ERP; y lo mejor del ERP pasa a formar la Resistencia Nacional. Al final el Frente de Acción Popular Unificada deja de ser un frente amplio pero jugó su papel histórico, importante. Todavía a principios de 1975 asistimos a reuniones del FAPU en Suchitoto, en Aguilares, en El Zapote, en el costado norte de Guazapa. Nos reuníamos con el cura Rutilio Grande, de FECCAS. Toni Martínez atendía a un núcleo de la Juventud (Comunista) en Aguilares.

Los años 70 son una época caracterizada por el auge de las luchas populares y surgen las organizaciones de masas y también las organizaciones político-militares. Había una polémica que estimulaba el desarrollo teórico e ideológico. Es también la década del debate. Cada organización contribuía dar la pelea contra la dictadura militar. Algunas consideraban que el PCS era un obstáculo para la revolución. Hay momentos particularmente claves como el 30 de julio de 1975 que desencadeno una serie de movilizaciones populares que hicieron tambalear a la dictadura militar.

En el movimiento sindical dimos el debate contra posiciones economicistas que impulsaban determinados compañeros como El Ratón Hidalgo, Carlos Quijano, Hipólito Calles. El asesinato de Rafael (Aguiñada) debilitó este debate.

Las jornadas políticas de febrero de 1977 que culminaron con la masacre del 28 de ese mes en la Plaza Libertad fueron un punto de quiebre. No obstante que habíamos dado la orientación de defender la victoria electoral de la UNO, el gane del coronel Ernesto Claramunt, no logramos como Partido entender que esa orientación iba en serio. No estábamos preparados. Nuestra participación en las elecciones presidenciales de 1977 fue decidida en el Comité central por medio de dos grandes debates, uno en abril y otro en septiembre de 1976. Ya en esa época había al interior del Partido quienes sostenían que Establecimos una alianza con el Movimiento de Unidad Nacional, el MUN, que estaba dirigido por Neto Claramount, por Mariano Castro Moran, por Mariano Munguía Payes. …..

Abril del 77: el viraje hacia la lucha armada del PCS

En abril del 77se reúne el Comité central y aprueba el viraje del PCS hacia la lucha armada. Se acordó por unanimidad. Pero no se implementaron medidas. Y hubo actitudes que bloqueaban intencionalmente esta orientación. Hubo resistencia pasiva. El si pero no. Y fue la Juventud

(Comunista) la que jugó un papel de vanguardia, impulsando el cumplimiento de este histórico acuerdo. Fueron Dagoberto (Gutiérrez) Norma (Guevara), Lito (Aguiñada), Manuel (Franco), Tito (Bazan), Jorge (Molina, conocido como Candelita), José Luís (Merino), Feliciano, Víctor (Ramos)

Es hasta dos años después, en abril del 79, en el VII Congreso que se rarifica esta orientación. Han pasado dos años, se ha crecido orgánicamente, y la lucha se ha agudizado. El VII Congreso ratifica la línea del compromiso hacia la lucha armada. De esta decisión surgirían en 1980 las FAL.

(Continuara…)

¡Nos damos en la madre!

¡Nos damos en la madre!

Dagoberto Gutierrez

El año de 1977 es un verdadero cruce de caminos en la historia política del país, es el momento en que La Unión Nacional opositora (Alianza entre el partido demócrata cristiano, el Movimiento Nacional Revolucionario y la Unión Democrática Nacionalista) llevan de candidato presidencial al Coronel de Caballería Ernesto Claramount. Desde 1972, la UNO derrotó al Partido de Conciliación Nacional y éste partido, que perdió las votaciones, no entrega, sin embargo, el gobierno como debería ser en una alternancia saludable. José Napoleón Duarte fue el candidato presidencial de ese año.

En la Colonia Palomo, en la Casa de Neto, nos reunimos Schafik Handal y yo con el Coronel Claramount. Muy elegante y vigoroso, blanco y de bigote también vigoroso y muy crecido, terminando en dos puntas enrolladas en sí mismas, con frecuencia Neto se dedicaba a acariciar las puntas de su bigote. Platicamos de bastantes cosas del país, tomamos café y en todo momento él estaba seguro, muy seguro, de sus palabras. En la calle la gente pasaba indiferente a la plática histórica que ahí se realizaba y en un momento el Coronel dijo: Señores yo no soy comunista, pero admiro a los comunistas por su firmeza y su empeño por sus ideales, cuenten conmigo en la lucha por la democracia. Ese día aceptó ser el candidato presidencial de la coalición UNO. Toño Morales, del PDC, sería el candidato a Vicepresidente.

La campaña sería verdaderamente sangrienta y la confrontación sería total porque el PCN había agotado el largo y tenebroso periodo de la dictadura militar de derecha, instaurado en el país desde 1932 y la UNO expresaba la posibilidad de lograr una alternancia con pleno respaldo popular.

Ciertamente, toda la sociedad se cimbraba por las contradicciones sin solución acumuladas durante decenios cada vez más sangrientos, un espíritu de rebelión recorría la patria y una indignación creciente se inscribía en los paredones, en las hojas de los árboles y en la alas de los pájaros.

Cinco años antes, el Ing. Duarte, ganador de las elecciones, casi es muerto por el ejército, es expulsado del país para imponer como Presidente al General Carlos Humberto Romero, por eso cuando en 1977 el Coronel Claramount se convierte en el candidato del pueblo, se construye la esperanza y confianza necesaria para derrotar a la vieja dictadura que el PCN representaba. Y se fortalece la convicción sobre las reservas morales, y políticas de los hombres de la fuerza armada comprometidos con la democracia.

El mensaje del Coronel Claramount, fue siempre directo, seguro, vigoroso y claro, tal como se necesita en los momentos inseguros; su actitud fue de entrega total a la causa de la democracia en el país, tal como se requiere en países como el nuestro sometidos a dictaduras y su compromiso fundamental era un tejido que terminaba en el pueblo y comenzaba ahí mismo.

Claramount no venía de ningún partido político de la UNO, ni tenía militancia partidaria e iba, por eso iba, desde la sociedad hacia la coalición partidaria y su voz era suficientemente política e insuficientemente partidaria, para ganar una abundante confianza del pueblo.

