El carácter y las fuerzas motrices de la revolución salvadoreña vista desde 1979

El carácter y las fuerzas motrices de la revolución salvadoreña vista desde 1979
Por Roberto Pineda San Salvador, 8 de octubre de 2014

La definición del carácter de la revolución salvadoreña ocupó un espacio privilegiado en las discusiones que afanosamente realizaron las organizaciones de izquierda durante toda la década de los años setenta del siglo pasado. A continuación presentamos la posición al respecto del Partido Comunista de El Salvador, a partir del documento Fundamentos y Tesis de la Línea General, discutido y aprobado en el VII Congreso del PCS, realizado en abril de 1979.

II. El carácter y las fuerzas motrices de la revolución que madura en nuestro país

A.- El carácter de la revolución

Considera el documento del PCS que “como consecuencia del desarrollo medio y de la estructura plural del capitalismo dependiente en El Salvador existen, maduras en lo fundamental, premisas materiales para edificar la sociedad socialista y, al mismo tiempo, continúan pendientes de ser cumplidas importantes transformaciones democráticas.”

Entre estas transformaciones se mencionan las tres siguientes. “la conquista de las libertades y derechos democráticos para las grandes mayorías del pueblo; solución al problema agrario en beneficio de las grandes masas campesinas y del proletariado agropecuario, y la conquista de una independencia política y económica reales, que haga posible el ejercicio de la autodeterminación nacional.”

Opina que “las transformaciones democráticas pendientes tienen el peso decisivo en la movilización y la lucha de las grandes mayorías populares, son la fuente de sus más fuertes motivaciones revolucionarias…Esta probado a lo largo de la historia nacional, desde fines del siglo pasado, y particularmente durante los últimos 48 años, que estas transformaciones democráticas no pueden cumplirse en nuestro país por una vía evolutiva, únicamente lo serán por vía revolucionaria.”

Sostiene que “las tareas antiimperialistas de la revolución democrática no pueden cumplirse consecuente e irreversiblemente, si las fuerzas revolucionarias no han tomado el poder, o si no lo mantiene firmemente en sus manos, aplastando toda forma o intento de contra-revolución, o rechazando y derrotando con fuerza toda maniobra política abierta, encubierta o refinada, para torcer el rumbo de la revolución, hacerla vacilar, mediatizarla.”

Subraya que “la más revolucionaria de todas las tareas democráticas pendientes en nuestro país, s la emancipación de la dependencia política y económica del imperialismo. Es una tarea que, a diferencia d las anteriores, n esta condicionada a la liquidación de remanentes pre-capitalistas, sino que es del todo incompatible con el sistema del capitalismo dependiente en su conjunto.”

Agrega que “la revolución que madura en nuestro país es, pues, en esencia, l revolución socialista, pero ella debe necesariamente tener su prólogo, su inicio en una revolución democrática anti-imperialista. No se trata, sin embargo, de dos revoluciones, sino de una sola –la revolución socialista-, pero ella debe realizarse ineludiblemente con las banderas democráticas anti-imperialistas desplegadas. La revolución que madura en nuestro país, es la revolución democrática anti-imperialista.

Concibe que “la toma del poder, su conservación y defensa s el problema central de la revolución. Si este problema se resuelve bien y en el curso de la revolución democrática anti-imperialista, entonces será posible y necesario pasar a l etapa socialista de la revolución. En caso contrario, estarán en peligro de revertirse toas las conquistas económicas, sociales y políticas democráticas que hayan sido alcanzadas.”

“Ha de tenerse en cuenta en todo momento, que también existe objetivamente la posibilidad de que la crisis estructural y política tenga una salida hacia al continuación del rumbo capitalista dependiente de desarrollo, ahogando en sangre la revolución o que la revolución se aplace canalizando la energía revolucionaria de las masas hacia una pretendida evolución reformista dentro del capitalismo.”

