La cususa, ese deleite prohibido

La cususa, ese deleite prohibido

“Procura bebidas fuertes al que va a perecer,
vino, al corazón colmado de amargura:
¡que beba!, ¡qué olvide su miseria!
¡que no recuerde más su pena!”

Proverbios XXXI, 6-7

Algunos especialistas en mercadotecnia tratan de hacernos creer que el ron es algo muy nuestro, pues se originó cerca de aquí y llegó a esta tierra para formar parte de nuestra identidad. Es indiscutible que la historia del ron es fascinante, desde sus orígenes en Barbados en el siglo XVII, cuando todavía era el Kill-Devil o Rumbeillon, convirtiéndose luego en un símbolo de marineros y piratas; hasta su posterior diseminación en todas las Antillas y el nacimiento, bajo un nido de murciélagos, de la fábrica Bacardí en Cuba, finalizando luego en su diseminación en toda América. De esta forma el sabor del ron lleva de manera intrínseca el espíritu del mar y la aventura. No obstante, hay otra bebida cuyos orígenes están envueltos en una aura de misterio y mucho más cerca de nosotros; una bebida que está ligada a lo prohibido, a lo clandestino, a lo conspirativo y que por su arraigo en la mayoría del territorio nacional, por su carácter artesanal y hasta cierto punto folklórico tiene una mayor representación de la cultura nicaragüense que cualquier otra bebida alcohólica: la cususa.

Es indudable que la introducción del alambique en el país representa un hito cuya relevancia los historiadores no han sabido resaltar en toda su dimensión. Ese artilugio que lograba transformar un caldo de fermento, de color y olor desagradables, en un líquido cristalino y embriagante, no dejaba de representar algo mágico para la gente. De tal manera que después de estudiar su funcionamiento por varios años en las primeras fábricas de aguardiente del país, era inevitable su clonación. Al inicio, se empezó a improvisar destilando fermentos provenientes de la caña de azúcar para obtener a nivel casero el preciado aguardiente o guaro, sin embargo, el ingenio del nicaragüense asoció el fermento del maíz, que en forma de chicha representó una bebida cultural de los pueblos indígenas, con el fermento de la caña y decidieron jugar con estos elementos resultando de esta forma la cususa.

Respecto al nombre, no existe ninguna investigación profunda y precisa sobre su origen, solamente se conoce que el vocablo es de origen maya y según algunos curiosos, tal vez bajo el influjo de esta bebida, aseguran que en alguna ramificación de la lengua maya, en particular la que hablan los pueblos ´mames, cususa significa “agua loca”, aunque en realidad el que se pone loco es el que la ingiere sin medida.

En el siglo XIX se registra una proliferación de alambiques en todo el territorio nacional, en especial en las zonas rurales. En donde se producía maíz y había un trapiche cerca, de seguro había un alambique, convirtiéndose así la cususa en la bebida que acompañaba a la población en sus principales celebraciones. Es importante señalar que históricamente la producción de alcohol en el Nuevo Mundo estuvo controlada y prohibida al pueblo por repetidas Cédulas Reales, bajo el amparo de un paternalismo que cuidaba el estado mental de los indígenas que no tenían la entereza de los hidalgos para beber con templanza. En la vida republicana, el alcohol continuó siendo objeto de prohibiciones, pues por ejemplo el 26 de febrero de 1918 el Gobierno de Nicaragua emitió una Ley que declaraba ilícito el comercio de aguardiente de caña, frutas y otros, si el gobierno no lo autorizaba de previo y que estaba dirigida en forma específica a frenar la producción de cususa a fin de proteger el monopolio del guaro, que estaba en manos del gobierno y cuya comercialización estaba concesionada a los amigos del régimen de turno. También es curioso que el General de Hombres Libres, en una ordenanza prohibiera la fabricación de cususa, manifestando literalmente: “He observado que muchos jefes se han envolado y esto nos hace un gran daño, pues al que le gusta el guaro lo vusca, por consiguiente los responsables son los cususeros”.