Abundaron contra Neto los calificativos de instrumento, y de tonto útil pero en la medida que el apoyo popular aumentaba aparecía la cabeza oscura del fraude electoral y es en ese momento cuando Neto expresó: Si nos quitan la victoria nos damos en la madre. Este mensaje caló muy hondo en la psicología popular y efectivamente, el PCN suspendió las votaciones al medio día al comprobar que la UNO les estaba ganando. El pueblo se tomó la Plaza Libertad y, durante 24 horas, un mitin permanente denunciaba el robo de la victoria. El 28 de febrero de 1977, en horas de la madrugada el ejército asaltó la plaza con armas pesadas y más de 200 personas murieron esa noche mientras Neto, con una pequeña pistola en sus manos dirigía la retirada del pueblo hacia la Iglesia del Rosario.

Luego vendría la guerra y el proceso político, inagotable como es, siguió su curso por otros caminos. Ante la muerte del Coronel Claramount, la patria inclina sus banderas, en duelo las campanas de la historia suenan tristes ante un hombre que supo cumplir su compromiso hasta el último instante, la Fuerza Armada y el pueblo tienen hijos que nunca mueren, Ernesto Claramount es uno de ellos, su momento histórico tiene mucha actualidad en los actuales momentos.

Los caminos de la revolución en nuestra América

Los caminos de la revolución en nuestra América

Por Narciso Isa Conde

Hay quienes han pretendido tomar las diferencias generadas por la reciente posición del comandante Chávez respecto a las FARC y al conflicto armado en Colombia, para reducirla al tema ³vía armada² vs. ³vía pacífica², camino violento vs. camino electoral; obvio, por supuesto, el interés en reeditar el simplismo aquel que tanto contribuyó a la división de las izquierdas en los años ´60 y ´70 del pasado siglo XX.

Y no se trata de eso. Ni tampoco, en mi caso y en el de mucho(as) otros(as), este ha sido el eje conceptual de las objeciones hechas a la actual posición del comandante Chávez.

Ruptura de esa trampa mental.

Hace ya mucho tiempo que no pocos dirigentes y militantes de la izquierda latino- caribeña nos zafamos de esa trampa mental.

Años antes de que el camarada Jorge Schafik Handal escribiera el artículo titulado: ³El Debate de la Izquierda en América Latina², que ahora se esgrime fuera de contexto, y en el que se analizan básicamente las diferentes conductas de las izquierdas del continente respecto al tema de la participación electoral y de los posicionamientos dentro del sistema dominante, se desplegó un gran esfuerzo para aclarar ciertas confusiones, insistiendo en la necesidad de diferenciar y precisar los vínculos entre:

La vía de la revolución y la vía e la toma del poder.

Gobierno y poder.

Reformas y revolución.

También se insistió en todo lo relativo a las formas y métodos de lucha, a las condiciones para su desarrollo, a su relación con el sujeto o los sujetos sociales de la revolución, a su eventual combinación y despliegue, a su desarrollo desigual por países y al valor de la creatividad popular en todo esto.

Igual en esas reflexiones ocupó entonces un lugar importante el tema de la violencia, sus formas y expresiones, sus modalidades y vertientes.

Recuerdo todo lo que contribuyó al esclarecimiento de estos temas la experiencia vietnamita, especialmente la creatividad, la firmeza estratégica y la flexibilidad táctica en su conducción revolucionaria; que a su vez impregnaron la teorización y el aprendizaje de las enseñanzas de su proceso liberador.

Ayudó mucho, además, el examen crítico y auto-crítico de las experiencias de la lucha armada y no armada, de lucha política y social, de lucha electoral y no electoral, de las acciones violentas y no violentas, así como la emergencia de nuevos actores sociales y nuevas modalidades de lucha en nuestra América.

De todo ese esfuerzo me siento parte inseparable.

Nuevas reflexiones sobre la revolución necesaria.

Por esos vericuetos de la reflexión y del pensamiento fuimos arribando a una visión mucho más integral, abarcadora y profunda; tomando siempre como eje irrenunciable la necesidad de la revolución, en tanto cambio radical en la hegemonía de clase, de género, ideológica, culturalŠ; cambio de los sujetos sociales en materia de poder y no solo de poder estatal: nuevo poder en cuanto Estado y en cuanto a sociedad, en cuanto a las relaciones de propiedad y a las relaciones del Estado, partidos y movimientos sociales, al sistema jurídico político, a la participación y decisión democrática, a la institucionalidad, a las bases constitucionales del sistema y al proyecto estratégico del ³no poder² y de la sociedad sin Estado.

Así fueron fluyendo las ideas (volviendo a Marx, a Engels, a Lenin, a Gramsci, a Mariategui, al Che, a Trosky, a Rosa LuxemburgoŠ; recuperando las cosmovisiones indígenas y el feminismo revolucionario) y los nuevos aportes sobre el tema de poder; enriqueciéndolo todo desde las experiencias vividas y sufridas, capaces de nutrir una estrategia de creación y de ruptura destinada a dar al traste con el viejo orden y a construir el nuevo poder transitorio y la nueva sociedad.

Y de esta manera de pensar resultó necesario valorar que no era equivalente la vía de la revolución a la vía de la toma del poder central del Estado, ni tampoco eran cosas iguales hablar de vía de la revolución o de la vía de la toma del poder y de las vías de aproximación a esos objetivos.

Y dentro de esta lógica fue necesario entender que el poder no simplemente se ³toma², sino que se crea, se construye, se desarrolla, y también se toma con la participación y decisión del pueblo; concebido fundamentalmente como hegemonía, como autoridad bien ganada, como influencia político-cultural decisiva en el tejido social y en las nuevas instituciones, como proyecto transformador de la sociedad, como poder popular. No como simple control del Estado y si como transición a asociación de seres humanos absolutamente libres.

Vía de la revolución, vías de la toma del poder, vías de aproximación y formas de lucha.

La vía de la revolución en nuestras sociedades capitalistas-neoliberales y dependientes, es realmente la suma, combinación, articulación y sucesión de formas y métodos de lucha que posibiliten en un cierto periodo histórico el cambio revolucionario y la construcción y preeminencia del nuevo poder hacia una nueva sociedad socialista.

Y me refiero a los medios pacíficos y a los violentos, a los armados y no armados, a los institucionales y a los extra-institucionales, a los electorales y no electorales, a los que se circunscriben a la batalla de las ideas y a los que incursionan en el campo de lo militar.

En gran medida la variedad de métodos y formas de lucha empleados por los sustentadores y beneficiarios del orden dominante, determina la necesidad de la variedad y la integralidad de ellos en el camino hacia la liberación y la revolución. Siempre ha sido así históricamente.

