Rinden tributo a Yasser Arafat en San Salvador

SAN SALVADOR, 11 DE NOVIEMBRE DE 2005 (SIEP) “Hace un año falleció nuestro líder, el presidente Yasser Arafat y hoy rendimos tributo a su memoria de luchador independentista” dijo John Nasser, coordinador del Comité Salvadoreño de Solidaridad con Palestina.

Agregó que “nos hemos reunido en esta plaza que lleva su nombre, única en el mundo, para recordar el testimonio de valor y esperanza que representó la vida de este combatiente por la paz, de este militante por la dignidad de nuestro pueblo palestino.”

Por su parte, Sigfrido Reyes, diputado del FMLN al Parlamento Centroamericano, enfatizó que “este fue un hombre que vivió toda su vida al servicio de los intereses del pueblo palestino, siempre luchando contra el enemigo sionista, buscando los caminos para conquistar el estado Palestino.”

El pastor luterano Rev. Ricardo Cornejo hizo una Oración en la que pidió “que nuestro Señor Jesús generosamente derrame sabiduría y valor al pueblo palestino, para que continúe su justa lucha por una patria, por un hogar para su sufrido pueblo.”

Finalmente, el también pastor luterano Rev. Roberto Pineda subrayó que “Arafat encarnó el sufrimiento de su pueblo refugiado en campamentos, masacrado en Shatila y Sabrá; la dignidad de su pueblo reflejada en la lucha de la Organización para la Liberación de Palestina, OLP y la Intifada, la esperanza que de la voluntad de lucha surgirá la patria palestina, un país libre, próspero e independiente.”

Rememora Farinacci la vida de Ojeda Ríos

El pueblo se desbordó en las exequias de Filiberto Ojeda Ríos porque lo admiraba como héroe y porque, a fin de cuentas, en Puerto Rico hubo miles de macheteros, manifestó Jorge Farinacci, segundo al mando del Partido Revolucionario de los Trabajadores y el Ejército Popular Boricua (PRT-EPB-Macheteros) hasta su división en 1984.

Farinacci expresó que para el pueblo no pasaba desapercibido que Ojeda Ríos sacrificó 35 años de su vida en el clandestinaje entre el periodo de 1965 al 2005. Para ese época, cumplió tres años de cárcel y dos los pasó en la libre comunidad.

“La gente no lloró a la víctima, lloró al héroe caído en combate”, aseveró Farinacci, quien actualmente funge como portavoz del Frente Socialista, en una entrevista exclusiva con EL VOCERO en la que rememoró a la figura de fenecido líder machetero y habló por primera vez del robo a la Wells Fargo, las razones que los llevaron a tomar las armas y su visión actual de la lucha por la soberanía de Puerto Rico.

“Son 35 años en que Filiberto estuvo en el clandestinaje, y eso no es fácil. Eso es un enorme sacrificio”, apuntó.

Al recordar a su compañero, Farinacci aseguró que “la simpatía a la causa era producto de su (trayectoria) de vida en la lucha, del desafío al imperio”.

Según el abogado, a fin de cuentas, gran parte de la población puertorriqueña, sin importar el pensamiento político o ideológico, resiente que un gobierno extranjero venga a imponerse y a cometer atropellos. Resaltó que por eso se observa que hay muchos populares que piensan que Puerto Rico debe ser libre.

A la admiración por el líder guerrillero y las causas sociológicas del resentimiento por la coyuntura colonial se une el factor de que Farinacci mencionó que entre los años del 1980 al 1985, cuando hubo la mayor confrontación armada entre el movimiento independentista y socialista y las fuerzas norteamericanas porque prácticamente peleaban todos los días, los Macheteros tenían, además de su línea de combatientes, a miles de colaboradores por todo el País que apoyaban la organización.

“Habían miles de macheteros, porque mucha gente ayudó a los Macheteros”, señaló al recordar ese periodo convulso de la historia de Puerto Rico. Algunos aportaban con pequeños donativos para sustentar al PRT-EPB y otros simplemente daban un mensaje o ayudaban de diferentes maneras.

Farinacci recordó que Ojeda Ríos era una persona muy carismática y de pueblo.

“Era humilde, un hombre bien de pueblo. Era una persona carismática con los que estaban alrededor de él, que inspiraba. Nunca conocí a alguien tan valiente como él. No tenía miedo a ningún tipo de fuerza represiva. Eso inspiraba”, subrayó con ojos llorosos que reflejan que, aun después de las diferencias de visión de lucha que los separaron, siempre conservaron como algo entrañable los años que batallaron juntos.

Para el dirigente socialista, Ojeda Ríos tenían un temple capaz de pasmar a sus propios compañeros. Narró una de las anécdotas que siempre tiene muy presente.

Un día en que los Macheteros tenían programada una acción de gran envergadura –la cual no quiso revelar–, cuando Farinacci fue a buscarlo, Ojeda Ríos estaba tranquilamente planchando su uniforme de guerrillero y tarareando una canción como si no le amilanara el hecho de que se fueran a jugar la vida minutos después.

Farinacci recalcó que de lo que conoció de Ojeda Ríos, siempre lo observó comiendo en los cafetines o fondas y compartiendo con la gente de pueblo. “Andaba en carros ‘escrachaos’. Era un hombre bien frugal, sencillo en la forma de vestir, vivía con lo mínimo necesario, siempre en los barrios pobres”.

Afirmó que el líder del EPB amaba la música –como lo demuestran los instrumentos encontrados en su residencia la semana pasada–, sobre todo la salsa y la guaracha, y que fue músico profesional de la Sonora Ponceña y de otras orquestas, entre ellas algunas cubanas.

Recordó precisamente que Ojeda Ríos era bien pro cubano y que “para él, la Revolución Cubana era lo máximo”.

A través de la historia se ha dicho que el dirigente machetero militó en su juventud en el movimiento 26 de Julio, que lideró Fidel Castro durante la Revolución Cubana en que fue derrocado Fulgencio Batista. Durante el sepelio, su viuda, Elma Beatriz Rosado Barbosa, confirmó ese dato públicamente cuando leyó una emotiva carta que escribió de despedida a su esposo.

Farinacci se limitó a decir que Ojeda Ríos se educó a sí mismo para ser un buen revolucionario en las funciones políticas, militares y de organización de un proyecto.