La cususa se obtiene a través de la fermentación del maíz, mediante un proceso que varía de acuerdo a cada región del país y del ingenio y experiencia del cususero. Es un proceso simple, sin embargo, si no se realiza como debe ser puede producir una cususa de mala calidad o bien que conduzca a serias intoxicaciones. En un saco de bramante o harinero se pone a “nacer” o germinar un medio de maíz, regándolo regularmente y a los cuatro días que empiezan a brotar las plántulas se quiebra sobre una tabla de madera, preferiblemente con una piedra. Luego en una tinaja de barro, aunque algunos utilizan un tonel de madera, se pone el maíz ya machacado, se le agrega el dulce de rapadura, que algunos prefieren del dulce blanco de ocho a doce atados, o bien este último mezclado con guarapo y luego de 25 a 30 litros de agua. En los lugares en donde no hay trapiche cerca, se utiliza el azúcar. El recipiente se tapa con malla cielo y se pone a fermentar por tres o cuatro días, según el clima de la región y cuando la chicha está “muerta”, es decir cuando se calma la ebullición o se pasan los “calambres” como dicen, evidenciado esto porque sale una burbuja a la superficie cada dos minutos, entonces quiere decir que ya está lista la “sopa” para su destilación.

Algunos cususeros imprimen su sello particular en esta parte del proceso. Quienes desean un producto fuerte con un sabor dulcete le agregan cinco sobres de levadura Fleishman a la sopa. En cambio si se desea una cususa extra seca, al estilo vodka, se le agrega arroz. Para obtener un toque parecido al whisky, con un carácter denso y aromático, se le agrega cebada, sin embargo, el sorgo millón le otorga cierto toque amargo como el ajenjo.

Luego sigue el proceso de destilación en el alambique. Es importante resaltar que de las características del alambique depende en gran medida la calidad de la cususa a obtener. La mayoría de los alambiques artesanales de cususa son de barro o de cobre. En algunos casos algunos improvisados en este menester utilizan o bien pichingas de leche o latas de aceite, obteniendo un producto de pésima calidad que fácilmente conduce a la intoxicación. Las serpentinas en donde se condensa el alcohol generalmente son de cobre y se sumergen en barriles llenos de agua fría.

A lo largo de toda la república puede encontrarse una diversidad de estilos de alambique, desde los más sencillos de barro, hasta aquellos con un toque de originalidad como los que tienen el cuello elevado de bambú, cuyo sello de las uniones es de masa de guineo verde. Tal vez el alambique más impresionante ha sido el de los Román en Carazo, cerca de El Rosario, que estaba fabricado a partir de una cisterna de bomberos, de las que todavía eran de cobre, con serpentinas de 70 vueltas y enfriada en un tonel de barco. La llave de salida era enorme, como de pipa de agua y tenía puesto un calcetín de boy scout para que no salpicara.

Al igual que todos los alcoholes, el proceso de destilación va dando diferentes calidades del producto. En la destilación de la cususa, primero se obtiene lo que se conoce con el nombre de cogollo y que tiene una graduación cercana a los 70 grados, luego viene una segunda calidad que en algunos lados se conoce con el nombre de aguarrala y en otras partes como mixtura y se utiliza con fines medicinales y al final sale la charbasca. La sabiduría del buen cususero se refleja en la identificación de estas tres etapas, para lo cual se requiere de una gran experiencia, olfato, mucho ojo y a veces mucho dedo, pues hacen una prueba que consiste en mojarse el dedo y acercarlo al fuego y dependiendo de si levanta llama y de qué intensidad, saben el contenido alcohólico y la calidad.

La cususa no debe envasarse inmediatamente, sino que debe dejarse reposar, algunos la dejan reposar en toneles de roble lo que ayuda a mejorar su sabor. Es muy usual que una vez lista la cususa, se realicen preparados o “curados” como también se les conoce. En algunas partes maceran limón en cususa, igual al proceso del célebre Limoncello en Italia, otros le agregan cáscaras de cidra o de mandarina. Sin embargo, el más famoso es el “Morir Soñando” preparado cuya invención se disputan varias localidades entre ellas Camoapa, Juigalpa y Estelí. El Morir Soñando se prepara con cususa, clavo de olor, canela, ciruelas y raíces de limón indio, otros le agregan ron, miel de azúcar y hasta colorante.