Ni le receta rígida, ni la exclusión de métodos y formas de lucha ­mucho menos la unilateralidad en su empleo- pueden conducir a procesos exitosos.

La vía de la toma del poder central del Estado está determinada por las formas y métodos que predominen para producir la ruptura, reemplazo y superación del viejo Estado y de sus instituciones, lo que incluye su poderoso aparato militar al servicio de la clase dominante (ya sea en su expresión dentro del territorio nacional o como invasión, ocupación e intervención de las fuerzas armadas imperialistas)

Y la vida nos indica que tampoco en este aspecto hay dogmas, aunque si es claro que se precisa contar con una acumulación no solo política, social y cultural; sino también militar; capaz de vencer la resistencia violenta del viejo orden, así como contrarrestar, con o sin confrontación sangrienta, todo el despliegue de fuerza militar dirigido a impedir la transformación revolucionaria planteada.

Las ³vías de aproximación² a la revolución y a la toma del poder central de Estado, son en realidad sumamente variadas y previas al desplazamiento total del poder de la clase gobernante dominante.

Ellas incluyen de manera sobresaliente las demandas económicas, sociales, políticas y culturales y las formas y métodos de lucha aglutinadoras de los sujetos del cambio, movilizadoras del pueblo, confrontadoras con los actores políticos y sociales gubernamentales, propiciadoras de cambios sustanciales en las correlaciones de fuerzas.

En unos casos, es la lucha anti-dictatorial o anti-despótica y la movilización contra sus protagonistas.

En otros, las movilizaciones y rebeldías sociales contra las políticas empobrecedoras, contra sus ejecutores y beneficiarios.

En algunas situaciones pueden hacer de detonantes las sublevaciones militares o cívico-militares por objetivos muy sentidos por el pueblo.

En otras, el factor dinámico puede ser una gran fuerza electoral capaz de vencer los partidos de la oligarquía, la partidocracia tradicional.

A veces se suceden una y otras produciendo efectos variados de acumulación y aproximación a cambios más trascendentes.

Una victoria electoral, sobre todo si es protagonizada por una fuerza política transformadora, puede ser una vía de aproximación efectiva a la revolución o a reformas profundas que la faciliten; siempre que logre poder en todos los órdenes.

Otras formas no institucionales de conquista del gobierno que no es sinónimo de conquista del poder (aunque resultan palancas importantes, pero no decisivas) pueden también servir de vías de aproximación a los cambios propuestos.

Los procesos pueden ser muy variados, y hasta inéditos; aunque ciertamente en determinados periodos a nivel continental pueden darse, en un buen número de países, situaciones parecidas con caminos parecidos. Nunca, claro esta, uniforme. Nunca excluyente de diversidades y hasta de situaciones realmente díscolas o fuera de serie.

Algo clave es no contraponer métodos, formas de lucha, vías de aproximación y variante en la ruptura del viejo poder y la construcción de la nueva institucionalidad.

No se trata por tanto de clausurar uno u otro camino, una u otra modalidad de lucha.

Lo que ayer fue posible, hoy puede no serlo. Pero mañana bien podría volver a tener vigencia. Un paso puede servir y hacer posible el otro.

No hay que ponerle camisa de fuerza a los procesos en materia de formas de acción, métodos de lucha y expresiones por el cambio. Más cuando ellos, ellas, brotan de realidades, actores, tendencias y procesos concretos.

La misión del revolucionario(a) es impulsarlo, articularlo, politizarlo, darle conducción y sentido de poder transformador.

Experiencias que ilustran.

En una fase de predominio de procesos violentos, Salvador Allende y la Unidad Popular lograron acceder al gobierno por la ³vía pacífica², a través de un proceso electoral.

No se trató, claro estaba, de un nuevo poder.

Lo fallido en ese caso no fue alcanzar esa victoria, sino la incapacidad para defenderla y avanzar; la incapacidad política y militar para responder a la violencia y al poder militar de los enemigos de ese proceso. Las limitaciones para producir el paso de ser gobierno al poder real del pueblo.

Desafíos similares pueden plantearse, por ejemplo, en procesos actuales como el boliviano y el ecuatoriano, sobre todo si no se mediatizan y asumen con firmeza el camino de profundizar las reformas en dirección a la revolución.

No parece lógico desde una óptica revolucionaria objetar esos avances logrados por vía electoral, como cualquier otro triunfo electoral de carácter progresista, avanzado, inspirado en la idea de avanzar hacia un proceso revolucionario.

Eso no es lo que está en cuestión.

Lo que se discute es si ese logro basta o no basta, si se debe detener la marcha en ese contexto institucional, si se debe o no ir más lejos, si en caso de pretender avanzar hacia el poder y hacia las transformaciones estructurales, se deben o no ignorar las respuestas necesarias a las consabidas resistencias que eso entraña, si se debe o no ceder frente a las reacciones de bloqueos diversos, con variados grados de violencia, de parte de la reacción oligárquica-imperialista.

Si de antemano se debe desistir de la contrapartida revolucionaria y de la respuesta también violenta desde el pueblo en caso de esas obstrucciones reaccionarias.

Si se debe proceder de manera tal que el monopolio de las armas sea eternamente de las derechas y del imperialismo.

Lo que se cuestiona es si hay que declarar definitivamente clausurada la vía violenta, las guerras de guerrillas, las insurrecciones populares armadas, los levantamientos cívico-militares, los contragolpes revolucionarios, las guerras patriótica contra los invasores, las guerras de todo el pueblo, las guerras asimétricasŠMás cuando no estamos frente a oligarquías, derechas políticas e imperialismos con vocación precisamente pacifista.

Lo que se cuestiona, aun con mayor fuerza, es que anticipadamente lideres que actuaron a nombre de las izquierdas de sus respectivos países y que ganaron elecciones con esas banderas- casos específicos como el de Lula y Tabaré Vásquez- anticipadamente resignen, por esos riesgos, la necesidad de cambios profundos, y se limiten a paliar algunos males, a hacer reformas intrascendentes, a ceder frente a las contrarreformas neoliberales, a contemporizar en vertientes importantes de la dominación oligárquica-imperialista, a moverse parcial y limitadamente con cierta independencia en la política exterior y a plegarse en otros aspectos significativos, a administrar y moderar inteligentemente el modelo neoliberal.

Y no menciono los casos de Chile y Argentina porque no son propiamente opciones asumidas como izquierdas, si no salidas parcialmente moderadas y progresistas de una derecha inteligente y no totalmente sumisa.