En el discurso de duelo en el cementerio de Río Blanco, en Naguabo, Farinacci resaltó que el líder del EPB era un maestro al que ellos no le llegaban a los tobillos.

“Queremos que se sepa la verdad, que se determine y esclarezca todo lo que pasó allí”, indicó sobre la forma en que murió el comandante de los Macheteros en Hormigueros el pasado 23 de septiembre –día en que se conmemora el Grito de Lares– durante un controvertido operativo del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), que le siguió los pasos durante los pasados 15 años.

El día del Grito de Lares de 1990, Ojeda Ríos determinó quitarse el dispositivo electrónico mediante el que se le permitía estar en la libre comunidad a la espera de juicio por el asalto a los depósitos –y no a un camión, como se dice popularmente– de la empresa Wells Fargo en Hartford, Connecticut, ocurrido el 12 de septiembre de 1983.

La toma de armas

Farinacci opinó que los independentistas y socialistas decidieron iniciar la lucha armada acorralados por las circunstancias históricas de la represión en su contra en tiempos de la Guerra Fría.

“Para el momento político, el independentismo y el socialismo no tenían opciones; tenían que enfrentarse o ser destruidos”, aseveró el todavía portavoz del PRT.

Dijo que en esa época ocurrieron actos como los del Cerro Maravilla, la muerte bajo sospechosas circunstancias de uno de los líderes de la lucha de Vieques, Angel Rodríguez Cristóbal, y la persecución en todos los órdenes a través del carpeteo por parte del FBI y de la llamada época “de gloria” de la División de Inteligencia de la Policía en que existían los Angel Pérez Casillas y los Rafael Moreno.

Los independentistas de los años 70 y 80 tenían como precedente al Partido Nacionalista liderado por Pedro Albizu Campos, quien encabezó la lucha armada después de participar en unas elecciones que consideró le robaron, según relatan historiadores.

“Aunque no se prevaleció, no se destruyó el movimiento (independentista)”, opinó Farinacci. Planteó que “si no somos estado hoy, se debe a esa lucha de resistencia entre Puerto Rico y Estados Unidos”.

A su juicio, el momento histórico ha cambiado y él espera que la liberación de Puerto Rico sea lo menos violenta posible en un proceso democrático.

Apuntó que la manera de luchar ahora es insertarse en la lucha contra ofensivas del Gobierno de Estados Unidos en que los patronos exprimen a los trabajadores en las postrimerías de una economía fundamentada en la sección 936.

Insistió en que esa ofensiva traerá confrontación a través de procesos huelgarios y protestas, pero que ese desafío debe venir del pueblo. En ese sentido, recordó la lucha de Vieques y la huelga contra la privatización que se dieron dentro de un marco de confrontación pacífica bien delimitada.

Ante la pregunta de qué opina sobre el mensaje del EPB del martes en el sepelio en que juraron “hacer justicia a Ojeda Ríos y a la patria”, y que se ha interpretado como una amenaza, pero que muchos sostienen que era sólo un mensaje político a la altura del momento histórico, respondió que “en el Frente Socialista no podemos especular del significado de la supuesta amenaza que se desprende de ese comunicado … De ocurrir algún evento, lo discutiremos en el seno del Frente Socialista y se emitirá una posición oficial”.

Origen de los Macheteros

Durante la entrevista, al ser abordado sobre los actos que se les adjudican a los Macheteros, Farinacci sólo habló de los años de 1980 a 1985, incluidos detalles del robo a la Wells Fargo, y eludió explicar detalles de la organización; tampoco mencionó nombres más allá de los que la historia ya ha retratado.

Libros como “El robo de la Wells Fargo y la lucha armada por la independencia de Puerto Rico”, de Ronald Fernández, les atribuyen para esa época la muerte de policías en medio de sus escaramuzas por los hechos del Cerro Maravilla, el robo de almacenes de armas, diferentes atracos en instituciones bancarias, algunos a camiones blindados de la Wells Fargo –calificados como “expropiaciones para sustentar la lucha“–, y detonaciones dinamiteras a instalaciones federales. Además, se les atribuye la colocación de explosivos en el Caribe Hilton, la muerte de dos marinos y otros heridos en el ataque a la base naval de Sabana Seca el 3 de diciembre de 1979 en retribución por la muerte de Rodríguez Cristóbal en una cárcel de Estados Unidos, y la explosión el 12 de enero de 1981 de nueve aviones de la Fuerza Aérea de la Guardia Nacional en la Base Muñiz, con una pérdida de $50 millones.

La organización se responsabilizó públicamente por algunos de esos actos.

Los Macheteros se crearon en 1976 como Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), y dos años más tarde nació la facción Ejército Popular Boricua (EPB).

Se ha dicho que Ojeda Ríos al llegar a Puerto Rico creó el Movimiento Independentista Revolucionario Armado (MIRA) en 1963, y para los años 70 se le unieron otras dos organizaciones. Poco tiempo después, una de ellas se retiró y las otras dos formaron al PRT.

Las actas del FBI dan cuenta de que hubo 181 militantes de la organización y cerca de 1,500 colaboradores, cerca de una tercera parte de las líneas de la organización fue identificada por el FBI con nombre y apellido.

Farinacci confesó que “hubo otros operativos de expropiaciones en los que se recuperaron algunos millones adicionales”.

“Yo no conocía todo. Había muchos detalles y hubo operativos que yo no supe nunca”, aseguró. Dijo que algunos miembros de la dirección no sabían los detalles porque la división logística de los Macheteros actuaba de manera autónoma y sólo sabían las operaciones los que supervisaban esa área.

El robo a la Wells Fargo

Farinacci reveló que Víctor Gerena, un independentista criado en Hartford, comenzó a trabajar para la empresa Wells Fargo, y fue él quien después de algún tiempo se acercó a los Macheteros a través de los compañeros que tenían en Estados Unidos y habló de la posibilidad de ejecutar esa operación. Aseveró que Gerena no fue comisionado previamente para ir a trabajar allí y planificar el atraco.

Una vez se concretó el plan, “él no actuó solo, tenía todo el apoyo logístico”.

En el texto de Fernández, se indica que Gerena apuntó con el arma a su supervisor y otro compañero y los amarró y amordazó hasta cargar con el dinero en un viejo Buick alquilado que dejó en el estacionamiento de los camiones y que después fue encontrado en un motel.

