Fe e Ideología en la visita del Papa Francisco a Cuba Roberto Pineda 23 de septiembre de 2015
La recién concluida visita del Papa Francisco a Cuba tuvo como trasfondo el enfrentamiento de dos visiones del mundo, aunque este fuera realizada dentro de los perímetros dictados por las sutilezas de la diplomacia como por las tradicionales obligaciones del país anfitrión.
Fue una visita política e ideológica. El Papa Francisco llega a Cuba como representante del principal consorcio ideológico internacional del Mundo Occidental, el Vaticano, con una historia de dos mil años a cuestas que incluye la justificación ideológica de la Conquista realizada por Europa en América Latina y el Caribe así como de las Cruzadas que golpearon a los pueblos árabes en la Edad Media, entre otros equipajes.
Pero a la vez llega a Cuba como expresión del esfuerzo que ha venido realizando para promover la reanudación de relaciones entre Cuba y Estados Unidos y poner fin al bloqueo económico existente. Llega como amigo e incluso se reúne con el Comandante Histórico Fidel Castro. No obstante esto, en su homilía realizada en la Plaza de la Revolución emite algunos juicios que ameritan una profunda reflexión, habla de abandonar las ideologías, de reconciliación y de superar la resistencia al cambio. Muy atrevido.
Dos visiones del mundo
Entre la ideología del Papa Francisco y la ideología de la Revolución Cubana existen claramente diferencias. El Papa Francisco abraza lo que se conoce como doctrina social de la iglesia, que plantea el cambio de las prácticas políticas que dañan en el mundo a la naturaleza y al ser humano, sin cambiar el sistema capitalista. La Revolución Cubana es una revolución socialista, que desde hace 64 años acabó con la explotación y opresión capitalista, y que a 90 millas de la ciudadela imperialista más poderosa del planeta, defiende su derecho a la dignidad y la independencia.
Es precisamente la fortaleza ideológica lo que le ha permitido a Cuba resistir el criminal bloqueo impuesto por Estados Unidos. Fueron los ideales de justicia social y de democracia los que impulsaron a los hombres y mujeres que atacaron el 26 de julio de 1953 al Cuartel Moncada en la provincia de Oriente; que desembarcaron en el Granma, que libraron la lucha guerrillera en la Sierra Maestra, que alfabetizaron, que crearon escuelas y hospitales, que se declararon socialistas, que combatieron en África para terminar con el colonialismo, que tienen hoy el orgullo planetario que ningún niño o niña cubanos se duerme sin haber cenado. Todo es no podría haberse realizado sin las ideas de Martí, sin las ideas del Che, sin las ideas de Fidel. Estas fueron y son las ideas del cambio.
Fe e ideología
La fe es una experiencia humana que responde a la necesidad de trascender mientras que la ideología es una construcción cultural e histórica que responde a intereses de clase. Ambas caminan juntas en las sociedades que han existido hasta nuestros días. La fe se manifiesta a través de personajes, rituales e instituciones concretas, que siempre están al servicio de determinados intereses materiales e ideológicos. No hay vuelta de hoja.
Por lo que la iglesia mediada por la fe y también por la cultura y la historia nos puede convocar a sentarnos, orar y reconciliarnos entre explotados y explotadores, entre víctimas y victimarios, entre opresores y oprimidos, entre patriotas e imperialistas, pero a la vez nos puede convocar a la resistencia ante el opresor, ante el explotador, ante el victimario y ante el imperialista. Eso depende ya de la ideología que movilice esa fe. No hay fe en el vacío.
El Papa Francisco y el Vaticano
El Papa Francisco representa los intereses de poderosos sectores materiales e ideológicos interesados dentro y fuera en la renovación de la Iglesia Católica Romana., en la superación de la crisis provocada por diversos desafíos, que incluyen la necesidad de incluir a la mujer en condiciones de igualdad, el enfrentamiento frente al Islam, y frente al Protestantismo fundamentalista, en América Latina y el Caribe. Es el primer Papa que viene de la periferia y no del centro europeo. Un argentino y para colmo, jesuita.
Y está enfrentado a corrientes ideológicas y políticas dentro del mismo Vaticano y fuera, que defienden a capa y espada la visión imperial, el derecho de los pueblos civilizados dirigidos por Europa y Estados Unidos, a imponer su visión sobre el tipo de sociedad y de iglesia aceptable para estos poderes imperialistas.
Es una pelea que recién empieza y de su desenlace dependerá el fortalecimiento del discurso renovador del Papa Francisco, o su descalificación. Algunos sectores dentro de la ultraderecha norteamericana incluso están ya planteando que este Papa no es católico, que es “comunista.”
Los desafíos de la Revolución Cubana
Cuba vive en la actualidad quizás la mayor y más peligrosa de sus batallas, la batalla de ideas. La batalla de renovar sus instituciones, la disputa entre marxismo y liberalismo. Está en debate la validez y continuidad de las ideas que han orientado por más de sesenta años a la Revolución Cubana, las ideas del marxismo. Pedir la desideologización es pedir la rendición, y para eso primero tienen que derrotarlos. Porque cuando se abandonan los principios ideológicos se queda derrotado, vencido. Y Cuba no está vencida…