El tiempo corría como los más veloces maratonistas de la época. No era para menos pues los días estaban llenos de mucha actividad política revolucionaria. Particularmente, luego del golpe militar del 15 de octubre de 2009 y el ascenso de nuevos gobiernos locales en la conducción de la actividad política administrativa de los municipios, decisión que adoptó el PCS ante el vacío del poder generado.
Aunque la lucha ideológica en torno a las vías de ascenso al poder durante toda la década había sido intenso, las realidades sociales, políticas y la naturaleza de la acumulación de los frentes guerrilleros en algunos casos, planteaban con las incursiones realizadas por los comandos de diferentes fuerzas guerrilleras urbanas, la confirmación que una nueva época se preveía y la lucha revolucionaria entraría en el corto plazo a su máximo nivel.
Ya para esa época, los viejos militantes del PCS conocían de la actividad de Iván en la ciudad de Chalchuapa, pues se había desempeñado como dirigente estudiantil a lo largo de los cinco últimos años habiendo abarcado su rol desde del municipio de Ahuachapán, Turín Atiquizaya etc. con los municipios más cercanos a Chalchuapa y desde Metapán, Texistepeque, Santa Ana, etc. y ya para esa época de diciembre de 1999 como profesor destacado en el cantón El Coco y por las tardes con su actividad como estudiante universitario en el Centro Multidisciplinario de Occidente.
Esos roles le permitieron desarrollarse de manera rápida. La relación temprana entre camaradas con uno de sus mejores compañeros, integrantes de la misma célula con Lázaro Arias y Edmundo Nazario fueron elementos claves para el desarrollo político precoz. De manera frecuente en su moto llevando en ancas a su “alma gemela”, compañero “Lachi” que fuera capturado, torturado y asesinado por los Escuadrones de la Muerte el 29 de mayo de 1979.
Al igual que Lachi se había formado una especie de una generación de nuevos compañeros profesores en Ciudad Normal “Alberto Masferrer” habiendo fundado para ese entonces el periódico “Horizonte” en la Ciudad Normal desarrollando amplias gestas de trabajo político. Y ya para finales, del año 1978 así como de diciembre del año 1980 en los Congresos de Andes 21 de Junio, un buen grupo de jóvenes había sido parte de la delegación del Departamento de Santa Ana que había marcado la urgente necesidad histórica de la unidad revolucionaria de la izquierda política y militar como asunto estratégico.
En el Congreso de 1978 fue una de las últimas oportunidades de escuchar al “Choco” Guerrero y a Lázaro Arias, conocer las capacidades teóricas y políticas de esos dirigentes de la izquierda política del PCS pues al día de hoy hacen falta camaradas con ese talante en el movimiento social y político salvadoreño.
El 24 de diciembre de ese mismo año de 1979 a eso de las 7:30 p.m. sin razón más que estar reunidos y para echarse unos tragos, y así aprovechar la platicadita sobre algunos temas compartimentados el “Seco” Julio Castro, Manuel Vallecillos, Oscarito Contreras, sin tener cita alguna, Santiago, el “Chinito” Jorge Aguilar sacó la botella de “Carta Vieja”, la puso en una mesita de centro de la pequeña habitación del mesón en donde vivía Vallecillos, ahí por la entrada al “callejón de los gatos”.
El más expresivo de todos era el “Seco” Julio que junto con el “Chinito” eran además los más vinculados con la dirección del partido a nivel local, departamental y nacional. Esa tarde fue una escuela sin reglas y como viejos amigos pues primó el diálogo y la reflexión crítica poniendo atención a esos “viejos” luchadores sociales que venían desde los años 60 desarrollando las diferentes, modalidades de trabajo político. Fue un encuentro inolvidable!
Ya para los primeros meses del año 1980 Iván, había sido elegido Secretario Municipal de Andes 21 de junio, en una coyuntura en la que los asesinatos de maestros era la constante y que marcó ese año; pues a lo largo del conflicto más de 240 maestros fueron vilmente asesinados.