Según Farinacci, los $7 millones estaban en denominaciones de $10, $20 y $100, y hasta había algunas bolsas de pesetas. “Llenaba un cuarto de habitación de una casa normal y pesaba más de mil libras”.

Narró que habían calculado previamente que tenían tiempo para ejecutar la operación. El libro de Fernández menciona que allí estaban solos Gerena, su supervisor y otro empleado, por lo que nadie pudo accionar alarmas hasta que Gerena salió del lugar con la sola pista para las autoridades del vehículo, del cual no tenían la tablilla.

“A Víctor se le sacó en una motora y nadie más ha sabido de él. Pero, parto de la premisa de que está bien”, dijo.

El líder machetero reveló que fuera de la Wells Fargo, se reunieron en un sitio con el dinero. “Se estableció una cadena de militantes que fueron a buscarlo uno a uno en maletas”. De allí, el dinero entró con los militantes a Puerto Rico en los aviones comerciales como si fueran viajeros comunes.

“(El dinero) se distribuyó en todas las funciones de mantener activo un movimiento político”, sostuvo. Insistió en que todo el dinero llegó a Puerto Rico, contrario a versiones que apuntan a que se destinó una parte a Cuba.

Dijo que el FBI logró recuperar muy poco, unos $200 mil.

A lo largo de los años se hicieron donativos a personas pobres que necesitaban dinero para operaciones de sus hijos. “Cada vez que salía un caso (en los medios), se hacía aportaciones de $3 mil o $5 mil en un giro dirigido a los familiares, que nunca sabían quiénes eran los donantes”.

En esos donativos, los Macheteros invirtieron unos $100 mil del total del robo, subrayó.

Además, aceptó que hicieron el donativo de regalos el Día de Reyes de 1985 a los niños de Hartford, Vega Baja y otro pueblo que no pudo recordar.

“Nadie se aprovechó de ese dinero, están las finanzas (para la posteridad)”, indicó.

Aseguró que tras el asalto a la Wells Fargo y las otras “expropiaciones”, los Macheteros vivían una vida de asalariados. Se organizó un sistema de paga a los miembros de $400 mensuales, calculado a base de la paga del salario mínimo, bono de Navidad, y se contemplaba el número de miembros de la familia para la remuneración de los beneficios marginales, como todo asalariado.

En 1984, la organización se dividió en dos facciones –“por diferencias de visión de la lucha“– que tomaron el nombre de PRT-Macheteros, con Farinacci como portavoz, y la gente de Ojeda Ríos con el EPB-Macheteros.

Dijo que la separación se hizo “por mutuo acuerdo”, y que así mismo se dividieron desde el nombre hasta todos los bienes, como en cualquier divorcio entre parejas.

Lo que parecía un crimen perfecto fue descubierto por las autoridades, y el 30 de agosto de 1985 un contingente de 200 agentes del FBI arrestó a 19 personas. En esa ocasión, Ojeda Ríos fue arrestado en Luquillo en medio de una refriega a tiros de mayor envergadura que la del pasado 23 de septiembre en que fue abatido, luego de exigir a su esposa que saliera para servir de testigo de cómo se llevó a cabo la operación.

Farinacci se negó a revelar cuál fue el talón de Aquiles de la organización. No quiso decir siquiera como lograron dar con él.

“Fue por la investigación de otros casos”, señaló.

Fernández mencionó en su texto que a los Macheteros se les atribuyó lanzar un cohete al Edificio Federal, en Hato Rey, el 30 de octubre de 1983, y otro el 23 de enero de 1985 contra la Corte Federal, en el Viejo San Juan.

A few decades after ‘Z,’ Costa-Gavras is again the main attraction

In 1969, the San Francisco International Film Festival invited a little-known Greek director named Costa-Gavras to show his movie, “Z.” A work commitment prevented him from attending and seeing for himself the enthusiastic response to “Z,” which helped launch his now-classic political thriller in the United States.
As a belated show of gratitude, Costa-Gavras lent his considerable charm to the festival’s opening night Thursday featuring his latest work, “The Ax.” He brought along Michele Ray-Gavras, whom he introduced to the Castro Theatre audience as “my producer and also my wife, or my wife and also my producer.’’ The two smiled their way through a long evening that started with a cocktail reception at the theater and ended with a kind of block party spilling over every level of Ghirardelli Square.
Married 38 years, they’re one of those glamorous international couples who can schmooze in several languages. Costa-Gavras — his first name is Constantin, but he never uses it — wore a black sweater under a black suit. His lovely wife, who modeled for Chanel when Coco was still alive, also had on a black suit. With the flair French women seem to be born with, she draped a long red scarf over the jacket, and it miraculously stayed in place the entire night.
Costa-Gavras might have wound up in Hollywood instead of Paris if the American government hadn’t turned down his request for a visa when he was 18 and desperate to leave Greece. His father’s suspected Communist activity had made it impossible for him to get into a good university in his native country.
“I think all the time about what my life would have been like if I’d gone to America,” he told me. “Very probably I would not have been able to make the kind of movies I have made.’’ Costa-Gavras has taken on politically weighted subjects, in films like “Z,” “State of Siege,” “The Music Box” and “Betrayed,” the last two written by Joe Eszterhas.
“I traveled through deepest America with Joe, places like Nebraska and Montana where I never would have gone on my own,” Costa-Gavras said. He invited Eszterhas, who is living in the Bay Area while recovering from cancer, to the festival opening. “He’s much better, but couldn’t make it tonight,” he said of his friend.
Although “The Ax” is described as a comedy, it hardly shies away from disturbing contemporary events, in this case downsizing and the outsourcing of jobs, resulting in high unemployment in France. Desperate to find work after being laid off, the lead character methodically murders all his competitors for a management position in the paper industry.
“The Ax” is based on an American novel by Donald E. Westlake. “I wanted to make it as soon as I read it,” Costa-Gavras said, “but Paramount had the rights. My wife told me, ‘Don’t worry. Hollywood will never make the movie,’ and she was right.’’ Ray-Gavras became a producer after the birth of their two children made it difficult for her to continue as a globetrotting journalist. While covering the Vietnam War, she was captured by the Viet Cong, an experience her husband drew on making “Mad City,” in which a TV reporter played by Dustin Hoffman is taken captive during a hostage crisis.
Although she’s worked with numerous directors besides her husband, there’s a special bond when they do a movie together. I asked her how they met.
“We had a mutual friend, and in 1963, he told me, ‘I know someone who’s right for you.’ But when I met Costas, I thought, ‘This is a guy for two weeks, not a lifetime.’ Now we’ve been together more than 40 years. Our marriage has been up and down, up and down, just like your hills

AGU realiza homenaje en UES a Rector Mártir Felix Ulloa

SAN SALVADOR, 28 de Octubre de 2005 (SIEP) “Hace 25 años segaron la vida de nuestro rector mártir Ing. Félix Antonio Ulloa, hoy estamos aquí presentes para dar testimonio que su memoria vive entre nosotros” dijo el Ing. Rufino Quezada, Presidente de la Asamblea General Universitaria de la UES.