La experiencia del proceso hacia la revolución en Venezuela ha sido diferente.

La violenta masacre militar a raíz del ³Caracazo², rompió en Venezuela la quietud del dominio de la partidocracia, de la oligarquía y las transnacionales y generó como contrapartida del levantamiento militar del MRB-200 encabezado por Chávez.

Se trató de una especie de insurrección militar impactante. Un acto de rebeldía armada, nada pacífico, que posibilitó una original acumulación de poder militar, garantía posterior de todas las victorias y transformaciones en paz; paz precaria, amenazada, asechada, no solo por el golpismo violento, sino por los proyectos de intervenciones militares gringas.

Si vemos las revoluciones como procesos, ni tan pacífico ha sido el proceso que ha tenido lugar en la Venezuela bolivariana de los últimos años. Su esencia, pese al peso de la vía electoral después del levantamiento militar de principio de los 90, no es el simple civilismo sino la alianza pueblo-fuerzas armadas. Y se trata, además, de un proceso inconcluso y todavía cargado de las incertidumbres que pueden generar planes funestos del imperialismo, peores que las sediciones anteriores y el golpe derrotado. Un proceso constantemente amenazado por la violencia contrarrevolucionaria.

Revolución pacífica pero armada, dice Chávez. Por lo que desde ella no es correcto negar persé la pertinencia de la vía armada, sobre todo cuando la actual dirección revolucionaria venezolana -la misma que cara a las FARC-EP considera ³fuera de moda² y ³de orden² la lucha armada- se ve precisada a diseñar un proyecto de guerra asimétrica, de guerra de todo el pueblo, frente a las claras intenciones de guerra e intervención del imperialismo estadounidense y del ³sub-imperialismo² colombiano.

Cuba tuvo que hacer dos años de revolución armada para vivir 50 años de paz, independencia y conquistas sociales trascendentes, pero nunca jamás ha desistido volver a la vía armada frente a la posible ejecución de los designios violentos de la contrarrevolución imperial. Por el contrario, su determinación ha llegado hasta el punto de darle cuerpo, como medio de autodefensa de masas, a la tesis de la guerra de todo el pueblo de inspiración vietnamita.

Y por eso en la Cuba actual está planteada la posibilidad, sin grandes sobresaltos (como es deseable), de un relevo generacional y un cambio hacia un modelo preferiblemente de orientación socialista, mas participativo y eficiente.

En Colombia: menos aun.

En Colombia existe una especie de engendro macabro en términos de Estado y de poder. Es la nota más discordante a escala continental.

Un Estado narco-paramilitar, terrorista, feroz.

Un gobierno sintonizado con la lógica guerrerista de los halcones de Washington.

Una dominación violenta, fascistoide, corrupta, asquerosa, criminal, en todos planos y vertientes.

Un país con grados elevados de presencia militar estadounidense y arrastrado a jugar un papel puntero en los planes de agresión estadounidenses y de conquista militar de la Amazonía; así como en los programas contrarrevolucionarios contra Venezuela y Ecuador.

No hay que repetir aquí los datos que prueban su vocación persistente por el genocidio y las masacres.

Esto dura ya 60 años y cada día ese poder se torna más violento y empobrecedor, más excluyente y saqueador. La era neoliberal y el poder de los halcones allí lo potencia todo en el peor de los sentidos.

La insurgencia, las FARC, el ELN, los movimientos radicales han sido una necesaria contrapartida; independientemente de cualquier error cometido en su largo y heroico batallar.

Se trata, por demás, de un importantísimo acumulado político-militar no solo para enfrentar lo que está cruel realidad depara, sino además lo que viene, que todo indica será peor.

Me refiero a lo que viene en Colombia dentro de la escalada militarista, guerrerista e intervencionista del Pentágono-USA, y a lo que puede venir en esa región, apuntando con fuerza contra los procesos avanzados de Venezuela, Ecuador y Bolivia; apuntando hacia la conquista militar de la Amazonia por EEUU y sus socios y hacia la revocación de los avances políticos en la región.

En tales condiciones, pensar en el camino armado, en la resistencia popular-militar, en la insurgencia armada de los pueblos, es una necesidad; sin desmedro de otras formas de lucha, de una combinación de métodos de lucha y movimientos políticos y sociales alternativos.

Salta a la vista lo infundado e inconsistente que es afirmar, así las cosas, que la lucha armada ³pasó de moda², o se quedó en la historia, o que en el caso de Colombia es una ³excusa² para agredir a otros.

Sugerirle a las FARC que libere sus prisioneros y rehenes a cambio de nada (y este no es el aspecto más lesivo, aunque si injusto y difícil de implementar con seguridad), que se desmovilice y acceda a la vida pública y legal en el contexto de un Estado con las características descritas y en una situación como la que preside Uribe en Colombia, es como pedirle que lo arriesgue todo y se exponga al exterminio, que liquide de sopetón al patrimonio político-militar construido en décadas de sacrificios y pase a ser víctima de seguras retaliaciones sin posibilidad de responder.

Aceptar ahora esa sugerencia, o decidirlo por cuenta propia en cualquier otra oportunidad, es sencillamente suicida, porque es un paso hacia un abismo mortal. Una especie fosa común que los ³garantes² propuestos, algunos de ellos tremendos cabrones denunciados por el propio Chávez, no podrán tapar y que los halcones de Washington y el pérfido uribismo tienen bien diseñada para las FARC.

Esto equivale a disolver a cambio de nada, o de muy poco, el único ejército popular antiimperialista, pro-socialista, de Colombia y de la región. Y digo el único, por que esa misma receta es válida también para el ELN que es el otro componente de ese ejército y de la contrapartida popular militar.

Más allá de Colombia.

Pero tampoco es correcto decretar la clausura de la vía armada a escala continental con los nubarrones de guerra e intervención gringa que se ciernen sobre nuestros países y especialmente en esa zona de Suramérica.

La creciente y perfeccionada cadena de bases militares estadounidenses no es para jugar fútbol o pelota.

Tampoco lo es la activación de la IV Flota del Army.

Ni las operaciones ³Nuevos Horizontes² o ³Confraternidad con las Américas²

Nada de eso.

Cierto que en tiempos recientes, auque precedidas y/o combinadas con otras formas de lucha, los mayores avances políticos se han dado a través de elecciones.

Pero cierto también es que esto tiene límites y fragilidades más que evidentes, puesto que las amenazas de desestabilizaciones violentas y no violentas, de conspiraciones internas y de intervenciones y guerras imperialistas, son más que reales; puesto que se trata, en algunos casos de procesos que se proponen tareas superiores a la contemporización con el status quo.

