La transición política comprende un periodo de tiempo, pero cuya característica es que es un cambio histórico. La transición no es una idea, ni un esquema preconcebido; no es un proyecto de un grupo de poder ni partido político; no cuenta con un protagonista privilegiado ni sujeto político único, asimismo no es una fecha ni una coyuntura, una reforma ni mucho menos una campaña electoral por más importante y trascendental que esta sea constituye por sí misma la transformación política.
La transición política es la suma de todo eso y mucho más, de tal manera que toda transición política debe de ser analizada en sus alcances, significado y trascendencia, puesto que penetra de forma trasversal en la vida social y política del Estado. La transición política es un proceso que tiende a transformar y adecuar al Estado, lo cual constituye una modalidad de características de gran profundidad de los cambios, las razones y alcances son específicos a cada país y dependen del marco y de las condiciones de reinserción, y de sus tradiciones políticas. Dicho lo anterior, vemos como la transición política en la República de El Salvador se cimenta con los resultados de las Elecciones Presidenciales y Diputados del 4 de Febrero 2024.
El cambio crucial en las relaciones políticas es difícilmente reversible, la transición política salvadoreña se ha decidido y sustentado en las urnas, lo cual ha sentado las bases de una transición desencadenante, pues el efecto principal consiste en poner en ruta las futuras reformas, el resultado electoral contiene una representación política significativa en el sentido de que las elecciones se han convertido en la llave de la transición política. los códigos de entendimiento han cambiado, puesto que el partidismo ha mermado considerablemente, su representación se ha erosionado incluso sin representación en la Asamblea Nacional Legislativa. El órgano ejecutivo se constituye como el eje coordinador, cohesionador lo suficientemente fuerte para ejercer la dirección política de dominación e ideología, la vieja burocracia política ha sido completamente asfixiada convirtiéndose en una clase política fracasada.
El resultado electoral constituye la configuración de un poder hegemónico, las cláusulas de la gobernabilidad quedan claramente establecidas:
1. El presidente de la República es el máximo representante político del Estado y legitimo definidor de los asuntos del mismo. 2. No hay legitimo contradictor para disputar la presidencia de la República por largo tiempo. 3. Se ha conformado un sistema hegemónico por decisión democrática. 4. El partido oficial Nuevas Ideas se convierte en un partido dominante que unifica los intereses nacionales y abona el camino hacia la estabilidad política. 5. El régimen político le da viabilidad para manejar las riendas políticas del país y la estructura política salvadoreña ha experimentado un perfil nuevo que viene a fortalecer y cimentar el régimen político. 6. Los resultados electorales como expresión de la voluntad popular tienen la característica de ser soberana, es el ingrediente que en este caso representa el ejercicio plebiscitario por haber encontrado la formula de ser aceptado por los salvadoreños. 7. El resultado político electoral mas importante es el que conduce a las reformas constitucionales. 8. El sistema presidencial, es decir el presidencialismo es el centro de gravedad del sistema político, y que sin lugar dudas nos encontramos ante los cimientos de un cambio, en consecuencia; podemos afirmar que es una transición política que experimenta en la actualidad la sociedad salvadoreña. 9. Se ha traspuesto el bipartidismo, por un partido político capaz de aglutinar las diversas fuerzas políticas y que a la vez fortalece el presidencialismo que comprende el proceso en el que se da la institucionalización del partido Nuevas Ideas.
La vieja burocracia política no contó con el apoyo de la expresión de la voluntad popular que tiene como función principal la estructuración de las relaciones políticas. El arreglo institucional para garantizar, fortalecer, consolidar la transición política es un reto para el gobierno central, puesto que todo gobierno debe de estar dotado de una gran sensibilidad política y además contar con la capacidad para pulsar el sentir de los diferentes actores sociales en el ejercicio de la toma de decisiones; es diferente la reforma política que la reforma de Estado.