La actividad en homenaje al Rector Mártir asesinado por Escuadrones de la Muerte el 29 de octubre de 1980, contó con la presencia de los diversos sectores de la Comunidad Universitaria, incluyendo al exRector Magnífico, Dr. Fabio Castillo Figueroa, magistradas de la Corte Suprema de Justicia, concejales de la Alcaldía de San Salvador, miembros del Sindicato de Trabajadores de la Educación y presbíteros de la Iglesia Luterana Popular.

El Ing. Quezada añadió que “como Comunidad Universitaria debemos de considerar este asesinato como un crímen de lesa humanidad y vamos a presentarlo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para que sea investigado y no quede en la impunidad.”

Reiteró el presidente de la AGU que “como universitarios veinticinco años después de tu asesinato continuamos con tu ejemplo de luchar en defensa de la autonomía universitaria por lo que nos oponemos a cualquier proyecto de privatización de la Alma Mater, por la que sacrificaste tu vida.” La UES se encuentra bajo la amenaza de un proyecto privatizador del BID.

“Tu pensamiento de una Universidad que se niega a morir sigue guiando a las nuevas generaciones de universitarios que bajo nuevas circunstancias, desarrollamos la docencia, la investigación y la proyección social, al servicio de nuestro pueblo salvadoreño.”

En la actividad se entregó un Diploma de Reconocimiento al Rector Mártir que fue recibido por su hijo, el Dr. Oscar Mauricio Ulloa. El solemne acto concluyó con la participación artística del Grupo Yolocamba Ita.

Una Europa posible, s’il vous plait

En la mitología griega, cuando Cadmo busca a su hermana Europa, secuestrada y violada por Zeus, recorre la tierra y llega finalmente con los suyos ante el Oráculo de Delfos. Al preguntar dónde podían hallar a Europa, la pitonisa les aconseja abandonar la búsqueda y, en su lugar, seguir a una vaca; construir una ciudad en cada sitio donde el animal se desplomara de cansancio. No está claro, pero parece que el cabrito de Cadmo, en vez de seguir buscando a su hermana, como era su obligación, se fue en efecto detrás de la vaca Y en esas estamos todavía, no tenemos ni pajolera idea de dónde estará Europa. Andamos detrás de la vaca.

Rubens “El rapto de Europa”
Así que, después del fiasco de los referendos de Francia y Holanda, los políticos y burócratas de la nomenclatura deberían volverse hacia los mitos fundadores de nuestra civilización; hallarían también en el viejo oráculo la respuesta adecuada a su actual quebradero de cabeza. La economía. Europa va bien mientras la vaca goza de buena salud. Cuando los europeos sentimos al animal amenazado todo se va al garete, pues la vida es dura.
Si bien para unos lo es más que para otros. Creo que fue en el último Foro de Davos, a principios de año, que ante los líderes más poderosos del planeta un representante egipcio hizo una reflexión tan clarividente como estremecedora: millones de seres humanos en Africa envidian hoy a la vaca europea (y no precisamente a la mitológica, digo yo, sino a esa otra absolutamente carnal y con manchas blancas de las vaquerías): la comunidad europea le asegura techo, comida y una subvención vitalicia de dos euros diarios
A lo que se ve, el no de franceses y holandeses en sus recientes referendos tiene mucho que ver con la amenaza de tener que repartir la vaca. Ya sea con el fontanero polaco, con el paria subsahariano o con el zapatero turco. Ante ellos y en torno a la vaquería, las clases medias centroeuropeas quieren levantar el cercado. Aunque eso suponga ver crecer de nuevo a la ultraderecha leppenista, brindando por la batalla ganada frente al extranjero. Un brindis por el no que extrañamente comparten en Francia con la gente de ATAC, esa otra Europa que se reconoce ya multiétnica, pluricultural, que aboga por una globalidad solidaria, por un comercio justo, por un desarrollo que no acabe necesariamente con el planeta. Brindan también por el no socialistas centrados (y para el caso escindidos), de los que no es fácil elucidar si están más cerca de los unos que de los otros. Para todos ellos, en fin, no hay constitución que valga. Todos parafrasean ahora el lema altermundista con otra Europa es posible Aunque ahora no se sepa cuál.
Lo decía estos días en un artículo el director de Le Mond, J.M. Colombani, sólo es posible la Europa que quieren darse todos los ciudadanos. Y ésa está hoy menos clara que nunca.
Pero puestos a mirar de nuevo la carta, algunos ciudadanos podríamos quererla ciertamente con menos fárrago administrativo, culta, solidaria, pacifista. Sería un bonito detalle que el nuevo tratado condonase para todo su territorio las deudas externas de los más pobres, que fijase en todos los países miembros la contribución del 0,7% a los pueblos hambrientos, que se dotara de mejores instrumentos democráticos, que mostrase su voluntad de lucha contra la economía del delito, contra los paraísos fiscales y las cuentas opacas, que invirtiese la cada vez más impúdica tendencia de la economía a la acumulación de capitales improductivos, a la férrea dictadura sobre el tejido democrático y social de la economía financiera
Según advertía Ignacio Ramonet, director de Le mond diplomatic y gran referente altermundista, si hace 20 años el 95% de la economía era real (agricultura, industria, bienes, empleos ) y el 5% era financiera (compra/venta de dinero, valores, divisas) en la actualidad la situación se ha invertido absolutamente y en la misma proporción. El dato, que parecería exagerado a bote pronto, deja de serlo cuando pensamos en la facilidad con que se multiplican hoy los multimillonarios capitales, en décimas de segundo, sin mayor esfuerzo que pulsar el ratón de un ordenador, con una orden internacional para una transacción financiera, por ejemplo. El proceso de acumulación de riqueza se ha vuelto hoy desenfrenado, pues la ideología imperante se encarga de limpiar el camino de obstáculos, llámense estados, soberanía, ciudadanos… El gran negocio neoliberal es ya una abstracción demente que no admite cortapisas: la compra de dinero. Y en ese contexto, la Europa solidaria, la que cree todavía posible el bienestar público y unos servicios sociales para todos, la que reconoce cosas que no tienen precio ni pueden venderse, debía oponerse como lo ha hecho al llamado Tratado Europeo.
El no de franceses y holandeses debe significar también, y entre otras cosas, una revisión de esa Europa neoliberal que nos quieren meter con calzador. Pensemos, sí, en el más inteligente y justo reparto de la vaca. Pero busquemos en serio a Europa, indagando también, por qué no, en los lenguajes olvidados de la utopía.