B.- Las fuerzas motrices de la revolución

Considera que “son fuerzas motrices de la revolución las clases y capas sociales que por su posición dentro de las relaciones de producción y frente al sistema político, por las condiciones históricas concretas en que se desenvuelve internamente el proceso revolucionario y por la situación internacional que rodea e influye a éste, se ven lanzadas a promoverlo y consumarlo. En El Salvador las fuerzas motrices de la revolución son: el proletariado, el campesinado pobre y las capas intermedias urbanas.”

Asegura que “es el proletariado al clase social capaz de realizar el papel más revolucionario; es la clase antagónica de la burguesía que crece y concentra más sus filas con el mismo desarrollo capitalista; es la mas interesada en suprimir la explotación y la opresión capitalista, es la clase portadora de la formación socia futura, el socialismo y, por consiguiente, las más interesada en desbrozar el camino hacia el socialismo.”

Sostiene que “el proletariado es potencialmente la fuerza revolucionaria principal, pro no se convierte en tal espontáneamente, librado a sus propias posibilidades. Es necesario para ello promover su organización y su lucha clasista, lo mismo que llevar a sus filas la conciencia socialista, ayudarle a transformarse de “clase en sí” , en “clase para sí”. Solamente de este modo puede el proletariado ascender a su papel revolucionario de vanguardia.”

Subraya que “el Partido Comunista y la JC deben esforzarse, a la vista de las características anteriores, por forjar un compacto, altamente organizado y nutrido destacamento revolucionario con los obreros de más alta concentración en la industria, la agricultura y ganadería modernas.”

Opina que “los campesinos pobres y medios son el aliado natural y principal del proletariado revolucionario en nuestro país. Como asalariados durante algunos meses del año, los campesinos pobres son explotados por la burguesía y tienen la posibilidad de comprender los problemas que sufren los proletarios del campo y se identifican con sus aspiraciones y luchas.”

Argumenta que “las capas intermedias son la tercera fuerza motriz de la revolución en El Salvador. El trabajo revolucionario con las capas medias asalariadas ha de dirigirse principalmente a sus masas de más bajos ingresos, cuya situación se acerca más a la del proletariado.”

III Vías de la revolución y formas de lucha

Vías de la revolución y formas de lucha

Considera que “el problema principal de la Revolución Democrática Antiimperialista (como de toda revolución) es la toma del poder, su defensa y consolidación. Las formas y métodos de lucha revolucionaria por el poder vienen determinados por los rasgos característicos de la lucha de clases , particularmente por la correlación concreta de las fuerzas internas, por las forma de dominación y el carácter de la acción que las clases dominantes y su estado realizan contra el avance de las fuerzas revolucionarias.”

Agrega que “sabe determinar cual ha de ser la vía más probable de la toma del poder y los rasgos y tareas más importantes de la vía de desarrollo de todo el proceso de lucha por la revolución, son decisiones de importancia estratégica, que permiten a Partido preparar y conducir debidamente al proletariado y sus aliados hasta la victoria.”

A. Las formas de la lucha de clases

Considera que “la lucha armada es una variedad de la lucha política, es l “continuación de ésta por otros medios” y se sujeta a l dirección política; mientras que las formas nos armadas de la lucha política son también formas de la violencia revolucionaria, independientemente del grado de agudeza con que esta se ejerza.”

B. La vía de la toma del poder en El Salvador

Establece que “partiendo del conocimiento de las formas de dominación que emplean la oligarquía y el imperialismo en nuestro país, teniendo en cuenta el tipo de Estado y los métodos de este, que se expresa en la dictadura militar derechista iniciada hace cuarenta y ocho años, la cual siempre ha respondido con la represión sangrienta a los avances de los trabajadores…la vía más probable de la revolución en nuestro país será a conquista del poder mediante la acción armada del proletariado y sus aliados.”

Afirma que “nuestro Partido considera que la insurrección armada popular ha de ser la forma principal de la vía armada e la revolución en nuestro país. Ello no descarta otras formas de lucha armada; todo lo contrario, presupone la combinación y coordinación de todas las demás formas de la lucha armada con la insurrección, así como también la combinación y la coordinación de estas con la multiforme acción no armada de las masas trabajadoras y populares en general.”