Por eso, no le veo el sentido revolucionario a los pronunciamientos y/o iniciativas basadas en la negación, cara al presente y al futuro, de la validez del recurso de las insurgencias armadas y en una propuesta de desmovilización de lo que en ese orden se ha podido acumular, ya sea en Colombia (FARC Y ELN), en México (EZLN y otros movimientos políticos militares), o en cualquier otro país del continente o del mundo.

Visto este panorama continental y sus perspectivas, la insurgencia armada, la resistencia popular armada, la alianza pueblo y militares patriotas, podrían tornarse cada vez más necesarias en no pocos casos y a escala de Patria Grande. ¡Y en la situación colombiana ni hablar!

Esto es así independientemente de los resultados de las elecciones estadounidenses, dado que el poder permanente, el complejo militar industrial, las corporaciones transnacionales, la claque militar reaccionaria, la CIA y el sistema de inteligencia, el sionismo y su poder interno real, los petroleros y contratistas vinculados a la guerra, tienen en EEUU más poder decisorio que cualquier presidente, ya liberal, ya conservador.

Barak Obama, que ha tenido la posibilidad de despertar y captar sentimientos anti-guerreristas y pro-paz y de generar ilusiones posiblemente más allá de sus límites y compromisos sistémicos soterrados, además de una posibilidad todavía incierta, deberá demostrar si está dispuesto más allá del discurso a desmontar la tesis de las guerras preventivas y a dejar sin efecto el programa de guerra global. ¡Y en el mejor de los casos habrá que ver si los dueños de ese gran poder se lo van a permitir!

Obsérvese además, como una vez electo candidato, el propio Obama hizo gala de pro-sionismo ante los representantes del gran capital judío, hasta niveles cuasi repulsivos, lo que indica propensión a ceder ante los poderes fácticos.

Ese tema debería seguirse con mucha atención, pero también con mucha prudencia. Con disposición a aprovechar los respiros temporales y las distensiones efímeras que ocasione, así como las contradicciones secundarias que pueda generar. Sin desbocamientos, sin cálculos falsos en cuanto a cambios esenciales en un poder, en un ³establecimiento² y en una línea hegemónica bipartidista, que para ser superados precisarán de una gran crisis política y de una gran conmoción todavía en gestación, pese a todos los factores de decadencia exhibidos hoy por ese imperio.

No esperemos, aun en el mejor de los casos, de ese fenómeno electoral, cambios sustanciales en la política de EEUU, ni tolerancia o neutralidad respecto a los procesos hacia la nueva independencia, la nueva democracia y el socialismo participativo en nuestra América; salvo en los casos en que realmente se le conceda renunciar de hecho a esos valores y mediatizar y tranzar los procesos más avanzados como el de Cuba, Venezuela, Ecuador BoliviaŠY eso solo equivale a tolerar lo que ellos desean tolerar: lo que no afecta ni su hegemonía ni su estrategia de dominación imperial.

Esa lógica imperial explica el por qué, incluso en pleno gobierno de los peores halcones, el tratamiento a Chávez ha sido uno y el tratamiento a Lulá y a Tabaré Vásquez, otro.

De todas maneras, no parece acertado aplaudir las opiniones que propugnan por empeñar la necesidad de profundización de los cambios en marcha y las posibilidades de nuevos avances en países amenazados de crisis de gobernabilidad y de poder, en aras de algo que todavía está por concretarse y que en tal caso solo puede conducir a un pacto perjudicial al proceso de autodeterminación de nuestros pueblos y naciones.

Y lo digo así, porque siento que se está gestando un clima (promovido por los sectores más blandos de esta oleada de cambios), bastante favorable a replegar banderas y dinámicas radicales para reducir presiones; entendiendo que el cambio de administración en EEUU creará condiciones favorables en esa dirección y a menor precio, y considerando además que es preciso alentar esto desde ahora.

Cierto que las presiones imperiales son inmensas. Pero ³quitarse presiones² abandonando ejes esenciales del nuevo proyecto revolucionario, haciendo concesiones a costa de la profundización y ampliación de los procesos, podría conducir a una incontenible mediatización, camino a la liquidación, de esta promisoria onda transformadora.

Recordemos lo que nos enseñó el querido Che: al imperialismo no lo podemos ceder ³ni un tantito así². ¡Asumamos esta sabia sentencia en homenaje a sus ochenta años de edad y a su eterna trascendencia!

En lugar de desarmarse, los movimientos populares y los procesos avanzados en marcha, deben pensar en armarse más y mejor. Y esto es válido tanto desde el punto de vista teórico-político, como desde el punto de vista militar.

En lugar de desmovilizarse, las FARC, el ELN, el EZLN, el EP y otras organizaciones insurgentes, deben pensar en armarse y fortalecerse en todas las vertientes del quehacer revolucionario. Igual los componentes y las estructuras más avanzadas dentro de las administraciones interesadas en avanzar hacia nuevas revoluciones.

El estigma contra las rebeldías armadas, promovida por la dictadura mediática estadounidense, ha logrado una gravitación bestialŠEsto hace extremadamente difícil la pelea por su reivindicación, pese al rol de las armas en la gesta de Bolívar y los próceres de América y todos los episodios y gestas heroicas de nuestros pueblos.

Pero por difícil que sea, es preciso rechazar el chantaje y poner cada cosa en su lugar; más cuando se avecinan momentos en que desarmarse ideológicamente en ese aspecto podría resultar fatal.

Y si nuestras sinceras apreciaciones no convencen a los que asumen como bueno y válido el nuevo giro dado por el respetable y admirable líder de la revolución bolivariana, los invito a profundizar este trascendente debate, a seguir intercambiando ideas con respeto y altura, a debatir entre camaradas en busca de la verdad y la certeza. A esforzarnos por superar esta contradicción, por despejar la gran confusión creada y procurar un enfoque común, o por lo menos puntos de encuentros, normas de respeto y actitudes complementarias.

Al propio comandante Chávez le sugiero contribuir a crear ese clima de discusión e intercambios, promoviendo las instancias de debates necesarias y apropiadas para el caso. Debemos escucharnos, abrir nuestras mentes y corazones para que en el caso colombiano y a escala continental el imperio y las oligarquías no se salgan las suyas y no logren debilitar este difícil pero estimulante proceso hacia la nueva independencia, ahora en riego de reversión.