Pinter, un teatro nella zona rossa dell’anima

Al grande drammaturgo inglese il Nobel per la letteratura. «Nelle sue opere svela il baratro sotto le chiacchiere di ogni giorno e costringe a entrare nelle chiuse stanze dell’oppressione», questa la motivazione dell’Accademia di Svezia. Dal 1957, un impegno radicale nel teatro, nel cinema, nella televisione e nelle piazze contro ogni sopraffazione
GIANFRANCO CAPITTA,

La sua prima reazione al telefono è stata molto pinteriana «Sono assolutamente senza parole, spero solo che mi tornino per il giornodella premiazione». Harold Pinter può ben festeggiare, nella sua casa di Holland Park, l’attribuzione del Nobel per la letteratura, bevendo champagne o qualche buon bianco italiano. Con la sua flemma molto british, e il candore entusiasta che a 75 anni appena compiuti ha mantenuto intatto. Candidato da diversi anni, dopo aver ricevuto i più prestigiosi riconoscimenti di area anglosassone, ora entra in quella scia di grandi scrittori che sono anche delle grandi persone pubbliche, da Dario Fo a Elfriede Jelinek. I suoi commenti lapidari sono ficcanti sempre, quasi come i suoi testi per la scena: dal «Criminale!» gridato ai tre B. dell’aggressione all’Iraq, Bush Blair e Berlusconi, all’amarissimo «Inevitabili, la politica di Bush e Blair non poteva che partorire questo» con cui ha commentato gli attentati di luglio alla metropolitana londinese. Parole che ricordano da vicino quella scrittura scarna, sospesa, piena di pause e di silenzi, che ha cambiato nella seconda metà del `900 il linguaggio della scena, e non solo. Parole che attingono al quotidiano, ai rapporti tra le persone, ma che sulla pagina diventano assolute, sostanza stessa dei rapporti. Rapporti di forza e di violenza, di paura e di attesa. Rapporti sempre conflittuali, nella famiglia, nel caseggiato, nei salotti e nelle alcove, tra le librerie o nel living di una umanità che si ritiene evoluta, ma dove vigono le stesse relazioni brutali che poi governano l’intera società, le nazioni, il pianeta.

Tutte le formule che si sono succedute negli anni per definire la sua scrittura, da teatro dell’assurdo a teatro della minaccia, della memoria o dell’ambiguità, sono tutte labili, parziali e precarie. Anche se quei testi continuano a trionfare sui palcoscenici di tutto il mondo. Dalla primissima Stanza, che nel 1957 gli fece abbandonare le massacranti tournée in provincia come attore, agli immediati successi del Guardiano, Festa di Compleanno, Ritorno a casa, Terra di nessuno, Tanto tempo fa, il quasi proverbiale Tradimenti giocato sui ricordi a ritroso di una coppia assai trendy nella swinging London, (ma anche della scrittura cinematografica nel frattempo era diventato maestro).

Quando negli anni ottanta ha deciso di rappresentare apertamente situazioni «politiche», dove la sopraffazione è quella dei regimi e delle classi, qualcuno ha fatto finta di stupirsi. Parlando con lui lungo gli anni, Pinter mi ha spiegato di aver semplicemente messo a fuoco i nodi irrisolti di sempre, le ombre che accompagnano ogni creatura, e che a livello di massa si fanno violenza prevaricatrice.

Con la sensibilità dell’artista e del grande scrittore, dando corpo con le parole a quelle creature che lui racconta venirgli incontro d’improvviso, dopo un incontro o dopo aver vissuto una situazione, è riuscito a prefigurare quello che al momento della scrittura non appare mai subito chiarissimo, o forse è addirittura incredibile. Il linguaggio della montagna nasce nel 1988 dal viaggio fatto con Arthur Miller nel Kurdistan turco per conto di Amnesty International, e mostra sevizie incredibili nel carcere di un regime militare. Non era ancora Abu Ghraib, ma davanti alle foto che abbiamo visto dopo, la prima citazione era quella. Lo stesso per Party Time, del `94: un club esclusivo e gaudente, occupato solo di fitness e buona cucina, ma che poi si scopre asserragliato dentro una sorta di «zona rossa», mentre fuori le masse manifestano e fanno casino («è stato così difficile venire qui» si lamenta una signora elegante in quel club che sembra partito di governo). Ma alla fine ci scappa il morto e nel finale come un fantasma appare un ragazzo, ucciso dalla violenza poliziesca. Un thriller da alta società, che dieci anni prima racconta fedelmente il G8 di Genova.

Contro la guerra e le dittature Pinter non si è mai risparmiato, anzi ha usato ogni occasione ufficiale o di riconoscimento della sua arte, per veri proclami, contro ogni guerra. Lo era contro quella del governo indonesiano contro Timor est, ma anche contro quella «umanitaria» nella ex Jugoslavia. Contro il governo di Washington ha sempre tuonato: la sua invettiva è risuonata a Firenze in occasione di una laurea honoris causa solo il giorno prima dell’11 settembre. Per chi ne fosse rimasto turbato, ha raddoppiato la dose a Torino, un anno dopo la caduta delle Torri gemelle. E il tempo, e i maneggi e gli affari loschi di Bush, gli davano inesorabilmente ragione. La maggiore curiosità è ora per quello che potrà dire il 10 dicembre a Stoccolma, ai placidi reali di Svezia.

