La decisión adoptada el pasado 29 de julio por 4 de los 5 magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, de permitir las candidaturas independientes y colocar en los listados de votación las fotografías de los candidatos a diputados, y no las banderas de los partidos, ha generado una singular e inesperada revolución jurídica electoral, pero principalmente ha sacudido el árbol político, sembrado, fumigado y abonado, en el territorio salvadoreño a partir de los Acuerdos de paz de enero de 1992.
Se ha abierto un debate inédito entre Asamblea Legislativa y Corte Suprema de Justicia. Es una pugna entre dos visiones de país, una autoritaria y otra democrática, que se expresa en términos jurídicos, pero que refleja la necesidad histórica de profundizar hasta romper el actual esquema de democracia representativa vigente, y abrirle paso a un nuevo orden social.
No es casual por tanto, que la derecha opositora, en sus múltiples expresiones así como la derecha mediática hayan saltado encolerizadas y se encuentren alarmadas por las repercusiones futuras de este valiente e inusual fallo del órgano judicial. Incluso el líder democristiano Parker amenazó con castigar la osadía cometida y llamó al desacato del fallo y a la remoción de los responsables. Lo que es extraño es que el FMLN, partido de gobierno y fuerza principal de la izquierda, se haya sumado beligerantemente a esta campaña de la derecha, acompañándolos en la precipitada y atropellada reforma del artículo 126 y 202 de la Constitución.
Los juristas de derecha se han lanzado a la palestra pública para demostrar el carácter “pétreo” del artículo 85 de nuestra “sagrada” Constitución de la Republica que señala que los partidos políticos “son el único instrumento para el ejercicio de la representación del pueblo dentro del gobierno”. Alegan que se pone en peligro el orden institucional que reconoce exclusivamente a los partidos políticos y que irremediablemente nos conducimos al caos jurídico.
Por su parte, los juristas de izquierda defienden la validez de la reforma electoral y explican que vendrá a modernizar y ampliar el sistema político establecido, ya que permitirá que otros sectores se incorporen al juego político electoral.
El presidente Mauricio Funes, por su parte, declaró y aclaró que la resolución de la CSJ “es una sentencia firme, tiene que ser obedecida, observada por el órgano legislativo, de lo contrario caería en desacato…”
Con respecto a la Constitución de la República hay un discurso de diciembre del 2005, del líder histórico de la izquierda, Schafik Handal, en la Asamblea Legislativa que es muy ilustrativo. Decía Schafik con su franqueza acostumbrada: “Esta Constitución es una especie de cadáver insepulto, acribillado, apuñalado, que se saca cada año para ponerlo sobre la mesa y rendirle el homenaje del Día de la Constitución.” La derecha siempre habla de la defensa de la constitución cuando están en peligro sus intereses. Lo mismo dijeron cuando iniciaban los diálogos por la paz. Lo mismo sostienen hoy.
Sorpresas tiene la vida. ¿Quien se iba a imaginar que la fuente de la subversión iba a ser trasladada a lo que siempre fue la cuna de la reacción: la sacrosanta sala de lo constitucional de la Corte Suprema de Justicia? Ars longa, vita brevis.
Se abre un nuevo momento político. Este fallo judicial puede quedar enredado en los cafetales y berenjenales legislativos o puede ser el inicio de un movimiento amplio, diverso y plural hacia una mayor participación ciudadana. De entrada ha generado debate, lo que es positivo, hoy se debe pasar a exigir su cumplimiento. Como movimiento popular y social debemos ir al encuentro de esta nueva ventana que se abre para opinar y para luchar. La felicidad es la lucha decía Marx.
Funes en Brasil: Dime con quien viajas y te diré quien eres
Es interesante analizar algunos de los integrantes no gubernamentales (y también los funcionarios) de la delegación que acompañó al presidente Funes al ayer realizado Encontro Empresarial El Salvador-Brasil, apadrinado por la poderosa asociación de industriales de Sao Paulo (FIESP) y su presidente Benjamín Steinbruck. Y claro, por el protector y mentor de Funes, el famoso Lula. Resulta curioso conocer quienes fueron favorecidos con el viaje y la respectiva caipirinha y quienes no. Entre los invitados estaban nada más y nada menos que:
Carlos Enrique Araujo Eserski, Presidente de la ANEP. Dueño de ferreterías, vinculado históricamente al Banco Agrícola.
Juan Carlos Eserski Álvarez. Vicepresidente de la Telecorporación Salvadoreña, TCS (canales 2,4 y 6)
Roberto Kriete Ávila. Presidente de TACA. Vinculado al Banco Agrícola. Aliado con Avianca.
José Roberto Dutriz Thomé. Presidente del Grupo Dutriz. Propietario de La Prensa Gráfica.
Cosas veredes, amigo Sancho
Roberto Pineda, docente de la Universidad de El Salvador
San Salvador, 10 de agosto de 2010