Y para terminar debo decir algo que me sale del alma:

Cuando leo y oigo todo lo que la mafia uribista le atribuye a las computadoras de Reyes y de Iván Ríos, cuando escucho todos esos planes para adquirir cohetes y elevar la capacidad de combate de las FARC, cuando oigo decir del traspaso de altas tecnologías militares a los movimientos subversivos, cuando leo sobre los portentosos planes de expansión de la insurgencia armada ­sabiendo que no es cierto, y aun conociendo la perversidad y los fines nefastos que lleva a esos señores a verter tantas y tan grandes mentiras- desearía de todo corazón que todo eso y mucho más fuera absolutamente cierto y se estuviera ejecutando.

Porque en verdad-verdad, no hay nada tan desgraciado, tan fatal para la humanidad, como un imperio con tantas armas, con tan alta tecnología militar, con tanta vocación destructiva, con tanta capacidad genocidaŠ sin la contrapartida política-militar necesaria para detener sus fechorías y derrotar sus pretensiones totalitarias.

(12 de junio2008, Santo Domingo, RD)

Del mundo virtual al espiritual

Del mundo virtual al espiritual

Frei Betto

Al viajar por el Oriente mantuve contactos con monjes del Tibet, de Mongolia, de Japón y de China. Eran hombres tranquilos, comedidos, envueltos en paz en sus túnicas color de azafrán. Un día observaba yo el movimiento del aeropuerto de Sao Paulo: la sala de espera llena de ejecutivos con teléfonos celulares, preocupados, ansiosos, generalmente comiendo más de lo debido. Seguro que ya habían tomado café por la mañana en casa, pero como la compañía aérea ofrecía otro café, todos comían vorazmente. Eso me hizo reflexionar: “¿Cuál de los dos modelos produce felicidad?”

Encontré a Daniela, de diez años, en el ascensor a las nueve de la mañana y le pregunté: “¿No has ido a clase?” Ella respondió: “No, tengo clase por la tarde”. Añadí: “Qué bien, entonces por la mañana puedes jugar y dormir hasta más tarde”. “No replicó ella, tengo mucho que hacer por la mañana”. “¿Qué cosas?”, le pregunté. “Clases de inglés, de ballet, de pintura, piscina”, y siguió enumerando su programa de muchacha robotizada. Me quedé pensando: “¡Qué pena que Daniela no dijo: Tengo clase de meditación!”.

Estamos construyendo superhombres y supermujeres, totalmente equipados pero emocionalmente infantilizados. Por eso las empresas consideran ahora que más importante que el QI es la IE, la Inteligencia Emocional. No sirve de mucho ser un superejecutivo si no se consigue relacionarse con las personas. Entonces ¡qué importante sería incluir clases de meditación en los currículos escolares!

Una progresista ciudad del interior de Sao Paulo tenía en 1960 seis librerías y un gimnasio; hoy tiene sesenta gimnasios y tres librerías. No tengo nada contra el cuidado del cuerpo, pero me preocupo por la desproporción en relación con el cuidado del espíritu. Está bien que todos muramos esbeltos: “¿Cómo estaba el difunto?”, “Hecho una maravilla, no tenía ni una arruga”. Pero ¿cómo queda la cuestión de la subjetividad? ¿de la espiritualidad? ¿de la ociosidad amorosa?

Antes se hablaba de la realidad: análisis de la realidad, insertarse en la realidad, conocer la realidad. Hoy la palabra es virtualidad. Todo es virtual. Se puede tener sexo virtual por Internet: no se contagia el sida, no hay involucramiento emocional, todo se controla con el ratón. Encerrado en su cuarto en Brasilia un hombre puede tener una amiga íntima en Tokio, sin mayor preocupación por conocer a su vecino de apartamento o de cuadra. Todo es virtual. Entramos en la virtualidad de todos los valores, no hay compromiso con lo real. Es muy grave ese proceso de abstracción de lenguaje, de sentimientos: somos místicos virtuales, religiosos virtuales, ciudadanos virtuales. En cuanto a esto, la realidad va por otro lado, pues somos también éticamente virtuales…

La cultura comienza donde termina la naturaleza. Cultura es el refinamiento del espíritu. La televisión en Brasil con raras y honrosas excepciones es un problema: a cada semana que pasa tenemos la sensación de que somos un poco menos cultos. La palabra hoy es “entretenimiento”; así, el domingo es el día nacional de la imbecilización colectiva. Imbécil el presentador, imbécil el que va y se sienta en el sofá, imbécil quien pierde la tarde ante la pantalla. Como la publicidad no consigue vender felicidad, tenemos la ilusión de que la felicidad es el resultado de la suma de placeres: “Si toma este refresco, calza estos tenis, usa esta camisa, compra este auto, ¡usted llega a ella!” El problema es que, en general, no se llega. Quien consiente desarrolla de tal manera el deseo, que acaba necesitando de un analista. O de fármacos. Quien resiste, aumenta la neurosis.

Los sicoanalistas tratan de descubrir cómo hacer con el deseo de sus pacientes. ¿Dónde ponerlos? Yo, que no soy de esa área, puedo darme el derecho de presentar una sugerencia. Creo que sólo hay una salida: cambiar el deseo hacia dentro, gustarse a sí mismo, comenzar a ver lo bueno que es ser libre de todo ese condicionamiento globalizante, neoliberal, consumista. Así se podría vivir mejor. Además, para una buena salud mental son indispensables tres requisitos: amistades, autoestima, ausencia de estrés.

Hay una lógica religiosa en el consumismo moderno. Si alguien va a Europa y visita una pequeña ciudad donde hay una catedral debe procurar saber la historia de esa ciudad -la catedral es la señal de que ella tiene historia.. En la Edad Media las ciudades adquirían status construyendo una catedral; hoy en Brasil se construye un centro comercial. Es curioso: la mayoría de los centros comerciales tienen las líneas arquitectónicas de catedrales estilizadas; a ellos no se puede ir de cualquier manera, hay que vestir ropa de misa dominical. Y allí dentro se siente una sensación paradisíaca: no hay mendigos, niños de la calle, suciedad…

Se entra en esos claustros al son del gregoriano posmoderno, esa musiquita de sala de espera de dentista. Se ven varios nichos, todas esas capillas con los venerables objetos de consumo, acolitados por bellas sacerdotisas. Quien puede comprar se siente en el reino de los cielos. Si tiene que dar un cheque prefechado, pagar a crédito o mediante un cheque especial, se va a sentir en el purgatorio. Pero si no puede comprar, ciertamente se va a sentir en el infierno… Por suerte, todos terminan en la eucaristía posmoderna, atraídos por la misma mesa, con el mismo jugo y la misma hamburguesa de McDonald’s…

Suelo decirles a los empleados que me invitan a entrar en las tiendas: “Sólo estoy dando un paseo socrático”. Y ante sus ojos espantados explico: “A Sócrates, filósofo griego, también le gustaba despejar la cabeza recorriendo el centro comercial de Atenas. Cuando los vendedores como ustedes lo asediaban les respondía: “Sólo estoy mirando cuántas cosas no necesito para ser feliz”. (Traducción de J.L.Burguet)

-Frei Betto es escritor, autor de “El desafío ético”, junto con Luis Fernando Veríssimo y otros, entre otros libros.