La sua visione politica del resto non è per niente astratta, o velleitaria o salottiera. Non solo per la sua presenza da sempre a tutte le manifestazioni pacifiste a Londra (o a dribblare i picchetti militari thatcheriani quando si trattava di portare sostegno e cibo ai minatori in sciopero), ma per come è intrecciata alla sua formazione e alla sua vita. E’ indimenticabile il racconto della sua infanzia attraverso le casette operaie di Hackney, alla periferia orientale di Londra, dove è cresciuto, lui di famiglia ebrea sefardita, il padre sarto, in mezzo a squadracce di giovani fascisti, dopo aver scampato i bombardamenti tedeschi in un ricovero infantile sulle scogliere di Dover. Quell’impronta genetica gli è rimasta, incollata addosso assieme a una assoluta sobrietà di modi, così come il tono ha la scuola dei grandi testi shakespeariani che recitava da giovane. Ha affrontato con successo, soprattutto agli inizi, la radio e la televisione, e ne conosce da sempre i meccanismi e il potere. Senza moralismi o pregiudizi. La prima volta che l’ho incontrato per motivi di lavoro, nel `93, tenne una lezione sui regimi centroamericani e la loro violenza connaturata. Un articolo sul Guardian e una apparizione in tv gli avevano permesso di parlare del delitto ancora impunito di monsignor Romero in Salvador, e ne aveva approfittato per rinfacciare all’America tutto il suo lato oscuro e criminale nei confronti delle democrazie deboli. In fondo l’aggettivo «pinteriano» ormai nell’uso comune, significa anche questo.

Harold Pinter Speech in House of Commons

House of Commons Speech – Tuesday 21st January 2003

One of the more nauseating images of the year 2002 is that of our Prime Minister kneeling in the church on Christmas Day praying for peace on earth and good will towards all men while simultaneously preparing to assist in the murder of thousands of totally innocent people in Iraq.

I’ve been taken to task recently by the American Ambassador to Britain for calling the US Administration a blood thirsty wild animal. All I can say is: take a look at Donald Rumsfeld’s face and the case is made.

I believe that not only is this contemplated act criminal, malevolent and barbaric, it also contains within itself a palpable joy in destruction. Power, as has often been remarked, is the great aphrodisiac, and so, it would seem, is the death of others.

The Americans have the ostensible support of the ‘international community’ through various sure-fire modes of intimidation; bullying, bribery, blackmail and bullshit. The ‘international community’ becomes a degraded entity bludgeoned into the service of a brutal military force out of control. The most despicable position is that of course of this country which pretends to stand shoulder to shoulder with its great ally while in fact being more of a whipped dog than anyone else. We are demeaned, undermined and dishonoured by our government’s contemptible subservience to the United States.

The planned war can only bring about the collapse of what remains of the Iraqi infrastructure, widespread death, mutilation and disease, an estimated one million refugees and escalation of violence throughout the world, but it will still masquerade as a ‘moral crusade’, a ‘just war’, a war waged by ‘freedom loving democracies’, to bring ‘democracy’ to Iraq.

The stink of the hypocrisy is suffocating.

This is in reality a simple tale of invasion of sovereign territory, military occupation and control of oil.

We have a clear obligation, which is to resist.

Harold Pinter

Harold Pinter

La concesión más que merecida del Premio Nobel de Literatura a Harold Pinter ha reabierto la vieja y nunca clausurada discusión acerca del compromiso del escritor, entendiendo maliciosamente ese compromiso como la adscripción de un autor a las ideas de la izquierda. El buen autor sería entonces el aséptico, equidistante y beatífico señor que cuenta historias sin implicaciones ideológicas y mucho menos partidarias, dueño y señor de su lejana atalaya, ajeno a lo que ocurre en el sucio mundo y bien provisto de protecciones higiénicas para no mancharse con el lodo. Es decir: el escritor de derechas disfrazado de dios incontaminado.

El principal problema en este debate consiste en que ese escritor ajeno a los males del mundo no existe ni ha existido nunca, como no ha existido nunca el ciudadano exento de ideas políticas. Es la vieja frase irónica que se dedica al señor o a la señora que se definen muy orgullosos como ni de derechas de ni izquierdas: no les quepa a ustedes la menor duda que quien de tal guisa se define es completamente de derechas, como lo es el famoso y nunca bien ponderado apolítico o el caradura que niega incluso la mera existencia de la izquierda y la derecha autodefiniéndose sin quererlo como conservador a ultranza. Dejemos las cosas en su sitio y quitemos las máscaras para ver con quién y de qué estamos hablando.

Salvo algún caso raro, no conozco a ningún conservador que se reconozca como tal y sin embargo sé que la mayor parte de la gente de izquierda no tiene reparo alguno en admitir que pertenece al lazo zurdo de las ideas, aunque en más de una ocasión y en más de cien esa pertenencia, a la hora de la verdad, sean más que discutible, sobre todo si se alcanza el poder. El poder derechiza de lo lindo, créanme, y no sólo por cuestiones de pragmatismo, de realismo o de adaptación a lo que hay.

Pero a lo que iba. Harold Pinter es un soberbio dramaturgo, guionista de cine, radio y televisión, activista político al que no se le caen los anillos si tiene que admitirlo y un hombre a la izquierda de la izquierda convencional. No han tardado en reprochárselo sus adversarios ideológicos, disfrazados de angelitos incapaces de mancharse las manos con la repelente realidad. Es un tipo que va de frente y al que le van a llover bofetadas por todas partes. No importa: ha sido siempre un luchador que podría inscribir en su máquina lo que inscribió Woody Guthrie en a suya: «Este aparato mata fascistas». Y sin usar una bala.

