Roberto Pineda 3 de mayo de 2019
El impacto provocado por el resultado electoral del pasado 3 de febrero[1] derivó este 1 de mayo en altos niveles de dispersión ideológica y política, en el marco de un nuevo periodo histórico a iniciarse el 1 de junio con la llegada al gobierno del movimiento Nuevas Ideas y de su fundador, Nayib Bukele.
Alrededor de ocho marchas y cuatro lugares de llegada indicaron el momento cuasi posmoderno, “liquido” de fragmentación que vive el movimiento popular y social salvadoreño, luego de un periodo de 30 años (1989-2019) en el que las categorías “duras” de derecha e izquierda definían el panorama.
En los 4 gobiernos de la derechista ARENA (1989-2009) los trabajadores enfrentaban la ofensiva neoliberal. En los dos gobiernos del izquierdista FMLN (2009-2019) los trabajadores apoyaban los programas sociales. Por lo general eran dos marchas, la de fuerzas sindicales orientadas por el FMLN y la de fuerzas de izquierda independientes (trotskistas, anarquistas y otros). Hoy es un complejo laberinto de fuerzas, intereses y agendas.
A continuación hacemos un breve abordaje de este laberinto social y político, para buscar puntos de coincidencia que permitan a futuro hacer avanzar los intereses populares, frente a la ofensiva imperial y oligárquica interna.
Antecedentes
Hace 95 años se realizó la primera celebración en San Salvador del 1 de mayo[2]. Fue en 1924, y convocada por la Confederación Obrera de El Salvador, COES, ya que todavía no existía la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños, FRTS. Desde entonces se ha venido celebrando esta fecha, con excepción de periodos de intensa represión como los que siguieron a la derrota de la insurrección indígena-campesina de enero de 1932.
El 1 de mayo de 1989 los sectores sindicales y populares aglutinados en la Unidad Nacional de los Trabajadores Salvadoreños, UNTS realizan una masiva y combativa marcha en la que incluso comandos urbanos del FMLN dinamitan cajas telefónicas. Se estaba a las puertas –creíamos- de una insurrección popular triunfante. Fue la primera marcha contra el presidente electo Feliz Cristiani, de ARENA. Salió del parque Cuscatlán y concluyó en la Plaza Cívica. Al final, el desenlace del conflicto armado fue por la vía de la negociación, que concluyó en enero de 1992.
El 1 de mayo de 2009 se realizaron dos marchas. Una por los sectores sindicales y populares influenciados por el FMLN que salió del Salvador del Mundo, y concluyó en la Plaza Cívica y tuvo como punto central el discurso del presidente electo, periodista Mauricio Funes. El FMLN llegaba al gobierno, luego de 29 años de lucha armada y electoral. La otra marcha popular, salió de la UES y fue una marcha de sectores estudiantiles y sindicatos en contra de Funes, a quien acusaron de ser de derecha, y concluyó en la Plaza Libertad.
Dime adonde llegas y te diré quién eres (Fuerzas sociales y referentes políticos)
Hubo ocho diferentes lugares de salida de marchas pero únicamente cuatro lugares de llegada, cuatro plazas emblemáticas de la capital salvadoreña. Fue tal la dispersión que algunas fuerzas políticas de izquierda, tales como el Partido Socialista Centroamericano, PSOCA, Movimiento por un Nuevo País, MNP, decidieron no marchar y participar desde diversas movilizaciones. Otras como el FMLN, Unidad Socialista de los Trabajadores, UST, hoy Plataforma de la Clase Trabajadora, PCT y el PCS si llamaron a determinadas marchas.
Los que llegaron a la plaza Cívica (Gerardo Barrios) salieron de la plaza Minerva de la UES, del Salvador del Mundo, del Hospital Rosales, del redondel Schafik Handal y de las 4 letras de Metrocentro. Fue la marcha más numerosa y contó con la presencia de funcionarios del gobierno saliente y de altos dirigentes del FMLN. Estuvo convocada por CONPHAS, CSTS, FSS, CIRAC, MPS, MPR-12, el trotskista Bloque Popular Juvenil (BPJ), FNS, FEASIES, FESTRASPES, partido FMLN, etc. La consigna de la| Coordinadora Intergremial Rafael Aguiñada Carranza, CIRAC fue: Unidad, Solidaridad y Lucha por el Socialismo.
