SAN SALVADOR; 20 de noviembre de 2007 (SIEP) “Hace cuarenta años todo el odio de la clase dominante se descargó contra dos dirigentes sindicales, militantes del PCS, que habían expresado su solidaridad con la primera huelga de los maestros salvadoreños…”explicó el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.
Añadió que “estos mártires del Partido Comunista fueron capturados, torturados, asesinados y despedazados por torturadores de la extinta Guardia Nacional, por su combativa solidaridad con la primera gran huelga de los maestros salvadoreños, que inició en febrero de 1968…”
“Un mes después del inicio de esta huelga, la primera de ANDES 21 de Junio, una fatídica mañana del 28 de febrero, Saúl Santiago Contreras fue capturado en una construcción del Boulevard del Ejército y Oscar Gilberto Martínez Carranza, fue capturado en una construcción de la Colonia Zacamil. Ambos eran dirigentes de la Federación Unitaria Sindical salvadoreña, FUSS. Ambos eran militantes del Partido Comunista.”
Luego de su captura ambos fueron conducidos al cuartel central de la Guardia Nacional., donde fueron torturados por el teniente José Alberto Medrano, con instrucciones del General Fidel Sánchez Hernández. El 1ro. de marzo el cadáver desfigurado de Saúl fue lanzado a la entrada de Ingeniería de la UES mientras que el cadáver despedazado de Oscar fue lanzado a un acantilado cerca de Atami en la carretera litoral.”
“Ese mismo día, 1 de marzo de 1968 fue encontrado el cadáver del dirigente sindical y militante del PCS, Jaime Hernández, en el departamento oriental de san Miguel. El enemigo de clase se comió a tres dirigentes populares, devoró a tres comunistas, golpeó a los trabajadores…”
“Hoy les decimos a Saúl, a Oscar y a Jaime, los seguimos recordando, los sueños por los que ustedes lucharon siguen vivos, la lucha ha crecido, hoy somos muchos más, y estamos en todo el país, con nuestras banderas rojas
y nuestros sueños de justicia y no podrán detenernos. Ustedes desde el cielo nos siguen acompañando, vigilan la lucha de este pueblo hacia su victoria. Y no los hemos olvidado, no podemos olvidarlos, ustedes son nuestras raíces, la luz que ilumina nuestros pasos, los rostros que nos sonríen desde la eternidad ynos empujan hacia la victoria popular…”concluyó el religioso luterano.”