La segunda vuelta
Martes, 04 Febrero 2014
El FMLN debe darlo todo para que la política sea realmente una acción digna y ética. No le queda de otra.
Tal como se había pronosticado por muchos, en El Salvador hubo necesidad de ir a una segunda vuelta electoral porque ninguno de los candidatos alcanzó más de la mitad de los votos válidos para poder ganar en la primera ronda.
Esa situación dejó, tanto al FMLN como a ARENA, en una situación de necesidad de hacer alianzas, incluso hasta las “más odiosas” con tal de ganar las elecciones. Algo que es lógico por el pragmatismo poco ético y moral al que estamos acostumbrados en El Salvador.
Ese pragmatismo no trae a otra cosa sino a la degeneración de la política. Es una necesidad que la política en El Salvador recobre, si alguna vez tuvo, el cauce de la moralidad en la gestión pública, pero cuando los partidos tienen que aliarse con personeros descalificados moral y ética, o cuando tienen que contratar asesores o consultores inescrupulosos, entonces, ¿qué se puede esperar?
ARENA enemiga acérrima del “saquismo”, ahora persigue los votos de los seguidores de Saca. Los reclaman sin la menor vergüenza, cuando toda su campaña estuvo enmarcada en contra de Tony Saca.
El FMLN también le tiró el atarrayazo al “saquismo”. ¿Tiene necesidad el FMLN de Saca, como para integrarlo a su estrategia? Algunos consideran que no. Saca le dio la banda presidencial a Mauricio Funes, pero le entregó un país sumergido en la más grande crisis económica, social y moral, como consecuencia de su mal gobierno.
El fracaso de Tony Saca tiene que ver con el recuerdo que tiene la gente por el mal gobierno que hizo, por la “Súper mano dura”, por su exacerbado anticomunismo que mostró en el gobierno… Al salir del gobierno comenzó a hablar de derecha popular, pero antes en nada se diferenciaba del resto de líderes radicales de extrema derecha.
Para colmo, un nefasto ex guerrillero, acusado de crímenes de lesa humanidad, intentó vender la idea que Saca era un anti-oligarca. Por otra parte, el gobierno de Saca fue duramente cuestionado por su falta de transparencia y presunta corrupción.
¿Qué necesidad tendría una fuerza de izquierda, revolucionaria y ética, de aliarse con fuerzas oscuras de derecha, cuando tiene sectores populares con los que puede hacer compromisos para sacarlos de la exclusión en que están sumidos, y así atraer el voto de muchos de los que no acudieron a votar?
El FMLN debe darlo todo para que la política sea realmente una acción digna y ética. No le queda de otra.