El evangelio contracultural
En la discusión sobre la relación entre evangelismo y cultura, no se debe olvidar que el mensaje de Jesús, en su tiempo, fue una enseñanza contracultural. La razón de su impacto y su aceptación no fue el resultado de ser acorde a la cultura del momento. Por el contrario, fue debido a su oposición.
La mujer no era muy valorada en el mundo greco-romano. No obstante, Jesús rompió las normas aceptadas socialmente cuando fue y le habló a solas a una mujer samaritana, cuando recibió a la mujer pecadora, cuando puso en igualdad de condiciones a la mujer adúltera con los hombres adúlteros, cuando escogió mujeres que le acompañaron como grupo de apoyo adondequiera que iba.
En el siglo primero, se consideraba que los niños eran seres humanos incompletos. Pero Jesús los recibió, los cargó en brazos y los bendijo. También recibió a los cobradores de impuestos, prostitutas, leprosos, cojos, ciegos y a todas aquellas personas que culturalmente eran despreciadas y evadidas.
Pero aún más, en una época cuando perdonar se consideraba una debilidad, Jesús insistió que se debe perdonar setenta veces siete y que se debe orar por el enemigo, poner la otra mejía a quien nos golpea y no resistir a quien quiere robarnos. Si el mensaje del evangelio fue buenas nuevas, lo fue porque desafió la manera de ser y pensar de la cultura de su tiempo. Hoy en día, la fuerza del evangelio seguirá siendo su sentido contracultural más que la concordancia que se pueda lograr con las tradiciones.