Sostiene que “la insurrección ah de realizarse como una obra de las masas del proletariado y sus aliados, en el momento más favorable dentro de una situación revolucionaria, y contando con un alto desarrollo de las condiciones subjetivas…La insurrección debe prepararse seria y minuciosamente, jamás debe improvisarse. Nunca debe jugarse a la insurrección….No puede excluirse que otras organizaciones revolucionarias se adelanten al Partido al configurarse una situación revolucionaria, si este nos e encuentra preparado, o no sabe orientarse y actuar con acierto e iniciativa y se muestra indeciso.”

C. La vía de desarrollo del proceso de lucha por la revolución en El Salvador

Plantea que “la vía de la revolución así determinada como más probable por nuestro Partido, ha de ser la culminación de un multifacético proceso de lucha, durante el cual el proletariado y las demás fuerzas motrices de la revolución alcanzarán la experiencia, la organización y la conciencia políticas suficientes para estar preparadas a dar la batalla decisiva por el poder, cuando las condiciones lo permitan.”

Puntualiza que “en nuestro país , excepto breves periodos, las formas abiertas y masivas de la lucha política predominan sobre las formas cerradas, clandestinas y de pequeños grupos; l masas comprenden mucho mejor las primeras que las segundas y se incorporan a ellas con cierta facilidad, siempre que se les abran vías accesibles de acción y se promuevan motivaciones influyentes.”

Registra que “nuestro Partido…ha hecho una variada experiencia en organizar dirigir diversas formas de la lucha legal. Especial importancia ha tenido en nuestro país la utilización de la lucha electoral. Para que esta lucha jugara un papel positivo en la revolucionarización de las masas, ha sido determinante la participación de nuestro Partido en la misma.”

Rescata que “la experiencia de la larga lucha de nuestro Partido indica que, como en todas partes, el proceso en conjunto de la lucha por la revolución pasa alternativamente por periodos de ascenso (o flujo) y de descenso, “bajón “o reflujo. La táctica debe ser diferente en uno u otro período.”

Señala que “cuestión de una importancia difícil de exagerar durante el proceso de lucha por la revolución es la de saber determinar cuando se ha agotado por las masas una determinada fase de su aprendizaje y de su lucha y se hace necesario pasar a una fase superior, elevando así sucesivamente el proceso de lucha por la revolución hasta su final victorioso.”

Precisa que “las tareas principales a lo largo del proceso de lucha por la revolución democrática antiimperialista, son la siguientes:
a) construir una ramificada, extensa y firme red de organizaciones de masas
b) conquistar la dirección del movimiento revolucionario por el proletariado y su Partido
c) construir las fuerzas armadas revolucionarias
d) forjar y consolidar la alianza obrero-campesina
e) construir el frente único de las fuerzas democráticas anti-imperialistas y antifascistas
f) ganar al menos una parte del ejército para la revolución.”

“Rechaza –estas Tesis del PCS- por errónea y conducente a severos revesas, la concepción uniformista y simultaneísta de la revolución centroamericana, sustentada, bajo una u otra forma, por otras organizaciones de izquierda de la región.”
III. La conquista de la dirección de la revolución democrática, antiimperialista por el proletariado y su partido

A. Orientaciones Generales

Considera que “la dirección del proletariado y su Partido en la Revolución Democrática Anti-imperialsita e la principal y más decisiva garantía de su victoria y realización consecuente, de su defensa imbatible frente a la contrarrevolución y de su avance firme hacia el socialismo…conquistar dicha dirección es un objetivo de importancia estratégica.”

“Para lograr ese objetivo estratégico, es necesario guiarse por un conjunto de orientaciones:
a) revolucionarizar, organizar y unir al proletariado
b) ganar a las masas del campo (proletariado agropecuario y campesinos) para la revolución
c) el proletariado y su Partido deben adelantarse a tomar firmemente en sus manos las banderas democráticas
y d) desarrollar al Partido del proletariado, mantener y reforzar su carácter revolucionario de vanguardia con una elevada organización, una disciplina férrea y profundamente vinculado a las masas.”