Los que llegaron a la plaza de la Constitución (Chulona) salieron de la UES. Estuvo convocada por la Coordinadora Nacional de Amplia Participación, CONAPAR, formada en agosto de 2017, que aglutina a Bases magisteriales (BM), SEJES, Movimiento de Trabajadores Policías (MTP); Sitrasalud, Sitramec, Unep, Anejus, FENASTRAS, SIMEDUCO, Veteranos de la Fuerza Armada y otros.
Los que llegaron a la plaza Morazán salieron de la UES y del Hospital Bloom. Estuvo coordinada por la Unidad para la Refundación y Resistencia Sindical Salvadoreña (URRSS), que incorpora a AGEPYM, SITTOJ, MTS (Movimiento de Transparencia Salvadoreño), CNTS, Fesitrapes, Sitraues, , Unidad Socialista de los Trabajadores, UST hoy Plataforma de la Clase Trabajadora, PCT; Partido Comunista de El Salvador (PCS refundado). Marcharon bajo la consigna: No más neoliberalismo. Cambio de Patrono no es Liberación.
Los que llegaron a la plaza Libertad salieron de la Fuente Luminosa (ex Embajada). Estuvo dirigida por la Coordinadora Sindical Salvadoreña, CSS, nacida en 2013, con el apoyo entonces tanto de la UST como del PSOCA. Participaron estudiantes de Arte, Las Febes, sindicatos del CNR, PDDH, Capres, Coordinadora Estudiantil, de trabajadores de seguridad privada, Unión Anarquista, etc.
Las banderas de lucha: contra la privatización del agua, contra las AFPs y contra la Ley de Servicio Público.
Al revisar la plataforma reivindicativa de las diferentes formaciones sindicales y populares sobresalen tres grandes temas, que constituyen importantes coincidencias, que permiten la posibilidad de alcanzar acuerdos inmediatos de lucha. Estos son la temática vinculada al rechazo a la privatización del agua, a la necesidad de una reforma del sistema de pensiones que elimine a las AFPs, y el rechazo a la Ley de Servicio Público, impulsada por este gobierno y que podría legalizar el despido de miles de trabajadores del Estado.
Entre las diferencias se encuentran las vinculadas a la relación entre movimiento sindical y partidos políticos, así como la actitud frente a la llegada al gobierno de Nuevas Ideas y Nayib Bukele. Con respecto al primer punto; la CSS y la URRSS reivindican la independencia y autonomía de la clase obrera.
Con respecto al segundo punto, en la caracterización del nuevo gobierno, para el FMLN se trata de un gobierno de derecha, pro oligárquico y pro imperialista. Y no obstante sus diferencias tácticas e ideológicas, las agrupaciones que se concentraron en el centro de San Salvador (plazas Cívica, Libertad y Morazán) coinciden en esta valoración política. Únicamente CONAPAR exhibe una visión de esperar y ver qué es lo que va suceder y a partir de la realidad, definir una táctica de lucha.
Las alianzas
El FMLN y las organizaciones populares que influye, puede llegar a acuerdos con el CSS y la URRSS a partir de la visión anti Nayib. En el caso de CONAPAR se convertirá seguramente en base social del nuevo gobierno. Habrá una disputa cerrada por los corazones y las mentes de los sectores populares, en el caso de Nuevas Ideas por desalojar a ARENA y al FMLN de la Asamblea Legislativa y los gobiernos municipales en el 2021, y en el caso del FMLN por mantenerse, y evitar la debacle.
Y en general, todo el movimiento popular y social puede llegar a acuerdos -que conduzcan desde la unidad en la acción hasta modalidades incluso orgánicas- a partir de una plataforma de lucha que tenga como pilares básicos los ya mencionados de la lucha por la reforma al sistema de pensiones, en contra de la privatización del agua, en contra de la Ley del Servicio Público, en contra de los despidos y por la libertad sindical.
Conclusiones
Estamos en un nuevo momento histórico en el que se vuelve necesario para el movimiento popular y social, afinar el análisis político, para diseñar una estrategia que le permita asegurar lo ya conquistado en logros sociales y seguir avanzando, hacia la desarticulación del modelo neoliberal y la construcción de poder popular mediante la unidad, organización, conciencia y movilización.
San salvador, 3 de mayo de
2019
[1] Ese día tuvieron lugar elecciones presidenciales, en las cuales el candidato Nayib Bukele derrota abrumadoramente a los partidos Alianza Republicana Nacionalista, ARENA y Frente Farabundo Martí para la Liberación nacional, FMLN.
[2] Ver Pineda, Roberto. Las Luchas de los Movimientos Populares en El Salvador 1810-2010. San Salvador, Ediciones Prometeo Liberado, 2014