Al calor de los primeros tragos, el conversatorio se puso más interesante sobre qué pensábamos y si era preferible la renuncia de los gobiernos locales, el desarrollo de nuestras fuerzas político militares en el municipio, etc. Por cierto, para esa época, se tenía como Alcalde municipal interino, en la ciudad de Chalchuapa como representante del Partido a Michel Calderón, uno de los militantes más prestigiosos en la ciudad que fue también, posteriormente vilmente asesinado, solo por pensar diferente al régimen militar establecido.
Renunciar a los gobiernos locales fue como la condición para pasar a otras formas de lucha de manera unificada con las otras fuerzas políticas y militares de la izquierda. Con ello se enviaba el mejor mensaje político y construir condiciones para consolidar la unificación y de paso se enviaba un mensaje a la población de no representar a ningún gobierno represivo, tal como lo decían los hermanos revolucionarios de las otras organizaciones político militares. De esa manera el proceso de la unificación fue expedito lo que efectivamente se concretaba con la marcha histórica del 22 de enero de 1980.
La noche y la buena plática fueron dominando el ambiente, y ya para las nueve de la noche por cuestiones mínimas de seguridad Iván y Santiago fueron a dejar Oscarito a su respectiva vivienda, y luego el resto salió y se confundió con la noche.
Ya en el año 1979, para muchos comenzaron las labores de autodefensa armada y cualquier mitin, en cualquier parte del territorio, era clave la seguridad del personal que conducción política. Las labores de movilización y de denuncia nacional e internacional fueron vitales. Las modalidades de trabajo con las masas fueron modificándose, y pasaron a niveles de autodefensa, y nadie mostraba más que la disposición por continuar y desarrollar la lucha política, por otros medios. Fue así que ya para el 10 de enero de 1981, los políticos designados y aquellos que ya gozaban con instrucción militar fuera del país definían los teatros probables de guerra que se avecinaban en la ciudad de Chalchuapa.
Iván con la experiencia acumulada y Santiago fueron los encargados de la conducción política de la ciudad para las gestas del 11 de enero de 1981. Desde hacía meses se tenían compas con pequeños campamentos móviles en el sur de la ciudad, principalmente desde San Juan Chiquito hasta Santa Rosa Senca. Por el lado norte de la ciudad, principalmente, por la calle del Arado hasta la finca de Don Miguel Portillo, a unos diez kilómetros de distancia, y que había sido lugar de prácticas constantes y de acumulación de compañeros que venían ya con instrucción militar.
Había comunicación con compañeros del Municipio de Cara Sucia y del Municipio de Atiquizaya que luego se les dio la instrucción de participar en esa gesta del 10 de enero de 1981 en el municipio de Santa Ana. Y otros que estaban ya en la ciudad en algunas casas de compas del Partido en el barrio Santa Cruz y las Ánimas, principalmente.
El 10 de enero de 1981 con la “ofensiva final” fue otra de las experiencias que se guardan en la memoria histórica siendo un proceso de acumulación, pues muchos “compas” acompañaron el proceso que se emprendió con la guerra civil, pudiendo a lo largo de los años estar en diferentes actividades de naturaleza político militar.
El “seco” Julio, seis años después, fue capturado y casi al mismo tiempo fue también capturado Santiago que fueron posteriormente liberados. El “seco” Julio tuvo que atender los problemas de salud fuera del país dadas las consecuencias de las constantes torturas infligidas por el enemigo, de las cuales no se pudo completamente recuperar habiendo dejado el ejemplo de su trabajo político revolucionario. Por su lado, Vallecillos fue capturado en el departamento de la Unión cuando realizaba trabajo logístico y ya nunca más apareció.
La lucha en efecto continuó y los resultados de la guerra motivaron para que luego con la ofensiva final “hasta el tope” de 1989 dio el marco general para los acuerdos de la finalización de la dictadura político militar fuera derrotada para dar paso al proceso democrático que vive el país.