Una buena cususa supera por mucho al ron y podría decirse que se acerca mucho al vodka, al whisky o al tequila. No obstante, una cususa mal preparada puede causar intoxicaciones severas o mínimo un dolor de cabeza intenso y mal aliento. Los estragos de la cususa mal preparada están fielmente reflejados en el relato de Pío Martínez: “Goyita del Espíritu Santo”, en su blog “Aquellos tiempones”.

Ahora bien, si la cususa se preparara, en lugar de los artesanales alambiques del campo nicaragüense, en un alambique Coffey, seguramente que se obtendría un producto que no tendría nada que envidiarle a los más finos espíritus del mundo.

Generalmente la cususa se bebe sola, como dicen al “estraik” y servida en guacal, algunos valientes, sin embargo, se la pasan con cerveza. Por su graduación alcohólica es como se decía antes, un trago de hombre viejo. Sin entrar en discusiones de carácter sexista, un hombre de pelo en pecho, aún acostumbrado al trago, con dos o tres rielazos de cususa se pone como Roberto Rivas, no millonario, sino cachetón y con cuatro ya puede echarse un discurso bolivariano. Si la cususa es de mala calidad, al segundo ya siente ocho megatones en la cabeza, se pone llorón y desconoce hasta su progenitora, con tres o cuatro puede empezar a imitar a José Feliciano. Las mujeres en general le huyen a la cususa, en especial aquellas que a la mitad del primero sienten que se le subieron las copas y empieza a flaquear su voluntad.

Con el tiempo han surgido algunos cocteles que vale la pena mencionar acá, bajo la advertencia que cualquier agregado dulce a la cususa le eleva invariablemente al octanaje, de por sí considerable. El Quiebraplata, que lleva cususa de maíz blanco, dulce y limón que le llega fácil a un Tom Collins. El Cadejo que se prepara con Kola Shaler. El Pétalo de Rosas que lleva fresco de mamón y obtiene un color peach. El Pinki Pinki de la Costa Atlántica que lleva anís y colorante rosado. El “Bailarina” preparado con jugo de naranja, baturro de consagrar, ensa blanca y gajos de la naranja, es sumamente fuerte y al segundo coctel el sujeto empieza a bailar como Shakira. Existe una variación del Sunrise, preparado con la ayuda de un raspadero pues es una especie de frapé, se le pone hielo cepillado, jugo de naranja, la cususa, un trozo de piña en forma de abanico y se rellena con sirope de raspado del rojo, en algunas partes se le conoce como “Bicolor” y en otras partes como “Payasito” y al segundo mecatazo se realiza una imitación del Hombre de la Máscara de Hierro. Para estas épocas navideñas se estila un Ponche, preparado con jugo de cítricos, cususa extra dry, Kola Shaler, Vermuth Condor, cerveza, azúcar y hielito pi-picado y muchos juran que al segundo han visto la estrella de Belén y se sienten Reyes Magos. Dicen que pasando Santa María de Ostuma había una cantina disfrazada de pulpería propiedad de unos intelectuales conocidos como “Los chichones” que tenían unos cocteles de cususa llamados “Lo Fatal” y “A Margarita Debayle”, sin embargo no pasaban corriente y nadie nunca supo la receta de esos preparados tan darianos. Cuentan que fueron muchos que con dos tragos de “Lo Fatal” no sabían ni de dónde venían ni hacia dónde iban.

Es importante resaltar los aportes de la cususa a la gastronomía nicaragüense, pues en muchas regiones, especialmente en el norte se utiliza para cocinar. Por su alta concentración alcohólica es ideal para preparar carne de “monte” como se conoce a los animales silvestres: jabalí, cusuco, conejo, guardatinaja, gallina de monte, en cuya preparación la cususa es un coadyuvante efectivo para eliminar el chicuije, propio de estas especies. Otro de los usos que se le da es para realizar un preparado con la mixtura de la cususa, miel, pimienta, comino, canela y clavo de olor y que se le administra a las parturientas hasta finalizar la cuarentena, sin embargo, la dosis de mixtura debe ser exacta, pues de lo contrario puede resultar contraproducente.

