En el espíritu de Boltanski
Un par de veranos atrás intenté ordenar mi lectura del “Nuevo Espíritu del Capitalismo” (NEC) de Bolstanski y Chiapello es una especie de reseña privada. Inspirado por el espíritu de la visita- que lamentablemente me perderé- del mismísimo Boltanski a la UDP por estos días decidí subir mis notas.
1. El libro es sobre la relación entre el capitalismo, y las formas de justificación y críticas a este régimen de acumulación. El título viene obviamente de la ética protestante de Weber, aunque de una particular lectura de éste. A juicio de B&Ch no es que el capitalismo necesite de una especie de fuerza previa que le permita despegar, sino que tiene que justificarse continuamente, pues, por un lado, debe ser legítimo para los diferentes actores que participan de las relaciones económicas (como los trabajadores o los consumidores), y, por otro, porque sus agentes centrales (entrepreneurs, gerentes, etc.) necesitan de una justificación que trascienda la mera ganancia.
En este sentido se distinguen dos grandes “espíritus”, el descrito por Weber (o también en esta muy buena película!) donde la ganancia necesita de una justificación religiosa, y el capitalismo de post-guerra, donde el control de la empresa pasa a manos de los gerentes profesionales y mejoran las condiciones de vida de los trabajadores con el estado de bienestar. Tal como indica el título del libro, la idea principal del texto es que en los últimos años el capitalismo habría encontrado un tercer espíritu.
2. El libro se conecta con diferentes elementos de un marco teórico mayor desarrollado principalmente en On Justification de Boltanski y Thevenot. Ahí se sugiere que a la hora de enfrentarnos en controversias públicas los actores sociales contamos con un conjunto de repertorios o regímenes de justificación legítimos.
Más específicamente, se propone una lista de 6 “orders of worth” (merchant, civico, industrial, domestico, fama, gracia), cada uno asociado con diferentes formas de establecer lo común, lo justo, y sus particulares escalas de orden[i]. El punto del NEC es que el nuevo “espíritu del capitalismo” se conecta con el nacimiento de un nuevo régimen de justificación.
Este nuevo orden se asocia a la idea de “red” y tiene que ver con el despliegue de una forma de organizar la economía donde los proyectos, el desarrollo de nuevas conexiones y la flexibilidad son valores centrales. Empíricamente, la idea de este nuevo espíritu se infiere (de modo análago al trabajo de otros autores como N.Thrift) del análisis detallado de textos de management de diferentes momentos. Sin embargo, se sugiere también de que es posible encontrar una formulación más sistemática en las diferentes corrientes del pensamiento contemporáneo basadas en una ontología “reticular”: en particular la sociología de redes de EEUU (en especial gente tipo Burt, Uzzi, Powell, etc.) y el post-estructuralismo de Deleuze y la ANT.
3. Esto se conecta con lo que Boltanski y Thevenot han denominado una Sociologia de Capacidad Crítica, que más que ver con ser críticos, aspira al estudio sistemático de la crítica en la vida social. En esta dirección, una importante proporción de On Justification es dedicada a la forma como particulares arreglos sustentados en un determinado orden, son denunciados desde otro cómo corruptos, incorrectos o injustos.
En NEC la sociología de la crítica adquiere una dimensión histórica, casi dialéctica, ya que: se intenta estudiar empíricamente la relación entre el capitalismo y sus críticas[ii]. En este sentido la principal tesis histórica del libro es que el capitalismo se relaciona productivamente con sus críticas, o más específicamente, que el espíritu del capitalismo actual puede ser comprendido como una reacción de la crítica desplegada durante el 1968 en Francia. En particular, se revisa con gran detalle las controversias de la época, discutiendo, como el 68 conectó dos tipos diferentes de críticas (universitarios asustados por empresas burocráticas e incapaces de insertarlos a todos y los sindicatos empoderados clamando por mejores condiciones salariales), y como, en un primer momento (hasta mediados de los 70s) la reacción del capitalismo fue hacia mejorar las condiciones laborales (o sociales), mientras que de ahí en adelante la empresa comenzó a orientarse a aumentar la flexibilidad y creatividad.
4. Finalmente, el NEC desarrolla un tercer interés característico de la “sociología pragmática francesa”, a saber, el intento por estudiar la producción práctica de categorías sociales. En este contexto las clases son comprendidas como una forma de abstracción práctica (donde a y b tienen en comun x), que son el producto de controversias socio-cognitivas donde participan múltiples actores, incluidos sociólogos, estadísticos y encuestas. En efecto, a diferencia de otros influyentes libros de fines de los 90s, en el NEC no se sugiere que en la actualidad los actores sean “menos clasificados” o menos conectados socialmente, sino que hay un cambio en el tipo de clasificación considerada al momento de establecer las condiciones laborales de cada trabajador. En este contexto, la crítica social de la injusticia en la economía industrial (basadas en un sistema de categorías nacionales, i.e. OBREROS SEMI-CALIFICADOS) pierde sustento y relevancia, con respecto a nuevas formas de conexiones (REDES y proyectos).
5. Es en este momento que los autores dan el paso más político del libro, y se preguntan sí es posible pasar de una sociología de capacidad crítica, a una crítica social. En otras palabras, desde donde es posible criticar la injusticia del regimen conexionista? Su particular respuesta es: lo justo y lo injusto se puede asociar a dos formas de armar redes: una conexión de la que varios se benefician – del tipo capital social- versus una red donde uno o unos pocos se apropian de todo. Sin embargo, para desarrollar esta crítica es necesario hacer un trabajo de “producción de formas”, similar al realizado para ensamblar las categorías ocupacionales y las críticas industriales, que pérmita conectar los beneficios de los ganadores con la miseria de los excluidos.
En resumen: un libro muy recomendable, y que, como las grandes novelas, no sólo se trata de la historia que cuenta sino que también sobre como contar historias. En este caso: es tanto un libro sobre la nueva economía como de la sociología del capitalismo. En particular: los autores parecen sugerir jugar con tres diferentes modos de hacer esta sociología: cómo una narrativa del nuevo capitalismo; cómo un agente en la producción de nuevas formas de clasificación; o cómo una renovada sociología crítica. Quizás lo único que eche de menos fue una discusión sobre el capitalismo, que a pesar del altisimo nivel de reflexividad del libro, parece darse por sentado.
José Ossandón
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[i] Estas escalas sirven para ordenar personas (ej: quienes tienen más o menos méritos varía considerablemente sí consideramos la cercanía del orden doméstico o el bien común del orden cívico) y objetos (ej: es distinto si ordenamos bienes de acuerdo a su demanda, a su popularidad o respecto a la eficiencia del orden industrial). On Justification se distingue de otros enfoques sociológicos que subrayan la diferenciación, porque en vez de asociar ámbitos funcionales con un particular tipo de valor, se estudia como los actores movilizan estos diferentes principios en controversias prácticas en diferentes contextos (ej: una decisión económica no es tiene porque ser justificada sólo en términos de competencia, pero también puede asociarse a la eficiencia, o el orden doméstico).
[ii] Específicamente, B&Ch sugieren que es posible distinguir dos grandes tipos de críticas al capital: críticas sociales y críticas artísticas. La crítica social puede ser a la Durkheim (el capitalismo puede arriesgar los lazos necesarios para mantenernos integrados) o a la Marx (el capitalismo se basa en la explotación de unos a otros); mientras que la “crítica artística” es asociada con la alienación (o la pérdida de sentido en el capitalismo) y la autenticidad (propia de la crítica a la mercantilización).