«Los dormidos: despierten, los despiertos: adquieran compromiso»

Mientras las grandes editoriales se preocupaban sólo por la publicación de títulos que ganaran altos índices de venta, Hiru fue la única interesada durante años en divulgar en España la obra del intelectual británico Harold Pinter, Premio Nobel de Literatura 2005. Eva Forest, al frente de esa institución, reflexiona sobre lo difícil que se torna el camino para quienes prescinden de las leyes impuestas por las transnacionales del libro y cómo enfrentarse al mito del “no hay autores”, argumento esgrimido por el mercado para silenciar ciertas voces -no por casualidad comprometidas. “La importancia de Harold Pinter —asegura—, es que se trata no sólo de un magnífico escritor al que admiro sino, además, porque es una persona comprometida con el tiempo histórico que le ha tocado vivir”.

Hiru se ha convertido en la editorial por excelencia de escritores casi ignorados por las grandes transnacionales del libro en España, autores como Dario Fo y ahora Pinter… que han obtenido el Nobel de Literatura, ¿Se trata de una cuestión de selección u olvido por parte de las editoriales españoles?

-Yo creo que esto demuestra, una vez más, que la mayoría de los editores hay loables excepciones, naturalmente buscan como objetivo no la calidad literaria sino los resultados crematísticos. Lo que cuenta es el mercado y el mercado depende de la moda y esto todos sabemos que se fabrica. No se explica de otra manera el que escritores importantísimos estén ahí, olvidados. Esa fue, precisamente, una de mis grandes sorpresas cuando empezaba como editora: por parte de los autores nunca encontré obstáculo alguno pese a ser una editorial pequeña, que no ofrecía grandes tiradas. Otro aspecto que condiciona mucho las publicaciones es el compromiso social-político del autor. Las grandes empresas, que están estrechamente ligadas al poder, cuando no son el mismo poder, tienen su línea política y la ejercen. En estas “democracias” donde se habla tanto de libertad de expresión, el escritor políticamente incorrecto, o que se enfrenta al poder está condenado, si sigue por ahí y es coherente con sus principios, a la marginación y al olvido, o a la persecución, la calumnia y el encarcelamiento.

¿Desde el punto de vista literario y político en el contexto ibérico, qué representa para la Editorial Hiru este premio?

-Es algo muy importante desde el punto de vista moral y de dignidad. Mucha gente nos felicita pensando que vamos a ganar mucho dinero, pero eso, aunque fuera así, no es fundamental. Nunca creamos la editorial pensando en enriquecernos sino como un arma para contribuir, de una manera muy modesta, al proceso de humanización que tantos intereses hay en interrumpir. No se interprete como que despreciamos el dinero pero pensamos que hay cosas más importantes. Despertar la curiosidad por la lectura, por descubrir la verdad del entorno; agudizar la sensibilidad frente a tanta anestesia para la injusticia, la opresión y otros aspectos del crimen que permanecen interesadamente ocultos. Desvelar la mentira: que los dormidos despierten, que los despiertos adquieran compromiso, se pueden hacer tantas cosas desde una editorial. Sintetizando mucho, yo diría que, en gran parte, nuestra editorial surge de la asfixia, de una necesidad de permanecer vivos y de una pasión antiimperialista, para mostrar de múltiples maneras que otro mundo mejor es posible. En ese sentido, cada vez que se premia a un autor en el que nosotros confiamos, ya sea desde una institución, o porque sus libros se difunden y alcanzan varias ediciones estoy pensando en el entrañable Howard Zinn es una pequeña-gran victoria. Esa pequeña victoria nos reafirma en nuestras razones y nos ayuda a seguir.

¿Qué importancia le concede a la publicación de obras teatrales en una época en que los dramaturgos son escasamente valorados?

-Desde el principio hemos tenido que luchar contra ese esquema de que “el teatro no se vende”. O el de “no hay autores”. Nosotros, con nuestra colección SKENE, que ya va cerca de los ochenta títulos, hemos probado que hay un público que ama el teatro y al que le gusta leerlo. Y eso de que no había autores es una frase para justificar el mediocre y mal teatro que terminan haciendo muchas compañías, oficiales, o privadas, totalmente descomprometido. El teatro es muy importante cuando en él se abordan estéticamente problemas que nos conciernen. Constituye una bellísima asamblea que conmociona al público que asiste a ella y le invita a pensar después. ¿Hay algo más hermoso que pensar desde la conmoción estética? Un buen ejemplo es el “Marat-Sade” de Peter Weiss. Y no es gratuito que esta obra, como otras tantas de magníficos autores, esté silenciada, relegada y poco menos que en el olvido, como lo estaban las obras de Pinter. Son autores insumisos y peligrosos. Hay muchas formas de censura invisible en estas democracias formales.

¿Que opinión le merece Harold Pinter, a partir de su decisión de escribir sobre política? ¿No le parece arriesgado para un escritor en estos tiempos, sobre todo si le interesa ser leído?

-Lo he dicho en distintas entrevistas que me han hecho estos días. La importancia de Harold Pinter, para mí, es que se trata no sólo de un magnífico escritor al que admiro sino, además, porque es una persona comprometida con el tiempo histórico que le ha tocado vivir. Ese es un nivel muy alto que le convierte en un gran intelectual. Es también un nivel muy peligroso porque cada vez resulta más difícil mantener el equilibrio en una cuerda que el sistema capitalista tira y afloja con la intención de destruir al que se mantiene en ella. En ese sentido, el Premio Nobel es una mano tendida que le ayuda. Pero no es fácil, no, para un intelectual honesto mantener en su coherencia.

Si propusiéramos una selección de títulos escogidos de Harold Pinter, ¿cuáles serían los imprescindibles?

-Tendría que conocer a fondo su obra y saber inglés. Pero, desde luego, recomendaría las cuatro que hemos publicado: “El lenguaje de la montaña”, “Luz de luna”, “Tiempo de fiesta” y “Polvo eres”.

La nueva realidad puertorriqueña

La realidad política de Puerto Rico ha sufrido cambios radicales en años recientes. Entre ellos podemos señalar tres grandes cambios:

1. La pérdida del valor estratégico militar de la Isla

La política expansionista de Estados Unidos, luego de arrebatarle a México gran parte de su territorio, comenzó con la Guerra Hispanoamericana. Uno de los principales objetivos de aquella guerra fue la conquista militar de Puerto Rico por el valor estratégico militar que tenía la Isla para la defensa del Mar Caribe frente a los intentos de Alemania de controlarlo para abrir rutas comerciales a Latinoamérica. A las islas de Culebra y Vieques se les asignaba también una tremenda importancia para la defensa del entonces proyectado Canal de Panamá.