Al igual que en el deporte, en este oficio de preparar la cususa debería existir un Salón de la Fama en donde se rinda tributo a aquellos artesanos del espíritu que se han distinguido por la calidad de su cususa. Estoy seguro que cada quien conoce a algún exponente de su región, sin embargo, es importante resaltar el trabajo de Tata Beto en Jinotega, Colacho Fonseca en Carazo, Don Henríquez en Santa Cruz, “Cara de León” adelantito de Sébaco, La Hortensia en la carretera vieja a Masaya, “Gonzalo Cacho” cerca de La Pólvora en Granada, “Pizón” en León que se mantiene en la más grande clandestinidad, “Cara Limpia” en El Sauce, Doña Mila entre Masaya y Tipitapa, entre otros.

Así pues, la cususa tiene una relevancia indiscutible dentro de la cultura nicaragüense y sería muy pertinente que las autoridades y/o asociaciones turísticas del país convocaran a un concurso nacional a fin de seleccionar al verdadero trago nacional a partir de esta bebida, pues al no estar involucrada ninguna marca en especial, su representatividad sería más transparente.

Deseo hacer patente mi agradecimiento a mi hermano Eduardo, experto en esta materia, más por espíritu investigativo que por otra cosa, cuyos aportes hicieron posible profundizar en este tema.
Me gusta:
Me gusta Cargando…
Relacionado

23 comentarios

Archivado bajo cultura, lenguaje, Nicaragüense

Etiquetado con alambique-artesanal, bebida-nacional-Nicaragua, Cususa
← Al entendido por señas
A la porra los pastores →
23 Respuestas a “La cususa, ese deleite prohibido”

Pio
diciembre 19, 2009 en 7:27 pm

¡Qué bárbaro Orlando! Otra vez la sacás del cuadro, tal y como nos tenés acostumbrado. Sólo estoy esperando sacarme la lotería de fin de año, que son unos varios milloncitos de euros en este país en que vivo, para ofrecerte un contrato por un plazo indeterminado, a tiempo completo y bien pagado, para que te dediqués a investigar y escribir sobre estas cosas que nos regalás en cada post tuyo.

Leyendo tu post he recordado que cuando yo era un cipote mi papá a veces le enviaba o le llevaba de regalo a Guillermo Sevilla Sacasa, quien era como sabrás el eterno embajador de Somoza en Washington, un galón de una cususa finísima que producía un hombre, amigo de mi padre, allá en la isla de Ometepe. Según me contaba mi padre, Sevilla Sacasa ofrecía la cususa como una exquisitez, a los más selectos (y más bolos seguramente) de sus visitantes, contándoles que aquel era el licor nacional.

Seguí maestro, investigando sobre estos asuntos (y que siga Eduardo también) y seguí contándonos, que estos tus post arrojan más luz sobre quiénes somos que muchos estudios que se hacen por ahí.

Saludos

Pio
Responder
A.L. Matus
diciembre 19, 2009 en 9:25 pm

Excelente post Maestro. En realidad no había encontrado nada tan completo sobre esa bebida tan injustamente vilipendiada por el Gobierno. Cerca de Camoapa yo probé una cususa de muy buena calidad, pero en realidad con dos tragos uno queda fuera de combate. También ahí probé el Morir Soñando, muy sabroso pero llegador. Coincido con Pío de que debe seguir ilustrándonos sobre estos temas tan nuestros y que de otra forma se van perdiendo en el tiempo. Felicidades.
Responder
Aristides
diciembre 20, 2009 en 3:19 pm

Hombre, que bueno ese artículo, hasta se me hizo agua la boca. Yo secundo tu propuesta de volver a hacer el concurso para elegir el trago nacional, pues eso del Macuá es una estafa. Tal vez debería regularse el contenido alcohólico de la cususa, para evitar excesos y que además las damas tengan acceso sin temores a dicha bebida, pues yo tengo una amiga que con un reatazo de cususa se le suben las copas, pero del brasiere.
Responder
Julio S.
diciembre 20, 2009 en 5:27 pm

Orlando: Buenísimo, ya se nos está haciendo costumbre. Yo recuerdo un alto mando de la gaurdia que mandaba a sus guarditas a traer sábado a sábado su galón de cususa. Se la surtía “chonela” adelante del empalme a Boaco, este aprovechaba la preferencia para tener el alambique en el patio de su casa, junto al baño de tablas. Se convirtió en un sujeto con mucha influencia dentro de la GN, eso sí su cususa era dorada, con un sabor inigualable.
Feliz navidad y un buen año 2010.
Responder
Yolanda
diciembre 20, 2009 en 5:57 pm