B. Revolucionarizar, Organizar y Unir al Proletariado

Considera que “el Partido Comunista sin el movimiento obrero s en extremo débil, inofensivo par ala burguesía y el imperialismo, no pude dirigir el proceso de lucha por la revolución, ni encabezar ésta. El movimiento obrero sin el partido marxista-leninista de vanguardia, es un movimiento a lo sumo reformista, un pilar del sostén del capitalismo.”

Estima que “la lucha por la unidad del movimiento sindical no significa el cese de la lucha ideológica; en el terreno ideológico no debe haber concesiones, ella debe librarse constantemente y a fondo….Nuestra polémica debe impregnarse de un claro espíritu unitario, debe librarse como un enérgica lucha por la unidad.”

C. Ganar a las masas del campo para la Revolución y para la alianza Obrero-Campesina

Considera que “en un país capitalista agrario como el nuestro, la decidida participación de las masas del campo en la lucha por la revolución democrática antiimperialista tiene una importancia decisiva; ganarlas para realizar su papel revolucionario es una tarea de valor estratégico. Si el Partido realiza bien esta tarea, asegurará la premisa más importante para conquistar la dirección de movimiento popular y de la revolución democrática antiimperialista. ”

D. Tomar la iniciativa en la lucha por la Democracia

Considera que “en un país como el nuestro, donde impera desde hace tanto tiempo un sistema político autoritario y represivo, las libertades y derechos democráticos se encuentran asfixiados par ala casi totalidad de la población…solo asumiendo un papel activo , diario e intenso, en la denuncia de la arbitrariedad y la corrupción del régimen, puede nuestro Partido surgir ante las masas como el abanderado principal de la lucha por la democracia en nuestro país.”

IV. El Frente Único y el aprovechamiento de las contradicciones en el campo enemigo

Considera que “nuestra política de alianzas debe conducir a la construcción de un Frente Único capaz de dar un gran poderío, una dirección única y una elevada coordinación a todo el proceso de lucha por la revolución. Nuestro esfuerzo por describir y aprovechar las contradicciones entre los enemigos de la revolución, debe estar dirigido a aislar y debilitar al enemigo principal para facilita rl victoria de ésta. La construcción del Frente Único y el aprovechamiento de las contradicciones en el campo enemigo son, por tanto, tareas estratégicas.”

Establece que “la determinación del enemigo principal en cada etapa de la revolución y del más peligroso en cada momento del proceso hacia su triunfo, es indispensable para aislarlo, dirigir en su contra la acción concentrada de las fuerzas revolucionarias, debilitarlo, descargarle el golpe principal oportunamente y derrotarlo.”

Sostiene este documento del PCS que “el enemigo principal de la lucha por al revolución democrática anti-imperialista, hasta su victoria, lo constituyen el imperialismo yanqui, la oligarquía financiara-terrateniente y los sirvientes de ambos.”

Así como que “en la actualidad (abril d 1979) es muy claro que los sectores fascistas del imperialismo yanqui, de la oligarquía salvadoreña y sus sirvientes, constituyen el enemigo principal más peligroso.”

Expresa que “a la revolución se oponen varios enemigos a los cuales es imposible derrotar juntos. Es necesario dividirlos, derrotando a uno primero y después a los otros y esto es perfectamente posible de lograr, puesto que a las fuerzas enemigas de la revolución son clases sociales que deben su existencia a la propiedad privada, sufren la influencia constante del proceso de la lucha de clases nacional e internacional y tienden a reaccionar de manera diversa y contradictoria.”

V. La línea internacional del PCS

Considera que “vivimos una convulsionada época de la historia mundial, cuya principal característica es el proceso de transición del capitalismo al socialismo. Múltiples y variados so los fenómenos sociales, político y económicos, inherentes a este proceso.”

La Revolución Cubana abrió para América Latina la época del paso al socialismo

Subraya que “hace ya veinte años la Revolución Cubana abrió para América Latina la época del tránsito del capitalismo al socialismo. Cuba, que con firmeza avanzó desde las posiciones revolucionarias democráticas y antiimperialistas, hasta las posiciones anti-capitalistas y se transformó así en un país socialista, significa la confirmación de la inexorable ley del progreso social que conduce a la humanidad entera hacia la sociedad sin explotación y la sociedad sin clases. La revolución Cubana inició el período histórico de revolución en que América Latina se encuentra.”

