La Revolución Soviética y Quisqueya

SIGNIFICADO E IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN SOVIÉTICA: EN EL MUNDO Y EN QUISQUEYA.
Por Narciso Isa Conde
“La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor.” Anatole France
Hoy 7 de noviembre del 2017 se cumple medio siglo del inicio de la revolución soviética, la primera revolución obrera, campesina, popular triunfante (y con participación de sectores del viejo ejército) de orientación socialista en el planeta Tierra.
Al referirse a la insurrección que la catapultó y a ese formidable momento de ruptura del dominio absoluto del capitalismo a nivel planetario, el brillante sociólogo y escritor estadounidense John Reed lo describió como “los diez días que estremecieron el mundo”.
Diez días de subversión anticapitalista que habrían de proyectarse por décadas. El principio de toda una época de transición revolucionaria y proyección en grande de las ideas socialistas. Toda una hazaña a escala planetaria, nacional y regional.
La impactante y original ruptura del ordenamiento capitalista mundial a cargo del Partido Comunista Ruso (Bolchevique), consumada un 7 de noviembre de 1917 (25 de octubre del viejo calendario ruso), pocos meses después de traicionada por la burguesía liberal la revolución democrática de febrero, fue ciertamente una admirable y admirada hazaña.
La derrota definitiva de la autocracia zarista en Rusia y sus colonias, y el traspaso de “todo el poder a los consejos o soviets de obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales y soldados”, inauguró una mueva época en la historia de la humanidad.
Creó una democracia popular de nuevo tipo. Una revolución armada que hizo añicos el viejo Estado zarista, incluido su viejo ejército, y refundó desde el poder de los/as de abajo las
instituciones en Rusia y sus colonias; anunciando poco después la constitución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) bajo el genial liderazgo de su forjador: Vladimir Ilich Ulianov (Lenin).
Derrotada durante una temprana y desgarradora guerra civil, la feroz resistencia de las fuerzas retardatarias internas junto al intervencionismo inicial de las potencias capitalistas occidentales… y dos décadas después alcanzada la victoria de la revolución soviética frente la devastadora agresión nazi-fascista en su propio territorio y en toda Europa Oriental, la URSS logró consolidar su existencia y emprender su espectacular desarrollo cargado de abundantes logros sociales, científicos y culturales. Sumó, por tanto, dos hazañas más con colosales e inéditos despliegues de heroísmo.
Ese ascenso espectacular decisivo para contrarrestar los designios imperialista del capitalismo (con inmensos aportes a la lucha anticolonial y nacional liberadora) perduró hasta sufrir ese proceso, a consecuencia de una prolongado estancamiento burocrático, el sorpresivo colapso de su poderoso Estado multinacional federativo a finales de los 80 y principio de los 90; a consecuencia de una profunda crisis estructural del modelo de transición que resultó dominante: el “socialismo de Estado” o “estatismo altamente burocratizado”, negador del poder de los soviets y de la democracia socialista.
La gravitación de la revolución bolchevique, el auge del pensamiento y la acción transformadora socialista-comunista que estimuló, se hizo sentir a todo lo ancho y largo del planeta, incluida nuestra pequeña isla caribeña.
• En Quisqueya:
Una cadena de hechos muy significativos bajo el impacto del “octubre soviético” y sus consecuencias, precedió la formación del primer partido comunista dominicano y las acciones independientes del movimiento obrero dominicano:
-La formación en los primeros años de la década de 1920 de los primeros núcleos que simpatizaban con la hazaña de los bolcheviques, destacándose la labor proselitista de Karen Kohoz y Biolostoski, ambos de origen ruso y propagandistas de la revolución soviética y ambos radicados en La Vega.
-Las crónicas de Pepito García sobre la revolución bolchevique, publicadas en el periódico EL PROGRESO de La Vega.
-La labor educativa de don Pancho Soné y su esposa doña Elvira García en su escuelita vegana, donde se distribuía un manualito marxista manuscrito y se podía observar desde lejos una bandera roja con la hoz y el martillo.