Muy completo el artículo, sin embargo, a pesar de la advertencia, no deja de tener un tono sexista. Eso de que las mujeres no podemos o no debemos tomar es una actitud puramente machista. El hecho de que sea más difícil que una mujer tenga mayor control sobre su forma de beber no significa que no disfrute de un buen trago o que no lo aguante. Yo me he deleitado con un trago de buena cususa y para muestra un botón, así que no hay por qué seguir buscando la pérdida de conciencia con el exceso. Ah y no se me suben “las copas”
Responder
Tito
diciembre 20, 2009 en 7:03 pm

Excelente su artículo, no le vi lo sexista. En Ocotal la cususa la guardan en vejigas de vaca y por lo general las esconden enterradas. La cususa mal elaborada puede dejarte ciego. Vamos impulsando el concurso de esta bebida que es representativa de nuestra tierra. Me gustó el detalle del general de hombres libres. Yolanda las mujeres cuando beben cususa se ven más lindas y sensuales.
Felicidades.
Responder
Mariano Solís
diciembre 22, 2009 en 3:20 pm

Muy interesante y completo su artículo. Como un modesto aporte al mismo, es necesario recordar que en el proceso de destilación se producen además del etanol, cantidades mínimas de metanol, alcoholes superiores, aldehídos, ésteres, furfural y otros componentes, los cuales deben mantenerse en un mínimo, de lo contrario traen consecuencias graves sobre la salud de quien ingiere el destilado. Una concentración de etanol mayor a 30 mg. por cada 100 ml. a 80 grados proof, produce desde fuertes dolores de cabeza hasta la pérdida de la visión. Me imagino que de ahí es que usted sacó el vacilón con la imitación de José Feliciano.
En cuanto a la ingesta de alcohol de alta graduación alcohólica de parte de las damas, las consideraciones al respecto no se realizan bajo una óptica sexista, sino científica, pues se ha comprobado que el hígado de la mujer tiene una capacidad de procesar ciertos alcoholes a menor velocidad que el hígado del varón. Lo anterior provoca una mayor propensión a la intoxicación si la bebida se ingiere con un ritmo acelerado. Por lo anterior es que ciertas féminas acostumbran, muy sabiamente, a “campanear” su trago. En la otra mano, se tiene que mientras que en el varón la libido se inhibe con la ingesta de alcohol, en las féminas ocurre todo lo contrario, de ahí como dijo un lector se le suben las copas y hay una seria afectación en las piernas.
Responder
Oswaldo Ortega
diciembre 22, 2009 en 9:02 pm

A este artículo únicamente le faltó una advertencia que no te haces responsable por eventuales adicciones que pudiesen desencadenarse entre tus lectores . Yo me pongo a salvo pues por estas latitudes conseguir un trago de cususa es como encontrar las minas del Rey Salomón , de todas formas,tengo una botella de Bourbon “Barrel Proof” a la que esta tarde bajaremos un par reatazos para saludar tu cumpleaños y brindar por la fortuna de tenerte como hermano.
Responder
barrunto
diciembre 23, 2009 en 2:03 am

Yo digo salud con imitación de cususa, ya que no encontré una olla de cobre lo suficientemente grande para obtener un destiladito y brindar por su cumpleaños. Felicidades mi hermano, extraño aquellas celebraciones donde mirábamos subirse las copas.
Responder
Melba
diciembre 26, 2009 en 1:41 am


EXCELENTE artículo. Siempre aprendo algo nuevo con tus investigaciones. En este caso, extensivas felicitaciones para tu hermano.