Es la hora de actuar, con espíritu solidario, y sin demagogia

Es la hora de actuar, con espíritu solidario, y sin demagogia
Intervención del compañero José Ramón Machado Ventura, Primer
Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros en la Mesa
Redonda sobre Desarrollo sostenible: Medio ambiente, cambio climático,
energía; V Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea.

Lima, Perú, mayo del 2008

Excelencia:

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y
Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro hace ya 16 años, el compañero
Fidel Castro alertó de modo profético que “una importante especie
biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva
liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”. Los años
le han dado la razón.

Digámoslo claramente: no se podrá alcanzar el desarrollo sostenible,
no se detendrán ni se revertirán los negativos impactos del cambio
climático, no se asegurará la protección del medio ambiente a las
generaciones futuras, si prevalecen los irracionales patrones de
producción, distribución y consumo impuestos por el capitalismo. La
globalización del neoliberalismo ha agravado dramáticamente la crisis.

La solución al desafío vital que hoy amenaza a la humanidad no puede
descansar en impedir el desarrollo a los que más lo necesitan. Tenemos
responsabilidades comunes, pero diferenciadas. Los que han acaparado
de modo injusto y egoísta riquezas y tecnologías, los que son
responsables del 76 por ciento de las emisiones de gases de efecto
invernadero acumuladas desde 1850, tienen que asumir el peso principal
en este esfuerzo.

Los países desarrollados deben honrar los compromisos asumidos en
Kyoto en materia de mitigación y, además, movilizar recursos
adicionales para asistir los esfuerzos de adaptación en los países del Sur.

Si, por ejemplo, Estados Unidos reorientara hacia la asistencia
oficial para el desarrollo sostenible, una pequeña parte de su
presupuesto militar para el año fiscal 2008, que asciende a la
astronómica cifra de 696 000 millones de dólares, se podría realizar
una contribución esencial a este esfuerzo. Los países de la Unión
Europea -varios de los cuales califican entre los de más elevado
presupuesto militar en el planeta- podrían iniciar ese camino e
influir sobre su principal aliado para que actúe en igual sentido.

Los precios de los alimentos son impagables para un número creciente
de países. El hambre sigue cobrando vidas y la situación tiende a
agravarse. La estrategia siniestra de convertir los alimentos en
combustibles, propuesta por el presidente de los Estados Unidos, debe
ser combatida con la fuerza de los argumentos científicos y la
evidencia incontrastable de los datos elocuentes de la vida real.

El desarrollo sostenible presupone una revolución en nuestros valores
y en el modo de enfrentar las desigualdades del presente y los
desafíos del futuro. Hay que emprender una revolución energética
global que se sustente en el ahorro, la racionalidad y la eficiencia.

Cuba espera que los miembros de la Unión Europea asuman su deber. Una
conducta responsable de sus miembros serviría de catalizador a la
aceptación por el resto de los países desarrollados del compromiso de
reducir para el año 2020 sus emisiones de gases de efecto invernadero,
en no menos de un 40% respecto a sus niveles de 1990.

La Unión Europea, líder mundial en la producción de tecnologías
limpias y en la explotación de fuentes de energía renovables, está en
capacidad de crear un mecanismo para la transferencia de las mismas,
en condiciones absolutamente preferenciales, hacia los países de
América Latina, el Caribe y el resto del Tercer Mundo.

Citaré solo un ejemplo: la generosidad del pueblo y el Gobierno de la
República Bolivariana de Venezuela, e iniciativas como PETROCARIBE y
el ALBA, establecen un paradigma a ser imitado por la Unión Europea.

Es la hora de actuar, con espíritu solidario, y sin demagogia.

Muchas gracias

1968 y la década del caos

POLÍTICA:
1968 y la década del caos
Análisis de Mario Osava

RÍO DE JANEIRO (IPS) 1968 es un año símbolo, pero no necesariamente un año síntesis. Acontecimientos espectaculares, violentos y multitudinarios le imprimieron el sello de revolucionario, pero definir la naturaleza de esa revolución es lo arduo. Los enigmas y las polémicas se han hecho interminables.

Ampliar el foco a la década ayuda a entender el contexto en el que 1968 ingresó a la historia, con la insurrección estudiantil de mayo en Francia, la invasión de tropas soviéticas a Checoslovaquia, y la ofensiva del Tet que determinó la derrota de la intervención estadounidense en Vietnam. Algunos autores franceses se refieren a los “años 1968”.
Años más o menos, en la década de 1960 surgió en Italia la reacción contra los manicomios, se vivió el auge de las luchas negras por los derechos civiles en Estados Unidos, nacía el movimiento de los homosexuales, el feminismo se volvía más complejo, ampliando sus objetivos de la simple igualdad a la equidad de género y los derechos reproductivos. El ecologismo daba sus primeros pasos, despertando a la importancia vital de la diversidad biológica.

El reconocimiento de la diversidad como valor y principio vital, contrariando siglos de entronización de la homogeneidad —“masificación” era el término de la época— fue una transformación que el mundo sufrió en aquella década.

Pasó a estar a la orden del día el respeto a la diversidad étnica, sexual, humana, biológica, de pensamiento, religiosa, cultural. En este aspecto, el tropicalismo brasileño estuvo más acorde con los nuevos tiempos que otras corrientes artísticas y que los propios militantes revolucionarios.

La industrialización de las sociedades había exacerbado la esquematización de casi todo, en nombre de la productividad. La familia debía tener padre, madre y dos hijos (desde el salario mínimo hasta los automóviles fueron concebidos para cuatro personas), la escuela era una fábrica de profesionales calificados. Casas, ropas, comidas, carreras, todo lo más parecido posible, hecho en una línea de producción.