Ese valor estratégico militar que se mantiene a lo largo de todo el Siglo 20 hace que la Marina de Guerra de Estados Unidos sea la institución que, en los círculos de poder estadounidenses, tenga el mayor peso en la formulación de la política de Wáshington hacia la Isla.

La Marina, que siempre tuvo la última palabra sobre Puerto Rico en la política imperial, se ha ido. La lucha del pueblo puertorriqueño le cerró en Vieques el principal campo de entrenamiento de la flota del Atlántico. Por cerca de sesenta años la Marina se había negado a salir alegando que Vieques era imprescindible para la seguridad nacional.

A la terminación de Vieques como campo de tiro, le siguió el cierre de la base naval más grande de la armada yanqui en el Caribe: Roosevelt Roads.
Por otro lado, en Sábana Seca, un barrio de Toa Baja, la Marina cerró lo que era su centro de comunicaciones para las fuerzas militares y navales del Caribe.

Lo que queda de militarismo en Puerto Rico es la zurrapa de la Guardia Nacional y la llamada Reserva.

Este abandono militar de Puerto Rico y la pérdida de su valor estratégico militar por razón, principalmente, de las nuevas tecnologías de guerra, representan un cambio enorme en el interés imperial en la Isla y por consiguiente es de esperar que tenga sus efectos en la política de Wáshington hacia la Isla.

Resulta sorprendente que un cambio de la importancia que reviste la pérdida de Puerto Rico como baluarte militar no haya sido registrado por las fuerzas políticas del país, incluyendo al independentismo, en la dimensión e impacto extraordinario que tal cambio acarrea.

2. Terminación del Incentivo Contributivo Federal

El 31 de diciembre de 2005, en apenas dos meses plazo, termina la vigencia de la Sección 936 y la 30A de la Ley de Contribuciones Federal, que han sido el incentivo contributivo federal sobre el cual se ha montado el programa de desarrollo industrial y de inversión durante las últimas tres décadas. ¡Casi nada! Desaparece, por lo tanto, el atractivo principal para atraer la inversión “americana” y con ello la vía para la creación de empleos industriales.
Desprovisto Puerto Rico de incentivos contributivos federales, y carente de soberanía para utilizar lo que se ha convertido en el instrumento principal de los países para su desarrollo económico, el poder de concertar acuerdos y tratados económicos regionales e individualmente con otros países, se queda Puerto Rico colgando de la brocha como el pintor a quien le quitan la escalera.
A lo militar y económico hay que añadir un tercer cambio radical en la realidad política del país:

3. Las actuales relaciones políticas de Estados Unidos y Puerto Rico carecen de un respaldo mayoritario del pueblo puertorriqueño

El Estado Libre Asociado, nombre que lleva la relación política entre Estados Unidos y Puerto Rico, ha perdido el respaldo mayoritario del pueblo puertorriqueño desde hace cerca de veinte años. El consentimiento mayoritario que logró Luis Muñoz Marín del pueblo puertorriqueño para respaldar el ELA desde 1952 se esfumó en la década de los ochenta. Hoy, no tan sólo anexionistas e independentistas rechazan el ELA, constituyendo mayoría en el país, sino que una gran mayoría en el PPD muestra su inconformidad con el ELA actual. En resumen, la política de Estados Unidos hacia Puerto Rico no tiene el aval mayoritario del pueblo puertorriqueño. El consenso en el país es la insatisfacción con las relaciones existentes o el llamado ela.
A estos tres grandes factores de cambio en la realidad puertorriqueña hay que añadir otros que, aunque de más bajo nivel que los mencionados, no dejan de tener importancia en la definición de nuestro entorno político.

Crisis de gobernabilidad

Esta crisis es producto de unas finanzas gubernamentales al borde de la quiebra, con una enorme deuda pública, del desprestigio de los partidos políticos y su liderato, la falta de confianza del pueblo en las instituciones de gobierno, la corrupción gubernamental y la mediocridad de los gobernantes. Basta señalar que actualmente no hay quien se pueda reconocer como un líder de masas en el país. El último fue Pedro Rosselló.

En resumen, el acuerdo para un cogobierno no se pudo alcanzar y estamos ahora sin cogobierno ni gobierno.

A esta realidad nacional hay que sumarle los grandes cambios habidos a nivel internacional y sus efectos en el presente y futuro de los pueblos, incluyendo el nuestro. Éste es un tema que debemos trabajar por separado por lo que impacta nuestra realidad política.

Cualquier observador del Puerto Rico de hoy, ante las condiciones prevalecientes en el presente puertorriqueño, tendría que concluir que las condiciones objetivas están dadas para un gran cambio en el país. La fruta está madura. Pero en la política la fruta madura no se cae sola. Hay que tumbarla.
En esta situación tan propicia al cambio le corresponde hablar al independentismo puertorriqueño que es la fuerza política de cambio. Y la verdad, aunque dolorosa, es que el independentismo no tiene una respuesta para convocar al pueblo detrás de una propuesta de cambio que pueda aglutinar detrás de ella una mayoría del pueblo puertorriqueño.
Es, por lo tanto, la tarea primordial y más urgente del independentismo elaborar una respuesta a través de una propuesta para enfrentar la crisis y movernos hacia la construcción de un país diferente al actual. No tengo la más mínima duda de que el pueblo está listo para oírla y respaldarla si le resulta convincente.

Debe el independentismo, pues, realizar el trabajo teórico que ha abandonado por muchos años y formular una nueva tesis política acorde a la realidad presente. Desde las tesis políticas del MPI en 1963 y 1969 y la del PSP a principios de los setenta, es muy poco o ninguno el trabajo teórico que ha realizado el independentismo.

Delinear una estrategia de lucha dentro de las nuevas condiciones imperantes, una visión de lucha acorde al Puerto Rico presente, es imprescindible para una práctica política que nos permita avanzar.

Trabajemos, pues, la nueva tesis política del independentismo. Es la tarea prioritaria y más urgente que tenemos. Una práctica sin teoría sólo lleva a la improvisación y a reaccionar ante los eventos. Ésa es la práctica que hemos tenido por muchos años. De ahí nacen muchos de los problemas que hemos arrastrado por décadas y explica la dispersión y la desarticulación que aquejan a nuestra lucha.