-El esfuerzo intelectual de Adalberto Chappuseaux, autor de los ensayos “¿El por qué del Bolchevismo?”y “Revolución y Evolución”, escrito en 1924.
-La fundación, el 1 de mayo de 1931, del Partido Obrero Independiente, precedido de la
“Unión Obrera Política”, y las diversas actividades y esfuerzos organizativos de la joven generación marxista de la década de 1930, reprimida por el tirano Trujillo mediante la primera ley anticomunista (20 de octubre 1936).
-La presencia a finales de los años 30 de una inmigración española republicana, con significativa presencia comunista, que impulsó la difusión del marxismo entre intelectuales y estudiantes universitarios de la Capital y Santiago (donde operaban sendos Centros Democráticos bajo su influencia) y entre la ya latente rebeldía de los obreros azucareros y portuarios de La Romana y SPM; traducida luego en núcleos revolucionarios y fuertes movimientos huelguísticos de 1942 en el Este del país, en los que se destacaron Fernando Henríquez (Nando), Héctor Porfirio Quezada (Negrita) y Julio Aníbal García Dickson de La Romana y Mauricio Báez y Justino José del Orbe de San Pedro de Macorís. – Las influencias de la URSS y el correspondiente activismo español confluyeron ese mismo año con la venida al país de Pericles Franco Ornes, Luis Emilio Aybar, Francisco Henríquez (Chito), Freddy Valdez y otros jóvenes revolucionarios (los dos primero procedente de Chile donde militaron en la Juventud Comunista y los dos últimos de Cuba, donde Freddy optó por la militancia comunista en el PSP cubano y Chito en otros movimientos revolucionarios de ese país), lo que aceleró el proceso de gestación del primer partido comunista bajo el nombre de Partido Democrático Revolucionario Dominicano (PDRD); formalmente constituido el 27 de febrero de 1944, denominado en 1946 como Partido Socialista Popular (PSP) y que vuelve a cambiar su nombre por el del Partido Comunista Dominicano (PCD) en 1965, en plena guerra patria contra el invasor.*
*Reseñado en detalle en el Informe al II Congreso del Partido Comunista Dominicano-PCD, marzo 1979).
• En el mundo:
Ni hablar del impacto internacional de la revolución soviética y su evolución (que incluye también su deformación y derrumbe).
Primero, en la conformación y el auge del movimiento comunista internacional y muy especialmente en las revoluciones china, vietnamita, camboyana, laosiana, coreana, yugoslava, cubana, argelina, angolana, mozambiqueña nicaragüense…que influyeron a su vez en forma diversa.
Igual el poderoso Estado Soviético, fruto de la evolución de la revolución soviética, determinó – a través de las sucesivas y heroicas victorias del ejército rojo contra las ocupaciones hitlerianas- el viraje de Europa Oriental hacia el llamado socialismo real.
Ese ascenso espectacular, decisivo para contrarrestar los designios imperialista del capitalismo, con inmensos aportes a la lucha anticolonial y nacional-liberadora, perduró hasta sufrir la URSS, a finales de los 80 y principio de los 90 a consecuencia de una prolongado estancamiento burocrático el sorpresivo colapso de su poderoso Estado multinacional federativo, como resultado de una profunda crisis estructural del modelo de transición que resultó dominante: el “socialismo de Estado” o “estatismo altamente burocratizado”, negador del poder
de los soviets y de la democracia socialista.
Siempre las influencias positivas de acontecimientos revolucionarios de impacto mundial se combinan con los reveses y deformaciones de su matriz, cuando estas se producen.
Durante y después de ese estrepitoso e incruento derrumbe, ha tenido lugar una declinación temporal del accidentado ascenso de las luchas anticapitalistas y antiimperialistas escenificado en un gran trayecto del siglo XX y de paso una fuerte y prolongada depresión subjetiva que ha afectado las posibilidades de nuevas revoluciones; aun en medio de la peores crisis del capitalismo y sus consiguientes cadenas de indignaciones populares e intentos de virajes.
Incluso antes de ese gran revés, la dogmatización y burocratización del proceso soviético y sus correlatos, gravitaron negativamente a escala mundial junto a sus influencias positivas. Y Dominicana, en la medida tales fenómenos gravitaron sobre sus sujetos y actores revolucionarios nacionales, no ha sido excepción.