Salud♥s
Responder
Chepeleón Argüello U
diciembre 27, 2009 en 12:58 am

Orlando; antes que nada, gracias por la cátedra… en mi juventud, había probado con los amigos cususa en Jocote Dulce, después de leer tu artículo, lo comprendo; fue de mala calidad, porque al día siguiente, el dolor de cabeza y el sabor inigualable a excusado, pón pón o mier… me impidió a que la volviera a probarla por muchos tiempo. Años más tarde, encontré una botella de cususa en el ropero de mi mama, fue la última vez, que la vieron me supo extraño porque era de un color rosado, con olor dulce y de sabor distinguido, gracias porque ahora entiendo, la diferencia y no me daría tanto miedo “un” traguito de cususa de la buena…
Es un placer leer tus artículos. Te felicito.
Abrazos
Responder
Mauricio Robleto Abaunza
enero 1, 2010 en 3:35 pm

Estimado Poeta.
Ave Orlando. Leyendo tu Blog, me traslado de Suecia a Nicaragua en cosa de milésimas de segundo, un viaje de ida y regreso. Te agradesco que hagas posible ese desplazamiento. En mi vida he sido muy curioso y prueba de ello es que descubrí un sitio donde yo personalmente, probé la mejor Cususa de Nic. Queda en el Barrio de la Cruz, frente al campo de Footboll de dicho Pueblo, es una casa muy humilde de madera y con pintura blanca. Nada indica que en ese sitio se venda Cususa, pero sí, se puede consumir y disfrutar de tan famoso licor.
Tengo que provar la Cususa de Roman en el Rosario y tambien el famoso “Lo Fatal” a ver si vamos juntos. Un fuerte abrazo.
Responder
Frank
enero 24, 2010 en 7:48 pm

Senor Ortega;
Gracias por traerme de regreso a mi ninez
en Managua. Me da hasta escalofrio recordar mi managua.
Por favor no pares de escribir este tesoro valioso de todos los Nicas.
Un abrazo de hermano. Gracias te mereces un OSCAR !
Responder
jose
octubre 26, 2010 en 8:33 pm

pues la verdad es que si la cususa es buenisima lo unico malo es que en el norte del pais en matagalpa donde he estado en numerosos municipios y he degustado esta maravilla etilica no explican a como antes y por eso varios jovenes le huyen a la cususa pensando que les va dejar la tapas hediondas jajajajajajajajaj a mi me paso cuando la compre por primera ves cerca de la terminal de buses de matagalpa la cotran y un señor muy amable me ofrecio a oler la cususa yo gustoso la oli la primera no olia a mal asi que dije si no huele mal esta bien me la llevo pues me pege una de las mas cabronas mamadas de esos tiempos tenia como 17 años y al dia siguiente un dolor de cabeza un door de estomago y como efecto resultante las tapas a mainhold no eran de esperarse ni con listerine se me quito y hasta me lo llegue a tragar con el tiempo aprendi cual era la buena y hasta la ofrecia a mis amigos de managua igua que la chicha e´coyol de la gateada y el vino e´papa de la patriota cosas buenas que son unica de mi tierra felicidades por recordarme mis buenos y no tan lejanos tiempos de bebedor de cususa
Responder
Nestor Ortega Cruz.
octubre 4, 2011 en 10:48 pm

Buenísimo su artículo Sr. Ortega. Somos hijos del Maíz. Esta exquisita bebida la disfruto como Tequila. Siii! Nada que envidiarle a los otros rones…cuando ofrezco a los amigos un trago les hago saber antes que lo que beberan es lo que yo llamo ¨Tequila mays¨ ( de Zea mays). Invitoles a que no desprecien un buen trago de ¨agua loca¨.
Responder
Sergio Aburto
enero 17, 2012 en 9:26 pm

Excelente Artculo….de veras me gusto como estuvo la redacción y la muy buena información. Felicidades…
Responder
Matt Smith – Detour Travel
abril 3, 2013 en 5:15 pm

Orlando – gracias por compartir todo esto. Voy a Nicaragua por primera vez, y estoy leyendo tus articulos antes para no ser tan ignorante.
Responder
topo
junio 7, 2013 en 1:28 am

Necesito la receta como elaborar cususa paso a poso por favor, es para un proyecto artesanal que tengo que presentar.
Responder
lais guimara hernandez carrio
septiembre 2, 2013 en 9:21 pm

mmmmmmmmmm…………………………….. que rico
Responder
Carlos Melzer
enero 21, 2014 en 9:27 pm

Excelente articulo!!
Existen fotografías de los Román en Carazo y de la cisterna de bomberos?
Responder
A. Bolivar R . Murillo
julio 2, 2014 en 7:52 pm

