Faetón, hijo de Helios, presumía siempre ante sus amistades de sus orígenes divinos, pero estos no le creían. Un día, retado por un compañero, quiso conducir el carro de fuego de su padre con el fin de demostrar el origen su linaje.
Después de suplicarle a su padre que le dejara manejar su carro, Helios accedió temeroso. Faetón se aventuró y los caballos iniciaron una loca carrera. Pronto, el joven perdió el control del carro y se precipitó contra tierra, provocando incendios en montes y llanuras. También se estampó varias veces contra la bóveda del cielo, sembrando el pánico.
Zeus, atemorizado por la catástrofe, se vio obligado a intervenir destrozando el carro con un rayo. Faetón cayó al río Erídano. Sus hermanas, las Helíades, sufrieron tanto que las lágrimas que derramaron se transformaron en sauces.
Significado del mito. Faetón representa el orgullo desmedido, pues sus actos reflejan como arrogancia evoca al desastre. Con sus actos, quiso demostrar al resto cuál era su lugar en el mundo sin medir las consecuencias.