El gran revés de finales del siglo XX ha sido en parte formal y en parte real, con serios impactos disociantes de la conciencia revolucionaria acumulada, de las organizaciones y de la lucha por el ideal socialista.

En parte formal, porque se presenta como derrota total del proyecto socialista, a pesar de representar solamente el agotamiento y la quiebra de modelos que en el tránsito hacia ese ideal resultaron altamente burocratizados y negadores de democracia y valores socialistas.

En parte real, dado que se trató del colapso de regímenes objetivamente enfrentados al capitalismo y al imperialismo, cuyo papel internacional servía, en diferentes grados, de contrapeso a la política imperialista, al colonialismo, al guerrerismo y al neocolonialismo, ahora potenciados.

De todo esto, pasado un siglo, vale extraer y asumir las valiosas enseñanzas de una revolución inconclusa, interrumpida por la combinación de múltiples factores adversos, que de todas abrió en grande las compuertas de las luchas antiimperialistas y anticapitalistas, proyectándola hacia un presente capitalista de peor calaña, que pone en riesgo la vida en el planeta y la existencia de la humanidad.
Las enseñanzas han sido duras, pero hay que interiorizarlas a plenitud.

Después de lo acontecido, queda claro:

-Que la bandera de la democracia no se puede dejar en manos de los adversarios del socialismo.

-Que jamás debe confundirse estatismo con socialismo.

-Que es preciso optar por el reino de los trabajadores libres y no por el reino de la burocracia.

-Que el nuevo proyecto no debe ser un rígido molde preconcebido, sino potador de una dinámica creativa y auto-superadora.

-Que los cambios revolucionarios hacia una nueva sociedad, que tenga como meta el socialismo y el desarrollo armónico de todos los componentes de la naturaleza, no pueden legitimarse dentro de un sistema de privilegios a favor de cuadros dirigentes y administradores del Estado, ni de la hegemonía de encumbradas minorías burocráticas, ni de la afectación progresiva la naturaleza a costa de generaciones presentes y futuras.

-Que el proyecto transformador no debe volverse contra las identidades nacionales, contra los valores culturales autóctonos, sino que estos elementos deben ser incorporados a plenitud.

-Que la renovación generacional debe garantizarse con la participación de la juventud en las grandes decisiones.

-Que las concesiones al capitalismo y al liberalismo resultan un supuesto remedio peor que la enfermedad del burocratismo-estatista.

-Que las fuerzas políticas que conduzcan el Estado no deben confundirse con éste, sino desarrollar una relación de mutua independencia, preservando su papel de vanguardias.

-Que la doble moral en política de género y las nuevas modalidades del machismo le restan grandes fuerzas emancipadoras a la revolución. Igual el racismo y el adulto-centrismo.

Estas lecciones, que vienen siendo apreciadas, son válidas para evitar una descomposición semejante en los países que persisten en transitar hacia el socialismo desde altos niveles de estatización e importante limitaciones en la participación democráticas; y, sobre todo, para evitar la degeneración de nuevos procesos revolucionarios iniciados desde la derrota del predominio del capitalismo privado y del neoliberalismo con toda su impronta recolonizadora.

Estas lecciones, como también el análisis de las evoluciones del sistema capitalista-imperialista mundial y de las nuevas características y particularidades sociedades que engendra, son vitales para reconstruir las nuevas vanguardias revolucionarias, imprescindibles para darle direccionalidad política transformadora a las indignaciones populares y cambios en gestación.

7-11-2017.- En el 100 Aniversario de la Revolución Bolchevique, Santo Domingo, RD-UASD

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