El PCS y el Movimiento Comunista Internacional

Establece que “el Movimiento Comunista Internacional (MCI) es la fuerza revolucionaria principal de nuestra época, la más importante e influyente fuerza política en la historia de la humanidad al servicio del progreso social .Cuidar y fortalecer la unidad, el carácter revolucionario, la vanguardialidad y el prestigio del MCI, son deberes de principio para todo comunista.”

“El PCS, aunque pequeño –continúa- es un destacamento integrante del MCI, y como tal reconoce sus deberes y responsabilidades, trata de cumplirlas sin escatimar ningún esfuerzo del que sea capaz. La unidad del MCI sobre la base de los principios del Marxismo-Leninismo es condición fundamental par el triunfo de los ideales revolucionarios de la humanidad trabajadora.”

Agrega que “no aceptamos los comunistas salvadoreños que no exista socialismo “verdadero”, que el existente en la URSS y demás países de la comunidad socialista sea un “socialismo desnaturalizado” o con cualquier otra adjetivo. El socialismo real es el socialismo de nuestro tiempo, opuesto al capitalismo; su defensa es deber clasista de principio, es la primera obligación internacional proletaria, es punto de definición frente al imperialismo, al capitalismo en general y a todo sistema basado en la explotación del hombre por el hombre.”

El Movimiento Comunista y las otras izquierdas

Considera que “en los últimos años ha cambiado notablemente la correlación de fuerzas en el mundo, bajo al vigorosa influencia de los avances del socialismo. El campo de las fuerzas antiimperialista y por el socialismo ha experimentado una extraordinaria ampliación. Muchas de las nuevas organizaciones de izquierda son partidarias del Marxismo-Leninismo y declaran su decisión y disposición de luchar por el socialismo. Los comunistas tenemos el debe de propiciar la unificación de esas nuevas y amplias fuerzas y de contribuir a su encauzamiento en la común lucha revolucionaria de nuestra época.”

G. La actual política del imperialismo yanqui y de otras fuerzas burguesas internacionales

Estima que “la actual política del imperialismo yanqui y en particular su política hacia el “tercer mundo” ha experimentado reajustes desde el ascenso de Carter a la presidencia de los EE.UU. La necesidad de reajustar la política exterior norteamericana vino ser precipitada , entre otros hechos, por los siguientes: la derrota militar y política sufrida En Viet Nam, el escándalo de Watergate que culminó con la renuncia de Nixon a la presidencia; los reiterados reveses sufridos a manos de la revolución en África; la honda perdida de prestigio en América Latina y todo el Tercer Mundo, las agudas contradicciones en la esfera de las relaciones económicas con esta región y sus discrepancias y contradicciones con sus aliados de Europa Occidental y Japón.”

H. El PCS ante el Internacionalismo Proletario, la Coexistencia Pacífica ,la Distensión y la lucha por la Paz Mundial

Considera el PCS que “el Internacionalismo Proletario como un principio y una obligación inherente e inseparable de su naturaleza como destacamento comunista, fiel al marxismo-leninismo. El PCS reafirma su adhesión a la política leninista de coexistencia pacífica entre los Estados socialistas y los Estados capitalistas. El PCS apoya el programa de paz trazado por el XXV Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética; lo considera como el programa de todos los comunistas, de las fuerzas del progreso y de la paz del mundo entero.”

Y concluye este documento de los comunistas salvadoreños de abril de 1979 afirmando que “el PCS se solidariza con la lucha de los pueblos hermanos de Puerto Rico y Belice por alcanzar su independencia. Mientras el colonialismo se extingue, el neocolonialismo ha surgido como forma de dominación del imperialismo sobre los países descolonizados. Luchar decididamente contra esta forma de dominación imperialista es tarea de todos los comunistas, dar nuestro apoyo y solidaridad a la lucha contra el neocolonialismo es un deber irrenunciable de nuestro movimiento.”

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