Muy ilustrativo, aqui en Costa Rica y tambien por herencia centroamericana se fabrica la cususa de forma artesanal, y como en los otros paises se promugaron leyes para perseguir a aquellos que no se acomodan al hecho de que de un plumaso se quieran eliminar tradiciones, bqjo la excusa de protejer la salud del pueblo, cuando en realidad lo que se proteje son monopolios que en este pais los maneja el estado,de ahi la persecusion que se hace, con campañas publicitarias donde se desvirtua la calidad y los efectos en la salud que puede padecer quien lo consuma, empesando por llamarlo guaro de contrabando, que con ese solo nombre se le da un toque ilegal, y por desconocimiento del grueso de la poblacion del nuevo siglo se le hace caso a otros nombres como pedo de chancho o chirrite, que a pesar de ser nombres muy folkloricos logran que las gentes le teman por asco u otros conceptos, a decir verdad esos nombres mensionados yo se los achaco a licores hechos con amaño y malas recetas, adicionandoles ingredientes toxicos para acelerar el proceso, asi como fabricarlo en sitios insalubres y con implementos inadecuados, la palabra cususa ya esta casi extinta en el vocabulario tico, de no ser en algunos libros de escritores ya tambien extintos como Don Fabian Dobles, en ( Los Cuentos de Tata Mundo, o El Sitio De las Abras ) o algunos otros como Ramirez Saizar, de mi parte me he dado a la tarea de divulgar tanto la palabra como la degustacion de la cususa, ya que durante una temporada me retire a las montañas de Turrialba en donde se fabrica a mi concepto la mejor cususa que he probado, y aprendi su elaboracion con los mejores cususeros de la zona, y aprendi a estabilizar y limpiar de metanoles, malos olores, y malos sabores, asi como a darle el contenido alcoholico deseado y a variar el sabor de mismo ,o sea como buen alumno mejore a mis maestros a los cuales les di a manera de pago los tips necesarios para mejorar la calidad del producto, de manera que se vuelva a llegar a restablecer la confianza en los licores de manofactura casera de exelente calidad y que el termino cususa sea aplicado solo a estos.
Responder
Julio Ruiz Galeano
octubre 11, 2014 en 12:12 am

Es lo mejor que he escuchado en mis 66años relacionado con la cususa.En cuanto alconcusrso nacional seria bueno pedirle a Leon Nuñes que prepare las bases del mismo.
Julio Ruiz Galeano.
Responder
Beno
enero 12, 2015 en 8:58 pm

Excelente post, yo había escuchado hablar de la cususa e indudablemente lo que me causaba más curiosidad era el porqué de su prohibición, mi abuelo era devoto de la cususa, tuvo un yerno que le regalaba Whisky, pero él (mi abuelito) lo votaba y llenaba de cususa la botella. En cierta ocasión recuerdo que enfermó (mi abuelito Lucas) y mi padre (Lucas Jr) le dijo que no bebiera más alcohol porque su salud estaba quebrantada y se podía morir, al poco tiempo de esta advertencia mi padre le sintió un olor raro y se fue al cuarto de mi abuelo para revisar si por ahí tenía guaro y en efecto en una botellita de algún tipo de jarabe para la tos había una sustancia que mi papa no podía probar (pues era AA), reconoció sin embargo por su olor lo que era, le pregunto a mi abuelo que es esto y éste le respondió ¨es un remedio¨ entonces mi papa le replico con molestia ¨remedio? esto es cususa¨ y procedió a vaciar la botella tirando su contenido al suelo, mi abuelo molesto le dijo ¨sos solamente un borracho balurde¨ (porque mi papa ya no bebía) y yo me reí a mas no poder por todo lo que se decían, lo recuerdo como si fuera ayer y de esa discusión pasaron ya 25 años. Eventualmente mi abuelito falleció (también mi papa) víctima de un infarto al corazón una semana exacta después de la muerte del gran Sucre Frech, para ser preciso el 03 de febrero del año 1991 en Estelí, ese día yo cumplía 13 años de edad y lo último que mi abuelito me dijo fue ¨feliz cumpleaños hijo¨. Siga escribiendo señor lo felicito.

Dejar una respuesta