El ideal de uniformización no tenía ideología, de allí que el comunismo lo llevara más a fondo, con la vigencia de partidos únicos que intentaban extirpar las ideas disidentes.

Esta tendencia se hizo más evidente en la alimentación, por ejemplo. En el transcurso de su historia, la humanidad se alimentó de unas 10.000 especies vegetales, hoy reducidas apenas a 150, y con más de la mitad del volumen consumido concentrado en sólo cuatro: arroz, papa, maíz y trigo. Este es uno de los factores de la actual crisis alimentaria.

Las nuevas perspectivas de supervivencia de los indígenas con sus lenguas y culturas, como pueblos con identidad propia, también son producto de la “revolución de la diversidad” que puede ubicarse en los años 60, así como la libre opción sexual, la ciudadanía de las personas con deficiencia y la idea de inclusión en general.

El ser indígena ya no es, como se creía, un estadio prehistórico que se supera con la extinción o la asimilación.

No se trata sólo de valores o derechos reconocidos, sino también del enriquecimiento de la humanidad, de mayor creatividad y, a menudo, de nuestra supervivencia. Pero son ideas que demoran en arraigar. Sólo ahora, Bolivia y Ecuador buscan definirse como estados plurinacionales, y en Brasil aún hay generales que ven los territorios indígenas en la frontera como amenazas a la soberanía nacional.

América Latina obtuvo su potencial de agitación política con la Revolución Cubana y el “Ché” Guevara asumiendo la misión de diseminar guerrillas, hasta ser asesinado en 1967 en Bolivia. Los grupos insurgentes se volvieron habituales, inclusive en la próspera Europa.

La rebelión de 1968 devino pandémica sobre todo por el movimiento estudiantil. En Brasil desafió a la dictadura con la “Passeata dos Cem Mil” en Río de Janeiro y con otros choques callejeros con la policía, hasta la captura y prisión de toda su dirigencia en octubre de aquel año.

En México, los estudiantes tuvieron como respuesta la masacre de la plaza de Tlatelolco, con decenas o cientos de muertos, nunca se ha sabido con certeza. Alemania, Estados Unidos, Italia, Japón y otros países ricos y democráticos también reprimieron con violencia a sus jóvenes.

El mayo francés fue emblemático por la amplitud de la sublevación y de los cuestionamientos. Las barricadas de París contagiaron a millones de trabajadores que paralizaron el país, ocupando unas 300 fábricas. “Prohibido prohibir”, “abajo el Estado”, “la imaginación al poder”, “sé realista, pide lo imposible” o “no confíes en nadie mayor de 30 años” fueron lemas imperativos de los manifestantes.

La furia del rechazo a todo fue el grito de libertad de una juventud emergente que ya no podía tolerar las camisas de fuerza heredadas.

La píldora anticonceptiva existía desde 1960, pero la moral vigente reprimía el sexo. Nada de relaciones sexuales antes del casamiento. Las religiones eran omnipresentes y castradoras. Ser ateo era casi un crimen. Y el pelo largo una señal de delincuencia. El orden jerárquico era absoluto, casi militar, en las relaciones familiares, laborales y escolares y entre el Estado y la sociedad.

Europa prosperaba, con un sistema de protección social sin precedentes. Pero era una euforia de reprimidos, al menos para los estudiantes.

Hoy cuesta imaginar que la segregación racial era legal en muchos estados estadounidenses hasta 1964, cuando se aprobó la Ley de Derechos Civiles, reivindicación del movimiento negro cuyas protestas se volvieron masivas a partir de 1955. En aquel año, Rosa Parks se negó a ceder su asiento en el autobús a un blanco, iniciando una rebelión contra la ley segregacionista de Alabama. En 1968 fue asesinado Martin Luther King, el principal líder negro.

La intolerancia reinante se agravaba por la guerra fría, que aterrorizaba al mundo con la inminencia de una conflagración nuclear y cercenaba la actividad y las ideas políticas con las “fronteras ideológicas”.

En Brasil o se era parte de la “ civilización occidental, cristiana y democrática” o comunista, y por tanto sujeto a prisión y torturas a partir de 1964.

La cosa no era muy diferente del otro lado de la “cortina de acero”. La invasión de Checoslovaquia en agosto de 1968 sofocó un intento de flexibilizar el régimen con un “socialismo de rostro humano”. Muchas insurgencias de entonces fueron esfuerzos para crear un socialismo distinto del soviético, y en ese aspecto la Revolución Cubana fue una esperanza frustrada.

Pero fue también una época extremadamente creativa. No sólo dio origen a los más diversos movimientos, sino a una gran variedad de nuevas ideas y creaciones artísticas. Los grandes compositores populares brasileños surgieron en aquellos años, así como el educador Paulo Freire, la iglesia progresista, la Teología de la Liberación.

Era un período de utopías, esperanzas y generosas entregas. En África nacían nuevos países independientes, algunos luego de sangrientas guerras anticoloniales, como Argelia —con un millón de muertos—, y con promesas revolucionarias. También se intentaban “revoluciones pacíficas”, como la elección de Salvador Allende en Chile, en 1970.

Fueron ilusiones, en la mayoría de los casos. Allende murió en el golpe de Estado de Augusto Pinochet, en 1973. Los gobiernos africanos autoproclamados marxistas eran una imposibilidad que acabó en guerras internas y corrupción. Muchos manifestantes del mayo francés saludaron la Revolución Cultural china, ignorando que ella entrañaba la negación del espíritu libertario de los estudiantes.

No por casualidad, también en los años 60 se desarrolló la “teoría del caos”, o de los sistemas dinámicos no lineales. Esos estudios constataron que pequeñas alteraciones en un sistema, antes consideradas despreciables, pueden alterar por completo el resultado. Es el llamado “efecto mariposa”, el aleteo que puede provocar tempestades del otro lado del mundo, un grado de incertidumbre que fue incorporado a las ciencias.

“Todos somos sujetos” fue uno de los gritos de 1968. El estudiante no es un “pre-ciudadano” aún en formación. Las minorías, las mujeres, todos son actores relevantes y con causas propias.

Se rompieron también las amarras de la izquierda. La revolución y la lucha por conquistas sociales dejaron de ser privativas de los obreros y los sindicatos, como postulaban los marxistas. Los movimientos sociales se multiplicaron y ganaron las calles, desembocando en la fragmentación actual. El mundo siempre fue un mosaico no lineal, sólo que hasta entonces no era reconocido como tal. (FIN)